Opinión - Runrun

OPINIÓN

Perdonen lala…, por Laureano Márquez P.
Ya no sé si estos artículos los escribo yo o el ChatGPT que usurpó mi firma y mi identidad, si es que la tengo. Cada vez que lo que queda de mi conciencia humana lee e investiga nuevas cosas sobre la IA, más miedo le entra

 

@laureanomar

Es que vuelvo sobre el tema de la Inteligencia Artificial (IA) y ya no sé si estos artículos los escribo yo o el ChatGPT que usurpó mi firma y mi identidad, si es que la tengo. El caso es que sea él o yo, cada vez que lo que queda de mi conciencia humana lee e investiga nuevas cosas sobre la IA, más miedo le entra. Lo que asusta es que la mayor parte de las advertencias sobre los riesgos de este nuevo avance, vienen de científicos, algunos de los cuales han contribuido a su desarrollo. Comparan la capacidad destructiva de la IA con la de la bomba nuclear y añaden que debería existir una suerte de agencia internacional que la regule, porque podríamos llegar al extremo de que las máquinas aniquilen al ser humano.

Es un tema recurrente de la ciencia ficción, un género que, tanto en el cine como en la literatura, resulta temible por su carácter profético. Por poner un ejemplo, en 2001: una odisea del espacio (1968), una película de Stanley Kubrick, basada en la historia de Arthur C. Clarke, una supercomputadora llamada HAL9000 se encarga de controlar las funciones de la nave espacial Discovery. Se trata de un equipo dotado de IA que en algún momento de la trama decide actuar por su cuenta y arremete en contra de los astronautas, asesinando a todos los tripulantes, menos al protagonista (David Bowman interpretado por Keir Dullea) quien logra, por fin, desconectar a la temible computadora.

Las máquinas enfrentadas a nosotros, drones que se gobiernan solos y con capacidad para destruir a diestra y siniestra como un Putin cualquiera.

Máquinas que nos esclavicen o que terminen asumiendo la dirección política de nuestras sociedades de manera autoritaria y así aprovechar para ellas y su funcionamiento los recursos energéticos, arrebatándonos el combustible, la electricidad, el agua. ¿Se lo pueden imaginar? ¿No? Cónchale.

¿Qué me dicen de las armas atómicas y su control? Todo ello en manos de una IA a la que se le crucen los cables. También está el tema de los empleos: las máquinas podrían sustituir según algunas apreciaciones 300 millones de empleos. Máquinas sin ningún tipo de derechos ni posibilidad de reclamo, como si fueran obreros chinos. Estaremos en manos de artefactos sin sensibilidad ni emociones, sin ternura, ni valores morales. Sí, ya sé lo que están pensando, pero no es lo mismo, aunque parezca.

No quiere uno ser profeta del desastre, pepero, pero es imposible no sentir un poco de tetemor de temor acerca del fufuturo que se nos avveecina que se nos avecina quesenosvaecina quesenos queque que·#@€¬***

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Golpes por siembra de odio, por Eddie A. Ramírez S.
La mujer que agredió a Capriles debería estar presa y sometida a juicio. Todos sabemos que eso no sucederá

 

Hay diferentes tipos de golpes. Unos buenos, otros malos y algunos neutros. Repasemos algunos casos: ganar la lotería es un golpe de suerte, el fallecimiento de alguien cercano es un duro golpe, darse golpes de pecho es sinónimo de hipocresía, un golpe de Estado para sacar a un dictador es justificable; en boxeo, dar un golpe bajo es contrario a las reglas; valerse de información falsa para condenar a alguien es un golpe a la justicia, mandar a dar unos golpes a un rival amoroso o político es de cobardes y sembrar odio para que otros agredan es de perversos. Aquí solo nos referiremos a los tres últimos casos.

En Venezuela, los jueces frecuentemente propinan golpes a la justicia al condenar a gente inocente. Nuestras cárceles están llenas de ciudadanos que no han cometido delitos, pero a quienes por razones políticas el régimen de Maduro ordena encerrar. Citarlos a todos abarcaría varias páginas. Solo mencionaremos a los más antiguos: los efectivos de la Policía Metropolitana Héctor Robaín, Luis Molina y Erasmo Bolívar, acusados sin pruebas por la entonces fiscal Haifa El Aissami y condenados por la jueza Marjorie Calderón por los sucesos del 11 de abril del 2002, a pesar de que se probó que sus armas no causaron ninguna víctima.

También, a los hermanos Rolando y Otoniel Guevara y de su primo Juan Guevara, presos desde el 2004 por supuestamente haber asesinado al fiscal Anderson, a pesar de que tanto el testigo Giovanni Vásquez, como el fiscal Hernán Contreras han declarado que fue un montaje contra ellos. 

En cuanto a agresiones físicas, en la Caracas de los años 30, la policía le daba palos en la calle a jóvenes considerados revoltosos; y ciudadanos comunes “mandaban a dar unos palos” a jóvenes de mala conducta o a rivales amorosos. Por razones políticas, cabe recordar los golpes propinados en 1937 al humorista y periodista Leoncio Martínez por estudiantes que no comulgaban con sus ideas. También, los que le mandó dar la dictadura de Pérez Jiménez a don Mario Briceño Iragorry en la década de los años 50 mientras estaba exiliado en Madrid.

El régimen actual da carta blanca a sus grupos violentos armados, a la policía y a la Guardia Nacional para que asesinen y torturen.

También para que les den palizas a ciudadanos por el solo hecho de manifestar en demanda de sus derechos violados. Además, Maduro, Diosdado y Jorge Rodríguez, entre otros, siembran odio en sus fanáticos para que agredan a dirigentes de la oposición.

No podemos olvidar la cobarde agresión a la entonces diputada María Corina Machado, a quien la también diputada roja Nancy Ascencio golpeó a traición fracturándole la nariz. Así mismo, el reciente ataque a Henrique Capriles cuando caminaba por la parroquia Rafael Urdaneta del estado Carabobo, en campaña para las primarias.

En el caso de María Corina, la agresora fue una mujer que llegó a la Asamblea Nacional sin méritos y que, probablemente, con su golpe sucio quería ganar puntos con su jefe Maduro. En el de Capriles era una simple ciudadana que no lo conocía. Su agresión se pudo deber a que el odio que siembran Maduro, Diosdado y Jorge Rodríguez, entre otros, la convencieron de que Henrique era un enemigo del pueblo. La otra hipótesis, es que es una tarifada por el gobernador Lacava. En cualquier caso, debería estar presa y sometida a juicio. Todos sabemos que eso no sucederá.

Estas agresiones por pensar diferente deben ser repudiadas por todos. Solo una mente enfermiza disfruta sembrando el odio por diferencias políticas. Esos perversos son incapaces de rechazar esas acciones. Por el contrario, cultivan la inquina y disfrutan la violencia. Los rojos son tan hipócritas que aprobaron una ley contra el odio, pero solo para encarcelar a cualquier tuitero de oposición que critique al régimen.

Es positivo que los exministros de Chávez, Rodrigo Cabezas, Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio y Oly Millán hayan dirigido una carta al presidente de Brasil, quien había declarado que los señalamientos contra Maduro por violaciones humanas no eran ciertos. Entre otras cosas, la carta señala que “La deriva autoritaria y, por tanto, antidemocrática del señor Nicolás Maduro no es una ‘narrativa construida’, no responde a ningún plan propagandístico de quienes se le oponen, y lo más grave desde una perspectiva humana, ella ha dejado y continúa dejando, demasiadas víctimas”. Aunque no simpatizamos con su candidatura, debemos elogiar al precandidato Benjamín Rausseo por haber condenado la agresión a Capriles.

Ya es tiempo de que cesen los asesinatos políticos, las torturas y las sentencias sin pruebas, así como los fanatismos. Reconstruir Venezuela pasa porque haya justicia y tolerancia. A pesar de los grandes escollos, tenemos que lograr una primaria exitosa. No es lo que deseamos, pero si no hay otra opción debemos votar incluso con este Consejo Nacional Electoral, con las máquinas y hasta con las captahuellas. Una asistencia masiva permitirá acudir a la elección presidencial del 2024 con mayores probabilidades de éxito.

Los demócratas somos una gran mayoría, pero debemos organizarnos para movilizar a los centros de Registro Electoral a quienes no están inscritos y también para tener testigos en todas las mesas. Quienes estamos en el exterior tenemos que presionar para exigir nuestro derecho a votar. Desde luego, el régimen repetirá sus trampas. Quizá votando no se logre superar las trácalas, pero es el medio de lucha de que disponemos en estos momentos. Ojalá hubiese otro.

Como (había) en botica

  • En su discurso de recepción del Premio Alma Mater UCV 2023, la académica Gioconda Cunto de San Blas expresó “la firme convicción de que en un futuro no lejano podremos disfrutar nuevamente de libertades y derechos humanos y civiles, nos permite visualizar esa Venezuela de progreso, insertada en la cuarta revolución industrial, en el mundo globalizado que ya hoy en día se expresa en países desarrollados o en vías de desarrollo”.
  • Lamentamos el fallecimiento de Francisco Davalillo Romero, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol.
  • ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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La primaria por sí sola no es suficiente, por José Simón Calzadilla P.
La primaria debe ser un espacio para la construcción, no para la confrontación que destruye y divide. Que la primaria haya arrancado con muchos candidatos es positivo

 

@simoncalzadilla

La primaria sin duda, es el instrumento adecuado para construir una candidatura unitaria en la oposición venezolana ante la realidad actual. Pero también hemos sostenido, desde que se aprobó ese método de construcción unitaria, que, por sí sola, la primaria no es suficiente. No hay discusión, todos debemos apoyar a quien gane la primaria, eso es una regla y un compromiso que todos los participantes debemos asumir.

Preocupa unas primarias atomizadas de candidatos sin opciones, una excesiva y dañina confrontación entre las múltiples candidaturas. Aclaramos, todo el que desee y cumpla con los requisitos exigidos puede participar, el tema de fondo es otro. Una cosa es que, indistintamente de quien gane, debemos apoyarlo; y otra muy diferente es que, cualquiera que gane, tenga la capacidad para liderar el cambio político y conducir la transición hacia la democracia.

Lo que necesita la primaria

La primaria es una condición necesaria, mas no suficiente. Primero, debe tener un resultado claro y reconocido por todos; segundo, la persona que gane debe generar confianza, certidumbre y unidad en todos los sectores que se oponen al régimen autoritario. Para ello debe tener un gran talento para conciliar intereses de toda índole, una gran capacidad de negociación y, sobre todo, creer firmemente en el voto como elemento fundamental de organización y fuerza para producir el cambio.

La primaria debe ser un espacio para la construcción, no para la confrontación que destruye y divide. Que la primaria haya arrancado con muchos candidatos es positivo. Todos los partidos tienen el derecho y la obligación de postular y promover sus candidaturas, eso ha generado esfuerzos de promoción y organizativos de la misma primaria, pero sin duda debe existir un momento en el que se realice una evaluación seria de desempeño y oportunidades.

Decisiones que deben evaluar los partidos

En cierta etapa de la primaria llegará el momento de evaluar, donde la mayoría de los partidos políticos deberán tomar decisiones acordes con los intereses del país y la inmensa necesidad de unir esfuerzos alrededor de la opción que más se acerque al perfil deseado para conducir la transición. El cambio político no se le puede dejar al azar. Será posible, o no, si tomamos las mejores decisiones e impulsamos la opción que permita que las mayorías se sientan ganadoras; que haga posible un acuerdo político de transición para la reinstitucionalización del país y que se establezcan las condiciones para que todos, en un futuro, participemos en elecciones auténticamente libres, en democracia y en una nación en franca recuperación económica.

Por qué un independiente

El principal enemigo de la unidad y la igualdad de condiciones es que un factor político determinado pretenda utilizar la transición para hegemonizar y sacar mayores ventajas en detrimento del resto de los factores políticos que igual participaron en la lucha por el cambio.

Debemos ser realistas: los líderes políticos, indistintamente de su alcance y deseo de cambio, también piensan en los procesos electorales del 2025.

Todos desean que la competencia electoral posterior al 2024 se dé en condiciones igualitarias y sin ventajismos. Que un factor político no pueda utilizar la posición de encabezar el Ejecutivo nacional en la transición, depende de la condición de independiente, o no, del liderazgo que esté al frente de Miraflores. Si esa persona es militante y está comprometida con una organización partidista, nadie se tragará el cuento de que no favorecerá a su partido. Ni hablar si es un liderazgo con rasgos autoritarios y de posiciones extremas.

En el Movimiento Por Venezuela (MPV) estamos comprometidos en apoyar una candidatura independiente en la primaria, bien formado, con experiencia política, que esté probado en exitosas y complejas responsabilidades institucionales y empresariales. Creyente y apóstol del voto, de la unidad de todos los sectores de la sociedad civil y partidos políticos.

Que, al ganar la primaria, reiteramos, esté a la altura de tan compleja tarea y pueda liderar con éxito el cambio político en el próximo proceso electoral presidencial. Invitamos a todos a evaluar y considerar, en su momento, esa opción. Sin duda necesaria para lograr un poderoso movimiento nacional que permita conducir a nuestra maltratada Venezuela por los caminos del bienestar.

* Economista José Simón Calzadilla P. | Secretario general nacional del Movimiento Por Venezuela (MPV).        

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Informe Otálvora | Lula y Maduro intercambiarán información de espionaje, por Edgar C. Otálvora

Lula da Silva recibe a Nicolás Maduro en Palacio de Planalto el 29MAY23. Foto: Presidencia de Brasil.

Visita oficial a EEUU de presidenta interina de Venezuela Dinorah Figuera fue suspendida o pospuesta en medio de fuerte choque entre fuerzas opositoras venezolanas

 

@ecotalvora

La visita oficial a Washington de la presidenta interina de Venezuela, la diputada Dinorah Figuera, prevista para el 01JUN23, fue suspendida o pospuesta en medio de un fuerte choque entre las fuerzas opositoras venezolanas. En Washington el Departamento de Estado había organizado una agenda de trabajo con Figuera y una delegación que incluiría a varios miembros del “Consejo de Administración y Protección de Activos”, el órgano creado por la oposición venezolana para administrar los recursos del Estado congelados en el exterior. La existencia de un “gobierno interino” en Venezuela, según expertos en legislación estadounidense, es una necesidad para cubrir extremos legales por los gobiernos de EEUU y el Reino Unido.

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Figuera fue designada el 05ENE23 como presidenta de la Asamblea Nacional electa en 2015 y reconocida por EEUU y el Reino Unido como la única instancia estatal legítima venezolana. Figuera reemplazó a Juan Guaidó como presidenta de lo que internacionalmente se conoce como la “IV Asamblea Nacional” pero su partido, Primero Justicia, prometió a los restantes miembros de la conjura contra Guaidó (Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo) y a voceros del régimen, que Figuera no asumiría la “presidencia interina”, figura que los tres partidos decidieron disolver mediante una votación del 30DIC22. La “presidencia interina” del país por parte de quien sea electo presidente de la Asamblea Nacional es consecuencia de la ausencia de un mandatario legítimamente electo. El reconocimiento por EEUU de un gobierno interino ratifica la falta de legitimidad de Nicolás Maduro lo cual erosiona su capacidad de gestión internacional. El final del “gobierno interino” de Guaidó fue una buena noticia para Maduro, pero ahora, en la práctica, existe un nuevo gobierno interino al cual EEUU ha autorizado a gestiones y al cual requerirá acciones.

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Figuera, quien reside en Valencia, España, en calidad de asilada política, debió asumir responsabilidades típicamente del poder Ejecutivo en cuanto a las relaciones de Venezuela con EEUU y el Reino Unido especialmente en asuntos referidos a los activos del Estado venezolano congelados por esos gobiernos. De hecho, EEUU la autorizó mediante una licencia del Departamento de Tesoro, para negociar la deuda externa venezolana, tarea que corresponde constitucionalmente al poder Ejecutivo y no al Legislativo. Figuera rechaza enfáticamente que ella haya sido designada “presidenta interina” y niega que se haya constituido un gobierno interino.

Altos jefes del partido Primero Justicia calificaron como una “ola de desinformación” y “campaña orquestada” para “destruir” a ese partido la publicación en este Informe del 20MAY23 sobre la existencia en la práctica de un nuevo gobierno interino “con base en la misma interpretación constitucional que sustentó el interinato de Juan Guaidó”.  Este Informe no es la noticia por lo tanto no dedica espacio para responder ataques recibidos.

El 18MAY23, en conversación para este Informe, Figuera había reconocido que estaba asumiendo “responsabilidades constitucionales”. Interrogada sobre cuáles responsabilidades, alegó mantener en secreto tales acciones para preservar la seguridad de quienes la están ayudando dentro de Venezuela.

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Primero Justicia, el partido en el cual milita Figuera, está presentando como precandidato presidencial, para las hipotéticas elecciones de 2024, al excandidato Henrique Capriles Radonski, quien fue uno de los principales motores para defenestrar a Guaidó. Capriles promueve un cambio de la línea política de EEUU hacia la dictadura venezolana y teme que la pérdida de los activos en el exterior, que ahora están en manos de una militante de su partido, le sean cobrado electoralmente. En las últimas semanas, ante la evidencia de que por la fuerza de los hechos Figuera adquirió, sin proponérselo, la condición de jefe del Ejecutivo, el partido de Capriles ha propiciado ante las otras fuerzas políticas opositoras el cierre de la Asamblea Nacional a la vez que abortaba la visita de Figuera a Washington.

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Tras el arribo a Brasilia de varios vuelos que transportaron a numeroso y ostensivo personal de seguridad y miembros del gobierno chavista, la noche del 28MAY23 Nicolás Maduro aterrizó en la capital brasileña. Ni el Palacio de Planalto ni la cancillería de Itamaraty habían informado a los medios sobre el arribo de Maduro, quien solo aparecía en la lista de los probables asistentes a la cumbre suramericana convocada por Lula para el 30MAY23. La última ocasión en la cual habían coincidido Lula y Maduro, al menos públicamente, ocurrió en Cuba. Raúl Castro convocó a los hijos predilectos de la revolución cubana desperdigados por el continente para rendir homenaje a Fidel Castro, cuyas cenizas serían colocadas al día siguiente, el 04DIC16, en el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba.

La organización del viaje de Maduro a Brasilia fue acordada el 08MAR23 cuando el miembro del Grupo de Puebla, “asesor especial de la Presidencia” y operador de la diplomacia paralela, Celso Amorim, visitó Caracas. Desde el mes de marzo la diplomacia paralela de Lula planeaba realizar en Brasilia un gran evento suramericano que permitiera la retomada de la agenda regional. Inicialmente habría sido evaluada la opción de convocar a una reunión cumbre de la Unasur para confirmar su renacimiento.

Esa opción habría sido dejada a un lado prefiriéndose un esquema genérico de “reunión presidencial suramericana”, en un formato restringido a un “retiro” de los presidentes, sin temario previo, lo que le permitiría a Lula garantizar la presencia de todos los mandatarios regionales con la excusa de la integración. A última hora, la cancillería brasileña informó a los participantes que la reunión no sería un “retiro privado” sino una reunión con presencia de presidentes, ministros de exteriores y delegaciones de la cual debería surgir, además, una declaración.

Tal como lo adelantara el Informe Otálvora del 08ABR23, la decisión de Lula y Maduro fue hacer coincidir su reencuentro oficial con la cumbre suramericana. Aparte de demostrar la alianza política natural entre dos hijos de la revolución cubana, el plan permitía a Lula brindar a Maduro una alfombra de lujo para su retorno a los espacios diplomáticos regionales de los cuales había sido excluido desde la creación del Grupo de Lima el 08AGO17 como consecuencia de la ruptura del orden democrático en Venezuela.

La presencia de Maduro en Brasilia tendría entonces un doble carácter: una visita oficial el lunes 29MAY23 y la participación en la cumbre suramericana el 30MAY23. La invitación a Maduro y el texto redactado por Brasil como proyecto de declaración generaron malestar entre los mandatarios de Ecuador, Uruguay y Paraguay quienes llegaron a Brasilia quejándose por la presión de Lula para declarar el renacimiento de Unasur y forzarlos a adquirir compromisos claramente ideológicos.

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Cuando Maduro aterrizó en Brasilia lo esperaba su vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez, quien ejerce como verdadera encargada de las relaciones exteriores del régimen. Rodríguez junto al ministro de exteriores nominal, Yvan Gil, habían previamente realizado una gira por el Caribe y llegaron a Brasilia como parte de los preparativos de la visita de su jefe mantenida en secreto hasta entonces. Versiones recogidas en Brasilia sugieren que los aviones que transportaban a Maduro y a sus acompañantes, habrían intentado burlar los sistemas de rastreo de aeronaves.

En la mañana del 29MAY23, Lula y su esposa recibieron en la cumbre de la rampa del Palacio de Planalto a Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores, quienes llegaron con un notable esquema de seguridad. El programa contemplaba una sesión fotográfica del recibimiento, una sesión privada entre Lula y Maduro, una reunión de trabajo, una rueda de prensa y, en la usual rutina brasiliense, Lula ofrecería en el Palacio de Itamaraty un almuerzo a Maduro y su delegación.

En la reunión de trabajo de las delegaciones se produjo un hecho inusual. La primera dama de Brasil, Janja de Lula, fue sentada en la mesa de reunión a la derecha de su marido, desplazando al canciller Mauro Viera. Al otro lado, Maduro sentaba a su derecha a su esposa Cilia Flores y, pocas sillas a la derecha, colocó a su hijo Nicolás Maduro Guerra. Aquello parecía una reunión de familias y no un evento oficial. La visita era de carácter político y así quedaba confirmado. Un acto de firma de documentos prevista para la tarde debió ser suspendida ya que los documentos apenas estaban siendo negociados y redactados.

Tras la “reunión de trabajo” se produjo una “rueda de prensa” que duró más de una hora, en la cual Maduro y Lula pronunciaron largos discursos y tomaron solo un par de preguntas. La “rueda de prensa” fue el evento principal de la jornada. Lula se tomó su tiempo para defender a su camarada Maduro.

Durante sus intervenciones ante la prensa el 29MAY23, Lula afirmó que Maduro era víctima de una “narrativa” creada por sus enemigos. Atacó al ya desaparecido gobierno interino de Juan Guaidó a quien calificó como “impostor”. No hizo referencia alguna a la violación de derechos humanos en Venezuela. Confesó haber hecho gestiones ante sus “amigos europeos” y de EEUU para que desistieran de las sanciones impuestas a altos jerarcas chavistas y a empresas estatales venezolanas.

En un momento de alucinación afirmó que pretendía retomar la compra de electricidad venezolana para surtir al amazónico estado de Roraima, olvidando u obviando que el suministro eléctrico fue suspendido por la incapacidad del gobierno Maduro de garantizar el funcionamiento del sistema eléctrico venezolano. En alguna de sus palabras, también Lula anunció que pretende impulsar un nuevo acuerdo de defensa suramericano como el creado en el marco de Unasur.

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Al día siguiente del encuentro Lula-Maduro fueron firmados y publicados dos acuerdos y una “Declaración Conjunta”. Un acuerdo genérico sobre cooperación entre cancillerías que invocaba un acuerdo firmado en 1973 por Rafael Caldera y Emílio Garrastazu Médici. Un acuerdo mediante el cual el gobierno Lula se compromete a apoyar “en materia agroalimentaria” al Ministerio de las Comunas y Movimientos sociales de Maduro.

La Declaración Conjunta contempla 55 párrafos-temas. Algunos de ellos en el límite del absurdo como el punto 54, donde se comprometen a “apoyar la promoción y protección de los derechos humanos” contrastando con las investigaciones que a nivel de la ONU y de la Corte Penal Internacional se siguen al régimen chavista por sistemática violación de DD. HH.

Llamativo el punto 38, que parece imitar el esquema que está utilizando la dictadura venezolana para infiltrar a los organismos de seguridad e inteligencia de Colombia con la venia del gobierno Petro.

Lula y Maduro se comprometieron a “aumentar la conexión (usaron la palabra articulação) de los órganos de inteligencia” y “fortalecer las redes de informantes”. El 23MAR23 en Washington, el expresidente colombiano Iván Duque había denunciado que entre los temas que manejan Petro y Maduro se encontraría el intercambio de información sobre operaciones de inteligencia. La dictadura venezolana está interesada en tener acceso a información sobre las operaciones de inteligencia de las fuerzas militares colombianas han desarrollado con EEUU y el Reino Unido en las últimas décadas. Además, Duque dejó saber que el gobierno Petro abrió, a solicitud de Maduro, investigaciones a altos oficiales de Colombia que han participado en operaciones contra organizaciones narcoguerrilleras colombianas protegidas por el chavismo. Pareciera que Maduro intenta valerse de su alianza con Lula para intentar infiltrar los servicios de inteligencia brasileños.

En el punto 18, Lula y Maduro se comprometen a “retomar discusiones sobre la suspensión de Venezuela en Mercosur”, obviando que uno de los motivos de la expulsión de Maduro del Mercosur el 05AGO17 fue la violación de la “cláusula democrática” del organismo por parte del régimen chavista.

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Salvo el gobierno de Perú que se hizo representar por el presidente del Consejo de ministros, Alberto Otárola, los mandatarios de Suramérica asistieron a la reunión convocada por Lula. El evento tuvo lugar, a puertas cerradas, en el Palacio de Itamaraty donde Lula igualmente ofreció un almuerzo de Estado a los asistentes y se contemplaba una inusual cena de Estado en el Palacio de la Alvorada en horas de la noche. Desde varios días antes se produjo un choque de posiciones que quedó patente en las deliberaciones. Un texto con el pretensioso título de “Consenso de Brasilia” que habría sido redactado en la presidencia de Brasil y no en su cancillería, fue enviado a los participantes pocos días antes del evento. Ecuador, Paraguay y Uruguay manifestaron su rechazo al texto que exaltaba a Unasur y establecía un mecanismo para que en un plazo de 120 días propusieran una ruta para recrear Unasur. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, fue el líder de la reacción contra el intento de imponerse por parte del bloque castrochavista.

En su discurso inaugural, el único transmitido por la Tv, Lula se refirió largamente a Unasur, alabando a la organización suramericana colonizada por el castrochavismo y abandonada por la mayoría de los gobiernos de la subregión. Como es usual en estos casos, mientras los mandatarios hacían sus discursos, sus delegaciones negociaban el contenido del texto que sería suscrito. Al final, Lula no pudo imponer su proyecto de revivir Unasur, palabra que no aparece en la declaración final. El perentorio plazo de 120 días que exigía Lula fue diluido en una convocatoria sin fecha ni sede, en la cual los cancilleres presentarán “una hoja de ruta para la integración de América del Sur”.

Por cierto. Cada participante en la reunión tenía derecho a hacerse acompañar de su canciller y de dos asesores. Maduro llevó a su “canciller” y colocó a sus espaldas a su hijo Nicolas Maduro Guerra y a su ayudante de cámara, el capitán Juan Escalona. Petro colocó a sus espaldas a la ahora defenestrada Laura Sarabia.

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Los términos en los cuales se había referido Lula a Maduro y a la situación venezolana el día anterior, generó reacciones públicas de los mandatarios de Chile, Gabriel Boric, y de Uruguay Lacalle Pou. El uruguayo, al momento de su intervención en la reunión, optó por transmitirla vía streaming desde su celular con lo cual logró hacer público su rechazo a la posición del anfitrión ante la situación en Venezuela. “Esta reunión estuvo antecedida, no sé si de forma planificada o no, por una reunión bilateral entre Brasil y Venezuela. Yo me quedé sorprendido cuando se habló de que lo que sucede en Venezuela es una narrativa” afirmó Lacalle ante Lula, Maduro y los restantes participantes. “Si hay tantos grupos en el mundo tratando de negociar para que la democracia sea plena en Venezuela, se respeten los derechos humanos, para que no haya presos políticos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo”. Por su parte, el presidente chileno hizo conocer a la prensa lo que había sido su posición en el evento a puertas cerradas: “la situación de los derechos humanos [en Venezuela] no es una construcción narrativa, es una realidad seria”.

Por su parte, sectores opositores brasileños reaccionaron ante la presencia de Maduro en Brasilia. La Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional de la Cámara de Diputados de Brasil, celebró una sesión el 31MAY23 para debatir sobre el recibimiento de Maduro por parte de Lula. En la sesión fue aprobada una declaración “repudiando la visita oficial del presidente y dictador de Venezuela”. “Esta comisión repudia el tratamiento omiso, inadecuado y lamentable que el gobierno brasileño está concediendo al dictador venezolano…”. En una segunda sesión, la misma comisión se reunió para sostener una conversación, vía Internet, con Juan Guaidó. Por cierto, María Teresa Belandria, quien actuara como embajadora de Venezuela en Brasil designada por Guaidó, estuvo presente en las sesiones de la comisión por invitación especial.

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Gustavo Petro y Maduro sostuvieron un encuentro en el Palacio de Itamaraty en Brasilia el 30MAY23, en paralelo a la cumbre convocada por Lula. En la ocasión sus cancilleres Álvaro Leyva e Yván Gil suscribieron un acuerdo elaborado por la cancillería colombiana, mediante el cual se crea una “Comisión de Vecindad e Integración” encabezada por los cancilleres “para revisar los temas de interés común” especialmente en asuntos fronterizos. Curiosamente, mientras Petro y Maduro negociaban y firmaban documentos, el embajador de Petro ante Maduro, Armando Benedetti, se localizaba en California, EEUU, visitando a uno de sus hijos.

Petro permaneció en Brasilia hasta la noche del 31MAY23, ya que ese día estaba planificada una visita oficial de trabajo con Lula. Mientras Petro permanecía en Brasil, en Colombia se desarrollaba una crisis que involucraba a la poderosa jefa del gabinete de la Presidencia, Laura Sanabria, y a Benedetti, el hombre fuerte de la campaña electoral de Petro y candidato a ocupar altos cargos en su gobierno. Casualmente los dos operadores más importantes en las relaciones entre Petro y Maduro. Benedetti y su antigua secretaria Sanabria mantenían una creciente pugna de poder que se materializó en un caso de secuestro de una empleada doméstica que había trabajado primero en casa de Benedetti, sirvió en la campaña de Petro y fue contratada como niñera por Sanabria. La niñera Marelbys Meza fue sometida a polígrafo y su teléfono fue intervenido por la policía colombiana ante la acusación de la pérdida de una fuerte suma de dinero de casa de Sanabria ocurrido en febrero pasado. Benedetti habría intervenido en el caso, trasladó a Meza en vuelo privado a Caracas y la hospedó en la residencia de la Embajada, mientras el caso de Meza se hacía público y se convertía en un escándalo político.

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El 02JUN23 Petro anunció la salida de Sanabria y de Benedetti de su gobierno. El hecho, además, representa que el manejo de los temas con Venezuela estará regresando nuevamente a la Cancillería de San Carlos.

La embajada de Colombia ante Maduro será objeto de una total revisión. Benedetti había exigido que la segunda posición en la misión diplomática fuera ocupada por Lorena Arboleda, periodista con maestría en Relaciones Internacionales que participó del comando de campaña de Petro y que nunca formó parte del personal diplomático colombiano. Tras un corto curso de introducción en la Cancillería de Colombia, Arboleda fue enviada a Venezuela como segunda de Benedetti, quien solía encargarla de representarlo en actividades diplomáticas en Caracas. Dadas las rutinarias y largas ausencias de Benedetti y de su asistente Arboleda de territorio venezolano, usualmente sin el necesario permiso de la cancillería de Colombia, Germán Castañeda habría estado encargado de la misión en Caracas en varias ocasiones. Castañeda, funcionario de la cancillería colombiana y quien ya anteriormente fue Encargado de Negocios en Venezuela y encabezaba la misión cuando Maduro expulsó a los diplomáticos colombianos en 2019.

Artículo publicado previamente en Diario Las Américas

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¿Arderá Venezuela?, por Carolina Jaimes Branger
Los precandidatos opositores tienen frente a ellos una situación similar a la que enfrentó el general nazi Dietrich Von Choltitz, quien se negó a ejecutar la orden de Hitler de quemar París
Ya hay señales de que el régimen tratará, como los nazis, de bombardear las primarias y todo lo que esté alrededor de las elecciones

 

@cjaimesb

En agosto de 1944, el general nazi Dietrich Von Choltitz era el gobernador y comandante militar de París. Los nazis habían tomado la decisión de bombardear la ciudad si no podían mantenerse al mando. De hecho, todos los monumentos importantes de la ciudad ya estaban cundidos de explosivos cuando Von Choltitz se negó a ejecutar la orden de Hitler de quemar París. “Sería un acto malvado y vergonzoso contra una ciudad que es una cuna de cultura. La Historia no me lo perdonaría”, dijo. Acto seguido, se rindió a las fuerzas aliadas. Se cree que la intervención del cónsul general de Suecia, Raoul Nordling y los líderes de la Resistencia francesa, también influyeron en su decisión. Y si eso fue cierto, no le resta méritos: su decisión requirió de una gran valentía moral.

Tal fue así que Von Choltitz no fue juzgado por los aliados al final de la guerra, a pesar de que había sido un oficial de alto rango en el ejército nazi y había participado en la ocupación de París. Su negativa a destruir la ciudad le valió el respeto y la admiración de muchos, incluyendo a los ciudadanos de París y algunos de los líderes aliados. Este acto de valentía moral se convirtió en una leyenda y en un ejemplo de la resistencia al régimen nazi. Von Choltitz no fue acusado de crímenes de guerra y vivió el resto de su vida en paz, hasta que murió en 1966.

Traigo esta historia a colación porque los precandidatos opositores tienen frente a ellos una situación similar a la que enfrentó Von Choltitz. Los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro han destruido prácticamente todo lo que han tocado. Y no les temblará la mano para terminar de arrasar lo que queda, y no es que lo diga yo, lo advirtió la inefable Iris Varela hace un tiempo. A los opositores no les queda otra que actuar con valentía moral.

Cuando hablo de valentía moral me refiero a la capacidad de actuar de manera justa y ética, incluso en situaciones difíciles, desafiantes y peligrosas. Esta forma de valentía es indispensable para hacer lo correcto, incluso cuando sea complicado o impopular. También supone defender los derechos de los demás, incluso si implica un riesgo personal.

Los candidatos opositores a un régimen autoritario como el que tenemos hoy en Venezuela deben mostrar una actitud de valentía moral en su lucha por la democracia y la justicia. Deben estar dispuestos a enfrentar amenazas, intimidación y violencia por parte del régimen y de sus partidarios. También deben ser capaces de vivir de acuerdo con valores y principios éticos universales, para inspirar a la población a unirse y apoyar la causa democrática a través de acciones que muestren su compromiso con la justicia y la libertad. Y, sobre todo, preservar la unidad por encima de sus agendas e intereses personales.

Esto les permitirá generar confianza y credibilidad entre sus seguidores y la población en general. Lo digo porque ya hay señales de que el régimen tratará, como los nazis, de bombardear las primarias y todo lo que esté alrededor de las elecciones. Cuentan con el poder, el apoyo militar y los alacranes. Si quienes se les oponen no demuestran coherencia, cohesión, garra y no están dispuestos a hacer sacrificios, no solo sucederá que la Historia no se los perdonará: los venezolanos del presente tampoco.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Vos te fuiste, por Juan Eduardo Fernández “Juanette”
¿Hasta cuándo se puede luchar? ¿Hice bien en irme? Son las preguntas que me taladran la cabeza mientras viajo de vuelta hasta mi casa

 

@SoyJuanette

Son las 10 de la noche y estoy volviendo en el colectivo aguantando las ganas de llorar. Acabo de tener una conversación con mi hijo acerca de la responsabilidad. Me prometí no convertirme en un padre cansón, pero a veces las situaciones de la vida te llevan a convertirte en algo que no eres. Y justamente de eso se trata esta columna.

Todo comenzó hace unas horas, cuando la madre de mis hijos me llamó y me pidió que hablara con nuestro primogénito, porque decidió “no asistir” a su clase de especialización. La realidad es que nos había contado que el profesor de computación se tomó en serio lo de la IA y decidió entregarle el curso al ChatGPT. Y justamente el hastío fue, según mi hijo, lo que lo impulsó a no ir a clase un día.

Ustedes dirán que no debo angustiarme porque no fue un día a clases, que todos lo hicimos alguna vez, y otras justificaciones para que no me preocupe. Pero la verdad estoy muy asustado porque me acabo de dar cuenta de que mi hijo de 15 años ya no es un niño y que es capaz de tomar sus propias decisiones. Lo más cumbre es que, a pesar de todo lo que estudiado, investigado y leído, no sé cómo manejarlo.

Apenas su madre me contó lo que había pasado, traté de apurar las agujas del reloj mentalmente para ir a hablar con mi hijo, para que me explique por qué decidió no ir a clase de computación, o como dicen aquí, “se tomó el palo de la secundaria”.

Al vernos en la puerta de su casa nos damos un abrazo y lo invito a caminar para que me cuente su versión. De acuerdo a lo que me cuenta, tanto él como sus compañeros decidieron no ir para que el colegio haga algo y les cambie el profesor por uno que mínimamente dé clases.

Le explico que, si el profesor falta cada vez que quiere, el que ellos dejen de asistir no hará ninguna diferencia. Ojo, tampoco le sugiero que tomen el colegio ni mucho menos, pero que charlen con la directora para que resuelva el problema. Incluso le ofrezco que si quiere voy a hablar, pero me dice: “Pa, ni en pedo. Ya no soy un niño”.

Trata de explicarme que ya han hecho de todo, y que nadie en su secundaria hace nada para resolverlo. Por eso se cansaron y no fueron a clases. Después de casi una hora tratando de debatir, y hacerlo entender que lo que hicieron no es correcto, ambos perdemos la paciencia y uso el argumento que todo padre de adolescente implementa cuando está perdiendo una discusión:

“Tienes que ir porque yo lo digo. Además, no puedes quedarte sentado cuando las cosas no suceden como quieres. Hay que trabajar para cambiar las cosas y no solo irse y ya está”.

Me escucha atento, veo en sus ojos la impotencia y la rabia mientras me escucha. Y apenas cuando termino de hablar, mi hijo nacido en Caracas, pero con un marcado acento porteño, lanzó la frase lapidaria que ahora me tiene a punto de las lágrimas: “Pero vos te fuiste, no te quedaste en Venezuela ¿Entonces no luchaste?”

Me quedé mudo… cómo me gustaría mostrarle fotos de mis días de lucha estudiantil en la universidad, contarle de las listas donde me incluyeron, la censura, de todas las razones que me hicieron irme… pero no puedo porque estoy demasiado impactado para seguir discutiendo.

Solo le estrecho la mano y agrego:

–Sabes qué hijo: tienes razón.

 Lo abrazo, le doy un beso en la mejilla y me despido.

¿Hasta cuándo se puede luchar? ¿Hice bien en irme? Son las preguntas que me taladran la cabeza mientras viajo de vuelta hasta mi casa.

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El cuento de los derechos humanos, por Asdrúbal Aguiar
La cuestión es saber hasta dónde llega el desafío y el despropósito del progresismo que deconstruye a las naciones de América Latina, dejándolas a la deriva

 

@asdrubalaguiar

Luis Inãcio Lula da Silva, prisionero tras el escándalo Lava Jato y de regreso como presidente de Brasil fue recibido con honores en Pekín, por el gobernante chino Xi-Jinping. Ha sido su preámbulo antes de convocar la Cumbre de jefes de Estado en Brasilia que ha puesto al margen a los mecanismos institucionales de la región, sujetos a la pesada e inaceptable carga, para las izquierdas irredentas, de las «cláusulas democráticas».

Su agenda de diálogo ha sido, nominalmente, sobre integración e iniciativas de cooperación sudamericana, la que finaliza con la formación de un Grupo de Contacto; sin que por ello pudiese ocultar el verdadero móvil de su iniciativa, a saber, reinsertar a Nicolás Maduro Moros en la comunidad internacional luego del aislamiento al que ha estado sometido por corrupción y violaciones sistemáticas y generalizadas de derechos humanos.

La tesis brasileña–de neta estirpe ruso-china–es que se ha construido una “narrativa” –“género literario constituido por la novela, la novela corta y el cuento”– orientada a demonizar al régimen de Caracas, para malponerlo. De donde, al afirmar que aquella es de tal filiación no incurro en despropósito o lance.

Tamizada desde antes por el Grupo de Puebla, a cuyo tenor la persecución judicial que sufren los suyos por las corruptelas ocurridas a manos de la Odebrecht y de la empresa petrolera venezolana PDVSA durante las dos últimas décadas es la obra de un «lawfare» –hace pocos días le robaron a esta 23.000.000 millones de dólares– de suyo el argumento de la narrativa hace preciso enganche con el predicado de Vladimir Putin y Xin-Jinping: “Se oponen al abuso de los valores democráticos [léase del Estado de derecho] y la injerencia en los asuntos internos de Estados soberanos con el pretexto de proteger la democracia y los derechos humanos”, dicen ambos en vísperas de la guerra contra Ucrania.   

La cuestión es que el presidente chileno, Gabriel Boric, si bien no cuestiona la “normalización” internacional del gobierno venezolano a fin de que el sistema multilateral pueda ayudarlo a que regrese sobre la senda de la democracia y al considerar de conveniente el levantamiento de las sanciones a las que ha sido sometido, aclara que no puede ocultarse, por “razones de principio”, que se trata de un violador de derechos humanos.

A su turno, el gobernante uruguayo, Luis Lacalle Pou, observando de plausible, aquí sí, la agenda de integración y cooperación planteada advierte preocupado a Lula que en el texto de la Declaración debatido se habla de democracia; lo que le obliga a decir –son sus términos expresos– que la presencia venezolana sugeriría que, para lo sucesivo y de no ser aclarado el término, tendría la democracia un significado variable para los presentes. Sin afirmarlo, alerta Lacalle sobre la emergencia de “democracias al detal” en América Latina.

Lo cierto es que, tras el telón, media un pedido de la Casa Blanca al nuevo gobierno paraguayo de Santiago Peña, para que acepte dialogar con Maduro y le acredite un embajador; lo que igualmente ha hecho el gobernante uruguayo.

Avanza rauda, entonces, como tendencia que busca imponerse en la región, una que desafía al patrimonio intelectual interamericano y europeo sobre la democracia y el Estado de derecho. Me refiero al milenario y que se renueva con la tragedia del Holocausto, una vez finalizada la Segunda Gran Guerra del siglo XX. Allí se fija como piedra angular y norma de orden público el respeto de la dignidad inmanente de la persona humana.

Lo que es peor, como se constata en los documentos del mencionado Grupo de Puebla, de la Agenda 2030 de la ONU y hasta en los del Gran Reseteo del Foro Económico Mundial de Davos, se busca predicar sobre derechos humanos –lo hace Boric– como «objetivos» medibles e inexcusables; pero no necesariamente atados ni interdependientes con los conceptos de la democracia y del estado constitucional, tal como lo han repetido, hasta la saciedad, las Cortes Europea e Interamericana de Derechos Humanos.

Pues bien, en la referida Declaración Conjunta que suscribiesen China y Rusia en Pekín, el 22 de marzo de 2022, se sostiene a pie juntillas que “una nación puede elegir formas y métodos de implementación de la democracia que mejor se adapten a su estado particular, basado en su sistema social y político, sus antecedentes históricos, tradiciones y características culturales únicas”. En pocas palabras, ese documento elaborado como guía para las relaciones internacionales en la Era Nueva concluye en que “sólo corresponde al pueblo del país decidir si su Estado es democrático” o no. Pasa a ser una cuestión propia de la intimidad o el fuero interno de cada pueblo.

La cuestión es saber hasta dónde llega el desafío y el despropósito del progresismo que deconstruye a las naciones de América Latina, dejándolas a la deriva, sujetándolas a explotación a través de la modalidad de los subsidios y su perversión con fines políticos, y en una línea de banalización de la criminalidad.

Colombia, así como anuncia que legalizará el narcotráfico y desde ya desmonta la tipificación de distintos comportamientos delictivos para volverlos virtuosos, Lula da Silva y algunos gobiernos de la región se muestran dispuestos, más que a acabar a la democracia, dejar en el pasado y como parque jurásico a los crímenes de genocidio, guerra, y lesa humanidad que tanto conmovieran a la conciencia universal en la segunda mitad del siglo XX.

A todas estas, ¿qué dirá la correligionaria de Lula da Silva y expresidenta chilena, Michelle Bachelet? El régimen de Maduro “sometió a las mujeres y los hombres detenidos a una o más formas de tortura”, así como “implementado una serie de leyes, políticas y prácticas que han restringido el espacio democrático” venezolano, señala su informe ante la ONU de 2019.

correoaustral@gmail.com

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La oferta electoral: ¿Venezuela pospetrolera o posrentista?, por Víctor Álvarez R.
El neorrentismo socialista degeneró en un modelo de dominación basado en el uso del ingreso petrolero para financiar la inversión social y crear una red clientelar que le sirve de apoyo social

 

@victoralvarezr

Precandidatos a la Presidencia de la República prometen la Venezuela pospetrolera. ¿Acaso el país con una de las reservas de petróleo más grandes del mundo se puede estar planteado ser un país pospetrolero? Creo que el debate electoral está mal enfocado y lo que Venezuela debe proponerse es aprovechar al máximo su riqueza petrolera, pero sin reeditar las patologías del rentismo. La pregunta es: ¿Venezuela pospetrolera o posrentista?

La maldición de la abundancia

La maldición de la abundancia comienza en Venezuela con la Leyenda de El Dorado, según la cual los conquistadores y colonos españoles incursionaban selva adentro buscando una ciudad hecha de oro, donde el cotizado metal era tan abundante y común que los nativos le daban poca importancia y por eso lo cambiaban por espejitos y otras baratijas. Luego, el extractivismo minero que se inicia en la época de la Colonia, se recrudece con el extractivismo petrolero, impulsado por los nuevos conquistadores representados en las corporaciones transnacionales de la industria petrolera.

Se impuso así un proceso de división internacional del trabajo determinado por las demandas de materias primas y energía de las grandes potencias industrializadas. En este esquema, unos países se limitan a ser simples proveedores de materias primas y energía, mientras que otros dominan los procesos de transformación industrial. Pero el extractivismo-rentista se prolonga bajo gobiernos progresistas y de izquierda que reivindican la soberanía nacional sobre los recursos naturales y profundizan la actividad extractiva con el fin de generar una creciente renta que les permita financiar el gasto social clientelar y prolongarse en el poder.

Ante la necesidad de obtener recursos financieros, los países extractivistas-rentistas caen en un círculo vicioso del cual no pueden salir.

Al no contar con una economía fuerte que garantice la soberanía alimentaria y productiva, intensifican la extracción y exportación de recursos naturales. Pero a medida que captan una mayor renta, mayor suele ser la propensión a importar toda clase de productos, con lo cual frenan y desplazan la producción nacional.

Pareciera que los países que se dedican a la extracción y exportación de petróleo, minerales y materias primas están condenados a sufrir la maldición la abundancia. Son ricos en recursos naturales pero pobres en tecnologías para transformarlos. El cuantioso ingreso en divisas que obtienen al exportarlos tiende a sobrevaluar la tasa de cambio. Y con una divisa barata se dedican a importar lo que deberían producir para satisfacer sus necesidades, cuestión que inhibe el desarrollo del aparato productivo.

Al contar con un abundante ingreso en divisas se apela al expediente fácil de importar, en lugar de encarar y superar el desabastecimiento y la escasez a través de un sostenido impulso a la agricultura y a la industria. Es como si a través de las importaciones se vieran obligados a devolverle a las grandes potencias y demás países, el plusvalor internacional que captan por la exportación de petróleo y otros recursos naturales.

Desde que apareció el petróleo en la vida nacional se viene advirtiendo sobre las graves distorsiones que generaría en la economía y sociedad venezolanas el mal uso de la renta petrolera. Alberto Adriano, Arturo Uslar Pietri y Juan Pablo Pérez Alfonso fueron los primeros en anticipar que Venezuela terminaría convertida en un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia corruptora si no lograba conjurar la tentación de convertir aquella incipiente riqueza en el manantial de los festines y derroches por venir.

Del capitalismo rentístico al neorrentismo socialista

En el debate nacional se distinguen dos énfasis en torno al destino que debe tener la renta petrolera. Durante el período denominado como el capitalismo rentístico (1936-1998), la siembra del petróleo consistió en el financiamiento del proceso de acumulación a través de préstamos blandos a las empresas y la construcción de autopistas, ferrovías, puentes, centrales termo e hidroeléctricas y demás obras de infraestructura que requiere la actividad económica.

En efecto, un alto porcentaje de la renta se destinó a financiar la creación de un entorne favorable a la iniciativa empresarial a través de préstamos a bajas tasas de interés y largos plazos; inversiones en infraestructura y servicios de apoyo a las inversiones de capital; petrodólares baratos para importar maquinarias, insumos y tecnología; y compras gubernamentales en condiciones muy favorables para la producción nacional.

El capitalismo rentístico comenzó a dar señales de agotamiento cuando los incrementos en la producción no encontraron espacio en el mercado interno, ni en los reñidos mercados internacionales, lo cual se agravó con la sobrevaluación de la tasa de cambio. Un petrodólar abundante y barato estimuló toda clase de importaciones que desplazaron a la agricultura e industria. En lugar de esterilizar el impacto negativo de la renta petrolera, su inyección a la circulación doméstica desató una creciente demanda que no tuvo su debido respaldo en el incremento de la producción interna.

La sobrevaluación reveló la estrechez del mercado interno y –al castigar la competitividad cambiaria de las exportaciones–, obstaculizó también el crecimiento hacia afuera. Como la sobrevaluación limitó la absorción productiva de la renta, la rigidez de la oferta –aunada al incremento sostenido de la demanda–, entronizó una persistente inflación que erosiona la capacidad adquisitiva de los salarios y empobrece a la población.

El neorrentismo socialista

En el neorrentismo socialista (1999-2023) la renta petrolera se destina al financiamiento de la inversión social a través de misiones sociales en los campos de la alimentación, educación, vivienda, salud, etc.; y, a través de transferencias monetarias y bonos. Ambos mecanismos sirvieron para implantar un creciente control social a través de políticas asistencialistas que acostumbraron a la población más vulnerable a vivir de gratuidades en el acceso a bienes y servicios que solo podían pagarse y sostenerse en períodos de altos precios del petróleo.

El neorrentismo socialista degeneró en un modelo de dominación basado en el uso del ingreso petrolero para financiar la inversión social y crear una red clientelar que le sirve de apoyo social. Debido a la contracción del aparato productivo interno y su incapacidad para generar empleos al ritmo de la población económicamente activa, el neorrentismo socialista tiende a acentuar el papel empleador-clientelar del Estado. Este modelo no generara un trabajo emancipador, toda vez que este queda mediatizado por la lógica opresiva del Estado burocrático que funcionariza y somete a la fuerza de trabajo.

Así, la dominación se logra a través de un sistema de premios y castigos para asegurar la lealtad de los seguidores políticos, comprar la simpatía de grupos ambivalentes y castigar o disuadir a los adversarios. Este modelo de dominación funcionó mientras los ingresos petroleros resultaron más que suficientes para financiar la inversión social y alimentar los canales para distribuir la renta. Pero con la caída de la producción petrolera, el gobierno ya no cuenta con la misma capacidad financiera y los mecanismos de control social y electoral han entrado en crisis.

En definitiva, tanto el capitalismo rentístico como el neorrentismo socialista son expresiones distintas del mismo modelo de acumulación extractivista, sustentado en una creciente extracción del petróleo que está depositado en el subsuelo. El primer enfoque conduce a una desviación desarrollista que favorece a las empresas y contratistas que se llevan los créditos baratos y la ejecución de las grandes obras; mientras que el otro degenera en un modelo populista y clientelar a través de programas asistencialistas y bonos. Así, en la Venezuela rentista, los actores económicos y sociales se han acostumbrado a obtener ganancias e ingresos que no son fruto de su propia inversión ni de su trabajo.

¿Cuánto tiempo le queda al petróleo?

Más allá de las visiones alarmistas sobre la sustitución del petróleo como principal fuente de energía, Venezuela tiene que plantearse una transición sin traumas al posextractivismo. Esto pasa por optimizar el ingreso petrolero en función de financiar el tránsito de una economía rentista e importadora hacia una economía productiva y exportadora. Sin embargo, cada vez que se desploma la renta se plantea el objetivo de ir a la Venezuela pospetrolera, cuando en realidad lo que se debe plantear es la reconstrucción de la industria petrolera y el avance hacia una Venezuela posrrentista. De cara a las alternativas para optimizar el ingreso petrolero en función de la transformación económica y mejorar las condiciones de vida de la sociedad, el debate electoral en materia petrolera debería dejar claras las siguientes preguntas:

1) ¿Cuáles son las metamorfosis del extractivismo?

2) ¿Continuidades y rupturas entre capitalismo rentístico y neorrentismo socialista?

3) ¿Cuáles son los mecanismos para la distribución de la renta petrolera?

4) ¿Cuáles son las patologías del rentismo?

5) ¿Cómo se manifiesta la cultura rentista?

6) ¿Qué hizo Noruega con el petróleo que todavía puede hacer Venezuela?

7) ¿Es posible la industrialización nacional de los hidrocarburos?

8) ¿Cuánto tiempo le queda al petróleo?

9) ¿Cómo preparar a Venezuela para otra crisis de abundancia rentística?

10) ¿Cómo superar la maldición de la abundancia?

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