Orlando Viera Blanco, autor en Runrun

Orlando Viera-Blanco

El retorno a la democracia | El Pacto de Puntofijo (VI), por Orlando Viera-Blanco

En la grafica, la mesa donde se firmó el Pacto de Puntofijo, en octubre de 1958.

Queremos rescatar de las transiciones chilena, española, portuguesa, brasileña, polaca y venezolana un valor superior: la unidad ciudadana inspirada por actores políticos audaces, visionarios, donde la palabra es ley

 

@ovierablanco

El Pacto de Puntofijo fue un acuerdo de gobernabilidad entre los partidos venezolanos AD, Copei y URD, firmado el 31/10/58 pocos meses después del derrocamiento de la dictadura de Marcos PérezJiménez [23/1/1958].

El pacto permitió la estabilización en los primeros años del sistema democrático representativo. Se firmó en la casa de Rafael Caldera llamada Puntofijo. Caldera es reconocido como el padre de los pactos, inspirador de numerosos procesos de transición política de dictaduras militares a democracias en Latinoamérica y Europa. Es sano alertar que el Pacto de Puntofijo fue concebido y ejecutado en otros tiempos, otras circunstancias y por otros hombres.

Antecedentes. Del Petróleo a la democracia…

El Pacto de Puntofijo da lugar a la República civil en contraste con el predominio de regímenes militares. Constituyó una era de progreso y modernización económica y cultural [1958-1998]. Nos condujo a un régimen republicano, la Constitución más longeva en la historia nacional [1961] y la consolidación de la democracia como only game in town [Miguel Ángel Martínez Meucci dixit].

A diferencia de otras repúblicas latinoamericanas, Venezuela vivió una independencia sangrienta además de un siglo de montoneras [1830-1930] incluyendo la Guerra Federal, lo cual arrojó un país con una fisonomía política variopinta, caudillista y desgarrada. En el siglo XIX perdimos un tercio de la población [un millón de almas]. La hegemonía andina se impuso hasta la primera mitad del siglo XX con Juan Vicente Gómez a la cabeza, siendo la explotación petrolera un “factor dinámico” de redención política, desruralización y movilización social no vivido en el continente.

El manejo centralizado de las rentas provenientes de la industria petrolera [concesiones extranjeras de Gómez] permitió engrosar las capacidades del Estado y la gobernabilidad por el fortalecimiento de las FF. AA. La estructura de los partidos políticos pasa de decimonónica, vertical y cerrada, a nuevas organizaciones policlasistas, socialistas y estatistas.

Los presidentes Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita combinaron su hegemonía militar con pretensión de apertura tutelada “desde arriba”. Pero no lograron detener la instauración del voto directo, universal y secreto [1945]… El llamado Trienio Adeco (1945-48) “constituyó una coyuntura polarizadora reformista… en un intento de excluir a los sectores nacionales tradicionalmente más poderosos (Ejército, gremios, Iglesia, empresariado) y reducir su enorme influencia de EE. UU. en la política petrolera”.

La agitación en los campos petroleros buscaba nacionalizaciones a la usanza de la Revolución mexicana. Sobreviene el golpe de Estado de noviembre de 1948, derrocando la presidencia de don Rómulo Gallegos. Se instala una nueva dictadura militar dirigida por Marcos Pérez Jiménez.

Venezuela, política y [más] petróleo

El plan de Barranquilla [1931] redactado por Betancourt [un joven de 27 años] y otros 11 ilustres venezolanos [Generación del 28], es considerado el primer antecedente político a la aparición de AD. El Plan de Barranquilla fue el «manifiesto» de la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI), fundada a los pocos días en la misma ciudad. Pero Betancourt pronto abandona el radicalismo marxista que se desprende del documento y busca mayor moderación; un proyecto socialdemócrata con una visión urbana, civilista, ascendente-no piramidal y liberal. Un visionario.

Vale la pena destacar la madurez política de Rómulo Betancourt quien desde el manifiesto de Barranquilla hasta su obra Venezuela, política y petróleo, demuestra una importante evolución sobre el oro negro como factor de desarrollo para Venezuela.

Si bien fue calificado de “prevaricador” del ideario nacional-revolucionario [José Alberto Olivar], “Betancourt conservó la esencia de sus afiebradas lecturas juveniles al descifrar que el problema del poder en Venezuela iba más allá́ del simple ejercicio despótico de una camarilla caudillezca, sino de la presencia de un modo de producción de latifundista, sustentado en la relación patrón-clientela entre la oligarquía terrateniente y el campesinado”.

Agrega Betancourt: “AD ha adoptado siempre una actitud mediata y responsable en lo que a EE. UU. se refiere. Hemos reconocido la realidad obvia de las ligazones que nuestro país tiene en el orden político y económico, con la única gran potencia del continente americano de poderosa gravitación universal (…). Partidos llamados por inevadibles responsabilidades a ejercer una influencia rectora en los rumbos de un país no pueden ni deben ser, en la América Latina, ni pitiyanquis ni yancófobos”. Da en clavo del justo medio…

Al referirse a la reforma petrolera instrumentada por el presidente Medina Angarita [1943], Betancourt señala “que este no fue más que un nuevo capítulo de frustraciones en donde coincidieron los intereses pecuniarios del gobierno y los propósitos monopolistas de las compañías petroleras”. La transición venezolana hacia la democracia colocaba al Estado como rendidor de cuentas, no como un gendarme petrolero. Pero tal alcance accountabilty nunca llegó. Y lo sufrió y pagó la democracia con su quiebre en 1992.

Brota en Betancourt su “simpatía” con el modelo capitalista: “Los gobernantes venezolanos [1946] estábamos –y estamos– convencidos de que nuestro país no puede saltar la etapa de desarrollo capitalista de su economía. El estado que atravesamos reclamaba una transformación nacional-revolucionaria y no una ajustada a modelos socialista o comunista”. Nace la Ley de Hidrocarburos de 1946… Ese pensamiento progresista, moderno, abierto y liberal marcó el pacto de Puntofijo. Un pacto de élites ilustradas que parió una de las democracias ejemplares de Latinoamérica, referencia de transiciones democráticas posteriores en el continente y Europa.

Fundamentos políticos, jurídicos y electorales del pacto

El Pacto de Puntofijo fue un acuerdo de respeto mutuo, inteligencia y cooperación entre las diversas fuerzas políticas. El gobierno de Rómulo Betancourt [1959-1964] tuvo participación ministerial de los tres principales partidos democráticos [AD. COPEI, URD].

Los vértices de esta estabilidad democrática y republicana pasaron por convocar elecciones de una Asamblea Constituyente, elaborar una nueva Constitución [1961] y llamar a elecciones para constituir los nuevos poderes públicos. Las fuerzas políticas se comprometieron con un programa mínimo común. Se acordó que ninguno de los partidos debía incluir en sus programas puntos contrarios al programa pactado. La palabra era ley…

El Golpe del 58, del 4F-92 y un largo amanecer…

Sectores militares descontentos con el régimen dictatorial de Pérez Jiménez semanas después del fraude con el plebiscito de 1957, propiciaron la oportunidad de cambio. Tras la intentona fallida que comandó la aviación militar al despuntar el año 1958, el dictador no aguantó la presión de sectores muy importantes de las propias FF. AA. y abandonó el país en su vaca sagrada. La junta de gobierno que presidió el vicealmirante Wolfgang Larrazábal facilitó que los principales líderes de los partidos políticos –perseguidos o exiliados–se reunieran y materializaran los términos de un entendimiento.

La experiencia fallida del Trienio Adeco, profundas reflexiones y manifiestos sobre un plan país, más la seriedad y espíritu democrático de Rómulo Betancourt (AD), Rafael Caldera (COPEI) y Jóvito Villalba (URD), sellaron el célebre Pacto de Puntofijo.

El caso venezolano –decíamos– parece confirmar la tesis de Burton y Higley, quienes sostienen que el origen de los sistemas democráticos está profundamente vinculado a la instauración de pactos de élites (elite settlements). El Pacto de Puntofijo nació de un consenso de “élites políticas”, cierto, pero expansivo a todos los sectores de la vida nacional: obreros, Iglesia, empresarios, agroindustriales. Ilustrativo.

El país fue otro desde el 4F-92. Las variables transicionales de hoy se desmarcan a la realidad del año 1958. Hoy tenemos unas FF. AA. desmanteladas de doctrina, armas y recursos; una Venezuela fracturada y un retroceso atávico y cultural distinto y alejado de las 4 décadas de democracia, civilidad y convivencia –con virtudes y carencias– vividos entre 1958 y 1998. 

Pasamos de una era civilista, industriosa, progresista, educada, constructora de un tejido social movilizado y redimido por un rentismo petrolero que colapsó, a un reparto estatista, colonialista, gendarme, personalista y miliciano al servicio de nuevo caudillo… del nuevo taita.

Venezuela hoy acumula 24 años de un Estado ausente, sin justicia, sin legalidad, sin voto ni Estado de derecho. Una población desciudadanizada a tope. El resultado: la anomia, la violencia, el desmembramiento social y familiar. 

Desde 1998 Venezuela ha vivido un vaciado identitario y democrático inédito. Ello dificulta construir un nuevo pacto unitario de transformación política –civilista y ciudadano– aunque tutelado, como el periodo 1936-1945 de López Contreras y Medina, o de ruptura y consenso [1948-1958] de Pérez Jiménez a Betancourt. Otro talante, otra lucha, otra capota, otro sable, otro pueblo….

Culminamos así nuestra serie El retorno a la democracia. Queremos rescatar de las transiciones chilena, española, portuguesa, brasileña, polaca y venezolana un valor superior: la unidad ciudadana inspirada por actores políticos audaces, visionarios, donde la palabra y su determinación por la libertad y en democracia, fue anteponer los intereses de la nación a los intereses partidistas o personales.

Eso fueron Aylwin, Suárez, Spínola, Walesa, Fernandez Cardoso, Betancourt, Caldera y Villalba… Hacedores de pactos, parteros de democracias y libertad. Tomemos ejemplo de ellos…

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El retorno a la democracia | Polonia (V), por Orlando Viera-Blanco
Hoy Polonia sigue de pie defendiendo sus instituciones, su democracia y su prosperidad, como la soñó Walessa, como la quiso Karol Józef Wojtyła [Juan Pablo II] y como lo exhibe con orgullo, el milagro polaco

 

@ovierablanco

Desde 1989 hasta 1991, Polonia se embarcó en una transición democrática que puso fin a la República Popular de Polonia y condujo a la fundación de un gobierno democrático, conocido como la Tercera República de Polonia (III Rzeczpospolita Polska).

Los Acuerdos de la Mesa Redonda de Varsovia, del 6 de febrero al 4 de abril de 1989, marcaron el fin de un proceso de transición de la ocupación y el comunismo camino a la democracia. Queremos destacar tres aspectos fundamentales de la transición polaca: I. el carácter independiente y nacionalista del pueblo polaco; II. el liderazgo de Lech Walesa, y III. La influencia de Juan Pablo II y la Iglesia católica.

Antecedentes. Polonia, un pueblo resistente e irreverente

El gobierno de Polonia en el exilio operó desde septiembre de 1939, cuando Polonia fue atacada por los alemanes y comenzó la II Guerra Mundial. Los líderes del gobierno en el exilio estuvieron inicialmente en Francia y en 1940 se trasladaron a Londres. El gobierno en el exilio ejerció funciones simbólicas, y como consecuencia de los acuerdos de la Conferencia de Yalta en 1945, fue perdiendo reconocimiento internacional. La extinta Unión Soviética dominó Polonia entre 1945 y 1989 imponiendo el Partido Comunista Unido de Polonia.

Cerca del fin de la II Guerra Mundial, el avance del Ejército Rojo soviético expulsó a las fuerzas alemanas nazis de la Polonia ocupada. Stalin, en la Conferencia de Yalta, sancionó un nuevo gobierno polaco de coalición procomunista, el cual ignoró al Gobierno de Polonia en el exilio. Fue descrito como la traición occidental de las potencias aliadas a Polonia, para apaciguar al líder soviético.

Para 1946 todos los partidos de derecha habían sido declarados ilegales. Nace un nuevo Frente de Unidad Nacional progubernamental, teniendo al Partido Unido Comunista Polaco y sus aliados de izquierda como único activista. En enero de 1947, se celebran las primeras elecciones parlamentarias con candidatos del Partido Polaco progobierno y una débil oposición del Partido Campesino Polaco. Los resultados electorales fueron ajustados por el propio Stalin para favorecer a los comunistas. Con fraude los candidatos del régimen ganaron 417 de 434 escaños en el Parlamento (Sejm). Muere de hecho el sistema multipartidista en Polonia.

El Acuerdo de Potsdam de 1945 completó el cambio de las fronteras polacas y aprobó su nuevo territorio entre la Oder-Neisse y la Línea Curzon. Polonia se convirtió en un Estado-Nación, étnicamente homogéneo. Producto del del Holocausto, la expulsión de alemanes al oeste, el reasentamiento de ucranianos en el Este y la repatriación de los polacos de Kresy, los polacos quedan a merced del nuevo gobierno comunista. El Partido Obrero Unificado Polaco [PZPR], bajo la dirección de Bolesław Bierut, controlaba el país. Pero la resistencia no cesaría. En la década de los 50 surge el malestar social, la depresión económica y aumento de los precios, lo que llevó a una ola de huelgas. Alumbra la lucha de calles y de puertos contra el comunismo.

La Mesa Redonda. El milagro polaco…

Hacia 1956 cambia radicalmente el comunismo en Polonia. Se impone el socialismo real, más autoritario. Habilidoso, el gobierno emprende un nuevo programa económico basado en préstamos a gran escala de Occidente. Al final Occidente siempre sería el “buen oficiante-cobrador implacable e imperial”. Aumentaron los estándares y expectativas de vida, pero el programa fracasa por la crisis del petróleo de 1973.

Tras las huelgas de fábricas recurrentes en los 70’e inicios de los 80, surge el movimiento Solidaridad, liderado por Lech Walesa. Polonia cabalga a la transición. El 18 de diciembre 1988, Lech Walesa fundó el Comité Ciudadano Solidaridad en las instalaciones de la Iglesia la Divina Misericordia en Varsovia. Para aplacar los sentimientos anticomunistas, el gobierno socialista, cada vez más totalitario, dialoga con Solidaridad y otros grupos de oposición. En 1988, la Mesa de Negociaciones alteró radicalmente la estructura del gobierno polaco. Los Acuerdos de la Mesa Redonda de 1989 habilitan la participación de Solidaridad en las elecciones.

La Ley Marcial de Polonia (1980-1983) había ilegalizado a Solidaridad encarcelando a sus líderes. Producto de la resistencia pacífica y firme, en abril de 1989 Solidaridad fue legalizada y participó en las elecciones. Solidaridad surgió como un legítimo y legal partido político. Se aprobó la libre elección del 35 % de los escaños en el Sejm y todos los escaños del Senado. Fue una gran victoria para Solidaridad: 99 de 100 escaños del Senado y 160 de los 161 escaños disponibles creados en el Sejm… Jaruzelski fue el único por el POUP que ganó por un voto en el Parlamento… Lech Walesa fue elegido presidente de Polonia y Jaruzelski renunció a su cargo. El presidente del gobierno en el exilio, Ryszard Kaczorowski, entregó al presidente electo Lech Walesa la Orden del Águila Blanco y la Orden de Polonia Restituta. Wl poder en el exilio, no fue determinante… Terminaban 41 años de ocupación comunista. Comenzaba el milagro polaco…

Juan Pablo II. Un líder crucial por la libertad

Juan Pablo II jugó un rol determinante en la defensa de las libertades humanas, abogando por sus hermanos y ante la comunidad internacional (Europa democrática y EE. UU.) que reclamaba la democracia para Polonia. Durante cuatro décadas el proceso político polaco de transición se apoyó en tres factores: I. Una inmensa presión popular interna organizada en el Movimiento Sindical Solidaridad; II. Una Iglesia católica decidida y proactiva por el cambio de régimen, y IIIi. Una nación independiente e irreverente que renegaba la imposición del comunismo.

El papel de los medios de comunicación en el proceso de transición polaco también fue fundamental. En ese país, durante el período comunista, los medios (periódicos, radio y televisión) eran propiedad estatal, controlados por las autoridades comunistas. Sin embargo, había prensa de oposición que se publicaba ilegalmente en Polonia y también que se producía fuera del país y se divulgaba secretamente.

La Fuerza Armada y los militares no eran relevantes. En el caso de Polonia, cuando el general del Ejército polaco Wojciech Jaruzelski pasó a ser la cabeza del gobierno en 1981, fue una excepción… El proceso de democratización de Europa requirió transformar las instituciones (hacerlas democráticas y no partidistas), transformar la economía en una de libre mercado y no estatista, transformar a la sociedad con el surgimiento y fortalecimiento de la sociedad civil. Los partidos son necesarios, pero no deben absorber/monopolizar la política.

Se identifican tres etapas en el proceso polaco: 1. La pretransición: un momento de preparación de la sociedad y que tomó aproximadamente ocho años. En 1988 nace Solidaridad y 1989 se derrumba el sistema. Vale destacar el liderazgo de Lech Walesa y el involucramiento del papa Juan Pablo II. Un polaco que luchó por la liberación de su país sin importar su posición neutral al frente del Vaticano. Sin la bendición de Juan Pablo II, Solidaridad hubiese quedado ilegalizado… 2. La transición propiamente dicha, que agrupa el conjunto de decisiones y acciones que debieron tomar los factores del poder y la oposición para implementar y afianzar los cambios (movilizaciones, elecciones, debates). En esta etapa se construyó el tipo de sistema político”. 3. La consolidación de la democracia con elecciones periódicas, resultados ciertos y múltiples actores con igualdad de derechos. Esta etapa se puede identificar transcurridos por lo menos 10 años de iniciado el proceso.

De la transición política polaca deseamos rescatar –como las transiciones española, chilena y brasileña– la conformación y arraigo de la cultura democrática en la ciudadanía. El ideal democrático que se consagra a través de un liderazgo sólido, coherente, astuto que vio en la organización partidista, más las alianzas civiles, más el interés ciudadano por elecciones libres etiquetas fundamentales de legitimación libertaria. Sin espíritu y voluntad ciudadana, el espíritu de la ley, de cambio y de acción política, son letra muerta. Votar no es todo. Es necesario solidaridad, sacrificio e internalidad. La comodidad no fecunda poder…

La caída del muro de Berlín en 1989 no lo fue todo. La determinación de un pueblo por su independencia e identidad, un liderazgo alineado con la sociedad por la libertad, como el de Solidaridad, más la nobleza de un papa cómo Juan Pablo II, irredento anticomunista, liquidaron las aspiraciones autoritarias y de perpetuidad de la Confederación Rusa.

Hoy Polonia sigue de pie defendiendo sus instituciones, su democracia y su prosperidad, que le ha traído paz, estabilidad y justicia, como la soñó Walessa, como la quiso Karol Józef Wojtyła [Juan Pablo II] y como lo exhibe con orgullo, el milagro polaco ¡Grande Polonia!

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El retorno a la democracia | Brasil (IV), por Orlando Viera-Blanco
La transición transaccional de Brasil –de arriba hacia abajo– también enaltece a figuras como Fernando Henrique Cardoso, hombre enlace entre el gendarme-elite y la reinstitucionalización democrática

 

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Brasil vivió un proceso de retorno a la democracia conocido como la transición de las transiciones. Comenzó desde arriba: el quiebre de la coalición militar. Toleró una limitada movilización cívica y partisana. La apertura a la liberalización política se creó por una fisura entre las facciones más duras de los militares. Por esa “rendija posibilista”, se deslizó una oposición política audaz, inteligente y perseverante.

Antecedentes. Una nación de poca tradición democrática

Brasil no tiene una tradición democrática como muchos de los países de la región. Ha tenido una característica reiterada, al decir de Perly Cipriano: “élites con una gran capacidad de realizar transiciones a diferentes gobiernos sin perder su poder”.

La I República de Brasil resultó proclamada por un golpe de Estado del mariscal Deodoro [1889]. Hasta 1930 Brasil tuvo una república vetusta, sin pueblo. Mujeres ni pobres votaban por analfabetas. Se generó un concepto republicano que medraba en las alas de los militares. Esta es la génesis de Brasil rumbo a la democracia. Una transición de la transición de lo militar a lo cívico-militar. Lenta, gradual, compleja, asimétrica.

Recordemos la revolución de 1930 de Getúlio Vargas, un caudillo parecido a Perón. Fuerte, gaúcho, padre de los pobres, con apoyo de los sindicatos… En ese período Getúlio ejerció una democracia con cierta participación del pueblo. Vargas gobernó [Estado Novo] hasta 1945, y de 1951 a 1954, cuando se quita la vida. Le sucede Café Filho… Más tarde es elegido el Dr.Juscelino Kubitschek [1956-1961] y Jânio Quadros [1961], conservador, cercano a los latifundistas. Quadros dimite y es sustituido por Joao Goulart, quien lideró un movimiento nacionalista… Vino el golpe militar [1964] con el apoyo de latifundistas, grandes empresarios, multinacionales, buena parte de la clase media, la Iglesia católica y los medios de comunicación.

El golpe de Estado. Antecedentes

El golpe militar en Brasil contra el presidente João Goulart, la madrugada del 31/3/64, se conoce como «Revolución de 1964» o «Contrarrevolución de 1964».

Goulart asume el gobierno el 2/9/61, tras la renuncia del presidente Jânio Quadros y la aprobación de una enmienda a la Constitución de 1946. Goulart quedaba reducido como jefe de Estado mientras el jefe de Gobierno sería un primer ministro. Ese sábado 2/9/196, Brasil se convirtió en una democracia parlamentaria… Los actos del presidente de la República deberían ser refrendados por el primer ministro. El primer ministro fue Tancredo Neves.

En 1963 la población apoyó la vuelta del presidencialismo y Goulart pasó a defender reformas en la economía que permitirían una mejor distribución de la renta, conocidas como las Reformas de Base… A inicios de 1964 la economía de Brasil sufría graves problemas de inversión. Exigen al presidente Goulart renunciar a sus reformas y sacar de la administración a sus aliados de izquierda […] El viernes 13/3/1964, en una gran asamblea al lado de la estación Central de ferrocarril en Río de Janeiro, “Goulart desafía y firma en la plaza pública un decreto de expropiación de las refinerías de petróleo privadas y de tierras. Surgen las protestas y la marcha “por la salvación de la democracia”.

El jefe del Estado Mayor del Ejército, Gral. Amaury Kruel, llamó por teléfono en la noche del día 31/3/64 al presidente Goulart para pedirle que renunciara. Aquél se negó y Goulart le respondió: «General, Ud. debe aferrarse a sus convicciones. Ponga sus tropas en la calle y traicióneme públicamente». El Gral. Kruel y las tropas paulistas se unen al golpe. Goulart se vio obligado a salir de Brasil y cruzar la frontera uruguaya el 4 de abril.

Dictadura, transición y vuelta a la democracia

La dictadura duró veintiún años. Humberto De Alencar Castelo Blanco asume el poder el 15/4/64. Desmantela el Congreso y la izquierda. Perfila la nueva Constitución de 1967, que concentra poderes en el Ejecutivo. Líderes como Juscelino Kubitschek, Carlos Lacerda y Adhemar de Barros –que habían apoyado el golpe– son privados de sus derechos políticos. En 1967 tomó el poder el mariscal y exministro de Guerra, Marco Costa e Silva, tras la muerte en un accidente de avión de Castelo-Blanco…

La dictadura alcanzó el apogeo de su popularidad en la década de 1970 con el llamado «milagro brasileño», incluso cuando el régimen censuró los medios de comunicación, torturó y exilió a los disidentes… Cuando el general Ernesto Geisel asumió el poder [ganó las elecciones en 1974 con Alianza Renovadora Nacional, ARENA, partido apoyado por las FF. AA.], propuso cambios y ablandamiento en las formas de represión…Llegaba la apertura política que se contrapone a la rigidez del régimen militar de los anteriores gobiernos de Costa e Silva [1967-1969] y Emílio Garrastazu Médici [1969-1974]. João Baptista Figueiredo [1979-1985] fue el último regente de la dictadura militar que favoreció la apertura política liderada por Geisel.

En medio de marchas y manifestaciones populares en 1982 se realizan las primeras elecciones libres de la legislatura. En 1988 se aprobó una nueva Constitución. Brasil vuelve a la democracia. En ese camino restaurador fue clave la apertura propiciada por los militares, pero también el talante negociador de la oposición, que aprovechó cada milímetro de espacios conquistados…

Fernando Henrique Cardoso y otros miembros de la oposición argumentaron que la participación en elecciones de 1974 dentro del sistema era el camino más seguro para lograr un cambio democrático. La oposición obtuvo 16 de los 22 escaños en juego en el Senado [1974], aumentó su presencia en la Cámara Baja, del 28 al 44 % y se hizo con el control de cinco gobiernos estatales. Una dolorosa derrota para el gobierno. Geisel abría el juego político.

El día 15/1/1985 Tancredo Neves es elegido presidente, pero el 14 de marzo, a la víspera de la toma de posesión, Neves fue ingresado de urgencia en el hospital. Muere el 21/4/85 tras siete operaciones. Al día siguiente, el Congreso Nacional anunció la vacante presidencial. Asume el vicepresidente, José Sarney.

La habilidad de Cardoso

Fernando Henrique Cardoso, sociólogo, fue un hombre de izquierda que hizo alianza con sectores conservadores de Brasil para generar una transición. Eso demuestra la sagacidad de Cardoso y su entendimiento con la elite brasileña […] Brasil, España y Chile son típicos casos de transición pactada, que alumbraron regímenes mixtos donde lo civil fue una concesión de lo militar. Son las llamadas democracias reconstruidas que tienen como factor común la permanencia de enclaves autoritarios.

De la vuelta a la democracia a la brasileña podemos resumir el pragmatismo de las elites brasileñas que adoptaron el liberalismo como garantía inevitable de un nuevo orden social, acompañada de una clase política y movimientos populares que supieron presionar y relajar la regencia gendarme… Con la apertura y liberalización, surgía la sociedad civil; ergo: la campaña por elecciones presidenciales Diretas já o la marcha de los cien mil. El nuevo actor en la escena política fue el pueblo brasileño que impulsó la reforma constitucional en 1988. Las graves condiciones de la economía propician un outsider de la política, construido por los medios de comunicación: Collor de Mello.

Del pacote de Collor de Mello a Inácio Lula…

Fernando Collor de Melo fue el primer presidente electo [1990] por voto directo. Cae en 1992 con su pacote de medidas de choque y fuertes acusaciones de corrupción. Correspondió a Itamar Franco completar su período. Designan a Fernando Henrique Cardoso como titular del Ministerio de Economía, que marca otro momento de inflexión en la historia de la transición brasileña. Logró el control de la inflación y cimentó su prestigio político [Cardoso], quien será elegido por dos períodos consecutivos como presidente [1995-2003]. En 2003 Brasil vive el primer traspaso de poder a una tolda política diferente [Partido de los Trabajadores] a Luiz Inácio Lula da Silva.

Una transición excepcionalmente militar

En veinte años de gobierno militar, Brasil tuvo cinco presidentes [Castelo Blanco, Costa e Silva, Garrastazu Médici, Oliveira Figueiredo y Ernesto Geisel]. Todos mostraron la necesidad de dejar el poder tras un período de tiempo. Esta regularidad en la sucesión es excepcional en un régimen autoritario.

Brasil contó con hombres como el presidente Gral. Geisel, el expresidente de Gobierno Golbery de Couto e Silva y el exministro Petronio Portella, para lograr un equilibrio entre la introducción de reformas y el mantenimiento de un grado de control…

La transición transaccional del Brasil –de arriba hacia abajo– también enaltece a figuras como Fernando Henrique Cardoso, hombre enlace entre el gendarme-elite y la reinstitucionalización democrática que, con gran elasticidad política, audacia y buen manejo económico, lideró al Brasil a una democracia que no había conocido…

Una sociedad que, en medio de sus dificultades, ha sabido reintegrarse socialmente, reconstruirse como Estado, modernizarse y perdonarse, superando –como noble ejemplo de redención política– las rencillas del pasado. ¡Brasil grande, acima Brasil!

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El retorno a la democracia | Portugal (III), por Orlando Viera-Blanco
La transición portuguesa significó un retorno a la democracia duro pero ejemplar. Un esfuerzo de recomposición política cívico-militar, único y trascendente. ¡Grande Portugal!

 

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La transición política portuguesa es uno de los procesos políticos, sociales, militares y civiles más interesantes y complejos de las transiciones de la III Ola [Huntington, dixit]. Europa despertó en los años 70 de un autoritarismo cerrado a la democracia.

Múltiples gobiernos provisionales, fugaces, espasmódicos, débiles, hacían del tránsito del Estado Novo a la democracia, una ruta elevada de “purgas salvajes” contra la antigua coalición autoritaria. Portugal vivió una década de inédita agitación política [1974-1983], donde el liderazgo de hombres de carácter y visión [Spínola, Eanes, Soares], fue “el laxante purificador” del pasado, un justo medio accidentado pero apasionante.

Del Estado Novo a la Revolución de los claveles

La I República portuguesa solo duró 16 años [1910-1926]. El golpe de Estado del 28/5/1926 marcó el comienzo de la dictadura nacional, período conocido como Estado Nuevo. En 1932 António de Oliveira Salazar, tras servir como ministro de finanzas, se convirtió en primer ministro. Bajo Salazar (1932-1968), Portugal se convirtió en un Estado corporativo. En 1968 un accidente doméstico obligó a Salazar entregar el poder y asume el profesor Marcelo Caetano.

Un evento clave hacia la revolución fue la publicación del libro del general Antonio de Spínola, Portugal y el futuro [1973], que criticaba la conducción de la guerra colonial en África y ofrecía un programa para la recuperación de Portugal. El trabajo del general envió ondas de choque al establishment político en Lisboa… y el 25/4/1974, un grupo de jóvenes oficiales [capitanes] de la organización clandestina, Movimiento Fuerzas Armadas (MFA), derrocó al régimen de Caetano. Spínola surge como jefe del nuevo gobierno

Uno de los hitos de aquellas concentraciones fue la marcha de las flores en Lisboa, caracterizada por una multitud pertrechada de claveles, la flor de temporada […] Una camarera, Celeste Caeiro, que regresaba a casa cargada de las flores, no pudo dar el cigarrillo que un soldado le pedía desde un tanque en la plaza del Rossio, donde los tanques sublevados aguardaban nuevas órdenes en una tensa espera desde la madrugada. Como la joven solo llevaba claveles, le dio uno. El soldado lo puso en su cañón y los compañeros repitieron el gesto colocándolos en sus fusiles, símbolo que no deseaban disparar: nace la Revolución de los claveles.

El golpe militar portugués [25/4/74] fue el comienzo de la primera transición democrática en el sur de Europa [la III ola]. El golpe condujo a una fuerte crisis del Estado, agravada por la descolonización del imperio europeo en África. Líderes sindicales y campesinos radicales surgieron de la clandestinidad. Mário Soares, del Partido Socialista (PS), y Álvaro Cunhal, jefe del Partido Comunista Portugués (PCP), regresaron a Portugal del exilio como héroes.

Spínola se convirtió en el primer presidente provisional del nuevo régimen en mayo de 1974, y eligió el primero de los 6 gobiernos provisionales que iban a gobernar el país hasta dos años más tarde, cuando se formó el primer gobierno constitucional [1976]… Dirigido por un primer ministro moderado, el civil Adelino da Palma Carlos, hizo gobierno con en el Partido Popular Democrático (PPD), el PS, el PCP, 5 independientes y un militar… Pero el MFA emergió como el grupo individual más poderoso de Portugal.

Miembros del MFA formaron el Comando Operacional del Continente (COPCON), compuesto por 5000 tropas de élite comandadas por el mayor (luego general de brigada) Otelo Saraiva de Carvalho (pila Otelo) quien había dirigido el golpe del 25/4/74. Era una transición vigilada, no pactada, de ruptura declarada… Al año siguiente [1975] la política portuguesa avanzó hacia la izquierda. Un intento de golpe de Spínola a principios de marzo de 1975 fracasó, y él huyó del país. Portugal no buscaba democracia. Primero era sustituir el Estado Novo por un Estado socialista.

Verano caliente [1975] y la nueva Constitución 

Llegó el «verano caliente» [1975]. La revolución se hizo sentir en el campo. Trabajadores agrícolas sin tierra en el sur tomaron las grandes explotaciones en las que trabajaban. El MFA se divide. El grupo de moderados o Grupo de los nueve, publicó un manifiesto en agosto que abogó por el socialismo no-alineado de corte escandinavo. Crece la conflictividad con grupos de izquierda radical. Cae el quinto gobierno provisional y emerge el sexto…

Las elecciones de la Asamblea Constituyente [25/4/75] legitiman el apoyo popular a los partidos que pudieron asumir la transición. Un intento de golpe por militares radicales de izquierda [el 25/11/1975] fue reducido. Emerge un personaje de carácter, estadista, el coronel António dos Santos Ramalho Eanes, quien envía comandos leales para capturar la ciudad de Lisboa.

Se proclamó la nueva Constitución el 2/4/1976, allanando el camino para el fin de los gobiernos provisionales. La Constitución [socialista] no revierte las nacionalizaciones y confiscaciones de tierras. Se agudiza la purga salvaje… La caza de la PIDE-DGS [Policía de Inteligencia] y la toma de empresas en los sectores bancario y asegurador de la otrora dictadura corporativista. A pesar de este estallido de violencia, el clima de reconciliación política predominó durante los últimos años de la década de los 70.

Huntington, rupturas y nuevas coaliciones

Samuel P. Huntington dice “que en las transiciones con reforma «ruptura pactada», donde la élite autoritaria constituye un actor poderoso de transición, las posibilidades de introducción de medidas de represalia resultan limitadas [caso España con Fernández Miranda / Chile con Pinochet]. El caso español constituye un ejemplo de una decisión consensuada de ignorar el pasado. En los «regímenes postotalitarios», para usar el concepto de Juan J. Linz, la presión criminalizadora estuvo presente desde los primeros instantes. Fue el caso a la caída del Estado Novo salazarista /1974.

Portugal es la primera de la llamada «tercera ola» de transiciones democráticas. La I ola (1828-1926) fue el avance liberalizador de las revoluciones francesa y norteamericana. La II ola: 1945-1960, que nace con el fin de la II Guerra Mundial con mucha fuerza gracias a la descolonización, periodo breve por la proliferación de las dictaduras en América Latina, Asia y África [principios de los años 60]. Y La III ola [1974] con la Revolución de los claveles, que continúa en Grecia y después en España.

Portugal fue un ejemplo de «democracia después de la guerra» [Nancy Bermeo] en la cual los militares desempeñaron un papel decisivo en la caída de la dictadura. Como destacaron Linz y Stepan, “la vía de conflicto extremo de la transición portuguesa no era una transición consciente hacia la democracia”, sino hacia la reconstrucción de un estado civil.

Caída y mesa limpia…

Tras vencer el golpe el 25/4/75 a las 16:00 horas [ultimátum para la rendición del gobierno], Marcelo Caetano [delfín de Salazar], pidió al capitán Salgueiro Maia rendirse ante un oficial de alta graduación. Salgueiro accedió. Se da aviso al general António de Spínola… y Caetano fue sacado con sus ministros en un transporte de tropas Bravia Chaimite a las 19.00 horas en medio de la multitud en las calles. Horas después Caetano y sus ministros partieron al exilio en Brasil.

Distintos autores han adjetivado el tipo de régimen [franquista -y salazarista] como «políticamente cerrado» (Valenzuela), «estatal corporativista» (Schmitter), «civil autoritario» (Linz) o «excluyente y represivo» (O’Donnell), características a las que Gunther añade un sesgo contra la clase trabajadora… Ello explica por qué las élites moderadas no fueron capaces de dirigir, «desde arriba», la transición democrática en Portugal.

Sin los sectores sociales medios y bajos, exigidos por una vigilancia militar, la transición portuguesa hacia la democracia hubiese terminado en una dictadura proletaria de izquierda radical… La transición hacia la democracia portuguesa enaltece el liderazgo de militares y civiles que moderaron la Revolución de los claveles. Movimientos sociales que forzaron un nuevo orden constitucional. Un voluntarismo republicano de contrapesos de derecha e izquierda, que determinaron el camino a la paz, la justicia transicional, la redención y el alivio de la purga salvaje. Nace el Estado democrático integral de derecho, que hoy celebran los lusos.

Después de casi 40 años de dictadura corporativa, se superó una ruta espinosa entre militares radicales -a ratos ganados a la izquierda, la derecha e incluso moderados- más movimientos sociales, gremiales, sindicales, juveniles y partidos conservadores, de centro, socialistas o comunistas, cuya “convivencia” generó un quiebre continuo de gobernanza. Antes de alcanzar la democracia lo primero fue reconstruir el Estado. Luce será el reto venezolano.

La transición portuguesa significó un retorno a la democracia duro pero ejemplar. Un esfuerzo de recomposición política cívico-militar, único y trascendente. ¡Grande Portugal!

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El retorno a la democracia: España (II), por Orlando Viera-Blanco
¿Qué papel tuvo la sociedad española en esta primera fase de la transición/1978? La importancia de la movilización ciudadana fue vital para lograr las primeras elecciones generales libres

 

@ovierablanco

Existe cierto consenso en situar la transición política española a partir de la muerte del general Franco el 20/11/1975, cuando el denominado Consejo de Regencia asumió de forma transitoria la jefatura del Estado, hasta que Juan Carlos I de Borbón -designado seis años antes por Franco como su sucesor a título de rey- fue proclamado ante las cortes y el Consejo del Reino.

El rey confirmó en su puesto al presidente del Gobierno del régimen franquista, Carlos Arias Navarro. Sin embargo, pronto comenzaría un largo capítulo de dificultades, protestas, quiebres y careos que lograron su redención política con la constitución conservadora española de 1978.

De Arias Navarro a Adolfo Suarez y Calvo Sotelo

Tradicionalmente se ha visto la transición española a la democracia como un proceso histórico sencillo, pilotado por las élites políticas —Adolfo Suárez, Juan Carlos I y Torcuato Fernández-Miranda— mentor de Suarez. El motor de la transformación fue el voto, la persuasión y el diálogo de los dirigentes políticos. “El consenso como lema de la transición, a propósito del logro de la Constitución en 1978 por acuerdo de la mayoría de las fuerzas políticas, sigue siendo una imagen mental recurrente” (Ortiz Heras, 2011: 341). Pero la historia revela otras realidades.

La dificultad de llevar a cabo reformas políticas bajo el gobierno de Arias Navarro produjo un distanciamiento con el rey Juan Carlos I. El rey exigió su dimisión el 1/7/1976 y Arias Navarro se la presentó. Le sustituyó Adolfo Suárez, quien encaró conversaciones con los principales líderes de los diferentes partidos políticos de la oposición democrática y fuerzas sociales […]. Se promulga la nueva Ley fundamental para la Reforma Política.

Esta ley, para algunos historiadores, “no reformaba nada, aunque significaba, con la sola convocatoria de elecciones generales por sufragio universal, el fin del mencionado Consejo Nacional y de las Cortes”. De ahí el duro debate entre reformistas y el “búnker”, que se oponía a cualquier desmantelamiento del régimen.

En medio de protestas, ataques terroristas, huelgas y tractoradas, se convocó un referéndum para que la población apoyara la reforma. El día 15/12/1976, se celebró el plebiscito: El 94,17 % votó a favor del sí; un 2,56 % por el no; 2,97 % prefirió la abstención y un exiguo 0,3 % votó nulo. La participación fue del 77,8 % y la abstención un 22,27 %. En la práctica esto permitía a Suárez darle legitimidad a la reforma controlada por dirigentes franquistas.

Como consecuencia de su aprobación la ley se promulgó el 4/1/1977. Deroga el sistema político franquista y convoca a elecciones democráticas. Las elecciones se celebraron el 15/6/1977…La coalición Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Adolfo Suárez, resultó la candidatura más votada, aunque no alcanzó la mayoría absoluta y fue la encargada de formar gobierno. A partir de ese momento comenzó el proceso de construcción de la democracia en España […] El 6/12/1978 se ratificó en referéndum la Constitución española con el 87,78 por ciento de votos favorables, que representaban el 58,97 % del censo electoral.

La Constitución española de 1978. Otra Pepa…

Entre 1976 y 1979 el número de huelgas y manifestaciones fue en aumento. Se pasó de 1194 huelgas a 2680 en 1979. Ejemplos fueron las huelgas del 25F-76 [transportistas]; la del día 27F-76 en Sabadell, donde cuarenta mil trabajadores secundaron una huelga política en reivindicación de libertad y democracia, o el 3/3/76 y los llamados “sucesos de Vitoria”.

Cuatro mil trabajadores encerrados en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís fueron atacados por la policía. Esta usó gases lacrimógenos y fuego contra los obreros. Como resultado de esa operación murieron 5 personas y más de 150 fueron heridas por las balas de goma […] El gobierno de Suárez llega en momentos de grandes tensiones y enrarecimiento de la situación política [julio de 1976]. Crece la represión y a su vez, la actividad terrorista.

Suárez, haciendo gala de su elasticidad política desde su fachada falangista-conversa, convence a liberales, socialdemócratas y democristianos votar la reforma que abre el camino a una nueva constitución liberal, al estilo La pepa de 1812.

El papel de la sociedad española

¿Qué papel tuvo la sociedad española en esta primera fase de la transición? Los movimientos sociales y culturales –como la canción protesta– fueron relevantes para el cambio político. La movilización ciudadana fue vital para lograr las primeras elecciones generales libres desde 1936.

Ante el incremento de la conflictividad social durante el verano de 1976, Suárez decidió cambiar de rumbo. La citada estrategia de la reforma para redactar una nueva Constitución establecía una España soberana y unificada, conservadora, monárquica, bajo un sistema bicameral. Un senado de 250 miembros de los que 40 los escogería el rey. La oposición se vio obligada a abortar la ruptura democrática e impedir a Suárez avanzar con esa reforma. Se iniciaba un nuevo contexto de lucha. No solo en la calle sino también en las urnas.

La tensión tras los atentados de Atocha [enero 1977] siguió creciendo. Crece la inestabilidad política del país y el malestar del ejército. Este veía con malos ojos la legalización de los comunistas. Pero la mediación del rey Juan Carlos posibilitó que el ejército permaneciera fiel al Gobierno. La habilidad de Suárez como negociador y su determinación para ir a elecciones, dio el leverage [balance] para legitimar y movilizar.

Finalmente, los comicios el 15/6/1977. La UCD [partido de Suárez] cosechó buenos resultados gracias a su implantación en el medio rural, favoreciendo la sindicación de agricultores. Logran el 34,4 % de los votos y 165 diputados. El PSOE, segunda fuerza, alcanzó el 29,32 % y 118 escaños. El PCE lograba la tercera posición con un 9,33 % y 20 diputados y Alianza Popular obtenía 8,21 % y 16 representantes. La sola participación del Partido Comunista Español dio valor a las elecciones de 1977.

Una luz: de elecciones generales 1977 a la alternancia

Adolfo Suárez fue adaptándose a las circunstancias abriendo y cerrando la mano en función del momento. Un verdadero esgrimista político. Mano de seda y mano enguantada, sin recule. Un modelo de negociación política tolerante y tenaz a la vez.

La Constitución de 1978 fija la división de poderes. El rey es jefe de Estado, pero no preside ninguno de los 3 poderes… A principios de 1981 dimitió Adolfo Suárez. Leopoldo Calvo-Sotelo (UCD) es elegido como sucesor. Se produce una intentona dirigida por el Cnel. de la Guardia Civil Antonio Tejero, el general Alfonso Armada y el teniente general Jaime Miláns del Bosch. El golpe, conocido como 23-F, fracasa…

El año 1986 España ingresó en la Comunidad Económica Europea que se transformó en 1992, con el tratado de Maastricht, en la actual Unión Europea (UE). En 1992 dos grandes eventos dieron gran proyección internacional a España: la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona… En 1996 ganó las elecciones el Partido Popular [PP]con José María Aznar como presidente hasta el 2004. En este mismo año ganó las elecciones el PSOE con Rodríguez Zapatero y estuvo en el poder hasta 2011. Lo más significativo durante su mandato fue la legalización del matrimonio homosexual en el año 2006, gran avance para el movimiento LGTBIQ.

Desde el año 2011 a 2019 fue presidente de gobierno Mariano Rajoy (PP). Mariano Rajoy se convirtió en el primer presidente de gobierno en dejar su cargo por una moción de censura. Desde enero de 2020 el PSOE en coalición con Unidas Podemos formó gobierno siendo Pedro Sánchez (PSOE) presidente y vicepresidente Pablo Iglesias (Unidas Podemos).

En conclusión, la transición española exhibe tres rasgos esenciales: i. Un liderazgo diestro en negociación política y voluntad reformista; ii. Movilización ciudadana integral [sindicatos, gremios, agricultores] y iii. Consenso de una España liberal, unida, independiente y soberana.

Pero es justo acotar que, más que capacidad de consenso, hablamos de persuasión y carácter. Más que una élite política promonarquía, hablamos de un movimiento de movimientos ciudadanos, que tuvo su justo medio en una España unida bajo la bisagra de la democracia, la monarquía constitucional y la unidad territorial. Más que una élite, una nación decidida a redimir la guerra civil.

Inmenso crédito a un Suárez -austero, serio, coherente y regio- que impulsó un nuevo orden liberal y democrático, aun siendo identificado con Franco, proyectando una transición política exitosa que hoy se resiste a retroceder. Tomemos nota.

Nuestra próxima entrega, la Revolución de los claveles: Portugal 1974.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El retorno a la democracia: Chile (I), por Orlando Viera-Blanco
Elevaron el valor de la unidad por un Chile feliz. Asumieron un liderazgo con vocación patriótica, y pactaron una transición sostenible capaz de dar al pueblo, la expectativa ofrecida. La transición

 

@ovierablanco

Vale la pena repasar cuatro transiciones a la democracia que han sido reconocidas en la historia de regímenes autoritarios a democráticos: la transición chilena, período de la historia iniciado al fin de la dictadura militar, el 11 de marzo de 1990; la transición española, proceso por el que España dejó atrás el régimen dictatorial del general Francisco Franco, transformándose en un Estado social, democrático y de derecho; la transición portuguesa, después de la Revolución de los claveles [1974], que deshizo la dictadura y organizó el nuevo régimen democrático de la Constitución de 1976, y la transición venezolana de Pérez Jiménez a Rómulo Betancourt [1958], donde el Pacto de Puntofijo y la alianza cívico-militar dio lugar a la Constitución más ilustrada de Venezuela, la de 1961.

Base de la transición chilena: la concertación y la reforma

El regreso al sistema democrático en Chile se refiere al período histórico de restablecimiento democrático luego de la dictadura militar del general Augusto Pinochet iniciada en 1973, con el golpe de Estado que derrocó al gobierno del presidente Salvador Allende y que terminó en 1990. Luego del plebiscito y la elección presidencial, Patricio Aylwin fue elegido democráticamente.

El plebiscito de 1988 fue un factor esencial. La Constitución de 1980 se reformó facilitando las disposiciones para futuras enmiendas, creando más escaños en el Senado, disminuyendo el rol del Consejo de Seguridad Nacional, igualando el número de miembros civiles y militares. «Enclaves autoritarios», modificados.

En diciembre de 1989 se efectúa la elección que comenzaría el régimen democrático. El demócrata-cristiano Patricio Aylwin, candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia (DC, PS, PPD, PRSD), enfrenta a Hernán Büchi, candidato de la coalición Democracia y Progreso (UDI-RN), siendo electo presidente Aylwin.

En febrero de 1991, la Comisión Verdad y Reconciliación [prólogo Justicia Transicional], establecida un año antes por Aylwin, lanzó su informe de violaciones a los DD. HH. durante el período del dictadura militar, conocido como el Informe Rettig […] En la elección de 1993, Arturo Alessandri Besa, de la Unión Demócrata Independiente, se enfrenta al candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia Eduardoi Frei Ruiz-Tagle del Partido Demócrata Cristiano, quien resulta electo presidente por un período de 6 años, desde marzo de 1994.

El elemento central de la transición fue la reforma de la Constitución de 1980. Luego del golpe militar del 11/9/73, fue suspendida la Constitución de 1925. Se buscó crear una nueva institucionalidad, designando una «Comisión de Estudios de la Nueva Constitución» (CENC), más conocida como Comisión Ortuzar, a la que se le encargó crear un anteproyecto de constitución [1980]. Entre 1981 y 1990, de acuerdo a las disposiciones transitorias fijadas por la misma Constitución, la junta de gobierno asumió funciones legislativas y constituyentes, (sujeta a aprobación plebiscitaria). Augusto Pinochet asume con la presidencia, la función de gobierno y administración del Estado.

Pero a finales de 1980, un grupo de partidos políticos encabezados por la Democracia Cristiana aceptó participar en la transición establecida en la Constitución, reconociéndose como una realidad jurídica y operando dentro del marco institucional establecido por ella. En 1988 se puso en marcha el mecanismo constitucional para la sucesión de Pinochet, mediante una consulta plebiscitaria […]. La mayoría del país manifestó su rechazo a Pinochet por otro periodo de ocho años. Se logran realizar elecciones para elegir a un nuevo presidente de la República, y un nuevo Congreso Nacional [1989].

Queremos. subrayar varios elementos procuradores del proceso de transición chileno. i. La tolerancia estratégica de aceptar institucionalmente la constitución de 1980; II. Procurar una alianza político-administrativa para impulsar la activación del plebiscito y el balance de poderes. III. La conformación de un frente unido, concertado, político, ciudadano, académico y civilista. 

En las elecciones parlamentarias de 1989, la Concertación de Partidos por la Democracia y los partidos de derecha consensuaron un paquete de 54 reformas a la carta fundamental de 1980, que fue aprobada en el plebiscito del 30 de julio de 1989. La reforma constitucional y la victoria de la Concertación en la elección presidencial de Patricio Aylwin [1990], fue reconocida por todos los sectores políticos y sociales de Chile, con la excepción del Partido Comunista de Chile.

Nótese que después de 17 años de dictadura, un elemento esencial que procuró el retorno de la democracia fue el consenso alrededor de la reforma constitucional, nacida de un proceso refrendario monolítico, vigilado civilmente y estratégicamente aglutinador.

Bases de la institucionalidad constitucional [1980] 

Queremos hacer un ejercicio de política y derecho comparado, por la coincidencia histórica de la constitución de 1980 de Chile y la venezolana de 1998. Ambas consagran el respeto a los DD. HH., el Estado de derecho y el valor tutelado de la democracia. La Constitución chilena de 1980 nace en medio de la dictadura, a diferencia de la venezolana, que se concibe en un proceso de desdemocratización incipiente.  El texto chileno conserva un buen número de tradiciones republicanas. Se mantiene el modelo presidencialista coexistiendo con un parlamento electo típico del constitucionalismo francés de posguerra.

Como sucede hoy en Venezuela, hay una paradoja entre el texto constitucional y la realidad. Son los textos más respetuosos de derechos individuales que haya conocido la historia constitucional chilena y venezolana. Sin embargo, no existe mayor precedente de violación DD. HH. En el caso chileno se gobernó bajo estados de excepción. En el caso venezolano se gobierna con militares, la cooptación de la justicia y, en su momento, de la AN.

Ambas constituciones, la chilena de 1980 y la bolivariana de 1998, consagran bases institucionales respetuosas del Estado de derecho, la igualdad, la dignidad de las personas, la importancia de la familia y el respeto a los derechos fundamentales; la organización política del Estado; los principios de legalidad; de responsabilidad del Estado y de los ciudadanos de velar por la vigencia de la Constitución.

Bases constitucionales de la CRBV. La alegría ya viene

Nuestra constitución bolivariana consagra desde su preámbulo “el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna”. Una pelusa. ¿Lo tenemos, lo ejercemos, lo garantiza el Estado? 

Pero como sucedía con la Constitución chilena de 1980, la Constitución de Venezuela de 1998 coexiste con un régimen autoritario, “reformista”, dogmático y cleptócrata. ¿Qué hicieron los chilenos? Se organizaron, política, civil, jurídica y creativamente.

Activaron un referéndum [5/10/1998] donde participó el 97 % de los electores [7.5 millones] ganando el NO a la continuidad de Pinochet con el 55 % de los votos. Una campaña publicitaria genial, con ficha de arcoíris que simbolizaba amplitud, esperanza y pluralidad.

El eslogan: “Chile, la alegría ya viene”. Una campaña integral conformada por publicistas, politólogos, psicólogos, diseñadores, e interpretada por los mejores cantautores de Chile. Contagiosa, con mucho anhelo e ilusión. Inspiraron a un pueblo oprimido. Elevaron el valor de la unidad por un Chile feliz. Asumieron un liderazgo con desprendimiento y vocación patriótica, y pactaron una transición sostenible capaz de dar al pueblo la expectativa ofrecida.

La transición fue plausible. Las tensiones fueron superadas por la capacidad de los actores de poder de consensuar una república, crear mecanismos de justicia transicional, revisión a profundidad de elementos de cultura política e inclusión social, desmilitarización de la función pública… mientras Pinochet seguía como comandante en jefe del Ejército. Sin duda un esfuerzo de redención y concertación política ejemplar.  

Nuestra próxima entrega será sobre el retorno de la democracia, el caso español.  

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

La mejor disculpa es la justicia, por Orlando Viera-Blanco
Disculpa in perpetuam memoriam a la Venezuela buena, trabajadora y noble que fuimos. Pero que sigue y que volverá, la Venezuela que, aun disculpada y reconciliada, hará justicia

 

@ovierablanco

“Que los bastardos pidan disculpas… si quieren ir a elecciones”. Así lo sentenció Jorge Rodríguez, con ese mismo tono, desde la majestad Palacio Federal Legislativo… Cuánta ignominia y afrenta republicana diría Bolívar. 

Un reporte de la Comisión de Determinación de Hechos de la ONU registra más de 5000 ajusticiados por las fuerzas de seguridad del Estado, cientos de torturados y millones de desplazados. Basta leer las fuentes abiertas de denuncias por crímenes de lesa humanidad [asesinatos, torturas, persecución política, desapariciones forzosas, tratos crueles y degradantes, inter alia]… donde hay muchas disculpas que dar tanto a las víctimas de esos crímenes como a sus deudos por denegación de justicia.   

Cito: Asesinados. Víctimas, Art 7 [1] (a) Estatuto de Roma:

Pidan disculpas a: “Abraham Israel, Adrián José Duque Bravo, Adriana Urquiola, Albert Rodríguez, Albert Rosales, Alfredo José Briceño Carrizales, Alfredo José Brito, Alfredo José Figuera Gutiérrez, Almelina Carrillo Virgüez, Anderson Enrique Dugarte Dugarte, Andrés José Uzcátegui Ávila, Ángel Carrasquero, Ángel Enrique Moreira González, Ángel Jesús Palma Martínez, Ángel Torrealba, Ángelo Yordano Méndez Sánchez, Anthony Mejías Lara, Anthony Rodrigo Labrador, Anthony Rojas, Argenis Hernández, Armando Ceñizales Carrillo, Arturo Alexis Martínez, Arwilson Sequera, Asdrúbal Jesús Rodríguez Araguayan…”

Pidan disculpas a “Bassil Alejandro da Costa Frías, Brayan David Principal Giménez, Carlos, Carlos Alfredo Hernández Hurtado, Carlos Chaparro, Carlos Eduardo Veliz Sánchez, Carlos Jampier Castro Tovar, Carlos José Moreno Barón, Carlos José Moreno Barón, César David Pereira Villegas, Christian Humberto Ocha Soriano, Daniel Alejandro Queliz Araca, Daniel Rodríguez Quevedo, Daniel Soto, Daniel Tinoco, Daniela de Jesús Salomón Manchado, Danny Joel Melgarejo Vargas, Danny José Subero, Darwin Gabriel Rojas Tovar, David Hernández López, David José Vallenilla Luis, Diego Alejandro Infante, Diego Arellano, Diego Armando Hernández Barón, Diego Fernando Arellano de Figueredo, Douglas Acevedo Sánchez Lamus, Edisson Fernando Mijares Duque, Eduardo José Márquez Albarrán, Eduardo Olave, Eduardo Orozco, Eduardo Rodríguez Gil, Edy Alejandro Terán Aguilar, Eglis Rivas, Eliezer Rafael Martínez Rojas, Elvis Adonis Montilla Pérez, Ender Rafael Peña Sepúlveda, Enderson Enrique Calderas Ramírez, Erick Antonio Molina Contreras, Rafael Hurtado de la Guerra, Eyker Daniel Rojas Gil, Fabian Alfonso Urbina Barrios, Fernando Albán, Fernando Rojas Rubio, Francisco Javier González Núñez, Franco Salvador, Freiber Darío Pérez Vielma, Frenderi Cáceres Manzano, Génesis Carmona, Geraldine Moreno, Gerardo José Barrera Alonso, Gilimber Terán, Gilimber Terán, Giovanni Deboin Palma Martínez, Giovanni Pantoja, Giselle Rubilar…”

Pidan disculpas a “José Gregorio Parada, José Gregorio Pérez Pérez, José Wilfredo Roca Naranjo, Josué Farías, Juan Antonio Sánchez Suárez, Juan Carlos Montoya, Juan Gómez, Juan Pablo Pernalete Llovera, Julio Alexander Pino Moreno, Julio Manrique, Kevin Steven León Garzón, Lisbeth Ramírez, Ludwig Ramírez, Luis, Luis Alberto Márquez, Luis Albornoz, Luis Alejandro Ramírez Muñoz, Luis Alfredo García Marín, Luis Beltrán Zambrano Lucena, Luis Eduardo Ortiz, Luis Enrique Vera Sulbarán, Luis Guillermo Espinoza, Luis Guillermo Espinoza, Luis Miguel Gutiérrez Molina, Luiyin Alfonzo Paz Borjas, Manuel Alejandro Sosa Aponte, Manuel Felipe Castellanos Molina, Marcel Pereira, María Estefanía Rodríguez, Mariana Ceballos, Mervins Fernando Guitian Díaz, Miguel Ángel Bravo Ramírez, Miguel Ángel Colmenares Milano, Miguel Fernando Castillo Bracho, Nelson, Nelson Antonio Moncada Gómez, Nelson Daniel Arévalo Avendaño…”. [Y sigue].

Disculpas a los deudos de Franklin Brito, Oscar Pérez, Acosta Arévalo, Fernando Albán; disculpas a nuestros maestros y pensionados que mueren de mengua con salarios de hambre, como el caso del Dr. Pedro Salinas [profesor de la ULA] y su esposa la bioanalista y abogada Isbelia Hernández, fallecida por desnutrición. Disculpa a los empleados públicos, los obreros de SIDOR y PDVSA cuyas reivindicaciones laborales, se las robaron.

Cito: Torturados Art. 7(1)(f) Estatuto de Roma:

Pidan disculpas a: “Abraham Quiroz Valencia, Alejandro Pérez Castilla, Alexander González Mujica, Alexander Antonio Tirado Lara, Alfonzo Nixon Leal Toro, Andrea Jiménez; el menor Andrés Emilio Aguilar Solís; Andrés Emilio Aguilar Solís, Andrés Salamanca, Ángel Garrido Zapata, Ángel Garrido Zapata, Angelly Pernía, Ángelo José Sangronis Medina, Ángelo José Sangronis Medina; Antonio Alonzo Rivera, Araminta González, Armando López Carrera  Boris Humberto Quiñones León, Boris Humberto Quiñones León, Brigitte Carolina Herrada Herrada, Carlos Alberto Atacho Menéndez, Carlos Miguel Aristimuño de Gamas, Carlos Pérez, César Ramón Pérez Salazar, Christian Jiménez Ara, Daniel Ceballos, Daniel Morales Hidalgo, Daniel Mota Celis, Daniel Quintero, David Renzo Prieto Ramírez, Dayana Andreina Martínez Barrios, Deivis Hernández, Edgar Pérez, Efraín Ortega, Emirlendris Benítez, Enmanuel Jesús Barrios Lugo, Enyer José Matute Verde, Ernesto Gerardo Carrero Delgado, Ernesto Martin, Estefanía Coromoto Altuve Rodríguez”.

Pidan disculpas a “Estefanía Andreína Quintero López, Fabio Cordero Peña, Felipe Preciado, Fernando Albán, Francisco Alejandro Sánchez, Gabriel Valles Sguerzi, Gerardo Carrero, Gianni Scavino, Gloria Tobón Griego Nurellett Rivero Jaimes, Gustavo Alejandro Molina Reina, Ígbert José Marín Chaparro, Ivonne Echenagusia Guzmán, Javier Mendoza, Jefferson Araguache, Jesús Lesner Montilla Rojas, Jheremy Bastardo, Jhosman David Paredes Rolón, Johan García Espinoza, Jorge Luis León García, José Alberto Saldivia, José Antonio Arocha Pérez, José Gregorio Hernández, José Luis Santamaría, José Rafael González Marrero, Joselyn Prato, Johan Prato, Josué Pabón”

Pidan disculpas a “Juan Carlos Caguaripano, Juan Carlos Nieto, Juan Carlos Nieto Quintero, Juan Manuel Carrasco, Juan Miguel de Souza, Juan Requesens, Karkelys Noemí Brito, Katherin Martínez Tobón y 21 otros detenidos con ellos, Keny Abrahan Colmenares Reyna, Kevin Rojas Padrón, Keyla Josefina Brito, Laided Salazar, Leopoldo López Mendoza, Lisandro José Perdomo Ramírez, Lorent Gómez Saleh, Luis Antonio, Luis Córdova, Luis Enrique Delgado, Luis Hernando Lugo Calderón, Luis Leal, Manuel Ignacio Martínez” [y sigue…].

Disculpas a los policías metropolitanos aún tras las rejas condenados a 30 años, Luis Molina, Erasmo Bolívar, Héctor Rovain, quienes merecen fórmula alternativa de cumplimiento de pena. Disculpas a la lista interminable de víctimas de actos de violencia sexual, tratos crueles e inhumanos, como la de perseguidos políticos [Artículo 7(1)(h)] según denuncia públicas de HHRR, Provea, CICIVEN, Foro Penal, OEA, F.F.M. y otros. 

Desplazados, presos políticos, niños, mujeres, maestros, pensionados

Disculpas a 7.2 millones de venezolanos desplazados, a los caídos en el tapón del Darién, caminando América, calcinados en Ciudad Juárez. Disculpas a los padres de miles de niños desnutridos, a pacientes sin asistencia médica, a las mujeres embarazadas mal alimentadas que paren bebés con hidrocefalia o no dan a luz o mueren, mientras gobernantes bailan en tarimas con Anuel… Disculpas a nuestros maestros, pensionados, jubilados, dignos profesionales que mueren de hambre o miseria. Disculpas a quienes habiendo fallecido sus familiares no pudieron enterrarlos…

Disculpas por prometer un país sin niños de la calle, sin corrupción, sin violencia y de justicia social, hoy convertido en un estado fallido, celestino, violador de DD. HH., desmantelado, desolado, expropiado, ocupado, devastado, asaltado, dividido. Disculpas a un país triste ungido en una inédita anomia moral.

Disculpas a la Venezuela decente, honesta e inocente, engañada y sorprendida de golpe, que quiso y que creyó, pero fue llevada a una ruptura social antihistórica, sin precedentes. Disculpa in perpetuam memoriam a la Venezuela buena, trabajadora y noble, que fuimos, pero que sigue y que volverá, la Venezuela que aun disculpada y reconciliada, hará justicia.

Disculpas a quienes el espacio no permite colocar en la lista, pero igual están en nuestros corazones y oraciones… En todo caso, no basta ofrecer disculpas, porque Dios saben perfectamente lo que hacen…

La justicia, será la mejor disculpa.  

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El Vito: un toro infatigable, por Orlando Viera-Blanco
Alza vuelo querido Vito, como toro de Miura: invencible, místico, de casta cabrera, colorado y ojo de perdiz como perdigón. Rindo tributo a quien jamás tuvo miedo de nada. Ni el Espartero contigo podía. Dios contigo

 

@ovierablanco

Víctor José López, nacido en Caracas el 2 de agosto de 1940, comenzó a escribir en 1967 en el diario El Nacional. En 1968 junto con Carlitos González y Apolinar Martínez funda el diario Meridiano, donde escribe en su sección de toros hasta el año 2006, y lo dirige por más de cuatro décadas. El Vito es, sin duda, uno de los periodistas más cultos, universales y versátiles de Venezuela. Su marcha deja una huella indeleble de sabiduría, humanidad y calidad intelectual, como pocos.

El toro por los cachos… sin “cursilismos”

Conocí al Vito en víspera de graduarme de abogado en 1986. Trabajaba en el Bloque de Armas como pasante y, al final de la tarde, antes de ir a clases, pasaba por la redacción en el piso 3 para testimoniar “la rueda”. Parecía un tercio de lidia. El Dr. Andrés de Armas, amante incurable de los deportes, esperaba con ansiedad bajar de su faena ejecutiva a Meridiano, su oasis. Ver “debatir” la agenda deportiva venezolana día a día era un privilegio. El Vito dirigía la redacción, junto con periodistas de la talla de Humberto Galarza, Peggy Quintero, Pedro Ramón Romera y Apolinar Martínez [prestados a Meridiano / Romera y Martínez migraron al diario 2001].

De esa “rueda” salían los más geniales titulares. Presencié la génesis de varios apodos en esa chispa e ingenio. El Gato Galarraga, el Rey Hernández [cuyo sobrenombre convivía con el Rey David o el Gocho Santana. Pero hay mucho más que llenaban los vivos titulares de Meridiano, como el Comedulce (Bob Abreu), Aníbal Sánchez, el Caníbal, o Carlos Zambrano El Toro. Nos dice el Vito en su blog Infatigables: “Además, seamos honestos, es mucho más divertido hablar del Torpedo, el Kid y el Panda que decir García, Rodríguez o Sandoval”.

El Vito era un periodista crítico y sesudo. En su fascinante y denso libro Infatigables escribe: “¿Por qué infatigables? Cuando los venezolanos declaramos la independencia y nos propusimos erigir una República en 1811, iniciamos una ruta cuya intención y meta era la cimentación de un país en el que ondeara una bandera hinchada con aires de igualdad y de libertad. Nos exige no declinar y jamás entregarnos. Debemos ser infatigables, como mil veces lo ha reclamado Leopoldo López”.

Con más de cincuenta años en la profesión a sus espaldas, el Vito se convirtió en uno de los mejores cronistas taurinos de América, colaborando en diversos medios nacionales e internacionales. Publicó, con prosa impecable, diez libros dedicados a la fiesta brava, entre los que se encuentran Fragua de toreros y Solera brava […]. La memoria del toreo le llevó a ser un profesional muy respetado en ambos lados del Atlántico, con un estilo ameno y sencillo y un especial don de gentes derivado de su bonhomía.

Compartía su obsesión por el correcto uso de la palabra y la certeza de sus conceptos con su generosa disposición a revisar y corregir textos de los periodistas de la redacción. Qué maravilla poder interrumpirle sin reproche, porque su vocación docente y sanadora era infatigable. Este servidor también “abusaba” de su don paternal. Mi primer artículo lo titulé La lid [diario 2001], referido a Bolívar. Al leerlo me contestó con su mirada gacha a medio reír: “Bolívar merece todo lo que escribes, sin cursilismos…” [sic]. El Vito fue digna representación de una corrida de toros: vibrante, apasionado, febril, alucinante. Hablaba con mirada fija y profunda respiración. Taconeaba las frases para sentenciar, como el toro que embiste y no perdona errores…

Un toro llamado Manzanero

El campo tuyero de Ocumare del Tuy vio nacer a Luis Sánchez Olivares, el Diamante Negro. Sus caminos en España –nos relata el Vito– “abrió los senderos que muchos venezolanos emprendieron destacándose, entre todos, la dinastía de los hermanos Girón, fundada por el maestro César Girón y que integraron sus hermanos Rafael, Curro, Efraín, Freddy y Pepe Luis, cada uno de ellos autor de una página importante en los anales del Nuevo Circo de Caracas”. Para el Vito escribir Entre toros era narrar la vida de un país de lo rural a lo urbano, de la Maestranza de Maracay a Granada. Del Nuevo Circo a las Ventas o La Alternativa; a Azpeitia, San Sebastián o Sevilla.

Su fascinación por la tauromaquia era hechizo puro por el linaje de toreros venezolanos. De Alí Gómez “el León de Camoruco”, pasando de José Nelo, Morenito de Maracay o Rafael Orellana, el Tovareño, a los hermanos Girón. El Vito irradiaba admiración por la casta de entusiastas novilleriles imbatibles, cortando rabos y orejas con orgullo en las arenas del mundo.

En memoria de arena vale la pena destacar: “La primera actuación del Diamante Negro como matador de toros en Venezuela fue el 28 de noviembre de 1948, mano a mano con Raúl Acha “Rovira”, lidiando toros de Vistahermosa. La corrida tuvo que celebrarse a las dos de la tarde, porque la situación política de la ciudad era muy confusa como consecuencia del derrocamiento del presidente Gallegos y de la instauración de un régimen militar. El Diamante Negro toreó mano a mano con Luis Procuna. Cada uno cortó tres orejas y rabo y salieron a hombros”. Esa es la memoria de nuestra sangre y nuestras lágrimas, donde entre toros y poder, brotaba una nación, aunque al decir del Curro Romero, “los toros han sido, son y serán cultura no política…”.

Reseña el Vito: “Los hermanos Rafael y Curro Girón debutaron en Caracas una tarde de apoteosis para la dinastía el 3 de febrero de 1957, cuando abrieron la puerta Grande del Nuevo Circo luego de triunfar con toros de Santo Domingo. Curro Girón cuatro orejas y un rabo, Rafael una y César Girón una oreja. El 10 de noviembre de 1957 un toro de Peñuelas hirió a ‘Diamante Negro’ al entrar a matar. La oportuna e inteligente intervención de don Ángel Peralta le salvó la vida al ídolo nacional.

“Manzanero fue el nombre del toro heridor y sus orejas le fueron llevadas al torero a la enfermería”. Una épica donde se enaltece al toro montés –indomable, salvaje y fragoso– el arrojo del torero y la nobleza del galeno, sin cuyas manos la vida se marcha en una embestida, en un regato… Representación ardorosa de la pluma del Vito, de un pueblo al que amaba con pasión taurina.

Una camaradería ejemplar

Con su fraternal amigo Apolinar coincide por primera vez el 3 de noviembre de 1969. Nunca más se separaron. Hicieron vida en el Bloque De Armas. Como subraya Apolinar [y lo suscribo], entre el Vito, Meridiano y el doctor de Armas se formó una camaradería que fue más allá de la esfera de las relaciones director-jefe, propietario y periodistas.

No frecuenté al Vito tanto como hubiese querido. Pero mi afecto y admiración por él [y por Apolinar] son genuinos. Así se lo expresé en una misiva a propósito del Día del Periodista [1987] que más o menos decía: “Quiero reconocer el gentilicio periodístico de dos gigantes de los medios impresos. Su labor quijotesca detrás de su redacción son un faro de inspiración a las nuevas generaciones, entre ellas un aprendiz de escribidor”. Con leve tesitura, trato de seguir el rigor de vuestras plumas.

Alza vuelo querido Vito, como Toro de Miura: invencible, místico, de casta cabrera, colorado y ojo de perdiz como perdigón. Rindo tributo a quien jamás tuvo miedo de nada. Ni el Espartero contigo podía. Dios me dio la dicha de conocerte y reencontrarnos hace poco, en una nostálgica conversación. Estabas feliz por la presentación de tu libro, Infatigables, y nuevos retos… El infatigable fuiste tú. Ahora en el cielo, de paseíllo por esa plaza, te reencontrarás con grandes figuras. Y seguirás alzando banderillas, espadas, capotes y muletillas por tus hijas, por tus seres queridos, por los hijos de la patria.

Así despediste nuestra conversación. “No sueltes el capote, Orlando. A Venezuela le vienen luces y trajes de majos después de la lidia…”. Toca ahora un lance de navarra y porta gayola de rodillas… Con capote en el suelo, realzando la bravura de tu vida como Chocolatero, el toro que después de soportar 22 varas y desplazar 10 caballos fue indultado, os despido parafraseando a Carlos Fuentes: «Viendo entre toros al Vito me di cuenta [como a Manolete], que todo es vida, incluso su partida”. Descansa en paz querido Vito. ¡Olé infatigable…!

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