Personas con autismo aportan valor y creatividad en entornos laborales
El taller sobre empleo inclusivo para periodistas del 17 de abril de 2024, organizado por Arcos Dorados, se enfocó en los factores que obstaculizan la inclusión, autismo, discapacidad, diversidad, empleo inclusivo, perfil del empleado y oportunidades en el campo laboral
El pasado 17 de abril tuvo lugar un Taller para Periodistas sobre Empleo Inclusivo, que organizó Arcos Dorados como parte de su compromiso para fomentar la inclusión y la diversidad. La actividad reunió a distintos expertos que exploraron las diversas facetas de la inclusión laboral, en particular en lo que respecta a las personas con autismo.
En el taller se abordaron temas como los factores que obstaculizan la inclusión, autismo, discapacidad, diversidad, empleo inclusivo, perfil del empleado y oportunidades en el campo laboral.
María Isabel Díaz, economista y profesora de la Universidad Central de Venezuela, comentó sobre el impacto significativo que puede tener en la economía la inclusión laboral de las personas dentro del espectro del autismo.
En su presentación, expuso que muchas personas con trastorno del espectro autista (personas con TEA) poseen habilidades “únicas”, como “un enfoque detallado en tareas específicas o una capacidad excepcional para el pensamiento lógico, que pueden aportar valor a la fuerza laboral”. Otras habilidades destacadas son un eficiente manejo de las tecnologías de información, para la programación y el análisis de datos y resolución de problemas tecnológicos.
Agregó que al promover la inclusión y diversidad en los lugares de trabajo se puede fomentar la innovación y la creatividad, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en el crecimiento económico. No en vano, en países como Estados Unidos empresas tecnológicas como Microsoft, SAP e IBM han implementado programas de contratación específicos para personas con TEA.
“Es fundamental identificar las fortalezas de cada individuo y buscar oportunidades laborales que se ajusten a sus habilidades y necesidades. Además, es crucial promover entornos laborales inclusivos y adaptados a las necesidades de personas con autismo para garantizar su éxito y bienestar en el trabajo”, abundó Díaz.
Las etiquetas que obstaculizan la inclusión
Isabel Dubuc, psicóloga, también formó parte del panel de expositoras pero no solo como especialista, sino como madre de una hija y un hijo con autismo. Desde su experiencia de años viviendo muy de cerca los desafíos que supone cuidar y orientar a dos personas con esta condición, enfocó su presentación en cómo derribar las etiquetas que obstaculizan la inclusión y que comienzan con la forma en la que se estigmatiza a las personas con TEA o la manera en la que la sociedad se refiere a ellos.
“Funcionamos con prejuicios, creencias y actitudes para hacer economía mental, las etiquetas no son malas por sí mismas, solo que necesitamos actualizarlas en algunos casos, por ejemplo cuando nos referimos a una condición como el autismo”, detalló.
Y es que algunas personas señalan a las personas con TEA como “maniáticos” por mostrar comportamientos repetitivos o por apegarse mucho a la rutina; o se asustan porque “de repente explotan” y adoptan conductas como gritar, taparse los oídos o refugiarse en lugares inusuales, cuando estas últimas conductas son respuestas a compromisos sensoriales que los hacen percibir ciertos estímulos como muy intensos y, en otros casos, a no percibirlos.
La psicóloga también recomendó evitar expresiones que se utilizan en la cotidianidad, como “tal funcionario o tal persona actúa de manera autista”, pues las características del TEA son inherentes a su condición y no conductas deliberadas. Precisó también que usar términos como “enfermedad, padecer y sufrir” asociados al autismo es inadecuado, ya que se trata de una condición que diferencia a una persona, y no de un “mal” que se padece.
“Las personas con autismo nacieron en otra autopista y con otras señales de tránsito, no es que ‘viven en su propio mundo’, como señalan algunos, sino que tienen dificultades para integrarse socialmente y se comunican de diversas maneras. Tampoco ‘carecen de sentimientos y empatía’, sino que tienen dificultades para expresar sus sentimientos y se bloquean ante el impacto de los sentimientos de los demás”, puntualizó.
Antes de referirse al punto de la inclusión laboral explicó una diferencia importante en el cambio del concepto sobre lo que es el espectro autista: décadas atrás la aproximación era “lineal” o por “grados”, es decir, se hablaba de autismo “leve”, asperger o autismo severo. Pero el espectro se concibe ahora como un círculo cromático, donde cada color marca una diferencia particular. Desde esta concepción, cada persona con autismo “tiene necesidades de apoyo y cuidado que deben ser satisfechas y derechos que deben cumplirse”.
“Por ello, hay que anunciar a cada organización de las características específicas del trabajador, porque todos dentro del espectro son muy distintos entre sí“, argumentó.
Siete elementos en pro de la inclusión
Caroline Ruiz, directora de la Asociación Civil Buena Voluntad, explicó en el taller las actividades y alcances de institución de asistencia y beneficio social que funciona desde 1964 y que atiende a personas con discapacidad intelectual, musculo esquelética, psicosocial, sensorial leve y moderada.
El objetivo de la asociación es capacitarlos para posibilitar una inclusión socio laboral a corto plazo, gracias a una alianza con una serie de empresas. Buena Voluntad aplica una evaluación antes de la capacitación, realiza charlas de sensibilización y acompaña al aspirante en el proceso de la contratación, así como también hace un seguimiento y supervisión del desempeño del beneficiario para garantizar, entre otras cosas, que los horarios se ajusten a sus capacidades y que a se respetan las condiciones de contratación, como por ejemplo, que perciban el mismo ingreso que percibiría una persona neurotípica en el mismo puesto.
Ruiz también compartió siete elementos que son indispensables para facilitar la inclusión de personas con cualquier tipo de discapacidad, tanto en el ámbito laboral como social: aceptación y no discriminación, entender que estos ciudadanos tienen derechos y también deberes, tratarlos como nos gustaría ser tratados, brindarles igualdad de oportunidades, prestarles ayuda solo cuando la soliciten, respetar sus ritmos de ejecución y evitar prejuicios, estereotipos y sobrenombres.
Inclusión que transforma realidades
En el marco del desarrollo del taller fue posible conocer testimonios de tres personas con discapacidad intelectual que gracias a la inclusión laboral han podido poner en práctica sus conocimientos y habilidades y mejorar su calidad de vida.
Uno de los casos fue el de Jesús Mazzilli, quien tiene 44 años de edad y lleva casi la mitad de su vida (21 años) trabajando en McDonald’s, empresa donde su discapacidad intelectual no fue impedimento para recibir la oportunidad de su primer empleo. Su trabajo le ha brindado muchas satisfacciones y le ha permitido asistir a eventos deportivos internacionales como juegos olímpicos y mundiales de fútbol, así como ser invitado especial al estadio de su equipo favorito de béisbol, los Leones del Caracas.
Mientras que Ángela Marrero, de 23 años, también habló de su experiencia en la misma cadena de comida rápida en la que ingresó hace un año gracias a la formación recibida en la ONG Buena Voluntad y a la oportunidad que le brindó Arcos Dorados. Actualmente, es empleada del restaurante de La Trinidad y ha sido reconocida como la trabajadora del mes por su destacada labor, que también ha abierto las puertas a la próxima contratación de otro joven formado por la ONG Buena Voluntad.
Antonella es otra joven que recibió formación de la ONG en las áreas de computación, informática y capacitación social, lo que potenció sus habilidades y la ayudó a conseguir un empleo en el área de administración desde hace un año. En una elocuente exposición, contó cómo es su rutina, cómo se adaptó al trabajó con sus compañeros, todo lo que ha aprendido en su área laboral y reveló sus aspiraciones de trabajar en una compañía trasnacional, para lo cual ya dio el primer paso: aprender inglés por sus propios medios.
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