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Hospital J.M de los Ríos

Madres cuidadoras ayudan a sostener el colapsado sistema de salud en Venezuela
Prepara Familia explica que estas son mujeres en situación de vulnerabilidad y pobreza, quienes acuden al hospital J.M. de los Ríos para atender las enfermedades graves de sus hijos e hijas

En el Hospital J.M. de los Ríos, ubicado en Caracas, las madres de los niños hospitalizados no cuentan con un acompañamiento adecuado, por lo que ellas se convierten en las cuidadoras y ayudan al sistema de salud venezolano.

De acuerdo con el informe «El cuidado invisible y su aporte al sistema de salud», elaborado por la ONG Prepara Familia,  en este centro de salud infantil, los niños reciben el acompañamiento de sus madres en el 99 % de las veces.

La organización recuerda que en el J.M. de los Ríos «no hay infraestructura ni apoyo con recursos de ningún tipo, las madres cuidadoras deben proporcionar los insumos mediante sus propias gestiones».

Quienes se responsabilizan por el cuidado de niñas y niños con enfermedades crónicas son sus madres y una pequeña proporción de otras mujeres, hay en este grupo dos padres que lo hacen también. Sin embargo, esta es una labor feminizada completamente.

80% de las madres que cuidan a las y los niños son menores de 44 años, es decir, son mujeres jóvenes madres.

También hay algunas abuelas al cuidado de niñas y niños con enfermedades crónicas

Cuidadoras que viven fuera de Caracas

Ante la pregunta «¿Cuándo viniste a Caracas esta vez, para esta hospitalización o tratamiento? «, 52 mujeres que viven fuera de la capital manifestaron situaciones disímiles:

  • Hay 7 que tienen más de un año en esa situación, es decir que sus hijos tienen largo tiempo en tratamiento.
  • Hay tres cuyos hijos han cumplido mayoría de edad y por lo tanto están movilizándose a otro hospital.
  • La amplia mayoría sufren hospitalizaciones muy largas de manera que los traslados a Caracas significan un cambio radical de su vida cotidiana.
  • También puede verse que la mayoría se queda en Caracas permanentemente o por temporadas.
  • Trasladarse a la capital para facilitar el tratamiento de sus hijas(os) limita su posibilidad de contar con redes de apoyo.

Aquellas que sí se quedan en Caracas, señalaron:

  • 7 de cada 10 madres que cuidan a sus hijos se queda en el hospital mientras están en Caracas.
  • No tienen otro lugar fijo para quedarse.
  • Es decir, viven para cuidar a sus hijos/as

Condición de trabajo

Seis de cada diez madres cuidadoras se ocupa del hogar, aunque la mitad de ellas trabajaban antes remuneradamente, señala el informe de Prepara Familia.

Sin embargo, la «extrema dedicación que exigen niñas y niños con enfermedades crónicas» es una limitación total para la incorporación de estas mujeres a la obtención de algún ingreso mediante trabajo remunerado.

Algunas de las ocupaciones que desempeñan para conseguir algún ingreso son: docentes (4), enfermeras (3), doméstica/aseadora (8), ventas informales (9).

Madres cuidadoras: mujeres invisibles y pobres

La organización explica que estas son mujeres en situación de vulnerabilidad y pobreza, quienes acuden al hospital J.M. de los Ríos para atender las enfermedades graves de sus hijos e hijas.

«El hospital obliga el acompañamiento de niñas y niños hospitalizados, y ese acompañante de preferencia debe ser la madre», indica el informe.

Una gran parte de las madres cuidadoras ha venido de regiones y estados de Venezuela dejando su hogar y otros hijos, al cuidado de otras mujeres, y perdiendo posibilidades de apoyo, para acompañar a las y los pequeños en sus hospitalizaciones y tratamientos.

 

Además, una amplia mayoría no tiene lugar donde quedarse, debe permanecer en el hospital junto a sus hijas e hijos, por normas de funcionamiento.

Muchas madres han debido dejar sus trabajos remunerados para dedicarse al cuidado, algunas realizan trabajos ocasionales por cuenta propia para obtener algún ingreso.

Estas mujeres son bastante jóvenes y han recibido educación incluso universitaria completa, pero no pueden desplegar su vida puesto que el trabajo de cuidar exige una dedicación completa y grandes bloques de tiempo.

La división sexual del trabajo impone a las mujeres la responsabilidad de cuidar, y ellas como madres la asumen totalmente.

«Con el pasar del tiempo en un complejo proceso socio histórico ya forman parte de la estructura del Hospital. Están presentes, pero invisibles ante la mirada de quienes transitan diariamente por la Institución», agregó Prepara Familia.

 

Madres cuidadoras: su aporte a la salud de sus hijos y al sistema hospitalario

Las madres cuidadoras tienen dentro del hospital un amplio conjunto de tareas, que, según explica Prepara Familia, va desde mantener higiene y alimentación de sus hijos, hasta el aseo de las instalaciones donde ellos reposan.

Sin embargo, ni la sociedad, ni la estructura hospitalaria y de salud en general, las ve y ni considera qué ocurriría si ellas no estuvieran allí para todas las labores que realizan en el centro de salud.

«El espíritu de lucha y la resiliencia las sostiene aún en las condiciones más adversas, han vivido para satisfacer las necesidades de sus hijos(as), desconociendo las propias. Y por esto, el sistema se apoya en las tareas que realizan», agrega el informe.

 

Las dificultades y la crisis del sistema de salud y de la infraestructura hospitalaria cerca a las madres cuidadoras en espirales de pobreza y de riesgos para su propia salud.

La dedicación materna a los tratamientos

Las madres cuidadoras, aunque no tengan sus hijas e hijos hospitalizados en el momento del estudio, deben dar una dedicación total y completa a su atención.

En primer lugar, porque las zonas en donde viven suelen ser lejanas al Hospital J.M de los Ríos, y la suma de horas de transporte más horas de tratamiento absorbe todo día.

Para realizar esta atención no hay apoyo alimentario, por lo que la mitad de las niñas y niños reciben alimentos que proporcionan sus madres, pero ellas no comen en todo el día, en estos casos.

Además, el soporte emocional y de recreación que las madres realizan «es sumamente humanizante de la atención en los momentos de tratamiento, y todo esto se realiza en condiciones de precariedad y sin respaldo para las propias madres».

«Los hospitales no ven ni esa labor ni tienen en cuenta la importancia de todo este acompañamiento ni siquiera para apoyarlas en forma puntual», indicó la ONG.

 

Prepara Familia señaló que las niñas y niños con enfermedades crónicas en las casas, requieren atención y apoyo alimentario, y atención especial de sus madres, lo que sumado al trabajo general ene sus casas y con los otros hijos, no les dejan momentos de descanso.

El impacto del cuidado en la vida de las cuidadoras

Múltiples estudios han mostrado el desmejoramiento de salud y frecuente síndrome de agotamiento emocional de quienes deben dedicar su día al cuidado de un paciente crónico, tales como las madres del J.M. de los Ríos, ellas tienen rasgos de vulnerabilidad y signos comprobados de estrés debido a su situación:

Factores de mayor vulnerabilidad de las cuidadoras ante el estrés:

  • Tener menos años de educación formal
  • Vivir con la persona a la que se cuida
  • Llevar a cabo aislamiento social – soledad
  • Padecer depresión
  • Tener dificultades financieras
  • Dedicar una gran cantidad de horas al cuidado
  • No tener la capacidad suficiente de afrontar una situación compleja y tener dificultad para resolver problemas continuos
  • No tener otra opción que ser cuidadora

Signos del estrés de las cuidadoras:

  • Preocupación
  • Cansancio frecuente
  • No dormir lo suficiente
  • Aumento o una pérdida de peso
  • Irritación o enojo fácilmente
  • Perder el interés en actividades que solía disfrutar
  • Sentirse triste
  • Sufrir con frecuencia dolores de cabeza, dolor corporal u otros problemas físicos

El estrés de las cuidadoras (el estrés emocional y físico que conlleva el cuidado) es común, más en las condiciones de crisis en que viven las madres del J.M. de los Ríos.

Niños del Hospital J. M. de los Ríos “siguen muriendo” esperando que se garanticen sus derechos
Elementos básicos como guantes, yelcos, tapabocas, reactivos (inconstantes) para los exámenes de laboratorio son hoy una necesidad tanto para el personal de salud como para los familiares de los niños, niñas y adolescentes que acuden por alguna problemática de salud o que esperan un trasplante

 

Una infraestructura estable, pero sin los insumos necesarios para atender a los pacientes, esto es en la actualidad uno de los considerados más importantes hospitales pediátricos que tiene Venezuela: El Hospital de Niños José Manuel de los Ríos (J. M. de los Ríos).

Elementos básicos como guantes, yelcos, tapabocas, reactivos (inconstantes) para los exámenes de laboratorio, son hoy una necesidad tanto para el personal de salud como para los familiares de los niños, niñas y adolescentes que acuden por alguna problemática de salud o que esperan un trasplante, pero también que garanticen sus derechos. Víctimas del sistema de salud en crisis que tiene Venezuela.

El J. M. de los Ríos también era un hospital de renombre porque realizaban trasplantes; sin embargo, lo único que hay en los pasillos y cuartos del lugar en la actualidad, son niños, niñas y adolescentes a la espera de insumos, exámenes, trasplantes y una respuesta por parte del Estado.

“Ya estamos en 2023, en este momento tenemos 25 niños del servicio de Hematología, del J. M. de los Ríos, sin ninguna respuesta y 14 jóvenes esperando que tampoco han tenido la respuesta oportuna que requieren”, denunció Katherine Martínez, abogada y directora de la organización no gubernamental Prepara Familia.

El 1 de junio se cumplieron seis años de la suspensión del Sistema de Procura de Órganos y Tejidos y en medio de un contexto de Emergencia Humanitaria Compleja donde el Estado no garantiza los medicamentos antirrechazo o inmunosupresores, al menos 79 niños, niñas y adolescentes murieron en el servicio de Nefrología a la espera de trasplantes, según la ONG.

“En el año 2014 cuando Fundavene, adscrito al Ministerio de Salud, empezó a fallar en el tema de trasplantes, se vio una abrupta caída de los mismos. En consecuencia para 2017, la misma Fundavene envía una carta a las unidades de trasplantes del país donde anuncia que ellos no pueden continuar con la garantía de los inmunosupresores, que son los medicamentos antirechazo. Era provisional, pero ya llevan seis años. Ha sido una situación fuerte y muy delicada, que merece la atención de la comunidad nacional e internacional porque se requieren los trasplantes. En 2022 el Estado comenzó a realizar algunas intervenciones de vivo a vivo que requiere tener un familiar compatible para que pueda donar el órgano. Estas operaciones nunca estuvieron suspendidas, se suspendió fue el oficio al no poseer los medicamentos antirechazo. Se hicieron algunos en clínicas privadas por costos de 75 mil dólares aproximadamente, pero en los hospitales públicos comenzaron a hacer algunos en el Hospital de El Paraíso, en el Hospital Militar, inclusive el J. M.de los Ríos pudo hacer uno en 2022, pero fueron casos excepcionales donde habían familiares compatibles e igualmente nos preocupamos porque es un riesgo si no se tiene el tratamiento y los medicamentos necesarios”, insistió Martínez.

La administración de Nicolás Maduro dio una esperanza para los NNA en noviembre del 2021, cuando anunciaron que reactivarían el proceso de trasplantes de médula en el Hospital Domingo Luciani y en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera. Desde 2022 las operaciones se realizan de vivo a vivo, pero aún no se ha reactivado el trasplante de cadáver a vivo. La causa de la suspensión de los trasplantes es que el Estado no puede garantizar los medicamentos antirechazo o inmunosupresores.

“El J. M. de los Ríos, centro de referencia nacional, que sigue recibiendo niños de todo el país, tiene servicios que tienen mucho tiempo cerrados, como el de Terapia intensiva, Cardiología, Neurología y a la fecha no se han rehabilitado. Además de eso hay una situación grave con el servicio de Imagenología, servicios de laboratorio, casi todas las pruebas que los niños necesitan deben hacerse por fuera. Ninguna de estas situaciones ha cambiado y esto es lo básico”, dijo la abogada.

Martínez relató que el servicio de Hematología tiene ocho meses con el aire acondicionado dañado. “Eso es gravísimo porque es un área que recibe entre 350 y 500 pacientes mensuales, es donde se realiza el postgrado de hematología pediátrica y que es el único en el país. Adicionalmente los niños vienen de todas partes a recibir tratamiento oncológico. Allí tienen un pequeño quirófano donde realizan aspirado de médula, biopsias, y sin aire acondicionado es complicado. Estamos hablando de la garantía del derecho a la vida y la salud en el hospital, que no podemos decir se ha logrado”.

En 2021 un grupo de jóvenes relató para el período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cómo eran sus vivencias en el país, en medio de la crisis, pero también en el hospital. En medio de la sesión un joven declaró que cuando uno de sus compañeros moría, siempre pensaban que serían los próximos.

Los niños, niñas y adolescentes del servicio de Nefrología están amparados por medidas cautelares emitidas por la CIDH desde 2018. Estas medidas instan al Estado venezolano a adoptar acciones necesarias para garantizar su vida, integridad personal y salud, pero aún no se han cumplido.

“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”, según señala el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Katherine Martínez dice que el Estado debe hacer una inversión importante en materia de salud, aunque este culpe a las sanciones de no poder hacerlo. La abogada dijo que el Estado solo hace promesas y mientras tanto los niños, niñas y adolescentes, siguen muriendo.

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“Otra muerte prevenible”: falleció paciente infantil del J.M. de los Ríos que esperaba por un trasplante
En septiembre del año 2022, Prepara Familia advirtió que el Estado venezolano no atiende a los pacientes nefrológicos antes ni después de los pocos trasplantes vivo a vivo que se hacen en el país
El Sistema de Procura de Órganos y Tejidos en Venezuela ya tiene seis años paralizado

Eukarys Guevara tenía solo 13 años. Falleció el pasado domingo, 9 de abril, y era paciente renal infantil del hospital J.M. de los Ríos, en Caracas, a la espera de un trasplante.

Así lo informó vía Twitter la ONG Prepara Familia, que además informó que Eukarys tenía «muy poco tiempo en diálisis».

«Ya los niños, niñas y adolescentes no logran resistir, tienen todo en su contra, no pueden seguir esperando», advirtió la organización no gubernamental.

 

Por su parte, el activista Yendri Vásquez consideró que esta era «otra muerte prevenible».

La Organización Nacional de Trasplante de Venezuela remarcó que Eukaris es la cuarta niña que pierde la vida en lo que va de 2023 mientras espera un trasplante. 

Sin esperanzas de trasplantes y sin inmunosupresores para transplantados

En septiembre del año 2022, Prepara Familia advirtió que el Estado venezolano no atiende a los pacientes nefrológicos antes ni después de los pocos trasplantes vivo a vivo que se hacen en el país.

Katherine Martínez, directora de la ONG, declaró que la organización ha recibido «testimonios de adultos y niños recién trasplantados a los que les llegan inmunosupresores vencidos por parte del Estado para seguir con su tratamiento nefrológico».

«No se pueden hacer trasplantes de ningún tipo si el paciente no tiene garantizado sus insumos para el tratamiento. Es una violación de sus derechos», dijo Martínez a Fedecámaras Radio.

Por su parte, Lucila Velutini, directora de la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (ONTV), reiteró en reciente entrevista  la necesidad de que se reactive el Sistema de Procura de Órganos y Tejidos en el país, que ya tiene seis años paralizado.

En entrevista que concedió este martes, 11 de abril, a Radio Fe y Alegría, Velutini alertó que como consecuencia de esta paralización, cerca de 98% de los pacientes que no tienen un familiar compatible, están sin esperanzas.

«Por ello, la urgencia de que se restablezca el Sistema de Procura de Órganos y Tejidos en el país paralizado desde el 1 de junio de 2017», señaló la directora de la ONTV.

Además, dijo que en el país no se han dejado de hacer trasplantes de vivos a vivos, sobre todo en centros privados del país, pero que estos tienen costos muy elevados.

Decenas de ONG exigen al Estado reactivación de programa de trasplantes
La aclaratoria, explican, responde al anuncio hecho el pasado 30 de noviembre por la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), adscrita al Ministerio de Salud, de que «se reactiva» la realización de trasplantes renales con donante vivo en el principal hospital infantil de Caracas.

Unas 70 ONG venezolanas exigieron al Estado, en un comunicado difundido este sábado por la organización Prepara Familia, la reactivación del programa de trasplantes de órganos de cadáver a paciente vivo, que se mantiene suspendido desde hace cinco años.

«Seguimos exigiendo la reactivación del Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (SPOT) de cadáver a vivo en Venezuela, garantizando el suministro de inmunosupresores, el acceso a unidades de trasplantes que cumplan con los requerimientos y los protocolos necesarios, conforme a las obligaciones del Estado en la garantía de los derechos humanos a la vida y la salud», solicitaron las ONG.

En el escrito, difundido en Twitter, las organizaciones aclaran que este jueves se cumplieron cinco años y seis meses de la suspensión del SPOT de cadáver a vivo, situación que se mantiene en este momento y que afecta a «90% de las personas que están a la espera de un trasplante en Venezuela, quienes sólo podrían recibir un órgano de un donante cadavérico».

 

 

La aclaratoria, explican, responde al anuncio hecho el pasado 30 de noviembre por la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), adscrita al Ministerio de Salud, de que «se reactiva» la realización de trasplantes renales con donante vivo en el principal hospital infantil de Caracas.

Al respecto, las ONG aseguran que los trasplantes de vivo a vivo, a diferencia de los de cadáver a vivo, «nunca se han suspendido en el país y se han continuado realizando en contadas ocasiones, tanto en hospitales públicos como en clínicas privadas».

No obstante, apuntan que el número de procedimientos de vivo a vivo ha disminuido por la falta de medicamentos inmunosupresores que son esenciales para evitar el rechazo del órgano trasplantado.

Además, recordaron que solo en el Servicio de Nefrología del Hospital J.M de los Ríos han fallecido 74 niños, entre 2017 y 2022, y que para muchos de los que esperan respuesta, «el programa de trasplantes de cadáver a vivo, actualmente suspendido, es su principal opción».

En este sentido, exhortan al Estado a garantizar condiciones óptimas en los centros de salud en los que se realizan estas operaciones con donantes vivos, a suministrar los medicamentos necesarios tras estos procedimientos y a lograr la «completa reactivación» del programa de trasplantes en todas sus modalidades. 

 

Servicio de Lactancia Materna del J.M. de los Ríos pide espacio amplio y ventilado para operar
Katherine Martínez señaló que desde el Servicio de Lactancia Materna del J.M. de los Ríos solo piden tener un espacio amplio, ventilado y digno para atender a las mujeres

El servicio se Lactancia Materna del hospital J.M. de Los Ríos anunció su cierre técnico el pasado lunes, 1 de agosto.

Katherine Martínez, directora de la ONG Prepara Familia, señaló que este servicio, llamado «Mi Gota de Leche», ha atendido a más de 79.000 personas entre familias, madres y niños.

Durante una entrevista que concedió al Circuito Éxitos de Unión Radio, Martínez aseguró que este servicio presenta un deterioro desde hace al menos 10 años.

«Este servicio ha estado rotando por varios lugares del hospital, hasta que en el año 2019 tenía un espacio en el piso 4 que no cumplía con garantizar los mínimos requerimientos para atender este tipo de población», señaló Martínez.

Al respecto, advirtió que el cierre del servicio se Lactancia Materna es un riesgo debido a la desnutrición que existe en el país, así como el «impacto que ha tenido la emergencia humanitaria en el país».

«Las mujeres acudían con muchos problemas porque los ascensores no funcionan», agregó.

Sin embargo, dijo Martínez, el personal del servicio continuó trabajando, incluso en pandemia lo hicieron de forma virtual «en vista de que no se le garantizaban las medidas de bioseguridad».

Ahora, con la notificación del cierre técnico, advierte que es una ayuda que pierden niños que tienen incluso medidas cautelares ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH).

«La mayoría de las personas que llegan al JM de los Ríos vienen del interior. En el caso del servicio «Mi gota de leche» es un servicio único que presta apoyo a las mujeres», añadió.

Por otra parte, Martínez dijo que este servicio debería contar al menos con 12 profesionales, solo tenía cuatro y después del cierre técnico quedan solo dos. «Esto es un reflejo de todo lo que ocurre en el país», dijo.

«Vemos unidades que están prácticamente solas porque no hay casi personal para atender, o si lo hay son personal de salud comprometido con lo que está pasando, pero no cuenta con los insumos», lamentó.

En ese sentido, advirtió: «No se respetan los derechos humanos fundamentales de la niñez».

Lo que necesitan

Katherine Martínez señaló que desde el Servicio de Lactancia Materna del J.M. de los Ríos solo piden tener un espacio amplio, ventilado y digno para atender a las mujeres.

«No se necesitan equipos. Si es posible que tenga aire acondicionado, las sillas para atender a las mujeres», dijo.

Asimismo, señaló que todo el personal de Mi Gota de Leche hace todo el trabajo de acompañamiento, revisión de todas las técnicas que todas las madres están utilizando para el amamantamiento, entre otros.

«Ellos necesitan que sea un espacio digno para la familia, las mujeres y los niños que lleguen. Lo que piden es dignidad para la atención de su personal», finalizó.

Más de 70 niños y adolescentes han muerto en el JM de los Ríos a la espera de trasplantes renales
Maduro prometió en noviembre de 2021 que su administración trabajaría en un plan que acelerara estos procedimientos quirúrgicos

 

Karla Barrios es el nombre de la niña de 5 años que este viernes, 1 de julio de 2022, murió mientras esperaba un trasplante renal. Ella, paciente del Servicio de Nefrología del Hospital J. M. de los Ríos, está entre los más de 70 niños y adolescentes que han muerto en esa unidad del centro de salud por no poder optar a esta operación, luego de que el gobierno de Nicolás Maduro suspendiera, el 1 de junio de 2017, el Sistema de Procura de Órganos y Tejidos de Venezuela (SPOT).

«No es un nombre en una lista, ni una estadística, es una niña que no podrá cumplir sus sueños y una familia desamparada. Los acompañamos en su dolor exigiendo que ningún otro niño deba morir a la espera. A 5 años sin trasplantes», se lee en la cuenta de la ONG Prepara Familia, dedicada a la asistencia y acompañamiento de los niños y adolescentes hospitalizados.

“A la fecha tenemos 70 niños que han fallecido desde 2017, en la unidad de nefrología del Hospital J.M de los Ríos. Los niños fallecieron sin poderles ofrecer la opción de un trasplante del Programa Procura de Órganos, que está suspendido desde 1 de junio de 2017, acabamos de cumplir cinco años de suspensión, y ha sido muy duro porque son muchos años”, afirmó Katherine Martínez, directora de la ONG, en una nota publicada por Amnistía Internacional Venezuela hace unos días.

En el Servicio de Nefrología del hospital pediátrico hay otros 30 niños a la espera de un riñón.

El programa se mantiene suspendido pese a que el 21 de febrero de 2018 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó una medida cautelar de amparo a estos niños y exigió al Estado que garantizara sus vidas. La medida fue ampliada el 21 de agosto de 2019 para proteger a otros pequeños del hospital y se volvió a pedir que se entregaran los recursos necesarios para retomar los trasplantes de órganos.

Poco ha dicho la administración de Maduro al respecto. «Vamos a avanzar en un plan de aceleración de trasplantes. A quienes están esperando su operación, se la garantizaremos (…) Vamos a retomar el camino de los trasplantes renales. Incrementaremos la capacidad operativa de la Unidad de Trasplante Renal ‘Coronel Doctor David Arana’ en el Hospital Militar (en Caracas)»,  prometió el gobernante en noviembre de 2021. Pero nada se ha cumplido.

Murió un niño de 12 años del servicio de Hemodiálisis del Hospital J.M. de los Ríos
La ONTV denunció que durante los últimos tres meses han fallecido 5 niños con esta patología en el Hospital J.M. de los Ríos

La Organización No Gubernamental (ONG) Prepara Familia denunció que este sábado, 26 de marzo, falleció un niño de la unidad de Hemodiálisis del Hospital J.M. de Los Ríos, en Caracas.

A través de la red social Twitter, la ONG indicó que el niño llevaba por nombre Anthony Matute y tenía 12 años. «Pedimos a Dios que lo acoja en sus brazos y dé fortaleza a toda la familia para sobrellevar este momento», señalaron.

Por su parte, la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (ONTV), también informó del fallecimiento del niño.

«No nos cansamos de repetir que los pacientes renales pediátricos son prioritarios en los programas de trasplante porque son más vulnerables y están en fase de crecimiento», sentenciaron en su cuenta de Instagram.

Asimismo, denunciaron que durante los últimos tres meses han fallecido 5 niños con esta patología en el Hospital J.M. de los Ríos.

La ONTV ha denunciado en reiteradas oportunidades las muertes de los niños por falta de trasplantes en el país.

 
 
 
 
 
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El pasado 4 de marzo de 2022, también falleció Milán Montilla, de 4 años. Era paciente del área de Nefrología del Hospital de Niños J.M. de los Ríos.

*También puede leer: Médicos denuncian recrudecimiento de apagones y alertan que la mayoría de los hospitales no tienen planta eléctrica

Murió otra niña en el Hospital J.M. de los Ríos: exigen al Estado cumplir medidas cautelares que dictó la CIDH
Wilmary es la cuarta menor que fallece en el mes de agosto a la espera de un trasplante, pese a las medidas cautelares que en 2019 interpuso la CIDH al servicio de nefrología y a los pacientes del centro asistencial

 

Este lunes, la ONG Prepara Familia informó que la niña Wilmary Hernández, de siete años, falleció en el hospital J.M. de Los Ríos a la espera de un trasplante. 

A través de sus redes sociales, Prepara Familia confirmó que la menor era paciente del servicio de hematología. 

Con Wilmary Hernández, ya son 13 los menores de edad que han fallecido en lo que va de 2021, y la cuarta en el mes de agosto que pierde la vida esperando que se reactive el sistema de trasplantes. 

Una nota publicada en RunRun.es señaló que, en menos de una semana, fallecieron Winder Rangel de 11 años, Jeannys Herrera de 9 años y Niurka Camacho de 15 años.

Cabe destacar que en el mes de junio, Niurka Camacho había encabezado una audiencia pública ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en representación de los pacientes renales, en la que pidió mejores condiciones para el hospital de niños y exigió la reactivación de los trasplantes.

«En el hospital ha sido muy difícil porque he visto muchos compañeros falleciendo esperando un trasplante. Es difícil para mí porque yo no quiero que me pase lo mismo por esperar un trasplante, y por eso pido que reactiven los trasplantes. Que por favor se haga algo, quiero una mejor calidad de vida», dijo Camacho durante su intervención ante la CIDH. 

Según reseña la nota, el programa de trasplantes está suspendido desde junio de 2017, luego de que le fuera quitada la competencia a la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (Ontv) en 2014 y fuera pasada a Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), adscrita al Ministerio de Salud.

Exigencias al Estado

El comisionado presidencial para los Derechos Humanos y Atención a las Víctimas, Humberto Prado, se pronunció a través de su cuenta en Twitter por el sensible fallecimiento de Wilmary. 

Prado resaltó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió en 2018 medidas cautelares al servicio de nefrología y en el 2019 las amplió a favor de los pacientes.

Prado afirmó que la CIDH exhortó a las autoridades correspondiente a adoptar las medidas necesarias para garantizar la vida, integridad personal y salud de los niños, niñas y adolescentes  en los 13 servicios identificados del Hospital José Manuel de los Ríos en Caracas.

«En particular, la Comisión considera que las autoridades deben proporcionar un tratamiento médico que tome en cuenta, entre otros aspectos, el acceso a los medicamentos y procedimientos requeridos, conforme a las recomendaciones de los expertos correspondientes, así como la satisfacción de sus necesidades nutricionales y otras medidas complementarias, a la luz de su interés superior”, recordó Prado.