Falleció otro niño del servicio de Nefrología del Hospital JM de Los Ríos - Runrun
Gabriel Sarría, de 9 años de edad y paciente del servicio de Nefrología del Hospital JM de los Ríos, murió en espera de un trasplante. Es el décimo niño que muere en 2022 en el mismo servicio
La Organización Nacional de Trasplante de Venezuela lamentó el hecho y recalcó que no se puede normalizar la muerte de estos niños: «Tener una enfermedad renal no es una sentencia de muerte inexorable», aseguraron
El pasado 1 de octubre se cumplieron cinco años y cuatro meses de la suspensión del sistema de trasplante y procura de órganos.  «Niños, niñas adolescentes y adultos siguen esperando por una respuesta y siguen exigiendo su derecho a la vida y a la salud», denunció Prepara Familia
Desde que se suspendió el sistema de Programa de Procura de Órganos en 2017, han muerto 73 niños con síndrome nefrótico en espera de trasplante renal en el Hospital J.M. de Los Ríos

 

 

La Organización Nacional de Trasplante de Venezuela informó sobre la muerte de otro niño del servicio de Nefrología del Hospital JM de los Ríos en Caracas.

Se trata de Gabriel Sarría,  de 9 años, y quien tenía «todo el derecho de vivir una vida plena», expresa la ONTV. 

«No podemos expresar la frustración e impotencia que nos deja este domingo la partida de Gabriel», lamentaron en un mensaje en su cuenta en Twitter.

La ONTV recalcó que no se puede normalizar la muerte de estos niños. 

«Tener una enfermedad renal no es una sentencia de muerte inexorable. Ni su familia ni los que lo conocimos podemos aceptar que un pequeño recién entrando en estadio V de ERC haya fallecido», comentaron. 

«Entendemos que son niños complicados por sus patologías, pero con un sistema de salud al 100%, sus probabilidades de salir airosos se multiplicarían», acotaron.

Trascendió que el niño había ingresado hace poco al hospital, procedente de Barinas.

Gabriel es el décimo niño del servicio de Nefrología del Hospital JM de los Ríos que fallece en lo que va de 2022. 

La muerte más reciente que se había documentado fue la de Sthephany Muñoz, quien tenía siete años de edad y cuyo fallecimiento se reportó el 13 de septiembre. 

Hasta entonces, Prepara Familia contabilizaba, desde 2017, la muerte de 72 niños con síndrome nefrótico en espera de trasplante renal en el Hospital J.M. de Los Ríos.

Con la muerte de Gabriel Sarría, la cifra ascendería a 73.

Un clamor que no se escucha

El pasado 1 de octubre, tal y como lo recuerda la ONG Prepara Familia, se cumplieron cinco años y cuatro meses de la suspensión del Programa de Procura de Órganos en #Venezuela.

«Niños, niñas adolescentes y adultos siguen esperando por una respuesta y siguen exigiendo su derecho a la vida y a la salud», escribió la organización junto a la etiqueta #ReactivenLosTrasplantes.

Se calcula que desde la suspensión del sistema, al menos, 1.200 personas han dejado de recibir trasplantes.

 

Sistema de trasplantes de órganos cumple cinco años paralizado

Según la Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela, al menos 960 personas esperan ser trasplantadas, de ellas 150 son niños y adolescentes.

En entrevista a Fedecámaras Radio el pasado 19 de septiembre Katherine Martínez, directora de Prepara Familia, lamentó tener que seguir registrando estadísticas negativas.

«Los que nos duele a todos es seguir contando los niños que van falleciendo», dijo. «Es una de las aristas, realmente grave, del sistema de salud venezolano. Ante una situación como esta, el programa de Procuradores es la punta del iceberg», recalcó.

La situación de los niños a la espera de un trasplante en Venezuela ha sido documentada por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) en 2018, en 2020 y en 2021. Pero el Estado no ha dado ninguna respuesta ante la situación.

«Esto no es por falta de cobertura y llamados de atención.  Esto ocurre porque al Estado pareciera que no le interesa el tema», sostuvo. 

Martínez aseveró que la situación de los pacientes infantiles que viven en el interior del país y que requieren diálisis es más complicada, debido a que las unidades y los centros de salud se encuentran en peores condiciones que el J. M. de los Ríos.

Además, los familiares no tienen condiciones sanitarias y económicas para trasladarse.