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El Hatillo

Fospuca niega que tarifas del aseo urbano causen la quiebra de comercios
Ana Terán aclaró que desde diciembre de 2019 la empresa no ha hecho un aumento en las tarifas del servicio, pero indicó que desde ese año el arancel del aseo  quedó anclado al Petro

 

La ​​jefa de Relaciones Institucionales de Fospuca, Ana Terán, en entrevista para Runrun.es negó que comercios y centros comerciales hayan quebrado por el pago del servicio de aseo urbano en los municipios Chacao, Baruta y El Hatillo. 

La representante de Fospuca señaló que, de ser así, no existirían tantos negocios en dichos municipios. “La gran mayoría de nuestros usuarios están al día con el pago del aseo, son muy contados los casos que han presentado problemas con el pago”, dijo.

“Basta con darse un paseo por Chacao, Baruta y El Hatillo para ver la cantidad de comercios que están abiertos y generando empleos, de no estar al día con el pago del aseo, no estuvieran abiertos”, insistió Terán. 

Terán explicó que las tarifas del aseo urbano se establecen por ordenanza municipal y que en la mayoría de los municipios se rigen de acuerdo con la cantidad de metros cuadrados que mide un local o un negocio y a la actividad económica que realizan. 

“Esa es la regla o la base para el cálculo de la tarifa, así se hace en todos los municipios en los que Fospuca presta servicio”, dijo, al tiempo que enfatizó que desde hace más de 30 años el cálculo se ha hecho de esa manera y que no es algo que la empresa implementó por su cuenta. 

A propósito de las recientes denuncias que se han realizado a través de las redes sociales por los altos precios en la facturación del servicio de recolección, Terán aclaró que desde diciembre de 2019 la empresa no ha hecho un aumento en las tarifas del servicio, pero indicó que desde ese año la tarifa de aseo urbano quedó anclada al petro.

“La gente confunde que aumentamos las tarifas, pero la realidad es que cuando el petro aumenta, aumenta la tarifa y la gente se impacta”, dijo.

 

Pago obligatorio

La representante de Fospuca añadió que el pago del aseo urbano es obligatorio para todos los ciudadanos. 

“La gente tiende a confundir que se paga por la cantidad de basura que se genera y no es así. Si usted saca una bolsita o 10 bolsitas la tarifa va a seguir siendo la misma, calculada en función del metraje y la actividad económica”, dijo. 

Ana Terán explicó el por qué la desigualdad en las tarifas en los distintos municipios y aclaró que cada municipio tiene su propia ordenanza. 

“Cada quien tiene su propia regulación y por eso no se debe comparar las tarifas entre un municipio y otro porque son diferentes, son autónomos, son distintos servicios y costos, y eso es lo que determina que la tarifa se incremente o disminuya”, explicó la jefa de Relaciones Institucionales de Fospuca.

Terán señaló que los usuarios no solo pagan para que recojan la basura, dijo que el servicio va más allá, pues incluye la impieza de las calles, parques, plazas y el mantenimiento de áreas verdes.  

El impasse con Unicasa 

El pasado 17 de marzo, el cierre de tres sucursales de la cadena de supermercados Unicasa avivó el malestar de los usuarios de Fospuca en las redes sociales.

Sobre esto, el presidente de la Federación Nacional de Comercio (Fedecomercio), José Alejandro Lossada, habría denunciado los problemas que aquejan a los comerciantes de los municipios de Baruta, Chacao y El Hatillo por las tarifas de aseo de Fospuca.

“Nos damos cuenta de que las tarifas aplicadas por concepto de aseo urbano tienen un sobreprecio de más de un 500% (…) La empresa Fospuca aplica una tarifa de aseo urbano y una tarifa por servicios medioambientales”, dijo Lossada. 

Ana Terán aclaró que lo sucedido con las tres sucursales de Unicasa se originó porque la Alcaldía de Baruta, ejecutando el “Plan Evasión Cero” , sancionó a los tres locales por un tema de que no habían pagado la patente de actividad comercial y también tenían una deuda con el aseo. 

“Es falso lo que circuló en redes sociales de que cada sucursal tenía una deuda de seis mil dólares. El monto que a lo mejor surgió es porque la deuda era de cinco sucursales, tres en Baruta y dos en otro municipio (que ahora no recuerdo) y la suma de los cinco si daba los seis mil. Tampoco la deuda era de un mes, era de más tiempo”, dijo la representante de Fospuca.

Elías Sayegh o el ojalá que llueva república
Conversa con el alcalde de El Hatillo, Elías Sayegh: “Yo no comulgo con eso de que el alcalde es el conserje”

 

@solmorillob

Dicen que el carnaval es tiempo para no pensar, para embriagarse y dejarse arrastrar por la locura. Que son días para fingir lo que no se es y ponerse máscaras del disimulo. Yo creo que es lo contrario. Estos días, demasiado ruidosos y que algunos sienten son de meter todo en el saco del olvido, son para esta pequeñita mujer que soy tiempos buenos para mirar con claridad lo que suele confundirse en el éxtasis y el vértigo de un país que se deja seducir por versos con errores ortográficos y música sin lírica, un país que ya no sabe leer las señales.

Elías Sayegh tiene 35 años. Apenas 35. Y, como es de esperarse, su cuerpo y su mente hospedan un entusiasmo que va a mil por hora. Pero -importante- a no confundir la energía de su juventud con inexperiencia o, mucho menos, con populismo ramplón o con incapacidad para desactivar la desesperación como modelo de gestión. Si algo destaco de él es el aplomo. Probablemente de la nueva hornada de políticos venezolanos, Sayegh impacta por su comedida habilidad para estructurar pensamiento y acción, sin perjuicio de uno y otra.

Me gusta que es afable, que no grita ni dice improperios. Que tiene buenos modales y que no es un simple. Que no anda rebuscando en el glosario de la politiquería las palabras subidas de tono para herir a los que no lo apoyan. Desde muy jovencito intentaba edificar consensos. Acostumbrados como hemos estado en los últimos años a la permanente diatriba y a los políticos hiperkinéticos y en constante e improvisado modo «para ya», la serenidad con la que habla me produce algo de lo que todos los venezolanos tenemos sed: confianza. Su voz es serena, sin afanes desgastantes.

Elías es abogado, graduado con méritos en la Universidad Metropolitana de Caracas y con estudios de posgrado en gerencia. Se zambulló en la política desde muy joven. Lo conocí hace ya varios años, cuando en esa cabeza no se asomaba ni una sola cana y esos ojos estaban libres de patas de gallo. La política es un oficio que pasa facturas temprano. Y a Elías la agenda le puso enfrente trabajo de calle, de ese que agobia, encanece y arruga.

Pasó por la mejor experiencia que alguien que quiere hacer carrera política puede vivir: perder una elección. Sí, lo digo en serio. Esos que solo ganan, no aprenden a ganar. Usted leyó bien. No es un error de tipeo. Repito, los que solo ganan no saben ganar. Es como la gente que jamás se ha equivocado, o que nunca ha pasado por angustias y penurias. Nada es más educativo que el fracaso, porque los que nunca pierden no entienden a cabalidad el valor del triunfo. El dolor es un buen maestro. La vida nos enseña mucho más y mejor con los traspiés que con los éxitos. Las caídas nos liman las torpezas y los desatinos. Los golpes que recibimos nos templan el carácter, nos configuran la resistencia, nos enseñan buen juicio y nos desvisten del inmenso defecto de la pedantería. Los tropiezos se convierten en faros que nos iluminan el camino de la sensatez.

Así fue para Elías. Por allá, por 2013, compitió por la alcaldía de El Hatillo. Y perdió. Y eso, creo yo, fue una magnífica lección de vida y de política. Sé que le dolió. Comprensible. Pero no se hundió en la derrota. No se dedicó a ese deporte nacional que es el buscar a quién echarle la culpa. Se lamió las heridas, se levantó del suelo, se limpió las rodillas, se plantó frente al espejo para entender en qué había fallado y, entonces, siguió adelante. En las elecciones de 2017 volvió a candidatearse. Y ganó. Y recientemente, en noviembre de 2021, compitió por la reelección y volvió a ganar. Haber perdido le permitió aprender a ganar.

Conozco muy bien El Hatillo. No solo fui vecina de ese municipio por muchas y lindas décadas; me cupo además el privilegio de ser concejal suplente por ocho años. Y no, no fui un suplente de adorno. Me lo tomé muy en serio y trabajé con intensidad y denuedo por hacer de ese espacio territorial un modelo de progreso. Creo que no lo logramos. Al menos no según mis estándares. Muchas cosas se mantuvieron igual o hasta empeoraron. Pero dejamos sembrado el deseo de cambio. Llevo años viviendo fuera de El Hatillo, pero jamás me he desentendido de él. Sigo aportando en cada oportunidad que me lo solicitan. Sigo creyendo que quien no suma, resta.

El escenario de la política en Venezuela está muy enredado y empatucado. Cuesta entenderlo y cuesta todavía más explicarlo. Llevamos ya demasiados años en estado de defensa, pataleando en el fango de la impronta anti Venezuela. Esto no es tan solo, como algunos equivocadamente piensan, una lucha por recuperar la democracia. Esto es ya un asunto de conseguir tener algo que es fundamental: una república.

Venezuela es hoy un país arrasado y atrasado. Pero que nuestro país esté en este lamentable estado, que haya sido desguazado por estos bandoleros, que haya algunos que se han echado en brazos de la displicencia, no significa que esté firmada la rendición. De hecho, uno puede detectar un ánimo imbatible en una nueva generación de políticos. Solemos enumerar las naciones que han caído en desastre, como Cuba. Y poco espacio dedicamos a países que sufrieron percances muy dramáticos y se recuperaron al punto de ser modelos hoy de progreso, bonanza y prosperidad, como Uruguay. Cuba sigue hundiéndose. Uruguay trabajó para su renacimiento.

El tiempo no ha pasado en vano. Estos largos años han sido penosos y destructivos, pero el esfuerzo y el indecible sufrimiento también produce réditos. Esta nueva camada de la que Sayegh forma parte no quiere recuperar, quiere rehacer. Acaso por eso Elías siempre es un entusiasta gerundio.

Quiero hacerle preguntas. Me interesa saber qué sueños habitan en el alma de este joven venezolano. Descubrir cómo son las angustias que se le asoman por los portales y que seguramente le acosan con insomnios. Entender los dolores que lo hacen dejarse llorar por las esquinas cuando nadie lo ve. Quiero saber cosas del hombre y también del político, porque no se puede separar el uno del otro. Procuro hallar el que intuyo quiere ser un creativo gerente de lo público, y no apenas, y con penas, un alcalde más que se sume a la larga lista de los que pasan por un cargo y es más lo que se llevan que lo que dejan. Quiero saber de este hombre que es un creyente. Del Elías que es hijo, esposo y padre. Quizás quiero descubrir qué hay en la mente de uno de los que se niega al “más de lo mismo”, uno que entiende que el camino correcto no es la mediocridad, que el conformismo es de idiotas y que la pasividad es artilugio de los que no entienden que la pereza es sinónimo de involución.

Y entonces, le pregunto cosas así:

−Eres muy venezolano, muy hatillano. Pero algo debe pesar en tu modo de ser, de pensar y de actuar tu herencia libanesa. Dime, ¿en qué te define ser descendiente de libaneses?

−Siempre he estado muy orgulloso de mi familia, de mi origen. Por parte de mi papá, mi abuelo era sirio; mi abuela de origen libanés. Por mi mamá, mi abuelo era dominicano, huyó de la dictadura de Trujillo. Mi abuela era venezolana, hija de españoles. La verdad es que soy producto de inmigrantes, que llegaron al país sin nada, que llegaron a estas tierras a trabajar, que hicieron suyas estas tierras y echaron raíces. Siempre se me inculcó en casa vivir bajo unos códigos muy claros, Dios, familia y trabajo. Sobre todo, esa colonia libanesa de la que me preguntas, son personas en su mayoría muy religiosas, de fe, que le dan a la familia un valor único, sin igual. Son gente entregada a su trabajo. Y eso es lo que he recibido en mi familia; es eso lo que he tratado de poner en mi vida, en lo que soy, en lo que hago, mientras hemos crecido, en cada paso que hemos ido avanzando. Mis antepasados llegaron aquí muy jóvenes. Llegaron sin nada y, a través del trabajo duro, arduo, con el sudor de la frente, es que se lograron las cosas. Nos enseñaron a valorarlas, a que las cosas se consiguen con mucho sacrificio, con mucho esfuerzo, trabajando todos los días, que es con trabajo de hormiguita que se va avanzando. Eso lo tengo muy claro y muy arraigado. Siempre se me enseñó que las cosas fáciles no valen la pena; que uno debe luchar por las cosas con mucho ahínco, con perseverancia, con constancia. Esos son los valores que nos definen, y que de algún u otro modo siempre están de manifiesto en nuestro accionar.

−El Hatillo es uno de los municipios de la ciudad de Caracas. Y es por tanto parte de la ciudad Capital. Algunos han querido mantenerlo siempre como un lugar modesto, sin brillo. Son los de mirada conservadora. Además de los graves problemas del país, de los que El Hatillo no escapa, hay quienes no quieren que haya cambio y progreso. Lo quieren mantener como chiquitico, calladito, muy provinciano. Ven la modernidad como una afrenta. Y resulta que El Hatillo tiene enormes potenciales aún no explotados. Me refiero a la prosperidad de tener más comercio, más turismo, más universidades, más deporte, más cultura, más oportunidades. Tiene grandes posibilidades de generación de empleos de calidad. Y aunque parezca una incongruencia, cuando se producen estos desastres en los países, también hay más imaginación, más creatividad. No me refiero a unos bodegones o algunos negocios que no son más que bachaquerismo glorificado. Hablo de inversión privada de calidad, perdurable, no de capitales golondrinos oportunistas. Yo me niego a creer que los jóvenes gestores públicos compren esquemas pasados de moda. Pero sé que existe una resistencia al cambio. Hay una visión muy equivocada que ve a los alcaldes como “solucionadores de problemas” y no como lo que pueden y deben ser: los grandes planificadores y creadores de oportunidades de progreso y prosperidad. ¿Cómo se hace para cambiar la mentalidad tanto en los funcionarios como en los ciudadanos?

−Una vez me dijeron que ser alcalde es ser bombero y filósofo a la vez. Debe apagar los fuegos del día a día, mientras piensa en la nueva generación que va a vivir en esta ciudad. Eso es un poco lo que nos toca. Yo no comulgo con eso de que el alcalde es el conserje. Tiene que ser algo más. A la alcaldía le tocan obligaciones y responsabilidades muy variopintas, disímiles, pero muy importantes. Así que nos hemos trazado objetivos muy claros. Tenemos un proyecto escrito desde 2012. En este proyecto hemos plasmado nuestras intenciones. El proyecto lo denominamos “El Hatillo Posible”, porque es posible.

Soñamos con un municipio de avanzada. No llegamos improvisando y tirando flechas. Llegamos sabiendo a dónde vamos, con objetivos muy claros. Invertimos mucho tiempo y recursos, con los mejores asesores por cada área de trabajo. El Hatillo Posible es un municipio productivo, que busca que el ciudadano pueda vivir bien dentro de su municipio, que nadie tenga que salir a buscar empleo o estudios o ninguna otra cosa fuera del municipio.

Hoy 6 de cada 10 hatillanos deben salir del municipio para ir a trabajar. Hace 10 años eran 8 de cada 10. Hemos ido mejorando.

Hemos pensado en frenar el desarrollo residencial y volcarnos en ser un municipio productivo, privilegiando usos comerciales y de oficina y también, en la medida de lo posible, industriales. El Hatillo se forma bajo el esquema de las ciudades de los 70, las ciudades dormitorio. La ciudad de Caracas tenía su núcleo urbano, sobre todo la vida a nivel comercial y financiero, lo que llaman los “downtown”. Caracas fue así. El centro de Caracas, luego lo que es la parte de Chacao y ese eje norte de la ciudad. La periferia era vista como zona dormitorio. El Hatillo era un sitio al que la gente iba básicamente a dormir. Hoy, en la teoría moderna urbanística, y es lo que se está aplicando en los países desarrollados, el ser humano debería poder hacer su vida dentro de 20 cuadras. Dentro de ese espacio uno debería tener un centro asistencial, un lugar para estudiar, para esparcimiento, para vivir, para trabajar, para hacer las compras, etc.

Nosotros vamos con esa nueva visión. Son conurbaciones autónomas, que no dependen de que el ciudadano deba viajar horas o largos minutos para llegar a su sitio laboral. ¿Cómo se cambia la mentalidad?, me preguntas. Es un tema de paciencia, de predicar con el ejemplo, una tarea de todos los días del que lleva el timón, de mostrar con resultados que lleva el barco a puerto seguro. Y a medida que se generan esos logros, la gente va comprando la idea y se monta en el barco. No siempre la gente sabe lo que le conviene, no siempre la gente sabe hacia dónde le conviene ir. Y esa justamente es la tarea del liderazgo responsable, del liderazgo que piensa en las próximas generaciones, del liderazgo decente que tiene una verdadera vocación de servicio.

−Hablemos de política. Estás ahora en un nuevo partido. No voy a decir si me parece bien. Solo apunto que, para tener oportunidad de ganar en 2024, la unidad es imprescindible. En cada elección en la que vamos divididos, perdemos. Y todo lo que se escucha es pleito. Algunos, con poca visión, creen que falta mucho para el 2024, que hay tiempo de sobra. Hablando corto y claro, el 2024 es pasado mañana y hay muchísimo trabajo por hacer. Trabajo duro y fuerte, que tiene que estar muy bien sincronizado. Sea Maduro el candidato, o Héctor Rodríguez, o Rafael Lacava, o el que se saquen de la chistera, la elección va a ser ruda. Y alguien como tú puede convertirse en un gran catalizador de pasiones. A ti te respetan en muchas organizaciones políticas y sociales. Luces como una voz que puede ser escuchada, un constructor de puentes, un armador del rompecabezas de piezas rotas. Eso no tiene que ser con estridencia, ni por Twitter. Puede ser en voz baja. Te pregunto, ¿qué pensamientos tienes en tu cabeza para contribuir?

−El país vive probablemente los peores momentos de su historia. Y necesita liderazgos con la suficiente estatura moral y espiritual para encarar los procesos que vienen. No será fácil, pero la decisión que hemos tomado es ayudar, es sumar. Por eso los sacrificios y el trabajo que estamos haciendo.

Yo creo que debe venir un tiempo en el que el liderazgo realmente genere un reencuentro de país. Ningún país dividido avanza.

Nosotros tenemos que reunificar a Venezuela. Y no, no va a ser fácil. Son muchas las diferencias, muchos años de polarización, de enfrentamientos muy duros y con razones, años de confrontación y de enemistad. Pero debemos buscar las formas de unirnos otra vez, y sobre todo de unir a la gente. Porque esto se trata de la gente, de unir a Venezuela en torno a un nuevo proyecto común, un nuevo gran consenso nacional, un nuevo proyecto de país que rescate a Venezuela de la tragedia que vive.

Es doloroso que el país con más proyección, con más recursos de América Latina y uno de los que más recursos ha tenido en el mundo entero esté viviendo esta situación desastrosa. Y a mi generación, siempre le digo que no somos los culpables, no vivimos las épocas del ta’ barato dame dos, no vivimos esos tiempos de bonanza petrolera que permitía muchas cosas. Pero, aunque no somos los culpables, sí somos responsables de lo que pase de aquí en adelante. Yo creo que hay mucha conciencia en una parte importante de mi generación. Nos toca, pues, romper paradigmas, abrirnos paso poco a poco. Ser pacientes, luchar de forma constante, predicar con el ejemplo. Demostrar que sí hay un país posible, distinto. Mostrar que hay liderazgos emergentes que son responsables, personas decentes, que pueden llevar el barco a puerto seguro. Y de eso se trata. No será fácil, no será de la noche a la mañana, pero hay que empezar cuanto antes y nosotros estaremos donde Dios diga.

−Eres un hombre joven, que tiene mucho para decirle a los jóvenes y también a los mayores. La gente está harta de los discursos vacíos, de las frases insípidas, de la necedad grandilocuente. La abrazadera y la besuqueadera no sirven ya. La gente pasa de eso, lo ve como gallina que mira sal. Porque la gente ha sufrido mucho. Y todavía más hastiada está de los que pontifican y pretenden sermonear y dictar cátedra mientras están cómodamente sentados en sus burbujas, flotando en su tierrita del verde jengibre, en una fantasía francamente idiota y desvergonzada. Pero la gente quiere creer en los políticos. Necesita creer en los políticos. Este silencio ensordecedor de los ciudadanos no quiere decir que la gente no quiera escuchar sobre política. Quiere decir más bien que la gente guarda silencio porque está a la expectativa, tiene los oídos atentos a lo nuevo inteligente que van a decirle los políticos. Hay que escribir un nuevo relato, del nuevo liderazgo, con nuevo sujeto, con verbos y predicados nuevos. ¿Estás en eso?

−Se trata de un proceso de construcción de un liderazgo en equipo cuya plataforma es una nueva organización política, Fuerza Vecinal, en la que hemos puesto mucho tiempo y cariño para que las cosas se puedan hacer bien. No es un proceso fácil. Los procesos de construcción siempre son difíciles; fácil es destruir. Lo que nosotros pensamos es que se deben generar los espacios para que esa Venezuela decente, esos jóvenes que tienen hambre de ver un país distinto, que quieren sumarse a un movimiento de cambio real, pues puedan tener cabida.

Para eso son las organizaciones políticas. Nosotros estamos apostando a un liderazgo en equipo, con una estructura que es bastante distinta a la de los demás partidos y organizaciones políticas. Me cupo el honor de trabajar mucho en esa propuesta distinta de estructura para una nueva organización que debería estar a la vanguardia de un proceso de cambio en Venezuela. En lo personal, yo estaré en ese proceso de cambio, desde la posición en la que mejor pueda ayudar. Yo soy un jugador de equipo. Si el equipo necesita que yo esté en la arquería, pues allí estaré para parar los goles; si me necesita en la defensa, allí estaré; si me necesita metiendo gol, yo estaré allí. De eso se trata, de entender que cada uno es un factor que se puede sumar y que cooperativamente con los otros pueda hacer que el país avance. Esa es justamente nuestra intención.

Hay que quebrar la dinámica del caudillismo, del liderazgo unipersonal, del gendarme necesario, de ese héroe salvador todopoderoso que puede cambiarlo todo y que es la salvación del país. No, la salvación del país es un movimiento de ancha base, con liderazgos verdaderamente humanos que estén preparados moral, espiritual y académicamente para conducir un proceso que será duro, que encarará muchísimos obstáculos, pero que será el proceso por el que el país pueda tomar un rumbo de progreso, de avanzada, el rumbo que queremos que tenga Venezuela para las próximas generaciones.

−Como bien sabes, yo he trabajado muy de cerca con muchos políticos de oposición. Los he visto acertar y errar. Y a pesar de los errores, pienso que el país del mañana habrá de reconocerles su esfuerzo, su lucha y su inmenso sacrificio. Algunos no aguantaron. No tuvieron el cuero lo suficientemente duro y se rindieron, o entregaron su alma al diablo, cayendo en ese patético ejercicio de lo que el pueblo de a pie llama «picados de alacrán», una figura literaria muy descriptiva. El país está invadido de oportunistas que ven a Venezuela, no como una nación, sino como un negocio, como un botín. Están por todas partes. En los medios, las industrias, el comercio, la escena inmobiliaria. Y como se sienten muy exitosos, no tienen pudor alguno y son rastacueros.

Es muy difícil hacer política en Venezuela. Los partidos no tienen fondos, hasta se los quitaron por ley, y estos oportunistas tratan de colarse en las estructuras de oposición para tratar de infiltrarlas. La realidad es que el dinero en Venezuela ha cambiado de manos. Si la oligarquía de antes era reprochable en muchos sentidos, la nueva clase adinerada es más feroz y no tiene ni un ápice de ética. ¿Cómo se hace para que estos individuos voraces no crean que pueden convertir a los partidos, las gobernaciones y las alcaldías en sus oficinas de negociados? Sé que es una pregunta complicada, pero creo que seguramente es algo en lo que piensas, no solo como político y alcalde, sino como venezolano.

¿Acaso no es momento para que una de las banderas de la oposición sea una política de libros abiertos de sus gobiernos y partidos, de transparencia total en la gestión, con auditorías pulcras hechas por instituciones autónomas? Porque si de algo está harto el ciudadano es de lo gris, lo turbio, lo que no se explica. ¿No es tiempo ya de una vez por todas de deslindarse de lo oscuro, denunciarlo y buscar el apoyo del pueblo para limpiar la podredumbre? ¿No es ya el tiempo de lavar bien con agua y jabón la bandera de Venezuela?

−Uno de los principales males que ha tenido la política en Venezuela ha sido justamente la corrupción, el aprovechamiento de los fondos públicos para fines personales. Cuando uno estudia la historia vemos que ha sido una conducta recurrente que los factores de poder político han generado factores con poder económico. Y el chavismo no ha sido una excepción, el chavismo lo ha hecho de manera mucha más exacerbada, con mucha más visibilidad, de forma más grotesca. Pero es un mal que siempre hemos tenido y hay que asumirlo como tal. Yo creo que eso comienza desde que una persona se acerca a la política con ansias de obtener beneficios personales. Hay muchas personas que ven en la política una forma de meterle la mano a fondos públicos, un modo quizás de escalar posiciones sociales, de tener el poder por el poder y el dinero. Y, la verdad, yo siempre le doy gracias a Dios por la formación que uno ha tenido. Quienes me conocen, saben de dónde vengo y saben que no es mi interés el tema económico de la política. Todo lo contrario. Yo vengo del sector privado. Más bien he dejado de hacer muchas cosas en el ámbito privado por dedicar estos años importantes en mi vida a lo público y siempre digo que una de mis aspiraciones es en algún momento volver al sector privado. Tristemente vemos funcionarios que llegan a un cargo de una manera y luego lo dejan viviendo muy distinto a como entraron. Las personas que me conocen saben cómo vivía yo antes de ser alcalde y cómo vivo ahora. Y no hay ninguna diferencia. Somos los mismos de siempre. Nos definen nuestros principios, nuestros valores y, en función de esos, pues trabajamos y obramos.

En Venezuela se debería sincerar los mecanismos de financiamiento a la actividad pública. A mi modo de ver, como en otros países, la actividad pública debería estar financiada por el Estado para prevenir la intromisión del sector privado en la política. Y además debería haber mejores mecanismos de rendición de cuentas, de monitoreo a las gestiones públicas. Siempre lo digo, nosotros nos arropamos hasta donde nos da la cobija. Hemos hecho una gestión en El Hatillo con muchísima austeridad, con los recursos que nos permite nuestro presupuesto municipal, que viene dado en su gran mayoría de los impuestos a las actividades económicas, de los contribuyentes. Y a la vez hemos desarrollado una política agresiva de alianzas con el sector privado, con ONG y fundaciones, que nos ha permitido aumentar nuestras capacidades y así desarrollar programas que de otra manera no hubiésemos podido desarrollar. Yo me siento realmente orgulloso. No le debo este cargo a nadie. Se lo debo a mi propio esfuerzo, al esfuerzo de mi equipo y a los miles de hatillanos que han votado por mí para que podamos estar sirviendo desde esta posición.

−Tienes una niña pequeña. ¿Qué puedes prometerle y le prometes a Emiliana?

−Es una de las preguntas más bonitas que me han hecho. Yo lo que le prometo a mi hija es que su padre la ama con toda su alma y su corazón, y que estará para siempre trabajando por ella y por su país. Porque el trabajar por su país es también para dejarle un legado a ella y a sus futuros hermanos, si Dios nos los concede. De eso se trata, de que entendamos que al final uno es un servidor público, un instrumento de Dios para lograr transformaciones necesarias en donde estamos, en Venezuela, nuestro país. Y lo que le puedo prometer y le prometo a mi hija es que nada de lo que haga yo la hará a ella bajar la cabeza, sino todo lo contrario. Viviré y trabajaré siempre para que ella pueda sentirse orgullosa de su padre, tal como lo hicieron mis padres y mis abuelos, para que ella pueda sentirse tan orgullosa de mí como yo me siento de ellos.

La entrevista a Elías, más bien conversación, termina como comenzó, con una amorosa alusión a sus padres y abuelos. Mal puede saber a dónde va quien no sabe de dónde viene. Y Elías sabe bien de dónde viene. Quizás por eso tiene la brújula bien calibrada.

Se me apaciguan las angustias cuando escucho a un joven político hablando con sobriedad y huyendo, como de la peste, de la tentación del facilismo y el populismo. Se me amansan las rabias cuando escucho a un joven dejando de lado las insulsas pazguatadas y atreviéndose a decir, sin aspavientos, que liderazgo no es darle a la gente lo que pide sino lograr que desee lo que necesita. Lo escucho, con paciencia y atención. Lo noto entendiendo con diafanidad lo endemoniadamente complejo de los problemas, comprendiendo que no se puede −porque es inmoral− el andar vendiendo pajaritos preñados volando en retroceso. Me dirán que la ética no está de moda, que hay que ser prácticos y no esperar excelencia cuando la masa solo da para “peoresnada”. Eso es pensamiento de holgazanes mentales e idiotas éticos. Yo cambio guateque rastacuero en un tepuy por un vaso de chicha en la plaza Bolívar de El Hatillo, y salgo ganando.

Hay ya en proceso un relevo generacional. Pero esos jóvenes necesitan entender que quien no se ha enamorado de la historia no puede enamorar al futuro. En veintitantos años que ya acumulamos de este proceso de destrucción masiva en Venezuela (toda una generación), muchos errores se han cometido. Pero no es lo mismo un error que un horror. No lo es ni ética ni moralmente.

Elías no tiene miopía ética. Eso es importante. No sufre de presbicia emocional ni de hipermetropía intelectual y es claro que logra leer los mensajes entrelíneas. No se ha dejado infectar por el virus de la ira. Eso es bueno y necesario, equitativo y saludable, es nuestro deber y no sé si nuestra única salvación. Pero una cosa sí sé: esa Venezuela que tiene que renacer de las cenizas solo será posible si nos miramos a los ojos, dejamos de decirnos mentiras y comenzamos a cantarnos verdades. Y si entendemos de una vez por todas que es muy difícil darle la mano a alguien que tiene el puño cerrado. Hay que arrimar el alma. Mirar al cielo y pedir que ojalá llueva república. No por nosotros. Por los grandes inocentes, los niños que nacieron y están por nacer, que no son culpables de nada. Esos niños que arrullamos con el himno nacional necesitan que esta sea la nación a la que puedan, con despliegue de orgullosa sonrisa, llamar «mi país».

En la foto que acompaña esta entrevista está Elías con Daniela, su esposa, y la preciosa Emiliana. Cuando un político entiende el supremo valor del concepto de familia, pues siempre tendrá una concepción mucho más acertada de la noción de país.

La historia hay que escribirla con tinta de sudor, no con tinta de obituarios.

soledadmorillobelloso@gmail.com

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Reelectos los alcaldes de los municipios Baruta, El Hatillo y Chacao
El candidato Darwin González, de Fuerza Vecinal, se alzó con la victoria en Baruta con 40.406 votos, lo que representa un 64.17%
El más votado de los tres fue el alcalde reelecto de El Hatillo, con 70.56%, votación histórica en el municipio, según expresó Elías Sayegh en sus redes sociales
En Chacao, Gustavo Duque se impuso con 72, 82% del total de votos

 

Los alcaldes de los municipios Baruta, El Hatillo y Chacao resultaron reelectos en los comicios regionales y municipales de este domingo, 21 de noviembre.

De acuerdo con los datos publicados en la página web del Consejo Nacional Electoral (CNE), Darwin González (Baruta), Gustavo Duque (Chacao) y Elías Sayegh (El Hatillo) se mantienen en sus cargos.

En el caso de estos municipios, los abanderados por Fuerza Vecinal fueron los vencedores como alcaldes.

A continuación, los resultados en cada una de las mencionadas jurisdicciones:

Baruta

El candidato Darwin González, de Fuerza Vecinal, se alzó con la victoria en Baruta con 40.406 votos, lo que representa un 64.17%.

Seguido de González, en la segunda posición quedó Georgette Topalián, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), con 18.124 votos (28.78%).

En tercer lugar quedó la candidata Griselda Reyes (independiente), con 3.695 votos (5.85%).

A través de un mensaje en Twitter, González agradeció a los electores que votaron por él para un segundo período.

¡Gracias, baruteños! Reitero mi compromiso con todo el municipio. Hoy hemos defendido la casa y recuperado el concejo municipal. ¡Seguiré trabajando por tu calidad de vida!», expresó.

El Hatillo

El candidato Elías Sayegh (Fuerza Vecinal) obtuvo la victoria en el municipio El Hatillo con un total de 12.205 votos, lo que representa el 70.56%.

Por debajo de Sayegh quedó Francis Herrera (PSUV) con 4.217 votos (24.38%).

Sayegh destacó en sus redes sociales que su victoria fue por la vía del «arrase».

«¡Arrasamos! Ganamos con el mayor % de votos en la historia de #ElHatillo, más del 70%! Ganamos con más votos que la primera vez, en una elección con menos participación. Ganamos la reelección con el mayor aumento porcentual de votos del país (de 52% a casi 71%)», especificó en un mensaje compartido en su cuenta en Twitter.

Chacao

Gustavo Duque (Fuerza Vecinal) fue reelecto como alcalde de Chacao con 16.915 votos, lo que representa un 72.82% del total.

Detrás del alcalde reelecto quedó Freddy Gutiérrez (PSUV) con 4.663 votos (20.08%).

Duque también envió un mensaje de agradecimiento a quienes lo reeligieron en la alcaldía de Chacao.

«¡Gracias a nuestros vecinos por la confianza! ¡Lo logramos! Defendimos nuestra casa y vamos a seguir trabajando para que el municipio continúe siendo referencia nacional. ¡Vienen mejores cosas para Chacao junto a nuestra #FuerzaVecinal!», expresó.


Para visualizar los resultados electorales en gobernaciones, alcaldías, concejos legislativos y concejos municipales pulse aquí.


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En El Hatillo los jóvenes fueron los grandes ausentes de la jornada del #21Nov
En los seis centros de votación había protocolos de bioseguridad. Se desinfectaban las manos en la entrada y se exigía el uso de la mascarilla

Un recorrido por seis centros de votación del municipio El Hatillo pudo evidenciar que en la tarde había más personas votando que en horas tempranas de este domingo, a pesar de que los centros abrieron alrededor de las 7:30 am. 

Durante la jornada electoral de este domingo, los votantes del municipio El Hatillo prefirieron votar en horas de la tarde. Los electores, en su mayoría, fueron personas mayores.

«Voté en la escuela municipal Juan Manuel Cajigal temprano en la mañana. El centro estaba vacío por la hora», señaló un ciudadano que pidió no dar su nombre.

Miembros de la Milicia que recibían a los electores en los centros de votación reiteraron que la presencia de jóvenes fue bastante menor en comparación a los adultos mayores.

En los seis centros de votación había protocolos de bioseguridad. Se desinfectaban las manos en la entrada y se exigía el uso de la mascarilla.

Muchos electores señalaron que era difícil encontrar sus números de cédula de identidad en las listas de las mesas. 

Las mesas no tuvieron problemas

De los seis centros de votación visitados en El Hatillo, se pudo conocer que solo en uno de ellos una mesa falló. En su mayoría, todas las mesas estaban operativas. 

El Polideportivo La Boyera cuenta con siete mesas. Uno de los miembros de mesa, que pidió no ser identificado, aseguró que hubo un percance en la mesa tres, en la que se recalentó la máquina. El colaborador señaló que con ayuda de representantes del Consejo Nacional Electoral (CNE) pudieron dar solución al problema rápidamente.

La Universidad Nueva Esparta tiene 10 mesas. Según un miembro de la Guardia Nacional que ayudaba a las personas a ubicar en qué mesa debían votar, a las ocho de la mañana todas mesas estaban abiertas. El guardia señaló que había tenido que ayudar a muchas personas mayores a conocer en qué mesa debían sufragar. 

«Han venido muchas personas mayores a votar, no he visto muchos jóvenes», dijo el guardia nacional. 

El Colegio Claret, centro donde vota el alcalde actual del municipio, Elías Sayegh, tiene cinco mesas. La hora en la asistió mayor cantidad de personas fue entre las 10 de la mañana y el mediodía.

«Mucha gente vino a final de la mañana. Adultos y jóvenes han estado ejerciendo su derecho al voto durante el día», señaló un miembro de la Milicia que desinfectaba las manos de los votantes en la entrada del centro. 

La U.E Juan de Escalona abrió a las 6:00 am. Es un centro pequeño solo tiene tres mesas. Un miliciano que recibía amablemente a los electores señaló que el centro tuvo problemas de instalación porque los miembros de mesa llegaron tarde.

«Mucha gente mayor, vino más gente en la mañana. Parecía que querían salir de eso rápido para descansar el resto del día», dijo el miliciano.

Los votantes de la Escuela La Unión también asistieron durante la mañana, entre las 8 a.m. y las 10 a.m. Varias personas que estaban reunidas en la entrada aseguraron que los electores eran en su mayoría personas mayores.

El Hatillo contará con ambulancias para adultos mayores

En medio de esta delicada situación provocada por el Covid-19, la Alcaldía de El Hatillo ha buscado distintos métodos y alianzas para ayudar a los grupos más vulnerables en esta situación. El Grupo Nueve Once ha sido el principal aliado para la salud de los mayores de 60 años durante la cuarentena, es por esto que, en esta ocasión, da inicio al Programa de Asistencia Médica para el municipio (PAM).

“PAM es una adición de suma importancia para nuestra comunidad; hemos trabajado muy duro para sacar adelante Salud El Hatillo, ha sido nuestra prioridad. Estamos orgullosos de haber logrado esta alianza con el Grupo Nueve Once para seguir sumando servicios a nuestro sistema de salud” resaltó el alcalde del municipio El Hatillo, Elías Sayegh

Recordemos que hace unas semanas, el alcalde Sayegh, dio inicio al programa de Servicios de Entrega de Medicamentos a Domicilio junto al Grupo Nueve Once; siguiendo con esa alianza, ahora los mayores de 60 años residentes del municipio podrán obtener de manera gratuita los siguientes beneficios:

– Servicio de ambulancias 24 horas para emergencias.

– Telemedicina

– Entrega de medicamentos para enfermedades agudas a domicilio.

Para acceder a los beneficios de PAM-El Hatillo, los interesados deben registrarse en la página web, indicando sus datos personales, contactos de emergencia e información de su condición de salud actual, mediante un sencillo formulario.

Luego del registro, solo basta con tener a mano los números telefónicos para solicitar los servicios. Telemedicina y traslados de emergencia se solicitan por el 0212-909.5272; y en caso de requerir medicamentos para enfermedades agudas, escribir vía WhatsApp al 0414-114.6339.

Las enfermedades agudas que están contempladas en este programa son aquellas de aparición súbita y rápida resolución, como por ejemplo las infecciones o alergias, que requieren un tratamiento farmacológico para su recuperación. La lista de medicamentos disponibles, a través de Grupo Nueve Once, incluye analgésicos, antibióticos, antialérgicos, digestivos, tópicos, entre otros. Toda esta información está disponible a través de los números de contacto telefónico, vía WhatsApp y redes sociales.

Por su parte, Juan Pablo Santaromita, director de Grupo Nueve Once comentó sobre la ampliación de sus servicios para la población hatillana de los adultos mayores de 60 años, quienes no solo contarán con entrega de medicamentos, sino con servicio de telemedicina y ambulancias para emergencias.

“Reforzamos nuestro compromiso con la salud de todos los hatillanos y el del sector privado que sigue dando muestras de su compromiso social con Venezuela y El Hatillo. La unión es la única vía para superar esta situación” concluyó el mandatario local.

El ente municipal resalta una vez más su entrega total al bienestar de todos los vecinos, especialmente a los grupos más vulnerables durante la pandemia del Covid-19. Resaltan la importancia de la colaboración y la solidaridad para la construcción del municipio espejo de la Venezuela Posible.

Más de 20 incendios forestales azotaron Caracas durante el fin de semana
La mayoría de los eventos se produjo en los municipios Baruta, El Hatillo y Libertador

 

Entre el sábado 11 y el domingo 12 de abril, más de 20 incendios forestales consumieron la vegetación en diversas zonas de Caracas, y dejaron tras sí extensas humaredas que afectaron a casi toda la capital venezolana.

El sábado, las llamas asediaron las montañas cercanas al Hospital General José Ignacio Baldó (conocido como El Algodonal), especializado en afecciones pediátricas y respiratorias y uno de los centros de salud «centinela», designado así por la administración de Nicolás Maduro para atender a los pacientes de coronavirus en Caracas. 

En la carretera vieja Caracas – La Guaira más de cinco viviendas fueron alcanzadas por un incendio forestal que se produjo en la zona.

Otros siniestros tuvieron lugar en los alrededores de Cota 905, a pocos metros del parque zoológico El Pinar, así como en el Parque Nacional Macarao y Vista Alegre.

En Baruta, las llamas afectaron la vegetación de sectores como La Limonera, Ojo de Agua, Los Guayabitos y Monte Elena.

Durante la tarde del domingo se reportó un fuerte incendio en las adyacencias de la Maternidad Concepción Palacios, en la avenida San Martín, cuando se prendió la maleza de un terreno baldío de la zona. Ya en la noche, el Cerro Ávila, a la altura de Maripérez, fue cubierto por las llamas.

En El Hatillo se cumplió una segunda jornada de incendios forestales en los sectores de Sabaneta, Gavilán, Caicaguana, LosNaranjos,El Encantado y Oripoto. Vecinos se quejaron de sentirse asfixiados por las humaredas que dejaron estos eventos.

#MonitorDeVíctimas | Encontraron cadáver de taxista en una cuneta en La Lagunita
Aquiles Abreu salió la tarde del domingo 1° de marzo y no regresó. Su familia lo dio por desaparecido y empezaron su búsqueda. La noche de este 2 de marzo fue localizado muerto con múltiples puñaladas

 

@daigalaviz | Fotografía: Carlos Ramirez

 

Aquiles de Jesús Abreu, de 70 años, salió la tarde del domingo 1° de marzo de su apartamento en Manzanares y no regresó. Un día después fue encontrado en una cuneta de la urbanización La Lagunita, con varias puñaladas en su cuerpo y el rostro irreconocible por la cantidad de hematomas.

Betania Ibarra, sobrina de la víctima, contó que el pasado domingo su tío le dijo a su esposa que saldría. Aproximadamente a las 6:00 pm, Abreu bajó al área del estacionamiento del conjunto residencial donde habitaba, ubicado en el municipio Baruta, y partió en su vehículo marca Toyota, modelo Corolla, año 2002, color blanco y con placa de taxi. No especificó a dónde iba, pero parecía que a algún sitio cercano, pues vestía ropa deportiva y calzaba cholas.

Abreu no regresó esa noche lo cual alarmó a su familia, pues temían que le hubiese ocurrido algo, que lo hubiesen secuestrado. Para ubicarlo usaron las redes sociales, donde colgaron su foto e indicaron que estaba desaparecido, dieron su nombre y datos de su vehículo.

Ibarra detalló que las sospechas de un posible secuestro derivaron de todas las llamadas que distintos familiares hicieron al celular de la víctima. «Muchos conseguíamos su teléfono apagado, pero otros recibían respuesta de alguien que no era él. Y siempre decían algo distinto como: ‘ya en Valencia’, ‘voy a Barquisimeto’, ‘ya en carretera’ y nada de eso tenía sentido. Eran cosas breves y muchas veces eran respuestas que enviaban por mensaje de texto y él no enviaba mensajes», explicó la sobrina.

Sin embargo, la persona que respondía nunca envió un mensaje de texto pidiendo un rescate, tampoco se comunicaron telefónicamente. La familia recibió una sola llamada la tarde de este 2 de marzo, específicamente al teléfono de un hermano de la víctima. Cuando este respondió le dijeron que habían reconocido a Abreu y que estaba en un hospital. No obstante, la llamada se colgó. Cuando el hermano de Aquiles llamó al número desde el cual le marcaron, la persona que respondió dijo que ese era un teléfono de alquiler en el centro de Caracas.

Horas después, aproximadamente a las 7:00 pm, Aquiles fue hallado en una cuneta de la urbanización La Lagunita, en el municipio El Hatillo. Su cuerpo estaba golpeado, presentaba hematomas en el rostro y tenía múltiples heridas de arma blanca en su cuerpo.

La familia desconoce el móvil del crimen. Por la forma cómo vestía, dudan que haya ido a hacer una carrera, pero si ese fuera caso su victimario podría ser alguien conocido, pues solo le hacía servicio a clientes fijos.

Abreu trabajó toda su vida como taxista ejecutivo. Vivía con su esposa y deja dos hijos mayores de 30 años. Su familia exige justicia.

 

AP: El Hatillo se ofrece como un posible Plan B en la batalla territorial por la AN
No está claro si la Asamblea Nacional dirigida por el presidente encargado Juan Guaidó se verá obligada el martes a retirarse nuevamente a El Hatillo

Se espera que los legisladores de la Asamblea Nacional en los próximos días hagan su tercer intento de ingresar a la cámara legislativa en el centro de Caracas, después de que dos veces este mes fueron bloqueados por fuerzas represivas del régimen de Nicolás Maduro.

La batalla por el césped perdido recientemente llevó a los legisladores a un anfiteatro cubierto en El Hatillo, una comunidad normalmente tranquila en las afueras de la capital que es popular por sus tiendas de recuerdos, restaurantes y visitantes paseando por la plaza colonial.

No está claro si la Asamblea Nacional dirigida por el presidente encargado Juan Guaidó, respaldado por Estados Unidos, se verá obligada el martes a retirarse nuevamente a El Hatillo, o tal vez a la oficina del periódico El Nacional, donde también se reunieron a principios de enero, o buscar otro lugar seguro para reunirse.

Los residentes del bastión anti-Maduro de El Hatillo, como el jubilado Hernán Martínez, de 79 años, dicen que el reciente ataque de Maduro contra miembros de la Asamblea Nacional es un asalto a la única institución elegida democráticamente en Venezuela que no está al alcance del gobierno socialista.

“Fueron elegidos por el pueblo”, dijo Martínez, acusando al gobierno de enviar grupos armados de motocicletas llamados “colectivos” para intimidar a los legisladores. “No tenemos armas como ellos. Tenemos la voz de la gente, y nada más”.

 

La presión sobre la Asamblea Nacional ha aumentado al comienzo de un año electoral en el que Maduro ha dicho que planea ganar el control de la legislatura. Él culpa a los legisladores por provocar protestas violentas y alentar las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela.

El 5 de enero, Guaidó fue bloqueado por las fuerzas de seguridad leales a Maduro después de que intentara entrar saltando una valla. Un choque más violento estalló el miércoles cuando una caravana de legisladores no pudo ingresar cuando los civiles atacaron sus vehículos en medio del ruido de los disparos. En cambio, luego se encontraron en El Hatillo.

Eric Farnsworth, vicepresidente con sede en Washington DC de la Sociedad de las Américas y el grupo de expertos del Consejo de las Américas, dijo que Maduro claramente está tratando de sacudir a la oposición al obligarlos a buscar un lugar de reunión y temer por su seguridad personal.

Llamó a la última táctica de Maduro como “indignación” a los ojos de la comunidad internacional.

“Se trata de complicar la vida de la oposición”, dijo Farnsworth. “Cuanto más Maduro pueda mantenerlos a sus espaldas, más espacio tendrá para implementar sus propias políticas”.

 

La oposición de Venezuela superó las divisiones históricas a principios de 2019 para montar su primer desafío viable en años al régimen socialista de Venezuela, ahora encabezado por Maduro, cuando nombró a Guaidó como jefe de la Asamblea Nacional.

Guaidó, de 36 años, rápidamente obtuvo el respaldo de los Estados Unidos y de casi 60 naciones que consideran ilegítima la elección de Maduro en 2018 porque estuvo llena de irregularidades.

José Miguel Ángel, quien administra una pizzería en El Hatillo, dijo que dio la bienvenida a la Asamblea Nacional a la comunidad donde nació y trabaja todos los días.

Ángel, de 35 años, dijo que hay pocas posibilidades de violencia dentro de la comunidad, que se opone abrumadoramente a Maduro. Cualquier disturbio vendría de grupos armados de motocicletas leales a Maduro.

Dijo que el teatro donde se reunió la Asamblea Nacional normalmente derrama música de conciertos y espectáculos de danza en el resto de la comunidad. Está a una cuadra de su pizzería y otros negocios orientados al turismo que su familia ha dirigido por generaciones.

Angel dijo que los miembros de la Asamblea Nacional liderada por la oposición, si regresan, llevarán sus debates a la recuperación de su país afectado por la crisis.

“Todavía espero que podamos encontrar el equilibrio y la unidad que hemos perdido en este país”, dijo. “Somos conscientes de que tenemos que salvar a nuestro país de la mejor manera posible, y es ahora o nunca”.