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Transparencia Internacional

Venezuela sigue siendo el país más corrupto del hemisferio
Con solo 13 puntos, empata a Siria y a Sudán del Sur en el segundo lugar de las naciones más corruptas del mundo, de acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 
La impunidad y ausencia de independencia del Poder Judicial han hecho que Venezuela vaya en caída libre desde 2017
De acuerdo al informe, la mayoría de las 180 naciones evaluadas lograron mínimos o nulos avances en el combate a la corrupción en el sector público

 

Con apenas 13 puntos en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) correspondiente a 2023, Venezuela se ubicó como el país más corrupto del hemisferio según la organización Transparencia Internacional.

Pasando de 14 en 2022 a 13 puntos el año pasado, Venezuela iguala a Siria y a Sudán del Sur, en el segundo lugar de las naciones más corruptas del mundo, solo superada por Somalia (12), que cuenta con la calificación más baja entre 180 países evaluados.

Venezuela ha tenido un descenso continuado desde 2017, “con un contexto de impunidad generalizada y ausencia total de independencia del Poder Judicial”, reza el informe de Transparencia Internacional.

 

De acuerdo a la investigación, el pago de sobornos y la cooptación de jueces y fiscales se ha convertido en uno de los principales mecanismos utilizados por las redes delictivas para asegurar la continuidad de sus actividades ilícitas.

“Algunos jueces y fiscales venezolanos, además de formar parte de estas redes, también están siendo investigados por la Corte Penal Internacional por su intervención, actuación u omisión en abusos, torturas y otros crímenes de lesa humanidad”, asegura el informe.

La ONG expuso que no se trata de un problema exclusivo de Venezuela, sino que es algo que se ha esparcido en la región.

“La falta de independencia y transparencia del Poder Judicial facilita la corrupción y la influencia indebida por parte de élites políticas y económicas. Por esta razón, muchos sistemas judiciales de la región no son capaces de aplicar la ley de manera eficaz e imparcial o de ejercer su función de contrapeso sobre otros poderes del Estado, lo cual es fundamental para el buen funcionamiento de la democracia”, indican.

Mayoría de países raspados 

De acuerdo con el informe de TI, la mayoría de los países evaluados lograron mínimos o nulos avances en el combate a la corrupción en el sector público. 

“Por doce años consecutivos, el promedio global del IPC se mantiene sin variación, en 43 puntos, y más de dos tercios de las naciones obtienen una puntuación inferior a 50 sobre 100”. 

El reporte establece una relación entre la corrupción y la falta de justicia.

“La carencia de independencia del Poder Judicial debilita el estado de derecho y promueve la impunidad de los poderosos y los criminales en perjuicio de las personas y del bien común”.

De acuerdo al análisis de la ONG, el mundo está experimentando un declive en el funcionamiento de los sistemas de justicia. 

“Los países con las puntuaciones más bajas en el IPC también están obteniendo una puntuación muy baja en el Índice de Estado de Derecho, lo que pone de relieve que existe una conexión clara entre el acceso a la justicia y la corrupción. Tanto los regímenes autoritarios como los líderes democráticos que menoscaban la justicia contribuyen a profundizar la impunidad de la corrupción y, en algunos casos, incluso la fomentan al eliminar las consecuencias para los infractores”.

El presidente de Transparencia Internacional, François Valérian, señaló que la corrupción seguirá ganando terreno hasta que los sistemas de justicia puedan castigar los actos indebidos e imponer controles a los gobiernos.

“Cuando la justicia es algo que se puede comprar o interferir políticamente, quienes sufren son las personas. Los líderes deben comprometerse de manera plena con fortalecer y garantizar la independencia de las instituciones que aplican la ley y enfrentan la corrupción. Es momento de terminar con la impunidad de la corrupción”.

Europa con el mejor desempeño contra la corrupción

Aunque descendió un punto en su promedio regional, la región con mayor puntuación en el índice continúa siendo Europa Occidental, con una media de 65, seguida por Asia y el Pacífico con 45, respectivamente, y América con 43. 

Las regiones con puntuación más baja son Medio Oriente y Norte de África (38), Europa oriental y Asia central (35), y África subsahariana (33).

Los países con los mejores desempeños o percibidos como menos corruptos son Dinamarca (90), Finlandia (87), Nueva Zelanda (85), Noruega (84) y Singapur (83). 

En América lideran el ranking Canadá (74), Uruguay (74) y Estados Unidos (69) y Barbados (69).

Nicaragua (17), Haití (17) y Venezuela (13) están en las posiciones más bajas.

Más independencia y menos intervención del Gobierno

Para acabar con la corrupción, Transparencia Internacional considera que es perentorio contar con órganos judiciales independientes y transparentes.

“La organización hace un llamado a los gobiernos para que otorguen a los sistemas de justicia la independencia, los recursos y la transparencia necesarios para castigar eficazmente todos los delitos de corrupción y poner controles institucionales al poder”. 

Igualmente hizo hincapié en la adopción de leyes y procedimientos más eficientes para que las instituciones de justicia puedan protegerse frente a actos corruptos.

La corrupción agrava la injusticia social y afecta en forma desproporcionada a los más vulnerables. En muchos países, persisten obstáculos para que las víctimas de corrupción puedan obtener justicia. Ha llegado el momento de eliminar las barreras y asegurar que las personas puedan tener acceso efectivo a la justicia. Todas las personas merecen que haya sistemas legales justos e inclusivos donde las voces de las víctimas se escuchen en cada instancia. Cualquier otra posibilidad es una afrenta a la justicia”, puntualizó Eriksson.

 

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Venezuela sigue siendo el país más corrupto de las Américas según índice de Transparencia Internacional
Los países con los mejores desempeños o percibidos como menos corruptos son Dinamarca (90), Nueva Zelanda (87), Finlandia (87), Noruega (84) y Suecia (83)

Transparencia Internacional reveló este martes, 31 de enero, que Venezuela se mantiene como el país más corrupto de las Américas, en medio de un descenso continuado desde 2017.

De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción 2022, a nivel global, Venezuela solo supera a Somalia (12), Siria (13) y Sudán del Sur (13), con una calificación de 14 puntos, la tercera más baja entre los 180 países evaluados.

Por otra parte, el informe destaca que destaca que la corrupción sigue siendo un problema predominante en las Américas, pues cuenta con tasas que permanecen estancadas y un puntaje promedio de 43 por cuarto año consecutivo. 

“En los países con peores resultados este año, como Venezuela, Nicaragua (19), Honduras (23) y Guatemala (24), las élites y el crimen organizado han cooptado las instituciones del Estado”, señala la organización.

Asimismo, Transparencia Internacional explicó que en las Américas, los líderes no han adoptado medidas contundentes para combatir la corrupción y fortalecer a las instituciones públicas.

Lo anterior, según la organización, ha favorecido que las redes criminales se consoliden y ejerzan un poder considerable sobre actores políticos en muchos países.

“En estos entornos altamente corruptos, el aumento de la violencia, junto con la violación sistemática de los derechos sociales y económicos, afecta de forma desproporcionada a los grupos históricamente marginados. Esto provoca migraciones masivas a otros países de la región”, apunta.

 

En contraparte de casos como el de Venezuela, los países con los mejores desempeños o percibidos como menos corruptos son Dinamarca (90), Nueva Zelanda (87), Finlandia (87), Noruega (84) y Suecia (83), según Transparencia Internacional.

También, la organización advirtió que en Nicaragua (19), Haití (17) y Venezuela (14) están en las posiciones más bajas y sus instituciones públicas han sido infiltradas por redes criminales.

«Los gobiernos frágiles fallan en su labor de frenar a las redes criminales, el conflicto social y la violencia, y algunos exacerban las amenazas para los derechos humanos al concentrar el poder con el pretexto de responder a la inseguridad», alertaron.

A menor libertad, más corrupción

Transparencia Internacional asegura que los países que están experimentando un conflicto o donde las libertades personales y políticas básicas están muy restringidas tienden a obtener las calificaciones más bajas.

«Este año, Somalia, Siria y Sudán del Sur están en la parte inferior  del índice y  Venezuela, Yemén, Libia, Corea del Norte, Haití, Guinea Ecuatorial y Burundi también están entre los 10 últimos”, acotaron.

CLAVES | Informe de Transparencia Internacional ubica a Venezuela entre los cuatro países más corruptos de la región
De los 23 países que han decaído en su puntuación desde el año 2012, 19 también han perdido puntos en cuestión de libertades civiles

Transparencia Internacional situó a Venezuela entre los cuatro países más corruptos de la región en su informe Índice de Percepción de la Corrupción 2021.

De acuerdo con el texto, «los niveles de corrupción se encuentran estancados a nivel mundial, con escaso o ningún progreso en el 86 % de los países evaluados en los últimos diez años».

Asimismo, identificaron que los países que vulneran las libertades civiles «obtienen de forma consistente puntuaciones más bajas en el índice».

«La complacencia en la lucha contra la corrupción da pie a violaciones de derechos humanos de mayor gravedad y socava la democracia, detonando así una espiral viciosa. Conforme se erosionan los derechos y libertades y se debilita la democracia, el autoritarismo avanza, lo cual contribuye a aumentar aún más la corrupción», añade el informe.

Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional, declaró:

«Los derechos humanos son más que algo deseable en la lucha contra la corrupción. Los modelos autoritarios destruyen los controles y contrapesos independientes y hacen que tomar acción contra la corrupción dependa de los caprichos de una élite. La única ruta sostenible hacia una sociedad libre de corrupción es asegurar que la población tenga la posibilidad de hablar libremente y trabajar colectivamente para pedir cuentas a aquellos en el poder».

 

 

Resumen global

El Índice de Percepción de la Corrupción clasifica 180 países y territorios según el nivel de percepción de la corrupción en el sector público de cada uno, en una escala de cero (muy corruptos) a cien (muy limpios).

De acuerdo con el informe, la puntuación media global se mantiene en 43 puntos por décimo año consecutivo y dos tercios de los países no llegan a 50.

– En el primer lugar están Dinamarca (88), Finlandia (88) y Nueva Zelanda (88). «Estos tres países también se encuentran entre los diez mejor puntuados en cuanto a libertades civiles según el informe Democracy Index», explica el texto.

– Somalia (13), Siria (13) y Sudán del Sur (11) obtienen de nuevo las puntuaciones más bajas del índice. Siria es también el último país en materia de libertades civiles (Somalia y Sudán del sur no están calificados).

– 27 países, como Chipre (53), Líbano (24) y Honduras (23) han obtenido las puntuaciones más bajas.

Durante la última década, 154 países han sufrido un deterioro o no han avanzado sustancialmente.

– Desde 2012, 23 países han decaído en el índice, entre ellos algunas economías avanzadas como Australia (73), Canadá (74) y Estados Unidos (67). Este último ha dejado de estar entre los 25 países mejor calificados por primera vez.

– Además, 25 países han mejorado significativamente sus puntuaciones, como Estonia (74), Seychelles (70) y Armenia (49).

Corrupción, Derechos Humanos y Democracia

De los 23 países que han decaído en su puntuación desde el año 2012, 19 también han perdido puntos en cuestión de libertades civiles.

Por otra parte, de los 331 casos registrados de asesinatos de defensores de los derechos humanos en 2020, el 98% se produjeron en países con calificaciones por debajo de 45.

– Con una puntuación de 33 Filipinas continúa la caída iniciada en 2014, año en que su presidente Rodrigo Duterte fue elegido y comenzó a reprimir la libertad de asociación y de expresión.

– En Venezuela, a lo largo de la última década, el país ha sufrido una caída considerable en el índice, con su calificación más baja hasta la fecha, 14 puntos, en 2021.

– En los últimos diez años, en Malí su puntuación en el índice ha caído a 29 y su calificación en cuanto a libertades civiles también está en declive a consecuencia del conflicto armado que socava las funciones clave del Estado, dando lugar a un círculo vicioso de corrupción y violaciones de los derechos humanos.

– La calificación de Polonia en el ámbito de libertades civiles ha bajado y su puntuación en el Índice ha caído a 56 debido a la represión del activismo por parte del gobierno mediante leyes sobre el insulto y la grave limitación de la libertad de los medios de comunicación.

Resumen regional

Para este año, la región de las Américas incluye 22 países que no muestran cambios estadísticamente significativos en sus niveles de corrupción.

En los últimos 10 años, solo Guyana (puntuación del IPC: 39) y Paraguay (30) han logrado mejoras notables. En el mismo período, tres de las democracias más fuertes de la región —Estados Unidos (67), Chile (67) y Canadá (74), que lideran el ranking este año— muestran una caída, mientras que solo Uruguay (73) se mantiene estable.

Asimismo, Venezuela , Haití y Nicaragua obtienen los puntajes más bajos con 14, 20 y 22 puntos, respectivamente.

*También puede leer: Gobierno venezolano atribuye a sanciones mora con la ONU

Crímenes sin Castigo | Expansión criminal (II/II)
Los operadores del régimen venezolano han adoptado nuevas estrategias para continuar los negocios y eludir la persecución internacional

 

@javiermayorca

Venezuela figura en el primer lugar entre los países con mayor percepción de corrupción en todas las américas, y entre los cinco peor evaluados en el mundo entero, de acuerdo con el índice presentado el 28 de enero por la organización Transparencia Internacional.

Este examen anual, fundamentado en un sondeo a empresarios e investigadores de cada país, reveló además que desde la llegada de Nicolás Maduro al poder Venezuela ha empeorado sus indicadores de percepción de corrupción, al punto de que solo Siria, Somalia y Sudán del Sur obtuvieron calificaciones más magras.

El informe presentado por TI indica que la corrupción generalizada en Venezuela no comenzó con Maduro, sino que se remonta a la época en la que gobernaba Hugo Chávez. Este sería “uno de los principales motivos de la crisis humanitaria actual”.

“La pandemia de covid-19 no solo ha profundizado la escasez de medicinas, suministros sanitarios y material esencial, sino que ha deteriorado la infraestructura hospitalaria. En las dos últimas décadas el país perdió más de 5000 millones de dólares por corrupción solamente en el sector sanitario. Este mal amenaza la vida y la salud de millones de venezolanos”, indica el documento.

Este es un punto clave, puesto que coloca el germen de la crisis sanitaria, y en general de la emergencia humanitaria compleja, en una etapa previa a la imposición masiva de sanciones desde el Departamento de Estado, la Unión Europea y algunos países como Canadá y Suiza.

De acuerdo con la directora del capítulo venezolano de TI, Mercedes de Freitas, con la agudización de las dificultades en lo económico y humanitario, el régimen venezolano ha expandido las prácticas corruptas hacia otros países, en la medida en que intenta eludir la persecución penal y las medidas restrictivas impuestas desde la comunidad internacional.

Una de esas naciones es México. Su presidente Andrés López Obrador mantiene relaciones fluidas con el gobierno venezolano, y se ha negado a reconocer la presidencia interina de Juan Guaidó, tal y como lo hicieron EE. UU. y otros 60 países.

Esta situación fue aprovechada para instalar una red encabezada por el empresario colombiano Alex Saab (designado embajador por Maduro) para eludir las restricciones a la comercialización de crudo venezolano y la compra de bienes para el sostenimiento del régimen.

En junio de 2020, el Departamento del Tesoro sancionó a la compañía Libre Abordo, perteneciente a Saab y a su socio Álvaro Pulido, registrada en México DF. Pero, de acuerdo con De Freitas, el Gobierno continúa importando desde ese país “alimentos con sobreprecios y de baja calidad”, utilizando para ello otras corporaciones.

Según la organización Global Financial Integrity, Venezuela fue el segundo mayor exportador de capitales ilícitos de todo el hemisferio occidental durante los primeros doce años del siglo. Solo era superado por México.

Esas prácticas continúan en la actualidad, aunque afectadas por la decadencia de la industria petrolera y las sanciones internacionales. Según la directora de TI Venezuela, el principal vehículo de estas transacciones ilegales sería el Fonden, una entidad usada para manejar el 62% de los recursos del Estado en 2019, sin controles ni supervisión.

Efecto expansivo

La salida de capitales ilegales venezolanos salpicó a numerosos países de las américas, Europa y Asia.

En la etapa incipiente, Venezuela continuaba generando suficientes recursos para alimentar su corrupción endógena, esencialmente a través de la renta petrolera. Los recursos salían en maletines con la bendición de sectores del oficialismo. Así quedó en evidencia cuando una policía bonaerense y modelo, que no participaba en la “ruta del dinero”, detectó la famosa valija con casi 800.000 dólares en poder del empresario Guido Antonini Wilson.

En la esfera internacional, los cazadores de capitales pronto se dieron cuenta de que Venezuela representaba una oportunidad para la obtención de jugosas ganancias. El régimen de cambio no era diferencial sino diferenciado en su aplicación: a la población en general, si acaso un cupo que servía a los propósitos de control de cierta clase media. Un trato radicalmente distinto tuvo el funcionariado, en especial el ligado a las adquisiciones.

Un caso emblemático fue el de la Banca Privada de Andorra, en sus dos capítulos. El primero, modesto en sus dimensiones económicas, involucró a dos oscuros asesores del ministerio de Finanzas, un exjefe policial y un hombre ligado a los intereses de una exmagistrada del Tribunal Supremo. El segundo capítulo, que se desarrollaba en forma simultánea al primero, tenía personajes de alta relevancia para el momento: Rafael Ramírez y su entorno, así como los primeros “bolichicos” enriquecidos con las adquisiciones para el fallido sistema eléctrico nacional.

Estos individuos, los de la segunda parte, se sabían amparados por el poder venezolano. Por esto vivían una vida dispendiosa en París, Roma y otras capitales europeas, donde las autoridades parecían dispuestas a voltear la mirada. Hasta que en 2015 el Departamento del Tesoro estadounidense alertó que la BPA servía como una especie de mezcladora de los capitales corruptos venezolanos con los de las mafias de Rusia y China. Estos casos (Andorra I y II) tienen repercusiones hasta el presente.

Recordemos que el gobierno venezolano ha solicitado a Italia la extradición de Rafael Ramírez y de otros elementos que se encuentran diseminados en ese país y en España. A esto se le llama “control de daños”.

Pero el expediente del principado europeo no ha sido el único.

En República Dominicana, por ejemplo, un grupo de inversionistas encabezado por José Luis Santoro y Gabriel Jiménez adquirió la mayoría accionaria del Banco Peravia en 2012. Dos años después, las autoridades de esa isla intervinieron a la entidad, y posteriormente, en 2015, ordenaron el arresto de su junta directiva al constatarse un fraude masivo y lavado de dinero.

“Esos directivos llegaron a Dominicana con dinero robado en Venezuela, y fueron recibidos con alfombra roja”, explicó el acusador privado de este caso, abogado César Amadeo Peralta.

Según el litigante, ese banco tenía el propósito de atraer capitales oscuros, y por eso su cartera crediticia era muy pequeña. En el juicio por el fraude participaron 32 víctimas de una lista mucho más grande de personas, cuyos depósitos se esfumaron.

Peralta indicó que la actitud del régimen venezolano ha sido de “protección total” hacia Santoro y sus cómplices. Uno de los solicitados, Gabriel Jiménez, se entregó en EE. UU., donde también lo requerían por conspiración para lavar dinero de Pdvsa. En esta actividad habría participado con el empresario Raúl Gorrín, de acuerdo con documentos del Departamento de Justicia. En noviembre de 2018 fue sentenciado a tres años de prisión. Pena leve, en virtud de su cooperación.

“Con ese dinero de Pdvsa, compraron el Peravia. Ahora esperamos que él termine de cumplir su sentencia en EE. UU., para que lo envíen a Dominicana”, afirmó el abogado.

Otro país impactado por el flujo de capitales ilícitos venezolanos ha sido España. Según el expresidente de la Comisión Nacional contra el Uso Ilícito de Drogas, Carlos Tablante, los dineros de la corrupción venezolana “han entrado en el mercado inmobiliario y en el sector financiero de forma muy agresiva”.

Tablante permanece en ese país europeo en calidad de refugiado. Dijo que desde allí los dineros de la corrupción venezolana han sido distribuidos a bancos en Italia, Malta, Portugal, Andorra y Suiza, donde la agencia Bloomberg reportó el hallazgo de cuentas con fondos irregulares por diez millardos de dólares.

Observó que la persecución internacional a los viejos operadores del régimen ha propiciado el surgimiento de otros más jóvenes, muy cercanos al poder actual. El los llama los “nuevos bolichicos”.

Este grupo tiene una nueva área de expansión en el estado brasileño de Roraima, fronterizo con Bolívar, al sur del país. En ese territorio estarían coordinando operaciones de venta de oro del Arco Minero a cambio de reales brasileños, con los que posteriormente son adquiridos alimentos, medicinas y otros bienes para justificar aparentes operaciones de importación, con sobreprecios.

Esta criminalidad, organizada en torno a la exportación de capitales y distintas formas de enriquecimiento ilegal, es tan vasta que hace palidecer a la de los delincuentes comunes.

Pero estos últimos llaman mucho más la atención debido a sus comportamientos violentos. Cuando los detienen, suelen confesar en cámara. A los primeros, en cambio, solo se les extrae la información a cuentagotas. Por eso, esta es una historia de la que solo conocemos fracciones. José Ugaz escribió en el prólogo de Super red de corrupción en Venezuela (2021) que hasta el momento los ilícitos con el dinero nacional han suscitado 85 procesos en distintas jurisdicciones del mundo. Allí están los Papeles de Panamá, HSBC, Luxemburgo, Andrade, Ramírez, Villalobos, Salazar y cientos más.

Al margen de lo que eso significa para la búsqueda de justicia, es en esos expedientes donde se encuentra buena parte de la verdad que requiere el país para comprender, por ejemplo, por qué el 40 % de la población está pasando hambre.

Breves

* El artículo 92 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia confiere a los jueces de la materia ocho alternativas para la imposición de medidas cautelares a las personas señaladas de agresoras en un caso específico. En líneas generales, el sentido de estas medidas es resguardar la integridad física de la víctima, por una parte, y por la otra prevenir que la persona bajo investigación agreda a otras personas. El numeral séptimo de ese artículo, por ejemplo, prevé que se le imponga al presunto victimario “la obligación de asistir a un centro especializado en materia de violencia de género”. Pero una cosa es la letra, y otra la realidad.

Según reporta El Pitazo, el hombre detenido por las muertes de Eliannys Andreína Martínez (17 años) y Eduarlys Falcón (20 años), Nelson Antonio Torrealba Saavedra (38 años) tenía antecedentes por un delito sexual.

Sin embargo, se movilizaba sin restricción alguna en Turén. De acuerdo con el director de la policía judicial, comisario Douglas Rico, este hombre actuó contra sus víctimas sin tener un conocimiento previo de ellas, simplemente llevado por ataques de ira. Torrealba era entonces un individuo que, bajo determinadas circunstancias, podía ser peligroso para la sociedad. Ese riesgo ya había sido constatado en un caso previo, y nada se hizo. Esta ausencia de actuación por parte de las instituciones debe ser revisada en profundidad.

* 3520 personas fueron detenidas en 2020 por delitos de tráfico, posesión y consumo de drogas. Esta cifra, conocida de manera extraoficial, representa una disminución con respecto a los años anteriores. Aun así, implica una carga importante para los ya saturados centros de detención del país. Los presos por delitos de drogas, en especial los señalados de tráfico o transporte de estas sustancias, son presas permanentes de la extorsión desde todos los flancos: jueces, fiscales, custodios, abogados. Tienen que pagar hasta por el agua que van a consumir y el suelo donde van a dormir. Estos casos generalmente no trascienden al conocimiento público.

Sin embargo, uno ha sido motivo de debate en el Parlamento de Curazao.

La historia comenzó en marzo del año pasado cuando efectivos de Guardacostas aprehendieron a cuatro isleños y a un venezolano que iba con ellos a comprar un cargamento de pescado en Aves de Sotavento. Primero, les elaboraron un expediente por “tráfico de materiales estratégicos”, puesto que llevaban bidones de diésel para poder hacer el viaje. Pero posteriormente añadieron cargos por tráfico de drogas, en virtud de una supuesta prueba de orientación (narcotest) aplicada a las lanchas. Los detenidos se habían adaptado a la vida en una estación de la PNB en Falcon, pues tenían la esperanza de una rápida solución, hasta que se les terminó el dinero en medio de una pandemia que mantiene paralizados a los tribunales. Entonces, comenzó en Curazao una colecta para pagar la manutención de los cinco detenidos por este caso. El asunto llegó incluso a oídos de la embajada del Reino de los Países Bajos, y en febrero enviaron a unos diplomáticos para constatar el estado de salud de los pescadores.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Venezuela entre los cinco países más corruptos del mundo
Es considerado el país más corrupto del continente americano por el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC)

Venezuela aumenta su percepción como país corrupto, mientras continúa descendiendo su calificación en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), al registrar en 2020, año marcado por la pandemia mundial de COVID-19, unos escasos 15 puntos en una escala de 100.

En la evaluación anterior, el país obtuvo una puntuación de 16. Desde 2012, la nación suramericana cae en las posiciones, y ha pasado del puesto 165 al 176, para ubicarse entre los cinco países con más bajo desempeño, y tener la tercera calificación más baja. Además, Venezuela es percibido como el país más corrupto del continente americano.

La edición 2020 del IPC, difundida este jueves por Transparencia Internacional, clasifica a 180 países y territorios por sus niveles percibidos de corrupción en el sector público, basándose en 13 evaluaciones y encuestas a expertos y empresarios. Utiliza una escala de cero (corrupción elevada) a cien (corrupción inexistente). Dinamarca y Nueva Zelanda encabezan este año el índice, con 88 puntos. Mientras, Siria, Somalia y Sudán del Sur están al final con 14, 12 y 12 puntos, respectivamente. Las otras dos peores calificaciones.

El IPC 2020 revela que la corrupción está socavando los sistemas sanitarios y contribuyendo al retroceso democrático en plena pandemia de COVID19. «La COVID-19 no es solo una crisis sanitaria y económica: es una crisis de corrupción. Y no la estamos superando», dijo Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional. «Hasta donde alcanza la memoria, ningún año ha puesto a prueba a los gobiernos como el que ha pasado, y aquellos que tienen los niveles más altos de corrupción han demostrado menor capacidad para afrontar el reto. Pero, incluso los países que ocupan los primeros puestos del índice tienen la obligación urgente de reconocer su papel en perpetuar la corrupción dentro y fuera de sus países».

El informe apunta que la corrupción constituye una gravísima amenaza a la vida y al sustento de los ciudadanos, especialmente cuando se combina con una emergencia sanitaria. Existe una correlación entre la ausencia de corrupción en el sector público de un país y un mayor gasto en sanidad. Por otra parte, la corrupción también es generalizada en la contratación de material sanitario. Los países con los niveles más altos de corrupción también tienden a ser los más propensos a sufrir atropellos del estado de derecho y las instituciones democráticas durante la crisis de COVID-19.

Países estancados

Desde 2012, el punto de comparación más temprano en la metodología actual del IPC, 26 países han mejorado significativamente sus índices, incluidos Ecuador (39), Grecia (50), Guyana (41), Myanmar (28) y Corea del Sur (61). Mientras otros 22 redujeron sus puntuaciones, tomando en cuenta a Bosnia y Herzegovina (35), Guatemala (25), Líbano (25), Malawi (30), Malta (53) y Polonia (56).

Cerca de la mitad de los países llevan casi una década estancados en la misma posición dentro del índice, lo que sugiere que los esfuerzos de sus gobiernos para llegar a las causas primarias de la corrupción se han paralizado. Más de dos tercios tienen una puntuación por debajo de 50.

Transparencia ante nada

El pasado año trajo consigo desafíos a la integridad incluso en los países con las máximas puntuaciones, lo que demuestra que ningún país está libre de corrupción. Para mitigarla y afrontar mejor las crisis del futuro, Transparencia Internacional recomienda a todos los gobiernos:

-Reforzar las instituciones supervisoras de modo que los recursos lleguen a las personas que más los necesitan. Los organismos anticorrupción y las instituciones supervisoras necesitan contar con fondos, recursos e independencia suficientes para cumplir su cometido.

-Procesos de contratación abiertos y transparentes para combatir irregularidades, identificar conflictos de interés y garantizar precios justos.

-Defender la democracia y fomentar el espacio público a fin de crear las condiciones necesarias para que los ciudadanos puedan pedir cuentas a sus gobiernos.

-Publicar datos relevantes y garantizar el acceso a la información de manera accesible, puntual y fácil de entender.

 

Transparencia Internacional identifica riesgos de corrupción en el marco del COVID-19
Pide al sector privado evitar prácticas que afecten el abastecimiento de los bienes y servicios necesarios para enfrentar la emergencia sanitaria

Un grupo de trabajo integrado por 13 capítulos latinoamericanos de Transparencia Internacional presentó un análisis sobre los riesgos de corrupción identificados, respecto a las compras y contrataciones directas que están haciendo los estados frente a la crisis sanitaria producto de la pandemia de virus COVID-19, y estrategias preventivas claves para asegurar que se cumplan los objetivos de aliviar los impactos en la salud de los ciudadanos y las economías locales de forma íntegra, y que los recursos no sean desviados por la corrupción y el oportunismo.

El análisis «Integridad ante la emergencia: recomendaciones para la integridad de las compras y contrataciones públicas” detecta cinco líneas estratégicas: (1) máxima apertura en la información (incluidos datos abiertos) con una visión integral de las contrataciones públicas (de la planificación hasta la entrega del bien), (2) activación de mecanismos pro-competencia, (3) fiscalización en tiempo real e (4) identificación plena de los recursos utilizados, y su destino en un solo sitio, (5) amplia rendición de cuentas públicas sobre los recursos utilizados y su destino.

Además, hicieron un llamado especial al sector privado para evitar prácticas que afecten el abastecimiento de los bienes y servicios necesarios para enfrentar la emergencia sanitaria.

Los integrantes de los 13 capítulos de Transparencia Internacional, incluyendo Transparencia Venezuela, insistieron en que los riesgos de captura de recursos por parte de grupos de interés económico y la administración desigual de las ayudas directas puede resultar en afectaciones graves a la salud pública de la región. Con frecuencia se dice que la transparencia retrasa la entrega de bienes y servicios, pero después de revisar extensamente la experiencia de América Latina, no hay duda de que lo que realmente compromete la entrega de los bienes necesarios para atender las necesidades de la población es la opacidad y la corrupción.

La sextorsión es un flagelo que requiere denuncia y marco jurídico para ser combatido
Migrantes y refugiadas indocumentadas son la población más vulnerable 

 

Las investigaciones realizadas sobre sextorsión o extorsión sexual han hallado que este género de corrupción puede afectar tanto a niños, hombres y mujeres, pero apuntan a que el fenómeno afecta desproporcionadamente a las migrantes y a las refugiadas indocumentadas. La crisis humanitaria compleja que enfrentan los venezolanos, como consecuencia del gran patrón de corrupción instaurado en Venezuela en los últimos 20 años, ha empujado a más de cuatro millones de connacionales a dejar el territorio nacional, lo que supondría un alto riesgo de sextorsión para este éxodo masivo.

El informe publicado por Transparencia Internacional, Rompiendo el silencio sobre la sextorsión, previo a la celebración del Dia Internacional de la Mujer, indica que al menos 1 de cada 5 personas ha experimentado o conoce a alguien que experimentó extorsión sexual al acceder a los servicios del gobierno en América Latina, Medio Oriente y el Norte de África, citando el Barómetro Global de Corrupción 2019, que destacó por primera vez los datos de sextorsión.  

No obstante, los hallazgos no son suficientes para describir con certeza la dinámica, los patrones y la frecuencia de la sextorsión, ni los sectores o individuos más afectados. Pero los testimonios y las experiencias reportadas hablan de la naturaleza y la escala de este fenómeno, señala el reporte de Transparencia Internacional, que muestra un resumen de casos “en diferentes regiones y sectores que ilustran la variedad de esquemas utilizados para la sextorsión, los matices de la coacción y el contexto”.

El texto recoge una muestra estadística que expresa que en América Latina, 71% de las personas piensa que la sextorsión ocurre ocasionalmente, mientras que en Medio Oriente y la región norte de África, 50% lo cree así. Destaca que en un estudio realizado en Zimbabwe, 57% de las mujeres consultadas manifestaron haber necesitado ofrecer favores sexuales a cambio de servicios institucionales.

Un acto de corrupción que no se discute  

La sextorsión es un tipo de corrupción definida en 2008 por la Asociación Internacional de Mujeres Jueces (IAWJ) – indica el informe -, al notar que magistrados de diferentes regiones reportaron un caso de corrupción que rara vez se discute. Se produce cuando quien, desde un cargo de poder, usa su autoridad para explotar sexualmente a quien depende de ese poder. Ocurre tanto en países desarrollados como en las naciones en desarrollo, y puede afectar a niños y adultos, generalmente individuos vulnerables.

Este género de corrupción hasta hace poco empezó a discutirse y reconocerse como “un fenómeno distinto en el marco de la corrupción o en el marco de la violencia de género”. En tal sentido, «los sistemas estadísticos carecen de las categorías para registrar los pocos casos que llegan a los tribunales, y las quejas han sido mal manejadas”. El resultado ha sido que las víctimas no han recibido justicia.  

“Muchas mujeres inmigrantes y refugiadas indocumentadas son coaccionados por los funcionarios para que paguen un doble soborno – monetaria y sexual – a cambio de comida, agua o refugio. Las mujeres pueden ser amenazadas con ser arrestadas por la policía haciendo demandas similares, mientras que otras enfrentan sextorsión mientras buscan obtener permiso para un negocio, permiso de trabajo o una vivienda pública”, subraya el reporte, al tiempo de destacar que “aunque es devastador para los supervivientes/víctimas, la sextorsión tiende a no ser reportado”.  

Un marco jurídico

Rompiendo el silencio sobre la sextorsión destaca que a pesar de las consecuencias dañinas de la sextorsión, “muchos marcos jurídicos de lucha contra la corrupción no penalizan explícitamente los actos sexuales coercitivos como formas de soborno, abuso de autoridad o actos corruptos”. Prevalece la concepción de la corrupción como un delito financiero.

Por otra parte, la sextorsión es difícil de establecer más allá de la duda razonable.  

Por esta razón, Transparencia Internacional recomienda elaborar una definición y un marco jurídico para sextorsión que permita la judicialización de casos, así como la formación jurídica para garantizar que jueces y fiscales conozcan la sextorsión y cómo procesarla. Además, plantean integrar la sextorsión tanto en la lucha contra la corrupción como en los programas contra la violencia de género para mayor complementariedad

Un caso en 2018

 
En Venezuela no existen cifras de sextorsión y el fenómeno no se encuentra tipificado como delito en su marco jurídico. En 2018, Transparencia Venezuela recibió un caso a través de la plataforma de denuncias de corrupción Dilo Aquí, y se prestó apoyo a la denunciante para presentarlo ante la Fiscalía. Según el testimonio, presentado por una usuaria del Saime, un presunto funcionario de esa institución le solicitó una foto desnuda para que le fuera impreso su pasaporte.

Dilo Aquí es una plataforma para formular denuncias de corrupción, que desde octubre de 2019 tiene una opción para casos de violencia de género contra la mujer, a través de la cual pueden ser denunciados los casos de sextorsión y otros delitos establecidos en la ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

Día Internacional de la Mujer | La sextorsión es un flagelo que requiere un marco jurídico, formación y denuncia para ser combatido
Aunque niños, adultos y mujeres pueden ser objeto de extorsión sexual, las migrantes y las refugiadas indocumentadas son una población desproporcionadamente vulnerable, recoge el informe “Rompiendo el silencio sobre la sextorsión», publicado por Transparencia Internacional

Las investigaciones realizadas sobre sextorsión o extorsión sexual han hallado que este género de corrupción puede afectar tanto a niños, hombres y mujeres, pero apuntan a que el fenómeno afecta desproporcionadamente a las migrantes y a las refugiadas indocumentadas. La crisis humanitaria compleja que enfrentan los venezolanos, como consecuencia del gran patrón de corrupción instaurado en Venezuela en los últimos 20 años, ha empujado a más de cuatro millones de connacionales a dejar el territorio nacional, lo que supondría un alto riesgo de sextorsión para este éxodo masivo.

El informe publicado por Transparencia Internacional, Rompiendo el silencio sobre la sextorsión, previo a la celebración del Día Internacional de la Mujer, indica que al menos 1 de cada 5 personas ha experimentado o conoce a alguien que experimentó extorsión sexual al acceder a los servicios del gobierno en América Latina, Medio Oriente y el Norte de África, citando el Barómetro Global de Corrupción 2019, que destacó por primera vez los datos de sextorsión.  

No obstante, los hallazgos no son suficientes para describir con certeza la dinámica, los patrones y la frecuencia de la sextorsión, ni los sectores o individuos más afectados. Pero los testimonios y las experiencias reportadas hablan de la naturaleza y la escala de este fenómeno, señala el reporte de Transparencia Internacional, que muestra un resumen de casos “en diferentes regiones y sectores que ilustran la variedad de esquemas utilizados para la sextorsión, los matices de la coacción y el contexto”.

El texto recoge una muestra estadística que expresa que en América Latina, 71% de las personas piensa que la sextorsión ocurre ocasionalmente, mientras que en Medio Oriente y la región norte de África, 50% lo cree así. Destaca que en un estudio realizado en Zimbabwe, 57% de las mujeres consultadas manifestaron haber necesitado ofrecer favores sexuales a cambio de servicios institucionales.

Un acto de corrupción que no se discute  

La sextorsión es un tipo de corrupción definida en 2008 por la Asociación Internacional de Mujeres Jueces (IAWJ) – indica el informe -, al notar que magistrados de diferentes regiones reportaron un caso de corrupción que rara vez se discute. Se produce cuando quien, desde un cargo de poder, usa su autoridad para explotar sexualmente a quien depende de ese poder. Ocurre tanto en países desarrollados como en las naciones en desarrollo, y puede afectar a niños y adultos, generalmente individuos vulnerables.

Este género de corrupción hasta hace poco empezó a discutirse y reconocerse como “un fenómeno distinto en el marco de la corrupción o en el marco de la violencia de género”. En tal sentido, «los sistemas estadísticos carecen de las categorías para registrar los pocos casos que llegan a los tribunales, y las quejas han sido mal manejadas”. El resultado ha sido que las víctimas no han recibido justicia.  

“Muchas mujeres inmigrantes y refugiadas indocumentadas son coaccionados por los funcionarios para que paguen un doble soborno – monetaria y sexual – a cambio de comida, agua o refugio. Las mujeres pueden ser amenazadas con ser arrestadas por la policía haciendo demandas similares, mientras que otras enfrentan sextorsión mientras buscan obtener permiso para un negocio, permiso de trabajo o una vivienda pública”, subraya el reporte, al tiempo de destacar que “aunque es devastador para los supervivientes/víctimas, la sextorsión tiende a no ser reportado”.  

Un marco jurídico

Rompiendo el silencio sobre la sextorsión destaca que a pesar de las consecuencias dañinas de la sextorsión, “muchos marcos jurídicos de lucha contra la corrupción no penalizan explícitamente los actos sexuales coercitivos como formas de soborno, abuso de autoridad o actos corruptos”. Prevalece la concepción de la corrupción como un delito financiero.

Por otra parte, la sextorsión es difícil de establecer más allá de la duda razonable.  

Por esta razón, Transparencia Internacional recomienda elaborar una definición y un marco jurídico para sextorsión que permita la judicialización de casos, así como la formación jurídica para garantizar que jueces y fiscales conozcan la sextorsión y cómo procesarla. Además, plantean integrar la sextorsión tanto en la lucha contra la corrupción como en los programas contra la violencia de género para mayor complementariedad

Un caso en 2018

En Venezuela no existen cifras de sextorsión y el fenómeno no se encuentra tipificado como delito en su marco jurídico. En 2018, Transparencia Venezuela recibió un caso a través de la plataforma de denuncias de corrupción Dilo Aquí, y se prestó apoyo a la denunciante para presentarlo ante la Fiscalía. Según el testimonio, presentado por una usuaria del Saime, un presunto funcionario de esa institución le solicitó una foto desnuda para que le fuera impreso su pasaporte.

Dilo Aquí es una plataforma para formular denuncias de corrupción, que desde octubre de 2019 tiene una opción para casos de violencia de género contra la mujer, a través de la cual pueden ser denunciados los casos de sextorsión y otros delitos establecidos en la ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

*Lee el informe completo en transparencia.org.ve