Cinco testimonios cuentan que para sortear la crisis y tener mejores ingresos deben «matar tigres» con trabajos rápidos y sencillos
Debido a la crisis económica, esos empleos extra que solían tener los ciudadanos, han evolucionado encontrando nuevas formas de «matar tigres»
@Andrea_GP21
“Matar tigres” es un término venezolano que se utiliza popularmente para referirse a la acción de ejecutar cualquier clase de trabajo rápido y sencillo como un adicional que permite tener ingresos extras y sortear la crisis económica en Venezuela.
De acuerdo con la página web Diccionario Venezolano, esta expresión fue acuñada por un ciudadano criollo. Según la leyenda, años atrás el patrón de la finca le ordenó un trabajo “rápido y sencillo”, el cual sería remunerado aparte de su salario como empleado regular.
La acción de “matar tigres” corresponde a ejecutar una actividad extra además de la ocupación oficial que el venezolano desempeña. Es un empleo rápido que ofrece un conocido o se encuentra en internet para ganar más dinero si el sueldo regular no es suficiente. También se le conoce como un rebusque.
El Diccionario Venezolano destaca los siguiente trabajos de este tipo como los más populares: “Albañilería, plomería, carpintería, pintando casas, herrería, peluquería, emprendimiento en casa (repostería, manualidades entre otras), mecánica y vendedores».
Para poder tener ingresos adicionales, además de los trabajos mencionados anteriormente, en la Venezuela en crisis surgieron nuevas formas de ganar dinero que a pesar de ser “tigres”, pueden realizarse regularmente.
Runrun.es contactó a cinco personas quienes tienen un empleo con un salario mensual, pero como consecuencia de la crisis económica optaron por desempeñar otros oficios y tareas que les permiten tener dinero adicional.
1.- Alquileres de Netflix
Andrea se graduó en periodismo impreso en una universidad del estado Zulia. Actualmente tiene 30 años de los cuales nueve se ha dedicado a ejercer su carrera y cinco de ellos lo ha hecho especializándose en periodismo digital, trabajando para varios portales de noticias del país.
“Tengo dos empleos estables, con remuneraciones que se pueden considerar buenas, pero aún así los ingresos no son suficientes para cubrir las necesidades de mi hogar”, comenta Andrea sobre sus trabajos regulares.
Encontró una oportunidad de hacer dinero extra uniéndose a una iniciativa para ofrecer alquileres de cuentas de Netflix, empresa dedicada a distribuir contenidos audiovisuales a través de una plataforma en línea o servicio de VOD por streaming.
El modelo de negocio consta en captar distintos clientes, la mayoría personas conocidas, según dice Andrea, difundiendo la publicidad del servicio en estados de WhatsApp y algunos grupos de compra y venta en redes sociales como Facebook.
Se ofrecen tres opciones distintas: la primera es de un perfil, cuyo precio es de 180 000 bolívares, la segunda de dos perfiles, en 220 000 bolívares y por último, una de cuatro perfiles por 280 000 bolívares. Los perfiles son los usuarios conectados a una misma cuenta desde equipos distintos.
Pero eso no es lo único que hace Andrea. Además de tener sus dos empleos en donde ejerce su carrera y ofrecer el alquiler de cuentas de Netflix, ofrece “servicios de recargas telefónicas con un amigo, y de administración de redes sociales para empresas y profesionales”.
En cuanto a la crisis, Andrea considera que la economía del país “está golpeada de tal forma que los ciudadanos trabajan solo para alimentarse”.
2.- Seguridad en eventos nocturnos
Yasneidy Machado, de 28 años, vive en Las Adjuntas y trabaja como docente de educación integral egresada del Instituto Universitario Pedagógico Monseñor Rafael Arias Blanco (Iupma), tiene tres hijos y vive en una casa de familia cuya dueña es su abuela, a quien mensualmente le paga entre 10 y 15 dólares de alquiler.
Actualmente, Machado trabaja enseñando sobre el medio ambiente en el Instituto Nacional de Parques (Inparques). Cuenta que en este empleo su ingreso es apenas de sueldo mínimo y que el mismo no le alcanza para todos sus gastos personales y de sus hijos.
“Tengo otro trabajo en un club nocturno que son los fines de semana, porque mi otro trabajo no me da. El problema es que trabajo de lunes a lunes. Tengo tres niños los cuales a veces no me da tiempo de atenderlos”, señala Machado.
Señala además que en este trabajo adicional puede ganar entre 300 000 y 400 000 bolívares semanales, pero esto está sujeto a la cantidad de personas que asistan a los eventos de este club nocturno. “No siempre la cantidad es exacta o tan alta como en eventos que son buenos”, agrega.
En este empleo, Machado debe recibir a los asistentes a los eventos, cobras las entradas, revisar a las personas para evitar que ingresen con bolsos grandes, armas, entre otros objetos peligrosos. Asimismo, debe recorrer el local donde trabaja para evaluar que no se suscite una situación que implique un problema dentro del lugar.
“Estuve estudiando bioanálisis pero tuve que dejarlo para poder trabajar en las noches”, lamenta Machado.
Por otra parte, relata que necesita utilizar lentes pero dada la situación económica y que el dinero no le alcanza, no ha podido comprarlos. Fue hace más de un año que supo que necesita utilizarlos.
“Hay que matar tigres de vez en cuando. A veces me toca revender cosas y buscar otra forma de ganar dinero porque lamentablemente un trabajo no da base para mantener una familia de tres niños”, finalizó.
3.- Redes sociales y clases online
Internacionalista graduada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Yessenia León tiene 33 años y actualmente reside en San Antonio de los Altos, estado Miranda. Ejerció su profesión durante un año en el Ministerio de Agricultura y Tierras, en la oficina de Asuntos Multilaterales. Salió de allí para trabajar en empresas privadas.
Actualmente, León trabaja como Analista de Telemercadeo en una empresa de apuestas deportivas. “Hago atención al cliente especializada y acreditaciones”, cuenta la mujer sobre su empleo.
“El sueldo en bolívares no alcanza, es el mínimo de ley. Pero nos dan un bono en divisas que es lo que me ayuda en cierto modo, pero igual no es tan significativo”, señala.
Además de su empleo formal, León se dedica a gestionar redes sociales como community manager y da clases de inglés online.
“Mis clases de inglés las hago por Internet, tengo estudiantes acá en Venezuela, Argentina, España y Alemania. Pero no son fijas, son cuando los estudiantes hacen espacios en sus agendas. Por eso tampoco puedo quedarme solo con eso”, dice.
“Con lo de community manager todo me es más valioso. Me pagan en divisas al cambio del día y hago 5 veces más que en mi trabajo de oficina solo encargándome del Copywriting de los clientes que manejo”, agrega.
Su trabajo como Copywriting se basa en crear contenido, textos, idear imágenes y diseñar programación en redes sociales, que mensualmente puede dejarle ganancias de unos 80 dólares.
León señala que lleva las cuentas de una otorrino, una traumatóloga y una ginecóloga, residentes en Venezuela. También ofrece estos servicios a un spa y un salón de fiestas infantiles en México.
“No sé cómo organizo el tiempo (risas). Supongo que vivo pegada al teléfono. Pero generalmente hago todo en el transcurso del día, llego a casa y sigo trabajando. Saco los contenidos a publicar y programar en redes con un mes de anticipación y me manejo con tiempo”, explica.
Además de todos esas tareas adicionales que le generan ingresos extra, León es cantante desde los 8 años. Aprovechando su talento para la música, desde hace 10 años se dedica a participar en eventos cantando y desde hace 4 años se presenta con bandas de rock.
“Los toques son parte del ingreso, pero tampoco son fijos. Igualmente son mi modo de liberar estrés y hacer algo que me hace realmente feliz. Pero también implican inversión en traslados, ensayos e hidratación por lo que intento que los conciertos o toques tengan algo de ganancia palpable y no que deba gastarlo en el proceso de montaje”, relata.
Pese a todas las ocupaciones que tiene para poder sortear la crisis, León puede costear todos sus gastos y comenta: “Por ahora sí puedo sobrevivir. Me doy gustos, he comprado mis cosas. Pero tampoco es como antes”.
“Este país te ha hecho dependiente de la sobrevivencia, y duele mucho porque estoy agotada, no tengo vida social ni amigos, pero no tengo elección. Es eso o literalmente morir de hambre y tristeza (…) Uno de mis hermanos se acaba de ir del país y bueno, supongo que todos mis trabajos ayudan a sopesar la tristeza, la ansiedad y más”, finaliza.
4.- Jugar en línea también da dinero
Un TSU en Informática de nombre Ernesto, tiene 24 años, labora en una empresa de telecomunicaciones del Estado y cuenta que la remuneración que recibe “no alcanza para los gastos básicos”.
Para poder paliar la crisis y tener un ingreso adicional, Ernesto se dedica a jugar en línea en un juego de modalidad MMORPG donde los personajes viajan en varias regiones y ciudades.
“Cada ciudad ofrece diferentes monstruos, recursos y misiones para subir de nivel, mejorar las habilidades y reunir dinero para comprar y equipar mejores armas y armaduras para matar monstruos de mayor nivel”, explica sobre el juego.
Para generar ingresos, el joven ofrece cierta cantidad de los recursos acumulado en el juego a un comprador dentro del mismo, quien comúnmente también juega o solo se dedica a la compra del oro. Posteriormente, en base a un monto determinado de las ganancias del juego, se cambia por un monto establecido en dólares que es transferido en su cuenta en bolívares al cambio del día. Dice que las ganancias varían dependiendo del tiempo que invierte en el juego.
Ernesto señala que invierte entre cuatro y seis horas diarias en esta actividad para poder generar dinero dentro del juego y poder cambiarlo. “Esto ayuda a ahorrar en casos de emergencia y terminar de costear los gastos principales. Además de uno que otro antojo”, dice.
5.- DJ en eventos privados
Jonathan Sujú estudió historia en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Actualmente tiene 32 años, vive en la parroquia El Recreo, en Caracas, y trabaja como docente de esta cátedra en una institución privada.
“Si bien no nos preparan como educadores, sino como investigadores, diría que ejerzo lo aprendido desde hace 3 años, a través de la docencia”, cuenta Jonathan sobre su carrera y su empleo actual.
Sujú explica que semanalmente, en esta institución, trabaja 12 horas que le dejan una ganancia aproximada de 15 dólares mensuales, que le es pagado en bolívares.
“Claramente, alcanza para muy poco. Estamos hablando de menos de un 20% de la canasta básica y pues, me toca tener trabajos alternos que me estiren un poco (solo un poco) mi poder adquisitivo”, relata.
Para tener dinero extra, Sujú trabaja como DJ selector en distintos eventos, explicando que no tiene una agenda fija, sino que hace este trabajo cuando lo contactan para “eventos específicos”.
“Podría decir que 4 a 5 veces al mes y hay eventos que se cancelan desde 10$ hasta 50$. Estos últimos son muy poco frecuentes, más que todo fiestas privadas”, señala.
Cuenta también que su primer evento como selector y productor fue en el año 2009 en un local llamado “Sake Disco”, ubicado en Las Mercedes. “Hace 11 años existía una movida muy interesante”, acota.
“Es una ayuda porque en una noche hago lo que me pagan como docente en un mes. Sí, se lee tan lamentable como es en realidad. La docencia continúa siendo infravalorada y eso explica una parte de la descomposición social que tenemos en la actualidad”, finaliza.