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Seguridad Alimentaria

Acfiman: caraqueños consumen la mitad de las frutas y hortalizas recomendadas por la OMS
Advierten que el 87 % de los menores de edad en la Gran Caracas no consiguen frutas y verduras en su colegio, siendo su hogar el único sustento para consumir una dieta más diversa

La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) informó el 15 de diciembre que los venezolanos de la Gran Caracas consumen al menos 197,9 gramos de frutas y hortalizas (FyH) por persona al día, menos de la mitad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (400 gramos)

María Soledad Tapia, bióloga, investigadora y miembro de la Acfiman, reiteró en una nota de prensa que en la región capital la ingesta de alimentos es «insuficiente de micronutrientes (vitaminas y minerales), fibra y compuestos bioactivos benéficos no nutrientes, con posibles efectos perjudiciales en la nutrición y salud» por las restricciones socioeconómicas del país».

«Identificamos un ingreso insuficiente no sólo para FyH, pues es evidente que no alcanza para la canasta alimentaria en general», recordó Tapia, complementando la información del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), donde un venezolano necesita 140,3 salarios mínimos mensuales o 493,53 dólares para acceder a la canasta básica

De una muestra de 1040 caraqueños consultada entre noviembre del 2022 y marzo del 2023, el 82 % respondió que consumen FyH en el hogar, siendo el único lugar donde ingieren esos productos, ya que el 87 % respondió que los menores de edad no tienen acceso a las FyH en las escuelas

Ingreso y consumo desigual

La investigación de la Acfiman arrojó que el 68 % de los encuetados tenían un ingreso menor a los 300 dólares. «Si estos son los resultados para el segmento medio-alto de la población de Caracas, preocupan los otros sectores de la población con condiciones menos ventajosas en términos de educación, ingresos y condiciones de vivienda», agregó Tapia.

El estatus socioeconómico fue el factor más determinante en el estudio, ya que aquellas personas con ingresos altos y con una familia no mayor a cuatro integrantes podían consumir hasta 290 gramos de FyH diariamente, mientras que los hogares de ingresos menores a 100 dólares o con más de cuatro integrantes ingerían hasta 140 gramos de FyH por día. No obstante, ambos panoramas se encuentran por debajo de las recomendaciones de la salud pública mundial. 

«En 42 % de los hogares encuestados, el gasto total mensual en FyH no superó los 30$, por lo que solo podían consumir entre 30 y 154 gramos al día», se lee en el documento

Además, el 7 % (73) de los encuestados afirmó que no podían comprar FyH, y de ese grupo, 55 respuestas provenían de los estratos socioeconómicos más deprimidos de la capital, ubicados en su mayoría en el municipio Libertador. 

Sin variedad en FyH

El estudio de la Acfiman también arrojó que más de la mitad de las familias caraqueñas no mantienen una dieta diversa cuando compran FyH, sino que se mantienen en los productos que ya conoce. «Preocupa la monotonía, que ya ha sido registrada en otros estudios. Algo no está funcionando», precisó Tapia.

La institución instó al Estado a diseñar «políticas que permitan reducir el costo de las frutas y hortalizas con medidas de incentivo a los productores, a los comercializadores y a los consumidores, e implementar educación nutricional y campañas de información oficiales sobre las bondades para la salud y la nutrición del consumo de FyH».

Para la academia la inseguridad alimentaria presente en el país desde el 2015 no se ha esfumado. Otras organizaciones, como la Comisión de los Derechos Humanos del estado Zulia, concluyeron también que más de la mitad de los hogares en Maracaibo y Cabimas tiene un ingreso mensual entre $ 11 y 100.

Más del  75 % de la población zuliana encuestada por la ONG admite que consume menos de 100 gramos diarios de FyH.

Hum Venezuela: 14,3 millones de personas están en inseguridad alimentaria
La organización indicó que la inaccesibilidad de los alimentos durante la pandemia se debió a la caída de 80% de la producción nacional, los costos inalcanzables de productos importados y la severa reducción de las fuentes de ingresos

La organización Hum Venezuela señaló que para finales de 2019, la población venezolana había afrontado la emergencia humanitaria durante cuatro años, 26 meses de hiperinflación y agudos períodos de desabastecimiento de alimentos.

Para junio de 2021, en medio de restricciones de movilidad a causa de la pandemia y 44 meses de hiperinflación, hubo una caída de 95,6% en el poder del salario mínimo para adquirir alimentos.

Según Hum Venezuela, la inseguridad alimentaria aumentó a 14,3 millones durante la pandemia. Pasando de 32,6% en marzo de 2020 a 50% en junio de 2021. 41,1% de las personas debió combinar varias estrategias de sobrevivencia afectando severamente sus medios de vida y/o privándose de alimentos. «Al menos 9,2% llegó al extremo de pasar hambre de forma permanente», afirmó la organización.

«18,5 millones de personas adoptaron estrategias en las que perdieron medios de vida de forma irreversible: 17,7% agotó sus estrategias y 46,7% llegó a quedarse sin fuentes de ingresos», aseguró Hum Venezuela.

La organización indicó que la inaccesibilidad de los alimentos durante la pandemia se debió a la caída de 80% de la producción nacional, los costos inalcanzables de productos importados y la severa reducción de las fuentes de ingresos.

A pesar de que 58% de los hogares venezolanos siguió comprando alimentos del programa de subsidio estatal, la cantidad de alimentos recibidos cayó en 51% y más de 60% no los recibió de forma regular.

Tras la llegada de la pandemia, 94% de la población desmejoró la calidad de su dieta y 63% debió reducir la cantidad de los alimentos consumidos.

«La falta de apoyo a la producción nacional agropecuaria y la escasez de combustible mermaron aun más las capacidades de autoabastecimiento», reiteró Hum Venezuela.

Como consecuencia de esto, la reducción del consumo de carne subió a 93,6%, de leche y sus derivados a 85%, de arroz a 89,5% y de hortalizas a 89%.

«Con una caída de la ingesta de proteínas de 79,8% y de energía calórica en 35,6%, se estima que 13,6 millones, 47,4%, de personas se encuentren subalimentadas o con hambre crónica«, señaló la organización.

En la pandemia los niveles de desnutrición presentaron una tendencia a incrementarse, afectando al menos a 3,1 millones de personas, entre niños y niñas menores de 10 años, embarazadas, personas mayores y otros grupos vulnerables.

De acuerdo a Hum Venezuela, en la mitad de los estados más poblados del país, las evaluaciones encontraron riesgos de déficit nutricional en 60% de niños y niñas menores de 5 años. 33% de estos niños y niñas pueden estar sufriendo retrasos del crecimiento o desnutrición crónica.

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Ocha atendió 3.798 casos de desnutrición infantil en Venezuela en un mes
Un total de 23.043 mujeres embarazadas, padres y cuidadores recibieron consejería sobre prácticas adecuadas de alimentación de lactantes y niños pequeños 

Entre junio y julio de 2021, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) atendió 3.798 casos de desnutrición aguda moderada y severa en niños y niñas menores de cincos años en 23 estados.

De acuerdo con el informe sobre el panorama nacional publicado por la OCHA, 615 niñas, niños y adolescentes y 982 mujeres en gravidez fueron tratadas por bajo peso.

Además, 937 embarazadas y 981 niños menores de cinco años fueron diagnosticados y tratados por anemia en 20 estados.

Por otra parte, entre junio y julio del 2021, el Clúster de Nutrición realizó las siguientes actividades para prevenir y tratar la desnutrición:

Asistencia nutricional

Casi 60.000 niños y niñas menores de 5 años, así como 11.540 mujeres embarazadas y lactantes recibieron suplementación con micronutrientes en los 24 estados del país.

También, suministraron tratamiento en 23 estados donde se detectaron casos de desnutrición aguda y bajo peso.

Desparasitación

Los socios del Clúster de Nutrición desparasitaron a 101.713 niñas, niños y adolescentes y 6.947 mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.

Guía de atención

Con el apoyo de la Alianza Técnica del Clúster Global de Nutrición, se creó el Grupo Técnico de Manejo de Desnutrición Aguda encargado.

Entre las funciones de este grupo, se encuentra la elaboración de una guía de atención nutricional para el manejo de casos de desnutrición aguda en el contexto venezolano que se anexará a los protocolos nacionales de la autoridad pública en salud y nutrición.

Con esta guía, el Clúster de Nutrición fortalecerá la respuesta, «capacitando a las organizaciones en el manejo de casos de desnutrición aguda y estandarizará los procesos de detección, prevención y tratamiento en terreno», reseña el texto.

Servicios de consejería

Un total de 23.043 mujeres embarazadas, padres y cuidadores recibieron consejería sobre prácticas adecuadas de alimentación de lactantes y niños pequeños.

Tamizajes

Se realizaron tamizajes antropométricos en los 24 estados a un total de 71.670 niños y niñas menores de 5 años, 13.635 adolescentes y 15.732 mujeres embarazadas y en periodos de lactancia.

Necesidades no cubiertas

De acuerdo con la OCHA, debido a la falta de insumos nutricionales y equipos médicos especializados, es limitada la implementación adecuada de los proyectos de prevención y recuperación de la desnutrición.

Destacan que, entre los factores que generan desafíos, está la falta de acceso continuo a combustible, que afecta incluso el traslado de casos de niños con desnutrición, referidos a centros de salud, para recibir el debido tratamiento.

Por otra parte, la escasez local de insumos para el manejo de casos de delgadez en niños mayores de 5 años también constituye una limitación permanente para las actividades de tratamiento.

Para los casos anteriores, se requeriría la importación de súper cereal para niños en edad escolar, la duplicación de la ración de alimentos nutritivos o proporcionar una merienda escolar de calidad.

En el primer semestre de 2021, 7 de los 24 estados más rezagados que aún no superan el 25% de su meta establecida para el Plan de Respuesta Humanitaria 2021 son: Bolívar, Carabobo, Delta Amacuro, Lara, Distrito Capital, Apure y Nueva Esparta.

Seguridad Alimentaria y Medios de Vida

Los socios del Clúster de Nutrición reportaron que hay comunidades que persisten con limitaciones para el acceso la disponibilidad de alimentos, «un problema agudizado por deficiencias en la prestación de servicios básicos, particularmente la falta de gas doméstico, cortes del servicio eléctrico, el suministro irregular de agua y las barreras para acceder a la gasolina en el país».

También, identificaron grupos vulnerables en materia de seguridad alimentaria, incluyendo mujeres jefas de hogar, mujeres embarazadas o en período de lactancia, niños, niñas, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.

Las acciones que ha emprendido la OCHA para contribuir con estos ciudadanos son:

Distribución de alimentos a hogares vulnerables y en centros comunitarios

Se entregaron 68.098 beneficios, las cifras más altas respecto a las demás actividades.

Entre los estados más favorecidos destacan Miranda, con 15.332 beneficios recibidos; el Distrito Capital con 11.391;  mientras que Anzoátegui, Lara y Zulia obtuvieron más 6.000 cada uno.

Actividades de formación

Los socios fortalecieron sus conocimientos y participaron en seminarios web enfocados en nutrición, alimentación saludable y seguridad alimentaria.

Crecimiento organizacional en el terreno

En el estado Zulia se creó el Clúster Subnacional de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida, instancia que celebró dos reuniones entre junio y julio con la participación de 17 organizaciones Zulia y del estado de Lara.

Entregas de comida

Los socios señalaron que entre sus actividades destacan la entrega de comida a través de comedores, ollas comunitarias, jornadas de salud, jornadas de formación para la realización de huertos familiares con siembra de rubros de ciclos cortos, formación y asistencia con cocinas solares y conservadores de alimentos ecológicos.

Los nueve estados del país con más niños vulnerables según el Programa Mundial de Alimentos
María Dolores Castro, directora regional del PMA, indicó que para este año tienen un presupuesto de 40 millones de dólares garantizados

María Dolores Castro, directora regional del Programa Mundial de Alimentos (PAM) de la ONU para América Latina y el Caribe, ofreció un balance este lunes, 2 de agosto, sobre la gestión de esta organización en Venezuela.

En una entrevista ofrecida a Unión Radio señaló que, tras 93 días de la firma del acuerdo que proporcionará comidas escolares a niños venezolanos, «se ha entregado la bolsa de alimentos en las escuelas a más de 15.000 niños y niñas de menos de seis años en Falcón«.

Al respecto, indicó que se encontraron nueve estados «con mayor número de personas en pobreza, vulnerabilidad e inseguridad alimentaria», agregando que comenzaron por uno de esos estados y continuarán con otros.

Las entidades en las que se identificaron a más niños en situación de inseguridad alimentaria son Falcón, Zulia, Táchira, Amazonas, Delta Amacuro, Bolívar, Anzoátegui, Miranda y Monagas.

Según dijo, la intención es atender a 36.000 niños y personal de escuela de Falcón, para a finales de año, alcanzar el objetivo de ayudar 185.000 niños y personal de las escuelas.

«Este año solo nos concentraremos en el occidente del país. Luego de Falcón, iremos a Zulia y Táchira. Después, a mediados del año que viene, iríamos a Amazonas, Delta Amacuro, Bolívar, Anzoátegui, Miranda y Monagas”, agregó.

 

En cuanto a la meta total, precisó que el máximo de niños y personal escolar que intentarán alcanzar es de un millón y medio hasta el año 2023.

Antecedentes

En abril del 2021, el gobierno y el PMA firmaron un memorando de entendimiento por el cual el programa establecería la presencia en el país e iniciaría la operación humanitaria.

En un trabajo publicado por Runrun.es en mayo de 2021, Miguel Pizarro, comisionado del gobierno interino de Juan Guaidó para el Sistema de Naciones Unidas, dijo que un tercio de la población venezolana está en condiciones de inseguridad alimentaria.

Para ese momento, Pizarro consideró que la llegada del Programa Mundial de Alimentos representa una posibilidad de «escalar o de aumentar la capacidad de respuesta a la emergencia humanitaria, la posibilidad de beneficiar a 1,5 millones de niños y también de que el área logística de la respuesta humanitaria pueda crecer dentro del país”.

Por su parte, Roberto Patiño, director de Caracas Mi Convive, declaró: “El arribo del PMA significa que cientos de miles de niños van a estar recibiendo una comida nutritiva lo que significa salvar a toda una generación que está sufriendo por la inseguridad alimentaria”.

Sobre el programa en Venezuela

El programa ejecutó evaluaciones que se aprobaron por los socios. También, contaron con contribución de datos por parte del Ministerio de Educación, quien compartió la lista de escuelas y matrículas.

«El equipo del Programa Mundial de Alimentos trabaja con cuatro ONG, dos nacionales e internacionales”, señaló Castro.

Además, indicó que tienen un presupuesto de 40 millones de dólares garantizados para cerrar el año, pero que necesitan más apoyo de colaboradores para realizar las compras para el 2022.

«Estamos buscando 100 millones de dólares para alcanzar esa meta”, expresó María Dolores Castro.

Por otra parte, detalló que los alimentos «son compras internacionales que vienen por carretera en este momento, pero que también podrían llegar por puerto», añadiendo que no ha habido trabas para el ingreso de los alimentos.

«El Programa Mundial de Alimentos intenta hacer compras lo más cercano posible a la producción local, pero acá en Venezuela, por el momento, vamos a importar las comidas, porque vamos a intentar evitar que nuestras compras causen un aumento de los precios en el mercado», agregó.

 

También, indicó que las bolsas son básicas, pero esperan poder diversificarlas. Por ahora tiene arroz, lentejas, aceite y sal.

«Esperamos incluir más adelante proteínas animales y productos frescos. La idea es entregarla mensualmente, eso lo vamos a cumplir. Cuando los niños estén en la escuela, sería diaria la alimentación más la bolsa mensual, sumó.

Castro aclaró que esta bolsa no es como un CLAP. «Esto básicamente sigue principios humanitarios y llevamos una estructura que empieza con una seguridad alimentaria, entonces vamos a estados con mayor inseguridad alimentaria”, explicó.

Los que no se rinden | Alimenta La Solidaridad da comida a 14.400 niños venezolanos
Alimenta la Solidaridad forma parte de Mi Convive, una marca paraguas que trabaja en las áreas de organización comunitaria y liderazgo
La organización fue fundada por un grupo de jóvenes, liderado por Roberto Patiño

@fefamaya

Luego de que la pobreza extrema en Venezuela llegara a ser 51,51% de la población, la pobreza reciente o temporal comenzara a volverse estructural después de 3 años continuos de crisis, nació Alimenta La Solidaridad, una organización que se enfoca en seguridad alimentaria y nutrición para niños a través de sus comedores en diferentes comunidades del país. 

Alberto Kabbabe, director de estrategia de la ONG, aseguró que Alimenta La Solidaridad cuenta con una red de comedores que hoy en día da alimentos a 14.400 niños, de lunes a viernes. La red de comedores tiene presencia en los estados: Sucre, Anzoátegui, Distrito Capital, Miranda, Aragua, Carabobo, Yaracuy, Lara, Falcón, Portuguesa, Táchira, Vargas (La Guaira) y Zulia.

Adicionalmente, Kabbabe señaló que el voluntariado constituye la mayor fuerza laboral de la organización.

Una de las madres líderes de los comedores afirmó que, gracias a Alimenta La Solidaridad las mujeres han alzado mucho la voz en la comunidad y lo hacen por los niños, que son el futuro de Venezuela.

¿Cómo y cuándo nace la organización?

 Alimenta la Solidaridad nació en julio de 2016, año en el que el problema de inseguridad alimentaria se volvió más evidente en Venezuela.  Así, a través del modelo de organización comunitaria con el que venía trabajando, decidió fundar Alimenta la Solidaridad.

¿Cuál era el contexto histórico al momento de nacer la ONG y cuánto ha mejorado/empeorado el entorno hasta ahora?

 La organización nace en el año 2016. La economía venezolana había estado contrayéndose notablemente desde 2014. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), en 2014 el acceso a alimentos era cada vez más difícil por escasez y por el contexto económico.

A partir de ese año, muchas organizaciones de la sociedad civil comienzan a hacer un trabajo más humanitario, ya que la magnitud de la inseguridad alimentaria era cada vez más evidente.

Hoy en día es una realidad que el entorno ha empeorado. Declaraciones oficiales tanto del gobierno interino de Juan Guaidó, como de Nicolás Maduro, aseguran que Venezuela está en situación de crisis humanitaria. 

Según ENCOVI 2019 más de 84 % de la población vive en estado de pobreza. Además, aunque hay poca evidencia de las consecuencias que la pandemia ha generado, es una realidad que el problema de la inseguridad alimentaria se ha profundizado a una rapidez mucho mayor.

 ¿En qué áreas se desempeña la organización?

 Seguridad alimentaria y nutrición para niños. Alimenta la Solidaridad forma parte de Convive, una marca paraguas que trabaja, en las áreas de organización comunitaria y liderazgo. Parte del objetivo principal de los comedores, es crear espacios de participación ciudadana.

 ¿A qué se dedicaban los fundadores antes de crear esta ONG?

 La organización fue fundada por un grupo de jóvenes, liderado por Roberto Patiño. Antes de crear la ONG, algunos de los jóvenes eran estudiantes universitarios y otros formaban parte del equipo de Caracas Mi Convive. 

 ¿Qué servicios ofrece?

 Alimenta La Solidaridad cuenta con una red de comedores que hoy en día alimenta a 14.400 niños, de lunes a viernes, a nivel nacional. 

 ¿Cuántas personas trabajan en la organización?

 La mayor fuerza laboral de la organización es el voluntariado. A nivel nacional hay más de 800 personas que organizan, cocinan, cuidan los espacios de los comedores y se encargan de toda la logística. También existen equipos de voluntarios fuera de Venezuela, quienes a través de actividades y donaciones, han conseguido más de 2000 personas que han participado en la labor de la organización.

 ¿Con quién tienen alianzas estratégicas?

 La alianza estratégica más importante es formar parte de la plataforma nacional de organizaciones haciendo trabajo comunitario, que cuenta con miembros como AVESSOC, Cáritas, Fe y Alegría, entre otros. “Trabajar en redes con ellos ha sido muy importante y nos ha permitido unir fuerzas para hacer un mejor trabajo”, dijo Kabbabe.

Además, aseguró que existen alianzas con restaurantes de Caracas, como la Casa Bistró, las panaderías Danubio, y Moreno. La Universidad Católica Andrés Bello también ha sido un importante punto de encuentro para trabajar, por ejemplo, con centros comunitarios y el centro Gumilla.

¿Cuáles son las mayores vulnerabilidades de las personas que atienden?

 La inseguridad alimentaria. Según un estudio nacional de seguridad alimentaria, las familias venezolanas gastan más de 92% de sus ingresos en alimentos, y aún así están en situación de inseguridad alimentaria. El propósito de Alimenta La Solidaridad es ayudar a esas familias y co-crear herramientas para que les permitan mejorar la situación en la que se encuentran.

 ¿En qué zonas operan?

 Principalmente en el Municipio Libertador. La red de comedores tiene presencia en los estados: Sucre, Anzoátegui, Distrito Capital, Miranda, Aragua, Carabobo, Yaracuy, Lara, Falcón, Portuguesa, Táchira, Vargas (La Guaira) y Zulia.

 ¿Cómo pueden ayudar personas que estén interesadas en hacerlo?

 A través de la página web www.alimentalasolidaridad.org

 ¿Cuáles son los mayores retos y amenazas de la organización?

Mantener las operaciones a pesar de la calidad de los servicios públicos que hay en Venezuela. Por ejemplo, el difícil acceso al gas ha hecho que las operaciones se vuelvan muy complicadas. 

Por otro lado, actualmente la situación de la pandemia ha hecho el trabajo y la organización comunitaria mucho más difícil. “Debemos seguir operando pero por ahora los comedores no pueden ser un espacio de encuentro comunitario porque no queremos exponer a las comunidades a contagiarse de COVID-19. Ha sido complejo, pero hemos encontrado la manera de seguir cumpliendo con nuestra labor”, aseguró Kabbabe.

 Un caso emblemático

 Las historias de cada una de las familias que forman parte de la red son importantes. Lo más emblemático es ver el cambio en los niños. En uno de los comedores de La Vega, La Isla, hay una familia que comenzó a ir al comedor con cinco niños, de los cuales la más pequeña tenía seis meses. La bebé estaba en un cuadro severo de desnutrición. En el comedor se le brindó apoyo a la familia no solo con la comida, sino conectándola con otras organizaciones que los ayudaron a asegurar la salud de su bebé. Hoy en día, un par de años más tarde, siguen yendo al comedor y esa bebé es una niña bien nutrida, es inteligente y se puede percibir que su desarrollo cognitivo está bien, y mejorando cada día.

Un testimonio

 Kabbabe le preguntó a Marvelis Paredes, una de las madres líderes de los comedores, si cree que ha habido un cambio en la comunidad a través del comedor. Su respuesta fue: “Las mujeres han alzado mucho la voz en la comunidad, y lo hacemos 100 % por los niños, que son el futuro de Venezuela. Alimentamos no solo con platos de comida, sino con esperanza, amor y fe. Sí se puede”, dijo. 

El reto de la sociedad civil

El reto de la sociedad civil

FAO: Hambre crece en América Latina a niveles escalofriantes
Haití y Venezuela son los países con los niveles de inseguridad alimentaria más altos de la región, según la Organización

 

Este lunes, 13 de julio, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que América Latina registró en los últimos cinco años un aumento del hambre que podría afectar a un 9,5 por ciento de su población en 2030, un escenario severamente agravado por el COVID-19. 

«El hambre afectó a cerca de 47,7 millones de personas en América Latina y el Caribe en 2019, o un 7,4 por ciento de habitantes», según un informe de la FAO junto a otras agencias de Naciones Unidas.

En relación a los países más afectados, Berdegué mencionó a Haití, un país con altos niveles de inseguridad alimentaria, Venezuela -donde el hambre ha aumentado en forma significativa en los últimos años- y Guatemala, El Salvador y Honduras, países pertenecientes al Corredor Seco en América Central.

“Estos países son los más expuestos, pero el agravamiento del hambre producto de la pandemia es algo que nos va a impactar a todos los países, no se salva nadie”, apuntó.

Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina, calificó las cifras de hambre en la región como “escalofriantes”.

La región -donde la inseguridad alimentaria ha registrado el aumento más rápido del mundo- no solamente llegará al 2030 lejos de cumplir su meta de hambre cero, sino que el número de personas incapaces de consumir las calorías necesarias para una vida saludable ascenderá a 67 millones, cerca de 20 millones más que en 2019.

La CEPAL estima que el coronavirus -con 13 millones de infectados a nivel mundial según conteos de Reuters- provocará una caída histórica de la economía de América Latina y el Caribe en 2020, que llevará a la peor crisis social de la región en décadas, con millones de nuevos pobres y desempleados.

“Uno de cada tres latinoamericanos y caribeños este año van a vivir en condición de pobreza, según proyección de la CEPAL, todos ellos amenazados por el hambre (…) Nos preocupa mucho cómo esto va a agravar el riesgo de que esta crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria”, señaló Berdegué.

El funcionario explicó que la FAO y la CEPAL recomiendan un plan de estrategia que involucra mantener el comercio mundial y la cadena que conforma el sistema de producción y distribución de alimentos, además de apoyar a quienes viven en situación de pobreza extrema o inseguridad alimentaria.

 

*Con información de Reuters

FAO alerta sobre el deterioro de la seguridad alimentaria en Venezuela durante 2020
Alertó que la situación de seguridad alimentaria en Venezuela empeorará en el segundo semestre de 2020. 
Además señaló que los suministros de insumos agrícolas importados para la temporada de invierno cubrían solo el 5% que se necesitan en el país. 

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), advirtió en su último informe, publicado el viernes 5 de junio, que existen perspectivas «desfavorables» respecto a la recolección de cereales en Venezuela como el maíz y el arroz al final de la etapa de cosecha, ya que se ha registrado una considerable reducción en las tierras cultivables y la disminución del rendimiento de los campos.

El informe explica que la producción de cereales “se pronostica muy por debajo” del nivel anterior a la crisis desatada por la propagación del coronavirus.

La FAO, basándose en los reportes de organizaciones como Fedeagro, acusó que los suministros de insumos agrícolas importados como los cereales para la temporada de invierno cubrían solo el 5% de lo que se necesita en el país. Detalló además que las necesidades de importación de cereales en la campaña comercial 2019/20 (julio/junio) disminuyeron por cuarto año consecutivo, lo que refleja los altos niveles de emigración desde 2015 y, por lo tanto, decrecieron las necesidades de consumo interno.

Además, indicó que la capacidad de importación del país se ha deteriorado debido a la continua depreciación de la moneda local frente al dólar estadounidense y al nivel cada vez menor de las reservas de divisas, luego de la disminución de los ingresos petroleros y la imposición de sanciones internacionales en agosto de 2017.

A partir de estos análisis, el organismo dependiente de la ONU afirmó que alrededor de 9,3 millones de personas (un tercio de la población) padecen de inseguridad alimentaria y necesitan asistencia, de los cuales 2,3 millones (8 % de la población) fueron clasificados como “inseguridad alimentaria severa”.

“En medio de la pandemia COVID-19, alrededor de 68.000 migrantes venezolanos regresaron al país a partir del 28 de mayo de 2020”, hecho provocado por la reducción de las oportunidades laborales debido a las medidas de contención en los países vecinos. “Es probable que esto fortalezca la demanda interna de alimentos y ejerza presión sobre los recursos ya limitados del país, aumentando el número de personas que necesitan asistencia alimentaria”, pronosticó la FAO.