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Salud Pública

Claves | Más de 15 millones de venezolanos no tienen cómo cubrir gastos de salud
 El informe resaltó que un gran porcentaje de los que padecieron enfermedades crónicas y agudas, no tuvieron acceso a medicinas por falta de poder adquisitivo para comprarlas.

La aguda crisis en el sistema de salud público venezolano no ha tenido pausa en los últimos años, en el 2023 continuó y esta vez con una mayor población expuesta a graves riesgos para sus vidas, integridad y a nivel físico y mental por falta de atenciones en salud.

Así lo especifico un nuevo Informe de Seguimiento de la Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela publicado por HumVenezuela a principios de enero de 2024.

Según el documento para el año pasado 87,8% de la población dependía del sistema público de salud que se encuentra en crisis en un 80% en sus diferentes niveles.

En 2023 se agravó la pérdida de servicios de atención médica en un 69,9% y la carga por enfermedades fue alta, afectando a más de 60% de la población con picos de epidemia y ciertas reincidencias entre 2020, 2021 y 2022.

Buena parte de lo venezolanos con problemas graves de salud no pudieron acceder de manera garantizada a la atención médica ni las medicinas. En este sentido, al menos, 87,9% de depende del sistema público para la atención de sus necesidades en salud.

Los factores que han incluido de manera notoria en el deterioro de acuerdo con el informe son diversos. 97,6% de los venezolanos no cuentan con protección financiera, 54,8% carece de recursos para gastos de salud y entre 2022 y 2023, aumentó entre 66,9 y 69,9% la población que acude y no es atendida.

Un total de 15.803.496 de venezolanos (54,8%) no tiene medios económicos para cubrir gastos de salud.  Hasta el año pasado un 87,6% de las personas ya no volvieron a contar con servicios de atención médica a nivel público y privado. Se reportó también que 97,8% de los servicios están inoperativos o cerrados en centros de atención primaria, 87,9% en centros ambulatorios especializados y 73,3% en los hospitales públicos.

Por otro lado, el gasto público en salud disminuyó en un 50%, sin embargo, se estima que hubo una mayor caída, pero la falta de datos, gestión de estadísticas y gestión presupuestaria impiden una mayor claridad en este punto.

Muertes por enfermedades de mayor prevalencia

Según el informe de HumVenezuela para 2023 65% de la población venezolana sufrió o paso por algún problema de salud de mayor prevalencia,  40% padeció alguna enfermedad por condiciones crónicas, teniendo como las más comunes hipertensión, diabetes y afecciones pulmonares, mientras que 39% sufrió problemas de salud agudos como infecciones respiratorias y diarreas.

De acuerdo a la encuesta hecha en los hogares 39,9% padecieron enfermedades graves en total, de las que 34,4% fueron crónicas y 24,9% agudas. Un 71% de los encuestados expresaron que al acudir al sistema de salud no recibieron atención.

Adicionalmente, 4,2 millones de personas con problemas de salud graves no recibieron atención médica y
3,7 millones tampoco medicinas. El 37,9% con problemas crónicos y el 35,4% con problemas agudos
no tuvieron atención. 

«La información recolectada de gremios de salud, denuncias de personas, usuarios y de los hogares encuestados muestran que, durante 2023, 81% de las camas en los hospitales públicos no estaban operativas y la actividad quirúrgica cayó en 72,5%, por 91% de insumos básicos y quirúrgicos faltantes, 91,2% de equipos dañados, 94,5% de desabastecimiento de medicinas y 60% de salas de cirugía fuera de servicio», especifica el informe. 

Ausencia de personal capacitado y alto costo de las medicinas

Respecto al personal de salud capacitado, «se estima el retiro de 74,6% de personal médico y 73,5% de enfermería. Además, 95% de los hospitales presentaba deterioro de planta física y 77,6% no contaba con electricidad y agua continua».

En cuanto a las medicinas la situación mejoró al tener una mayor producción de medicamentos nacionales, lo que se evidencia en cuanto a la mayor disponibilidad de medicamentos esenciales en farmacias entre 2020 y 2023.

Pero las condiciones de pobreza no permitieron a la mayoría de las personas disponer de las medicinas que necesitan por sus elevados costos. Los reportes de los hogares arrojaron que 30,1% de las personas con problemas crónicos y 35,4% de las personas con problemas de salud agudos, no tuvieron acceso a medicamentos

Exigen a autoridades merideñas atender “con seriedad” aumento de suicidios en Mérida
Médicos Unidos consideró que el tratamiento para estas personas «no puede tener un enfoque parcial, simplemente mediático como medida a corto plazo que involucra solamente a sectores vulnerables».

La organización Médicos Unidos por Venezuela, seccional Mérida, denunció que los suicidios en la entidad no pueden ser abordados «como una tendencia social o mediante la realización de operativos que no tienen continuidad en el tiempo».

Mediante una nota de prensa, la organización señaló que estos problemas deben ser atendidos «a través de políticas públicas diseñadas y ejecutadas hasta obtener una solución».

«En nuestra entidad, el suicidio ha sido abordado de manera lateral como la consecuencia final de un problema de salud mental, sin tomar en cuenta el contexto social, económico y cultural de las personas buscan el camino de la muerte por voluntad», agregó.

Si esto no se toma en cuenta, añadió la organización, «no será posible dar una atención integral y efectiva a este flagelo social que nos afecta a todos».

«Como problema de salud pública, el suicidio no afecta solo a la persona que decide poner fin a su vida, sino que deja un gran número de afectados en su entorno, que viven en las mismas circunstancias y corren el mismo peligro de tomar esta grave decisión», sumó.

 

Según Médicos Unidos por Venezuela, estas personas «son receptores de los múltiples efectos traumáticos que un acto de esta naturaleza produce».

En ese sentido, consideró que el tratamiento para estas personas «no puede tener un enfoque parcial, simplemente mediático como medida a corto plazo que involucra solamente a sectores vulnerables».

Médicos Unidos recordó que es público y notorio que el índice de suicidios en Mérida ha ido en aumento.

«Esto demuestra que la posvención es una acción importante y que no debe ser realizada a la ligera con actos que no generan cambios en el modo de vida de los merideños», agregó el comunicado.

En ese sentido, exigieron a las autoridades «cumplir su deber, no con eventos públicos, sino con políticas públicas sectoriales que resuelvan los problemas que obligan a los merideños a renunciar a la vida, y eso sólo se logra a través de los programas de salud».

 
 
 
 
 
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FMV denuncia que más de 7.000 ambulatorios desaparecieron en el país
«El abandono del sistema de salud pública «viola los derechos humanos» y configura «un crimen de lesa humanidad», dijo León Natera 

 

El presidente de la Federación Médica de Venezuela (FMV), Douglas León Natera, denunció este miércoles, 20 de abril, que más de 7.000 ambulatorios, incluidos los del programa gubernamental «Barrio Adentro» han desaparecido, debido a la crisis hospitalaria que vive la nación como consecuencia, principalmente, de la falta de medicinas e insumos médicos.

A través de una nota de prensa, León Natera indicó que más del 80 % de la red asistencial, conformada por 301 hospitales, está «en ruinas y abandonada desde hace muchos años».

«En los centros de salud públicos no hay medicamentos, fallan los servicios de agua y electricidad, los ascensores no funciona, faltan equipos, no se garantiza el derecho a la alimentación de los pacientes ni se suministran insumos de bioseguridad al personal», dijo.

Situación grave y mortal 

Douglas León Natera slñaló que la situación de crisis en los hospitales venezolanos es «grave y mortal». Agregó que los enfermos son ruleteados de hospital en hospital, sin lograr que puedan ser atendidos. «Muchos enfermos han fallecido por falta de medicamentos y atención médico asistencial», dijo.

«El abandono del sistema de salud pública «viola los derechos humanos» y configura «un crimen de lesa humanidad, puesto que Maduro debe garantizar la salud, de conformidad con la Constitución», sumó.

El pasado 1 de abril, el gremio exigió al Gobierno un plan de recuperación de hospitales en el que prime la dotación en infraestructura y equipamientos, además de un salario base para los trabajadores de 1.500 dólares al mes, frente a los 30 dólares que, como mínimo, devengan actualmente.

Hospitales a merced de los apagones

El pasado jueves, 24 de marzo, la ONG Médicos Unidos de Venezuela, denunció el recrudecimiento de los apagones, alertando que la mayoría de los hospitales no cuentan con planta eléctrica.

Esta advertencia la hicieron a propósito de una denuncia que hizo la ONG Monitor Salud el 23 de marzo sobre las medidas de emergencia que deben tomar los médicos de los hospitales cuando ocurren apagones.

En concreto, denunciaron que un grupo de médicos del Hospital El Algodonal en Caracas se apoyaron en las linternas de los celulares para terminar una intervención ginecológica debido a un apagón que se registró al momento de la cirugía. 

De acuerdo con la organización, la planta de emergencia que tiene el hospital funcionó 40 minutos después que se produjera el apagón.

«De nuevo apagones en todo el territorio nacional. La mayoría de los hospitales en Venezuela no tienen planta eléctrica. No saben la angustia que genera quedar en quirófano o UCI sin luz. Los pacientes en riesgo y las coronarias del equipo achicharradas», denunció la cuenta de Twitter de Médicos Unidos de Venezuela, Capítulo Aragua.

Déficit de enfermeros de entre 85% y 100% suma otra arista a la destrucción del sistema de salud venezolano
A la depauperada infraestructura hospitalaria y la escasa dotación de equipos e insumos, se suma que cada día renuncian a sus cargos decenas de enfermeros en todo el país

 

Enfermeros citan el salario y la insuficiente dotación de equipos de protección personal como las principales razones para renunciar. El miedo al contagio también es un factor que motiva su salida, ya que 58 enfermeros han fallecido con síntomas de COVID-19 desde el inicio de la pandemia

 

Las renuncias masivas del personal de enfermería ya representan un problema de salud pública para el país, confirman expertos. Numerosos estudios demuestran que el riesgo de morir de los pacientes se incrementa con la falta de este personal clave

 

@GitiW

 

“Flor, no te vayas, no nos dejes”, le imploran los pequeños pacientes a Flor Pérez, enfermera del servicio de medicina 3 del Hospital de Niños J.M. de los Ríos. Ese servicio pasó de tener ocho enfermeras, a sólo tres profesionales que trabajan sin días libres y por un salario que no supera los siete dólares al mes. 

“Es horrible. Los servicios se están quedando solos después de las 3 de la mañana. La supervisora nos deja ir mientras no haya pacientes de cuidado, pero imagínate, ¡en un hospital todos los pacientes son de cuidado! Hay días en los que me toca a mí sola y mi conciencia me dice que no me debo ir en la madrugada”, contó Pérez, a quien sus propios niños esperan en casa. 

La enfermera confirmó que la situación del servicio de medicina 3 se ve en todos los servicios del que fuera el hospital pediátrico bandera del país. En diciembre, el servicio de neurología cerró del todo.  

Como en las noches no hay enfermeras, quienes “reciben” la guardia nocturna son las madres. “Hay mamás que nos dicen que ellas mismas han tenido que montarle los tratamientos a sus hijos, en lugar de ir a Dirección a exigir que el personal lo haga. Las mamás siempre están cabizbajas, no tienen guantes ni sábanas descartables. Ellas no deberían estar haciendo el trabajo del personal de enfermería, lo hacen porque no hay alternativa”, explicó Pérez. 

“Muchas veces ni siquiera podemos tomar un momento para ir al baño pues no hay quien nos cubra. En estos días tuve que ir al baño de otro servicio pues el del mío estaba inmundo y cuando regresé, a una paciente se la habían llevado a emergencia por una reacción adversa al tratamiento. ¡Ni siquiera nos podemos mover para ir al baño!”, lamentó Pérez. 

El servicio de medicina 3 solía atender a 17 pacientes y actualmente atiende a 9. Aún con esa reducción de pacientes, el déficit de personal de enfermería representa un problema. Como mínimo, se necesitan seis enfermeras por guardia, tres para cada turno.  

“He pensado en salir corriendo y renunciar. Muchos colegas regresaron en diciembre sólo para meter la renuncia y nos preguntaban cómo hemos aguantado tanto. En mi caso es más fuerte el apego que le tengo a mi carrera. Este trabajo es estresante pero también libero estrés. Los niños con quienes trabajo necesitan de mí, ellos mismos me dicen que no me vaya. Ese es un apego que te mueve el piso. Para los que quieren su carrera por vocación, no es fácil dejarla”, dijo Pérez. 

La licenciada forma parte del cada vez más menguado número de profesionales de enfermería que aún ejercen en el país. En 2018, la última cifra oficial reportada por el Estado a la Organización Mundial de la Salud, daba cuenta de 27.200 enfermeros en Venezuela para un déficit superior a 75%. La llegada de la pandemia de COVID-19 a Venezuela aceleró el proceso de deserción a niveles críticos. 

“Estamos viendo la destrucción del sistema de salud”

 

“Desde noviembre de 2020 comenzamos a detectar una masiva migración interna del personal de salud, que renuncia o pide su jubilación para salirse del sector público buscando otras fuentes de ingreso, no necesariamente en el sector salud. Las renuncias en el gremio de enfermería son altísimas. Lo que estamos viendo es la destrucción del sistema de salud exclusivamente desde el punto de vista del recurso humano. Ni hablar del equipamiento y la infraestructura”, aseguró Jaime Lorenzo, especialista en Salud Pública y actual director de la ONG Médicos Unidos de Venezuela. 

Del equipamiento y la infraestructura de los 47 hospitales públicos designados como centinelas para atender a pacientes con COVID-19, se supo gracias a una investigación de la Alianza Rebelde Investiga que los mismos carecen de los insumos más básicos, como agua, camas hospitalarias, respiradores y rayos X, desmintiendo así la supuesta preparación de la gestión de Nicolás Maduro para hacer frente a la pandemia. 

“¿Cuándo la renuncia del personal se convierte en un problema de salud pública? Cuando empiece a haber una mortalidad que pudo haberse evitado si hubiese estado el personal preparado y adecuado para atender la emergencia en los hospitales”, explicó Lorenzo, quien agregó que muchos hospitales del país ya están enfrentando esa situación. 

Lorenzo citó el caso del Hospital Central de San Cristóbal, estado Táchira, en el que por cada 30 pacientes hay una sola enfermera, y el Hospital Centinela de Mérida, donde cinco enfermeras debían atender 50 pacientes. 

“Eso es un cierre técnico de un servicio. Imagina el daño y los errores que pueden suceder en el cumplimiento del tratamiento cuando no hay personal suficiente. Todo el sistema de salud está colapsando desde el punto de vista de atención y vigilancia de los pacientes, sin hablar de la situación de las emergencias. Hay hospitales que sólo tienen dos o tres enfermeras en la guardia del turno nocturno”, describió el especialista en Salud Pública.  

Déficit de enfermeros aumenta riesgo de muerte en hospitales

 

Una investigación en el servicio estatal de salud del Reino Unido demostró que un personal de enfermería por debajo de lo que normalmente se requería, aumentaba el riesgo de muerte entre 3 y 4 por ciento. Cuando este déficit del personal se daba en la atención a pacientes de alto riesgo, como en una unidad de cuidados intensivos, el riesgo de muerte se incrementaba. 

De acuerdo con estándares internacionales, una enfermera en una terapia intensiva debe atender a un solo paciente. En un área de cuidados intermedios es una enfermera para dos pacientes, y en áreas generales es una enfermera para cuatro pacientes. 

“Hoy vemos como el personal que labora en el piso 5 del Hospital Pérez Carreño, que dispone de 60 camas para pacientes con COVID-19 (30 para casos sospechosos y 30 para casos confirmados), hay seis enfermeras por turno, es decir, que una enfermera debe atender a 10 pacientes. Eso en el mejor de los casos”, dijo Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería del Distrito Capital. 

Contreras explicó que si la situación en Caracas es crítica, en el resto del país es aún más grave. “Tomemos como muestra la situación del Hospital Oncológico Luis Razetti en Caracas, donde de 800 enfermeras que trabajaban, hoy laboran solamente 180, de las cuales no todas van pues unas están de permiso, tienen patologías o cumplieron sus años de servicio”. Ese déficit es casi del 80%. 

La labor gremial de Contreras la ha llevado a recorrer los hospitales de todo el país. Destacó que la situación en el Hospital José Gregorio Hernández de Puerto Ayacucho es grave pues hay guardias en las que trabaja una sola enfermera y en consecuencia el personal ha protestado y amenazado con renunciar. 

Táchira, Mérida, Bolívar, Barinas, Apure, Nueva Esparta y Falcón son los estados que Contreras identificó como los más críticos en cuanto al déficit del personal, el cual llega a 100% en algunos turnos nocturnos. La presidenta del Colegio de Enfermería de Distrito Capital contó que en el Hospital Centinela de Coro, Dr. Alfredo Van Grieken, como no hay personal de enfermería en la madrugada, los pacientes reúnen dinero entre todos y pagan la guardia directamente a la enfermera para que los atienda. 

“Vemos con mucha angustia el dilema en nuestras enfermeras: quedarnos a hacer lo que amamos, para lo cual nos formamos académicamente, o buscar otros escenarios de vida a través de los cuales no vamos a realizar la labor para la cual nos formamos, pero quizás con otros emprendimientos vamos a tener seguridad de no estar contagiadas y contar con ingresos que nos permitan tener calidad de vida, dentro de lo que cabe en Venezuela”, dijo Contreras. 

 

“No voy a seguir subsidiando al Estado”

 

Cuando Rebeca Echezuría ingresó a trabajar al Hospital Universitario de Caracas había 18 salas de quirófano operativas. A diario había planes de cirugías selectivas de las doce especialidades disponibles, incluyendo cirugía plástica y robótica, laparoscópica. 

“Todos los días era un continuo aprendizaje, salíamos de una cirugía y entrabamos a otra. Una dinámica que, para quien ama la profesión, se disfruta un montón. Con el pasar del tiempo se fueron dañando los equipos y la infraestructura y así fueron quedando seis, luego 4, hasta el punto de que actualmente sólo hay 1 o 2 quirófanos funcionando. De ser un equipo de más de 45 enfermeros en turno matutino, hoy son poco más de 20. Nada más en diciembre renunciamos seis compañeros y todos por las mismas razones: encontramos un mejor ingreso y concluimos que ir al hospital no sólo no daba ganancia, sino que además traía pérdidas porque uno termina gastando dinero de otras fuentes para poder ir todos los días”, contó Echezuría, enfermera especializada en el área quirúrgica con once años de experiencia. 

“Me daba mucha tristeza dejar el hospital, dejar de hacer lo que amaba y disfrutaba. Yo tengo una especialidad docente y el compromiso de formar a la generación de relevo me amarraba a la idea de seguir yendo. He sido de las que contribuye al entrenamiento del personal nuevo ingreso, pero ya últimamente ni eso porque los nuevos no duran mucho”, dijo Echezuría.

El gasto diario en transporte público, sumado a las peripecias para conseguir efectivo, es una de las razones más citadas entre los profesionales de enfermería entrevistados para dejar su puesto de trabajo. 

Con ocho años de experiencia a cuestas, Francis Guillén también renunció a su cargo en el Hospital Pérez Carreño. “Me dolió mucho irme pero cuando puse en una balanza lo que ganaba y lo que gastaba, prácticamente le estaba pagando yo al Estado para ejercer. La mayoría de los enfermeros en Caracas viven fuera de la ciudad y gastan una fortuna para llegar al trabajo. Si gano seis dólares y gasto cuatro en pasaje, ¿qué se supone que haga con dos dólares?”.

Guillén contó que la mayoría del personal redondea su quincena vendiendo algo u ofreciendo otros servicios. “Yo pertenezco a una familia de enfermeros, mis padres, mis tías, mi abuela, mi cuñada y mi hermano somos colegas. Nosotros tenemos un puesto en Catia donde vendemos gel fijador para el cabello, champú, cremas corporales, gel antibacterial y fabricamos jabón líquido. De ese dinero es que vivimos”, apuntó. 

Sólo en el Hospital Pérez Carreño renuncian seis o siete trabajadores cada día, afirmó Guillén. El servicio de nefrología cerró y sólo está abierta una de las dos alas de pediatría. “Ese déficit de 85% genera que los que se quedan se sobrecarguen de trabajo. Nosotros somos esclavos del siglo XXI. Encima de que es imposible ofrecer un servicio de calidad, tampoco cobramos nada. Por el tipo de hospital, en el Pérez Carreño debería haber entre 6.000 y 8.000 enfermeros, ahorita hay entre 1.000 y 1.200 cuando mucho. Lo que vivimos es tétrico”, denunció. 

Echezuría explicó por qué es tan grave que un hospital, y particularmente un quirófano, se quede sin enfermeras: “Llega un herido y hay que operarlo lo más pronto posible, pero si el equipo que está de guardia está en una cirugía, hay que esperar a que terminen para poder atender al que viene llegando. Ese tiempo de espera es crucial”.  

Otro aspecto es la responsabilidad de enfermería en la prevención de infecciones y riesgo de los pacientes durante el proceso quirúrgico. “Somos quienes realizan los procedimientos que garantizan la esterilidad en el área y en cada acto quirúrgico, somos quienes conocemos y preparamos de manera anticipada y oportuna todos los elementos para que una cirugía se lleve a cabo con éxito y sin contratiempos”, argumentó Echezuría.

“La realidad es que hay 20, 30 o 40 pacientes por cada enfermera y ahorita no da ni chance de tomarle los signos vitales a cada paciente como es debido”, lamentó Guillén.

La pandemia aceleró la decisión de renunciar de muchos profesionales, aseguró Guillén, quien relató que al personal le dan una mascarilla N95 mensual, cuando la dotación debería ser diaria. Desde junio de 2020 se ha registrado el fallecimiento de 58 enfermeros con síntomas de COVID-19

“El personal asume un riesgo enorme de contagiarse dentro del hospital. La responsabilidad de salvarle la vida a una persona cuando no tienes los recursos mínimos para ello es agobiante. Todos los días sientes que luchas en contra del sistema”, dijo Guillén. 

La experiencia docente en la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja lleva a Echezuría a ver con alarma el futuro de la profesión. “Me preparé para dar lo mejor de mí, para ser excelente no sólo en el área asistencial sino también en el área docente, de investigación y gerencia. Siento que me estoy poniendo vieja sin ver el fruto de mi esfuerzo. Cada vez se notará más la ausencia de las que cuidamos, porque enfermería no sólo administra tratamientos, también cuida el hospital, al paciente, a los médicos y a los familiares. Es lamentable decirlo, pero si esto sigue así se notará también en la calidad de los profesionales que están en formación, en las pasantías cuando los estudiantes busquen orientación y no la encuentren, y en la eficiencia y altura profesional que ha caracterizado a la enfermería venezolana hasta ahora”. 

UE y EE.UU. consideran urgente ayudar a países más vulnerables frente al coronavirus
Borrell y Pompeo mantuvieron una conversación telefónica el viernes sobre la propagación del coronavirus, según informó este sábado el Servicio Europeo de Acción Exterior.

El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell y el secretario de Estado de Estados Unidos (EE.UU.), Mike Pompeo, coinciden en la urgencia de impulsar la cooperación internacional y la ayuda humanitaria para los países más vulnerables frente a la COVID-19.

Borrell y Pompeo mantuvieron una conversación telefónica el viernes sobre la propagación del coronavirus, según informó este sábado el Servicio Europeo de Acción Exterior.

El Alto Representante subrayó la necesidad de realizar esfuerzos internacionales para frenar la propagación de la pandemia, y mitigar su impacto a corto y largo plazo.

También mencionó «la necesidad de proporcionar información pública precisa y transparente, para abordar la creciente preocupación sobre la desinformación» en relación con el virus.

La conversación incluyó otros asuntos, como la decisión del Consejo de la UE esta semana de abrir negociaciones de adhesión con Albania y Macedonia del Norte.

Por otra parte, Bruselas y Washington «coincidieron en la necesidad de renovar los esfuerzos internacionales para abordar las crisis en Siria y en Libia» y discutieron la situación en Venezuela, las relaciones entre Irán y la UE y Turquía, así como el apoyo al proceso de paz en Afganistán.

OPS: han fallecido 40 pacientes por difteria en Venezuela entre enero y abril de 2018

 

La epidemia de difteria sigue activa en el país y aún cobra la vida de más venezolanos. La actualización epidemiológica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre la enfermedad, divulgada este 24 de mayo, indicó que el Ministerio de Salud notificó 40 fallecidos por la infección bacteriana entre la primera semana de enero y la tercera de abril de 2018. El último dato de letalidad dado a conocer por la OPS señalaba que, hasta la segunda semana de marzo de este año, habían muerto 22 pacientes.

El documento especificó que el país acumuló 160 fallecidos por difteria desde que reapareció la enfermedad durante el mes de julio de 2016 en el estado Bolívar. Esa cifra representa, precisa el boletín, una tasa de letalidad de 14,7%.

Ana Carvajal, infectóloga y miembro de la Sociedad Venezolana de Salud Pública, sostuvo que la mortalidad por difteria está estrechamente ligada a la fallas de vacunación con las dosis de pentavalente y toxoide diftérico, que protegen de la enfermedad, y al retardo en la administración de la antitoxina diftérica, tratamiento que impide que las toxinas del bacilo que produce la infección afecten otros órganos del cuerpo.

“Con la antitoxina ha pasado que la dosis que aprueba el Ministerio de Salud, generalmente, es más baja de lo que se necesitan, y hay denuncias, especialmente en el interior del país, donde ni siquiera el tratamiento está disponible para su aplicación a pacientes que ingresan con los síntomas de la difteria”, aseguró Carvajal.

La OPS puntualizó también que Venezuela reportó 1.716 casos sospechosos con difteria desde 2016, de los cuales 352 fueron notificados durante las primeras 16 semanas de 2018. De todos los casos probables, 1.086 se les confirmó la infección que se previene con vacunas y cuyos síntomas principales son fiebre, inflamación del cuello, amigdalitis y faringitis aguda y la formación de una pseudomebrana grisácea en la garganta.

 

Fallas de vacunación

La difteria afecta a más venezolanos y el Ministerio de Salud aún no publica cifras epidemiológicasque detallen el incremento de nuevos casos por semana. El Gobierno desarrolla el Plan Nacional de Vacunación, que extendió hasta finales de este mes de mayo, que contiene las dosis que previenen la difteria; pero los productos biológicos disponibles son insuficientes, denunció la organización Médicos Unidos por Venezuela. Ellos cuestionaron, por ejemplo, que el Ejecutivo destinara apenas 317.354 vacunas pentavalente, aplicada a niños menores de 5 años, cuando se requerían 2,9 millones de dosis para proteger a toda la población infantil que hoy tiene Venezuela.

Según la información que el Ministerio de Salud ha enviado a la OPS, la difteria se propagó hacia 23 entidades del país en 2017, pero en los primeros tres meses de 2018 se han registrado casos confirmados en nueve estados, que el organismo no han mencionado en sus últimos boletines de difteria de este año. Aunque, de acuerdo con informaciones extraoficiales brindada por médicos, se conoce que actualmente hay trasmisión activa de la enfermedad en los estados Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Miranda y el Distrito Capital.

La mayoría de los afectados por difteria comprenden edades entre los 5 y 19 años, quienes contrajeron la enfermedad al no haber sido vacunados adecuadamente. El incumplimiento de las coberturas de vacunación por parte del Programa Ampliado de Inmunizaciones del Ministerio de Salud facilitaron el terreno para que la infección bacteriana se diseminara en todo el país, denunció la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiológica.

La delegación del Ministerio de Salud, enabezada por la viceministra Indhriana Parada, señaló este lunes, durante su intervención en la 71° Asamblea General de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que el “bloqueo financiero” al que, a su juicio, está sometido Venezuela por grandes potencias ocasionaron retrasos en los pagos de las vacunas que gestionó el despacho a través del Fondo Rotatorio de la OPS. “Eso causó retraso en nuestros planes de vacunación”, sostuvo.

Para Julio Castro, infectólogo y miembro de Médicos por la Salud, lo expresado por la funcionaria del Ministerio de Salud es solo una excusa para no reconocer las fallas que ha tenido el Gobierno en su política de inmunización. “La OMS le aumentó al país su capacidad de crédito por la situación de epidemia, es decir, incrementó su capacidad de endeudarse; por eso, casi nunca ha habido déficit de vacunas. Si el Gobierno se retrasa en los pagos no tiene nada que ver con la cantidad o capacidad para inmunizar con las dosis que la OMS siempre ha otorgado”, señaló Castro.

El especialista agregó que las fallas en el cumplimiento de las coberturas de vacunación en el país no son recientes. “Al evaluar las edades de los casos actuales con difteria, incluso sarampión, se evidencia que desde hace siete u ocho años el Gobierno no estaba vacunando a la población. Esto no tiene nada que ver con las sanciones que impuso Estados Unidos a funcionarios venezolanos, porque, incluso, aún con el precio del petróleo en su punto más alto, las coberturas de vacunación fueron mediocres, según los datos oficiales que fueron conocidos por la OPS, cuyo organismo hizo esfuerzos extra para que no faltaran vacunas en el país, a pesar de la deuda que tiene el Gobierno desde hace años”, explicó Castro.

Casos exportados a Colombia

Al igual que con la epidemia de sarampión, el país sigue exportando casos con difteria a otras naciones. En esta oportunidad, la OPS señaló que dos venezolanos con la enfermedad llegaron a Colombia. “Los casos corresponden a un menor de 3 años y otro de 14 años, ambos sin antecedentes de vacunación, con fecha de inicio de síntomas el 2 de enero y 23 de marzo respectivamente. Los dos casos fueron notificados por el departamento de La Guajira y fueron confirmados por criterios clínicos – epidemiológicos y de laboratorio”, precisa el boletín.

Crisis por paludismo en Bolívar obliga al Ministerio de Salud a activar plan de contingencia

paludismo

El desbordamiento de casos de paludismo en Bolívar, así como las muertes que ha causado esta enfermedad, ya no son una realidad que el Gobierno pueda tapar con un dedo. La cartera sanitaria ya no pudo más y activó este viernes un plan de contingencia por 72 horas para combatir la afección, que solo en la semana epidemiológica 43 registra 12 mil casos y 32 decesos en la entidad. Para ello fueron distribuidos 200 mil tratamientos para las especies vivax y falciparum en ocho localidades y sectores de la región.

A las afueras del módulo de salud en el sector Manoa de San Félix nada ha cambiado. Cientos de personas acuden diariamente en busca del tratamiento contra paludismo, rogando porque esta vez tengan suerte y les suministren la medicación completa. Algunos no soportan la espera y terminan desmayados. El colapso es tan evidente que esta vez las autoridades admiten la crisis, manejando cifras oficiales que discrepan con las contabilizadas por diferentes organizaciones dedicadas a llevar un registro sobre el repunte de la malaria en Venezuela, como es el caso de la red Defendamos la Epidemiología.

Este viernes el gobierno activó un plan de contingencia de 72 horas para combatir el paludismo en el estado Bolívar. La viceministra de Salud, Moira Tovar, informó que estarán desplegados en ocho localidades y sectores de la entidad, para atender las comunidades donde se han registrado mayores incidencias.

En Caroní, el plan fue activado en los ambulatorios Manoa, Vista al Sol, Pozo Verde y Gran Sabana; en Heres, en el ambulatorio de La Sabanita; y en los hospitales de Piar, Sifontes y El Callao.

La principal denuncia de los pacientes y familiares es la entrega incompleta del tratamiento. En el módulo del sector Manoa en San Félix, mientras esperaban por los medicamentos, denunciaban que apenas les entregaban tres pastillas, cuando deben tratarse la enfermedad por 14 días y recibir dos fármacos: cloroquina y primaquina; en la mayoría de los casos solo entregan el primero, lo cual no elimina por completo el parásito del organismo.

“No solo haremos una entrega de pastillitas que es lo que preocupa y aturde a la población, y nos genera situaciones de alteración del orden público en las calles, haremos una atención integral, donde estamos garantizando el suministro del medicamento que se requiera, los diagnósticos que se requieran de manera oportuna y el control vectorial”, declaró la viceministra, al precisar que para el plan de contingencia trajeron 200 mil tratamientos para las formas de paludismo causadas por los parásitos Plamodium vivax y Plasmodium falciparum, que son los de mayor incidencia en la localidad.

Más información en Correo del Caroní.

OVS: Crisis alimentaria incidirá en el incremento de las enfermedades crónicas

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Desde el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS) alertan que las enfermedades crónicas (no transmisibles) asociadas a la nutrición se han convertido en un problema de salud pública en el mundo y en Venezuela, frente a la situación actual de escasez de alimentos, alimentos y altos precios de rubros fundamentales, por las consecuencias que pueden presentarse a futuro.

“Esta generación de venezolanos que está pasando esta situación de escasez seguramente se va a enfermar más que sus generaciones anteriores y eso, en 30 o 40 años, va a afectar mucho la salud pública del país. Incluso se está viendo si podremos llegar a tener una generación que muera antes que los padres, producto de todo este desequilibrio en la salud del venezolano”, señala Pablo Hernández, nutricionista-dietista e investigador del OVS, quien además sostiene que esto implicará un elevado costo en salud tanto para las familias como para el Estado.

Detalla que si bien existen factores de riesgo que siempre han estado presentes en la sociedad venezolana, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la ausencia o poca práctica de actividad física o la mala alimentación, los cuales predisponen a las personas a desarrollar diabetes tipo 2, hipertensión arterial, obesidad, sobrepeso, algún tipo de cáncer o de enfermedad cardiovascular, ahora hay circunstancias que las pueden acelerar. La mala alimentación es una de ellas.

Hernández, quien también es profesor de Nutrición Humana en la UCV, advierte que tener una dieta como la actual, rica en carbohidratos que en el cuerpo se transforman en azúcares, es riesgosa en el caso del cáncer pues las células malignas se nutren y se multiplican con estos.

“Las dietas basadas mayoritariamente en carbohidratos no ayudan al control del azúcar en sangre y eso no es bueno para las personas con diabetes. Actualmente vemos que el venezolano está consumiendo en altas cantidades el mango, la yuca y el plátano porque son los que se consiguen a precios más o menos razonables, pero son altos en azúcares y representan un gran aporte de carbohidratos para el cuerpo, que al no poder ser metabolizados tienden a incrementar el riesgo de sobrepeso, obesidad y diabetes”, precisa el investigador del OVS.

Otro riesgo son las dietas altas en sodio (sal), además presentes en guisos y sopas de sobre, que inciden directamente en el aumento de la presión arterial y cuadros hipertensivos.

“El consumo de frutas y vegetales disminuye de manera importante el riesgo de sufrir las enfermedades crónicas mencionadas, pero sabemos que actualmente es difícil. Sin embargo no son tan costosas como las proteínas y pueden servir para rendir la alimentación, para hacer preparaciones donde se incluyan vegetales y así, por ejemplo, puedas rendir la harina de maíz con zanahoria rallada, calabacín rallado, o se preparen vegetales salteados para ampliar el plato de comida”, recomienda.

 

Falta de medicamentos no ayuda

El investigador del OVS además advierte que a las dificultades para tener una buena alimentación se suma la carencia de medicamentos, la cual afecta no solamente a quienes ya están diagnosticados con una enfermedad crónica sino también a los nuevos pacientes.

Toda persona debe tener los medicamentos indicados para la enfermedad crónica que presente porque responden a un tratamiento a largo plazo, que no debe suspenderse porque de lo contrario puede complicarse y esto debe tomarse con seriedad, pues estas enfermedades avanzan en silencio, alerta Hernández.

En el caso del cáncer, señala Hernández, las fallas de los fármacos pueden incidir en el aumento de la mortalidad. Por ello ve necesario que el Gobierno venezolano acepte la ayuda humanitaria, “porque definitivamente en este momento no tenemos la planta industrial para responder a las exigencias y necesitamos del aporte externo para cubrir la demanda que tenemos hoy”.

Ante todas las circunstancias adversas, el nutricionista-dietista recomienda a los venezolanos disminuir los riesgos asociados a las principales enfermedades crónicas que se diagnostican en el país: enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer, diabetes, obesidad; y tomar conciencia sobre esa patología que le han diagnosticado, conocerla, aprender de ella y prevenir complicaciones. Esto implica, en la medida de lo posible, hacer actividad física, consumir más frutas y vegetales y acudir al médico con regularidad para ver la evolución de su padecimiento crónico.

* Con información del Observatorio Venezolano de la Salud