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Las deudas ambientales de Venezuela en 2021: un lago contaminado, árboles mutilados y tragedias por cambio climático
El Parque Nacional El Ávila, la montaña que se ha convertido en un emblema de Caracas, recibió este año una doble amenaza pese a ser un área protegida. Su futuro está en vilo.
Los derrames petroleros y la contaminación que producen en cuerpos de agua siguen siendo una constante. Son de tal magnitud que, incluso, ahora la NASA pone su atención en ellos.
Y mientras en la capital del país, la tala de árboles está descontrolada, en otras regiones avanzan iniciativas de académicos e investigadores que buscan crear redes para garantizar la conservación de las áreas naturales.

 

Este artículo es una colaboración periodística entre Runrun.es y Mongabay Latam

 

El ruido de las motosierras se hizo parte de los sonidos de Caracas durante los últimos meses de 2021. Muy cerca de las elecciones regionales, en las que se escogerían a los alcaldes y gobernadores, las autoridades locales avalaron la poda de cientos de árboles, lo que llevó a la movilización de activistas que salieron a marchar para defenderlos.

También en la capital venezolana, nuevas acciones amenazaron al principal pulmón vegetal de la ciudad: el Parque Nacional El Ávila. El presidente Nicolás Maduro anunció que dentro del área protegida se construirá la “primera ciudad comunal de Venezuela”, plan sobre el que no se ha divulgado mayor información, pero mantiene en alerta a los distintos actores . Y, además, avanza una inminente actualización del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso de este lugar, impulsada en parte por la acción de ciclistas que buscan levantar la prohibición de circular por las rutas de esta montaña.

Mientras esto sucedía en Caracas, hacia el occidente del país se repetía una constante: los derrames petroleros. La NASA agitó las redes sociales con una imagen del Lago de Maracaibo poblado de miles de torres petroleras y balancines, y una mancha aceitosa que mezcla el negro del hidrocarburo con el verde de las algas que cubren la superficie.

 

En 2021, además, el cambio climático dio una estocada al territorio venezolano. Las lluvias extremas provocaron deslizamientos en los andes del país y dejaron 20 muertos. En una decena de estados, las precipitaciones persistentes causaron numerosas inundaciones. Pese a las malas noticias, al menos hay dos notas positivas que abogan por la conservación.

Estos son algunos de los temas que activistas, biólogos y ambientalistas identifican como los principales hitos ambientales en Venezuela durante este 2021, y de los cuales hablan con Mongabay Latam.

 

Lo malo: guerra contra los árboles

“Una sociedad que destruye sus árboles, jamás su tronco endereza”. Eso se leyó en una de las pancartas que el 27 de noviembre se levantaron en Caracas, durante una movilización ciudadana en contra de la tala indiscriminada de árboles que sufrió la capital venezolana en los últimos meses del año. La acción, no obstante, no es nueva.

“La pérdida del arbolado urbano ocurre desde que yo estoy chamo”, aseguró José “Cheo” Carvajal, activista, director de la asociación civil Ciudad Laboratorio, y líder de Plantados, una plataforma-coalición de organizaciones ciudadanas que defienden los árboles de Caracas. Rememoró, por ejemplo, cuando en 2015 se talaron al menos 700 caobas por la ampliación de la autopista Valle-Coche. “¿Por qué sucede esto? Porque estamos defendiendo un modelo en el que lo más importante es el carro (coche)”, criticó.

La última tala de árboles se activó en el segundo semestre del año y se intensificó en los meses previos a las elecciones regionales de noviembre de 2021. El registro quedó en denuncias y comentarios que se publicaron tanto en chats vecinales como en las redes sociales. Videos y fotos de árboles mutilados comenzaron a verse en los timelines de los caraqueños.

El mayor problema que existe ahora, subrayó Carvajal, es la falta de protección del árbol. “Ahorita estamos en un momento muy particular porque no hay contención institucional, se supone que las alcaldías son las responsables de ese patrimonio verde, del arbolado urbano, y ahora parece que se están dedicando a gestionar en donde la gente quiere que talen (…) No hay instituciones que defiendan al arbolado urbano”, sentenció el activista.

La situación empeora si se toma en cuenta el momento que atraviesan los gobiernos locales, con bajísimos presupuestos y un personal que suele estar poco calificado, recordó Carvajal. Por esa razón, relató, las podas se retrasan mientras los árboles se enferman y, cuando finalmente se ejecutan, se hacen mal y los troncos terminan mutilados.

Aunque en medio de la poda masiva se rumoró que la madera cortada termina como leña en los hogares donde no llega el gas doméstico por la crisis del combustible que vive Venezuela, Carvajal insistió en que hay una “guerra contra el árbol” que proviene de muchos frentes: vecinos que quieren que los poden o eliminen por diversas razones (raíces que rompen muros o se meten en las tuberías);  promotores inmobiliarios y los comerciantes que quieren más visibilidad de sus negocios. En ninguno de los casos, advirtió el activista, se hacen evaluaciones que permitan ver si estas acciones deben o no permitirse.

 

Lo trágico: deslizamientos por cambio climático

Paredes derrumbadas, coches arrastrados por la corriente, calles convertidas en caminos de piedras, vías convertidas en lodazales, ramas y troncos de grandes árboles en medio de aceras y calzadas. Esas eran las imágenes de destrucción del pueblo de Tovar, en el estado Mérida, a casi 800 kilómetros de Caracas, que llegaban la mañana del 24 de agosto de 2021 a los medios de comunicación y a las redes sociales. Las fuertes y persistentes lluvias habían provocado un deslizamiento allí y en otros siete municipios, dejando al menos una veintena de muertos y cientos de familias afectadas.

Dos días después, el sacerdote Vicente Arellano enviaba un reporte a la Arquidiócesis de Mérida para describir la situación: los heridos se trasladaron en camillas improvisadas, los servicios públicos colapsaron, los pueblos quedaron incomunicados porque las vías estaban tapiadas y los únicos que intentaron hacer una limpieza fueron los habitantes de la zona. La comida se agotó.

Si bien en Mérida ocurrieron las consecuencias más graves, hubo inundaciones en al menos 11 estados a lo largo de 2021. Las fotos de calles anegadas o desbordadas se convirtieron en una constante y provocaron que decenas de personas tuvieran que desplazarse.

El investigador y geógrafo Antonio De Lisio explicó que, debido al cambio climático, se prevé que Venezuela sea un país cada vez más caliente y más seco. Pero esas estimaciones no significan que las lluvias desaparezcan, sino que los eventos de precipitaciones o sequía sean cada vez más intensos como los ocurridos en Mérida.

“Recordemos que la ocurrencia de un evento extremo, no quiere decir que no haya recurrencias. Antes podíamos decir que estas situaciones se presentaban cada cuatro o cinco años, pero ahora ese período es más errático. Sin embargo, estos son eventos que pueden ocurrir”, afirmó De Lisio.

Tal situación preocupa al experto, exdirector del Centro de Estudios Integrales del Ambiente (CENAMB) de la Universidad Central de Venezuela, porque no hay cómo predecirla. Llamó la atención sobre un punto clave: la carencia de un sistema de alerta temprana que nunca se instaló en ríos, cuerpos de agua e incluso en laderas, y que hubiese permitido llevar el registro de su comportamiento.

“A finales de los 90 y a comienzos de 2000 se anunció que se iba eliminar el sistema analógico meterológico e hidrométrico que tenía Venezuela, porque todo el monitoreo de los ríos, las lluvias y otros elementos del clima se iba a digitalizar. Entonces, el sistema se eliminó y nunca se sustituyó. Nuestra capacidad de predicción es realmente baja”, denunció el especialista en planificación, ecología y desarrollo sustentable.

Esta carencia, además del riesgo que representa, es una muestra del rezago tecnológico del país. De Lisio considera que, con respecto al tema ambiental, la nación está al nivel de los años 50 o 60, porque además hay un retroceso institucional debido a la pérdida de la capacidad de respuesta y estudio de este tipo de situaciones.

El problema se agrava con otras variables, como el escaso mantenimiento del alcantarillado y las quebradas. “No hay un trabajo de limpieza de drenajes y si no lo hago, si no limpio las quebradas que se convirtieron en basureros a cielo abierto, puede haber inundaciones. Por eso en Caracas con una lluvia de 20 milímetros se inundan todas las calles”.

Esta vulnerabilidad aumenta, según De Lisio, porque tampoco la población está preparada para estos eventos. “Si no logramos establecer nuestro sistema de monitoreo ni educar a la población, nuestra situación va a ser crítica, y ni lo uno ni lo otro se está haciendo”, sentenció.

 

Lo feo: parques nacionales a la deriva

Lo dice el artículo 28, numeral 9, del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) del Parque Nacional El Ávila, la gran montaña que está al norte de Caracas: la circulación de bicicletas está prohibida dentro de esta área protegida. Sin embargo, durante 2019, allí se realizó una competencia de ciclismo de montaña y en abril de 2021 se pensaba repetir. Solo las críticas y protestas por parte de ambientalistas y comunidad científica lograron detenerla.

Pese a la suspensión, un hecho preocupó a los defensores del Ávila. Inparques —institución que se encarga de la administración y protección de los parques nacionales de Venezuela— convocó a una discusión sobre la actualización del PORU del área natural. Alejandro Luy, coordinador de la organización ambientalista Tierra Viva, presenció la serie de encuentros que propició charlas y talleres. Sin embargo, hoy día se sabe que el instrumento aún está en evaluación.

Luy piensa que permitir el ciclismo masivo en el parque implicaría el deterioro de los suelos y las trochas, la apertura de nuevas rutas, el desplazamiento de la fauna porque habrá mayor intensidad en el uso del parque, y el riesgo de accidentes entre los visitantes que suben a pie y los que van en bicicleta por las mismas vías.

Además de los intentos de los ciclistas, hubo un anuncio presidencial que levantó múltiples críticas: la construcción de una ciudad comunal dentro del Ávila prometida por Nicolás Maduro en octubre pasado. Si esto ocurre, lo que podría esperarse es un mayor tránsito de personas, deforestación, más basura e instalaciones que puedan permitir que las nuevas edificaciones tengan servicios públicos. “Uno necesita estar alerta en función de conocer los impactos sobre el medio ambiente si eso llegara a ocurrir”, subrayó Luy. Sin embargo, todavía no se ha adelantado nada del polémico plan.

El Ávila no es el único parque nacional amenazado. En el archipiélago Los Roques se levantan construcciones con materiales y formas que también contravienen lo establecido en su PORU y en áreas en donde las nuevas edificaciones están prohibidas. En Canaima —tanto en el sector occidental, donde está la cascada más alta del mundo, el Salto Ángel; como en el oriental, donde está la Gran Sabana—, declarado Patrimonio de Humanidad por la Unesco, hay zonas en donde se practica la pequeña minería con el uso de motobombas y mercurio.

El Refugio de Fauna Silvestre de Cuare, por otro lado, uno de los cinco humedales venezolanos reconocidos y protegidos por el Acuerdo de Ramsar, podría perderse por el dragado de un canal de navegación de un gigantesco complejo hotelero que se edifica a muy pocos kilómetros de allí. Todos estos planes se realizan con la venia del Ejecutivo venezolano que aprueba proyectos turísticos sin mostrar públicamente los impactos ambientales.

Para Édgar Yerena, biólogo, abogado y profesor del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar (USB), en parques como Los Roques, El Ávila (sector Galipán), Mochima y Morrocoy “hay una presión muy fuerte por un turismo de elite (…) Hay construcciones ilegales girando en torno a demandas por parte de gente con mucho dinero y poder político”.

La minería, recordó el experto, también ha hecho estragos en estas áreas protegidas. “Ha entrado como perro por su casa por todos los parques del sur del Orinoco. No hay ninguno donde no haya un foco minero, el más desastroso es el Parque Nacional Yapacana (Amazonas), donde las minas superan las 1.000 o 2.000 hectáreas”, lamentó.

A las construcciones ilegales y la minería se suman otros problemas como la extracción ilegal de la madera o los intereses políticos por construir carreteras de penetración agrícola, señaló Yerena. “Hay una política de no oponerse a los ilícitos ambientales de los parques o de restar o hacer poca resistencia a esas presiones. Esa es la política que prevalece, porque hay poca decisión por parte de Inparques en salir en defensa de las áreas protegidas”, apuntó.

Además, desde 2018, el Ministerio de Ecosocialismo (Ambiente) no difunde cifras forestales. En sus informes, la institución señala que las casi 68 millones de hectáreas de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (Abrae) se mantienen incólumes, pese a las denuncias sobre áreas protegidas deforestadas por la minería y otras actividades. Mientras, las áreas para la producción forestal permanente pasaron de poco más de 16,3 millones de hectáreas en 2013 a 11,2 millones en 2018. La iniciativa MapsBiomas Amazonía reveló que solo el sur Venezuela perdió entre 1,1 millones de hectáreas de cobertura vegetal nativa en los últimos 35 años, lo que representa un 2,5% de la Amazonía del país.

Fuera de la Amazonía, en parques como El Ávila, Guatopo, Henry Pittier, Terepaima y Yacambú han sufrido deforestación.  “Son deforestaciones de pocas hectáreas pero que son importantes. En un  parque nacional debería haber cero deforestación. Cuando hablo de pocas hectáreas me refiero a dos hectáreas por aquí, ocho por allá y así”, agregó el biólogo. Las consecuencias de este fenómeno va desde la pérdida de la cobertura vegetal hasta la erosión de los suelos y las afectaciones a la biodiversidad.

 

Lo persistente: el lago negro en la NASA

Un mensaje corto y unas fotos demoledoras bastaron para crear el revuelo en las redes sociales. En su cuenta en Twitter, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, mejor conocida como NASA por sus siglas en inglés, dedicó en octubre un post al lago más grande de Suramérica y el más importante para la industria petrolera venezolana. “Aguas turbulentas: el Lago de Maracaibo en Venezuela se asfixia con mareas negras y algas”, publicó la agencia espacial estadounidense con imágenes satelitales donde el agua se ve como una mezcla viscosa y arremolinada de tonos de verde que van desde el más oscuro hasta el más incandescente.

De inmediato, la comunidad científica venezolana comenzó a aclarar la situación. Sí, el Lago de Maracaibo está así de contaminado. Pero eso no es nuevo: lleva años en esa condición y empeora cada día con los múltiples derrames que ocurren en la zona.

“Es raro ver al Lago de Maracaibo de esa forma. Es una imagen muy impactante porque, aparte de que es muy clara, muestra un ‘bloom’ de algas”, explicó Eduardo Klein, biólogo, profesor universitario y coordinador del Centro de Biodiversidad Marina de la Universidad Simón Bolívar (USB). Ese crecimiento extremo de plantas es la muestra de una condición eutrófica de la superficie de este cuerpo de agua: la cantidad de nutrientes presentes alimenta y expande las algas, pero también provoca la muerte de otras especies.

“Cuando se forman esas capas verdes, esa masa de fitoplancton verde impide el paso de la luz hacia las partes más profundas del lago, lo que hace que no haya producción de oxígeno y se generen zonas anóxicas que limitan el crecimiento de las especies que sí necesitan oxígeno para vivir. Fauna y flora del lago puede estar afectadas por ese crecimiento de algas. Es un lago contaminado”, recalcó Klein.

Otro de los aspectos que impactó a Klein en la fotografía satelital fue el detalle: allí se pueden apreciar los orígenes de las manchas negras. “El lago tiene miles de kilómetros de tuberías submarinas, parte de ellas tiene unos 60 años de edad, y esas tuberías fallan, se rompen, y así sale un derrame (…) Muchas de ellas, todos los días, en diferentes puntos del lago, siempre están derramando”, acotó.

De acuerdo con el boletín de septiembre de 2021 de la asociación civil Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez), la falta de mantenimiento que sufren las maquinarias abandonadas e instalaciones desmanteladas de la industria petrolera nacional ocasiona “fugas de diversas intensidades”, con brotes que “se extienden hasta 40 kilómetros por las costas del Lago y manchas de hidrocarburos de hasta 30 metros de ancho”. En junio pasado, la Asociación para la Conservación del Lago de Maracaibo (Aclama) contabilizaba entre 15 y 30 derrames de petróleo mensuales en el lago.

“La diferencia entre los derrames que ocurrían antes y ahora es que, en el pasado, Pdvsa (la estatal Petróleos de Venezuela) los atendía, tenía un equipo de personas, un sistema de detección con vuelos aéreos, helicópteros. Cuando detectaban una fuga, inmediatamente se activaba la cuadrilla y la detenían en muy pocas horas. Lo que pasa ahora es que esos derrames no se contienen, hay eventos de derrames recurrentes que no son atendidos y eso se ha venido agravando en los últimos años”, precisó Klein.

El Lago de Maracaibo no es el único que padece los derrames petroleros que suceden en Venezuela. Klein, también director del Laboratorio de Sensores Remotos de la USB y colaborador en el Instituto de Ciencias Marinas de Australia, precisó que la mayoría de los vertidos ocurren en el occidente del país.

El informe preliminar “Derrames petroleros en las costas venezolanas: afectaciones al derecho a la libertad académica, a la salud y al medio ambiente”, de la organización no gubernamental Aula Abierta Venezuela, contabilizó que solo en el primer trimestre del año se reportaron 12 fugas y, de estas, dos ocurrieron en el centro de la nación (estado Carabobo y Vargas) y una más en el oriente (Anzoátegui). Los restantes se registraron en dos estados de occidente: siete en Falcón y dos en Zulia. Hasta septiembre, el Observatorio de Ecología Política aseguró que, vía redes sociales, se habían reportado al menos 53 vertidos, y que 33 (62%) de estos fueron en Falcón.

“Lo de las refinerías de Punta Cardón y Amuay (en la Península de Paraguaná, estado Falcón, al noroccidente de Venezuela) es un caso crónico (…) porque están descargando, sin ningún tipo de control, aguas aceitosas al Golfo de Venezuela”, afirmó Klein, quien detalló que la mancha de hidrocarburos se extiende hasta 60 kilómetros desde la costa.

Hay otras instalaciones con derrames constantes y poca vigilancia. El biólogo, que monitorea constantemente estos eventos, comentó que también en el golfo, en las casi 18 millas náuticas que separan a la población de Río Seco de la Refinería de Punta Cardón, hay un oleoducto submarino que se ha roto siete veces en los últimos 14 meses. “Pareciera que está fuera de control. En cualquier momento puede haber una ruptura del gasoducto o un accidente de planta en alguna de las refinerías que pudiera generar un derrame mucho mayor. Esto es lo más preocupante, el riesgo de un evento de dimensiones mayores que no va a poder ser controlado, porque ni siquiera la industria puede responder a los derrames puntuales”, alertó.

Lo bueno: un ecólogo como agente de cambio

En noviembre, justo en los días de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), la edición británica de la revista National Geographic eligió al investigador y académico venezolano Luis Daniel Llambí como uno de los 26 agentes de cambio que trabaja contra el cambio climático, una lista en la que destacan personajes como ​​Greta Thunberg, la primatóloga Jane Goodall, el actor Leonardo Di Caprio o el empresario Bill Gates, entre otros científicos, inventores y activistas.

Llambí, ecólogo, biólogo, profesor de la Universidad de los Andes, con postgrados en la Universidad de York, en Reino Unido, determinó por medio de su proyecto “El último glaciar de Venezuela”, financiado por National Geographic, que el glaciar “La Corona”, en el pico Humboldt del estado Mérida, en el occidente venezolano, está a punto de desaparecer debido al cambio climático. Así, el país se convertirá en el primero de la zona de los Andes en perder sus glaciares, con el agravante de que este es una importante fuente de agua para los alrededores.

Llambí también ha estudiado cómo ha sido la transformación de esos espacios que anteriormente eran glaciares. Así, ha observado los cambios en la diversidad y en la estructura de las comunidades vegetales y cómo estas se establecen y colonizan otros territorios.

Lo esperanzador: una constelación de áreas conservadas

Además del reconocimiento al científico venezolano, se avanzó en otra acción que abre caminos para continuar con la conservación de, al menos, media centena de áreas naturales.

En medio de la pandemia, un proyecto académico enfocado en la sociedad civil echó frutos y este 2021 obtuvo sus primeros resultados. Se trata de Econservación Ciudadana, que involucra a profesores e investigadores de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad Simón Bolívar (USB), Sociedad Venezolana de Ecología (SVE) y de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, quienes a partir de la identificación de áreas conservadas del país pretenden crear una red que las fortalezca y eduque a quienes están detrás de ellas.

El equipo comenzó a trabajar con un inventario preliminar de áreas protegidas que en 2015 determinó la existencia de 60 espacios en todo el país en donde se hacía conservación. Pero con las visitas de campo a solo cinco estados de la zona central del país (Distrito Capital, Miranda, La Guaira, Carabobo, Aragua y Yaracuy) lograron ubicar 50 áreas conservadas potenciales.

Los investigadores se encargan de visitar estos sitios, levantar información físico-natural de cada uno, validar si se trata o no de un área conservada y prestar apoyo a los conservadores por medio de formación y creación de redes. Hasta ahora, han recabado datos de 16 de estos espacios, lo que se traduce en el reconocimiento de 6 800 hectáreas de bosque que han sido protegidas, tanto por acciones comunitarias como de entes privados.

“Nos interesa fortalecer la gestión que ellos hacen o que inicien una gestión del área, que terminen de reconocerse como manejadores de espacios naturales, tengan los fundamentos de la planificación de la conservación y las herramientas para proyectar el manejo del espacio”, señaló Vilisa Morón, presidenta de la SVE y coordinadora principal del proyecto. Además, persiguen que los responsables de aquellas zonas protegidas que colindan con otras puedan trabajar juntos.

“Esta constelación de áreas conservadas tiene como actores a universidades, productores agrícolas, comunidades de vecinos rurales y urbanos, y abarca variedad de ecosistemas naturales, desde matorrales xerofíticos y bosques estacionales, hasta bosques húmedos y nublados, en diversidad de paisajes costeros y montañosos de la Cordillera de La Costa venezolana (…) Muchas de estas iniciativas han surgido en medio de la crisis del país, como respuesta y contribución ciudadana al mejoramiento de la conservación del patrimonio natural”, refiere una nota de prensa sobre el proyecto.

Para 2022, la iniciativa continuará su labor de empoderar a los responsables de las áreas conservadas y lograr que las autoridades puedan prestarles apoyo y reconocimiento. Además, seguirán con el levantamiento de información hacia otros estados de Venezuela.

Huella Digital | Josué Lorca quiere pasar El Ávila en bicicleta
El presidente de Inparques habla de cuidar la biodiversidad de Los Roques, mientras da permisos para construir casas
El sindicato de la institución ha denunciado la siembra de café en parques nacionales y la realización de una competencia de bicicletas en El Ávila

La llegada de Josué Lorca (35) al ministerio de Ecosocialismo, no fue bien recibida por los conocedores de la materia. La ONG Provea criticó esta designación por tener cuestionamientos debido a presuntas irregularidades, que estarían vinculadas al otorgamiento de permisos para la construcción de viviendas en áreas protegidas. 

Pero cuando Nicolás Maduro lo nombró ministro, aseguró que tendrá la responsabilidad de seguir con la “excelente labor que desempeñó nuestro compañero Oswaldo Barbera, en materia ambiental y de protección de la Pachamama”. 

Aunque se graduó en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) como licenciado en gestión ambiental, su primer cargo en el gobierno de Hugo Chávez fue como director general de la oficina estratégica de seguimiento y evaluación de políticas públicas del Ministerio de Educación Superior, en agosto de 2010.

Allí estuvo cinco meses y luego, de esa misma oficina, pasó a ser el coordinador, hasta que en marzo de 2017 fue nombrado miembro suplente del consejo consultivo de la Fundación Misión Jóvenes de la Patria Robert Serra. Sin duda era visto como una joven promesa.

Fue hasta junio de 2018, cuando Lorca pasó a ejercer, igualmente dentro del gobierno de Nicolás Maduro, pero en temas ambientales, cuando fue designado como viceministro de gestión ambiental en el Ministerio de Ecosocialismo -antiguo Ministerio de Ambiente. 

Es mismo año fue nombrado presidente del Instituto Nacional de Parques (Inparques) y ahora al mismo tiempo ejercerá como ministro de Ecosocialismo, luego de la muerte de Oswaldo Barbera. 

En su biografía de Twitter, Lorca se define como “montañista y caminante” y en su cuenta de Instagram agrega que es un “militante de la esperanza”. En esta última red es bastante activo, con publicaciones que hacen alusión a su trabajo como presidente de Inparques. 

 
 
 
 
 
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Además tiene un blog llamado Sincuento -inactivo desde 2016- en el que publicó cuatro poemas, todos firmados por él. 

En su cuenta de Linkedin, dice que trabaja en el Ministerio de Ecosocialismo desde abril de 2006, aunque en la página del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) aparece como un trabajador activo del Ministerio de Ecosocialismo desde 2018. 

Lorca

Lorca

Josué Lorca también tiene un página en Facebook, donde publica la misma información de su Instagram, además de videos sobre jornadas de reforestación en El Ávila, activación de comandos anti incendios o de vigilancia. La página cuenta con 325 seguidores y 295 “likes”.

Lorca vs Lorca

Lorca no ha sido precisamente coherente en sus posturas. Desde Los Roques hasta Macarao han sido testigos de las volátiles posiciones que caracterizan al nuevo ministro. 

En junio de 2019, en sus cargos de viceministro y presidente de Inparques, hizo una visita al Archipiélago Los Roques y le aseguró a los trabajadores su trabajo es mantener la biodiversidad del parque, aunque en un reportaje de Armando Info, se reveló que con el permiso de Inparques y el Ministerio de Turismo, un grupo de empresarios han construido ocho casas, saltándose la normativa dispuesta a proteger los enclaves naturales del país. 

En una entrevista para ÁvilaTv aseguró que celebran el nacimiento de un animal en cautiverio, porque son especies amenazadas. “No son especies amenazadas por la madre naturaleza, son especies amenazadas por nosotros, que día a día le hemos ido cercando su territorio y cada día hay menos”.

Luego en abril de 2020,  dijo a VTV que Inparques sufrió una serie de ataques “infundados”, relacionados al estado de salud de los animales de los zoológicos de Caracas. Días antes, vecinos del zoológico de Caricuao denunciaron que los animales estaban totalmente abandonados y que los escuchaban llorar. 

El ahora ministro dijo en agosto de 2020, que luego de un derrame petrolero, el 90% de las costas en Morrocoy estaban saneadas. Además señaló que el derrame no afectó el suelo marino, ni la fauna marina. 

Un día después dijo que el derrame petrolero se produjo el 1 de agosto en las costas del Golfo Triste y afectó ocho cayos de Morrocoy. También reconoció que la zona de agua salobre se afectó, específicamente donde están los manglares, aunque ya habían iniciado los trabajos de saneamiento.

 
 
 
 
 
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Arenita, playita. En octubre, tras la medida de flexibilización de la cuarentena por la COVID-19, Lorca informó que más de 75 mil personas visitaron los parques de todo el país. “En Mochima tuvimos una baja afluencia de visitantes porque habilitamos solo 2 playas, teníamos un problema con un coral y estábamos haciendo un saneamiento ambiental. Tuvimos un promedio de 500 personas por día en Mochima”, dijo Lorca en entrevista con Unión Radio.

 
 
 
 
 
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A finales del año 2020, Josué Lorca participó en una jornada de siembra de 7 mil plantas de café en el Parque Nacional Macarao. El ministro aseguró, a través de una nota de prensa, que tienen varios proyectos para este parque y para el sistema de áreas protegidas del país. 

Lorca inauguró en enero de este año, un jardín terapéutico Que Té con Té, en las instalaciones del parque Alí Primera, cerca de la estación de metro Gato Negro, en Caracas. El ministro declaró a Últimas Noticias que la idea es educar a la población en el uso correcto de las hierbas medicinales ante la pandemia del COVID-19.

Luego a principios de abril, el presidente de Inparques declaró en una reunión del PORU de El Ávila, que aunque el encuentro estaba planificado para el segundo semestre de 2021, se adelantó por “premura ministerial ante la presión de un grupo”. 

Denuncias e irregularidades

Marlene Sifontes, secretaria de Organización del Sindicato de Inparques, denunció la progresiva militarización de la institución. Informó que hubo una actividad, donde estuvo presente Josué Lorca, donde se impusieron nuevos rangos y méritos al Cuerpo Civil de Guardaparques y que se hizo de espaldas a los trabajadores y que estos rangos fueron asignados sin tomar en cuenta la trayectoria de los guardaparques. 

Los trabajadores de Inparques, a mediados de 2019, solicitaron en una carta dirigida a Lorca, una póliza especial de seguro para bomberos, guardaparques y personal de campo debido a que su trabajo implica estar en constante riesgo, pero no recibieron respuestas.

En febrero de este año, Marlene Sifontes, secretaria del Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos de Inparques, denunció invasiones y siembras ilegales en parques del país. Indicó que se han registrado siembras de café en El Ávila y Macarao, promovido por el exministro fallecido Barbera y por Lorca. “Están obligando a los guardaparques a vigilar la siembra y la cosecha; mientras en los puestos de guardaparques no hay ni agua, o no tienen luz”. 

Posteriormente, en marzo de este año el sindicato denunció la creación de una brigada con la intención de “combatir el hampa y delitos comunes en el Sistema Nacional de Parques” que incluye el uso de armamento, chalecos antibalas y gas lacrimógeno. Los miembros del sindicato le enviaron una carta a Josué Lorca porque consideran “sumamente grave” que el Cuerpo Civil de Guardaparques se convierta en un cuerpo policial. 

Ese mismo mes, trabajadores turísticos le pidieron a Lorca la reapertura del Parque Nacional Morrocoy, y además exigieron a la comisión interventora del parque, en la sede de Inparques Tucacas, que la directiva saliente les devuelva el dinero que según ellos, les cobraban de forma ilegal. 

Provea criticó el nombramiento de Lorca como ministro de Ecosocialismo y lo responsabilizaron de las construcciones ilegales en parques nacionales. La ONG señaló que el ministro estaría involucrado en presuntas irregularidades, vinculadas al otorgamiento de permisos para la construcción de desarrollos habitacionales y otras obras de envergadura en terrenos protegidos. 

El sindicato de Inparques solicitó a la Fiscalía General, que citen a Josué Lorca por la carrera de bicicletas en 2019 en El Ávila, ya que según la empresa Enduro Series Venezuela las autoridades del Instituto dieron su aprobación para realizar esta actividad, que está prohibida en el parque. 

Igualmente, El Observatorio de Ecología Política de Venezuela señaló que se evidencia una clara sociedad entre el Presidente de la institución, Josué Lorca, y la empresa deportiva que pretende hacer la competencia a troche y moche en el Parque Nacional.

Bicidelivery: Sobrevivir en pandemia pedaleando
“Muchas personas empezaron a sacar la bicicleta a la calle, muchos por necesidad económica que comenzaron a hacer delivery y otros para utilizarla como método de transporte”, consideró Luis Calderón, líder del grupo Bici-Aventuras Caracas
“Cuando se enamoran te sacan un cuento de ellos. Sabes, a veces me quitan los dólares”, cuenta Pablo César sobre su experiencia con funcionarios policiales cuando hace sus entregas en bicicleta

@Andrea_GP21 / Fotos: Leonardo Girón

 

Han pasado más de cinco meses cuando la administración madurista decretó “estado de emergencia” por la pandemia de COVID-19. Desde ese momento, se ordenó a los ciudadanos mantenerse en cuarentena estricta, excepto algunos “sectores priorizados”.

Desde entonces, en vista de que muchas personas perdieron las posibilidades de trabajar o acudir a sus sitios de trabajo, una nueva alternativa surgió para que los ciudadanos pudieran generar ingresos: las entregas a domicilio o delivery en bicicleta.

Aunque los ingresos han sido un paliativo importante, las condiciones para ejercer este oficio en Caracas y otras ciudades se enfrenta a varias dificultades que van desde la precariedad de las vías, hasta la inseguridad, pasando por la desprotección en la que realizan su trabajo.

Debido a las restricciones implementadas para evitar el contagio de COVID-19, donde hay semanas de “cuarentena radical” y otras de flexibilización, además del miedo que sienten las personas a contraer el virus, se creó un mercado que era muy poco popular, pero que se incrementó aún más con la escasez de combustible.

Con la infraestructura en contra

La cultura del ciclista en las calles no está tan popularizada y no se tiene mucha consciencia al respecto. Fue apenas en el año 2013 cuando Jorge Rodríguez, quien en ese momento era alcalde del municipio Libertador de Caracas, se mostró orgulloso de presentar la primera ciclovía de la capital, en un tramo que comprendía la Universidad Bolivariana de Venezuela, hasta la avenida Las Acacias.

Para aquel entonces, Rodríguez refirió que esta ciclovía era la primera en su tipo del país y pionera en la red que construye el gobierno. Ese espacio creció hasta que llegó a la residencia estudiantil Livia Gouverneur, refiere una nota publicada por El Estímulo.

Al respecto Luis Calderón, conocido como “Luiso”, quien forma parte del equipo de Bici-Aventuras Caracas, creado en el año 2012, refirió que las ciclovías han ayudado a asomar más los ciclistas a la calle, considerando que es una infraestructura necesaria “para seguridad del ciclista”.

“Sabemos que el hecho de construir una ciclovía implica gastos, inversión y mucha consciencia para construirla de una manera adecuada, pero no somos tan optimistas con esta gestión. Lamentablemente lo que han hecho ha sido como un regalo, pero las condiciones en las que están actualmente, que no eran necesarias y están con grandes grietas y cosas que no debería tener una ciclovía para seguridad”, refirió Luiso.

 

Pero más allá de las ciclovías también las avenidas presentan huecos, alcantarillas en mal estado, ausencia de tapas de visita que ponen en riesgo al ciclista.

Por ejemplo, en el mes de febrero, el fallecido Darío Vivas, quien fungía como jefe de Gobierno de Distrito Capital, aseguró que en un trabajo conjunto con la Alcaldía del municipio Libertador, avanzaba a toda marcha el Plan de Asfaltado de Caracas en seis de las 22 parroquias de la capital, y esperaban ampliar los trabajos a la totalidad de estos espacios.

Sin embargo, de acuerdo con las denuncias de habitantes de sectores como San Martín, San Juan, Santa Rosalía y el centro de Caracas, las calles se encuentran llenas de huecos, indicando que tienen hasta tres años con la vialidad en mal estado, reseñó El Universal. Y la situación se repite en otras zonas de la ciudad, donde es frecuente encontrar también botes de aguas blancas y negras, basura, escombros y otros obstáculos en la vía.

Ciclismo urbano en pandemia: riesgos

Luiso señaló que en esta época de cuarentena se ha incrementado la cantidad de ciclistas en la calle, pero más que por el estado de alarma, se debe a la escasez de combustible, que se ha acrecentado en los últimos meses.

“Estamos claros que desde marzo que empezó la cuarentena mucha gente sí se resguardó los primeros días en su casa, pero aunado a eso se sumó el tema de la falta de combustible. Muchas personas empezaron a sacar la bicicleta a la calle, muchos por necesidad económica que comenzaron a hacer delivery y otros para utilizarla como método de transporte”, explicó Luiso.

Por otra parte, reconoció y lamentó que el auge del ciclismo, al menos en Caracas, no se deba a una “conciencia colectiva” o que muchas personas comenzaron a pensar en la ecología y la salud, “sino por un tema de necesidad económica y de desplazamiento”.

En cuanto a los riesgos de hacer ciclismo durante esta época de emergencia, Luiso afirma que se han reportado varios robos, especialmente porque muchos de los ciclistas acuden a zonas desconocidas o bastante inseguras para ellos, además de salir solos y en horas que no son adecuadas.

Se refirió al caso particular de la ciclista Fiorella Giurdanella, de 24 años, quien murió el pasado domingo 16 de agosto tras ser arrollada por un camión en la Circunvalación 3, en el sector Chamarreta, al oeste de Maracaibo, estado Zulia, publicó El Pitazo.

Tomando en consideración el caso de Fiorella, Luiso enfatizó en la lucha incansable que ha tenido la organización a la que pertenece para crear conciencia sobre los ciclistas y de que ellos merecen tener un espacio adecuado en las calles, para fomentar esta cultura en todo el país. De esa manera, podría evitarse accidentes como el de esta joven.

Bicidelivery a propio riesgo

Leonardo Girón y Sabrina Pernía son pareja. Juntos crearon el movimiento Bicidelivery Ccs, el 8 de abril, como una opción para paliar la escasez de gasolina en la ciudad y brindar una oportunidad de generar ingresos a personas que hacen ciclismo.

El movimiento está conformado por padres de familia, jóvenes y adultos que trabajan día a día para llevar el sustento a sus hogares. Bicidelivery Ccs tiene como objetivo “dar la mayor ganancia a los domiciliarios, debido a lo fuerte que resulta ser el trabajo, de realizar un delivery en bicicleta” y actualmente cuentan con un equipo de más de 150 domiciliarios.

“El caraqueño se tuvo que adaptar al delivery de forma obligatoria, porque cuando empezó la cuarentena la gente no podía salir y empezamos a hacer delivery en bicicleta por la falta de gasolina”, comentó una de las domiciliarias de este movimiento.

Este movimiento inició trabajando de la mano con Farmatodo. Al respecto, uno de los ciclistas de este grupo comenta que la cadena de farmacias hace muchas entregas a hospitales, a los que calificó de “alto riesgo”.

“Me ha tocado varios, pero siempre ha habido una distancia prudencial con el cliente y uno se lava las manos después de tocar los productos cuando entra y sale de Farmatodo y al llegar a cada sitio de entrega”, comentó el joven.

 

Otro de los jóvenes de este grupo contó su experiencia con una señora que le preguntó cómo llegó hasta el destino solicitado en bicicleta, que se trataba de una zona popular, señalando que tuvo que recorrer varias subidas, pero que de eso se trata su trabajo.

Foto: Leonardo Girón/@bicideliveryccs

En cuanto a incidentes que pudieran presentarse con los despachadores, Sabrina Pernía, una de las líderes del movimiento, refirió que todos se comunican a través de la aplicación Telegram, donde los domiciliarios reportan el incidente y su ubicación.

“Tenemos un grupo bastante unido. Nuestra dinámica de trabajo siempre es apoyarnos entre sí y cuando pasa un accidente, pero cuando es muy fuerte tanto Leo como yo nos acercamos al lugar”, señaló Pernía.

En caso de tratarse de un accidente que requiera atención médica, comenta que los ciclistas trabajan en modalidad freelance y prestan el apoyo que esté a su alcance, pero no cuentan con presupuesto para gastos médicos.

En el interior también

Francisco Quero es uno de los líderes del movimiento Bikexpress. Se trata de un grupo de ciclistas que se dedican a hacer delivery en Barquisimeto, estado Lara. Al igual que Bicidelivery Ccs, esta iniciativa surgió en el mes de abril de este año como consecuencia del confinamiento por COVID-19 y la escasez de gasolina, que en el caso del interior es más acentuada y Barquisimeto ofrece una geografía más amigable para el ciclista porque no presenta tantas montañas.

Bikexpress cuenta con los permisos de la alcaldía del municipio Iribarren y todos sus domiciliarios están debidamente identificados. Se dedica principalmente a la entrega a domicilio de establecimientos de comida.

Iniciaron cubriendo la zona este de la ciudad, ampliando sus zonas de coberturas al centro y oeste de Barquisimeto.

“Hoy en día, luego de 4 meses y más de 3.000 entregas, contamos con una central (operadora) la cual administra y gestiona todos los servicios”, contó Quero sobre la iniciativa Bikexpress.

Quero señaló que hasta los momentos no han tenido ningún tipo de incidente, pero tiene conocimiento de otros grupos cuyos domiciliarios han sido despojados de sus bicicletas. “En las alcabalas no hemos tenido problemas ya que tramitamos desde el inicio una licencia de funcionamiento en nuestro municipio y a su vez el permiso para trabajar este servicio”, cuenta.

El integrante de Bikexpress relató varias anécdotas sobre este trabajo: “Todos los días son distintos, entre algunas cosas, los días de lluvia al inicio eran muy fuertes pero ya tenemos impermeables, otras cosas es cuando ha tocado entregar cartones de huevos. Al inicio se quebraban algunos pero luego adaptamos los bolsos para evitar esos problemas”.

“No sabemos qué nos pedirán transportar. A veces son bebidas en vaso y es muy complicado hacer la entrega, pues casi nos volvemos equilibristas en bicicleta (risas)”, añadió.

A su juicio, un ciclista que desea comenzar a trabajar en el campo del delivery, debe entender que el servicio que presta debe estar a la altura del cliente. “Usar uniforme, bolso térmico, ser educados y sobre todo, puntuales en sus entregas”.

En cuanto a una visión a futuro, Quero explica que su emprendimiento ha estudiado la información que envían sus clientes a través de encuestas y evaluaciones de satisfacción. “Eso nos permite conocer que requieren en la ciudad. Por ejemplo: traslados de carga, lo cual usamos un vehículo pickup y realizamos mudanzas en distancias cortas dentro de la ciudad”, comentó. 

“Nuestra clave ha sido ofrecer un servicio rápido, seguro y confiable el cual le brinde sostenibilidad en el tiempo. Nos estamos preparando para continuar trabajando cuando tengamos combustible y estemos libres de la pandemia”, finalizó.

Domiciliario emprendedor

Pablo César hace las entregas a domicilio de un emprendimiento de cosméticos que tiene junto a su hermano. El almacén de la pequeña empresa está ubicado cerca de la plaza La Concordia en la parroquia Santa Teresa de Caracas. Cada vez que necesita entregar un pedido, toma su bicicleta, su bolso y comienza a pedalear.

El joven contó que los recorridos más largos que ha hecho para efectuar sus entregas a domicilio han sido hasta Ruíz Pineda y Alto Hatillo. Por entrega, dependiendo de la distancia, puede cobrar entre 1 y 6 dólares.

Con respecto a funcionarios y alcabalas que están desplegadas en la ciudad, relató: “Hay muchos funcionarios en la calle. Ahí mismo preguntan de dónde vengo y a dónde voy y empieza la requisa. Cuando se enamoran te sacan un cuento de ellos. Sabes, a veces me quitan los dólares”.

 

Por otra parte, señaló que hasta ahora no ha tenido ningún accidente, “pero sí sustos con vehículos que no frenan y motos que pasan muy cerca de mí a alta velocidad”.

Desde la perspectiva de Pablo, el manejar bicicleta y hacerlo parte de su trabajo “es rudo ya que tienes el tiempo medido y el tiempo de entrega lo más rápido para que así el día nos rinda”, además de señalar que necesita condición física, destacando que hay zonas planas y otras altas, en rutas como Alto Prado.

También contó que antes de la pandemia los domingos eran los días de rodar en grupo. “Hacíamos una ruta súper larga un grupo bastante numérico y lo hacíamos por hobby y tener condición física y matar el estrés de la semana, pero el tener que hacerlo a diario es tedioso. Todos los días no son iguales, hay rutas distintas y direcciones inconclusas”.

Pese a algunas dificultades, el joven destacó que hay clientes que admiran su trabajo y son agradecidos. Incluso, cuenta que hay muchos que no creen desde donde sale para hacer sus entregas.

“Pero es un trabajo y más una responsabilidad enorme, ya que antes llamamos al cliente confirmando su entrega y mandamos foto del envío hacerlo lo más transparente posible y que no haya margen de error”, señaló.

No solo los más jóvenes pedalean

Argenis Sanabria recién cumplió 56 años. Antes de la pandemia tenía un emprendimiento llamado Bicibús, el cual se dedicaba a trasladar 30 ciclistas con sus bicicletas a distintos destinos en Venezuela, pero el negocio se paralizó por el confinamiento.

Actualmente, se dedica a hacer bicidelivery, señalando que lo más complicado es lidiar con los vehículos en las calles. “Hay que ir con mucho cuidado porque no respetan las distancias, no les importa”, dijo.

También señaló que muchos clientes estaban acostumbrados a recibir pedidos en moto, pero, en el caso de un ciclista, debe organizar sus horarios para tratar de llegar a su destino lo más pronto posible. “El ciclista tiene que ir rápido para poder llegar al tiempo del motorizado”.

 

Sanabria indicó que le gustaría continuar trabajando con bicidelivery después de la pandemia, pues es una forma de generar ingresos a la vez que entrena. “Era lo que había soñado anteriormente. Siempre había pensado en esa opción. Incluso estaba buscando una bicicleta de reparto antes de la pandemia para dedicarme en la mañana a hacer reparto, ganarme algo de dinero y no perder tanto el día”.

En su caso, los clientes son canalizados a través de varios ciclistas del Bicibús, siendo un emprendimiento que creó, llamado BikerXpress. “Inmediatamente después de la pandemia, cuando vi el delivery, empecé mi propio emprendimiento”.

Desde su perspectiva, este oficio está relacionado con la confianza, por lo cual considera importante respaldarse por una marca que, aunque no tiene ningún marco jurídico, la gente le confianza por la imagen.

Recomendaciones para optimizar el bicidelivery

Con el objetivo de mejorar la calidad del desplazamiento de los ciclistas en las calles, Luiso, quien integra el grupo de Bici-Aventuras Caracas, facilitó a Runrun.es una serie de recomendaciones que se pueden aplicar para mejorar la labor de los domiciliarios que se transportan en bicicleta. También se tomaron algunas de la web La Bicikleta.

Stefany Hernández: acorazada contra los golpes

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La medallista de bronce del BMX sufrió convulsiones este año tras una caída en Santiago del Estero, y perdió a una sobrinita recién nacida poco antes de los Juegos Olímpicos, pero siempre ha encontrado la reserva espiritual para seguir adelante

Eumar Esaá @eumaresaa

Una conseja entre madres advierte sobre las pequeñas catástrofes que se avecinan cuando los niños están en silencio. Departiendo en medio de una parrilla, Carmen Mendoza no escuchaba de la pequeña Stefany desde hacía rato, hasta que su compadre le señaló a lo alto del partidor de la pista de BMX. La niña de apenas cuatro años, que hacía apenas días había dejado las rueditas laterales de su bicicleta, se lanzó a toda carrera desde lo alto, antes de que su madre pudiera detenerla. Pero llegó perfectamente, sin novedad, a terreno plano. El pequeño torbellino de rizos flotantes y despeinados seguiría sobre dos ruedas, sorteando rectas, curvas y morritos, con la misma actitud de la niña atolondrada de aquel día, hasta convertirse en la primera medallista olímpica del ciclismo venezolano y la tercera criolla que sube al podio en Río 2016.

Stefany Hernández, de 25 años, ha visto de cerca el fin de su carrera en los últimos años, pero siempre consigue la reserva anímica para salir de los baches y tomar el vuelo al siguiente tramo del trazado. Hija de padres divorciados, creció marcada por esa separación, pero encontró en su amor por el deporte la alianza perfecta para superar cualquier tormenta.

Al menos eso creía hasta que fracasó en clasificar a la final de Londres 2012, un golpe para el que no estaba preparada. En octubre del año anterior había sufrido una fractura en entrenamientos, un día antes de su debut en los Panamericanos, cuando se encontraba en un gran momento personal. A principios de ese ciclo, en los Bolivarianos de Sucre 2009, había logrado la impensable hazaña de superar a la colombiana Mariana Pajón en la categoría de Rin 20, la modalidad no olímpica del BMX, y eso había alimentado la ilusión de cara a Guadalajara 2011. Sin embargo, Stefany absorbió el golpe, se recuperó a tiempo, clasificó a los Juegos Olímpicos y terminó novena en la general, a un pasito de apartar uno de los ocho cupos para la final.

La decepción de no llegar a un objetivo para el que se sentía embalada, la hizo cuestionarse si deseaba continuar en el BMX. Pasó los últimos días de esos Juegos recorriendo Londres en monopatín, de fiesta para borrar el dolor de lo que consideraba un fracaso. Regresó a Venezuela y se inscribió en la Universidad Santa María para estudiar Derecho, pero en medio del extravío personal de esa temporada, tampoco eso cuajó, hasta que en 2013 le llegó la oportunidad de irse a entrenar a Aigle, Suiza, al Centro Mundial de Preparación de la Unión Ciclista Internacional (UCI), y correr de manera estable en el circuito de Copa del Mundo.

Stefany fue escalando, hasta que llegó su 2015 mágico. Ese año se ensambló el Team 469, como el número que muestra en su bicicleta en cada carrera, que incluye a su entrenador Thomas Allier al frente de un equipo multidisciplinario, y consolidó su lema personal (consistencia) con una temporada extraordinaria. Comenzó dejando a Mariana Pajón fuera del podio en la Copa del Mundo de Supercross de Manchester, donde se quedó con el bronce mientras la colombiana se ubicaba cuarta. Repitió el bronce en Papendal, Holanda, donde la campeona fue la antioqueña. En Santiago del Estero y Rock Hill escoltó a la colombiana, con sendas medallas de plata. Sólo en la válida de Ängelholm, en Suecia, donde fue cuarta, quedó fuera del podio. Finalmente, cerró el año de segunda en el ranking de la Copa del Mundo, y campeona de la Liga Europea, donde no tuvo rivales.

Pero su gran momento fue en el Mundial de Zolder, en Bélgica. Una caída dejó fuera de la final a Pajón, que venía de coronarse en la modalidad contrarreloj, y la guayanesa no desperdició su oportunidad para confirmarse como campeona del planeta. Un par de semanas antes, las dos se habían visto afectadas en los Panamericanos de Toronto por una caída provocada por la misma atleta, la estadounidense Alise Post, que el viernes conquistó la plata en Río.

No sería ese su último golpe, ni el más grave. Este año su temporada se vio interrumpida dos veces por terribles caídas, sobre todo la sufrida en marzo en Santiago del Estero, donde salió en camilla de la pista, inmovilizada con collarín, y llegó a convulsionar tres veces, afectada por un golpe que pudo haber tenido consecuencias devastadoras. Hernández aseguraba que se sentía en condiciones de seguir corriendo, pero los médicos de la competencia determinaron que si volvía a sufrir un golpe de esa intensidad podía incluso quedar paralizada de la cintura para abajo.

Su confianza se fue a pique. La próxima vez que apareció, dos semanas después en Manchester, volvió a caerse, y debió permanecer de reposo por todo el resto de la Copa del Mundo. No volvió a competir hasta el séptimo lugar en el Mundial de Medellín, que fue a su vez su última competencia antes de Río.

Stefany de nuevo entró en sintonía con su confianza en esa oportunidad. Poco después del Mundial, cuando se confirmó su cupo olímpico, dejaba ver que era de nuevo la mejor versión de sí misma: “No es que llegue a Río de favorita, para mí en realidad lo importante es llegar con este nivel que tengo. Me encanta, me da confianza. Me monto en cualquier partidor de pista y sé que soy capaz, que la única persona que me detiene soy yo misma, que todo depende de mí. Tener esa madurez, conseguir ese estado, esa forma técnica de vivir el momento, de saber que todo está en ti, de manejar tu cuerpo, tu mente, es una cosa que me encanta”.

Sin embargo, un nuevo revés anímico la resquebrajó de cara a Río 2016. La sobrina que con tanta ilusión esperaba, murió apenas un día después de nacer. El llanto era su estado natural semanas antes de los Juegos Olímpicos. Pero de alguna manera, Stefany volvió a conectarse con sus objetivos, y volvió a entrar en ese estado de trance que le impidió siquiera mirar que había dado la vuelta más rápida de su carrera en Río.

Alguna liberación personal ocurrió durante estos últimos dos años, en los que renunció a alisarse sus rizos salvajes, los dejó a su aire, les dio incluso un impulso extra para que se alborotaran aún más, y sintonizó esa entidad con personalidad propia que es su cabello, con el torbellino de energía que es ella en sí misma. Tal vez por eso pudo alzarse sobre el dolor físico y emocional, sobre el miedo a la pérdida y a la derrota, sobre cualquier duda que se atravesara en su camino. Quizás por eso cuando declaraba a la prensa después de su bronce no se sentía eufórica como en Zolder, sino más bien serena, como quien llega a puerto después de un viaje prolongado y agotador.

Olimpiadas maduristas por Brian Fincheltub

olimpiadas

 

Si de olimpiadas se trata, las maduristas seguramente desplazarán a las que se celebran en Río de Janeiro. No tenemos ninguna duda, aquí contamos con talentos de gran reconocimiento nacional e internacional y, sobre todo, bien patrocinados. Hoy hemos seleccionado las disciplinas más prestigiosas en las que participa nuestra élite revolucionaria.

Halterofilia: contrariamente a lo que piensa la mayoría, esta disciplina no será representada por el llamado “poeta”, que como todos sabemos, dedica mucho tiempo al gimnasio y a sus nuevos cortes de pelo y que tiene como pasatiempo “defender al pueblo”. Cuando hablamos de levantar peso dentro del gobierno hay un general que identificamos claramente como el “hombre fuerte de la revolución”. Con sus súper poderes nos promete demostrar quién es el padrino y quién es ahijado en estas olimpiadas.

Salto: Sin duda un deporte bien competitivo, aquí pudiéramos estar representados por varios. Verdaderos atletas que van y vienen con una facilidad increíble. Tenemos al “demócrata”, ese que una vez escribió una vez un libro calculando cuánto valía un juez y que al parecer, en el camino, al que le encontraron precio fue a él. Pero en saltos, sobre todo por la capacidad que tiene para llegar cada vez más lejos, no hay quién le gane al abogado del diablo, ese mismo que llamaba a recolectar chocolates y caramelos para que tomáramos las calles “sin retorno” en 2007 y que ahora viste con orgullo el uniforme madurista.

Natación: Seguro están sorprendidos, nadie imaginaba que su carrera iba a evolucionar de psiquiatra a nadador. Él, en tiempos de lluvia le encanta habilitar piscinas por toda Caracas para que podamos familiarizarnos con su deporte favorito. Es un nadador nato, muy cómodo en el estilo mariposa y en los 100 metros planos. Indiscutiblemente, uno de los grandes baluartes de esta generación de oro.

Ciclismo: Cuando de manejar se trata, aquí hay un solo chofer, sea al frente del volante o de un manubrio, su objetivo es siempre llevarnos directo al barranco. Lo vimos mostrar sus dotes como ciclista en televisión, la bicicleta no tenía rueditas y probó con una agilidad increíble que el asfaltó caraqueño era de excelente calidad. Aunque siempre denuncia que lo quieren tumbar de la bicicleta…El Comité Olímpico dará su veredicto.

Lucha: hay que decir que esta disciplina es una de las más concurridas, se baten en el terreno todos contra todos. Hasta mordiscos están permitidos, los más talentosos lanzan las mejores zancadillas, se abren varios frentes de pelea interna con un solo objetivo: Quedarse con el oro, como en toda competencia olímpica ¿Habrá para tanta gente? Quién sabe, lo cierto que el final será de película, hagan sus apuestas, que esto no durará mucho tiempo.

@BrianFincheltub

Jul 25, 2015 | Actualizado hace 9 años
Venezuela suma dos medallas de oro en boxeo y ciclismo

maestre

 

El boxeador Gabriel Maestre dio la octava medalla de oro a la delegación de Venezuela en los Juegos Panamericanos de Toronto.
El criollo venció al cubano Roniel Iglesias en la final de los 69 kg en las tarjetas. Dos de los jueces dieron victoria a Maestre 29-28. El tercer juez dio el mismo marcador a favor del cubano, quien ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011.

Horas antes la delegación criolla había logrado su séptima presea dorada con el ciclista Miguel Ubeto.

 

ubeto

 

El ciclista criollo, Miguel Ubeto alcanzó el punto máximo en su carrera, este sábado en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. El atleta caraqueño, de 38 años de edad, conquistó su primera medalla de oro en unos Juegos Panamericanos con un tiempo total de 3 horas, 46 minutos y 26 segundos e igualar a Robinson Merchán en La Habana 1991, como los únicos criollos con presea de Oro en ciclismo de ruta.

 

 

Venezuela fue la mejor de América en el Mundial de Ciclismo

Ciclismo

 

Los tríos de Venezuela, Colombia, Brasil y España fueron eliminados en la clasificación de la prueba de velocidad masculina por equipos, en el arranque del Mundial de ciclismo en pista en Saint-Quentin-en-Yvelines (afueras de París).

Sin embargo, los venezolanos Hersony Canelón, César Marcano y Ángel Pulgar, finalizaron en la novena posición (43.982 segs) para ser los mejores de América.

La final fue ganada por el representativo de Nueva Zelanda que superó a  Francia por 32 centésimas. De esta manera Nueva Zelanda ratificó su título mundial en velocidad por equipos.

Alemania se llevó la medalla de bronce tras superar a Rusia, mientras que Gran Bretaña, sólo pudo finalizar con el octavo mejor crono.

España, Brasil y Colombia ocuparon los tres últimos puestos de la clasificación, reseñó AFP.