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Universidades

El Estado quebró: ¿Es el fin de la universidad pública de calidad?
La ruina del socialismo del siglo XXI deja en el aire el sistema en que la renta petrolera permitía que las universidades funcionaran sin cobro a los estudiantes, poco peso de los recursos propios y un gran número de jubilados, obreros y empleados

@vsalmeron

Tras caer en bancarrota, la administración de Nicolás Maduro aplica un severo recorte del gasto público que impacta, entre otros ámbitos, el funcionamiento de las universidades autónomas que en gran medida dependen del dinero del Estado para ofrecer educación gratuita, financiar proyectos de investigación y realizar labores de extensión.

La ruina del socialismo del siglo XXI deja en el pasado el sistema en que la renta petrolera permitía operar a las universidades sin cobro a los estudiantes, poco peso de los recursos propios respecto a los gastos y un gran número de jubilados, obreros y empleados.

Desde 1958, con la llegada de la democracia, el petroestado venezolano amplió el acceso a la educación superior mediante distintas vías, pero el ensayo más exitoso fue a través del financiamiento de cinco universidades autónomas: la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Carabobo, La Universidad de Los Andes, la Universidad de Oriente, la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado y la Universidad del Zulia.

Si bien los años de crecimiento constante en la asignación de recursos y aumento de la calidad, vividos durante 1958-1983, dieron paso a períodos de menos brillo e inestabilidad, los universitarios venezolanos, por muy ancianos que sean, no han presenciado una crisis como la actual.

La debacle de la producción petrolera, que retrocedió hasta niveles de 1935 y el declive de la recaudación de impuestos, tras siete años consecutivos en recesión, evaporaron los ingresos. La consecuencia es un ajuste feroz: Macroconsultores calcula que en términos reales, el gasto del gobierno en servicios de educación, salud, seguridad y defensa cayó 60% entre 2014-2020.

Vivir con menos

El recorte deja a las universidades en el aire: el salario de los profesores es simbólico, la falta de mantenimiento deteriora la infraestructura, desaparece la investigación y la emigración del personal es constante. Al mismo tiempo, la pandemia paraliza las clases en medio de fallas de internet, carencia de equipos y ausencia de bioseguridad.

En febrero los profesores a dedicación exclusiva, el máximo escalafón, obtuvieron un pago equivalente a 10,46 dólares: 2,97 dólares por salario y 7,49 dólares a través del bono Simón Rodríguez que repartió el gobierno.

Según la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios (Fapuv) en enero de 2001, cuando Hugo Chávez apenas iniciaba la Revolución Bolivariana, el salario de un profesor titular equivalía a 2.659 dólares.

 

El 8 de marzo Fapuv afirmó en un comunicado que “al no remunerar el trabajo, el Estado ha roto unilateralmente la relación de trabajo, razón por la cual declaramos la emergencia laboral en las universidades venezolanas”.

La Universidad de Los Andes evidencia la insuficiencia de recursos. Sus 4.583 profesores, entre jubilados y activos, reciben 19 meses de salario al año al incluir pagos extra como aguinaldo y vacaciones. Para elevarles el salario hasta 300 dólares mensuales -menos que el salario mínimo en Ecuador- se requieren 26 millones de dólares al año y el presupuesto asignado para 2021 equivale a 950 mil dólares.

En el transcurso del año es usual que el gobierno aporte recursos extra, pero en una magnitud que solo alcanza para un ínfimo incremento de salario. El presupuesto para investigación o mantener la infraestructura prácticamente es inexistente.

Mundos paralelos

Con el objetivo de que la revolución bolivariana ocupara todos los espacios de la sociedad, el expresidente Hugo Chávez impulsó un sistema paralelo creando la Universidad Bolivariana, la Universidad de las Fuerzas Armadas, la Misión Sucre y convirtiendo en universidades a institutos universitarios y tecnológicos.

Este sistema controlado políticamente, alineado ideológicamente y de menos calidad, también sirvió para darle entrada a la educación superior a miles de jóvenes de bajos recursos que, por recibir una formación deficiente en liceos públicos, no eran capaces de superar las pruebas de admisión para ingresar a las universidades autónomas.

Este brazo paralelo demandó dinero en cantidades crecientes y el presupuesto por alumno en la educación superior pública se redujo, de manera notoria, en las universidades autónomas.

 

Bernardo Méndez, quien se desempeñó como vicerrector administrativo de la Universidad Central de Venezuela entre 2008-2020, explica que “a partir de 2015 se nos obligó a excluir de nuestra solicitud de presupuesto áreas como proyectos de investigación, formación de personal, infraestructura física, laboratorios y equipamiento de bibliotecas”.

A pesar de que la solicitud de presupuesto excluyó estas necesidades, entre 2015-2019 el monto aprobado para la principal universidad pública del país fluctuó entre 17% y 56% de lo solicitado y para este año apenas representa 2,2%.

En otros casos el presupuesto dejó de existir. Mario Bonucci, rector de la Universidad de Los Andes, explica que “seguimos haciendo nuestro proyecto de presupuesto pero el gobierno no lo pide, simplemente nos asigna una cantidad”.

Fallas de gerencia

En las cuentas de las universidades sobresale el elevado número de obreros, personal en funciones de administración y jubilados. En la Universidad de Los Andes, por ejemplo, laboran 2.021 profesores, 2.460 empleados y 2.157 obreros; es decir, la cantidad de empleados y obreros supera en 128% a los profesores.

“Nosotros autoadministramos todos los servicios, vigilancia, comedor, aseo, mantenimiento, jardinería; en una universidad norteamericana o europea estos servicios son licitados y los realizan empresas privadas”, dice Mario Bonucci.

“Traté de licitar un comedor y la reacción más virulenta contra la medida la obtuve del Ministerio de Educación Universitaria, era como luchar contra el sistema”, agrega Bonucci.

 

El personal jubilado en la Universidad de Los Andes, que aparte de los profesores incluye a empleados administrativos y obreros, suma 7.009 personas y supera en 371 personas al personal activo.

Bernardo Méndez indica que “en la Universidad Central de Venezuela más de 60% es personal jubilado que permanece en la nómina, eso le da estabilidad al personal jubilado pero el pago de personal absorbe alrededor de 80% del presupuesto”.

Si empresas privadas se encargaran de las labores administrativas y de mantenimiento, las universidades no asumirían los pasivos laborales de obreros y empleados.

Leonardo Carvajal, investigador y doctor en educación, considera que en las universidades hay fallas graves de gerencia: “no se evalúa adecuadamente a los profesores que reciben la mitad del salario por investigar. Además, la jubilación debería ser después de 35 años de servicio y no tras 25 años, es un despilfarro jubilar a un investigador a los 55 años”.

“Muchas carreras podrían cursarse en cuatro años en vez de cinco. Para acabar con la duplicación de esfuerzos y recursos las universidades deberían funcionar integradas en redes regionales y muchas universidades solo trabajan 32 de las 52 semanas del año”, dice Leonardo Carvajal.

Añade que “sin cambios profundos aun si hipotéticamente aumentara la producción petrolera y se disparara el precio del barril, no funcionaría el modelo porque es despilfarrador e irracional”.

Vida propia

Las universidades podrían disminuir la dependencia del gobierno si incrementan los ingresos por asesoría, producción de tecnología y servicios a empresas privadas; pero en medio de la depresión de la economía esta opción es limitada.

De acuerdo con Conindustria, seis de cada diez empresas afirman que no contemplan invertir este año en investigación y desarrollo. En promedio, la industria utiliza la quinta parte de su capacidad instalada y el principal objetivo es sobrevivir a la recesión.

La Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (Locti) contempla que las empresas con ingresos brutos anuales sobre 100.000 unidades tributarias deben pagar entre 0,5% y 2% de sus ganancias para financiar actividades de investigación.

Hasta 2010 las empresas eligieron los proyectos, pero ese año el gobierno cambió la ley y los recursos ingresaron al agujero negro de las finanzas públicas.

Giuseppe Giannetto, quien se desempeñó como rector de la Universidad Central de Venezuela entre 2000-2004, explica que a lo interno también hay limitaciones. “Tras años de poco presupuesto los equipos como los laboratorios de ciencia y tecnología se han deteriorado y sin esa infraestructura no se puede prestar mayor servicio al sector privado”.

Agrega que “la educación de calidad es muy costosa, los gastos son muy elevados. La Universidad Central de Venezuela ha creado una serie de empresas que prestan servicios, pero lo que pueden generar como ingresos es una gota de agua en un océano”.

 

Mario Bonucci indica que “en la Universidad de Los Andes tenemos ingresos propios, pero en conjunto cubren alrededor 5% de los gastos de funcionamiento, sin incluir el pago del personal”.

“Nuestros laboratorios hacen trabajos que permiten reparar algún equipo o reponer algún reactivo. Tenemos dos fincas que producen leche, pero los ingresos alcanzan para el mantenimiento de la finca”, explica Mario Bonucci.

Las regulaciones burocráticas obstaculizan alternativas como dictar cursos o seminarios de manera virtual e impiden obtener ingresos en divisas.

“Podríamos crear un seminario sobre normas internacionales de contabilidad a egresados nuestros que están en Chile. Un profesor nuestro viaja a Chile e imparte cursos de manera presencial y el resto se hace vía online. El costo por estudiante podría ser de 200 dólares, que es bastante accesible”, dice Mario Bonucci.

“Pero por las regulaciones el pasaje aéreo tendría que licitarse, algo que podría tardar tres meses. Además, el manejo de divisas por parte de las instituciones públicas es casi imposible; estas cosas tienen que cambiar”, agrega Mario Bonucci.

Cobrar al estudiante

El artículo 103 de la Constitución sostiene que la educación impartida en “las instituciones del Estado es gratuita hasta el pregrado universitario”, pero tras el quiebre del modelo de financiamiento este dogma y los métodos de enseñanza son temas a debatir.

Leonardo Carvajal indica que “no comparto la idea de que la universidad puede autofinanciarse por completo, no se autofinancia el ejército o un hospital, las cosas públicas las financia el Estado. Creo en un autofinanciamiento parcial y creciente hasta cierto nivel”.

Desde su punto de vista una alternativa es el cobro a la salida. “Mantener la gratuidad, pero una vez que el estudiante se gradúa y obtiene empleo que pague un impuesto, podría ser de 1% del salario, en función de las nuevas generaciones”.

Mario Bonucci indica que “el concepto de educación gratuita debe cambiar a un modelo donde el que tiene dinero contribuye: ¿si pagas por tu hijo en un colegio privado por qué no puedes contribuir cuando llega a la universidad?”.

Giuseppe Giannetto señala que “la educación de calidad, el desarrollo de ciencia y tecnología implica una gran inversión por parte del Estado; podríamos estudiar esquemas como becas que el estudiante pague con plazos flexibles cuando termine su educación, pero con el desastre actual no lo veo factible”.

 

El control académico también está en discusión. Mario Bonucci destaca que “el estudiante tiene que entender que se hace un gran esfuerzo en educarlo y debe haber una respuesta apropiada. En las universidades públicas hay estudiantes con diez o doce años dentro de la universidad, el que no rinde debe irse”.

Leonardo Carvajal es partidario de “un tiempo para culminar la carrera, luego del cual el estudiante comienza a pagar. Por ejemplo, si la carrera es de cinco años, transcurridos siete años y medio si no has terminado pagas por el tiempo que falta”.

Mario Bonucci indica que la manera de transmitir conocimientos debe modificarse. “El modelo de universidad tiene que cambiar. Desarrollar la educación a distancia, incluir métodos virtuales, mezclar metodologías. Al igual que formamos a un médico en un hospital podemos formar a un ingeniero civil en una constructora”.

La medicina indica que cuando un miembro es amputado se sigue sintiendo durante un tiempo como si permaneciera en su sitio, es lo que se denomina sensación del miembro fantasma: el sistema en el que operó la universidad pública de calidad desapareció, pero los venezolanos aún no reconocen esta realidad.

Advierten sobre actos delictivos a universidades públicas en inicio del 2021
Aula Abierta señala que durante la cuarentena de 2020 contabilizaron por lo menos 175 actos delictivos en 12 universidades de Venezuela

Tan solo en la primera semana de 2021, la ONG Aula Abierta contabilizó ocho actos vandálicos en contra universidades públicas del país, incluyendo el incendio que en el edificio de Fundageominas, en la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oriente (UDO), en Ciudad Bolívar.

La ONG precisó que de estos ocho actos delincuenciales, tres fueron en sedes de la UDO, tres en la Universidad de Los Andes (ULA), tres en la Universidad del Zulia (LUZ) y uno en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA).

Al menos 12 universidades públicas del país han sufrido constantes hurtos y destrozos a sus sedes desde marzo del año pasado cuando comenzó la cuarentena por la pandemia de la COVID-19. Desde entonces se registraron al menos 175 actos vandálicos contra estas casas de estudios, de acuerdo con datos del Observatorio de Derechos Universitarios.

Las universidades más afectadas durante la cuarentena en 2020 fueron la Universidad del Zulia (50), Universidad de Oriente (35), Universidad Central de Venezuela (33) y Universidad de Los Andes (30).

“Estos actos comprometen seriamente el desarrollo de actividades docentes y de investigación académica. Además representan una violación a la autonomía universitaria y la libertad académica”, denunció la ONG a través de su cuenta en Twitter @AulaAbiertaVE.

En Bolívar, el Observatorio de Derechos Universitarios registró también dos hurtos o intentos de robos en la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG).

Incendio en la UDO

La noche del 4 de enero se registró un incendio donde funcionaba Fundageominas, en la Escuela de Ciencias de la Tierra de la UDO en Ciudad Bolívar. La decana María Coromoto Casado y bomberos municipales descartaron que se tratase de un incendio espontáneo, y afirmaron que fue provocado.

En el lugar, desde hace meses estaban sin cableado de alta tensión, a consecuencia de un hurto anterior, era de noche y no había ningún tipo de material inflamable.

Espacios de esa escuela y la de Ciencias de la Salud han sido las más violentadas, desde el hurto y destrozo de techos, ventanales, puertas, material de laboratorio y desmantelamiento del comedor.

La decana ha resguardado parte del mobiliario, y desde el año pasado cuando sucedió el incendio en la biblioteca de la UDO en Sucre, movimientos estudiantiles realizaron una jornada de resguardo de libros de la biblioteca en la sede de Ciudad Bolívar.

Después del incendio en Fundageominas, los movimientos ProUdistas, Adelante UDO y Más Udista intensificaron las jornadas de recuperación y resguardo de los espacios y bienes de la universidad.

“Acá están los estudiantes, acá está la luz que se interpondrá ante estas tinieblas que hoy pretenden consumir las casas de estudios, acabar con la pluralidad, el libre saber y la democracia. Seguimos defendiendo nuestras universidades desde cualquier espacio. Y a los que hoy pretenden acabar con nuestras instituciones, les digo que no lo van a lograr y que para nosotros rendirse jamás será una opción”, manifestó Hernán Adonis Bethelmy, dirigente estudiantil de ProUdistas.

La dirigencia estudiantil instó a los estudiantes a mantenerse en lucha constante por el rescate de esta casa de estudios y a no abandonar los espacios académicos.

“Nuestro país hoy pasa por una de las más grandes crisis política, económica y social en toda su historia. Y la manera de evitar que esto continúe es formándose en cada salón, en cada laboratorio de nuestras instituciones educativas”, agregó.

Alan Tafur, dirigente de Adelante UDO, manifestó: “Nuestro compromiso de mantener la academia no será mermado así nos golpeen, humillen, pretendan quemar nuestras instalaciones y aunque la situación se torne cuesta arriba, acá está una dirigencia comprometida con la lucha de una mejor universidad, de una excelencia académica. Hoy activamos planes de contingencia, hoy quizás no estaremos funcionando de una manera normal, pero mientras sigamos generando nuevamente las condiciones y sigamos comprometido lo vamos a lograr”.

 
 
Enobu Virtual 2020: Universitarios venezolanos más empobrecidos y desiguales
En Venezuela, 39 % de los profesores y 47 % de los estudiantes no tienen computadora portátil

Ladeshu

Los sociólogos Yelena Salazar y Carlos Meléndez, coordinadora y director del Observatorio de Universidades (OBU), respectivamente, presentaron a la opinión pública los resultados de la encuesta Enobu Virtual 2020, en la que se da cuenta de la realidad de la educación universitaria en línea desde que se declarara el estado de alarma por la pandemia en Venezuela.

El Ministerio de Educación Universitaria anunció en marzo la activación del plan Universidad en Casa, para la prosecución de las actividades académicas a través de plataformas electrónicas, aunque las precarias condiciones de los servicios de electricidad e Internet hacen poco probable la efectividad del referido plan.

La Enobu Virtual 2020 fue levantada entre los meses de agosto y septiembre y abarcó un universo de 3.815 estudiantes de pregrado, 133 de posgrado y 1.918 profesores. En total, fueron consultados docentes y alumnos de 77 instituciones de educación superior públicas y privadas ubicadas en los 24 estados del país.

El OBU diseñó la consulta considerando tres de los Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: Educación de Calidad (4), Trabajo Decente y Crecimiento Económico (8) y Reducción de Desigualdades (10). Las variables evaluadas de la encuesta son:

  • Recursos tecnológicos y servicios públicos
  • Desigualdades por regiones
  • Educación virtual en pandemia (clases virtuales, aulas virtuales, acompañamiento de la universidad y aplicaciones y herramientas más utilizadas)
  • Educación virtual y motivación
  • Calidad de la educación virtual
  • Educación virtual y presencial
  • Condiciones de trabajo y estudio en casa
  • Formación en educación virtual
  • Plan Universidad en Casa

Rezago tecnológico según la Enobu Virtual 2020

En Venezuela, 39 % de los profesores y 47 % de los estudiantes no tienen computadora portátil; apenas 24 % de los docentes y 27 % de los alumnos tiene un ordenador de uso compartido.

En relación al acceso a internet, solo 52 % de los educadores y 54 % de los estudiantes consultados tiene servicio ABA de Cantv. De igual manera, 45 % los profesores y 58 % de los estudiantes encuestados deben usar los datos móviles de sus teléfonos inteligentes para las actividades académicas en línea.

Otra forma de tener acceso a internet es a través del servicio privado. Al respecto, 24 % de los docentes y 18 % de los alumnos cuentan con este servicio, lo que evidencia una desigualdad de oportunidades entre quienes hacen vida académica. Las regiones del occidente y nororiente de Venezuela son las que tienen más deficiencias de conexión a la red.

Las fallas eléctricas, otro obstáculo para las clases en línea

Al consultarles acerca de si tienen servicio eléctrico continuo, 62 % de los profesores y 55 % de los estudiantes dijeron que no. A 47 % de los docentes y 48 % de los alumnos les cortan la electricidad diariamente entre tres y seis horas. La situación se torna más dramática si se toma en cuenta que 95 % de los educadores y 94 % de los estudiantes no tienen plantas para el suministro alterno de energía.

Como es sabido, la región del país que más padece el racionamiento eléctrico es el occidente, con más severidad en los estados andinos y en el Zulia. En este contexto de pandemia y privación de los servicios de electricidad e internet, 56 % de los profesores y 44 % de los estudiantes no tuvieron actividades académicas desde que se inició la cuarentena hasta septiembre, cuando terminó la Enobu Virtual.

Hace falta más capacitación y recursos tecnológicos

Las deficiencias en el manejo de herramientas tecnológicas es otro de los óbices para la educación virtual en Venezuela. A 51 % de los profesores de las universidades públicas no se les ha creado aulas virtuales en su institución.

El 62 % de los profesores ha usado WhatsApp y el correo electrónico para sus clases virtuales, casi el doble de los que utilizan las aulas virtuales (32 %) de  los cuales en gran parte son los de las universidades privadas.

A los estudiantes no les convence la formación en plataformas virtuales

Otro factor que atenta contra los estudios vía internet en Venezuela, es la desmotivación: 88 % de los profesores no encuentran razones para incorporarse a las clases virtuales por sus condiciones salariales y de trabajo. A 63 % le desmotiva los equipos rezagados que tienen, pero 64 % de los docentes de las universidades públicas dicen estar satisfechos por el apoyo tecnológico que les brinda su institución.

Llama la atención que a pesar de que se trata de una población joven, solo 28 % de los estudiantes manifestó que se siente muy motivado con las clases en línea, mientras que 63 % considera que el sistema de educación virtual en el país está entre mala y deficiente.

A 62 % de los estudiantes de las universidades públicas y a 59 % de las privadas, les parece que la educación virtual es peor que la presencial, mientras que solo 14 % del total de los consultados cree que es mejor la modalidad en línea.

Resulta significativo que 7 1% de los profesores y 84 % de los estudiantes haya manifestado que desconoce el plan Universidad en Casa, incluso los de aquellas instituciones controladas por el Ejecutivo nacional y pertenecientes a la Asociación Bolivariana de Rectores (Arbol), 58 % de los estudiantes de estas instituciones no conoce el plan.

Como lo ha reseñado el OBU mediante el monitoreo de medios digitales que también lleva, en las cuentas del ministro César Trómpiz y del propio ministerio, no se hizo mención de este plan salvo cuando se anunció su creación y en los días de la entrega de las tabletas a los profesores del sector público.

Los voceros del OBU destacaron que la educación virtual ha ampliado las desigualdades en el país. “En las universidades públicas se evidencia un notable retroceso en el desarrollo de esta modalidad educativa, dada la crisis multidimensional que atraviesa el sector. Solo los que pueden pagar una matrícula en las instituciones privadas tienen garantizados sus estudios”, asegura la profesora Yelena Salazar.

“La pandemia aceleró procesos que han obligado a todos a aprender. Lo ideal es que a la virtualidad se  acompañe con condiciones óptimas de trabajo y estudio, pero los problemas de precarización salarial, malas condiciones de infraestructura en las universidades públicas, el empobrecimiento de los universitarios, la desactualización de equipos y fallas de los servicios de electricidad e internet, definen un contexto de violaciones al derecho a la educación que limita el desarrollo de calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje. La crisis del país también ha traído una merma en las matrículas de ambos sectores. Mientras los que detentan el poder, que son los que deciden por muchos, no entren en el carril institucional y democrático, difícilmente habrá cambios en la universidad venezolana”, dijo el profesor Carlos Meléndez.

Sin embargo, y pese a las dificultades, los representantes de OBU hicieron un llamado a los universitarios a pensar en la prosecución académica como una forma de defender el derecho a la educación y garantizar la sostenibilidad de la educación superior, frente a un Gobierno que por su accionar refleja un nulo interés por la educación libre y de calidad.

AN consignará ante la ONU informe sobre situación de pensionados venezolanos
El diputado Arnoldo Benítez pidió a la AN asumir el compromiso de cancelar las deudas existentes con los jubilados y pensionados que viven en el país y en el exterior

Los diputados de la Asamblea Nacional (AN) aprobaron un Proyecto de Acuerdo en rechazo a las acciones de la administración de Nicolás Maduro en contra de los jubilados  y pensionados venezolano y consignarán un informe ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas para dar cuenta de la situación tanto en el país como de los que viven en el exterior.

En sesión virtual, los parlamentarios también aprobaron hacer una investigación, luego de la salida de Nicolás Maduro del poder, «los hechos perpetrados por el régimen de Nicolás Maduro en contra de los jubilados y pensionados para así determinar las indemnizaciones correspondientes».

Igualmente acordaron establecer el compromiso de la AN para reformar la legislación pertinente que «conduzca a otorgar el 100% del último salario a jubilados de la administración pública, una vez cumplidos los requisitos de antigüedad y lo establecido en su sector laboral».

Sobre este punto, el diputado Arnoldo Benítez (Causa R-Aragua) aseguró que los jubilados en Venezuela pierden los beneficios que obtuvieron cuando eran trabajadores activos y sus ingresos disminuyen.

Sobre este punto, el diputado Arnoldo Benítez (Causa R-Aragua) aseguró que los jubilados en Venezuela pierden los beneficios que obtuvieron cuando eran trabajadores activos y sus ingresos disminuyen.

También recordó que en 2016, los diputados aprobaron la Ley de Bono de Alimentación y Medicamentos para Pensionados y Jubilados, que también contó con el apoyo del chavismo, pero hasta la fecha no se ha pagado ningún bono. Además señaló que en diciembre de 2018 se sancionó la Ley Especial del Régimen de Asignaciones Económicas por Vejez no Contributivo, con el objetivo de garantizar a los pensionados y jubilados mejorar su calidad de vida.

El diputado pidió a la AN asumir el compromiso de garantizarle a estas personas que viven en Venezuela y en el exterior, la cancelación de las deudas existentes, así como una mejora sustancial de los montos de las pensiones que puedan satisfacer las necesidades mínimas necesarias.

 El parlamentario Héctor Vargas (UNT-Zulia) enfatizó en esta idea y señaló que el Parlamento debe asumir el compromiso de procurar los recursos para garantizar la sostenibilidad del Fondo de Pensiones del sector público. 

Vargas mencionó la necesidad de una asistencia técnica por parte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en conjunto con actores sociales, en base a una dirección tripartita de la seguridad social. 

Gobernaciones destruidas

En la sesión de la AN, los diputados también debatieron sobre la situación actual de las gobernaciones del país. El parlamentario Julio Ygarza (UNT-Amazonas) denunció que todas las instituciones y organismos del estado Amazonas se encuentran en abandono. 

«En el estado Amazonas, por ejemplo, si revisamos el polideportivo emblemáticos de esta región, el José Antonio Páez, está totalmente destruido.  El hospital José Gregorio Hernández, no tiene medicinas, esta sin personal médico, ni enfermeras, sin mantenimiento. Su infraestructura está en total deterioro”.

Ygarza aseveró que las gobernaciones son vitales para que los estados funcionen y se desarrollen, pero que ahora están en manos de gobernadores que representan el fracaso, la usurpación, el abandono y la desidia.

Igualmente el diputado Rachid Yasbek (PJ-Bolívar) explicó que los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro rompieron con el esquema de descentralización de las regiones. Además con el nombramiento de «protectores» en los estados donde el chavismo no controla la gobernación, ha provocado según el parlamentario, que se desvíen recursos y que no existen fondos de inversión.

“Hoy vemos que todo este aparataje que se montó llevó a las gobernaciones a convertirse en pagaderos de nóminas, con sueldos míseros, que no son responsabilidad de quienes dirigen las regiones. Las políticas hambreadoras del régimen, de despilfarro, centralizadas, generaron el clientelismo y la corrupción cada día más galopante. Desparecieron más de 350 mil millones de dólares del presupuesto nacional que debieron haber invertido en las regiones y la gente”, expresó.

“Hoy vemos que todo este aparataje que se montó llevó a las gobernaciones a convertirse en pagaderos de nóminas, con sueldos míseros, que no son responsabilidad de quienes dirigen las regiones».

AN exige menos armas

Los legisladores también debatieron sobre la crisis universitaria y criticaron a la administración de Maduro por destinar más recursos a la compra de armas y aumentos de salarios a los militares y no a la educación.

El diputado Lawrence Castro (VP-Mérida) denunció que el gobierno de Maduro sigue «malgastando el dinero de la nación, robando y le siguen dando prioridad al gasto de armas, en detrimento de la educación, la salud y la alimentación».

En ese mismo punto el diputado Oneiber Peraza (Independiente-Lara) señaló que desde 2007 el gobierno ha ido recortando los presupuestos universitarios. 

“La política de estado que se ha generado en contra de las universidades, son producto de que las universidades venezolanas, han alzado la voz contra del autoritarismo, y en defensa del estado de derecho y la dignidad humana de cada uno de los venezolanos”, añadió.

Por eso para el diputado Luis Barragán (Vente-Aragua) es necesario «internacionalizar» la crisis universitaria, porque «solos no podemos». Como ha hecho en otras intervenciones, el diputado invocó el artículo 187 numeral 11 de la Constitución y pidió a la plenaria suscribir un llamado a la Unesco para una intervención humanitaria en materia educativa.

Universidades y estudiantes no están preparados para modalidad de «educación a distancia»
Universidades manifiestan que dicha modalidad incluye entrenamiento del personal docente y estudiantil, a lo que agregan que requieren de tiempo y destrezas “no adquiridas” actualmente

El ministro de Educación Superior, César Trómpiz, aseguró este martes que el 86% de las universidades están funcionando con modalidad a distancia, sin embargo, las casas de estudio con la mayor matrícula del país aún se encuentran paralizadas.

Trompiz señaló que existen algunas casas de estudio donde la pandemia de coronavirus llegó en el medio del semestre, pero que ya se están incorporando al “plan universidad en casa”. Asimismo agregó que el periodo universitario se extiende hasta el 31 de julio de este año, a lo que añadió que materias no cursadas “pueden ser retiradas por los estudiantes a los fines de no dañar su rendimiento académico”.

A pesar de lo señalado por el ministro Trómpiz, autoridades universitarias no son tan optimistas y se han dado a la tarea de evaluar las condiciones académicas y administrativas reales para la consecución de los semestres a través de la modalidad a distancia.

En el caso de la Universidad Central de Venezuela (UCV) facultades realizaron encuestas entre los profesores y la comunidad estudiantil para “conocer las capacidades y determinar si existe limitaciones que impidan aplicar la modalidad”, así lo informa un comunicado emitido por la Facultad de Humanidades y Educación (FHE), publicado por todos los centros estudiantiles en sus redes sociales, donde aseguraron que ni los profesores ni la comunidad estudiantil, “cuenta con el soporte tecnológico para tal fin”.

Conectividad, equipos y servicios conexos garantizados como la electricidad, son algunas de las causas que impiden llevar a buen puerto la propuesta del régimen venezolano. Las universidades manifiestan que dicha modalidad incluye entrenamiento del personal docente y estudiantil, a lo que agregan que requieren de tiempo y destrezas “no adquiridas” actualmente.

“El contexto nos muestra que no hay manera cierta de llevar las actividades académicas a buen término, menos impartir educación de calidad y equitativa”, expresa la minuta del Consejo de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV, a lo que agregan la ratificación sobre la suspensión de actividades.

El Estado condenó a Universidades

Por su parte, el rector de la Universidad de Los Andes (ULA), Mario Bonucci, recordó que el Estado venezolano ha mantenido una asfixia presupuestaria durante años contra las casas de estudios autónomas del país, que las ha condenado “a la obsolescencia tecnológica”.

Mencionó además, otros factores como los salarios que imposibilitan a los docentes la adquisición de equipos tecnológicos o la donación de tablets y canaimas que nunca llegaron a las universidades autónomas.

El académico expresó que la ULA es pionera en la modalidad de clases a distancia, sin embargo, nada de esto podrá prosperar si el Estado no recupera la plataforma eléctrica y tecnológica. “¿Educación virtual con qué electricidad y con qué internet?”, dijo.

“Las dificultades son obvias, no son nuevas, tenemos años padeciéndolas, pero eso no puede significar que nos quedaremos de brazos cruzados. Debemos mantener contacto con nuestros jóvenes, hay que orientarlos de alguna manera para que no pierdan la esperanza”, dijo Bonucci.

No hay condiciones

Por otro lado, el Consejo Universitario de la Universidad de Oriente (UDO) emitió un comunicado sobre las medidas que contempló para la continuidad de las actividades académicas a distancia. La casa de estudio concluyó que “no hay condiciones académicas para dictar todas las materias” del pensum de estudios de manera virtual. “Sólo se pudiera terminar de esta manera algunas asignaturas teóricas que no requieren de práctica presencial”.

El CU instruyó a cada decano solicitar a sus direcciones de escuela la consulta necesaria con sus profesores y estudiantes acerca de la factibilidad del planteamiento del ministro de Educación Superior.

“Se concluyó que la educación virtual es un método de estudio que requiere del entrenamiento académico adecuado para los profesores involucrados. Es necesaria la formulación de contenidos digitales basados en el programa de cada asignatura, por lo cual, no permite improvisación, como pensar que con un teléfono inteligente, una computadora o tableta se puedan generar contenidos programáticos sin su correcta evaluación”, agrega el comunicado.

En el período 2002-2006, la UDO formalizó el programa de Enseñanza Virtual, sin embargo, a consecuencia de deficiente servicio de internet y la ola de robos y desmantelamiento que han sufrido cada uno de los núcleos, este programa se ha visto frustrado.

“Es la decisión de este consejo que la Universidad de Oriente está dispuesta a apoyar su participación en proyectos como el de La universidad en la casa siempre y cuando sea viable su ejecución en las asignaturas que ofrece. Bajo ningún concepto esta institución sacrificará su calidad académica”, expresa el comunicado.

Estudiantes seguirán protestando: Las amenazas continúan para la universidad
El TSJ suspendió la medida pero insisten en que las casas de estudio hagan cambios en sus reglamentos para renovar autoridades
Entre el 3 y 13 de marzo la UCV realizará un Congreso Estudiantil

 

A pesar de la suspensión de la sentencia N°0324 del Tribunal Supremo de Justicia, los estudiantes universitarios aseguraron que seguirán en las calles protestando «buscando alternativas para encontrar la salida real».

En rueda de prensa el secretario general de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (FCU-UCV), Daniel Hans Cote informó que desde el 3 hasta el 13 de marzo realizarán un congreso estudiantil para definir cuál será la solución que definirá la eliminación absoluta de la sentencia.

«Desde la sede de la FCU-UCV repudiamos la sentencia N°0324 y la suspensión de la medida cautelar que pretende realizar elecciones en las universidades autónomas bajo condiciones que violan la autonomía universitaria», agregó Hans Cote.

Igualmente la Consejera Universitaria, Estefania Cervó señaló que la universidad se encuentra en riesgo. «Las amenazas continúan para la universidad, están actuando de forma inconstitucional».

La sentencia N° 0324 obligaba a la universidades a llevar a cabo elecciones para renovar las autoridades en un plazo de seis meses y además de una renovación del reglamento para que participe el personal obrero, administrativo y estudiantes.

La orden es que se dividieran en cinco sectores electorales y las autoridades tendrían que ganar en al menos tres de esos cinco sectores, además de obtener la mayoría absoluta de los votos (mitad más uno) «sumados los votos de todos los sectores electorales».

En la nueva sentencia N° 0047-200, publicada el pasado 27 de febrero se suspende esta medida cautelar, aunque hace hincapié en que las universidades deberán adoptar los cambios de la sentencia 0324

«Agrega la Sala Constitucional, en su decisión, que las casas de estudio concernidas deberán iniciar un proceso eleccionario que ponga en práctica el principio de universalidad y sectorización de la comunidad universitaria y, a tal efecto, les corresponde ajustar transitoriamente sus reglamentos electorales de acuerdos a los parámetros contenidos en la sentencia N°0324 del 27 de agosto de 2019», señalaron en la sentencia 0047-200.

La Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (Averu) afirmó que la sentencia 324 es violatoria de la autonomía universitaria, pues impone las condiciones para las elecciones de autoridades

 

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ratificó el 27 de noviembre la sentencia 324, de fecha 27 de agosto, y que ordena la renovación de las autoridades rectorales en la Universidad Central de Venezuela (UCV) dentro de un plazo de seis meses.

La sentencia, a cargo de la magistrada Carmen Zuleta de Merchán, ratifica cada una de las partes de la sentencia 324 y que incluye la suspensión de los artículos 31, 32 y 65 de la Ley de Universidades. Según esta decisión, las universidades deben realizar elecciones antes del 27 de febrero.

Los artículos 31 y 32 de la Ley establecen los procedimientos y el quórum requerido para la elección de los cargos de rector, vicerrectores y secretario; mientras que el artículo 65 refiere el sistema para la elección de decanos que «serán elegidos por la Asamblea de la respectiva Facultad y declararán tres años en sus funciones».

 

La vigencia de este último artículo fue suspendido a pesar de que en varias facultades de la UCV hay nuevos decanos que fueron recién electos.

 

Además, la sentencia ordena «la igualdad de condiciones para elegir las autoridades universitarias», según el artículo 34, apartado 3, de la Ley Orgánica de Educación (LOE), el polémico procedimiento conocido como 1×1 que desde 2009 (fecha de la promulgación de la LOE) se ha convertido en una piedra de tranca para la renovación de autoridades, y que generó un limbo jurídico desde 2011, cuando la Sala Electoral y luego la Constitucional del TSJ admitieron recursos que se contradecían y ante el conflicto de competencia se impidieron nuevas elecciones en todas las universidades autónomas que tienen en promedio siete años de retraso para la renovación de los cargos de rectoría y decanatos.

Este artículo de la Ley de Educación establece que las elecciones universitarias deben realizarse en proporción igualitaria para profesores, estudiantes, empleados y obreros, pero la Ley de Universidades estipula que los reglamentos serán diseñados y normados con autonomía por cada consejo universitario.

El TSJ también ordena dividir a los electores en cinco grupos: profesores, estudiantes, egresados, obreros, y personal administrativo, pero según el TSJ para ser electo y proclamado como la autoridad de la UCV se necesita ganar en tres de los cinco sectores y al mismo tiempo lograr la mitad del total de votos obtenidos de los cinco sectores.

 

También se establece que será el Consejo Nacional de Universidades (CNU) el ente que convoque el cronograma electoral y no las comisiones de cada casa de estudio, según sus propios reglamentos.

 

La Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (Averu) afirmó que la sentencia 324 es violatoria de la autonomía universitaria, pues impone las condiciones para las elecciones de autoridades, contrariando lo establecido en la Ley.

Cualquier cambio que se produzca debe ser interno, a juicio de Cecilia García Arocha, rectora de la UCV y una de las que debe someterse a estas elecciones. «No puede ser impuesto (…) una sentencia en vacaciones para decidir cuándo se harán las elecciones y si no se hace como ellos dicen nosotros estamos destituidos».

Profesores van a paro universitario este 22 y 23 de octubre
Representantes de Apucv coordinarán también con movimientos estudiantiles para realizar acciones en conjunto en las próximas semanas

 

Víctor Márquez, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (Apucv), anunció la mañana de este lunes que se unirán al paro nacional convocado por el sector educativo para los días 22 y 23 de octubre.

«Martes y miércoles paro nacional de universidades en solidaridad con el magisterio, el día jueves movilización y protestas acompañando al pueblo zuliano y nos incorporaremos a todas las acciones que tengan como finalidad darle punto final a la situación dramática que estamos viviendo», dijo.

Durante una rueda de prensa, reiteró la crisis que enfrentan la UCV y denunció que el presupuesto universitario que presentó el gobierno sólo cubre 10 % de las necesidades que tienen las casas de estudios superiores.

«Esto es una grosería y una falta de respeto», dijo al sostener que el Ejecutivo está condenando a la «destrucción» a las universidades venezolanas.

Márquez afirmó que se encuentran en desobediencia civil permanente y que se reunirán con otros gremios y sindicatos para tomar nuevas acciones.

Reiteró que rechazan la sentencia emitida por el Tribunal Supremo de Justicia que establece un adelanto de las elecciones de las autoridades universitarias, pues consideran que la sentencia es ilegal y va en contra de lo que establece la Ley de Universidades.

 

 

*Con información de UR