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Teodoro Petkoff

#NotasSobreLaIzquierdaVenezolana | La izquierda venezolana, ¿una autocrítica que terminó en la nada? (II)
En su tesis de grado (1979), Pastor Heydra define a buena parte de la izquierda que respaldó a Rafael Caldera en 1993 y en 1998 a Hugo Chávez, un militar arrojado sin ningún proyecto coherente para el país

 

@YsaacLpez

En este cuadro que nos pinta Pastor Heydra en 1979 se define a buena parte de la izquierda que respaldó a Rafael Caldera en 1993, un viejo exponente de la más conservadora política nacional, y en 1998 a Hugo Chávez, un militar arrojado sin ningún proyecto coherente para el país. Sin pretensión de visionario, al régimen que ha gobernado a Venezuela desde 1999 le seguirá seguramente la muerte de la izquierda nacional, aquella que a decir de Domingo Alberto Rangel –creador de mil tentativas de ese mismo espectro político nombrado- se suicidó al apoyar al salvador de la patria, oriundo de Sabaneta de Barinas.

“La izquierda marxista venezolana es poliforma. Se presenta bajo diferentes formas sin cambiar básicamente su naturaleza. A partir de la derrota político-militar que sufrió en los años 60, se produjo un proceso de atomización de sus dos principales organizaciones (PCV y MIR) que se agudizó después de 1968 con la crisis mundial del marxismo, luego de la Primavera de Praga y el ingreso de un (sic) parte de sus agrupaciones a la lucha legal y democrática. Actualmente hemos podido constatar la existencia de 27 agrupaciones que conforman el mundo ‘polinésino’ de la izquierda marxista venezolana. Aun cuando en las elecciones de 1978 las ocho agrupaciones izquierdistas que participaron en su conjunto obtuvieron 13.49 por ciento de los votos, y en las municipales del 79 lograron un acuerdo electoral que le reportó 18 por ciento de la votación. Su realidad es suma dispersa de grupos, esfuerzos y votos que integran un archipiélago cromático, con diversas politologías: unos afectos a la ruptura, otros a la evolución. Y cuyo único punto de unión es la búsqueda de una utopía hasta ahora indefinida llamada Socialismo”. (p. 231)

Tesis de Grado de 1979 de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, cuyos jurados evaluadores fueron Jesús Sanoja Hernández, Alfredo Maneiro y Juan Páez Ávila, este trabajo de Pastor Heydra, −destacado dirigente estudiantil primero y después, funcionario de confianza de la presidencia de la república, periodista polémico y parlamentario− es de principal importancia para entender la contemporaneidad de un país que como Venezuela transita desde 2007 las sendas trazadas desde un proyecto político que se enmarca en lo que se ha denominado socialismo del siglo XXI.

Es decir, la constante derrota de las propuestas de la izquierda en su aspiración de tomar el poder que muestra el autor entre 1923 y 1978, al fin alcanzaron la meta y desde hace más de veinte años vivimos en “Revolución Bolivariana, Socialista y Chavista”, un mezclote que bien valdría la pena identificar históricamente, aunque no es ese el objetivo de esta reseña, sino el acercamiento al tiempo precedente que pueda darnos claves para entender el hoy.

Aunque Heydra señala que se trata de un “extenso reportaje”, tanto él como Sanoja Hernández en su presentación asumen la función del historiador. No son periodistas investigadores, son historiadores, o por lo menos así se autocalifican. Importante esto en un momento del país donde los historiadores profesionales no habían salido a la palestra pública, donde el relato histórico se mezclaba con la crónica y el análisis político-periodístico. Donde los operadores políticos y los periodistas se confundían, y los historiadores no ejercían de opinantes y asesores.

Para el Pastor Heydra de 1979, la izquierda había permanecido cincuenta años en el umbral de Venezuela, sin poder ser una alternativa válida de poder. El texto, al que en un momento califica de extenso reportaje y en otro de recuento histórico, se dirige a explicar las causas de esa tara, de ese impedimento de los partidos políticos de izquierda en hacer llegar su mensaje a amplios sectores del país.

Heydra pasa revista a principales sucesos, desde la fundación del Partido Revolucionario Venezolano en 1926 hasta diciembre de 1978 cuando se realizan las elecciones presidenciales que gana por segunda vez el partido socialcristiano COPEI.

Al indagar en los porqués de la eterna minoría de la izquierda venezolana, Pastor Heydra es punzante al señalar: “No es mi culpa que la realidad de la izquierda haya sido en lo fundamental un desencuentro constante consigo misma y con el país, una desesperanza casi permanente, una sucesión de errores humanos, teóricos, políticos, sociales.” (p. 9)

El autor no busca en causas ajenas a la propia idiosincrasia de la izquierda nacional las razones de su escasa ascendencia en las masas populares.

Identifica puntualmente desde la introducción de su trabajo esos factores:

1. El predominio de una peculiar cultura, mezcla de las concepciones caudillistas que prevalecieron en el país durante el siglo XIX y la particular y mecánica interpretación que hicieron de las nuevas teorías sociales y de los cambios revolucionarios;

2. La copia permanente de esquemas foráneos y la incapacidad para comprender al país, lo que la convirtió en una fuerza desarraigada de la nación;

3. El peso de las mediaciones y rivalidades humanas entre sus líderes en la conducción de sus políticas;

4. Falta de soltura y habilidad para salvar los escollos; y

5. Los fantasmas ideológicos que la misma izquierda fue creando.

Señala Heydra entre las constantes en la historia revolucionaria de Venezuela y de las izquierdas marxistas del país la mezcla de conciencia y aventura, también el pensamiento rígido, dogmático, cerrado sobre sí mismo, el subjetivismo, mimetismo, seguidismo, mesianismo, incomprensión de la realidad, sectarismo e inexistencia de perspectiva de poder, visión consular y staliniana. (pp. 29, 38, 56 y 77)

Pero la pregunta que una y otra vez tienta a Heydra es el porqué de la incapacidad de la izquierda venezolana de llegar hasta las grandes mayorías de la población.

No es nada complaciente el autor, que en aquellos momentos había enfrentado a la alta dirigencia del MAS y sus procedimientos tan parecidos a los del Partido Comunista de Venezuela del cual se había escindido en 1971. Pastor Heydra señala que pesaban conveniencias y dificultades a la hora de ensayar una respuesta.

El autor presenta la larga lista de los que, a su juicio, son los errores cometidos por la izquierda marxista-leninista de 1928 a 1978: 1. Desconocimiento de la realidad nacional; 2. Dependencia ideológica de la URSS; 3. Escasa elaboración política propia; 4. Sujeción a esquemas foráneos de comportamiento político; 5. Falta de flexibilidad y de audacia en el tratamiento de las relaciones socio políticas; 6. Interpretación dogmática del marxismo; 7. Defensa principista de otras realidades internacionales por encima de la problemática nacional; 8. Ausencia de una estrategia de poder; 9. Ausencia de un proyecto político venezolano; 10. Incomprensión del fenómeno democrático representativo; 11. Subjetivismo, inexperiencia, seguidismo, voluntarismo y esquematismo; 12. Anteposición de los deseos y de sus dogmas a las realidades; 13. Verticalismo orgánico. Limitación de la democracia interna; 14. La organización entendida como fin; 15. Excesivo peso de las mediaciones humanas, de las pugnas por el liderazgo en sus relaciones internas; 16. Visión mágico-religiosa y mesiánica de la revolución: 17. Incomunicación con la mayoría del país; 18. Extremismo; 19. Subestimación de las fuerzas del contrario, sobreestimación de las propias; y 20. Colaboracionismo.

El autor, que muestra tener fricciones con antiguos jefes de la lucha armada como Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff o Rafael Elino Martínez, sus compañeros-rivales en las contiendas internas del MAS de la segunda mitad de la década de los setenta, señala sobre aquel proceso: “El estruendoso fracaso del movimiento revolucionario. Es decir, la derrota de la cultura y una concepción política desfasados; el fracaso de sus direcciones, sería matizado, como siempre, con sofismas, falsos enunciados y supuestos logros. “conquistamos una voluntad de poder”. (sic) “Ha sido la etapa más rica del movimiento revolucionario venezolano”. “La experiencia que hemos sacado es extraordinaria” y los lugares comunes que son utilizados en toda derrota, acompañados de las promesas luminosas que nuevamente por falta de tino de prácticamente los mismos hombres y de sus mismos convencimientos teóricos, volverán a incidir en nuevos ocasos de la izquierda venezolana.” (p. 139).

Es aun más incisivo Heydra al inquirir: “Cabría preguntarse ¿cuál ha sido la experiencia real de esta época? ¿Cuáles son las conclusiones que pueden derivarse de lo negativo de la lucha guerrillera, de la importancia de la lucha de masas, de la flexibilidad que se debe tener en política etc.? Pero ¿habría que hacer un esfuerzo mayor para indagar las secuelas que en la mente de dirigentes y militantes dejó esta frustración política? ¿Cuáles traumas ocasionó y cómo ellos se expresan hoy? (sic) ¿Por qué un movimiento cargado de mesianismo; voluntarismo; sectarismo? Dogmatismo, desapego a la realidad; (¿calco?) de experiencias foráneas; stalinismo; verticalismo; autocratismo; simplismo; subjetivismo; como el mismo se ha autocalificado, en el proceso que va de 1960 a 1967 tiene que mantener los elementos básicos de esos defectos hacia los cuales no se ha hecho mayor labor de corrección.” (p. 141) ¿Juzgaba Pastor Heydra a la dirigencia de la lucha armada de los años sesenta, o a la del MAS en el cual militaba y cuyas practicas enfrentó hasta desligarse de la organización? A la final, son la misma y el periodista encuentra las mismas prácticas.

Para Heydra, 1968 fue un año de gracia para la izquierda nacional. La polémica y consecuente distanciamiento de los cubanos permitió un deslinde de factores de sujeción político-dogmáticos, y la ampliación de miras en un importante contingente del sector. El Mayo francés y la invasión soviética a Checoeslovaquia servirán de clavidaje para asumir cambios operados como la paulatina política de distensión que sustituía a la Guerra Fría, la multipolarización de los bloques mundiales, la quiebra del modelo burocrático y autoritario del socialismo del Este, y el surgimiento de una nueva izquierda no comunista.

Las polémicas entre vieja y nueva dirigencia, señala Heydra, expondrán un interesante debate sobre la historia reciente y lejana de los revolucionarios venezolanos, la cual valdría la pena seguir en órganos partidistas como la revista Documentos Políticos, Tribuna Popular y Deslinde. Los tres elementos más relevantes de ese debate eran, según Heydra: 1. La definición de qué país era Venezuela, para poder establecer el contenido del proceso revolucionario y propósito que se perseguía; 2. La ubicación internacional del partido, sus relaciones con los centros del poder mundial comunista; y 3. El partido como organización, concepción de vanguardia revolucionaria, relaciones con las masas, modelo de estructura política, principios y normas (p. 159).

Nacerían luego de la política de pacificación de 1969 dos izquierdas, la legal participante del juego democrático y la radical empeñada en la subversión. Ambas, sin embargo, calzaban en la caracterización realizada por Heydra.

La primera era representada para 1979 por el MAS, MIR, PCV y Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), cuya militancia oscilaba entre 8000 y 40.000 personas –según Heydra sin exhibir fuentes-; otras catorce agrupaciones que no habían participado en procesos electorales, entre ellas Tendencia Revolucionaria, PRV (Partido de la Revolución Venezolana), PST (Partido Socialista de los Trabajadores), EPA (El Pueblo Avanza), Primero de Mayo, CUP (Comité por la Unidad del Pueblo), Proceso Político y El Nuevo Venezolano, cuya militancia calculaba Heydra en 300 personas.

Mientras la segunda la representaban BR (Bandera Roja), BR-ML-FAS (Bandera Roja Marxista Leninista-Frente Américo Silva) y MRT (Movimiento Revolucionario de los Trabajadores). También menciona el autor otras organizaciones como Vanguardia, Liga Socialista, GAR (Grupo de Acción Revolucionaria), Causa R, MCR (Movimiento Comunista Revolucionario), y CLP (Comité de Lucha Populares). Unos afectos a la evolución, otros a la ruptura.

Diez años después, en 1978, el 89,97 % de los venezolanos habían optado electoralmente por las alternativas tradicionales, consolidando el bipartidismo. Luis Herrera Campins sería el más adeco de los presidentes copeyanos –Manuel Caballero dixit– y el único copeyano capaz de ganarle una elección a Acción Democrática -Luis Herrera dixit-.

El candidato del MAS, José Vicente Rangel, –junto con los otros tres candidatos de la izquierda- no lograron el milagro de superar el 7.76 % de la votación, en un país donde el Consejo Supremo Electoral mantenía niveles de independencia e imparcialidad frente a la maquinaria del poder.

En 1998, dos décadas andadas, la izquierda llegaría a ser la convidada de piedra en un Volkswagen a ninguna parte, pero en 1978: “Su realidad la sigue constituyendo la suma dispersa de votos y esfuerzos de las ocho organizaciones de vida legal que la integran sin contar la veintena de agrupaciones que conforman su archipiélago. Su incidencia en la vida nacional, hasta ahora, persiste en sostener el curso tangencial que sus programadores le han imprimido en los últimos diez años.” (p. 16)

Adherente de la candidatura de José Vicente Rangel en el MAS, participante de la acalorada disputa interna, la oligarquía partidista que nombra Heydra en 1978 tiene nombres propios: Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Freddy Muñoz… en aquel Movimiento al Socialismo que se ufanaba en público de la convivencia y beligerancia de tendencias en su seno: teodorismo, rangelismo… y después halcones, perros, tucanes, tercer mundo… pero donde al final pareció imponerse la voluntad del soviet supremo, del comité central, de la cúpula.

Lo que cuestionaron ellos al PCV, y lo que años más tarde trataría de hacer Caldera con COPEI –y ante la oposición de los delfines prefirió dividir al partido–, o Alfaro Ucero con AD, y ante la resistencia de sus compañeros optó por acabar con la organización. Característica de la cultura política nuestra, impositiva y escasamente democrática, sin que nada de eso tenga que ver con la presencia militar. Estos y aquellos se encontraron e hicieron feliz convivencia.

Una cultura encadenada –de una u otra manera a pesar de algunos esfuerzos importantes por diseñar otros caminos- a la visión inmediata, violenta y radical del cambio.

Plagada de prejuicios y reticencias hacia todas aquellas concepciones sociales que no sean la particular interpretación que en nuestro país se ha hecho del marxismo. Una cultura que en lo más íntimo de su ser concibe su participación en el régimen democrático representativo como un mero tacticismo, para recuperar, agrupar, preparar y promover sus fuerzas hacia el anhelado “nuevo asalto revolucionario” (pp. 210-211). La explicación queda servida, las fuentes de sustento parecen todas válidas y validadas. Sobre ellas debía volver el historiador preocupado para ratificar el análisis del periodista militante o negarlo.

Para el autor era urgente, para la sobrevivencia de la izquierda nacional, el establecimiento de nuevas definiciones que rompieran con el pensamiento y la actuación tradicional que los socialistas habían tenido, con su pasado y su raíz cultural.

Apunta Heydra que la actuación de la izquierda no estaba complementada con prácticas fundamentales de trabajo en el seno de la población, por lo cual era una fuerza de escasa implantación en las capas y clases que aspiraba a reivindicar históricamente.

Esta historia hecha desde la óptica del periodista, aunque presenta un aparato de notas y referencias con muchas obras de carácter político, también presenta abundante información y datos sin sustento, donde no hay fuentes, referencias, aparato crítico. Privilegio de la narración y el juicio de valor. Dos historiadores profesionales son apenas recurrencia en este escrito de Pastor Heydra: Manuel Caballero y Germán Carrera Damas, más opinante público entonces el primero que el segundo.

El relato de Heydra es el de un participante de la contienda política interna del MAS, desde allí sus aseveraciones, declaraciones y sentencias, desde el debate político que lo enfrenta a otros protagonistas.

Texto importante e imprescindible, hay que reconocer su esfuerzo en el manejo de materiales diversos, el empeño en reconstruir el proceso de la izquierda nacional, y su capacidad para identificar posturas, personajes y momentos a lo largo de cincuenta años de encuentros y desencuentros con el país. Su texto es para el combate, para la pugna político-partidista, para el alegato de asuntos políticos que afectan su militancia.

Ensayo político-periodístico inteligente y agudo, también contiene los intríngulis, manejos, chismes internos del partido, lo pequeño y prosternado.

País de valoración extrema de la verticalidad y consecuencia revolucionaria, la fidelidad a los principios revolucionarios que no son objeto de discusión sino dogma ético, el paso de Pastor Heydra a engrosar las filas de AD y el entorno de Carlos Andrés Pérez marcó la valoración de este y otros trabajos del autor, sin calibrar sus evidentes aportes en el diagnóstico de la trayectoria de la izquierda nacional.

(Pastor Heydra. La izquierda: una autocrítica perpetua (50 años de encuentros y desencuentros del marxismo en Venezuela). Caracas, Universidad Central de Venezuela, Ediciones de la Facultad de Humanidades y Educación, 1981, 252 págs.)

* Historiador. Profesor. Universidad de Los Andes. Mérida

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

#10PensadoresIneludibles | Teodoro Petkoff

@eliaspino

De nuevo un político pura sangre en el repertorio de nuestros pensadores ineludibles. Antes incluimos a Rómulo Betancourt. Ahora cerramos la serie con un controvertido hombre de acción, Teodoro Petkoff, debido a la atrevida interpretación de la realidad que llevó a cabo. Sus ideas fueron capaces de traspasar las barreras nacionales para adelantarse en propuestas de gran significación para las democracias del mundo occidental.

Fue el pionero de una trasformación política susceptible de cambiar la conducta de los partidos de izquierda revolucionaria y su visión de los entornos en América Latina y Europa.

El luchador puesto ante el trance de rectificar sus pasos, lo hace con una profundidad que aconseja a una parte del liderazgo internacional hacer lo mismo debido a que les ofrece el itinerario de una mudanza  prometedora.

En los comienzos de su vida pública, Petkoff fue una figura sobresaliente del movimiento comunista. Participó en las actividades de su partido desde 1949, como agitador desde las filas juveniles. Fue presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Economía de la UCV, donde se graduó con honores y después ejerció como catedrático. Llegó a ser miembro del buró político del PCV.

No conoció el descanso en sus actividades subversivas contra la dictadura de Pérez Jiménez y, más tarde, contra los gobiernos democráticos de Betancourt y Leoni. Entonces se incorporó a las guerrillas de las FALN en las montañas de Falcón, Portuguesa y Trujillo. Sus pasos por la cárcel lo llevaron a la celebridad debido a las espectaculares fugas que protagonizó; una desde las alturas del Hospital Militar y otra por un túnel que lo condujo a la libertad junto con otros dos prisioneros famosos, Pompeyo Márquez y Guillermo García Ponce.

En 1969 se acogió a la política de pacificación promovida por el gobierno de Caldera, para dedicarse a la renovación de la organización en la que militaba desde la juventud. De sus propuestas resultaron la división del PCV y la fundación del MAS, en 1971, una tolda harto atractiva en sus inicios. Luego fue diputado en el Congreso Nacional y candidato presidencial en 1983 y 1988, sin lograr el favor de los electores. En 1992 se postuló para la Alcaldía de Caracas, pero fracasó en su aspiración. En 1993 participó activamente en el retorno de Caldera a Miraflores y ocupó en su administración el cargo de Ministro de Cordiplan.

Se retiró del MAS debido al vínculo establecido por sus dirigentes con la “revolución bolivariana”. El ascenso de Chávez lo llevó a la actividad periodística como director de El Mundo, vespertino muy popular, y después como editor de Tal Cual, un periódico independiente que creó para enfrentarse al oficialismo. Perseguidos por la autonomía de sus criterios, el fundador y su impreso sufrieron acoso judicial sin doblegarse.

Se hizo merecedor de dos galardones por la valentía de su trabajo en la prensa cotidiana: los premios Moors Cabot y José Ortega y Gasset. La revista Foreign Policy lo incluyó entre los pensadores más influyentes del mundo en 2011. Destacan en su bibliografía los siguientes títulos: Checoslovaquia: el socialismo como problema, El socialismo irreal, Proceso a la izquierda, Porqué hago lo que hago, Del optimismo de la voluntad: escritos políticos, Una segunda opinión y Chávez Tal Cual. Parte de su trabajo y de sus ideales fue recogida  por los periodistas Ramón Hernández y Alonso Moleiro, en libros de provechosa consulta.

La invasión de Praga en 1968 por las fuerzas soviéticas es el motivo fundamental que provoca los aportes de su pensamiento, hasta llevarlo a plantear una renovación de las organizaciones comunistas en el país y, debido a la perspicacia de sus observaciones, igualmente en otras latitudes. Las conmociones del Mayo francés, capaces de provocar entusiasmo generalizado en las nuevas generaciones de la época, también provocan las reflexiones que ahora importan; sin subestimar la influencia de la realidad venezolana debido a la cual comprueba las dificultades insuperables de la lucha guerrillera para tomar el poder y, más todavía, la distancia de las aspiraciones populares con los métodos de lucha de los grupos subversivos.

Asume el desafío inédito de establecer vínculos entre los proyectos socialistas y los principios de la democracia representativa. Jamás nadie antes había planteado la obligatoriedad de un nexo que antes cualquier político de la izquierda tradicional hubiera calificado de temeridad, o de traición.

Sin abandonar los valores que considera fundamentales desde su juventud, sin alejarse de sus postulados esenciales, proscribe los caminos de la alteración violenta del orden social para llegar a estadios de justicia colectiva y convivencia equitativa.

De allí su insistencia en críticas severas de la izquierda venezolana, no solo capaces de provocar el decaimiento del antiguo y anémico PCV, sino también de atraer a sectores intelectuales y a grupos juveniles en la fragua de una bandería, o de una opinión colectiva capaz de hacer una lectura diversa de Venezuela y de disputar el monopolio de los tradicionales partidos de masas. Desde la fundación de Acción Democrática, no se había presentado a la sociedad una propuesta susceptible de mudar las relaciones políticas. Desde las postrimerías del posgomecismo, nadie había movido la corriente de la política con un ímpetu capaz de renovarla de veras.

Poco dado a los alardes, Petkoff soltó en una entrevista la siguiente afirmación: “Nosotros inventamos el Eurocomunismo”. Como la metamorfosis de los movimientos marxistas y la nueva indumentaria que estrenan los partidos leninistas de Europa, hasta el extremo de no reconocerse ante el espejo, suceden después de la circulación de su libro sobre Checoslovaquia y luego de su advertencia en torno a las limitaciones de las ideas predominantes en la izquierda, es evidente el papel de adelantado que se le debe atribuir en un fenómeno de escala universal.

Cuando las autoridades de la Unión Soviética decretan una solemne excomunión de sus ideas y Fidel Castro lo acusa de agente de la CIA, de relapso sin posibilidad de redención, los principios de renovación que ha pregonado aumentan su prestigio e influyen en las transformaciones del comunismo europeo. En América Latina conducen a la fundación de toldas como la que ha creado en su país. O a la proliferación de grupos de opinión que congenian con sus postulados.

Razones todas de sobra para incluir a Teodoro Petkoff en la nómina de los diez pensadores ineludibles de Venezuela. También para sentir cómo pueden las vicisitudes nacionales conducir a capítulos de iluminación, y cómo pueden hacernos sentir cercanos al legado de un político que formó parte de nuestras simpatías, o de nuestras diferencias. A ser también Historia Contemporánea, en suma.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Laureano Márquez P. Oct 31, 2019 | Actualizado hace 1 mes
El sentido de la vida

Se cumple un año de la muerte de Teodoro. La muerte es cosa necesaria para los seres humanos porque le da sentido a la vida, nos completa, remata nuestra obra. Sin la muerte somos siempre seres inconclusos, por ello en la película Los inmortales (Highlander,1986), la recompensa final para el vencedor es poder vivir una vida con la certeza de la muerte, en la que cada cosa cobra significado.

Según Viktor Frankl el sentido de la vida consiste en hallar un propósito personal, que conlleva una responsabilidad para con nosotros mismos y con el resto de los seres humanos. Creo que Teodoro perteneció a esa clase de venezolanos que tenían al país como norte como propósito, que hallaban en la búsqueda de la felicidad colectiva, la felicidad propia.

 

Eran personas capaces de rectificar el rumbo –porque de eso se trata a veces vivir– y lo hacían con honestidad. Tenían el coraje de decir “me equivoqué” y asumir los costos de ello, que a veces fue muy alto. Los venezolanos hace tiempo que no sabemos de rectificación, de cambio de rumbo cuando un propósito se muestra inútil o inadecuado. Se prefiere insistir en el error y justificarlo. Venezuela conoció la democracia porque mucha gente estuvo de acuerdo en enmendar yerros del pasado, que todos los sectores políticos los tuvieron en mayor y en menor medida. Las transiciones son producto de la rectificación de todos, del deseo de paz y avance compartido por encima de aspiraciones sectarias y ambiciones personales.

Otra cosa que tenía esa gente de antes a la que pertenecía Teodoro: la honestidad por encima de todas las cosas. Personas que entendían la función pública como actividad de servicio, no como vía de enriquecimiento.

 

Ciertamente la corrupción ha sido un mal presente en la historia nacional desde el nacimiento mismo del país, pero hemos contado con ejemplos de honestidad intachables en muchos de nuestros más destacados dirigentes.

Teodoro perteneció también a esa generación de políticos con pensamiento sólido y profundo producto de una brillante formación que se realizaba, casi siempre, en las universidades nacionales porque la propia dinámica de la actividad pública les impedía a los dirigentes irse al extranjero, salvo que fuese por causa del exilio provocado por las dictaduras.

Teodoro representó para el país el sueño de una izquierda democrática, fue pionero mundial en introducir en el debate de la izquierda de su momento, sectaria, sometida a la Unión Soviética y a Fidel, la irrenunciable obligación de los principios de la democracia y la libertad. Lamentablemente, en nuestro continente las experiencias de izquierda han fracasado por su escaso o nulo compromiso con tales valores.

Por ello se han convertido en frustración para los pueblos que nunca alcanzan la anhelada justicia y equidad –incluso retroceden en ese terreno–, además de padecer dictaduras que son tanto e incluso, a veces, más deleznables y criminales que las de derecha. Seguramente por ello Teodoro se opuso con tanta fuerza a lo que Chávez representaba en su momento, porque intuía que era una farsa que terminaría conduciéndonos a la terrible y criminal dictadura destructiva, que padecemos.

Teodoro encontró sentido a su vida desarrollando pensamiento propio, como hacen los auténticos intelectuales que no se dejan atar por dogmas, que trazan nuevos rumbos, que exploran caminos políticos inéditos. Los que le conocimos personalmente desde este periódico podemos dar fe de que cada conversación con él nos dejaba una enseñanza, que su vida fue de auténtico testimonio de la sencillez y honestidad que predicaba.

Sus compañeros de TalCual, le recordamos con admiración y afecto. Su trayectoria nos compromete a tratar de seguir su ejemplo, encontrando en lo que hacemos el sentido de la vida que él encontró en la suya.

No te vayas a poner bravo por ello, Teodoro, pero se te recuerda con cariño y se te extraña…
Y dijo Teodoro desde el más allá: «¡ya está bueno, ya, puej de tanta jaladera, chico!, seguro son vainas tuyas, Gloria»

 

@laureanomar

2018 de amargas e inesperadas despedidas

@franzambranor

 

“Puedes llorar porque se ha ido, o puedes sonreír porque ha vivido”, reza un fragmento del poema escrito por el inglés, David Harkins.

La muerte volvió a cabalgar en este 2018 y se llevó consigo a figuras entrañables y de notable influencia como Stephen Hawking, José Antonio Abreu y Teodoro Petkoff,

El suicidio tuvo especial protagonismo en el año que está por culminar. El chef Anthony Bourdain, el DJ Avicii, la modista Kate Spade, los actores Mark Salling y Margot Kidder y el periodista Alejandro Cañizalez optaron por quitarse la vida.

El cine, la televisión y el teatro fueron los segmentos más golpeados. Se despidieron los directores Bernardo Bertolucci, Diego Rísquez, Isao Takahata, Penny Marshall y Levy Rossell, así como los intérpretes Burt Reynolds, Reg Cathey, Emma Chambers, Bill Daily, “Pepeto” López y “Cayito” Aponte, además del productor y creador del universo de comics Marvel, Stan Lee.

La música también tuvo su aparte con Dolores O’Riordan, Charles Aznavour, Aretha Franklin, Monserrat Caballé, Evio Di Marzo, Lucho Gatica y Chiquetete.

El beisbol venezolano sufrió las tempranas e inesperadas partidas de José Castillo, Luis Valbuena y Marcos Carvajal.

A continuación una lista de quienes se despidieron en este 2018:

 

Diego Rísquez. 13 de enero

El cineasta venezolano murió a los 68 años de edad, como consecuencia de un cáncer cerebral. En su hoja de trabajo figuran 14 películas, entre las que destacan: Bolívar, sinfonía tropikal; Orinoko, nuevo mundo; Amérika, terra incógnita; Karibe con tempo; Manuela Sáenz, la libertadora del Libertador; Francisco de Miranda; Reverón y más recientemente El Malquerido.

Dolores O’Riordan. 15 de enero

Mientras se encontraba en Londres para una sesión de grabación, la vocalista de la banda irlandesa The Cranberries falleció a la edad de 46 años. La investigación reveló que la cantante había muerto ahogada en una bañera después de ingerir una gran cantidad de alcohol. Con The Cranberries, O’Riordan amaso éxitos musicales como “Salvation”, “Just my imagination”, “Ode to family” y “Free to decide”. Posteriormente incursionó como solista. En octubre de 2010 la banda ofreció un par de conciertos en Venezuela.


Rafael Sylva. 16 de enero

Fue el productor del programa más longevo de la radio venezolana: Nuestro Insólito Universo. Junto a Porfirio Torres estuvo al frente del micro de 5 minutos, donde se cuentan historias asombrosas desde hace 50 años. La primera edición salió el 4 de agosto de 1969 a través de Radio Nacional de Venezuela.

Nicanor Parra. 23 de enero

Fue un poeta, matemático y físico considerado el creador de la antipoesía. Recibió el premio Miguel de Cervantes en 2011 y fue candidato al Nobel de la Literatura. Entre sus obras figuran “Artefactos”, “El anti Lázaro”, “Ecopoemas” y “Discursos de sobremesa”. Tenía 103 años cuando falleció.

 

Marcos Carvajal. 28 de enero

El pitcher murió víctima de una pulmonía a los 33 años. Familiares no pudieron conseguir el medicamento que necesitaban. Debutó en las grandes ligas con los Rockies de Colorado y posteriormente jugó con los Marlins de Florida, hoy de Miami. En Venezuela fue parte del cambio que llevó a Jesús Guzmán de los Cardenales de Lara a los Leones del Caracas

 

Mark Salling. 30 de enero

Conocido por interpretar el personaje de Noah en la serie de Fox “Glee”, el actor de 35 años se ahorcó bajo un árbol cerca de su casa en California. En 2015 fue arrestado por poseer pornografia infantil y dos años después se declaró culpable del cargo por el que hubiese podido enfrentar una pena de entre 4 y 7 años de prisión.

 

Reg Cathey. 9 de febrero

Actor secundario que pasó a la posteridad por interpretar a Freddy en la serie “House of cards”, el cocinero que termina siendo cercano a Frank Underwood (Kevin Spacey). Cathey también intervino en otras series de TV como “The Wire” y “The Blacklist” y en el cine: “La Máscara”, “Seven” y más recientemente “Los 4 fantásticos”.

 

Emma Chambers. 21 de febrero

Pasó a la posteridad por interpretar el personaje de Honey Thacker, la hermana de Hugh Grant en la comedia romántica Notting Hill. Estaba casada con el también actor Ian Dunn. Falleció a la edad de 53 años de aparentes causas naturales en su casa de Lymington, Inglaterra.

 

Merci Mayorca. 2 de marzo

La animadora de los programas infantiles de los 90, Chamocropolis y Supercropolis junto a Raúl González, murió tras una larga batalla contra el cáncer en la ciudad de Miami a la edad de 52 años. Después de su etapa como animadora de TV, Mayorca se dedicó a la producción de comerciales. Estuvo casada con el músico venezolano Ilan Chester, de quien era manager.

 

“Cappy” Donzella. 3 de marzo

Santos Calixto Escalante Donzella murió a la edad de 84 años mientras dormía. Era hermano del también locutor Alfredo Escalante y junto a Napoleón Bravo e Iván Loscher formó parte de una generación que revolucionó las ondas hertzianas. Su programa Vaudeville se transmitió por Radio Capital.

 

Hubert de Givenchy. 10 de marzo

El diseñador francés y fundador de la casa Givenchy vistió a celebridades de la talla de Audrey Hepburn, Elizabeth Taylor, Grace Kelly y Jackie Kennedy. Falleció en París a la edad de 91 años. “En lugar de flores y coronas, prefirió una donación para Unicef”, dijo Givenchy antes de morir.

 

Stephen Hawking. 14 de marzo

El científico falleció a la edad de 76 años en Cambridge, Reino Unido, tras batallar por 55 años con una esclerosis lateral amiotrófica, la cual le dejó completamente paralizado y le forzó a comunicarse a través de un aparato generador de voz. Fue el pionero del estudio de los agujeros negros y del origen del universo. Su libro Breve Historia del Tiempo: “Del Big Bang a los agujeros negros” figura entre los más vendidos en el mundo entero. En 2014, el actor Eddie Redmayne ganó el Oscar al mejor actor por interpretarlo en la película “La teoría del todo”.

José Antonio Abreu. 24 de marzo

El fundador del Sistema de Orquestas murió a los 79 años. La causa del fallecimiento nunca fue revelada por los familiares. Abreu, nacido en Valera, estado Trujillo, creó una plataforma de enseñanza musical para sectores menos favorecidos alcanzando reconocimiento mundial. Fue galardonado con premios como: Eramus, Música Polar, Trebbia, Príncipe de Asturias y Orden del Sol Naciente.

Evio Di Marzo. 28 de marzo

El cantante y compositor, ícono de la música alternativa en los 80 y hermano del también cantautor Yordano, fue asesinado en Caracas por maleantes que pretendían robar su carro. Di Marzo fue el cerebro detrás de la banda de música tropical de vanguardia Adrenalina Caribe. Entre sus éxitos figuran “Selva del tiempo” “Yo sin ti no valgo nada” y “De dónde viene tu nombre”. De profesión antropólogo, era simpatizante del chavismo y se convirtió al islam. Antes de morir a la edad de 64 años, víctima de la inseguridad, dijo que había decidido laborar como taxista porque el dinero no le alcanzaba.

Winnie Mandela. 2 de abril

La segunda esposa del líder sudafricano Nelson Mandela murio a los 81 años en Johannesburgo. Estuvo presa y fue desterrada por apoyar la lucha armada de negros contra blancos. Fue ministra de arte, cultura, ciencia y tecnología en 1994. Se separó de Nelson Mandela en 1992 y divorció cuatro años después. En 1988 recibió el Premio de la Solidaridad de Bremen.

 

Isao Takahata. 5 de abril

El director, productor y guionista japonés falleció a los 82 años como consecuencia de un cáncer de pulmón. Fue el creador de series animadas que tuvieron rotundo éxito en Venezuela como “Heidi” y “Marco”. Dirigió cinco películas, su obra más célebre: La tumba de las luciérnagas

Alejandro Cañizalez. 6 de abril

El reportero, que alcanzó notoriedad por su trabajo desde el helicóptero de Traffic Center describiendo el tránsito en Caracas, fue encontrado sin vida en su residencia de Caracas. Su novia, Rebeca León, dijo que el periodista atravesaba por un cuadro de depresión y ataques de ansiedad. “Los pensamientos de tristeza estuvieron presentes todo el tiempo, pero a ese punto de llegar al suicidio nunca lo manifestó” dijo en una entrevista radial.

 

DJ Avicii. 20 de abril

Su cadáver fue encontrado con cortes autoinflingidos de cristal en cuellos y brazos en la ciudad de Mascate en Omán. El sueco de 28 años y cuyo nombre era Tim Bergling es el autor de éxitos como “Wake me up”, “Hey brother” y “Levels”. Ocupó el puesto 28 en la lista de los 100 mejores DJ de la revista DJ Magazine.

Verne Troyer. 21 de abril

El actor de 81 centímetros se hizo famoso por el papel de “Mini me” en la trilogía de Austin Powers. Troyer también intervino en la versión de “El Grinch” que hizo Jim Carrey y en “Harry Potter y la piedra filosofal”. Troyer, quien padecía problemas de adicción, murió a la edad de 49 años por envenenamiento con alcohol.

Levy Rossell. 25 de abril

El actor y director de teatro falleció a la edad de 63 años. Responsable de la formación de muchos actores en Venezuela, Rossell había sufrido un accidente cerebro vascular en junio de 2017. Familiares estuvieron pidiendo medicinas. Trabajo con José Ignacio Cabrujas y fue director artístico del programa infantil Sopotocientos.

 

Margot Kidder. 13 de mayo

La actriz canadiense saltó a la fama por interpretar a Lois Lane en la película Superman en 1978. Como la reportera que se enamora del hombre de acero hizo tres largometrajes más. Sufría de trastorno bipolar desde adolescente y esa condición la condujo a quitarse la vida abusando de drogas y alcohol en su hogar de Montana, Estados Unidos.

Tom Wolfe. 14 de mayo

Considerado uno de los padres del nuevo periodismo estadounidense falleció a la edad de 88 años. Escribió novelas y amplios reportajes. Su publicación más célebre fue “La Hoguera de las Vanidades”, libro que fue llevado al cine de la mano del director Brian De Palma y donde actuaron Tom Hanks, Bruce Willis y Melanie Griffith. Confeso ateo y republicano, tenía como costumbre vestirse completamente de blanco.

 

Kate Spade. 5 de junio

La diseñadora fue la fundadora y ex copropietaria de la marca Kate Spade New York. Vendió sus acciones para dedicarse a su hija Frances Valentine, nombre que le puso a su nueva empresa de modas en 2016. Una ama de llaves consiguió a Spade ahorcada en su apartamento de Manhattan. Kate era esposa de Andy Spade, hermano del comediante David Spade y tía de la actriz Rachel Brosnahan.

 

Anthony Bourdain. 8 de junio

En medio de la grabación de su programa Parts Unknown a través de la cadena CNN, el chef estadounidense optó por quitarse la vida en el cuarto de un hotel en Francia. El informe forense reveló que Bourdain se ahorcó y la causa habría sido una fuerte depresión. El cocinero alcanzó notoriedad por su estilo desenfadado y mordaz en shows televisivos como A Cook’s Tour en Food Network y No Reservation en Travel Channel. Junto a los chefs venezolanos Edgar Leal y Sumito Estévez, dictó una conferencia en Caracas en agosto de 2007.

Santos Blanco. 15 de junio

Fue miembro de la banda de electro pop española Locomia, famosa por sus trajes pomposos, abanicos y babuchas. Comenzaron en una discoteca de Ibiza a mediados de los 80 y obtuvieron fama internacional en los 90. Entre sus países predilectos estaba Venezuela. El programa Sábado Sensacional fue escenario de los españoles en reiteradas oportunidades. Según su agente, Blanco se acostó a dormir y jamás se despertó. Tenía 46 años.

Vinnie Paul Abott. 22 de junio

Fue baterista de la banda de heavy metal Pantera. Alcanzó notoriedad con la agrupación donde su hermano Darrell Lance Abott tocaba la guitarra y el polémico Phil Anselmo era el cantante principal. Ya disuelto Pantera y con la banda Damageplan, Vinnie fue testigo del asesinato de su hermano en pleno escenario durante un concierto en Ohio en 2004 a manos de un fanático molesto por la desaparición de Pantera.

Joe Jackson. 27 de junio

El padre de la dinastía Jackson falleció a la edad de 89 años producto de un cáncer. Fue el creador y productor de los “Jackson Five” de donde salió una de las estrellas más rutilantes del pop mundial: Michael Jackson. Fue acusado de abusar tanto física como psicológicamente de sus hijos.

 

Aretha Franklin. 16 de agosto

Sostuvo una larga batalla contra un cáncer de páncreas hasta que murió a la edad de 76 años. La reina del soul fue una de las artistas más influyentes en la música contemporánea. Su popularidad la empleó para reivindicar los derechos de los afroamericanos y las mujeres en los Estados Unidos. Ganó 18 premios Grammy y fue la primera mujer en ingresar al Salón de la Fama del Rock and Roll.

“Cayito” Aponte. 17 de agosto

A Rafael José Aponte Alvarez le decían “Cayito” porque nació el día de San Cayo, el 22 de abril de 1938.  Fundador de Radio Rochela, programa de televisión considerado el nro. 1 de la comedia venezolana, también se desempeñó como cantante lírico, actor de teatro y animador del espacio Cuentame ese chiste por RCTV. Su fuerte eran las imitaciones, la más emblemática fue la del expresidente Carlos Andrés Pérez. También parodió a Renny Ottolina, Cantinflas y Arturo Uslar Pietri. Murió a la edad de 80 años, víctima de un cáncer en la vejiga.

Stefan Karl. 21 de agosto

El actor islandés famoso por interpretar al villano Robbie Rotten en la serie infantil Lazy Town falleció a la edad de 43 años, víctima de cáncer en las vías biliares. Lazy Town, que estuvo al aire de 2004 a 2007, le dio fama internacional y la oportunidad de interpretar a El Grinch en la adaptación teatral efectuada en Los Angeles.

John McCain. 25 de agosto

El senador estadounidense perdió la batalla contra un cáncer cerebral y murió a la edad de 81 años. Fue veterano de Vietnam y prisionero de guerra por cinco años y medio. Sufrió torturas que le impedían alzar los brazos y se negó a ser liberado hasta que saliese el último de sus subalternos. Fue candidato a la presidencia de Estados Unidos en 2008 por el partido republicano y perdió con el demócrata Barack Obama

Bill Daily. 4 de septiembre

Se hizo famoso por su papel del mayor Roger Healey a lo largo de cinco temporadas en la popular serie de televisión “Mi bella genio” con Larry Hagman y Barbara Eden. La serie era transmitida en Venezuela por Radio Caracas Televisión. Daily también hizo caracterizaciones en las series “Hechizada” y “Alf, el extraterreste”.

Burt Reynolds. 6 de septiembre

La estrella de Hollywood murió a los 82 años debido a problemas cardíacos. Fue uno de los actores más taquilleros en la década de los 70. Trabajó en más de 100 películas entre las que destacan: “Los locos de Cannonball”, “The Longest Yard”, “Dos pícaros con suerte”, “Boogie Nights”, “Driven”, “Transformers” y su más reciente en 2017, “The Last Movie Star”. Iba a interpretar un papel en la próxima cinta del director Quentin Tarantino, “Erase una vez en Hollywood”. Estuvo vinculado sentimentalmente con las actrices Loni Anderson, Sally Field y Dolly Parton. Ganó dos Globos de Oro, un Emmy y estuvo nominado al Oscar.

Mac Miller. 7 de septiembre

El rapero de 25 años de edad fue encontrado sin vida en su residencia en California. Murió de una sobredosis producida por una mezcla de fentanilo y cocaína. Editó seis álbumes de estudio y era pareja de la cantante Ariana Grande.

 

Charles Aznavour. 1 de octubre

La voz del cantante francés se extinguió a la edad de 94 años. De origen armenio conquistó al mundo con sus exuberantes letras y presencia en el escenario. También actuó de la mano de directores como Francois Truffaut (Disparen sobre el pianista) y Volker Scholondorff (El tambor de hojalata). Cantó casi hasta su muerte. Su último show lo hizo el 19 de septiembre de este año en Japón. Se le atribuye la frase “el show debe continuar”.

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Scott Wilson. 6 de octubre

Perenne actor secundario, apareció en más 50 producciones de cine y televisión a lo largo de sus 76 años. Trabajó en cintas como “In the Heat of the night” junto a Sidney Poitier y “El Gran Gatsby” con Robert Redford, pero obtuvo notoriedad interpretando el papel de Hershel Greene en la serie de TV, “The Walking Dead”.

 

Monserrat Caballé. 6 de octubre

Considerada una de las más grandes soprano del siglo XX, María de Monserrat Bibiana Concepción Caballé Foch murió a la edad de 85 años en su natal Barcelona, España. El parte médico dice que la cantante lírica falleció producto de complicaciones en la vesícula biliar. Su interpretación del tema “Barcelona” junto al también desaparecido cantante de Queen, Freddy Mercury, en el marco de los Juegos Olímpicos de 1992, es uno de los momentos más recordados de su carrera.

Teodoro Petkoff. 31 de octubre

El político, editor de periódico y ex guerrillero murió a los 86 años de edad. Después de abandonar las armas y separarse del Partido Comunista de Venezuela fundó el Movimiento al socialismo (MAS), tolda que también dejaría luego que esta ofreciera su apoyo a Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 1998. Fue diputado del Congreso de la República y ministro de planificación durante la segunda presidencia de Rafael Caldera. También fue director del extinto vespertino El Mundo y fundador del diario Tal Cual. En 2015 fue galardonado con el premio Ortega y Gasset.

 

Stan Lee. 12 de noviembre

El escritor y editor de comics era una de las personas más influyentes en el mundo de la cultura popular. Su nombre era Stanley Martin Lieber y era hijo de inmigrantes judíos. Fue el creador junto a los dibujantes Steve Ditko y Jack Kirby del universo Marvel, una industria que hoy en día genera miles de millones de dólares. Responsable de personajes como Spiderman, Hulk, Los 4 Fantásticos, Iron Man, Thor, Daredevil, Doctor Strange y los X-Men es famoso por sus cameos o apariciones en películas de la franquicia.

Lucho Gatica. 13 de noviembre

El bolerista chileno falleció a los 90 años en México. Es intérprete de éxitos como “Contigo en la distancia”. “Tu me acostumbraste” y “No me platiques”. Venezuela fue uno de los primeros países que visitó cuando obtuvo fama internacional en 1953.

Fernando del Paso. 14 de noviembre

El escritor mexicano, ganador del premio Miguel de Cervantes, murió a los 83 años. Entre sus obras destacan: José Trigo (1966), Palinuro de México (1977) y Noticias del Imperio (1987). Además de escribir, era dibujante, pintor y diplomático.

 

Stephen Hillenburg. 26 de noviembre

El creador del popular personaje de dibujos animados “Bob Esponja” falleció a los 57 años luego de batallar por un año contra una esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa que no tiene cura.

 

Bernardo Bertolucci. 26 de noviembre

El cineasta italiano falleció a los 77 años  en Roma, como consecuencia de un cáncer de pulmón. Causó polémica con su erótico filme “El último tango en París” con Marlon Brando en 1972 y ganó el Oscar a Mejor Director por “El último emperador” en 1987.

George Bush padre. 30 de noviembre

 

El ex presidente de los Estados Unidos murió a los 94 años. Fue el mandatario número 41 de la nación norteamericana entre 1989 y 1993 y es padre de George W. Bush, quien también ocupó la Casa Blanca. Bush padre estuvo al frente de la poderosa nación durante la Guerra del Golfo. Fue el último presidente veterano de la Segunda Guerra Mundial.

 

José Castillo. 7 de diciembre

El pelotero de los Cardenales de Lara falleció en un accidente de tránsito cuando viajaba de Caracas a Barquisimeto en compañía de sus colegas Luis Valbuena y Carlos Rivero. La camioneta donde se trasladaban se volcó luego que el chofer intentara evadir una piedra que colocaron asaltantes en la carretera entre Yaracuy y Barquisimeto. Castillo, de 37 años, jugó en grandes ligas con Piratas de Pitttsburgh, Gigantes de San Francisco y Astros de Houston. En Venezuela vistió todos los uniforme de la Lvbp salvo el de los Navegantes del Magallanes y Aguilas del Zulia. También militó en el beisbol mexicano y el japonés.

Luis Valbuena. 7 de diciembre  

El pelotero de los Cardenales de Lara iba en el mismo carro que Castillo, ambos viajaban en el puesto trasero y salieron expedidos con el impacto. Valbuena de 33 años tenía contrato hasta 2019 con los Angelinos de Los Angeles y Anaheim. Había militado con los Astros de Houston, Cachorros de Chicago, Indios de Cleveland y Marineros de Seattle en las grandes ligas.

Héctor Soucy. 8 de diciembre

 

El chef, ingeniero, presentador de TV, empresario, actor  y fundador de la Academia Venezolana de la Gastronomía falleció en Madrid. Condujo durante 15 años, el programa “Así cocina Soucy”, en el que invitaba a celebridades para preparar platillos. El venezolano trabajo en la película “La Conquista del planeta de los simios” en 1972

 

Juan Ernesto “Pepeto” López. 10 de diciembre

El comediante falleció a los 83 años de edad en Caracas. Fue miembro fundador de la Radio Rochela y llegó a tener su propio show en Radio Caracas Televisión. Junto a “Cayito” Aponte, Irma Palmieri, Nelly Pujols, Kiko Mendive, Martha Piñango, Marta Olivo y César “Bólido” Granados formó parte de una generación dorada en la televisión venezolana. Tuvo personajes entrañables como “Papupapa”, “Genovevo”, “Felix Gonzalito” y más recientemente “El Doble”. Su imitación del ex presidente venezolano Rafael Caldera fue una de las más aplaudidas por el público venezolano.

Chiquetete. 16 de diciembre

El cantante español murió a los 70 años, víctima de una complicación coronaria. Su nombre era Antonio Cortés y entre sus éxitos están “Esa cobardía”, “Ser amante” y “Tu y yo”. Era primo de la también cantante, Isabel Pantoja

 

 

 

Penny Marshall. 17 de diciembre

La actriz y directora de películas como “Despertares” con Robert De Niro y Robin Williams, murió a la edad de 75 años debido a complicaciones con la diabetes. En 1988 con “Quisiera ser grande”, protagonizada por Tom Hanks, se convirtió en la primera mujer que recauda 100 millones de dólares con un largometraje. Penny era hermana del también director Garry Marshall (Mujer Bonita).

Teodoro Petkoff y la degradación digital de la historia

 

LA DEMOCRATIZACIÓN DEL FLUJO DE OPINIONES QUE HA SUPUESTO LAS REDES SOCIALES es una espada de Damocles con las ventajas y desventajas de todo proceso democratizador. Por un lado, provee a cada individuo la oportunidad de hacer escuchar su voz con un alcance anteriormente reservado a un puñado de individuos en la elite política, económica o cultural de una sociedad. Por el otro, se abren las puertas a la pauperización del debate público al permitir la masificación de opiniones en ámbitos para los que se requiere cierto nivel de conocimientos para opinar con fundamentos. Opinar es un derecho. El acierto en la opinión no lo es. Ni siquiera cuando una opinión equivocada se traduce en una ley o política pública por orden democrático.

Un buen ejemplo de debate degradado lo vimos hace un par de semanas al conocerse la muerte de Teodoro Petkoff, quien además de periodista y economista, fue uno de los políticos venezolanos más relevantes en la segunda mitad del siglo XX. Esta columna no es un panegírico a la memoria de aquel hombre. Me chocan los “prendevelismos” (devociones terrenales) de todo cuño. Además, la obra y legado de una figura pública deben estar expuestos al ojo crítico. Sin embargo, sí se hará un desmontaje de las acusaciones disparatadas y delirantes lanzadas cual puñales contra Petkoff por un pelotón de usuarios de redes sociales que se identifican como “derechistas duros”, “anticomunistas acérrimos” y “opositores radicales”. Desde esa trinchera digital, a menudo bajo el cómodo manto del anonimato, se dan a la tarea diaria de escupir improperios y descalificaciones a cuanto ser no comparta su manera de ver el mundo hasta el último milímetro. Apenas se conoció la muerte de Petkoff, hicieron de él y de todos los que celebraron su vida el blanco de su ira cibernética. El nivel de su furia solo es superado por el de su desconocimiento, ese desconocimiento aludido en el párrafo anterior, para un asunto que de paso entre venezolanos no requiere una sapiencia muy refinada. No es el espín de los quarks ni dialéctica hegeliana. Es solo un poco de historia nacional.

Para el escuadrón de “guerreros libertarios”, lo acaecido el 31 de octubre no fue más que el fallecimiento de un “guerrillero comunista asesino” y un “colaborador del régimen de Chávez”. Estos señores al parecer no tienen idea de nada de lo que pasó en la política venezolana luego de 1963. O tienen ideas bastante extrañas sobre qué es el colaboracionismo.

Avancemos desde el principio. Sí, Petkoff fue un comunista. Militó en el Partido Comunista de Venezuela y como parte de esa organización estuvo en la resistencia clandestina contra Pérez Jiménez. Así que no hay error al afirmar que Petkoff por un tiempo abrazó la ortodoxia marxista-leninista. Tampoco hay equivocación si se asevera que fue parte de un movimiento subversivo cuando el PCV se lanzó a una contienda armada contra los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni. No obstante, es en este punto que empieza la distorsión. Petkoff no estuvo involucrado personalmente en las atrocidades de la guerrilla (asesinatos, secuestros, etc.). Los inquisidores invocaron para sustentar sus acusaciones el incidente más recordado de esos tiempos agitados: el asalto al Tren de El Encanto. Craso error. Petkoff  no tuvo que ver con eso. Por confesión del cineasta, escritor y también ex guerrillero Luis Correa, más de treinta años después en entrevista al diario El Nacional, se sabe que el asalto fue planificado por una unidad táctica de combate (UTC) comandada por él y de la cual Petkoff no era miembro. En todo caso, a partir de las palabras de Correa se puede señalar a esa UTC y a las máximas autoridades del aparato militar del PCV, entre las cuales destacó Guillermo García Ponce, por estar al menos enteradas del plan.

Otro punto omitido en relatos interesados de la vida de Petkoff es que para el momento de la espectacular fuga del Cuartel San Carlos, él y otros dirigentes comunistas como Pompeyo Márquez ya llevaban tiempo reconociendo el error de alzarse en armas e instando a ponerle fin. Fue así cómo empezó la reintegración de la extrema izquierda a la vida política legal. Tal actitud les valió señalamientos furibundos por parte de Fidel Castro, el mayor promotor extranjero de la guerrilla en Venezuela. Desde La Habana, Petkoff, Márquez y demás hasta fueron acusados de ser “agentes de la CIA”.

Al poco tiempo se produjo al otro lado del Atlántico la invasión soviética para reprimir la Primavera de Praga. Petkoff denunció este hecho brutal y a partir del mismo reflexionó sobre la naturaleza de la ortodoxia marxista-leninista en el libro Checoslovaquia: El socialismo como problema. Así habrá sido el impacto de la obra que ella y su autor fueron denunciados ni más ni menos que por Leonid Brezhnev en el XXIV Congreso del Partido Comunista de la URSS. En mi opinión, haber contribuido a apartar la izquierda del extremismo armado fue el mayor legado político de Petkoff. Quién sabe si, de no haberse producido tal giro, Venezuela hubiera pasado por décadas de guerra cruenta, como en la vecina Colombia.

No pasó mucho tiempo para que Petkoff y otros dejaran el PCV para abrazar la socialdemocracia y fundar el Movimiento al Socialismo, sin duda la mayor fuerza política alternativa al bipartidismo del período democrático. Es perfectamente válido oponerse a todas las formas de izquierda, incluyendo la moderada. Pero negarle a Petkoff sus credenciales de demócrata cabal a partir de los años 70, como diputado y dos veces candidato a la presidencia, es muestra de mezquindad supina.

A los “cazadores de rojos” que alegan que Petkoff fue un comunista empedernido hasta el fin de sus días también se les olvida su papel como ministro de la Oficina de Coordinación y Planificación (Cordiplan) en el segundo gobierno de Rafael Caldera. En 1996 se concretó un plan de ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI). En el marco de la Agenda Venezuela, tocó a Petkoff la implementación del plan, uno de los más liberales en la historia venezolana. Y lo hizo a pesar de la satanización del FMI y sus “planes neoliberales” por la izquierda latinoamericana, que en Venezuela se apoyaba en el recuerdo, aún fresco entonces, del Caracazo. La Agenda Venezuela se tradujo en una exitosa reducción de la inflación hasta los primeros años de la década siguiente, cuando la conducción económica del país bajo la égida de Chávez se metió por el horroroso camino que todavía hoy padecemos.

Esto nos lleva a concluir con las posiciones de Petkoff frente al chavismo. Mientras que muchos periodistas se prestaron para presentar como candidato potable al líder del primer golpe fracasado de 1992 ocho años más tarde, Petkoff lo repudió desde el principio. Cuando el MAS decidió sumarse a la campaña de Chávez, dejó el partido. Al poco tiempo, Petkoff fungía como director del diario El Mundo, pero las presiones del Gobierno a la Cadena Capriles llevaron a su remoción. Podría decirse que oponerse a Chávez le costó a Petkoff su trabajo y el partido que fundó. Sin embargo, en el año 2000 fundó Tal Cual, que con su inolvidable primer editorial (“Hola, Hugo”) se presentó al mundo como un desafío al poder abusivo en pro de la libertad de expresión. La intolerancia oficial a la crítica ha producido varios intentos por callar este medio, que en la actualidad mantiene su actitud retadora.

El ocaso en la vida política de Petkoff fue su esfuerzo por lograr un cambio de gobierno por la vía democrática y constitucional, plasmado en su precandidatura para las elecciones presidenciales de 2006. Según la brigada de “opositores verdaderos”, este papel confirma que Petkoff fue un “colaborador del chavismo, que contribuyó a legitimar el régimen ante los ojos del mundo jugando a las elecciones”. Esta versión de los hechos no solamente ignora las diferencias entre el grado de poder acumulado por el chavismo entonces y el que posee hoy, así como las percepciones generalizadas del problema dentro y fuera de Venezuela. También asume, sin rastro de prueba, que Petkoff recibió algún tipo de beneficio gubernamental por sus acciones. Después de todo, eso es lo que colaboracionistas como Philippe Pétain obtienen a cambio de colaborar. Si se puede criticar por algo a Petkoff en este ámbito, es haber subestimado al chavismo. Más nada.

Toda esta degradación digital de la historia, del debate público en general, debe ser respondida. A mi juicio, lo más conveniente es combatir fuego con fuego, no en la adopción de una retórica grosera y primitiva, sino en el uso de las redes sociales para difundir el conocimiento del pasado y demás ciencias sociales. Son tiempos peligrosos para el debate civilizado de ideas y cada individuo puede hacer su aporte para fortalecerlo. Ese es uno de los mayores potenciales de las redes.

 

@AAAD25 

EL EPISODIO DE ESTA SEMANA LO DEDICAMOS A TEODORO PETKOFF, fundador del diario Tal Cual y hombre invaluable para el periodismo y la política venezolana. Los que compartieron la redacción del diario con el periodista, quien escribía las claves para entender la realidad venezolana en sus editoriales, cuentan cómo lo recuerdan, además de un par de vivencias y anécdotas que forman el alma de este medio.

Despedida a Teodoro Petkoff, el murmullo inacabable

@franzambranor

Fue casi imposible que el gentío hiciera silencio. Más que un funeral parecía una reunión de políticos, intelectuales, periodistas y religiosos para dilucidar una posible salida a la crisis venezolana. A medida que transcurría el día más personas llegaban y el murmullo se acentuaba. Ni siquiera cuando el padre jesuíta Francisco José Virtuoso emitió unas palabras frente al fèretro se callaron. Todos tenían alguna anécdota o citaban una frase de Teodoro Petkoff Malek, el hombre que este sábado fue velado en la capilla Memorial del Cementerio del Este y que fue parte de la historia política de la nación.

“Vamos a seguir luchando por rescatar a este país, así como lo quería tu abuelo”, le dijo Irene Petkoff a su hija en España a través de una videollamada, mientras le mostraba a los amigos que habían acudido a darle el último adiós a su padre. “No estés triste, tienes que sentirte orgullosa de todo lo que nos enseñó tu abuelo”, agregó.

A pocos metros estaba la viuda de Petkoff, Neugim Pastori y las hijas que viven en Venezuela: Teodora y Alejandra.

Alrededor del ataúd envuelto con la bandera de Venezuela y flanqueados por coronas que iban desde la del partido Movimiento al Socialismo (MAS) hasta el diario Tal Cual, estaban figuras como el político de izquierda Américo Martín, el diputado José Guerra, el excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski, el cineasta Carlos Oteyza y el presidente de la Asamblea Nacional, Omar Barboza.

También colegas, amigos y simpatizantes de Petkoff como Ramón Guillermo Aveledo, Felipe Mujica, Fernando Egaña, Alfonso Marquina, Luis Manuel Esculpi, Américo De Grazia, Henri Falcón, Gerardo Blyde, Stalin González y Miguel Pizarro. La escena parecía mas un cónclave de la MUD que un sepelio. Ningún personero del gobierno se dejó ver por La Guairita, tampoco representante alguno del llamado chavismo disidente.

Barboza y el resto de los diputados de la AN pidieron un minuto de silencio. Rodearon el sarcofago y se leyó un comunicado alabando el espíritu democrático de Petkoff y su apego a la norma constitucional. “Tanto así que fue perseguido por el régimen”, se desprendió de la misiva.

El rector de la Universidad Catolica Andres Bello, Francisco José Virtuoso, ofició la ceremonia religiosa y leyó una carta a Teodoro de su puño y letra. “Nos conocimos por allá en los 90 en el Centro Gumilla cuando él era ministro de Caldera, nos reuníamos frecuentemente con el padre Luis Ugalde y Mercedes Pulido de Briceño…ya en esa época Teodoro nos decía que había que tomar medidas económicas antes que fuese tarde…tenía tanta razon”.

Virtuoso indicó que Petkoff le dijo que había abandonado la lucha armada no porque esta había fracasando, sino porque se dio cuenta de que ese no era el camino adecuado. “Él decía que ‘es de idiotas no cambiar’, era un hombre llamado constantemente a la rectificación”.

Alabó una de las principales virtudes de Petkoff: la sinceridad a toda mecha. “Todos sabían que le gustaba hablar claro y raspao, era capaz de decir lo que pensaba sin mirar mucho las consecuencias; hacer política para él no era complacer a los demás sino decir lo que hay que decir”.

Concluida la alocución de Virtuoso, Capriles Radonski se coló en la capilla para ofrecer el pésame a los familiares no si antes decir “A Teodoro lo vi hace tres semanas y me impresionó que estaba atento de todo a su alrededor”.

La lucidez fue su más firme aliada en los últimos años de confinamiento obligado, no solo por su condición de salud sino por la prohibición de salida del país que pesaba sobre él por una supuesta difamación al primer vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello. Limitante que le impidió recibir de primera mano en España el premio de periodismo Ortega y Gasset.

“Teodoro era un hombre binario, político y periodista. Fundó partidos y periódicos. Su ejemplo deja una lección muy clara y grande”, dijo el ex compañero de armas de Petkoff, Américo Martín.

Empleados de Tal Cual y otros medios dijeron presente no solo para darle cobertura al sepelio de quien fue candidato a presidente de la República, sino para solidarizarse con la manera frontal de abordar el periodismo que tenía Teodoro.

“No es cierto que era un amargado, lo que pasa es que él no soportaba a la gente mediocre y le decía sus verdades sin cohibirse, era una persona de la que se podía aprender, tenía una visión periodística muy amplia”, dijo la comunicadora social y editora, María Fernanda Fuentes.

Además de la bandera de Venezuela y un ramo de rosas rojas, una carta enviada por la nieta de Teodoro, Andrea Petkova, reposaba sobre el ataúd. “El significado de nuestro apellido representa una leyenda y, como sabes, las leyendas nunca mueren. Y me aseguraré de que mis hijos aprendan tu historia y sientan el mismo orgullo que yo siento por ti, porque eres tú a quién yo siempre he admirado”, decía la misiva.

El ruido del murmullo de la gente nunca se detuvo. Como si las anécdotas de Petkoff fueran infinitas.

 

D. Blanco Nov 02, 2018 | Actualizado hace 5 años
Teodoro y Cabrujas, por José Domingo Blanco

Así se imagina EDO el encuentro entre Teodoro y Cabrujas

 

 

A TEODORO LO VI POR ÚLTIMA VEZ SALIENDO DE UNA FUNCIÓN DE CINE en el Trasnocho Cultural. Hace tres o cuatro años. Me detuve a saludarlo y su apretón de mano se distanciaba mucho de esa figura que no ocultaba el paso de los años. El estrechón fue enérgico como siempre. Como cuando era candidato a la presidencia en el año 1988. O como cuando era ministro de Caldera. O como cuando era mi entrevistado en radio o televisión. Allí, saliendo de una película en Trasnocho, tenía de nuevo frente a mí, a Teodoro Petkoff, el controversial. El que encaró y carajeó al régimen de Chávez tantas veces, sobreponiéndose a su pasado guerrillero y comunista. Ese pasado que le ganó detractores incapaces de encontrar en él su vocación democrática.

Hablamos de la situación del país, que hace tres años atrás era muy mala; pero, no tan hiperinflacionaria y miserable como ahora. No ofreció salidas mágicas, ni soluciones inmediatas. Solo otro apretón de manos para despedirnos. Cuando me enteré de su muerte, no recordé al Teodoro guerrillero, ni al Director del vespertino El Mundo o el diario Tal Cual. No, recordé el discurso que pronunciara José Ignacio Cabrujas, en el acto de proclamación de su candidatura, el 28 de septiembre de 1987, un discurso que guardo junto con otros documentos, testimonios y artículos que, hoy en día son unas joyas. Y que, revisadas a la luz del presente, tienen un enorme valor histórico. Permítanme compartir con ustedes, algunos extractos:

“Con el tiempo, el acto que hoy nos reúne, ha llegado a poseer características de ritual templario, de saludo samurai repleto de aspavientos, tan signado por el reglamento, como una fuga de Juan Sebastian Bach, repleta de resignaciones. Centenares, tal vez miles de fieles, nos reunimos en la necesidad de proclamar a un candidato, de vocearlo ante un país que difícilmente nos oye, de exhibir sus virtudes y consagrar sus constancias. Las frases se amontonan como la cuarta edición de un catálogo de alientos. ′Este es el momento′…′la hora ha llegado′…′el futuro es nuestro′ y demás quincallas destinadas a envalentonar a un grupo de perplejos. Por este salón o salones como este, hemos transitado el ya menguado camino de la democracia posible. Aparecemos, envolviendo una angustia de treinta y cuarenta años, rica en posibilidades y experiencias, en el manto de una rutina consagratoria, que poco o nada tiene que ver con este lunes en cualquier monte y culebra del Estado Monagas.

Pediré el permiso de todos los que ahora me oyen, para invocar esta vez al viejo demonio ciego que tantas trampas nos ha colocado. La palabra victoria es el conjuro que lo hace mover el rabo y aparecer hediondo a rosa y gardenia. De ella se desprende un interminable rosario de mentiras o reglas del juego (en el fondo las reglas del juego son las peores mentiras de este sistema) que terminan por ahogar el reclamo de verdad, que estas doce y doce, nos están exigiendo. No estamos en esa corte. No somos iguales. No podemos ser iguales. Todavía nuestra garganta es estrecha para tragar tanta basura.

(…) No somos los salvadores. No pretendemos erigirnos ni recomendarnos como la salvación de la patria. Estamos hartos de que alguien pretenda salvarnos. Nos recorre la aspereza del trance, de lo que tiene poco ayer y demasiado mañana. Pero si en algún momento de la historia reciente, he reconocido a los míos como una opción legítima, real, posible, es en este momento de mengua. Bastará leer la prensa de este lunes, gorda de remitidos y acusaciones, para entender que el momento de elegir a un candidato, se ha convertido en una materia cercana al derecho penal, al bochorno judicial, en el expediente de los partidos gemelos, que han gobernado treinta años de nuestra historia. De tanto hacer lo mismo se han hecho idénticos, tan gestualmente mellizos y reflejos, que hasta los listados electorales con los cuales pretenden elegir al candidato están siendo denunciados en ambas organizaciones como verdaderos prontuarios de delincuentes (…)

Hace un par de semanas, caminé medio renco, junto a Teodoro, mi amigo Teodoro, por la calle principal de los buhoneros de El Cementerio. Era ese acto de petición de votos que tanto exasperaba a Coriolano, según la tragedia de Shakespeare. Lo escuché decir de puerta en puerta, ante curiosos asomados en precarias ventanas, el …bueno, aquí estamos otra vez. Esa mañana vi rostros de confianza y desconfianza, de amabilidad y rechazo, de escepticismo y credulidad. Lo vi empeñado en discutir con la señora del puesto de periódicos, que él no era lo mismo, que ella debía tener confianza. Lo imaginé casi en el absurdo de tener que hablar con cada venezolano, uno por uno, y explicar y decir, de qué material podemos hacer una nueva historia. No tengo que decir, que creí en él. No hace falta. Nada me obliga a confesar en este momento, mi alegría, mi felicidad, por esas cuadras de realidad, que compartí entre los buhoneros de El Cementerio. La cosa es difícil, tal vez porque la palabra en esta historia nuestra, ha comenzado a secarse y un político en la oposición, no es más que una criatura de palabras, como los personajes de teatro, que no tienen otra posibilidad sino hablar hasta el desenlace. Pero aquí estoy y aquí estaré, porque no hay mejor aventura en mi vida, mi mejor orgullo.

Y así me atrevo a presentarlo, sin palabras de triunfo. Y así, me atrevo a ofrecerle lo poco que he aprendido de escribirle a la gente. Y así le digo que cuente conmigo, para caminar por donde sea, porque después de todo, no hay mejor paseo en mi vida, ni paisaje más reconfortante. Lo presento, como lo que es, como lo he conocido, en incontables encuentros, ¡un hombre honesto! Usted dice, para dónde vamos, amigo.”

 

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