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RSF: 521 periodistas están encarcelados arbitrariamente en 2023
Durante este año, 45 periodistas asesinados en el ejercicio de sus funciones en todo el mundo, «una cifra en descenso pese a la tragedia de Gaza»

Foto: CPJ

Mientras el Ministerio Público libera al periodista y expreso político Roland Carreño y emite una orden de captura para la comunicadora del partido Vente Venezuela Claudia Macero por presuntamente haber interferido en el referéndum sobre el Esequibo, la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) informó que 521 profesionales de la comunicación están encarcelados arbitrariamente en todo el mundo al cierre del año 2023. 

Según el Balance de la institución publicado el 14 de diciembre, China, Bielorrusia Birmania y Vietnam son los países con mayor número de periodistas como presos políticos en el mundo, acumulando 264 casos entre las cuatro naciones. Sin embargo, la cifra mundial descendió un 8,4 % respecto al 2022. 

«El descenso del número de periodistas encarcelados (50 menos que en 2022, a 1 de diciembre) se explica, en parte, por una cifra menor de periodistas presos a 1 de diciembre en Irán —con 24 periodistas liberados— y Turquía —con 23 comunicadores menos como presos políticos— (y uno menos en Venezuela). Aunque estos países no figuren en el “top 3” de los carceleros de periodistas en 2023, no significa que no sigan encerrando a profesionales de la información. En Irán y Turquía, una de las técnicas utilizadas para reprimir a los periodistas es el encarcelamiento reiterado. En 2023, 43 periodistas turcos y 58 iraníes ingresaron en prisión», informó Alfonso Bauluz, presidente de RSF España.

La institución advierte que, si bien se existe una mejoría en la seguridad de los trabajadores de la prensa en el mundo, esto se debe más a la implementación de protocolos de seguridad más eficaces que a la disminución de la violencia para vulnerar el derecho a la información, sobre todo en América Latina. 

Menos muertos, pero más autocensura

RSF identificó 45 periodistas que han sido asesinados en el ejercicio de su profesión o debido a ella, 16 menos que el año pasado (61). Es la cifra más baja registrada desde 2002 (33).

Los conflictos armados, como la guerra entre el Estado de Israel y el grupo paramilitar Hamas en Medio Oriente, son los escenarios donde ocurren más decesos. Pese a que más de 61 periodistas han muerto en el conflicto en la franja de Gaza, la ONG solo cuenta a aquellos periodistas que fallecieron mientras estaban en funciones informativas (17). «Por primera vez en cinco años, han muerto más periodistas en zonas de conflicto que en zonas de paz».

«Aunque el número de periodistas asesinados en América Latina ha caído significativamente, de 26 en 2022, a 6 en 2023, los profesionales de la información siguen sin trabajar con seguridad, como demuestran los recientes secuestros y ataques armados acontecidos en México (en noviembre de este año)», escribió Bauluz en una nota de prensa.

«El récord de incidentes violentos registrado en 2022 en Latinoamérica está incitando a los periodistas a autocensurarse, lo que se traduce en la proliferación de agujeros negros informativos en la región, donde el crimen organizado y la corrupción encabezan la lista de temas por los que los periodistas se juegan la vida», agregó.

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Contexto de los casos de asesinatos a periodistas durante el 2023. Gráfico: Reporteros Sin Fronteras

Desapariciones y secuestros: puertas giratorias

54 periodistas están secuestrados en todo el mundo y 84 están desaparecidos. RSF asevera que todos los casos identifican al Estado como el principal victimario. México es el país con más periodistas desaparecidos en el mundo, con 31 personas sin paradero desde 1995 hasta ahora.

Mientras tanto, los países con mayor cantidad de periodistas secuestrados son Siria (38), Irak (9), Yemen (4), Mali (2) y México (1). En estos casos, la ONG describió que los Estados liberan cierta cantidad de trabajadores de la prensa pero vuelven a privar de libertad a otros o amenazan con hacerlo en cuestión de semanas como un mecanismo de censura, como pasa en Venezuela. 

RSF reiteró que, si bien en Venezuela no se ha presentado casos de asesinatos hacia trabajadores de la prensa desde el 2020el país se mantiene como una de las 31 naciones donde existe una represión y cesura hacia estos profesionales, con amenazas directas e indirectas a periodistas y el cierre de decenas de medios de comunicación. 

 

Venezuela repite como país con una situación “muy grave” de la libertad de prensa según RSF
De un total de 180 países evaluados por RSF, Venezuela ocupa el lugar número 159. Aunque se mantiene en la misma posición que en 2022, obtuvo unos puntos porcentuales más bajos, al pasar de 37,78 a 36,99

La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) informó que Venezuela repitió como un país con una situación «muy grave» de la libertad de prensa, según su último reporte.

En el informe compartido en su sitio web este 3 de mayo, a propósito del Día Internacional de la Libertad de Prensa, RSF advirtió que «Venezuela vive en un clima de restricción de la información, en el que las medidas del gobierno amenazan el ejercicio mismo del periodismo independiente».

En ese sentido, el país está entre las 31 naciones del mundo que presentan una situación «muy grave» de la libertad de prensa.

Por otra parte, se califica que hay una situación «difícil» en 42 países y «problemática», en 55, mientras que es «buena» o «bastante buena» en 52 naciones.

Para la organización, «las condiciones para el ejercicio del periodismo son adversas en 7 de cada 10 países y satisfactorias sólo en 3 de cada 10″.

De un total de 180 países evaluados por RSF, Venezuela ocupa el lugar número 159. Aunque se mantiene en la misma posición que en 2022, obtuvo un porcentaje más bajo, al pasar de 37,78% a 36,99%.

Situación de América

América no tiene ningún país en verde en el mapa de libertad de prensa, que son los mejores calificados. Costa Rica, que se mantenía como el último bastión de la región con una situación «buena», ha cambiado de categoría tras caer 5 puntos.

Por otra parte, Honduras ocupa el puesto 169 y Cuba el 172. Estos son los únicos dos países de la región en estar por detrás de Venezuela.

Apreciaciones generales sobre Venezuela

A pesar de que la libertad de expresión se consagra en el artículo 58 de la Constitución, no existe ninguna política para protegerla, según RSF. 

Debido a medidas como la «Ley contra el Odio», promulgada por la extinta asamblea nacional constituyente, se han producido sanciones contra 17 periodistas y medios, y decenas de venezolanos. Otros han sido amenazados.

Con respecto al contexto político, RSF advierte que el gobierno «ejerce un control estricto sobre los poderes legislativo y judicial, lo cual ha creado un sistema institucional desequilibrado».

En ese contexto, opositores y prodemocráticos «se han desunido y carecen de un liderazgo potente».

«Los medios del Estado y los portavoces oficiales no dudan en desprestigiar, perseguir e incluso amenazar públicamente a los periodistas independientes, por sus informaciones», advierte la organización.

En cuanto a la seguridad, el periodismo en Venezuela «se desenvuelve en un clima de restricciones», siendo habitual que los reporteros «sean golpeados o amenazados en el ejercicio de su labor, cuando hay conflictos políticos o en períodos electorales». 

Venezuela cayó 11 puestos en el informe anual de libertad de prensa de RSF
Reporteros Sin Fronteras afirma que el periodismo en Venezuela «se desenvuelve en un clima de restricciones»

Foto: Juan Barreto/AFP

La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) ubicó a Venezuela entre los países con menos libertad de prensa en su informe anual.

De acuerdo con el informe de RSF, Venezuela cayó 11 puestos en este ranking respecto a 2021 y se ubicó actualmente en el puesto número 159.

Por debajo de Venezuela, en Latinoamérica, según el documento, se encuentran Nicaragua (160) y Cuba (173).

«Venezuela vive en un clima de restricción de la información, en el que las medidas del gobierno amenazan el ejercicio mismo del periodismo independiente», señala la organización.

Asimismo, RSF recordó que después de  que Nicolás Maduro accediese al poder «se estableció un monopolio oficial sobre las importaciones de papel y de suministros para imprentas y, con ello, desaparecieron las ediciones en papel de una docena de periódicos en todo el país».

 

También, destacan que a través de una «política opaca de concesión y revocación de las licencias de radio», las autoridades han obligado a echar el cierre a 200 emisoras. 

Por otra parte, resaltan que el régimen de Maduro «persiste en su bloqueo a los contenidos informativos en Internet, afectando gravemente a las webs de noticias no oficialistas».

Contexto político

El texto se refiere a Maduro, quien ya anunció su intención de aspirar a un nuevo mandato, pese a ser reelecto en unos polémicos comicios. Si gana en las elecciones de 2024, Maduro liderará el país al menos hasta 2030.

En Venezuela, el poder ejecutivo ejerce un control estricto sobre los poderes legislativo y judicial, lo cual ha creado un sistema institucional desequilibrado», añade el informe.

Con respecto a la oposición, MSF señala que estas fuerzas «se han desunido y carecen de un liderazgo potente».

«Los medios del Estado y los portavoces oficiales no dudan en desprestigiar, perseguir e incluso amenazar públicamente a los periodistas independientes, por sus informaciones», añaden.

Marco legal

MSF resalta que libertad de expresión se consagra en el artículo 58 de la Constitución, «pero no existe ninguna política para protegerla».

Además, se han adoptado medidas como la “Ley contra el Odio”, en una Asamblea Nacional Constituyente controlada por el régimen de Maduro.

Durante los primeros cuatro años de aplicación de la ley, 17 periodistas y medios, y varias decenas de venezolanos han sido sancionados y muchos otros, amenazados, incluidos particulares que comparten contenidos en redes sociales.

Contexto económico

De acuerdo con MSF, entre 2015 y 2020, «la economía del país se ha hundido por el efecto combinado de las mayores tasas de inflación y la mayor caída del PIB del mundo».

Lo anterior, destacan, es «resultado de las políticas de control económico y expropiaciones masivas aplicadas por Hugo Chávez, de 2007 a 2011″.

También, desde el año 2021 los indicadores macroeconómicos muestran algunos signos de mejora, pero el acceso a los bienes y servicios sigue siendo muy limitado.

Durante el 2022 «se han anunciado medidas para revertir las nacionalizaciones de los años anteriores».

«La crisis económica ha provocado una reducción drástica de la publicidad oficial. Los criterios utilizados para distribuirla son, por otra parte, opacos y arbitrarios, lo que favorece a los medios afines al gobierno. Para recibir el “maná financiero”, los medios tienen que aceptar la difusión gratuita de los mensajes oficiales del gobierno», añade el texto.

 

Contexto sociocultural

La organización señala que la sociedad venezolana «atraviesa una crisis generalizada, que ha depauperado sus condiciones de vida».

«Como consecuencia de la recesión económica que asola el país desde hace cinco años, millones de ciudadanos han migrado a países vecinos», añaden.

Según las estimaciones, agrega MSF, cerca de un 20% de la población total ha dejado Venezuela a lo largo de los últimos años, especialmente las personas jóvenes en edad de trabajar.

Seguridad

Reporteros Sin Fronteras afirma que el periodismo en Venezuela «se desenvuelve en un clima de restricciones».

Con respecto a lo anterior,  destacan que es habitual que los reporteros sean golpeados o amenazados en el ejercicio de su labor, cuando hay conflictos políticos o en períodos electorales.

Por último, agregan que la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo están bajo control de Maduro, «por lo que ninguna contribuye a garantizar la seguridad de los periodistas».

«Los actos de violencia física o verbal contra la prensa rara vez son objeto de una investigación», finaliza.

*También puede leer: La orquestación del silencio: Opacidad y miedo atentan contra la libertad de expresión en Venezuela

ONG ubica a Venezuela entre los países más peligrosos para mujeres periodistas
De acuerdo con el informe, Países como El Salvador, Guatemala, Colombia, Venezuela, Brasil, Perú, y Bolivia figuran entre los “peligrosos”

La ONG Reporteros Sin Fronteras señaló a Venezuela como uno de los países más peligrosos del mundo para mujeres periodistas.

De acuerdo con un informe con motivo del Día Internacional de la Mujer, la ONG señaló que Internet es el espacio de trabajo más peligroso para las periodistas.

El informe titulado “El periodismo frente al sexismo” revela la amplitud del riesgo de sufrir agresiones sexuales y sexistas al que se enfrentan las mujeres periodistas, así como su impacto en la información.

Específicamente, indicaron que 73% de mujeres periodistas que se consultaron manifestaron sentirse amenazadas en el terreno virtual, más que en las redacciones.

Asimismo, el informe indica que Latinoamérica es una de las regiones más peligrosas para las mujeres periodistas.

Según el texto, México, Honduras y Nicaragua Siria, la India, Bangladesh, Azerbaiyán, Vietnam, Nigeria y Chad son los países clasificados como “muy peligrosos”.

Por su parte, países como El Salvador, Guatemala, Colombia, Venezuela, Brasil, Perú, y Bolivia figuran entre los “peligrosos”.

 

Este sondeo fue hecho a mujeres periodistas de 112 países. El estudio revela además que cuarenta de las naciones donde se realizó son particularmente peligrosas para las mujeres que trabajan en prensa.

“Tenemos la obligación imperiosa de defender el periodismo con todas nuestras fuerzas ante todos los peligros que lo amenazan y las agresiones e intimidaciones sexistas y sexuales son una amenaza“, destacó el secretario general de la organización, Christophe Deloire.

Además, Deloire explicó  que las mujeres periodistas deben defenderse en un frente más que sus colegas hombres y a menudo fuera y dentro de sus lugares de trabajo.

Espacio Público: Este año han apresado a gente por sus estados de WhatsApp
Entre 2014 y 2019, Venezuela cayó 32 puestos en el Índice Mundial de Libertad de Prensa

Sin democracia no hay libertad de prensa, no se puede pensar una sin la otra. Y, a medida que la democracia se fue descomponiendo en Venezuela, lo mismo fue sucediendo con la libertad de expresión.

Los datos son abrumadores. Todas las fuentes confiables – Reporteros Sin Fronteras, El Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela y la ONG Espacio Público- arrojan un mismo escenario: uno en el que los periodistas son perseguidos por las fuerzas de seguridad, los órganos censores rastrean hasta las comas de lo que se opina en las redes sociales, los medios críticos pierden sus licencias, se quedan sin papel para imprimir o les roban sus equipos, los periodistas son encarcelados y torturados, muchos se ven forzados al exilio y la sociedad de un momento a otro se queda sin conexión a internet.

Así viven los venezolanos, en el oscurantismo informativo.

“La violencia contra los periodistas no tiene coto en Venezuela. Si un policía golpea a un periodista en la calle no vas a encontrar a ningún funcionario que lo condene o lo cuestione. Hay una tarea de intimidación permanente”, explica a Infobae Carlos Correa, presidente de Espacio Público, la ONG que promueve la libertad de expresión, el derecho a la información y la responsabilidad social en los medios. La organización, una referencia sobre el asunto en Venezuela, documenta los ataques a los periodistas y alerta sobra la situación a diario.

“Simplemente ya no existe libertad de prensa ni de expresión. El régimen, desde muy temprano en épocas de Chávez, se propuso tomar control de la opinión pública y de imponer sus narrativas”, asegura la líder opositora María Corina Machado.

Las víctimas preferidas del régimen son los medios críticos locales; pero también las grandes plataformas consolidadas mundialmente. Por ejemplo, desde hace seis años Infobae está censurado en Venezuela. El 10 de octubre de 2014 el régimen bloqueó el acceso al sitio en todo su territorio y desde entonces, hace 2192 días, permanece vetado.

“El régimen no tolera la verdad, intentan callar toda voz que disienta o exprese inconformidad frente a la situación del país. Por eso amenazan a las academias, a los periodistas y a las organizaciones de la sociedad civil. Por eso atacan a medios como Infobae. Pero al final, esto no les ha funcionado para esconder su dictadura. Existe un consenso, que se ha fortalecido con el informe de la ONU, sobre la naturaleza dictatorial del régimen de Maduro”, afirma Julio Borges, canciller del presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó.

La situación es obscena. Entre 2014 y 2019, Venezuela cayó 32 puestos en el Índice Mundial de Libertad de Prensa elaborado por Reporteros sin Fronteras, ocupando el lugar 147 de 180 países. Según Espacio Público, sólo en septiembre de este año se registraron 49 violaciones a la libertad de expresión. Los casos documentados -explican- incluyen la intimidación, el hostigamiento judicial y las amenazas directas. La mayoría de las víctimas (un 48%) fueron periodistas.

En estos nueves meses del año, Venezuela acumula al menos 796 ataques a la libertad de prensa, la mayoría incluye detenciones de ciudadanos y periodistas en el contexto de manifestaciones contra el régimen.

“Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, se empeña en acallar la voz de la prensa independiente y sigue controlando la información. En repetidas ocasiones ha mencionado una guerra mediática para desacreditar a los medios de comunicación nacionales e internacionales que critican a su gobierno. Esto vuelve aun más tenso el clima en que deben trabajar los periodistas, que empezó a deteriorarse tras la crisis política y económica que comenzó en 2016”, denunció Reporteros Sin Frontera en su último documento sobre el tema.

Los mecanismos para silenciar

Durante las últimas décadas, el chavismo se ha servido de los recursos del Estado para imponer su voz. Primero recurrió a estrategias convencionales, como disponer de los recursos públicos -principalmente los de PDVSA, la petrolera estatal- para dar y comprar espacios en los medios de comunicación que se iban comprometiendo con su línea editorial.

Una vez que tuvo medios sumisos, fue por más y comenzó a comprar los medios más antiguos y grandes del país a través de testaferros. Los que se resistían, como Radio Caracas de Televisión, se toparon con la fuerza del régimen y fueron obligados a cerrar. “Hoy son cientos los medios impresos y radiales que han cerrado o les han arrebatado, expropiado y robado sus equipos. Y a medida que surgen nuevas formas de voces digitales, entonces el régimen incrementa la persecución y la represión. Persigue, apresa y tortura a periodistas”, asegura Machado.

Cuando comprar los medios no fue suficiente, comenzó a limitarse la distribución de papel para los periódicos. Las restricciones de acceso a ese insumo básico para los diarios, justificadas en la falta de divisas, llevaron a que, con el cese de la edición impresa de El Nacional en 2018, ya no quede ningún diario en papel de alcance nacional no alineado con el chavismo.

Además, en Venezuela los periodistas y los medios sobreviven en un ecosistema dominado por el terror, donde la autocensura es una mecanismo de defensa habitual. “Aquí existe la ley de Responsabilidad en Radio y Televisión (Resorte) que establece responsabilidades para los intermediarios. Eso significa que el periodista tiene que corregir al entrevistado, entonces las radios que relativamente informan tienen que hacerlo bajo una presión muy fuerte. Hay una censura progresiva, cuando te llaman para una entrevista te advierten las cosas que no puedes decir, incluso hay personas que directamente no se pueden mencionar en los medios”, cuenta Correa.

Para Borges, detrás de este modelo de control comunicacional “está Cuba desde hace años, y ahora Irán”. Según afirma, la “Ley Resorte” que hay en Venezuela es una copia exacta de la Ley de Azote que hay en Cuba. “El sector telecomunicaciones es otro rostro de la perniciosa penetración cubana en Venezuela”, asegura.

Ley del odio vs. libertad de expresión 

En 2017, Maduro sumó otro método de censura: la Ley contra el Odio. Aprobada por unanimidad por la Asamblea Constituyente erigida para quitarle poder a la Asamblea Nacional con mayoría opositora, la norma fija penas de hasta 20 años de cárcel y otras sanciones como multas a empresas y medios electrónicos, proscripción de partidos políticos y clausura de medios de comunicación a quienes difundan mensajes de odio.

De acuerdo con Maduro, el propósito de la ley es “el reencuentro, la reunificación y la paz de todos los venezolanos”. No obstante, la ONG Espacio Público asegura que es una herramienta jurídica que busca “silenciar y castigar opiniones que resulten incómodas para el Estado”.

La CIDH también se pronunció y denunció que la ley que establece “sanciones penales exorbitantes y facultades para censurar a medios tradicionales e Internet. Y se contradice con los estándares internacionales en materia de libertad de expresión”.

Correa explica que la censura actual en Venezuela sigue el mismo patrón que aplicaba Hugo Chávez, “pero Maduro no tiene su carisma y su elección fue muy ajustada, entonces intensificó la lógica de la represión”. Ahora, advierte, cada vez hay más detenciones por opiniones en redes sociales como Twitter pero se corre el límite día a día. “Este año hemos tenido detenidos por sus estados de WhatsApp”, revela el director de Espacio Público.

Cuando no se silencia a quienes dan la información, entonces van por los que quieren informarse. “Cortan en seco internet para evitar la difusión de las noticias. Es aterrador”, afirma Machado.

Es que bloquear internet, “apagar el país”, es la herramienta más frecuente del último año. De hecho, el Gobierno dejó sin conexión a todo el territorio venezolano en numerosas ocasiones, y en todas el objetivo fue evitar la difusión de una protesta en su contra, un discurso detractor o la sanción de una ley en el Parlamento.

Es que cuando la “hegemonía comunicacional” – como Borges califica al entramado de medios oficial- no alcanza, entonces optan porque no se difunda nada, ni lo chavista ni lo opositor.

CANTV, censor del régimen

Espacio Público, en su informe sobre 2019, revela que la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) fue la responsable del 25 % de las “restricciones administrativas” (así le dicen a los bloqueos) registradas, lo cual la convierte en el principal victimario. En al menos 93 oportunidades, la empresa estatal implementó bloqueos de distintos tipos para evitar el ingreso de usuarios a determinados sitios y redes sociales como Youtube, SoundCluod, Twitter e Instagram. “En su mayoría, las medidas coincidieron con el desarrollo de movilizaciones opositoras o alocuciones del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó”, detalla la ONG.

Edison Lanza, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el prólogo del informe de Espacio Público, denunció que “se consolida en Venezuela un patrón de restricciones severas en Internet, que parecen jalonar un camino hacia una web bajo control del gobierno de facto”. Y detalló que muchas veces recurren a órdenes directas del gobierno aplicadas a los prestadores del servicio de Internet para bloquear sitios web de medios periodísticos independientes, bajar cuentas de redes sociales o servicios de streaming, lo que es ejecutado por la proveedora pública de Internet (CANTV) e incluso por los del sector privado.

“El estado de la libertad de prensa en Venezuela es un esfuerzo de la gente por mantenerse informado tratando de vencer todos los escollos posibles para acceder a la información. Si quieres informarte, y ver los sitios que se bloquean como Infobae, tienes que tener VPN -un sistema de red virtual que permite acceder a páginas que estén prohibidas- es decir, hay que ser un usuario sofisticado”, dice casi resignado Correa.

En este contexto, las redes sociales y las cadenas de WhatsApp son casi la única alternativa de los venezolanos. Sin embargo allí, según denuncia Espacio Público, hay una participación “muy activa” de grupos gubernamentales que se dedican a desinformar de manera deliberada.

“Hay una persecución sistemática contra los medios independientes, contra las cableras y ahora contra las páginas web. Pero eso no es todo. Recientemente vimos en el informe de la ONU cómo se ha detenido a personas por sus mensajes en redes sociales. Una cosa absolutamente reprobable, nunca antes vista en nuestro país. Maduro, como todo dictador, no tolera ningún espacio donde se disienta, incluso dentro su propio régimen ha cerrado las puertas a cualquier crítica, por eso entre los presos políticos hay personas que en algún momento apoyaron a la dictadura”, explica el canciller de Guaidó.

Machado agrega: “La censura ha ido progresivamente incrementándose desde el día uno y, por supuesto, Maduro la ha llevado a un nivel ya superior”.

“Los aparatos de propaganda coparon los canales de radio y televisión con un único mensaje disponible para la gente, y muchas veces se utilizan para descalificar a medios y periodistas, y eso los convierte en blancos de violencia”, advierte Correa.

RSF: Venezuela registra un mayor deterioro en la libertad de prensa
En el índice de 2019 de la ONG Reporteros Sin Fronteras, Venezuela se acerca cada vez más a la “zona negra” de los países con las peores clasificaciones del mundo sobre libertad de prensa, mientras que Nicaragua sufrió la mayor caída en la región
Venezuela ocupa el puesto 148 en la lista de 180 países

Venezuela, Brasil y Nicaragua fueron los países latinoamericanos que registraron una mayor degradación de la libertad de prensa en 2018, según se desprende de la clasificación anual publicada este jueves 6 de febrero por Reporteros Sin Fronteras (RSF). Asimismo, la publicación también alerta la situación con respecto a la prensa en México y Cuba.

Venezuela perdió cinco puestos, con lo que se acerca cada vez más a la «zona negra” de la clasificación, que agrupa a los países con las peores clasificaciones del mundo. Ahora está en la posición 148 en la lista de 180 países.

«Deriva autoritaria» de Maduro: represión, arrestos, violencia y deportación de periodistas extranjeros 

La «deriva autoritaria» del cuestionado gobierno de Nicolás Maduro provocó que se intensificara la represión contra la prensa independiente en Venezuela, y se registrara un número récord de arrestos arbitrarios y actos de violencia perpetrados por las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia contra reporteros, apunta RSF.

La degradación de la situación lleva a numerosos periodistas a abandonar el país para escapar de las amenazas y preservar su integridad física», señala RSF.

 

También, las radios y televisoras más críticas contra Maduro se han visto privadas de licencias de transmisión y miembros de la prensa extranjera han sufrido arrestos, interrogatorios y expulsiones.

 

Brasil: elección de Bolsonaro «augura un periodo sombrío para la libertad de prensa»

Brasil se sitúa en el puesto 105, cerca de la «zona roja» en la que están Venezuela y otros países con una situación «difícil» para la prensa, como Burundi, Irak y Turquía.

El deterioro del gigante suramericano responde a un año «particularmente agitado», con el asesinato de cuatro periodistas y la fragilidad creciente de los independientes que cubren temas ligados a la corrupción o el crimen organizado en pequeñas y medianas ciudades. 

Para RSF, la elección como presidente de Jair Bolsonaro, tras una campaña marcada por «el discurso del odio, la desinformación, la violencia contra los periodistas y el desprecio por los derechos humanos, augura un periodo sombrío para la democracia y la libertad de prensa».

Nicaragua tiene la mayor caída en la región

Pero el país que más puestos cayó en América Latina en la clasificación fue Nicaragua, que retrocedió 24 plazas para situarse en la posición 114, en plena «zona roja», por cuenta de una «represión» contra la prensa independiente a cargo del gobierno de Daniel Ortega.

En el contexto del agravamiento de la crisis política que vive el país y del incremento de las manifestaciones contra el poder, indica RSF, «el periodismo está constantemente estigmatizado y es atacado con campañas de acoso y amenazas de muerte, además de arrestos arbitrarios».

El informe también indica que por vigésimo segundo año consecutivo el peor país para la prensa en América Latina es Cuba, en el puesto 169, solo a once puestos de distancia de Turkmenistán.

México también se encuentra en «zona roja» al ocupar el puesto 144. 10 periodistas fueron asesinados en el país a manos del crimen autorizado y de autoridades corruptas, según se lee en la publicación. 

Reporteros sin Fronteras: “El autoritarismo de Maduro parece no tener límites”

Venezuela desciende 5 puntos con relación al año pasado y se ubica en el puesto 148 de 180 países en la la clasificación de 2019 de Reporteros Sin Fronteras

A la lista hay que hacerle scroll hasta abajo, casi hasta el final: son 180 países analizados en cuanto al grado de libertad que gozan sus periodistas y Venezuela está en el puesto 148, lo que representa un descenso de 5 puestos con relación al año anterior.

En la clasificación de 2019 de Reporteros Sin Fronteras, Venezuela está en la “zona roja” junto con México, Rusia, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Colombia, Turquía, Bielorrusia y otros más. También está a 14 puestos de la “zona negra”, donde sobreviven sin libertades mínimas los reporteros de -por ejemplo- China y Corea del Norte.

El organismo independiente con sede en París -que publica esta clasificación desde el año 2002- es particularmente enfático al analizar el caso venezolano: “El autoritarismo de Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, parece no tener límites. En 2018 se intensificó la represión contra la prensa independiente; RSF registró un número récord de detenciones arbitrarias y de actos violencias perpetrados por las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia venezolanos. En paralelo, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela (Conatel) privó de frecuencia de difusión a estaciones de radio y canales de televisión que consideró demasiado críticos con el gobierno y las autoridades detuvieron, interrogaron y expulsaron de su territorio a periodistas extranjeros.El deterioro de la situación ha empujado a numerosos periodistas a dejar país; estos buscan preservar su integridad física, pues han recibido amenazas”.

La organización Instituto Prensa y Sociedad alertó que la persecución a periodistas venezolanos ha continuado en 2019, sobre todo a partir de la irrupción en el panorama político del diputado Juan Guaidó como presidente interino: “Esta organización constató que en el 2019 al menos 24 periodistas nacionales y extranjeros han sido víctimas de detenciones arbitrarias por parte de funcionarios de seguridad del Estado y simpatizantes oficialistas”, dice en un informe de febrero.

América en riesgo

Christophe Deloire, secretario general de RSF, alertó sobre el continente americano: “Si el debate político se desliza de manera abierta o subrepticia hacia un entorno de guerra civil, en el que los periodistas son tratados como chivos expiatorios, entonces la democracia está en gran riesgo”.

Nicaragua, El Salvador, Honduras y Venezuela fueron los países del continente americano que más descendieron en la clasificación de RSF con respecto al año anterior. Aunque permanecen en una zona de peligro, Cuba subió tres peldaños y México cinco.

Noruega está por tercer año consecutivo en el primer lugar de la lista, seguida por sus vecinos Finlandia y Suecia. El único país latinoamericano en ese primer grupo es Costa Rica.

Reporteros Sin Fronteras: 65 periodistas fueron asesinados en 2017

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El Balance 2017 de ataques cometidos contra periodistas elaborado por RSF muestra que 65 reporteros fueron asesinados debido al ejercicio de su labor informativa*, ya sea mientras realizaban su trabajo, víctimas de un bombardeo, por ejemplo, o de forma deliberada porque sus investigaciones molestaban. La mayoría de los reporteros asesinados, 60%, eran periodistas profesionales.

Aunque el año 2017 ha sido el menos mortífero para los periodistas profesionales desde hace 14 años –50 perdieron la vida–, estas cifras siguen siendo alarmantes. De hecho, desde 2012 se ha observado un descenso constante en este rubro. Cierto, los periodistas han huido de los países que se han vuelto muy peligrosos, como Siria, Yemen o Libia. Pero también RSF observa una mayor toma de consciencia sobre la importancia de proteger a los periodistas. Desde 2006 la ONU ha adoptado diversas resoluciones relativas a la protección de periodistas. Asimismo, en las redacciones de numerosos medios de comunicación se han establecido medidas de seguridad.

La disminución de las agresiones no concierne a las periodistas, pues en 2017 se duplicó el número de reporteras asesinadas: diez murieron este año, mientras que en 2016 fueron cinco. La mayoría de ellas eran aguerridas y experimentadas periodistas de investigación. A pesar de las amenazas que habían recibido, muchas de ellas seguían investigando y revelando casos de corrupción, como Daphne Caruana Galizia en Malta, Gauri Lankesh en India y Miroslava Breach Velducea en México.

Otra tendencia notable del año 2017 es que ciertos países en paz fueron casi tan peligrosos para los periodistas como algunos que se encuentran en guerra: 46% de los reporteros fueron asesinados en países donde no existen conflictos armados declarados, mientras que en 2016 se trató de 30%. Así, en México se registró casi el mismo número de periodistas asesinados (11) que en Siria, el país más mortífero para los reporteros (12 asesinados).

Christophe Deloire, secretario general de RSF, lamenta que «los periodistas de investigación que trabajan sobre temas importantes como la corrupción o los escándalos ambientales, y quienes juegan un papel fundamental de contrapoder, sean convertidos en blanco de aquellos a quienes estas investigaciones incomodan. Esta alarmante situación nos recuerda la necesidad de proteger aún más a los periodistas, en un período de globalización de los desafíos de la información y de la internacionalización de la amenaza».

Hasta el 1 de diciembre de 2017, 326 periodistas se encontraban tras las rejas por haber ejercido su labor informativa. Al igual que en el caso de los periodistas asesinados, el número de reporteros detenidos es menor este año (-6%). Aunque la tendencia general es a la baja, ciertos países que hasta ahora no habían sido identificados como “países-prisión” para los profesionales de los medios de comunicación, se distinguieron por un número inusualmente elevado de periodistas encarcelados. Es el caso de Rusia y Marruecos. Por otra parte, a escala mundial, cerca de la mitad de los periodistas detenidos aún se concentra en cinco países. China y Turquía siguen siendo las mayores prisiones de periodistas en el mundo.

Para finalizar, actualmente en el mundo 54 periodistas se encuentran en manos de grupos armados o criminales (que no pertenecen al Estado), como el grupo Estado Islámico o los Hutíes en Yemen. Cerca de tres cuartas partes de los reporteros secuestrados son periodistas locales, que a menudo trabajan en condiciones precarias y que comportan grandes riesgos. Todos los casos de periodistas extranjeros secuestrados se registraron en Siria; hasta ahora no se ha podido precisar el lugar donde se encuentran.

*Con información de prensa RSF