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Oposición

Gonzalo Himiob May 02, 2018 | Actualizado hace 6 años
Las dudas, por Gonzalo Himiob Santomé

 

Llegó mayo, y las dudas siguen sin despejarse. A poco menos de veinte días para que tenga lugar el evento legitimador orquestado desde la ANC, el CNE y el Poder Ejecutivo, la ciudadanía sigue sin obtener respuestas del liderazgo político.

Por una parte, están los que no quieren prestarse a ningún juego sucio, los que no quieren ir a votar en un evento, que lo saben, tiene fallas de origen y no cumple ni con los más elementales requisitos que debe cumplir una elección, mucho menos una presidencial. A este grupo, la actividad convocada originalmente por la ANC (constituida de manera ilegítima y, en todo caso, sin competencias para ello) y luego “avalada” por el CNE, no le convence. Si nos guiamos por las redes sociales, que no siempre reflejan la realidad, son la mayoría de los venezolanos. De las encuestas ni hablar. Como siempre, y lamentablemente, pasa en Venezuela, según la que se lea o, mejor dicho, de acuerdo a los propósitos del que las pague, nos dirán que la intención general de ir a votar es altísima o bajísima, según convenga. Todo se mueve en los terrenos de las contradicciones y de las incertidumbres, y sobre esa base es imposible formarse un criterio sólido distinto al de la abstención como método.

Por otro lado, están los que llaman a votar, a pesar de las adversidades, de las ilegitimidades y del fuerte olor a trampa que emana de todo el tinglado. Lucen como minoría, al menos de cara a la audiencia, pero en esto, como en casi todo en nuestro país, no hay certezas. En este grupo están los que genuinamente se niegan a renunciar al voto como herramienta para el logro de los cambios políticos que necesita nuestro país desesperado, los que son esencial e íntimamente demócratas y se niegan a entregar o a abandonar este último resquicio de civilidad que es el ejercicio de la soberanía popular a través del sufragio; pero también están los que quieren que el pueblo acuda masivamente a las urnas en procura de la defensa de sus propios intereses (así lo quieren el gobierno y los que se han postulado para competir en evidente desigualdad de condiciones) dejando de lado cualquier otro cuestionamiento. Este último bloque, a mi entender, solo puede estar integrado por dos tipos de personas: las que están en el gobierno, o no están, pero quieren legitimarlo para luego ser parte de la estructura y del sainete, así sea como oposición falsa o disfrazada de tal, o las que, sus razones tendrán, y esto lo escribo con mucha preocupación, están convencidas de que en Venezuela de hoy aún es posible cambiar las cosas votando.

Mientras tanto, solo en el gobierno existe claridad en cuanto a lo que se espera que ocurra “el día después”. Para Maduro y sus acólitos está claro que tras el evento del 20M lo que sigue es la permanencia y la profundización de su proyecto, garantizadas por el mantenimiento de éste y de sus fichas por los menos seis años más en el poder, que tal y como están las cosas suenan a eternidad. Los que se presentan como “opositores” dispuestos a participar y a “medirse”, eluden deliberadamente la realidad de la falta absoluta de condiciones adecuadas para que, al final de ese día, se haga valer de verdad la voluntad soberana, y tampoco sueltan prenda sobre lo que significaría o lo que harían si, en un escenario hipotético, resultasen victoriosos el 20M, pero dicha “victoria” no les fuese reconocida o les fuera escamoteada. Por su parte, desde los que proponen la abstención como protesta cívica, como medio para demostrar a propios y a ajenos que Maduro no cuenta con respaldo popular alguno, tampoco nos dicen qué se espera de los venezolanos, ni cuáles serán los pasos a seguir, desde “el día después” en adelante, cuando Maduro se haya atornillado en la silla, así sea mediante jugarretas y de espaldas al rechazo mayoritario que genera.

Los que han planteado sus candidaturas contra la de Maduro, supuestamente como “opositores” (permítasenos el beneficio de la duda) también callan ante esta realidad aplastante: Aún si ganan, y aún si tal “triunfo” les es reconocido, todavía tendrían que esperar más de ocho meses, hasta que puedan “tomar posesión” del cargo, lo cual, se supone, ocurriría en los primeros meses de 2019. Tendrían además que lidiar en paralelo con la ANC, que seguirá ejerciendo de facto sus “funciones”, por encima de cualquier otro poder público, incluso del poder ejecutivo, al que seguramente le exigirá sumisión absoluta; con un TSJ cuyos magistrados, completamente sometidos a Maduro, seguirán en sus despachos haciendo y deshaciendo en sus fallos lo que a Maduro le plazca; con un Fiscal General manifiestamente oficialista, presto a activar el poder persecutor del Estado contra el que así le sea indicado y, en general, con casi la totalidad de las instituciones y órganos del Poder Público (Contraloría, Procuraduría, Cancillería, CNE, Defensoría del Pueblo y hasta con la mayoría de las gobernaciones y de las alcaldías) aún en manos de “revolucionarios” que, a no dudarlo, no vacilarán en convertir el ejercicio de una hipotética presidencia distinta de la Maduro en una difícil, o hasta imposible, carrera de obstáculos.

Como vemos, en todas las posturas, tanto en las que promueven la participación como en las que no, quedan todavía muchas preguntas sin responder. La única certeza es que, si “gana” Maduro, así sea con un margen mínimo de votos, las cosas seguirán igual o peor.

La responsabilidad de despejar estas dudas que quedan y de dar estas respuestas que no tenemos no la tienen los votantes, la tienen los dirigentes políticos, al menos si es que quieren seguir siendo tenidos como tales. No basta decir “debemos votar”, como tampoco basta decir “no debemos votar”, hay que ir más allá, hay que medir y ponderar todas las posibilidades y, de manera anticipada, tener listas las respuestas y las acciones a seguir tras lo que sea que ocurra el 20M.

Es una absoluta falta de respeto poner sobre los hombros de la ciudadanía, a modo de chantaje, la carga y la culpa de lo que ocurra después del 20M, tanto si se decide participar y votar como, muy especialmente, si se decide no participar y no votar. Si un importante número de electores ha decidido no votar en el evento del 20M, eso es responsabilidad del gobierno, que muchas muestras ha dado de que se limpia la parte en la que espalda pierde su nombre con lo que se logra en las elecciones, pero también de la oposición, que no ha sabido defender como corresponde los espacios ganados mediante el voto (por ejemplo, la AN, y hasta las gobernaciones y alcaldías) y que, también muchas veces, cuando ha debido luchar y mostrar los dientes, porque así lo exigían la verdad y la ciudadanía, lo que ha hecho, ante la primera amenaza roja, es replegarse y huir con el rabo entre las piernas.

Si otros han decidido o quieren votar por las alternativas a Maduro, tampoco puede defraudárseles, hay que respetarlos y debe decírseles también claramente cuáles son las acciones y los pasos a seguir si es que el 20M se produce la derrota o un fraude masivo o si, aun ganando, como ya ha pasado, no se gana nada y todo queda en las mismas. Del que, incluso llamando vehementemente a la participación, no esté dispuesto a dejar su pellejo en la defensa de la voluntad de quienes le apoyen, y no aborde ni tome previsiones ante estas otras posibilidades, no cabe más que concluir que está puesto allí como parte de una charada a la que nadie en su sano juicio debe prestarse.

Como recurso, y ya a los efectos de nuestra decisión personal, ante la ausencia de conducción y de línea política que vaya más allá del “no votes” o de un “vota”, a los ciudadanos, a muy poco de un evento que definirá nuestro futuro próximo, no nos queda más que volver a lo básico, a lo elemental, lo cual solo podemos hacer desde la respuesta que nos demos a estas preguntas: ¿Quién quiere que votes, o que no votes? ¿Por qué quiere que votes, o que no votes? ¿Para qué, en realidad, quiere que votes, o que no votes? Y, sobre todo, tenemos que preguntarnos, para validar nuestra decisión personal, qué tiene preparado, y cómo enfrentará, cualquiera de los escenarios posibles después del 20M.

@HimiobSantome

El maltrato entre los venezolanos, por Orlando Viera-Blanco

 

«Mientras quienes desde una misma acera republicana, democrática y libertaria, tratamos de demostrar quien ilustra mejor, habla más bonito o sabe más, aquellos desde la maldad y el ocio, trabajan-y aseguran-su permanencia en el poder …»

 

La intemperancia y la desesperación no es buena consejera. Quien lo afirma tiene autoridad para decirlo, porque en lo personal padezco de ambas ansiedades. Dejar fluir la irascibilidad es perder el correcto sentido de lo que se quiere expresar. La  irritabilidad disipa la empatía y en efecto, la mejor comprensión de lo alegado. En estos días el desbordamiento emocional criollo está “de moda”. Mala cosa. Así me sucedió en mi programa “El Abogado del Diablo”, donde no fui excepción de moderación (aunque me gustaría serlo). Veamos.

En la agenda social y política Venezolana tenemos temas muy importantes que tratamos de dilucidar, no en el plano de la lógica del cambio eficiente de poder, sino bajo la luz de la ‘coma alta’, del verbo encendido; de quien eleva más el gañote y además de forma hiriente y despreciativa. En este intercambio desmedido de desplantes y acusaciones,los abedules impiden ver los naranjales (Dixit Ignacio Vasallo Tome). Por ejemplo. Me he dado la tarea de revisar los argumentos de profesor Emérito, Fernando Mires, a favor de votar. No es ahora el tema de discusión. Lo que quiero destacar es como sus detractores antes de leer, disparan los más pornográficos insultos en su contra. No por ello el académico Chileno va a incurrir en desquites como desmerecer la inmigración Venezolana a Chile. Pero cuidado, él no lo hace por emeritus. ¿Ahora, quien no lo es [emérito] cómo nos ve? ¿Cómo reputan en el exterior nuestra prepotencia y filosa capacidad de agredir oficiosamente?

La consagrada polarización de la oposición.

No es suficiente apelar a los más ilustrados pensadores políticos (clásicos o de la modernidad), ni a las experienciastransicionales más elocuentes de dictaduras a democracias, cuando raudamente el escarnio criollo disipa toda oportunidad de debate. Ni se lee ni se escucha al tiempo que arrojan un desdén impresionante. “Este pobre mamarracho blandengue va más perdido que ciego en Manhattan”. Una creatividad semántica imbatible para levantar media docena de desagravios en una frase. Si usáramos tales embestidas para enfilarlas contra el verdadero enemigo, otro gallo cantaría. Pero no pasa nada…Quienes cabalgamos en el espacio público sabemos al decir de Oscar Wilde, “que hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti.» Igual Salvador Dalí remató diciendo: “La cuestión es que hablen de mí, aunque sea mal”. Lo delicado es cuando hablamos mal del país y de todos entre si. En tal insolencia, vence y reposa el tirano.

La exposición más sucinta del ‘moralismo inconveniente’ en la política contra el opresor-la paz perpetua Kantiana-no es suficientemente para calmar nuestra desmesura. Ipso facto cualquier argumento por la movilización, votar, llamar a la insurgencia organizada y relanzar la unidad, es fulminado por los tuiteros confusionales y ratones de redes sociales que más y mejor viven de hablar mal. Pasamos de un mar de conocimiento y buenas sugerencias (como las de Mires), a un mar de fondo de obcecación, intransigencia y mala educación que al único que da pulmón es a Maduro, mientras duerme tranquilo en Miraflores…La polarización de la oposición es una misión consagrada.

EL ABOGADO DEL DIABLO

He vivido situaciones a lo menos frustrantes en la titánica tarea de defender la unidad monolítica de la oposición a la par de intentar explicar la conveniencia, no de votar-lo cual no es l’etat de la cuestión-sino de removilizar organizadamente. Rápidamente somos imputados de “colaboracionista, mudero, come flor, que no entiende que este gobierno sólo sale a punta de piedra, plomo y candela…”. Profundo argumento.

No pretendo en este ensayo volver sobre un argumento en particular. Lo que quiero sembrar en esta reflexión es que en medio de esta cascada de flechas cruzadas entre nosotros, quien cobra–entumecido de la risa además-es Maduro y su cortejo de pajes revolucionarios. Mientras quienes desde una misma acera republicana, democrática y libertaria, tratamos de demostrar quien ilustra mejor, habla más bonito o sabe más, aquellos desde la maldad y el ocio, trabajan-y aseguran-su permanencia en el poder. Somos presa fácil de su método totalitario: El odio, la desesperanza, la destrucción del sujeto-pensante, de su espíritu humano y de la confianza grupal. Peines que hemos pisado siempre con la inocencia y ansiedad de un niño, o acaso, con la arrogancia  y altivez de una veleta.

El maltrato que nos profesamos los venezolanos no es normal. Y conlleva otra consecuencia. Para nadie es un secreto la fama de contestatarios, violentos y soberbios que hemos ganado en el exterior, además en circunstancias bordes…Amen de producir fragmentación, juntos pagamos por pecadores, la resistencia, la duda razonable de países hermanos, de abrirnos las puertas de sus casas. El maltrato entre nosotros da caña al rechazo de migratorio, dando pie al chauvinismo homofóbico y discriminante que arenga la frase: “Devuélvanse a su país y sigan echándolo todo a perder allá. Aquí no…

No me complace lo sucedido en “El Abogado del Diablo” con el buen amigo Alberto Franceschi, amén que el formato es polemizar. Se cansa uno de tanta desgarro. Pero decía, no pasa nada…Igual seguimos. !Sin prisa pero sin pausa!

@ovierablanco

Borrón y cuenta nueva: Voluntad Popular perdona a Yon Goicoechea

Foto: Anthony AsCer Aparicio / Contrapunto

Luego de la polémica por su candidatura a la alcaldía de El Hatillo, el antiguo líder estudiantil de la UCAB se reencuentra con el partido de Leopoldo López y despeja las dudas sobre su compromiso con la unidad opositora

 

@pppenaloza

EL BUEN HIJO VUELVE A CASA. Superada la polémica por su participación en las elecciones municipales de diciembre de 2017 y tras cumplir con un proceso disciplinario interno, Yon Goicoechea retoma su posición como dirigente de Voluntad Popular (VP).

El antiguo líder estudiantil de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) fue encarcelado por el régimen chavista el 29 de agosto de 2016. Antes de que formalmente el Ministerio Público le imputara los delitos de detentación de sustancias explosivas y asociación para delinquir, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, reveló en un mitin político en el estado Barinas los detalles del caso en estos términos: “hoy fue detenido un señor que llaman Yon Goicoechea y en su poder encontraron cordones detonantes para explosivos, ese señor fue entrenado por el imperio norteamericano durante años”.

Aunque la Fiscalía no halló elementos que lo incriminaran y el Tribunal 21 de Control de Caracas ordenó su excarcelación el 20 de octubre de 2016, el gobierno lo mantuvo encerrado en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) hasta la noche del 3 de noviembre de 2017. Ahora debe presentarse todas las semanas ante un juez y tiene prohibido ofrecer declaraciones acerca del proceso judicial que enfrentó.

Apenas salió a la calle, Goicoechea rompió con la línea de su partido y se postuló a la alcaldía de El Hatillo, estado Miranda, con el apoyo de Un Nuevo Tiempo (UNT) y Avanzada Progresista (AP), organización fundada por el candidato presidencial Henri Falcón. “Me separo de la línea de Voluntad Popular porque no pude ser parte del debate por estar preso. Soy respetuoso de todas las instancias, pero no comparto el no votar. Pero debo decirlo, estoy de acuerdo con la lucha de Leopoldo López y sé que mi partido será puntal de la recuperación de Venezuela”, dijo en una entrevista concedida a Globovisión el 7 de noviembre pasado.

El abogado egresado de la UCAB se midió el domingo 10 de diciembre de 2017 y obtuvo 1.807 votos, ocupando el tercer lugar detrás del ganador Elías Sayegh, exmilitante de Primero Justicia que acumuló 10.447 sufragios, y la abanderada del PSUV, Francis Herrera, quien captó 5.733 papeletas.

El retorno

La decisión de Goicoechea de participar en las municipales generó todo tipo de especulaciones. “No somos vendidos ni traidores”, aclaró en una entrevista publicada por el diario ABC de Madrid el 12 de noviembre de 2017. En esa misma conversación, ante la pregunta de si había tenido que negociar con el régimen su salida de prisión, respondió: “sí, todos los presos políticos tienen que negociar (…) No es un asunto de dar algo a cambio, sino de la presión internacional y de los organismos internacionales de los derechos humanos que se debe ejercer para salir de la cárcel”.

Todos estos hechos fueron evaluados por la Comisión de Resolución de Conflictos de VP. “Una vez se le suspendió de la militancia debido a su inscripción como candidato, él dejó pasar seis meses y solicitó su reingreso al partido ante la dirección nacional. De inmediato se inició el procedimiento para que los que estuviesen de acuerdo y los que no presentaran sus argumentos, se realizó un proceso para llegar a un consenso sobre los pro y contras, y se decidió su reingreso”, resume el procedimiento Emilio Graterón, exalcalde del municipio Chacao y responsable de esta instancia disciplinaria.

Graterón enumera las cinco razones que les llevaron a abrir nuevamente sus puertas a Goicoechea: “1) no es un caso de indisciplina puro y simple y aún así cumplió seis meses de suspensión, 2) su decisión de separarse de la línea del partido no fue simplemente basada en una ambición o decisión política, 3) debe considerarse su especial circunstancia de ser perseguido y preso político, 4) la descarada manipulación del régimen que condicionó su libertad. No podemos secundar la voluntad del régimen de vulnerar la unidad de VP al coaccionar a un activista a asumir líneas contrarias al partido, y 5) consideramos su disposición abierta y respetuosa para con el partido, asumiendo la vocería de ‘Venezuela Energética’”, propuesta sobre política petrolera impulsada por López.

Las dudas sobre el compromiso del dirigente también fueron expuestas por aquellos que se oponían a su reincorporación; no obstante, acota Graterón, “Goicoechea rebatió esos señalamientos demostrando su disposición a asumir el trabajo que le asignaran, a no irse del país y a cumplir la sanción que le impusieran”.

Dura prueba

Cuidándose de no transgredir los límites trazados por la medida cautelar que restringe su libertad, Goicochea responde a quienes en el campo opositor le acusaron de ser una especie de “infiltrado” o “quinta columna” que buscaba dividir a la Unidad tras lanzar su candidatura a la Alcaldía de El Hatillo.

“Mi carta de presentación ante los venezolanos son más de 13 años de lucha pública y frontal por la democracia. Yo he pagado con exilio, persecución y cárcel haberme opuesto al chavismo. He luchado en la calle, en la universidad, desde el partido, fuera y dentro del país. He dedicado toda mi edad adulta a Venezuela y pese a haber sido encarcelado decidí seguir en el país, cuando puedo perfectamente estar fuera. Por todo ello Leopoldo confía en mí, tanto como yo en él. En VP hay diferentes visiones, pero hay confianza y hermandad entre nosotros”, explica a Runrunes.

Los ataques contra el partido de López no paran de aumentar. Tachada de “terrorista” por el régimen chavista, Asamblea Constituyente ilegalizó a la organización precisamente por no competir en las municipales de diciembre. Además, su dirigencia ha sido prácticamente descabezada, con su fundador bajo arresto domiciliario, el diputado Freddy Guevara refugiado en la embajada de Chile y David Smolansky en el exilio junto con Carlos Vecchio, Antonio Rivero y Lester Toledo.

Pese al hostigamiento del oficialismo, Goicoechea reivindica su determinación de reintegrarse a VP. “Tengo mucho respeto y cariño por los venezolanos valientes y luchadores que conducen el partido. Entre nosotros hay diferencias de criterios en muchos temas, pero estamos de acuerdo en lo principal, el desarrollo de Venezuela. Todos los que estamos luchando activamente por el país tenemos riesgos, pero me guía más la esperanza que el miedo. Quien encuentra la esperanza, encuentra la valentía”, sostiene el experto en Derecho Energético de la Universidad de Columbia, Estados Unidos.

Brazos abiertos

“En VP estamos haciendo un esfuerzo por crear la cultura de los acuerdos para la resolución de conflictos, por eso todos se resuelven con un procedimiento parecido al que está en la ley de justicia de paz. Nos esforzaremos en recalcar la necesidad de la reconciliación en la Venezuela pos dictadura y eso comienza por casa”, precisa Graterón.

De la Comisión de Resolución de Conflictos encabezada por el exalcalde de Chacao también forman parte cuatro profesores universitarios que prefieren resguardar su identidad para evitar represalias del chavismo. “No son políticos, son personas de la academia, especialistas en la materia que se dedican a esto pro bono”, indica el vocero partidista.

El diputado Juan Guaidó (VP-Vargas), jefe de la bancada de la Unidad en el Parlamento, relaciona el retorno de Goicoechea con iniciativas como el Frente Amplio Venezuela Libre, que admite en su seno a distintos actores de la sociedad “para sanar heridas y crecer en este proceso de recuperación del país”. Guaidó agrega que su correligionario se encargará del establecimiento de una “red de solidaridad” para cohesionar a los activistas de VP con la finalidad de “llegar a toda Venezuela”.

Graterón destaca que la Comisión de Resolución de Conflictos “es nuestro esfuerzo más concreto de institucionalidad relativo a la ‘justicia sin venganza’ y ‘reconciliación sin amnesia’”. Más allá del caso Goicoechea, quizás el más relevante por el perfil del involucrado, la instancia disciplinaria aborda decenas de controversias a escala municipal que van desde la insubordinación de un concejal y la reorganización de equipos colegiados hasta el incumplimiento de deberes y tareas locales.

“Un partido político tiene constantemente conflictos y en otros casos son negociaciones dirigidas, VP es una institución joven haciendo esfuerzos por fortalecerse en medio del fragor de la crisis”, concluye el exalcalde de Chacao.

Unión Europea insiste en elecciones libres y transparentes en Venezuela

 

La alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, pidió este jueves al Gobierno de Venezuela que cree las condiciones para asegurar que las elecciones presidenciales y regionales del próximo 20 de mayo sean libres.

Mogherini se reunió este jueves en Bruselas con el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Omar Barboza, y con representantes de los principales partidos de la oposición en ese país para debatir “los retos políticos, económicos y sociales que Venezuela afronta en la actualidad”, según un comunicado del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).

La jefa de la diplomacia europea expresó su “total apoyo” a la Asamblea Nacional de Venezuela que, dijo, es “un organismo elegido democráticamente cuyos poderes constitucionales deben ser plenamente respetados”.

Con respecto a los próximos comicios en el país suramericano, Mogherini subrayó que es “crucial” celebrar unas elecciones “inclusivas y creíbles, sobre la base de un calendario electoral acordado y unas garantías democráticas”.

Para ello, consideró, “sería importante que el Gobierno (de Nicolás Maduro) cree las condiciones que todavía pueden permitir un compromiso hacia un consenso amplio para la celebración de las elecciones libres, con la participación de todos los partidos políticos que respetan los principios de justicia y transparencia”.

Vamos a ponersela más facilona, por  Julio Castillo Sagarzazu

 

Nicolás Maduro sabe que más temprano que tarde se tiene que ir. El asunto es no ponérselo tan caro. Lo que en estos momentos se está haciendo es correcto. Andar con pasos firmes pero serenos llenando todos los extremos para construir un ambiente de presión nacional e internacional que haga lógica su partida hasta para él y los suyos.

Uno de los temas más importantes, en este terreno, es el tratamiento a la disidencia oficialista. Allí puede estar la clave de un desenlace temprano.

En efecto, Maduro no teme a la oposición en el corto plazo o en su capacidad de derrocarlo. A quienes más teme es a aquellos que están cerca, incluso a su entorno próximo. Las sanciones individuales están obrando prodigios y si se amplían, lograran aún más. Ningún capitoste del régimen se ha metido los millones de dólares en el bolsillo para gastarlos en nuestras playas o en nuestras selvas por más monumentales y bellas que ellas sean. Tampoco para ir a Cuba a “tomarse un daiquiri en el Floridita y un Mojito en la Bodeguita del Medio…”, como recomendaba Hemingway. La migración chavista venezolana a la isla está y se mantendrá en cero por mucho tiempo. Es más que seguro que, así como ya lo han hecho numerosos exfuncionarios civiles y militares, muchos de quienes hoy están a su lado estén negociando hace rato cómo hacer para que les dejen llevar sus nietos a Disneyworld o no les toque la mansioncita de Miami.
Los poderes fácticos del mundo aceptarán esas negociaciones porque saben que es la vía más expedita para dejar solo al dictador. ¿Hay alguien que cree que las grandes potencias que actúan contra Maduro lo hacen porque son amantes de la democracia venezolana? Pues no, en realidad son amantes de su propia democracia y si Venezuela comienza a hacerse un peligro, tanto por los devaneos de sus dirigentes con el terrorismo y por los graves delitos internacionales que se les investiga y si a eso añadimos ahora la emigración desenfrenada, entonces ese peligro lejano se convierte en una amenaza para su propia seguridad y para la de nuestros vecinos.

Para defender esa seguridad interna han demostrado que pueden aliarse con quien sea. Vale la pena preguntarse aquí cómo fue que acabaron con el cartel de Medellín en Colombia. La respuesta es muy sencilla y nada santa: pues aliándose con el cartel de Cali para el que Pablo Escobar representaba un enemigo común. Así de simple y cínica es la política internacional.

Obviamente, el gran trabajo lo harán los grandes. Pero a nosotros, los de a pie, los que sufrimos todos los días la tragedia nacional, nos toca hacer nuestro pedacito también. Por ejemplo, bien nos valdría la pena dejar de considerar a todo disidente del oficialismo como agente de una maniobra del gobierno. Sería bueno dejar de esperar con dos ñascas en la puerta del chavismo a todo aquel que decide deslindarse de él.

Hay chavistas que huyen como es nombrado un popular hashtag de las redes sociales. Lo inteligente es recordar aquella vieja máxima de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Conquistador de Nápoles. “Al enemigo que huye puente de plata…”. Allí están Luisa Ortega Díaz y otros cumpliendo un papel positivo en esta tarea de salir del régimen. Mañana veremos de qué son responsables y, como en Venezuela en algún momento habrá justicia de nuevo, pues responderán ante ella. Por lo pronto dejémosles hacer lo que ellos creen correcto.

En esta materia hay un disidente del chavismo particularmente importante hoy. Es Henry Falcón. Con él tenemos una tarea importantísima que realizar: hay que convencerle de que su participación en este remedo de elección solo conviene a Maduro y al gobierno.

Si es verdad que su presencia en este bulo no es más que la preparación del ambiente para que su nombre sea tomado en cuenta en una transición, hay que decirle que el camino que ha escogido hoy es el peor para ello. Con su posición se está enajenando la buena voluntad de millones de compatriotas y de las direcciones de los partidos de oposición que serían decisivas en un hipotético momento de transiciones en Venezuela.
Ahora bien, para convencerle no podemos caerle a piedras, por más ganas que algunos tengan. Si lo convencemos debemos considerarlo una victoria de la razón y recibirlo con respeto más allá de las diferencias que tengamos. Por supuesto, si no lo convencemos tendrá que asumir las consecuencias de su decisión y entender que “los soldados de la Reina no pueden aspirar a ser condecorados por la República…”.

Dependiendo de cómo tratemos este y otros problemas similares y conexos con la disidencia oficial, tendremos más cerca o más lejos la salida de esta pesadilla.

 

@juliocasagar

Dicen que dicen que dicen…, por Carlos Blanco

 

Hay rumores. Se dice que el desdichado Zapatero, ese chapucero pegado en el costillar de Venezuela, tiene una nueva oferta en su quincalla: gestionar un “gobierno de concordia nacional” con Falcón como vicepresidente cuando el CNE asigne los votos (¿60-40?) que el régimen decida en la mamarrachada electoral.

El ex gobernador y los muchachones aventajados que lo acompañan migrarían hacia la administración pública, aunque no fuera más que a un par de ministerios y variedad de embajadas. Otros rumores, más audaces, afirman que Maduro –achicharrado políticamente como está– cedería la Presidencia a Falcón para que se produzca una continuidad del chavismo, pero con un rostro más light. No faltan quienes digan que hay la voluntad de los cubanos y Maduro de aplazar nuevamente las “elecciones” y propiciar que los remolones, a punto de caer en la tentación, casi seducidos por la compulsión electoral (o por el chantaje), cambien su antipática actitud abstencionista y se sumen a las fiestas patronales de las ladies del CNE. Algunos osados sugieren que Padrino López estaría coqueteando con una transición que él encabezaría, dadas las señales de humo que de cuando en cuando ha enviado a Washington y que, al saberse, casi lo han carbonizado.

Es posible que los ensimismamientos psicopáticos (o una buena borrachera) conduzcan a tales cavilaciones, pero no parecen creíbles. Si Maduro y su círculo íntimo en la carnicería que regentan no están dispuestos a compartir el poder con otros cófrades como Diosdado Cabello, menos aún van a hacerlo con quienes han sido tibios en acompañar el bochinche revolucionario y toda su sangrienta estela.

No es solo que Maduro y familia sean agalludos, y quieran acumular todos los poderes y todos los cobres, lo cual remitiría las causas a la rapacidad individual o a un exceso de desconfianza en los camaradas; es más que eso. Aparte del goce lascivo por –y con– el poder, existe una dinámica inexorable en las dictaduras, que consiste en la acumulación, centralización y personalización del poder. La clave para mantenerse es eliminar toda disidencia: al comienzo es contra los de la otra acera; pero, luego, les toca a los de la propia. Cualquier crítica, gesto inamistoso, falta de entusiasmo al aplaudir, chiste o ironía, son tomados como síntomas de conspiración.

Maduro es prisionero de su propia situación: acumular poder sin compartirlo. Esa presión del poder sobre sí mismo, fuerte y asfixiante, conduce a una explosión que se llevará, en primer lugar, al que lo ha detentado.

TSJ en el exilio recibió acta firmada por el Parlamento para continuar antejucio de mérito contra Maduro

 

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en el exilió anunció este lunes que recibió el acta de aprobación del antejuicio de mérito contra el presidente Nicolás Maduro, emanada desde la Asamblea Nacional y firmada por su directiva.

El anunció lo hicieron a través de su cuenta de Twitter y explicaron que el acta, aprobada el martes 17 de abril con 105 votos a favor, será agregada al expediente.

 

 

Con este requisito, el TSJ en el exilio le dará continuidad al proceso para enjuiciar a Maduro por corrupción.

Un día antes, el TSJ le había solicitado a la Asamblea Nacional el acta firmada para poder continuar con el caso.

 

Los partidos políticos opositores y los líderes civiles del Frente Amplio Venezuela Libre se reunieron hoy en pequeñas asambleas para pedir propuestas sobre cómo luchar contra las elecciones presidenciales del próximo 20 de mayo; reportó la agencia de noticias EFE.

El dirigente opositor Roberto Patiño anunciaba en rueda de prensa, el 20 de abril, en nombre del frente, que se celebrarían cabildos abiertos y asambleas en todo el país para discutir plan de acción de cara a los comicios a realizarse el próximo 20 de mayo. «Nosotros creemos en el cambio pacífico, en la construcción social de una alternativa y creemos en la consulta a nuestra gente», sentenció Patiño.

El Frente Amplio es la principal organización opositora llamando a la abstención para que la baja participación sirva como una excusa para deslegitimar el proceso, que consideran que es fraudulento y en el que la mayoría de los partidos de oposición no participará.