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John Bolton

Venezuela, Bolton y las elecciones norteamericanas de 2020, por Carlos Alberto Montaner

LA POLÍTICA EXTERIOR NORTEAMERICANA anda patas arriba. Padece un problema de identidad zoológica. No se sabe si el presidente es una oveja o un lobo, una paloma o un halcón. Al margen de sus rifirrafes con el FBI y su encontronazo con los jueces, Donald Trump ya lleva tres asesores del Consejo Nacional de Seguridad, y con el último, con John Bolton, la situación terminó muy mal.

Anda a las greñas con los chinos comunistas, pero por las malas razones. No por las violaciones de los derechos humanos o el maltrato a hongkoneses o taiwaneses, sino porque venden productos y servicios muy baratos y compran papeles de la deuda americana. Como Trump no ha leído a Milton Friedman, no entiende las infinitas ventajas de tener un gigante industrial y comercial como China al objetivo servicio económico de su país.

A veces parece que oye los consejos de Marco Rubio, especialmente en las cuestiones venezolanas y cubanas, en las que el senador por Florida es un verdadero experto, pero en otras resulta que está bajo la influencia aislacionista del senador Rand Paul, un convencido pacifista persuadido de que Estados Unidos no tiene responsabilidades morales especiales. (Algo que sostenían los neocons transidos de idealismo a lo Reagan, o los demócratas aún bajo el ejemplo de Roosevelt, Truman y Kennedy).

Dick Morris, un estratega político muy cercano a Trump y muy alejado de los Clinton, sostiene una hipótesis electoral para explicar esa posición ambigua y la salida de John Bolton del entorno de la Casa Blanca.

Trump, Morris supone, intenta remontar el consistente nivel de rechazo de la sociedad norteamericana. Mes tras mes suele estar más cerca del 40% de aprobación que del 50%, según las encuestas más solventes. Trump anda a la búsqueda de éxitos fáciles retratándose con talibanes y ayatolás que transmitan la imagen de una persona que intenta salir del embrollo del Medio Oriente.

Puede ser. Trump surgió como un fenómeno mediático y debe ser proclive a esos argumentos. Quien practica incesantemente el Twitter debe creer también en las virtudes teologales de InstagramTrump nunca fue acusado de tener una posición principista o de atarse hasta la muerte a los valores, como proponía Kant. Trump lo mismo se ufanaba de agarrar a las señoras por la entrepierna que rompía con el señor Jeffrey Epstein cuando dejaba de ser una relación conveniente. (Epstein fue el financiero libertino, suicidado recientemente en una cárcel de-no-tan-máxima seguridad).

No obstante, si Donald Trump desea ganar las elecciones de noviembre de 2020 con un gran triunfo en política exterior, el señor John Bolton le dejó el camino trillado. El miércoles 11 de septiembre, mientras Bolton era políticamente decapitado, se aprobaba en el seno de la OEA la activación del Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR) contra la Venezuela de Nicolás Maduro. La moción, incitada por el presidente interino Juan Guaidó, fue apoyada por una mayoría encabezada por Colombia, Brasil y Estados Unidos.

Hay que salir de esos narcoterroristas para proteger a Estados Unidos del tráfico de drogas y de las redes islamistas regentadas por el abominable fanático Tareck el Aissami, vicepresidente de Venezuela designado por Nicolás Maduro. Y se puede solucionar sin la necesidad de desembarcar tropas en ese avispero. Esas, junto con los demócratas venezolanos, las pondrían Brasil, Colombia y otros países latinoamericanos de los que han firmado el TIAR. Todo lo que tendrían que hacer los estadounidenses es barrer con un ataque aéreo fulminante el aparato militar venezolano.

La matemática electoral es clarísima y funciona como un silogismo. Sin el voto de Florida es muy difícil ganar las elecciones generales de 2020. Sin el voto hispano es muy difícil ganar la Florida. Y sin una Venezuela liberada es muy difícil ganar el voto hispano. Ergo, ya sabe Donald Trump lo que debe hacer para intentar ganar las elecciones generales.

 

@CarlosAMontaner

ALTO
MAS GRUÑON QUE EFECTIVO:
 

El presidente de EE.UU., Donald Trump, declaró este 12 de septiembre que su ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, se “pasó de la raya” en la política hacia Venezuela. Textualmente dijo: “Yo estaba en desacuerdo con John Bolton en sus actitudes sobre Venezuela. Creo que se pasó bastante de la raya, y creo que se ha demostrado que yo tenía razón”. Sobre su posición frente a la situación en Venezuela, dijo que mantiene una “política firme” hacia este país. “Venezuela está pasándolo realmente mal, y estamos tratando de ayudarles de una forma humanitaria”, dijo. Recordemos que hace unos meses ya Trump había llamado al botón a sus asesores sobre Venezuela ante la inoperancia de las acciones emprendidas o a medio emprender. Le parecían “mucho ruido y pocas nueces”. Las discrepancias entre Bolton -que se creía guapo y apoyado por Trump- con el Departamento de Estado y la misma Casa Blanca, por no decir con el encargado del capítulo Venezuela, Elliot Abrams, llegaron a su límite esta semana con la discrepancia interna con Trump sobre si recibir o no a los talibanes de Afganistán en Camp David precisamente cuando se conmemoraban 18 años del fatídico atentado del Talibán contra las Torres Gemelas del WTC este 9/11. Cuando Trump lo designó en el cargo el expresidente Jimmy Carter alertó sobre el peligro de tener “un extremista tan peligroso e irracional al lado del presidente que tiene el botón rojo para lanzar la bomba atómica”. Ayer, para no dejar dudas de su interés en el caso Venezuela, el propio Trump dijo a la prensa que su posición respecto a Venezuela era mas fuerte que la del despedido Bolton…

 
¿NO VA A LA ONU?:

 

Por séptimo año consecutivo le toca a Maduro “deshojar la margarita”, coloquialmente, sobre si va o no va a la Asamblea General de la ONU. Ha pasado otras veces. Siempre tendrá un motivo para no asistir. El resto de los 192 países convocados lo hacen al revés, pues si tienen motivos para hacer presencia en el más importante foro anual de la diplomacia global. Temores, desconcierto, interrogantes sin contestar, bochorno con la permanente mentira sobre resultados y esta vez algo más contundente como fue el Informe Bachelet que será actualizado en unas horas. Sin embargo el doble discurso sigue presente. Al más alto nivel de los “amigos” en el Consejo de Seguridad se han movido las fichas de Maduro para tratar de conseguir una entrevista con el presidente Donald Trump. Algo parecido sucedió hace dos años cuando ese encuentro se cayó porque Maduro lo anunció sin haber sido confirmado por Trump. Ese año tenía entre otros temas el caso de los sobrinos presos. ¿Recuerdan el viaje imprevisto a Nueva York para solo saludar a otros colegas presidentes y caminar “libremente y hasta trotando por la Quinta Avenida y el Bronx”?. Todo venía siendo trabajado hasta que saltó la liebre con el tema Bolton. ¿Y los millones de firmas contra Trump a entregara cada uno de los 192 miembros de la ONU?. Por otro lado señalan fuentes rojitas que es un riesgo para el presidente salir a territorio enemigo. Aluden que al “imperio no le importaría detenerlo o hacerle pasar un mal rato”. Todo eso parece haber influido para anunciarnos que no viajará a Nueva York y que en su lugar iría Delcy Eloína Rodríguez Gómez, su flamante y aguerrida vicepresidenta. En medio de esta crisis humanitaria conocida y comentada en todo el mundo y avalada por la Alta Comisionada de los DD.HH. Michelle Bachelet es un riesgo para su imagen. Un bochorno adicional es la actualización y respuesta de ella a las ofensas de Maduro y sus adláteres donde hasta le dijeron haber “firmado ese documento hecho por el Departamento de Estado”. Vale la pena leer a Joaquin Villalobos. Perfecto complemento para entender, aún más, lo presentado por la socialista chilena.

 

 
“VILLALOBOS DIXIT”:

 

Exguerrillero y político  salvadoreño, fundador y máximo dirigente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) una de cinco organizaciones que conformaron en 1980, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, durante la Guerra Civil de El Salvador. Fue miembro de la delegación negociadora del FMLN en el proceso de paz y fue uno de los signatarios de los Acuerdos de paz de 1992 que pusieron fin la guerra civil de El Salvador. Como consecuencia de los Acuerdos de Paz, el FMLN se convirtió en un partido político legal. Ahora es un crítico abierto de la izquierda de El Salvador y de todos los movimientos de izquierda de otros países latinoamericanos, cercanos al presidente Hugo Chávez. Consultor en seguridad y resolución de conflictos fue asesor del gobierno de Colombia para el proceso de paz. De uno de sus escritos en AmericaNuestra@com, “La gran Estafa Bolivariana” de noviembre de 2017 extraigo algunos párrafos, mas actuales que nunca en nuestra destruida patria: “Intelectuales de izquierda de todo el planeta comenzaron a estudiar el militarismo venezolano y su propuesta de socialismo del siglo XXI. Se escribieron miles de páginas para darle a los uniformados bolivarianos sus credenciales revolucionarias. En vida a Salvador Allende nunca se le consideró un revolucionario, tampoco a Juan Velazco Alvarado, mucho menos a Juan Domingo Perón o al general Omar Torrijos a quien Fidel simplemente llamaba “guajiro filósofo”. ¿Qué tenía Chávez que logró que Castro  cantara el “Happy Birthday” en inglés?, ¿qué hizo que estos militares terminaran aceptados rápidamente como revolucionarios? Los ingresos petroleros de Venezuela desde 1998 hasta 2016 se estiman en cerca de un millón de millones de dólares, el más grande boom petrolero en la historia de Venezuela. Una verdadera orgía de dinero a la que los militares venezolanos invitaron a los izquierdistas de todo el planeta. Fidel Castro, que ya había hecho gala de pragmatismo respaldando a los cuasinazis militares argentinos en la guerra de las Malvinas, se prestó para reconocer como revolucionarios a unos gorilas sin ideología que tenían mucho dinero y estaban dispuestos a repartir.

La plata venezolana llegó, así, a los extremistas de izquierda de todas partes: Estados Unidos, Gran Bretaña, España y toda América Latina; se pagaron consultorías a académicos europeos a precios de ejecutivos de Coca Cola, financiaron partidos políticos, organismos no gubernamentales y campañas electorales, candidaturas presidenciales, convenciones internacionales, se inventó la Alianza Bolivariana de América, se alineó petroleramente a los pequeños países caribeños y con 90 mil barriles diarios de petróleo Cuba logró sobrevivir y ganar tiempo para empezar a transitar gradualmente al capitalismo porque su socialismo ya había fracasado. El dinero venezolano tuvo tres destinos principales, una parte en políticas sociales, otra en geopolítica de protección y otra para los militares y la elite chavista. Todo esto se hizo con un manejo brutalmente ineficiente, despidiendo a los técnicos y colocando militantes en posiciones de gobierno, hasta alcanzar una burocracia de más de dos millones de personas. Las Fuerzas Armadas pasaron a tener el doble de generales que Estados Unidos ascendiendo a dos mil oficiales a ese rango, con ello tuvieron más cabeza que cuerpo, algo ilógico para una fuerza militar, pero lógico para distribuir corrupción. Compraron armamentos militarmente inútiles bajo contratos que les permitieron hacerse de miles de millones dólares. El desorden en el manejo de los recursos ha sido gigantesco, sin controles y bajo el supuesto de que gobernarían por siempre sin jamás tener que rendir cuentas a nadie. El dinero era tan abundante que se tapaba el despilfarro con más despilfarro. Si escaseaba comida se compraba más y se la dejaba pudrir sin repartirla. En esa ruta se realizaron expropiaciones que lo mismo perjudicaban a grandes capitales que a panaderías de barrio. Las empresas expropiadas terminaron arruinadas, afectando el mercado, golpeando la estructura productiva y las cadenas de distribución de productos. Cuando cayeron los precios del petróleo estalló el drama del hambre para los más pobres y se les repartió represión como alimento. Los saqueos más violentos y la represión más brutal han ocurrido en antiguos bastiones chavistas, entre éstos, el lugar donde nació Hugo Chávez y el barrio donde vivió Nicolás Maduro cuando era pobre”. Pueden leerlo en: Joaquín Villalobos: La gran estafa bolivariana

 

 

 

Trump asegura que su visión sobre Venezuela es más fuerte que la de Bolton 

EL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS, Donald Trump aseguró que su visión sobre Venezuela y Cuba es más fuerte que la de el ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.

A través de su cuenta de Twitter, Trump indicó en respuesta al senador Marco Rubio, que Bolton “lo estaba reteniendo” en cuanto a su política exterior.

En realidad, mis puntos de vista sobre Venezuela, y especialmente sobre Cuba, eran mucho más fuertes que los de John Bolton. Me estaba reteniendo!”, escribió Trump en su red social.

Este martes, 10 de septiembre, Trump informó igualmente a través de su cuenta de Twitter que despidió a Bolton como asesor de Seguridad Nacional. 

En esa misma notificación, el presidente de Estados Unidos esgrimió fuertes diferencias con muchas de las sugerencias de John Bolton.

Sin embargo minutos después de este anuncio, el mismo Bolton utilizó su cuenta de Twitter para dar su versión en la que indicó que ofreció la renuncia el lunes en la noche y Trump respondió que “hablarían por la mañana”.

Trump cree que Bolton se pasó bastante de la raya en la política hacia Venezuela

EL PRESIDENTE DE EEUU, DONALD Trump, declaró este 12 de septiembre que su exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton, se «pasó de la raya» en la política hacia Venezuela.

«Yo estaba en desacuerdo con John Bolton en sus actitudes sobre Venezuela. Creo que se pasó bastante de la raya, y creo que se ha demostrado que yo tenía razón».

Sobre su posición frente a la situación en Venezuela, dijo que mantiene una «política firme» hacia este país.

«Venezuela está pasándolo realmente mal, y estamos tratando de ayudarles de una forma humanitaria», dijo.

A pesar de que Trump reconoció haber tenido conversaciones «de muy alto nivel» con el gobierno de Maduro, evitó mencionar si está dispuesto a reunirse con Maduro, ante un eventual encuentro en la Asamblea General de la ONU.

«No quiero hablar sobre eso», indicó, e insistió en que sigue trabajando «con Colombia y Brasil» para ayudar a los venezolanos.

Con información de EFE

Trump afirmó que Bolton cruzó el límite en la política hacia Venezuela

EL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE, DONALD TRUMP, dijo este miércoles que su exasesor de seguridad nacional, John Bolton, se «pasó de la raya» en la política hacia Venezuela.

«Yo estaba en desacuerdo con John Bolton en sus actitudes sobre Venezuela. Creo que se pasó bastante de la raya«, dijo Trump en respuesta a una pregunta de Efe en el Despacho Oval.

Cuestionado por si su doctrina en lo relativo a Venezuela podría cambiar ahora que Bolton ha abandonado su cargo, Trump se limitó a indicar que tiene una «política firme» hacia el país.

«Venezuela está pasándolo realmente mal, y estamos tratando de ayudarles de una forma humanitaria», afirmó Trump, quien dejó entrever que su prioridad es esa asistencia.

El presidente no quiso aclarar, si ahora que Bolton ha dejado el cargo estaría dispuesto a reunirse con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y afirmó: «No quiero hablar sobre eso».

Insistió en que sigue trabajando «con Colombia y Brasil» para ayudar a los venezolanos.

¡Estás despedido!. Las seis salidas más polémicas del gobierno de Trump

EL PRESIDENTE DE EEUU, DONALD Trump, ha convertido los despidos y renuncias de su Gobierno en un auténtico «reality show», en el que sus protagonistas no saben si siguen o no en la Administración hasta que el mandatario se decide a enviar un mensaje en Twitter.

La expectación que rodea a los despidos es un fiel reflejo del popular programa «The Apprentice» («El aprendiz»), que lanzó a Trump al estrellato televisivo al grito de «¡Estás despedido!».

Estos son los seis finalistas en la carrera por las renuncias y despidos con más polémica:

1. John Bolton, el «halcón» que superó en beligerencia a Trump

A Trump le bastaron dos tuits para deshacerse este martes de su asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, un «halcón» con fama de intervencionista.

«Informé anoche a John Bolton de que ya no se requieren sus servicios en la Casa Blanca», anunció Trump en Twitter.

En sus 17 meses en la Casa Blanca, Bolton disparó la tensión con Irán y aumentó la presión contra lo que bautizó como la «troika de la tiranía» en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

La relación entre Trump y Bolton llevaba meses deteriorándose debido a la frustración del presidente con respecto a la falta de resultados en la estrategia hacia Venezuela. Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue la oposición del asesor presidencial a las negociaciones de Trump con los talibanes.

2. Alex Acosta, una salida forzada por un escándalo sexual 

Alex Acosta, secretario de Trabajo durante más de dos años y el único hispano del Gobierno de Trump, se vio forzado a dimitir debido a su papel en el escándalo del magnate Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores y que se suicidó el pasado 10 de agosto mientras estaba en prisión.

Cuando era fiscal federal en Miami, en 2008, Acosta negoció con Epstein un acuerdo extrajudicial que le permitió esquivar un juicio por supuestamente abusar sexualmente de varias adolescentes en una de sus mansiones, en Palm Beach (Florida).

En este caso, Trump elogió a Acosta, pero dijo que entendía que no quisiera convertirse en una «distracción» dentro de su Gobierno.

3. James Mattis, el general que cayó con honor

Si una renuncia ha impactado en el ajedrez mundial esa ha sido la del general James Mattis, secretario de Defensa entre enero de 2017 y el mismo mes de 2019.

Mattis presentó su dimisión en diciembre de 2018 después de no haber podido persuadir a Trump para que mantuviera las tropas estadounidenses en Siria.

La carta en la que Mattis anunció su salida tuvo una gran impacto mediático. En ella, el general hizo una férrea defensa del sistema de alianzas de EE.UU. en el mundo y opinó que Washington debe «tratar a sus aliados con respecto», así como ser «resuelto e inequívoco» con sus competidores, como China y Rusia.

Esa carta no le hizo ninguna gracia a Trump, quien forzó a Mattis a abandonar el Pentágono antes de tiempo. Tuvo que salir el 1 de enero, en vez de a finales de febrero, como tenía previsto.

4. Jeff Sessions, del amor al odio

Como ocurrió con Mattis, Trump también pasó del amor al odio con Jeff Sessions, precursor del movimiento populista que colocó al magnate a la Casa Blanca y que ejerció como fiscal general entre enero de 2017 y noviembre de 2018.

El presidente guardaba un gran rencor a Sessions por su decisión de apartarse de la investigación sobre los supuestos vínculos ente Rusia y su campaña para las elecciones de 2016. Trump llegó a decir, que de haber sabido que iba a apartarse, no le habría elegido para liderar el Departamento de Justicia.

En un sinfín de ocasiones, Trump recurrió a Twitter para insultar a Sessions: le llamó «muy débil» y se burló de su «vergonzoso» comportamiento.

5. James Comey o saber que te despidieron por la televisión 

James Comey, el defenestrado director del FBI, se enteró de que Trump le había despedido cuando se encontraba en un acto privado con agentes del FBI en Los Ángeles (California). De repente, las televisiones de la sala se iluminaron con los rótulos de CNN: «Comey sale de la Administración».

En ese momento, Comey pensó que era una broma y soltó una risa antes de confirmar que la Casa Blanca había informado a los medios antes que a él.

Sin embargo, luego, Comey se cobró su venganza y aireó ante los medios y el Congreso algunos de los trapos sucios de Trump. Por ejemplo, aseguró que el mandatario le había presionado para que cerrara la investigación sobre su entonces asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, una de las figuras claves de la trama rusa.

6. John Kelly, el general que se cansó de intentar poner orden 

Kelly llegó a la Casa Blanca en julio de 2017 con la complicada misión de poner orden en un Ala Oeste marcada por las luchas de poder. Logró imprimir algo de disciplina al entorno de Trump, pero no al propio mandatario, que siguió con su estilo caótico y sus anuncios a golpe de tuit.

La relación entre ambos llegó a un pico de tensión después de que Kelly criticara a Trump ante un grupo de legisladores, lo que provocó la ira del mandatario.

El resultado fue un anuncio del presidente a la prensa: «John Kelly se irá hacia finales de año». Y así fue.

Trump destituye a John Bolton, el tercer asesor de seguridad de su mandato

DONALD TRUMP, PRESIDENTE de Estados Unidos, anunció este martes que John Bolton, asesor de Seguridad de la Casa Blanca, fue separado de su cargo.

A través de su cuente en Twitter, Trump dijo que tomó dicha decisión debido a que estuvo en desacuerdo con algunas sugerencias realizadas por Bolton.

«Informé anoche a John Bolton que ya no se requieren sus servicios en la Casa Blanca. Tuve fuertes desacuerdos con muchas de sus sugerencias, así como otros en el gobierno», afirmó.

También informó que tiene previsto nombrar un nuevo asesor de seguridad la próxima semana.

Bolton se erigió como una de las voces más críticas contra Nicolás Maduro. El ya exasesor de Seguridad fue considerado un hombre clave junto con Pompeo en los esfuerzos del Gobierno de Trump para derrocar a Maduro.

Bolton es el tercer asesor de Seguridad Nacional destituido por el mandatario estadounidense. Antes de Bolton, desde enero de 2017 ocuparon el puesto Michael Flynn y Herbert McMaster.

 

 

*Con información de EN y EP

Bolton reitera respaldo de Estados Unidos a Juan Guaidó

EL ASESOR DE SEGURIDAD NACIONAL DE DONALD TRUMP, John Bolton, publicó este sábado, 7 de septiembre, un par de mensajes en respaldo al pueblo de Venezuela y al presidente de la Asamblea Nacional y encargado de la República, Juan Guaidó, en su lucha contra el gobierno de Nicolás Maduro.

«El presidente interino de Venezuela Guaidó continúa su llamado a todos los venezolanos en el país a mantener la pelea por el fin de la dictadura de Maduro. Los Estados Unidos respaldan a Guaidó y al pueblo venezolano», dice uno de los tuits enviados desde su cuenta.

En otro mensaje, Bolton afirma que Maduro ha dejado a la nación con hambre y sin servicios médicos asistenciales por su ambición. «Continuamos trabajando con Guaidó y la coalición internacional que lo apoya para proveer la tan necesitad ayuda a los venezolanos», remata.