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¿Para qué sirve un celular? Por Carlos Dorado

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Hace algunos años, leí que el teléfono iba a ser el gran protagonista de nuestras vidas. En ese momento, en donde sólo había teléfonos fijos, y los portátiles eran “los ladrillos”, que sólo servían para lo que fueron creados: para hablar; me fue difícil imaginar una vida amarrada y dependiente del teléfono.

Hoy me doy cuenta que lo subestimé, y a pesar de que el objetivo para lo cual fueron  creados quizás decreció, han crecido las aplicaciones del mismo, llegando a convertirse en una herramienta que prácticamente puede hacer todo lo que necesitamos…….mejor dicho; casi todo.

Hoy, la gran mayoría de los seres humanos tienen un celular, y en algunos países la media es de más de uno por persona, llegando a convertirse en un signo diferenciador.

Hasta aquí, podría calificarse de normal; pero: ¿Qué es lo primero que hace la gente al levantarse? Agarrar su celular y revisar Instagram, emails, Whatsapp, páginas web, mensajes, y todas las funciones que estos aparatos ofrecen. Lo anormal es que esto continúa todo el día, hasta llegar a la noche, donde es lo último que hacen antes de ir a dormir.

¿Y durante el día? Leí que en promedio, una persona no pasa más de 12 minutos sin revisar su móvil, convirtiéndose en una adicción. Inclusive, la mayoría de las personas durante una reunión, presentan un impulso involuntario a revisar cada cierto tiempo su móvil, incluyendo cuando reciben un mensaje o un Whatsapp, que  casi siempre lo responden de forma inmediata, mientras disimula que escucha al interlocutor; pero abstraído completamente (sobre todo si es hombre).

La inmediatez terminó rigiendo nuestra vidas, lideradas por el celular que nos hizo adictos a querer saber segundo a segundo qué pasa, quién nos escribe, quién nos manda una foto…. Y si alguien que envía  un mensaje, no recibe respuesta; inmediatamente comienza a enviar “pines”, exigiendo una rápida respuesta. Todo esto sin contar el tiempo que la gente pierde durante sus horas laborables utilizando el celular, o los accidentes que ocurren por el uso del mismo.

Creemos que el celular es una prioridad, sin darnos cuenta que nos está impidiendo ver nuestras prioridades. Vivimos apurados, queriendo estar en todos lados a través del mismo; sin lograr estar en ninguno, permitiendo que esta inmediatez domine nuestras vidas, y donde todo termina  siendo urgente, siendo ésta la única prioridad, creando así un vicio, con el que terminamos sustituyendo lo importante y lo duradero, por lo urgente y lo inmediato; dejando así, que los demás a través de un celular impongan nuestras prioridades, nuestra agenda, y nuestra vida.

La sociedad es muy compleja, y cada vez más complicada, debido a que la capacidad colectiva de la gente para hacerle frente a esta realidad es muy superficial, hasta caer en una especie de ansiedad colectiva, la cual se va apoderando de todos.

La gente aparece y desaparece, los acontecimientos tienen lugar con estridencia, y ya no se vuelven a mencionar, una foto sustituye a otra. Un remolino de información y de comunicación que elimina una de las cosas más importantes: el silencio y el pensamiento…..y la verdadera comunicación.

Mi madre solía decirme, que la lista de cosas en las que una persona cree, se va haciendo cada vez más corta, a medida que va envejeciendo; y quizás tenía razón, porque los jóvenes aman el celular con todas sus aplicaciones, y los mayores; “una llamada” de esos jóvenes.

 

cdoradof@hotmail.com

D. Blanco Sep 15, 2016 | Actualizado hace 8 años
Noticia de luz, por José Domingo Blanco

Cielo

 

Hoy quiero celebrar la vida. Sí, la vida: la bendición que significa salir ileso de un atraco a mano armada en el que te amenazan con la muerte. Celebrar los giros inesperados y salvadores de una cirugía inocente que, de la nada, le suma años a una existencia sentenciada –sin siquiera sospecharlo- a ser muy corta. Quiero sorprenderme ante esos momentos milagrosos que, de forma inexplicable, resuelven una situación a la que no se le veía salida. Pretendo aplaudir la vida y agradecer porque hay muchos actos que, a veces nos pasan desapercibidos; pero que luego, cuando miras con detenimiento, son una secuencia de acciones que ¿van de la mano de Dios?

No pretendo meterme en profundidades filosóficas ni religiosas: pero, permítanme contarles, que a veces, tengo la oportunidad de escuchar otros relatos que me hacen pensar mucho en la existencia de ese ser supremo que mueve los hilos de los que penden nuestras almas. Historias de vida que parecen escritas por seres celestiales. Entonces, cuando conozco este tipo de experiencias, recuerdo aquello que una vez compartí con ustedes, el comentario de un apreciado amigo que me decía que “todo lo malo que le tenía que pasar le había pasado y que, después de eso, simplemente decidió ser lo que piensa, por tanto, todo lo que piensa tiene que ser para bien”. ¿Recuerdan? la Metanoia de la que me hablaba mi amigo -que es esa forma de pensar y vivir- fue tema de uno de mis artículos.

Pero, hoy voy más allá de la metanoia y del individuo que logra vivir en paz porque asume como filosofía de vida, pensar sólo en cosas buenas, incluso cuando todo a su alrededor parece estar derrumbándose o pudriéndose, como en este instante ocurre en Venezuela. Quiero pensar en la existencia de Dios –o el nombre con el que cada quien le conozca o identifique. En sus maneras de “escribir derecho en líneas torcidas”. En la forma cómo obra y transmite sus mensajes para “salvar” incluso a quienes no creen en Él. Tengo una amiga que, cuando le cuento esos giros inesperados –pero con finales favorecedores- me responde: “nada es casual Mingo…Nada, en esta vida, es casual”.  Entonces, ¿todo está escrito en el gran libro de la vida donde cada uno de nosotros tiene su propio papel protagónico? Y el final de nuestras historias: ¿estará escrito o nosotros lo vamos construyendo? Eso, sólo Dios lo sabe.

Son tantas las vicisitudes por las que pasamos y son tantas las ocasiones en las que nos reencontramos con la vida. Pero, eso no lo enfatizamos. Hoy, la musa se nos va tras la idea de reencontrarnos. Los venezolanos somos gladiadores de la cotidianidad: un gesto heroico que debería ser contagioso y no silente. ¡Qué bueno permitirse un día sin fantasmas que acosen, ni problemas que aturdan! Concederse un momento para pensar en la grandeza de esos “milagros” que reconcilian con la fuente divina de nuestras existencias. Un día puedes levantarte sintiendo que la vida es como una medalla olímpica. Otros, que es la suma de muchos esfuerzos asfixiantes de una prueba agotadora que no acaba nunca. Pero, los venezolanos, los de ahora, los que batallamos en silencio contra esta suerte maltrecha, somos unos resilientes que sabemos levantarnos de las caídas, sacudirnos el polvo y seguir andando. El venezolano trasciende todos los días su propia existencia y no hace falta reconocimiento alguno. No necesitan ser populares ni virales para vivir. Porque, el reconocimiento debe salir de nuestra alma. Solo basta con detenernos por un instante y comprender que ya tan solo vivir, es un milagro del cual debemos regocijarnos.

Y después, entra en juego la fe. También la esperanza. No necesitamos hacer una encuesta para descubrir que esas son dos de las palabras favoritas de los venezolanos: fe y esperanza. A pesar de los conflictos, los problemas y las tensiones, cuando Dios se manifiesta con sus pequeños milagros, todo queda en segundo plano. Y la vida cobra un nuevo significado.

Hoy quiero, además, celebrar los afectos. Romper la intimidad de un sentimiento intrínseco y compartirlo. A veces, quizá desde el más allá, recibes mensajes de tu propia existencia: y ahí se unen la luz de tus inicios y la luz de tu final. En la naturaleza humana, definitivamente, nada es casual.

Es vivificante saber que alguien, a quien quieres mucho, recobra como por obra de Dios, la oportunidad de continuar transitando la calle de su existencia. Es una noticia de luz que deseas que se multiplique. Es un milagro que sólo con fe podemos entender y agradecer…Hoy quiero reconocer que la vida es más que un fandango: hay que gozarla y estar atentos para disfrutar cuando cambie el ritmo.

 

@mingo

mingo.blanco@gmail.com

VENEZUELA: verdadero o falso, por Laureano Márquez

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Reseña Últimas Noticias que un grupo de periodistas auspiciados por el gobierno y denominados “Estado Mayor de la Comunicación” (¡aunque usted no lo crea!) recorre el mundo para contar “la verdad” sobre Venezuela (curiosamente pagados por los autores de la verdad que promueven). Ante esto, uno se pregunta ¿Cuál será la verdad sobre Venezuela? ¿Vivimos la Venezuela de progreso, justicia socialista y auténtica democracia o una dictadura destructora que lleva al país al abismo? Un refrán castizo dice que cada quien habla de la feria según le va en ella. Para algunos la verdad es el progreso ilimitado, el ascenso inesperado y la riqueza fácil, para otros, la mayoría: pobreza, hambre y violencia

Vienen a la cabeza esos cuestionarios que se hacían a los estudiantes de verdadero y falso. Evaluemos a Venezuela. Marque con una “x”. Medite bien antes de responder:

1. En Venezuela hay alimentos para tres países como el nuestro. Los productos se consiguen y los sueldos le alcanzan a la clase trabajadora perfectamente para cubrir sus necesidades básicas.
V( )  F( )

2. Las colas son producto del aumento la capacidad de compra de los consumidores, por tal razón, la gente está feliz haciendo cola, con cara risueña y esperanzada.
V( ) F( )

3. La manera como medio país le ha caído a la cosecha de mangos, es porque este año los mangos han estado particularmente sabrosos, pero en ningún caso por hambre.
V( ) F( )

4. Las empresas que el Estado venezolano ha expropiado a particulares improductivos han incrementado sus niveles de producción y son ejemplo de eficiencia.
V( ) F( )

5. Cuando algún producto escasea o no se consigue es por culpa de la “guerra económica” que la oposición fascista y golpista le hace al gobierno en el único país del planeta en el cual los empresarios deciden suicidarse para cambiar de gobierno.
V( ) F( )

6. Hay una campaña de desprestigio internacional en contra de Venezuela colocando al país como uno de los más inseguros del mundo, cuando la verdad es que hay seguridad en las calles, lo de los pranes en las cárceles es mentira y nuestras cárceles son modelos para el mundo en la lucha contra el delito.
V( ) F( )

7. Los medicamentos se consiguen con facilidad, Venezuela no necesita de ayuda humanitaria en materia de medicinas.
V ( ) F( )

8. El turismo se incrementa de manera notable en Venezuela. Nuevas líneas aéreas entran en el país. Venezuela es un destino seguro.
V( ) F( )

9. Nuestros hospitales y nuestra seguridad social es excelente. Los hospitales dotados con los mejores equipos, cuentan con los insumos necesarios para su óptimo funcionamiento.
V( ) F( )

10. Desde el punto de vista sanitario, Venezuela ha reducido la mortalidad, especialmente la infantil.
V( ) F( )

11. En materia de instituciones: en Venezuela la división de poderes funciona plenamente, la libertad de expresión es absoluta y nadie está preso por sus opiniones políticas.
V( ) F( )

12. En Venezuela no hay una estampida de gente que huye movida por el “supuesto” desastre que vivimos, sino es simplemente gente que no se adapta a estándares óptimos de vida y prefieren irse a trabajar fuera, en climas extremos y a morirse de tristeza lejos de casa por puro masoquismo.
V( ) F( )

13. Aquí nadie está descontento con el gobierno, la recogida de firmas de la MUD fue un fraude que quedó plenamente demostrado.
V( ) F( )

14. Bolívar decía que el mejor gobierno es aquel que produce la mayor suma de felicidad a los pueblos.
V( ) F( )

15. Usted está sumamente feliz.
V( ) F( )

Lo curioso de este test es que nadie lo va a calificar. Usted solito, con su conciencia, hágase un examen, evalué su situación  y medite sobre esa verdad que usted se encuentra en la calle cada día. Porque si sus repuestas al test son todas verdaderas, es porque usted la calle la perdió hace rato y seguramente está prisionero en un palacio.

 

@laureanomar

¿Por qué no viene Coldplay? por Francisco Quevedo

Interrogante

El grupo Coldplay que dirige Chris Martin se presentó el Sábado en Boston. Hace poco pasó por Bogotá, y viene de una gira mundial que tocó muchos países, pero a Venezuela no vienen, ni ellos, ni ningún artista de renombre. La crisis, la politiquería, los riesgos, la maldad, quizás la envidia y los costos lo prohiben.

En el Gillette Stadium habría unas 50.000 personas. A un costo neto mínimo que podemos estimar en US$ 100pp, y sumando ventas de las concesiones, eso significa que fue un evento de US$ 6,000,000. ¿De dónde saca cualquier promotor esa suma? Si no hay dólares ni para las aerolíneas, ni para muchas importaciones, mucho menos habrá para darse ese gusto.

Luego, las entradas costaron hasta US$ 700pp. ¿Cómo hacemos los venezolanos para pagar esta suma, a mil bolos el dólar? Cualquiera diría que «la masa no está pa’ bollos», pero la pregunta es «¿Y por qué hemos perdido los venezolanos tantos gustos en la vida, como disfrutar sin temor de un atardecer en cualquier playa o paraje solitario, como caminar por las calles de noche, o lo más sencillo, como tomarse un marroncito sin que nos digan «no hay leche, ni azúcar», y eso asumiendo que si hay café?

Evidentemente, los riesgos para los artistas son muchos, además. A Juan Gabriel le robaron los equipos cuando vino. Y solo hay que imaginarse a estos pobres «musiú» paseándose por las calles del centro de Caracas, y pasando «la esquina caliente» del oficialismo en la Plaza Bolívar. Es que llegar a Maiquetía ya los expone, y subir por esa autopista más.

El concierto tendría problemas de agua en los baños, de suministro en las concesiones, de seguridad en los tumultos. Y viendo el consumo eléctrico, solo basta pensar en un apagón en el medio del show.

Coldplay presentó un espectáculo lleno de luces, música y colores. Lamentablemente, los venezolanos nos hemos acostumbrado a demasiadas carencias. No es solo harina PAN, leche, café, ni tantas cosas, ni los lujos que muchos pensarán es ir a concierto, hemos perdido la alegría, más no la esperanza, ni las ansias de cambio.

Esperemos que más pronto que tarde recuperemos tantos placeres que simplemente significan la calidad de vida perdida.     

 

@fjquevedo

La muerte y la pena de muerte, por Carlos Dorado

vidaymuerte

La muerte, para llamarla por su nombre, es el verdadero final de nuestra vida, y quizás sea el acto más democrático del mundo, porque logra igualarnos a todos sin importar razas, religiones, riquezas o bellezas; y lo que verdaderamente cuenta, es lo que hacemos precisamente antes de que llegue ese momento, sin que sea ésta una contraposición de la vida; sino parte de ella.

Sin embargo, a pesar de ser lo más natural y seguro del mundo, y tomando en cuenta que desde el mismo día en que nacemos, estamos irremediablemente caminando hacia la muerte, no estamos hechos para aceptarla; y cada vez que nos lleva a un ser querido, sólo nos deja recuerdos y tristeza, que únicamente el tiempo logra mitigar; pero en muy pocas ocasiones erradicar.

La ausencia de ese ser querido, se convierte en una presencia enorme. La ausencia en las reuniones familiares, la ausencia en la mesa, en el sofá, se contradicen con la presencia en cada objeto que formó parte de su vida; y cuando  a veces  sucede con tan cruel celeridad, y en forma muy inesperada, se lleva con ellos (inclusive sin quererlo), una parte de nuestra  fe en Dios, en la sociedad, y hasta la confianza en nosotros mismos.

La sabiduría popular considera que estar preparado para una pérdida, es una condición necesaria para poder sobrellevarla; sin embargo la gran mayoría espera poder escapar a tal desgracia, lo cual la convierte cuando así llega, en más triste y amarga para sobrellevarla.

Por ello, los pensadores estoicos recomendaban a sus seguidores el poseer sólo aquello que no temieran perder, basándose esta filosofía en el hecho de que ya tenemos escaso control sobre los factores externos, por lo que debemos concentrarnos en gobernarnos a nosotros mismos, para que aquello que suceda fuera de nuestro control, nos afecte lo menos posible. Sin embargo, la misma deja de lado quizás el punto más importante: que si uno limita el amor para evitar su dolor, prácticamente equivale a una muerte anticipada.

Mi madre solía decirme: “Carlos, la vida es tan corta, y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno comienza a aprenderlo, ya es hora de morirse”. Por eso uno debería aprender, emprender y soñar todo el tiempo como si fuésemos a vivir toda la vida, y vivir como si fuésemos a morir mañana.

Por esto, tomar la vida a manos llenas, abrazarla y lanzarnos de lleno en ella con energía, pasión y placer, es quizás buscarse todo tipo de problemas; pero el precio de evitar estos problemas es el precio de haber pasado por este mundo -el breve o largo tiempo que nos toque vivirlo-, sin haber vivido realmente. ¡Si queremos morir bien, tenemos que aprender a vivir bien!

Morir es fácil, lo difícil es vivir, y cuanto más difícil se vuelve, según algunos estudios realizados, más fuerte es la voluntad de seguir viviendo, porque en el fondo el ser humano le tiene miedo a la muerte, que todos en menor o mayor grado tenemos. Pero es precisamente este miedo, la verdadera afirmación de la vida.

Lo más triste resulta, cuando le es arrebatada la vida a un amigo, o a un ser querido, especialmente si es ocasionada por un criminal que es ajeno e insensible al dolor que causa con su acto en la familia y seres allegados a la víctima.

¿Habría que aplicar la pena de muerte, o matar a estos individuos? Una sociedad que se precie de cívica no debería tener la pena de muerte en su código penal; pero no deja de ser una gran verdad, que dicha sociedad, no debería tener la necesidad de tenerla.

 

cdoradof@hotmail.com

En Venezuela, la vida es menospreciada, y la muerte tiene un costo muy alto

 AtaudesenVenezuela

De Mariana Zuñiga para Washington Post

Traducido por Runrun.es

“Mi hermano era un hombre decente”, Julio Andrade dijo con tristeza, mientras esperaba fuera de la morgue de Caracas para recibir el cadáver de su hermano mayor.

El cuerpo de su hermano de 55 años, Rubén Darío, había sido encontrado dos días antes en una autopista fuera de la ciudad, luego de haber sido secuestrado y asesinado.

Pero las penas de la familia no se habían acabado todavía.

“Aparte del dolor, tuvimos que lidiar con los costos del entierro en una terrible situación como esta”, dijo Andrade.

En Venezuela, la vida es menospreciada, y la muerte tiene un costo muy alto. Según el Observatorio Venezolano de Violencia, un grupo de expertos que le hace seguimientos al crimen, en 2015 hubo casi 28.000 homicidios en el país, 5.250 fueron en la capital. Caracas es la gran ciudad más violenta del mundo, de acuerdo con un estudio por un grupo Mexicano no gubernamental, El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

En un país donde la inflación se ha disparado hacia el 700 por ciento y la economía se contrajo un 10 por ciento el año pasado, los ciudadanos luchan para pagar comida, medicinas y otras necesidades. Con una escasez de diversos bienes y una moneda nacional devaluada, todo se ha vuelto más costoso. Los entierros no son la excepción.

La economía de Venezuela es altamente dependiente del petróleo y el país importa la mayoría de los bienes. Pero con los precios tan bajos como $39 por barril de crudo nacional, no hay suficiente dinero disponible para importar materia prima para hacer los ataúdes.  La escasez resultante ha hecho que los precios suban. 

“Gaste todos mis ahorros en este funeral,” Julián Hurtado dijo durante el velorio de su padre en una funeraria en el este de Caracas. “Ahora me quede sin dinero.”

Para organizar un velorio y un entierro decente, una familia necesita mínimo 400.000 Bs, mas o menos $400 a precio del dólar en el mercado negro; lo que refleja el precio de bienes para la mayoría de los Venezolanos. Lo anterior puede no parecer caro para Americanos y Europeos, pero es un precio desorbitado en Venezuela, dado que el salario mínimo mensual es 15.000 Bs, o mas o menos 15 dólares.

Carlos, quien trabaja en una funeraria en el este de Caracas, dijo que el precio de un entierro depende del cementerio, los cementerios públicos cobran alrededor de 240.000 Bs, o 240 dólares, mientras que uno privado pide hasta 450.000 Bs, o 450 dólares. Adicionalmente, dijo, el velorio puede costar 215.000 Bs, o alrededor de 215 dólares. Habló bajo la condición de que su apellido no fuese publicado, por miedo a perder su trabajo.

Incluso dentro de la morgue, los cuerpos tienen un precio. Es un secreto a voces que los trabajadores se aprovechan de la situación en la morgue de Caracas, que se ha abrumado a medida que la tasa de homicidio ha incrementado. Familias pueden pagar una “tasa”  de hasta 10.000 Bs, o 10 dólares, para acelerar el proceso, según Vanessa Mosquera, una ex dentista forense de la morgue.

Oficiales de la morgue se negaron a comentar.

Cuando le anunciaron que le tardaría más de lo esperado a la morgue procesar el cuerpo de su hermano, Andrade estalló en frustración. “Esto es puro tráfico de influencias” dijo.

Debido a las restricciones económicas, algunos Venezolanos han decidido llevar a cabo los velorios en casa. Rusbelys Hernández dijo que cuando su madre murió, su tío pidió un préstamo para los servicios. “Incluso después de pedir dinero, no teníamos suficiente para pagar una funeraria, entonces decidimos hacerlo aquí en la casa” dijo.

Otros prefieren simplemente saltarse el velorio.

“El velorio es muy caro”, dijo Esperanza, quien dirige una funeraria en Petare, y habló bajo la condición de que su nombre no fuese utilizado, por miedo a perder su trabajo. “El ataúd sólo cuesta 100.000 Bs. Es por esto que la gente prefiere enterrar a sus familiares sin ofrecer un velorio.”

Dijo que gracias a la escasez, ya no consigue café, azúcar o leche para ofrecerle a los dolientes en los velorios.

En El Cercado, uno de los cementerios más baratos de la ciudad, los entierros suelen ser retrasados por tres días gracias a la alta demanda y la falta de personal. Muchos negocios están luchando con la escasez de trabajadores porque los empleados prefieren trabajar en la economía informal, en lugar de un salario fijo, cuyo valor es rápidamente devorado por la inflación.

Los retrasos en el cementerio obligan a las funerarias a cobrar extra, así los restos pueden conservarse varios días sin descomponerse.

“Esto se le suma al coste total del servicio, y los clientes se quejan”, dijo Esperanza. Pero dice que  su negocio también está pasando por un momento difícil.

Está operando a pérdida porque muchos no pueden pagar sus cuentas. “Una vez que el cuerpo está enterrado, es muy difícil recibir el pago” dijo Esperanza.

“Sin embargo, en estas circunstancias, no hay mucho que le podamos decir a nuestros clientes” dijo. “Estamos viviendo momentos difíciles.”

 

Volver a lo fundamental: vida y dignidad para los venezolanos, por Rafael Pedraza Díaz e Isaac Nahón Serfaty

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En Venezuela debemos volver a lo más básico, a lo más fundamental. Sin vida no existen opciones. Por eso cualquier compromiso entre venezolanos tiene que fundamentarse en la preservación y protección de la vida. Pero no como vida vegetativa de sumisión o como vida zombie de miedo y colas interminables, sino vida libre abierta a las posibilidades de la convivencia, porque vida no hay si no hay vida en común con nuestros conciudadanos.

Si algo nos ha enseñado la vida es que tenemos que enfrentarla y acometer aquello que nos parecía imposible, para incluirnos en esos espacios en los que pensábamos no cabíamos y sentir compasión por aquellos que creíamos totalmente fuera de orden. De esa manera podremos ver posibilidades en el desespero actual y encontrar respuestas a dilemas que parecen de desahuciados.

Los venezolanos debemos comprometernos a respetar un nuevo contrato fundacional. Desistir de persuadir al otro, de vencerlo, sea por fuerza, por voto o paliza, y ver la posibilidad imprescindible de reencontrarnos para rescatar una dignidad fundamental e incontestable por cualquier ideología. La dignidad humana es un espacio sagrado, más allá de cualquier programa político o cálculo estratégico. La dignidad no puede ser pisoteada por nadie ni por ninguna razón.

Debemos responder clara y firmemente a todo aquello que nos está haciendo fallar como nación. Debemos canalizar esta pasión que llevamos en el pecho y ponerla al servicio de una visión de todos.

No tenemos que esperar por el permiso de ningún funcionario arbitrario para abordar la nave de la dignidad, porque nuestro pasaje es incluyente, solidario, cargado de soluciones que se construyen con inteligencia colectiva y libertad para hacer de nuestra sociedad la solución que todos necesitamos y queremos.

Para rescatar la dignidad fundamental, la democracia es irrenunciable y no es secuestrable por nadie, pues en lo esencial todos tenemos que estar del mismo lado. Solo nos alineamos hacia el bien común  y no para proteger los intereses de unos pocos usufructuarios del tesoro público.

En la dignidad fundamental privilegiamos la vida sobre cualquier apuesta por la muerte, sea velada o  grotesca amenaza, de uno a uno en cámara lenta o masiva y horripilante, sea en un hospital por falta de insumos o poco a poco por falta de nutrientes.

La dignidad fundamental es una posibilidad que no puede esperar por otra cosa que no sea hacerla realidad. Se nos va la vida en ello y no tenemos otra opción que vivir.

 

Rafael Pedraza Díaz

Isaac Nahón Serfaty

5 tips para llevar una vida libre de estrés

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En la actualidad vivimos para rendir 100% durante las 24 horas del día, lo que conlleva a que en ocasiones descuidemos nuestra salud. Y es que desde hace unas décadas para acá se ha vuelto rutina sumergirnos en una vida llena de excesos y obligaciones. Donde muchas veces dejamos poco espacio para nosotros mismos. Desde Locatel desarrollamos el siguiente material para que puedas lograr la tranquilidad mental que todos anhelamos.

El estrés y la ansiedad se han convertido en lo que hoy muchos conocen como los “males” de la vida moderna. Llevar vidas bajo un constante ajetreo diario se ha vuelto costumbre para muchas personas, sin embargo, este estado se ha convertido desde hace años en uno de los mayores detonantes para sufrir de variadas enfermedades atribuidas al estrés, como es el caso de: enfermedades digestivas, trastornos mentales y dolores musculares.

Locatel comprometidos con la salud y bienestar de todos los venezolanos, te brinda 5 sencillos tips para poder sacar el estrés de tu vida:

 

1.- Una rutina matutina tranquila

Muchas personas empiezan su día con una carrera estresante y ya van nerviosos todo el día. La clave para empezar el día con buen pie, es levantarse temprano y realizar una rutina libre de estrés. Vestirse, desayunar y preparar todo con calma para poder hacerle frente al día. La rutina obviamente dependerá de lo que se adapte mejor a tu estilo de vida. Pero lo más importante es encontrar la tranquilidad de la mañana y sacar el máximo provecho de ella.

 

2.- Meditar

La meditación es un poderoso antídoto contra el estrés. En la quietud interna de la meditación, el cuerpo disminuye su producción de las llamadas hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, mientras que aumentan los neurotransmisores asociados con la calma y el bienestar, como la dopamina, la serotonina, y la oxitócica.  Una práctica de meditación regular es una de las más poderosas herramientas para mejorar la salud en general.

 

3.- Crear rutinas para afrontar el estrés

Muchas veces, cuando nos sentimos estresados solemos reaccionar de forma no muy saludable – ira o enfado, sentirse agobiado, abandonarnos, comer comida basura, comprar cosas que no necesitamos, postergar las cosas, entre otros. En cambio, necesitamos formas saludables de lidiar con la presión. Cuando te sientas estresado incluye los siguientes hábitos saludables para liberar el estrés: hacer ejercicios de relajación, yoga, tomar una infusión o dar un paseo.

 

4.- Gestionar el tiempo

Continuamente tenemos la sensación de que nos falta tiempo, y eso no ayuda a nuestra calma interior. Para ello gestiona tu tiempo, enfocándolo en lo que de verdad es importante para ti. Parte del surgimiento del estrés se relaciona con el hecho de siempre estar buscando evitar nuestras tareas. Dedicarle el tiempo necesario a cada cosa que hacemos; sin distracciones; hace que logremos terminar antes. Práctica que ayuda a contribuir con la disminución del estrés.

 

5.- Dormir

Un número cada vez mayor de estudios confirma la importancia del sueño regular y reparador para combatir los efectos negativos del estrés y aumentar el bienestar general. Una buena jornada de descanso te da la oportunidad de reparar y restablecer el sistema mente-cuerpo. Cuando duermes bien, tienes una mejor regulación emocional, mayor inmunidad, menos dolor, y un menor riesgo de padecer varias enfermedades crónicas, como enfermedades del corazón y la diabetes.

 

*Con información Prensa Locatel