presos muertos archivos - Runrun

presos muertos

Una Ventana a la Libertad: murieron 62 presos en el primer semestre del año
La ONG informó que el hacinamiento dentro de los Centros de Detención Preventiva es causa de la propagación de enfermedades, una de las razones por las cuales han muerto los reclusos 

 

Una Ventana a la Libertad (UVL) informó este 4 de noviembre que 62 presos que estaban recluidos en Centros de Detención Preventiva (CDP)  fallecieron entre enero y junio de este año debido, entre otras causas, a enfermedades.

«Del total de las defunciones, 55 fueron por complicaciones en la salud con tuberculosis, desnutrición, covid-19, infartos, bronquitis, convulsiones, insuficiencia renal y accidentes cerebro vasculares», detalla la organización no gubernamental.

El resto de decesos corresponden a cuatro casos de riñas, dos muertos en operativos de fuga y recaptura, y un recluso fallecido por abuso de un funcionario.

«En 335 calabozos policiales monitoreados en toda Venezuela por los investigadores de UVL, se determinó que 347 privados de libertad tienen tuberculosis, 1.116 reclusos tienen escabiosis, 1.075 detenidos han presentado gripe, 33 personas han tenido covid-19 y 53 internos tienen VIH», señala el escrito.

La ONG reiteró que el hacinamiento dentro de los CDP es una de las causas de la propagación de enfermedades.

Estos lugares tienen capacidad para albergar a 10.718 personas en todo el país y actualmente, según datos de UVL, tienen recluidos a 16.778 ciudadanos, lo que pone en riesgo la salud de los internos.

Además, en el primer semestre de 2022, «se registraron al menos 373 casos de extorsión por parte de funcionarios policiales encargados de la custodia en los CDP», un delito que, en la práctica, se trata de agentes cobrando dinero a los reos para permitirles el ingreso de alimentos, medicamentos o para autorizar traslados a tribunales y hospitales.

OVP denunció muerte de seis presos

El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunció que seis hombres que estaban privados de libertad murieron en los últimos cuatro meses de 2022.

El OVP indicó que los reos, oriundos del estado Mérida, fallecieron en cárceles ubicadas en los estados Anzoátegui (este) y Bolívar (sur), a unos mil kilómetros de distancia de sus lugares de origen.

Se conoció que los fallecidos por tuberculosis fueron:  Frangy José Marquin Márquez, Eduard Martín Becerra Gómez, José Ramón Pérez Fuentes, Jhoemir David Dávila Gil y Freddy Amable Carrero Márquez, quienes estaban recluidos en el Centro Penitenciario Región Centro Oriental, mejor conocido como la cárcel de El Dorado.

Información de EFE

Observatorio Venezolano de Prisiones denuncia muerte de 2 presos en 2 motines
Los hechos tuvieron lugar en los estados Mérida y Monagas, explicó la ONG en un comunicado en el que consideran que las dos muertes son un «claro reflejo del colapso penitenciario en Venezuela»

Foto referencial

Al menos dos presos murieron y 26 más resultaron heridos en dos motines ocurridos en dos centros de detención policial, denunció este domingo la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).

Los motines tuvieron lugar en los estados Mérida y Monagas, explicó la ONG en un comunicado en el que consideran que las dos muertes son un «claro reflejo del colapso penitenciario en Venezuela».

En el caso del centro de detención de Monagas, el motín comenzó a las 2.00 am de este domingo tras una explosión en el calabozo 3, conocido como «El Rastrillo», en el Centro de Coordinación de la Policía.

El estallido puso en alerta a los funcionarios de guardia, quienes notaron que «había reos heridos dentro de la mencionada celda, que a su vez está rodeada de otros calabozos», agregó la información.

La OVP detalló que, al menos, 17 presos fueron trasladados al principal centro asistencial de Monagas, donde corroboraron el fallecimiento de Ronny Samuel Guaratarasma, de 20 años de edad, por la explosión.

Otros dos reos permanecen en «delicado estado de salud», uno de los cuales fue intervenido quirúrgicamente.

En el caso de Mérida, el motín se produjo en el Centro de Coordinación Policial Número 8 del municipio El Vigía, tras una riña por lucha de poderes entre reclusos, siempre según la información de la OVP.

El reo fallecido fue identificado como Rene Antonio Mendoza Rendirles, de 32 años de edad, quien murió a causa de traumatismo craneoencefálico.

Durante lo que el observatorio también califica de «motín», ocho personas fueron heridas con arma blanca y dos reclusos con arma de fuego.

La ONG aseguró que los calabozos «tienen hacinamiento crítico, al igual que en Monagas», con un total de 150 presos en «un área extremadamente pequeña e inadecuada para el tratamiento de los privados de libertad».

En 10 minutos y al descubierto se hicieron autopsias de fallecidos en Carabobo

En tiempo récord y sin cumplir las medidas sanitarias mínimas se realizaron las autopsias de los 68 fallecidos tras el incendio ocurrido en la sede de la comandancia de la Policía de Carabobo.

Según informó la ONG Priouris, a los presos sobrevivientes se les obligó a participar en la identificación de los cadáveres, entre ellos el de dos mujeres que se encontraban de visita.

La autoridades solo contaban con cinco planchas metálicas, dos seguetas, dos cajas de guantes y dos cajas de hojillas para bisturí para realizar las autopsias de ley a todos los cuerpos.

Los cortes que realizan los patólogos para poder examinar el torso y los órganos de las víctimas no se cumplieros, indicó un especialista consultado por la ONG.

A los reos fallecidos en la comandancia de PoliCarabobo no se les encontraron proyectiles alojados en el craneo. “Ninguno tenía heridas por arma de fuego”, comentó uno de los funcionarios comisionados para realizar la labor.

Además, los cuerpos se cosieron con costuras rústicas y se usó hilo blanco que se usa para confeccionar sacos plásticos.

“Asfixia por inhalación de gas y sofocación por confinamiento en espacios cerrados; quemaduras en las vías respiratorias y presencia de hollín en las fosas nasales y garganta” fue la conclusión de los patólogos que trabajaron aproximadamente cinco horas, de manera ininterrumpida, en la realización de autopsias.

Prouris además destacó que regularmente una autopsia amerita al menos 30 minutos, pero los 68 cadáveres fueron intervenidos en un tiempo récord de 10 minutos. Todos los procedimientos se dieron por concluidos a las 5:00 pm.

Todavía al mediodía de este Viernes Santo, siete de los 68 muertos según cifras del Ministerio Público faltaban por ser entregados a sus familiares por falta de identificación.

A las afueras de la comandancia de PoliCarabobo, los familiares de las víctimas esperan también por entregarles comidas y otros suministros a los que continuan detenidos en los calabozos de esta sede policial.

Los traslados rutinarios que se hacen hacia el Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalística estarían suspendidos.

“Espero que viva”: la angustia de los familiares de los fallecidos en calabozos de Policarabobo

El olor a quemado persistía este jueves en los calabozos de la Policía de Carabobo, tras el incendio que el miércoles dejó 68 muertos. “Espero que viva”, repetía llorando Delia Viloria, invocando a su hijo.

Decenas de personas aguardaban noticias bajo un sofocante sol en Valencia. Algunas engañaban el estómago con pedazos de pan y agua.

Cada tanto una policía -con profundas ojeras- salía de la comandancia con listas de sobrevivientes o de reclusos trasladados a otros penales.

“Aquí había como 300 internos; no se cuántos fueron trasladados”, dijo a la AFP un comandante bajo anonimato.

Según la ONG Una Ventana a la Libertad, defensora de los derechos de los presos, la comisaría no debe albergar a más de 40 reclusos que legalmente no deben pasar ahí más de 48 horas, pero duran meses.

“El hacinamiento en los centros de detención preventiva supera el 400%”, indicó a la AFP Carlos Nieto, director de la organización.

Varios internos gritaban el nombre de familiares a través de una pequeña reja por la que sacaban las manos, pero nadie respondía.

“Si no los han llamado para informarles del traslado o para entregarles comida (a sus familiares presos), vengan conmigo”, dijo un delgado agente de la policía científica.

Lo seguían personas con caras largas, pues tendrían que ver cadáveres calcinados para determinar si eran sus parientes.

El fiscal general, Tarek William Saab, confirmó este jueves a la AFP que la cifra de fallecidos se mantiene en 68 -incluidas dos visitantes- y que la causa fue un posible incendio.

La ONG asegura que las llamas fueron iniciadas por un grupo de detenidos que planeaba fugarse.

“Fue una masacre”

Delia logró entrar al recinto, pero no le permitieron ver los seis cadáveres que quedaban.

“Si su familiar no aparece, traigan una foto con su número de cédula (de identidad). Digan cómo era su cara, sus tatuajes. Solo hay dos que se pueden identificar, los otros están irreconocibles”, informaba la mujer a los familiares.

La mayoría denunciaba que los reos seguían en esa comandancia debido al “fuerte retraso procesal”.

“Él tenía seis meses. Iba a juicio y diferían y diferían”, señaló Delia.

Una situación similar afrontaba el hijo de Yisel Mendoza, quien sobrevivió y sería trasladado.

El gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, anunció este jueves la creación de un consejo interinstitucional para “descongestionar” los calabozos policiales.

Mientras pasaba el tiempo, las personas se desesperaban y exigían justicia.

“Hoy fue que supe que mi hijo está bien. Soy una madre desesperada pidiendo justicia, porque esto fue una masacre. Ellos no provocaron el motín”, expresó otra de las familiares, pidiendo resguardar su nombre.

El suceso es uno de los más mortíferos en el largo historial de incidentes carcelarios de Venezuela. Al menos 388 personas han muerto en los reclusorios del país desde 2011, según cifras oficiales y de ONG.

“Pasen y reconózcanlos”

Los cuerpos con quemaduras menores y los de quienes murieron asfixiados fueron entregados a sus familias para que los velaran en funerarias cercanas.

En una de ellas, Luz Díaz lloraba a su nieto.

“No sé por qué si tenían tantos presos ahí no los trasladaron a otras cárceles. A nosotros ellos (los policías) no nos dijeron nada (de lo que pasó), solo ‘pasen y reconózcanlos’ (…). Tenía quemaduras”, relató Díaz a la AFP.

Carmen Varela también recibió el cuerpo de su sobrino, pero no podía sepultarlo porque en la estación policial no encontraban su documento de identidad. La mujer, que esperaba sentada en el piso, aseguró que no murió quemado, sino de un disparo en la cabeza.

“Fue una masacre”, sostuvo.

Tras casi dos días de espera, la cólera y el dolor se apoderaba de los familiares.

“Te quiero, papá”, gritaba una y otra vez un niño de unos tres años mirando hacia el reclusorio. “Yo también te quiero, papi, nos falta poco para estar juntos”, le respondió un hombre desde la prisión.

Masacre en cárcel de Puente Ayala: 13 reclusos muertos

Presos-desnutricion

A las 2:30 de la madrugada del martes los habitantes del sector Puente Ayala en Barcelona, estado Anzoátegui, comenzaron a escuchar detonaciones en el penal capitalino, y 19 horas más tarde 13 muertos y 15 heridos era el resultado de la batalla campal.

Todo inició, según contaron familiares de los detenidos del Internado Judicial José Antonio Anzoátegui, cuando un grupo de 15 hombres intentaban tomar el control del área de talleres, la cual estaba liderada por Giovanni Casanova, quien fue la primera víctima fatal de esta masacre.

La muerte de Casanova, quien era conocido como un líder social y propulsor de las actividades de desarrollo en el recinto, encendió la alarma entre la población penal que actualmente alcanza los 7 mil 500 reclusos.

“Los caracas”, habían tomado el control de área que lideraba Casanova, pero un par de horas más tarde, cinco de sus integrantes habían sido ultimados.

Éste grupo de internos había ingresado al penal a mediados de 2016, luego de que fueran arrestados durante un procedimiento realizado por la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) en Caracas, y desde entonces dormían en carpas en la entrada del recinto, pues aparentemente no eran bienvenidos al lugar.

Se dice que la restricción que muchos de ellos tenían dentro de la cárcel capitalina los llevó a intentar apoderarse de uno de los edificios del internado, sin embargo, no lograron su objetivo.

Sigue leyendo esta nota de Giovanna Pellicani en El Pitazo