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MÉDICOS UNIDOS DE VENEZUELA

Denuncian detención de médico forense del caso Canserbero
Médicos Unidos de Venezuela señala que el arresto fue injusto y no cumplió con el debido proceso

La organización no gubernamental Médicos Unidos de Venezuela (MUV) denunció este domingo, 24 de diciembre de 2023, la detención de la médico forense que hizo la autopsia al cantante venezolano Canserbero, caso que el Ministerio Público reabrió recientemente por la sospecha de homicidio. 

En 2015, Canserbero, cuyo nombre real era Tirone José González Orama, fue hallado muerto en la planta baja de un edificio en Maracay, estado Aragua, luego de presuntamente haberse suicidado al lanzarse desde la ventana de un décimo piso. Previamente, mató al músico Carlos Molnar con múltiples puñaladas en medio de un «brote psicótico», según testigos.

Según Médicos Unidos, la detención de la médico forense Solángela Mendoza fue «injusta» e incumplió el debido proceso. La organización no detalla cuáles fueron las fallas del arresto.

Para el grupo, la detención de Mendoza es «inconcebible, abominable e inaudito». A la médico, quien es colaboradora de MUV Aragua, la describieron como «una profesional intachable, de reconocida trayectoria» y de «profunda humanidad».

Mendoza también es docente universitaria y catequista en una parroquia de Cagua, una localidad de Aragua.

«La doctora Solángela vive con su madre de 95 años, no tiene hijos ni pareja. Dedica su vida a atender, desde las consultas y desde la iglesia, a los más necesitados», señala la organización en uno de sus mensajes.

«Defendemos el derecho al debido proceso y a la legítima defensa. El esclarecimiento de lo ocurrido es fundamental. Después de 8 años, al fin el Ministerio Público cambia la versión de suicidio a homicidio, lo cual nos resulta grave, genera profundas dudas de su trabajo en este y otros casos (…) Las averiguaciones deben ser sólidas y neutrales y la justicia debe prevalecer por sobre todas las cosas», dice MUV en otro mensaje publicado este 25 de diciembre. 

El pasado 11 de noviembre de 2023, el Ministerio Público ordenó reabrir el caso de la muerte de Canserbero y ejecutó distintas diligencias de investigación como la inspección técnica del sitio del suceso, el levantamiento planimétrico y el cálculo físico de caída libre.

Médicos Unidos advierte de un retroceso a los años 40 por repunte de enfermedades que se creían extintas
El director de Médicos Unidos alertó sobre la circulación de de hepatitis A, que se transmite por los alimentos y, aunque no está presente en este momento, se espera un «repunte tremendo» de paludismo

Jaime Lorenzo, director de Médicos Unidos de Venezuela (MUV), advirtió este jueves, 31 de agosto, que Venezuela retrocedió a los años 40 por la circulación de enfermedades que se creían extintas, sin ningún tipo de control.

Durante una entrevista con el Circuito Éxitos de Unión Radio, Lorenzo señaló: «Muchas de estas enfermedades, en el siglo pasado, las controlamos solamente con prevención».

«Lo triste es que estamos en la Venezuela de los años 40 o antes. Estamos teniendo enfermedades que están circulando sin ningún tipo de control», alertó el especialista.

Además, Lorenzo recordó que en aquel tiempo había una campaña institucional, no solamente del ministerio correspondiente, sino también en educación y que en la actualidad, «quien es el encargado de dictar las pautas para hacer prevención, no lo hace».

El especialista señaló que muchas de estas enfermedades aparecen en las épocas de lluvia y que, pese a lo que se aprendió con la COVID-19, «de ahí no se continuó».

«Yo tengo tiempo que no veo ninguna de las cadenas de farmacia con vacunación y mucho menos estamos viendo en las instituciones que deberían tener puestos de vacunación perennes. Y no hemos vuelto a escuchar la palabra vacunas del órgano rector», agregó.

 

En ese sentido, alertó sobre la circulación de tuberculosis en las cárceles, que a menudo se confunde con desnutrición «porque son las dos enfermedades de la pobreza».

Pero también, agregó Lorenzo, hay circulación de hepatitis A, que se transmite por los alimentos y, aunque no está presente en este momento, se espera un «repunte tremendo» de paludismo.

«El año pasado tuvimos un brote de fiebre amarilla que agarró descuidada a mucha gente, pero por suerte se logró bloquear. La alerta salió de la propia gente que empezó a denunciar y ahí el Ministerio actuó», dijo Jaime Lorenzo.

También ha circulado la fiebre tifoidea y Lorenzo advirtió de brotes de diarrea sobre los que, por falta de seguimiento, se desconoce si «corresponde a un problema de prevención o a otra causa».

El especialista advirtió que puede ocurrir una superposición de enfermedades porque son virus diferentes.

Recomendaciones

El director de Médicos Unidos por Venezuela, Jaime Lorenzo, recordó que muchas de estas enfermedades que circulan en el país comparten algunos síntomas, aun cuando poseen vectores de contagio diferentes.

En tal sentido, en ocasiones, añade Lorenzo, es complicado autodiagnosticar cuál se padece.

«Lo primero, al tener síntomas de gripe guardar reposo necesario. Protegerse para cuidar al resto de la familia porque no sabe si la enfermedad se contagia por la picada de mosquito (dengue o chikungunya) o estás pasando por una clínica de COVID», explicó.

Para Lorenzo, hay que protegerse desde el punto de vista de una interrogante: «¿Qué puedo tener? Como es algo respiratorio y está el covid dando vueltas, protégete tú poniéndote el tapabocas y protege a tu familia».

«Y si es chikungunya o las otras enfermedades, vamos a ver su desarrollo en días. Reposo, hidratación y tomar antipiréticos, pero no aspirina. Volvemos a la letanía del siglo pasado: no usar aspirina en ningún tipo de fiebre porque no sabemos contra qué nos estamos enfrentando», dijo.

Finalmente, indicó que si los síntomas persisten luego de 48 horas, hay que acudir a un servicio de atención médica.

Lo que se olvidó a tres años de la cuarentena por COVID-19
A tres años de la pandemia, las cifras oficiales de Venezuela reportan 552.322 casos de COVID-19, 5.854 fallecidos, 546.155 pacientes recuperados y 275 activos. La organización Médicos Unidos de Venezuela denunció que hasta febrero de 2022, 823 trabajadores de salud han fallecido a causa de COVID-19

Mañana martes 17 de marzo, a las 5:00 de la mañana, Venezuela entera entra en cuarentena social. Todo el país. Es una medida drástica necesaria”, anunció Nicolás Maduro, el 16 de marzo de 2020 a través de una cadena nacional. Lo que se siente como un recuerdo en lo más profundo de la mente, realmente ocurrió y fue hace tres años. 

Hoy hace tres años, un lunes por la tarde, falleció un hombre de 47 años en el estado Aragua. Fue el primer fallecido registrado por COVID-19 en Venezuela. La vicepresidente Delcy Rodríguez indicó que el hombre, de identidad desconocida, sufría de una enfermedad respiratoria crónica “producto de su actividad laboral”. Rodríguez explicó que el paciente había ingresado a una clínica privada este mes de marzo por una neumonía, y tres días después se le practicó la prueba de COVID-19 en la que salió positivo.

La cuarentena decretada por el Estado venezolano no solo trajo a la población casos de COVID-19, confinamiento en casa, educación y trabajo a distancia, también trajo escasez de gasolina y de oxígeno, y miedo a decir que se padecía síntomas relacionados al COVID-19.

A tres años de la pandemia, las cifras oficiales de Venezuela reportan 552.322 casos de COVID-19, 5.854 fallecidos, 546.155 pacientes recuperados y 275 activos. La organización Médicos Unidos de Venezuela denunció que hasta febrero de 2022, 823 trabajadores de salud han fallecido a causa de COVID-19.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó unas 22.325 muertes asociadas al COVID-19 en el país hasta diciembre de 2021. Para esa fecha, la administración de Maduro solo reportaba 5.328 muertes acumuladas.

A tres años de ese martes en el que empezó el encierro, también se cumple el tercer aniversario de la escasez de gasolina y la extraña sensación de ver el cielo blanco, como el fondo de Pixar, por la calima que generaron los incendios. 

La logística que implicaba hacer el mercado y organizar las cosas en la cocina para muchos consistía en poner cestas en la puerta de la casa  para desinfectarlos con alcohol y de ahí llevarlos a la cocina. La ropa que salía de la casa iba directo al área del lavandero porque estaba “infectada”. Nadie tenía suficiente información de cómo se transmitía el COVID-19.

Calles sin carros, tanques sin gasolina

En el marco de logísticas, movilizarse era una de las cosas que más planificación debía tener. Durante los primeros tres meses de confinamiento, Venezuela se quedó sin gasolina. Adicionalmente, el Estado prohibió el paso entre estados, e incluso entre municipios con la intención de “evitar la propagación del virus”. 

Los puntos de control entre municipios de cada estado, e incluso entre parroquias, exigían a las personas tener un “salvoconducto” o un pase de movilidad, documentos que permitirían a las personas movilizarse. Este papel debía ser avalado por la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI). 

“Recuerdo que mi mamá estaba en Caracas el 13 de marzo y estábamos tomando café y me dijo: ‘Me puedo llevar a tus hijos mañana sábado a Valencia. Eso debe ser unos 15 días y te los traigo’. Pasaron dos meses allá. No lográbamos obtener un salvoconducto para traerlos. Tuvimos que pagar 120 dólares para buscarlos”, dijo Laura Castillo. 

Los carros a gas eran los únicos que lograban llenar sus tanques y movilizarse sin gasolina. Durante esos meses, inició el boom de medios de transporte que no necesitan combustible como bicicletas y patinetas. 

“Recuerdo perfectamente, como si hubiese sido ayer el 5 de junio de 2020, la primera vez que pagué en divisas, y a 0,5$ el litro de gasolina, por combustible”, indicó Carmen Ibarra. 

El sábado 30 de mayo de 2020, Nicolás Maduro anunció un aumento del precio de la gasolina en todo el país y la autorización para que algunos empresarios privados puedan venderla a un precio cercano al de Colombia.

La BBC reseñó que el anuncio tuvo lugar tras la llegada al país de buques cargados con gasolina iraní, con los que el gobierno intentaba resolver la escasez aguda de combustible que lo obligó a imponer un severo racionamiento en la nación que tiene las mayores reservas de petróleo probadas del mundo.

Durante el 3 y 4 de junio, las estaciones de servicio en Caracas empezaron a surtirse de combustible. El viernes 5, la familia de Carmen decidió estar atenta a avisos que daban por grupos de Telegram sobre estaciones de servicios abiertas y salir en caravana con sus hermanos a llenar los tanques de gasolina. En la dulce espera de tener el tanque del carro lleno, Carmen estaba nerviosa por varias razones:

  1. Que la enumeración de los carros que pondrían gasolina terminara justo en el carro delante de su familia. 
  2. Que uno de los carros de la familia se quedara por fuera de la cola.
  3. Que se contagiaran de COVID-19 después de tres meses aislados. 
  4. Pagar la gasolina. 

Por alguna razón que desconoce, la cuarta razón era la que más ansiedad le generaba. ¿Aceptarían tarjeta de débito en bolívares? ¿o solo será en efectivo? Si es efectivo, ¿tendrán cambio? ¿Cuántos litros faltan para un tanque lleno? ¿Y si el medidor está malo y no calcula bien los litros que necesita el carro? ¿Y si no vuelve la gasolina? Carmen no fue la única persona en tener las mismas inquietudes. 

Una semana con y una sin COVID-19

Esta salida en familia fue durante la primera apertura del confinamiento el 1 de junio, que constaba de cinco días de trabajo seguidos de 10 días de cuarentena. La apertura coincidió con el regreso de la gasolina al menos a la capital.

Dos meses después, inició el 7+7, esquema de flexibilización implementado por el Estado venezolano que incluía siete días de confinamiento seguidos de siete días de flexibilización general. El 7+7 era suspendido en caso de que hubiese un rebrote de casos de COVID-19.

Cada vez que había un rebrote de casos de COVID-19, la semana radical se extendía por una o dos semanas más. Durante el fin de semana, junto al reporte de cifras oficiales de coronavirus, se anunciaba si la semana sería la que correspondía según el esquema del 7+7 o si cambiaría. 

A pesar de esa apertura, la movilidad continuaba siendo un problema. En algunas zonas de la capital, circular durante una semana radical no estaba permitido. La salida de Caracas era uno de los puntos donde se generaba más tráfico durante el lunes, primer día de la semana radical. 

Tapabocas, caretas faciales y escasez de oxígeno

Una de las cosas que se olvidó a tres años de la cuarentena es el uso de una careta facial, algo inconcebible durante 2020 y algunos meses de 2021. 

Después del anuncio del 13 de marzo de 2020, el alcohol y los tapabocas escasearon en diferentes farmacias de Caracas. La escasez de tapabocas y alcohol duró poco. La que sí persistió fue la escasez de oxígeno. 

La Voz de América reseñó a mediados de 2021, que aún teniendo los recursos para costear una clínica privada donde se pagan más de 1.700 dólares diarios por un paciente en terapia intensiva, no había garantía de oxígeno. El portal relató el caso de una mujer que tuvo que trasladar a un familiar a otra clínica privada cuando la llamaron para anunciarle que el oxígeno en ese centro clínico estaba por agotarse.

A la espera de las PCR y la vacuna

Seguido a la búsqueda sin resultado de oxígeno, en sus inicios, la población venezolana no tenía acceso a las pruebas PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para diagnosticar la infección de COVID-19.

A diferencia de otros países, en 2020, los venezolanos no tenían acceso a pruebas de diagnóstico de COVID-19. Según El País, hasta julio de 2020, cuatro meses después de la llegada de la pandemia, los números de la pandemia de COVID-19 en Venezuela se vieron a través del ojal de la limitada capacidad diagnóstica que tenía el país. 

“Un solo laboratorio en Caracas ha analizado desde marzo hisopos a través de pruebas moleculares. En cuatro meses, las confirmaciones superan los 13.000 casos y las muertes llegan a 124, números que están muy por debajo de la región y sobre todo de sus vecinos de Brasil y Colombia, que cuentan dos millones y 200.000 casos respectivamente”, indicó El País. 

Tres meses después, Venezuela se convirtió en el primer país de América Latina en probar la vacuna rusa contra el COVID-19, Sputnik V. La BBC aseguró que científicos occidentales dudaron de la validez del medicamento por la rapidez con la que las autoridades rusas aprobaron su producción y suministro, y por no haber agotado las etapas habituales de prueba. 

Los operativos de vacunación iniciaron una nueva etapa de la pandemia. “Un estimado de 600 personas en el hospital Dr. José Gregorio Hernández, de Los Magallanes de Catia. No hubo priorización. Se inmunizaron personas de 85 años o más y hasta un dirigente político de 38 años, sin aparente patología que lo calificara dentro de los grupos prioritarios”, reseñó Crónica Uno.

Polilara esposó a enfermera que le pidió usar tapabocas
El fiscal Tarek William Saab anunció que a los funcionarios Darling Cordero, Pablo Meléndez y Edriany Linares los detuvieron «por esposar y vejar» a María Suárez, del Hospital Pastor Oropeza de Carora»

 

La ONG Médicos Unidos de Venezuela denunció que la enfermera María Suárez, jefa de Enfermería del hospital de Carora, estado Lara, fue esposada por un funcionario Polilara al que le exigió usar el tapabocas en las instalaciones del dentro asistencial.

A Suárez la esposaron «esposada por exigir el uso del tapabocas a un funcionario», quien «se negaba a quitarle las esposas» pese a que el director del centro de salud le exigía que lo hiciera, informó la ONG en su cuenta de Twitter.

Médicos Unidos publicó un video en el que se observa a Suárez esposada y a una mujer policía retirándole los grilletes que le había puesto otro agente, frente a varios compañeros de trabajo.

El fiscal Tarek William Saab anunció que a los funcionarios Darling Cordero, Pablo Meléndez y Edriany Linares los detuvieron «por esposar y vejar a enfermera del Hospital Pastor Oropeza de Carora».

Saab confirmó que a Suárez la esposaron por «pedirle al funcionario Darling Cordero el uso del tapabocas en las instalaciones hospitalarias».

«La Fiscalía 21 del Ministerio Público Lara imputará los delitos de privación ilegítima de libertad y trato cruel», añadió. Con información de EFE

Atienden con insumos que llevan pacientes

El Observatorio de Universidades (OBU) advirtió el 28 de junio que casi el 50% de los estudiantes residentes de centros de salud atienden con los insumos que llevan los pacientes.

Según la Enobu Salud 2022, el gobierno de Nicolás Maduro no garantiza las condiciones para las actividades clínicas asistenciales en el país.

De acuerdo con el OBU, 4 de cada 10 universitarios que prestan atención en los centros de salud usan insumos que proveen los pacientes o familiares.

El estudio analizó la situación de la Universidad Central de Venezuela (UCV), de Los Andes (ULA), del Zulia (LUZ), de Carabobo (UC), de Oriente (UDO), Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), Rómulo Gallegos (UNERG), Francisco de Miranda (UNEFM) y de Ciencias de la Salud Hugo Chávez (UCS).
Médicos denuncian recrudecimiento de apagones y alertan que la mayoría de los hospitales no tienen planta eléctrica
La ONG Médicos Unidos de Venezuela señala que la vida en los hospitales depende de la electricidad

Médicos venezolanos denunciaron este jueves, 24 de marzo, el recrudecimiento de los apagones, alertando que la mayoría de los hospitales no cuentan con planta eléctrica.

La denuncia se realizó mediante un tuitazo, en el cual se promovió la etiqueta #VzlaAOscuras, donde varios médicos mostraron las condiciones en las que tienen que atender a los pacientes ante la falta de electricidad.

Esto se da a propósito de una denuncia que hizo la ONG Monitor Salud el 23 de marzo. Y es que los médicos se apoyaron en las linternas de los celulares para terminar una intervención ginecológica en el hospital El Algodonal debido a un apagón que se registró en el momento de la cirugía. 

De acuerdo con la organización, la planta de emergencia que tiene el hospital funcionó 40 minutos después que se produjera el apagón.

«De nuevo apagones en todo el territorio nacional. La mayoría de los hospitales en Venezuela no tienen planta eléctrica. No saben la angustia que genera quedar en quirófano o UCI sin luz. Los pacientes en riesgo y las coronarias del equipo achicharradas», denunció la cuenta de Twitter de Médicos Unidos de Venezuela, Capítulo Aragua.

La organización Médicos Unidos de Venezuela sentenció que estas imágenes, compartidas en redes sociales, no se pueden repetir.

«Cada vez que ocurre una interrupción del servicio eléctrico el personal se las ingenia para resolver, esto no puede ser un patrón o una constante. Intervención quirúrgica con lámpara de celular por falla de electricidad», añade la ONG.

Además, la ONG señala que la vida en los hospitales depende de la electricidad. «Desde un pasillo alumbrado, ascensores, equipos para monitoreo, de análisis de laboratorio, radiológicos, computadoras, quirófanos, ventiladores, etc.».

*También puede leer: Asistensi, la compañía que está cambiando el modelo de acceso a la salud

Denuncian que 823 trabajadores de la salud han muerto por covid-19
Entre los fallecidos hay cinco médicos cirujanos y tres enfermeros. Según los registros de la ONG Médicos Unidos de Venezuela, la región con mayor número de trabajadores fallecidos es Zulia con 164

 

Un total de ocho trabajadores de la salud de Venezuela murieron con criterios para covid-19 entre el 30 de diciembre y el 31 de enero, con lo que la cifra total de fallecidos de ese sector desde el inicio de la pandemia se elevó a 823, informó este 23 de febrero la ONG Médicos Unidos de Venezuela.

«Reporte de personal de salud fallecidos con criterios para covid-19. En el mes de enero reportaron siete fallecidos, y uno del 30 de diciembre, para un total, durante todo el periodo, de 823», explicó la organización en su cuenta de Twitter.

Entre los fallecidos había cinco médicos cirujanos, identificados como Ángel René Bohórquez, Hidalgo Villalobos y José Luis Picón, del noroccidental estado Zulia, así como, Alirio Arévalo, de Guárico, y Juan Manuel Contreras, de Anzoátegui.

La lista la completan un enfermero de Trujillo identificado como José Fermín Morales y otras dos enfermeras llamadas Angélica Carvajal y Brunilda Báez de Zulia.

Según los registros de Médicos Unidos de Venezuela, la región con mayor número de trabajadores fallecidos es Zulia con 164, seguido de Caracas con 109, Carabobo con 74, Bolívar con 68, Aragua con 49, Anzoátegui con 47 y Lara con 39.

El resto de estados registran menos de 30 decesos en cada una.

«Nuestros reportes se basan en criterios clínicos, epidemiológicos, radiodiagnóstico y de laboratorio al día y no necesariamente están incluidos en los reportes de los voceros. El objetivo es la prevención al personal y evidenciar fallas», recordó la ONG.

Desde el inicio de la pandemia, Venezuela suma 512.169 casos de covid-19 y 5.621 decesos, según el último reporte oficial publicado el martes 22 de febrero.

Información de EFE

Médicos Unidos de Venezuela: 815 trabajadores de la salud han muerto por covid-19
Entre los fallecidos hay tres trabajadores sanitarios del estado Zulia, uno de Nueva Esparta, uno de Falcón, otro del Táchira, otro de Trujillo, otro de Miranda y otro de Bolívar

 

Un total de nueve trabajadores de la salud venezolanos murieron con criterios para covid-19 del 7 al 30 de diciembre, con lo que la cifra de personal sanitario fallecido desde el inicio de la pandemia se elevó a 815, denunció este 31 de diciembre la ONG Médicos Unidos de Venezuela.

«Reporte del 30 de diciembre, se recibe información de nueve nuevas muertes de personal de la salud con criterios para covid-19, para llegar a 815 (desde el inicio de la pandemia)», escribió en Twitter la ONG.

La organización afirmó que ha sido «un año duro con muchas pérdidas humanas que enlutaron» sus hogares.

Entre los fallecidos había tres trabajadores sanitarios del estado Zulia, identificados como Alberto González, Eugenio Rafael Albornoz y Alicia Quintero de Peña.

La lista la completan un trabajador de Nueva Esparta (Luis Cornelio Martínez), uno de Falcón (Mariangel Castro), otro del Táchira (José Gregorio Dávila), otro de Trujillo (Celestino Cano), otro de Miranda (Manuel Oswaldo Carbonell) y otro de Bolívar (José Parejo).

Al contrario que en otras ocasiones, en esta ocasión no detallaron la especialidad de los fallecidos.

Médicos Unidos de Venezuela también aclaró que sus reportes «se basan en criterios clínicos, epidemiológicos, de radiodiagnóstico y de laboratorio al día y no están necesariamente incluidos en los reportes» oficiales que ofrece el Gobierno.

Información de EFE

Preocupación por aumento de denuncias sobre ejercicio ilegal de la medicina en Venezuela
Médicos Unidos de Venezuela  considera inquietante las denuncias sobre»  ejercicio ilegal de la medicina, usurpación de datos personales e intrusismo profesional» conocidas en los últimos días
Pidieron a las facultades de Medicina, colegios médicos  y Federación Médica crear sistemas de consultas abiertos para que los ciudadanos verifiquen si los médicos están titulados y son especialistas en las áreas en las que se promocionan
Instaron al Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria del Ministerio de Salud, ente que realiza  la «revisión exhaustiva del registro de profesionales de la salud», que incluya la opinión y asesoría de la consultoría jurídica de esa entidad

La organización Médicos Unidos de Venezuela (MUV) mostró este jueves su preocupación por una «serie de denuncias» que ha recibido «sobre el ejercicio ilegal de la medicina, usurpación de datos personales e intrusismo» profesional.

En un comunicado, afirma que, «en muchos casos», esas denuncias han sido «debidamente documentadas» y «se han visto involucradas instituciones prestadoras de servicios de salud, tanto públicas como privadas».

En el caso de las privadas, «cumplen con la normativa legal para su funcionamiento», puesto que, «de lo contrario, el órgano regulador no lo permitiría».

No obstante, afirmó que «en ambos sectores se evidencian fallas en los mecanismos de ingreso, revisión y verificación de credenciales de algunos de los profesionales de la salud que ejercen en estas instituciones».

La más grave, en su opinión, es la registrada «en las instituciones públicas, debido a que tienen la facilidad de verificar con el órgano de control nacional como los es el Ministerio de Salud mediante su Instituto Autónomo de Contraloría Sanitaria».

Frente a esta situación, reclamaron a las facultades de Medicina de las universidades autónomas que creen sistemas de consulta abiertos para que los ciudadanos puedan «verificar quienes han cumplido con los requisitos para egresar como médicos cirujanos o como especialistas de cursos de postgrado académicos y recibir el título profesional que los acredite».

A los colegios médicos, les pidieron que creen igualmente «sistemas de consulta abiertos» para que los venezolanos puedan «verificar quienes han cumplido con la inscripción en los mismos para realizar el ejercicio médico en el área de influencia del colegio respectivo».

Además, en conjunto con la Federación Médica, ve necesario «crear un sistema de igual característica en donde se pueda verificar el reconocimiento como especialista emitido por cada colegio médico del país».

También, solicitaron a las sociedades científicas debidamente reconocidas por la Federación Médica Venezolana (FMV) que activen «mecanismos de consulta que permitan a los ciudadanos revisar si el médico en quien el paciente deposita su confianza es un especialista inscrito en su respectiva sociedad».

Esto último, pese a que saben que no es obligatorio «para el ejercicio estar inscrito en la sociedad respectiva», pero es «una manera complementaria de evitar el intrusismo profesional dentro de las especialidades».

Finalmente, exigieron al Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria del Ministerio de Salud que realiza «la revisión exhaustiva del registro de profesionales de la salud, que incluya la opinión y asesoría de la consultoría jurídica» de esa entidad.

Con información de EFE