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Madres

Cuatro estrategias de autocuidado para mamás que recomienda Cecodap
Cecodap recomienda tener espacios para la oración, meditación y reflexión; estar en contacto con la naturaleza; tener un diario de gratitud y recordar o conmemorar a las personas importantes en la vida

 

El rol de las madres en la sociedad es importante y determinante en la etapa de todo niño. Sin embargo, con el ritmo actual de vida, las exigencias diarias que impone la supervivencia en Venezuela, el autocuidado de las madres ha pasado a un segundo plano. 

Los Centros Comunitarios de Aprendizaje señalan que un contexto de paz y tranquilidad para las madres es fundamental, pues la situación en la que están inmersas puede convertirse en un factor de protección o de riesgo para el niño, pues todo el bienestar o malestar que estas puedan sentir, se verá reflejado en su rol como madre y como parte fundamental de la crianza.

En este sentido, la organización, a través de un informe publicó cuatro estrategias de autocuidado para todas las madres venezolanas que, a diario, cumplen con varias tareas.

La primera recomendación de autocuidado que ofrece Cecodap es sobre la salud física. «Es importante realizar tres comidas y tomar suficiente agua durante el día; practicar actividades físicas como yoga o salir a caminar; asistir al médico para chequeos de rutina, descansar en aquellos momentos en los que no se sienta bien; e intentar tener suficientes horas de sueño».

En cuanto a la salud espiritual, Cecodap recomienda tener espacios para la oración, meditación y reflexión; estar en contacto con la naturaleza; tener un diario de gratitud y recordar o conmemorar a las personas importantes en la vida.

En el área profesional, los Centros Comunitarios de Aprendizaje recomiendan que puedas participar en proyectos o actividades que representen crecimiento y satisfacción, organizar tu espacio laboral, y tenet presente tus necesidades.

Por último, la organización señaló que el autocuidado es un hábito que se puede incorporar poco a poco. «Estar bien contigo misma favorecerá la relación con tus hijos, con tu familia y amigos, permitiéndote desarrollar mejores habilidades para afrontar los problemas cotidianos de la vida».

 

 
 
 
 
 
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Madres piden cese de represión ante comandancia de la GNB

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Decenas de mujeres vestidas de negro y lideradas por María Corina Machado, la alcaldesa Helen Fernández, las diputadas Adriana D’Elia, Mariaela Magallanes y Yajaria Forero, pidieron el cese de la represión en la sede de la comandancia general de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), frente a la plaza Madariaga.

Las mujeres caminaron juntas por las calles de El Paraíso desde el colegio San José de Tarbes hasta el lugar. Al llegar a la comandancia había un piquete con varios efectivos castrenses.

En el sitio hicieron un minuto de silencio por los caídos y la periodista Caterina Valentino leyó un documento dirigido a los efectivos, que después entregaron a un representante de la GNB. A pocos metros se desarrollaba una actividad oficialista por la Constituyente.

Machado pidió a los efectivos que dejaran de reprimir al pueblo, que bajaran sus armas y que pensaran que la lucha opositora era por todos los venezolanos.

Más información en El Nacional.

Madres venezolanas marcharán este domingo en rechazo a la violencia

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La diputada a la Asamblea Nacional (AN), Gaby Arellano, informó que el próximo domingo las madres venezolanas se movilizarán en rechazo a la violencia en el país. “El único regalo que queremos todas las madres en este país es que no maten un joven más. En todos los estados, en todos los cores, en todas las comandancias estarán las madres vestidas de negro”.

Arellano informó que la concentración será en la Plaza Madariaga de 9 am a 12 pm “para decirle a los soldados que bajen las armas”.

 

Madres venezolanas regalan a sus bebés por situación económica

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Existen mujeres que no pueden tener hijos y otras que no los quieren. Entre septiembre y octubre, cuatro madres barquisimetanas decidieron entregar a sus hijos a desconocidos por no poder hacerse cargo de ellos.

Las razones que tuvieron estas madres para elegir un “mejor futuro” para sus descendientes están directamente relacionadas a su situación económica, ninguna de ellas tenía ingresos fijos para cubrir la manutención y además los bebés provenían de un hogar inestable.

Una de ellas, de 23 años de edad, cuyo nombre se reserva por asuntos legales, tuvo a un bebé en el Hospital Central Antonio María Pineda, un niño de piel morena y completamente sano.

La mujer ya tenía otros cuatro hijos y alguien cercano le comentó que conocía a una pareja que no podía concebir y que estaría interesada en adoptarlo.

A los tres días de nacido, la mamá le entregó el bebé a esa pareja en un centro comercial de la ciudad. No hubo dinero de por medio, fue la simple -o difícil- decisión de regalarlo.

Cuando el bebé tenía una semana de nacido, los “padres sustitutos” quisieron presentarlo con sus apellidos, buscaron ayuda en el Consejo Municipal de Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Cmdnnai), y entendieron que pese a la ansiedad por criar a un hijo, ese no es el procedimiento correcto.

El bebé fue asumido por el Municipio y el Consejo le otorgó una medida de abrigo en una casa hogar por 30 días, tiempo en que se hacen las diligencias para contactar a la familia de sangre.

Esta historia concluyó en el arrepentimiento de la madre y la solicitud de protección de la abuela. Luego de las evaluaciones psicológicas y trámites legales, el niño fue devuelto a su mamá biológica.

En otro de los casos registrados, una niña de dos años llevaba dos meses viviendo con una familia sustituta, antes de que éstos acudieran a notificar que se las habían regalado y la querían adoptar legalmente.

Dos casos de la misma naturaleza fueron registrados en el Cmdnnai.

“En todos los casos tuvimos que remover al niño de esa familia sustituta, porque tenemos que hacer un procedimiento administrativo y comprobar que no lo robaron o que no hubo un negocio de por medio”, manifiesta la abogada Francys Pérez, directora del Consejo.

Pérez aconseja a quienes quieren adoptar que sigan los pasos legales que establece el Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos del Niño, Niña y Adolescentes (IDENA).

“La lista es larga y el proceso engorroso, pero necesario para garantizar el bienestar del niño”.

Igualmente invita a las mamás que decidieron no hacerse cargo de sus hijos, a entregarlo formalmente en la oficina estadal de adopciones adscrita al IDENA.

 

El lado de los inocentes

No buscan culpables y contrario a lo que se piensa, los niños que han sufrido abandono familiar y están en las casas abrigos, lucen risueños.

“Aunque a veces vienen atravesando situaciones muy delicadas y los choques emocionales son muy fuertes, mantienen su inocencia, no son depresivos, les gusta jugar mucho como a cualquier otro niño”, dice la hermana Adriana Gutiérrez, Misionera de Cristo Jesús.

Ella y otras dos compañeras ofrecen sus servicios en la Fundación Ayuda al Niño Desamparado, conocida como casa Don Aurelio, que funciona en Valle Lindo, parroquia El Cují, Barquisimeto.

La iniciativa nació en julio de este año, por una pareja con una hija adoptada, que asegura ha recibido muchas bendiciones luego de su acto de amor.

Actualmente abrigan a seis niños y les ofrecen servicios de cuidado, atención médica, alimentación, educación y recreación. En la casa Don Aurelio tienen toda una rutina: hora de levantarse, baño diario, desayuno, oración, actividades educativas y recreativas, almuerzo, siesta, merienda, atención individual, cena y hora de dormir.

Cuando el equipo de EL IMPULSO visitó la casa abrigo eran las 10:00 de la mañana. A las niñas les hacían peinados en sus cabellos mientras que los niños jugaban con legos, y la más pequeña de la casa, de un año de nacida y quien sufre de un problema en el corazón, no paraba de reír mientras estaba sentada en su coche. Es un espacio grande y con áreas verdes, cada uno tiene un corral y muchos juguetes.

“Pero lo más importante de todo es el amor que les damos”, dice la hermana ,Adriana.
En la casa abrigo no conocen de castigos, pero si un niño se comporta incorrectamente, hay una “silla de reflexión” en donde deben permanecer por unos minutos para que comprendan que han hecho mal.

“Lo hemos usado con niños que tienen actitudes agresivas, que quieren morder a otros, muchas veces esto pasa porque es la manera que conocen de tratar a los demás, pero aquí los cargamos, abrazamos y les damos cariño”.

Normalmente su paso por la casa abrigo es corto, dicen las hermanas que les ha afectado emocionalmente cuando tienen que entregar a un niño, “nos enamoramos de ellos y nos duele cuando se van, pero estamos felices porque hicimos lo que pudimos y confiamos en que les depara un futuro mejor”.

No es fácil para los que dicen adiós, tampoco para los niños que se quedan y se preguntan cuándo vendrán mamá y papá por ellos, pero en esta casa “el recurso del amor nunca se agotará”.

 

Sobre la adopción

-En varios países existe la figura de adopción simple y adopción plena, en Venezuela sólo puede ser plena, quiere decir que es irrevocable y que el adoptado pasa a ser hijo y el adoptante, el padre, y extingue el parentesco con la familia de origen.

-Sólo pueden ser adoptados o adoptadas quienes tengan menos de dieciocho años para el momento de la solicitud.

-Sólo pueden adoptar las personas mayores de 25 años, esposos, concubinos y de manera individual.

-La parte interesada en adopción debe someterse a evaluaciones socioeconómicas, psicológicas y elaborar una carta donde especifique los motivos por los que quiere adoptar.

-En Venezuela son poco frecuentes las adopciones abiertas, lo más común son los abandonos.

-Seis meses es el tiempo mínimo que el solicitante debe esperar por una adopción.

-La entrega informal de un menor podría acarrear multas de entre 60 y 120 Unidades Tributarias (UT).

-En el caso de que haya dinero de por medio, podría existir una pena de hasta seis años de cárcel.

-La oficina del Consejo Municipal del de Protección del Niño Niña y Adolescente está ubicada en la avenida Venezuela con calle 22.

 

Vea la nota completa en El Impulso

D. Blanco Sep 08, 2016 | Actualizado hace 8 años
Tetas secas, por José Domingo Blanco

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Mientras escribo estas líneas, en mi isla favorita, mi añorada Margarita, cientos de feligreses acuden al Valle del Espíritu Santo a orarle a la Patrona de Oriente: la venerada Virgen del Valle. Y es que, en momentos como los que vivimos, orar y aferrarnos a nuestra fe, son algo así como la única ventana abierta hacia la esperanza. La oración termina siendo la pomada contra los golpes o el consuelo ante tanta tristeza. No está fácil vivir en Venezuela. Mejor dicho, permanecer en el país que tanto amamos, va más allá de un acto de fervor como el que profesan los devotos de la Virgen…Pues a ella, dirijo mis peticiones, con el anhelo de que nuestro país aprenda la lección, se sacuda la inmundicia que la aplasta y salga de la miseria que lo asfixia.

También pongo en manos de la Virgen las vidas –y las conmovedoras historias- de cientos de venezolanos que ya no saben cómo luchar contra el hambre, la pobreza y las enfermedades que los diezman. Hay demasiada gente padeciendo. El hambre no es cuento. Los buscadores de comida en la basura, no son producto de la ciencia ficción. Los vi hace pocos días revisando los contenedores de desperdicios de un restaurante de la capital. Escenas como esa se replican a cualquier hora: en cualquier lugar donde pudiesen estar depositados los desechos de algo que sirva para comer.

Contrasta la extrema delgadez de niños, mujeres y hombres de mi país, con la obesidad resplandeciente e inocultable de los saqueadores que nos mal gobiernan. Con sus guayaberas rojas talla XXX prensadas a los cuerpos y los niveles de colesterol elevados de tanto lujo mal habido. Un despilfarro y una riqueza súbita que sus gorduras no les dejen esconder. Contrastan las barrigas monumentales de alcaldes, gobernadores y ministros oficialistas con las pancitas hinchadas por parásitos de los niños de nuestros barrios. Contrastan las suntuosidades y excesos de los personeros de la Revolución, con los teteros de agua sucia que sorben desesperados los bebés nacidos bajo este mandato aniquilador.

Reina la desnutrición en la gente de escasos recursos y repercute con mayores consecuencias sobre su descendencia, amenazada desde ya por las enfermedades que aparecen cuando la alimentación, desde recién nacidos, ha tenido demasiadas deficiencias. ¿Cuál es el futuro de esta generación de nuevos venezolanos que están naciendo en hogares cada vez más pobres? ¿Cómo va a la escuela un niño de 7 años para aprender a leer o escribir cuando la decisión de sus padres se debate entre darles de comer o comprar el uniforme? ¿Cómo se alimenta una familia cuyo ingreso es apenas un sueldo mínimo–o dos si la madre también trabaja- si para poder adquirir la canasta alimentaria necesitaría multiplicar ese monto por cien?

¿Qué pasó con los olvidados de siempre, a quienes Chávez quiso dignificar? ¿Por qué en estos siniestros años de totalitarismo Chavista-Madurista se han incrementado los índices de pobreza extrema, los embarazos adolescentes, las muertes por desnutrición, las deserciones escolares, la delincuencia y la inflación? Este régimen ha disparado los indicadores más vergonzosos que pueda ostentar una nación, sin demostraciones de arrepentimiento o rectificación; porque, al menos si el desgobierno diera muestras de querer enmendar los entuertos en los que nos han hundido, aceptar que ya no son mayoría y respetar los mandatos de la Constitución, “todavía tendría chance de salir por la puerta delantera”, como dice Pedro, mi amigo el mensajero, quien analiza mejor que nadie la realidad de Venezuela, porque la vive y padece a diario, montado en su moto.

El hambre, ese nuevo legionario de la muerte que recorre nuestro país, pende sobre las cabecitas de los recién nacidos marcados por el sello de la pobreza y los amenaza con arrebatarles las vidas de un momento a otro. Se llena el país de mamás luciendo su involuntaria extrema delgadez, de cuyas tetas secas se aferran y cuelgan niñitos ávidos por sorber algo que les calme el apetito… Se multiplican los casos en los barrios de cualquier rincón de Venezuela, porque el control de la natalidad no existe y las niñas se inician cada vez más niñas en el arduo oficio de la maternidad. No es difícil vaticinar cuál es el futuro que les depara a esos neovenezolanos. No es difícil suponer cuán enfermos y cuán pobres pueden llegar a ser esos bebés que nacen marcados por el hambre.

“Mi nieto está enfermo y muy flaquito. Lo llevé al Hospital de Niños y me lo dejaron hospitalizado. El doctor me dijo que tiene cinco kilos menos de lo que debería estar pesando. Tengo que engordarlo; pero, ¿cómo si no puedo comprar más comida? Y como no trabajé esos días, no pude cobrar”. Así escuchó una amiga que le decía una señora a otra, mientras limpiaba el baño de un centro comercial. A la mujer le colgaba el uniforme. La otra la escuchaba, desde la resignación de una faena compartida que rinde pocos dividendos o, mejor dicho, que no alcanza para alimentar a la familia. “Maduro nos está matando de hambre, chica. Yo salí esta mañana sin desayunar. Si compraba pan, no tenía para el pasaje. A mis hijos y a mi nietecito, les dejé para comer una olla con sopa de sobre y un huevo”. “Y ellos ¿qué desayunaron?” le pregunta la otra. “Nada … hoy la sopa de sobre será la única comida del día”.

 

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mingo.blanco@gmail.com

 

Madres del J.M. de Los Ríos denunciaron ante diputados de la AN las carencias del hospital

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Un grupo de ocho madres de pacientes del hospital J.M. de Los Ríos y representantes de la ONG Prepara Familia se reunieron con la Subcomisión de Salud de la Asamblea Nacional ayer martes, para exponer las carencias del centro asistencial y sus condiciones actuales. Durante el encuentro, las representantes entregaron un comunicado a la comisión.

En el texto destacan como primncipales necesidades la falta de insumos, medicinas y alimentos en el hospital. Resaltaron también las fallas en la infraestructura, unidades médicas y averío de equipos médicos, así como el sobre cupo que tiene la hospitalización y las condiciones de alojamiento en las que se encuentran sus hijos.

Los parlamentarios Miguel Pizarro, Manuela Bolívar, José Trujillo y José Guerra recibieron el documento y atendieron las denuncias del grupo de madres.

 

A continuación, el documento completo:

Caracas, 25 de Julio de 2016

Nosotras las abajo firmantes, madres de los niños y niñas hospitalizados en el Hospital J.M de Los Ríos, queremos hacer del conocimiento público, las diversas problemáticas existentes en el Hospital, situaciones que día a día afectan a nuestros hijos, las cuáles son:

1.- La Alimentación: Actualmente nuestros hijos, reciben los alimentos del Hospital Vargas, aderezados con insectos, tuercas, vidrios y otras cosas, lo que evidencia el mal estado del lugar destinado para su preparación y la falta de medidas mínimas de higiene. La comida llega tarde, fría, sin sal ni azúcar, a veces no llega, no se cumplen las dietas, porque la comida es igual para todos los pacientes, y ya se han denunciado casos de comida, en descomposición o con insectos y objetos. Nuestros hijos, según su edad y su condición, necesitan leche maternizada, de fórmulas especiales, leche completa para elaborar sus teteros. Adicionalmente muchos de nosotros, venimos del interior del País, nuestros ingresos provienen de la colaboración de familiares, en consecuencia, no tenemos recursos, para poder cubrir las faltas de alimentos.

 2.- Medicamentos e Insumos: Nuestros hijos necesitan los medicamentos más básicos como anticonvulsivos, analgésicos, antiinflamatorios, medicamentos para la tensión arterial, vitaminas intravenosas, gotas para nebulización, esteroides, etc. También necesitan insumos mínimos, como yelcos, scalp, alcohol, agua oxigenada, gasas estériles, guantes, adhesivos hipo-alergénicos, así como todos los que la Sociedad Médica del Hospital J.M de Los Ríos, ha solicitado públicamente, para poder cumplir con su trabajo. Los niños de la sala de neurocirugía, necesitan válvulas de presión baja, media y alta, los niños de la sala de nefrología requieren catéteres pediátricos según medidas especiales. La sala de neurocirugía necesita ser habilitada a la brevedad, para lo cual requiere seis aires acondicionados, con lo cual se evita la proliferación de bacterias. Nuestros hijos, no reciben sus medicamentos oportunamente y no cuentan con los insumos, que requieren y corren el riesgo de morir.       

3.- Laboratorio Clínico: Cada día son menos, los exámenes que se pueden hacer en el Laboratorio del Hospital, por falta de reactivos, equipos y hasta por falta de agua, lo que nos obliga como padres, a  buscar donde hacer los exámenes necesarios, convirtiendo la realización de un examen de rutina en un verdadero “Viacrucis”, el cuál se inicia por conseguir los recursos económicos necesarios para realizar los exámenes en centros privados,  por ubicar un laboratorio cercano, que reciba las muestras tomadas en el hospital, que tenga los reactivos para realizar los exámenes, a ser posible a precio solidario o con algún tipo de descuento, luego ver con quien se puede dejar al niño o a la niña, para ir a llevar la muestra, esperar varias horas para ver de nuevo con quien dejar a nuestros hijos, para ir a buscar el resultado. Entre los exámenes que más frecuentemente, se deben hacer en centros privados se encuentran algunos tan básicos como orina simple, heces simples, gases venosos o arteriales, electrolitos, PCR, (VSG se hace en el hospital solo de lunes a viernes) y otros más especializados como HIV, VDRL, PT, PTT y Pro calcitonina.

4.- Anatomía Patológica y Morgue: El servicio de anatomía patológica estuvo cerrado, hasta hace poco, y fue terrible para aquellos casos donde era necesario realizar biopsias, al familiar se le entregaba la muestra y se le decía “tiene que buscar donde hacer la biopsia”. Teniendo en cuenta que la mayoría de los pacientes son del interior del país y que sus familiares no conocen la ciudad, esto era una situación terrible, aunque ya reabrieron la sala, no tiene la capacidad para realizar estudios de inmunohistoquimica, tal como se hacía un par de años atrás, lo que de nuevo obliga a buscar un centro privado donde poder realizar el estudio, se trata de un estudio costoso que se realiza en pocos lugares y que resulta imprescindible en los diagnósticos oncológicos. La Morgue es otro tema importante, solo se encuentra operativa una cava para conservación de cadáveres y muchas veces son más de uno los cuerpecitos, que deben compartir esa única cava, eso después de que a falta de un ascensor, los cuerpecitos deban ser cargados y bajados por una escalera hasta la morgue, esta es una situación indignante, para quien tiene que atravesar el duro proceso de perder a un hijo o hija. Adicionalmente, en los casos de fallecimiento de un niño, nosotras las madres necesitamos ayuda para cubrir el traslado del cuerpo, para realizar el servicio funerario, y no contamos con el apoyo del Estado.

 5.- Equipos Dañados: Los equipos de Rx del hospital no funcionan, el Tomógrafo tampoco, ni el Resonador. El área de radiología está trabajando en un diez (10 %) por ciento de su capacidad.  En los distintos servicios hay equipos que resultan importantes para el diagnostico y tratamiento de los pacientes que se encuentran dañados, por ejemplo el Craneotomo y el Marco Estereotáxico de neurocirugía, el equipo de Nasofibrolaringoscopia de ORL, el equipo para endoscopia de Gastroenterología, el bisturí eléctrico y equipos de entubado de quirófano, los monitores de signos vitales de la emergencia, las bombas de infusión y muchos otros, en consecuencia  los estudios deben hacerse en centros privados, sumando más costos, generando más gastos a nuestras familias, que son de muy bajos recursos económicos y los médicos terminan realizando  las cirugías a la antigua, con los riesgos extras que ello representa.

6.- Quirófanos: No funcionan la totalidad de los quirófanos, ni hay el número necesario de anestesiólogos pero eso se complicó aún más, cuando los quirófanos operativos, comenzaron a presentar fallas de aire acondicionado, obligando a suspender cirugías, a la fecha de elaboración del presente comunicado solo funcionaba un quirófano solo para emergencias, aunado a esto, no necesariamente se da de alta al paciente y eso significa que el niño se queda en el hospital por tiempo indefinido, exponiéndose al contagio de otras enfermedades, algunos servicios continúan ingresando pacientes para cirugía, sin tener la certeza de cuándo podrán realizarlas, todo eso se traduce en hacinamiento de pacientes y madres además del creciente contagio de infecciones intrahospitalarias. Algunos servicios solían realizar “Jornadas Quirúrgicas” donde, quien podía pagaba a un anestesiólogo privado, externo al hospital para que se realizara la cirugía a su hijo, dichas jornadas se realizaban los fines de semana, sin afectar el normal desenvolvimiento del hospital beneficiando, obviamente a quien podía pagar, pero también a quien no, porque se acortaban los tiempos de espera por cupos quirúrgicos, lamentablemente las “Jornadas Quirúrgicas” fueron suspendidas por la Dirección del Hospital, sin ofrecer alternativas. Cada servicio, maneja ciertos criterios de acuerdo a sus pacientes y patologías tratadas, pero ya hay servicios que solían operar varios días a la semana que han anunciado que solo operaran cada quince (15) días.

7.- Servicio de Hemodiálisis: atraviesa uno de sus peores momentos, han tenido fallas de agua, fallas en el mantenimiento de las maquinas y deterioro. De un total de once (11) maquinas existentes, solo nueve (9) están actualmente en funcionamiento, y de esas nueve (9) seis (6) están actualmente operativas porque las madres del servicio, compraron el material necesario, para hacerles mantenimiento, ya que a falta de maquinas a los niños, se les realizaban diálisis de menor tiempo de duración, para poder atenderlos a todos. A esto se suma, que la lista de pacientes en espera de un trasplante, crece a pasos agigantados, en gran medida debido a la falta de reactivos, que permitan realizar pruebas de compatibilidad, para la donación de un riñón por parte de sus familiares.

8.- Limpieza, Higiene y Asepsia: Los lugares destinados para realizar las curas, no se limpian de la manera adecuada, no hay papel de camilla y se usa ropa de quirófano para cubrir las camillas y en ellas se acuesta a varios pacientes, uno tras otro, sin que se cambie, a menos de que estén evidentemente muy sucias, es común ver insectos recorriendo todo el hospital y las salas de cura no son la excepción.  En la mayoría de los casos las habitaciones son aseadas por las madres, con insumos que ellas mismas compran, en muchos casos lo mismo ocurre con los baños, solo en ciertos servicios críticos, se toma la previsión de limpiar las camas antes de ingresar a un nuevo paciente, con el mismo coleto o mopa con que se limpian los baños se suele limpiar las habitaciones, no se limpian las cunas, no se coloca bolsas en los recipientes destinados para la basura y se lavan en pocos casos muy de vez en cuando. El personal de limpieza presenta graves fallas, en el suministro de lo necesario, para realizar su labor.

9.- Ascensores: El Hospital cuenta con un total de nueve (9) ascensores, de los cuales solo tres (3) están operativos. Uno en la torre de consulta que colapsa cada mañana porque debe trasladar a pacientes, personal médico, de enfermería, personal de seguridad, personal de mantenimiento, personal administrativo, personal de seguridad y todo el que deba ir a la torre, el otro dejo de funcionar a raíz de las lluvias porque la sala de maquinas se inundó. Uno en la torre de laboratorio y Rx, si se quiere el mas nuevo y el que parece estar en mejores condiciones, pero es subutilizado ya que Rx no funciona, al laboratorio se llega por piso 1 desde la torre de consulta y en esa torre esta solo un servicio de hospitalización. Y por ultimo uno en la torre de hospitalización que tiene el peso de trasladar pacientes a los diferentes servicios de hospitalización, pacientes oncológicos ambulatorios que acuden a recibir quimioterapia, médicos, enfermeras, estudiantes de enfermería, visita, jóvenes, fundaciones y ONG´s que realizan labor social, la comida, los cuerpos de los fallecidos en esa torre, los insumos médicos y hasta la basura y todo eso sin que al menos el sistema de ventilación del ascensor funcione.

10.- Baños: Casi no hay baños operativos en todo el hospital, mayormente debido al colapso por aguas negras o falta de piezas. En la torre de consulta, existe un baño público en cada piso, pero ninguno funciona, los baños internos de los servicios de consulta, están en su mayoría inoperativos, el baño del área comercial es un chiquero de agua porque para usarlo, debes cargar un potecito con agua para bajar la poceta, en la torre de hospitalización la realidad no es muy diferente, la mayoría de los servicios cuenta con solo una poceta para niños y madres, en la mayoría no hay agua caliente, solo hay una ducha para 20 o más personas y un solo lavamanos, no hay bañeras para los niños más pequeños y es común encontrar ropa guindada por fallas en el servicio de lavandería.

11.- Condiciones de Alojamiento: Los niños son ingresados, donde se puede y es común ver niños grandes en cunas en ciertos servicios y niños pequeños en camas en otros, las madres duermen en pésimas condiciones, prácticamente en el piso, hay unos sofá-camas de goma espuma, que fueron donados por una empresa privada que ya cumplieron su vida útil y en algunos casos hasta huelen mal, pero a falta de otra cosa es donde duermen las madres, hay servicios donde ni siquiera eso tienen y deben dormir en sillas. Es común que las madres deban comprar bombillos para el alumbrado de las habitaciones. Existe hacinamiento en las habitaciones, ya que en la gran mayoría conviven cuatro pacientes y sus mamás, en consecuencia, el pequeño espacio de la habitación es utilizado por ocho (08) personas.

12.- Cupos para Hospitalización: El Hospital cuenta, a la fecha del 22-07-2016, con 109 niños hospitalizados y de acuerdo con la información difundida por la Sociedad Médica, el hospital dispone actualmente de menos de la mitad del cupo de hospitalización total, esto debido a que muchas áreas han debido cerrarse por un colapso en las tuberías de aguas negras, los servicios fueron movidos de su lugar original, quedando algunos servicios sin áreas de hospitalización para sus pacientes. El área de Emergencia, se ha convertido, en la elegida para hospitalizar a los pacientes oncológicos de Hematología y Oncología que lo ameritan inevitablemente, incluso se han dado casos de pacientes oncológicos, con complicaciones infecciosas, ingresados en camillas de triaje a falta de una cama donde poder ingresarlos.

13.- Los insectos: A pesar de que hace algunos meses se realizo una fumigación, la problemática con las chiripas es terrible, se pasean entre los pacientes, no hay áreas donde no se les vea, están por igual en la torre de consulta, en la de hospitalización y en la emergencia, en algunos casos es tan grave que las madres temen quedarse dormidas y que alguna chiripa osada se les meta en los oídos. Lo mismo ocurre con los zancudos, están en todos los servicios y son muchísimos, los médicos y familiares han contraído zika o chicungunya,  a veces las picadas, son tantas que el paciente pareciera presentar una erupción. Urge una fumigación efectiva, tanto para rastreros como para voladores.

14.-  Pañales y Toallitas Húmedas: Nuestros hijos bebes, y los niños, niñas y adolescentes que, debido a su patología de base, necesitan pañales, atraviesan una situación crítica, nosotras no podemos adquirirlos por varias razones; porque no se consiguen, si llegan a conseguirse el precio es muy elevado y si en algún negocio cercano al Hospital los están vendiendo, las colas son interminables y no podemos acceder a las mismas porque tendríamos que dejar solos a nuestros hijos en el Hospital. Con respecto a las Toallitas Húmedas, las necesitamos porque nos ayudan a solventar el día a día con los niños y niñas.

Todo lo antes expuesto solo representa algunas de las problemáticas, que afectan día a día a los pacientes del Hospital Pediátrico más grande e importante del país, el Hospital JM de los Ríos.

Nosotros los representantes de los pacientes, decidimos realizar este comunicado, desde nuestra perspectiva, porque consideramos que quien no ha tenido que estar en el hospital, no puede saber lo que se vive allí y es necesario darlo a conocer para que en consecuencia se tomen los correctivos necesarios, no es un tema político, es un tema Humano, es la salud y la vida de los niños y niñas lo que se está afectando. El Estado es quién tiene la responsabilidad de dar soluciones a las graves carencias que presentamos, exigimos que se cumpla con el derecho a la salud de nuestros hijos, establecido en la Constitución Nacional, los niños tienen derecho a tener una atención médica de calidad, para lo cual deben contar con una infraestructura acorde a las exigencias, medicamentos, equipos e insumos para que los médicos puedan trabajar.

Nota Importante: Los datos de identificación y firmas del presente comunicado, se encuentran bajo resguardo.

Nota: Si puedes apoyarnos, comunícate con nosotros, a través de la Ong Prepara Familia escribiendo al correo preparafamilia@gmail.com o al twiter @preparaflia, o al correo nana541978@gmail.com

Puedes llevar tus donaciones: sabanas y toallas individuales, ropa para niños y mamas, juguetes, materiales para hacer manualidades, creyones, cuentos, al Centro de Acopio para los niños y niñas del Hospital J.M de Los Rios, ubicado en la Escuela de Puericultura Stella Matutina, avenida Coromoto de La Alta Florida, Caracas, Tlf: 0212-7302401.

 

*Con información de Nota de Prensa

 

Madres aseguran tener pruebas de 40 neonatos muertos en Barcelona

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Al menos 40 neonatos han fallecido en lo que va de mes en el hospital Luis Razetti de Barcelona. Aunque se desconoce la cifra oficial, trabajadores indicaron que van más de 10, sin embargo, las autoridades del centro de salud aseguran que solo han sido 7.

Mercedes Godoy, abuela de uno de los bebés, informó que desde el primero de agosto se han registrado 40 decesos en el importante centro de salud. “Las condiciones en las que se realizan los partos son impropias; además no hay neonatos y toda la responsabilidad recae en las enfermeras, quienes no saben cómo se lleva a cabo ese trabajo”.

La testigo indicó que el piso que está arriba del servicio de neonatología está lleno de basura, y que colinda con una pequeña zona boscosa, la cual permite la entrada de roedores e insectos que recorren el espacio donde están los recién nacidos.

“Todos los días vemos como sacan a los niños muertos del hospital. Casi siempre sucede cuando las madres se están bañando”, comentó Godoy.

Marelvis Solano, madre de uno de los niños fallecidos, expresó que se realizó una prueba de laboratorio post mortem a los neonatos donde se constató que todos habían fallecido por la misma bacteria.

Oscar Navas, miembro del Consejo Directivo del Hospital Razetti, rechazó que esa sea la cifra de muertos. Aseguró que la mortalidad neonatal en este centro neonatal está dentro de los rangos establecidos para América Latina, es decir, 1.5 % y 2.5 % al día.

Investigación

El presidente del Consejo Legislativo del Estado Anzoátegui, diputado Nelson Moreno, informó que se reunirá con el director de Salud de la entidad, Eduardo Martínez y el Doctor Jacobo Mora, para iniciar una investigación en cuanto a la situación que se está presentando en el área neonatal del Hospital Universitario Dr. Luis Razetti.

Oneida Guaipe, secretaria de Organización del Sunep-SAS, comentó que formularon la denuncia en la Fiscalía y en la sede de la Defensoría del Pueblo.

“Queremos que se comience una investigaciones profunda porque esta situación se viene registrando desde el años 2013. Hay áreas que deben ser desinfectadas por funcionarios del Ivic. El señor gobernador (Aristóbulo Istúriz),  y el ministro de salud (Henry Ventura) deben presentarse en este lugar para que observen cuáles son las condiciones en las que viven las madres”, comentó Guaipe.

 

Cuatro madres que no esperan flores ni regalos, ellas sólo piden justicia

@MariaAlesiaSosa

LAS CUATRO SON MADRES. Las cuatro coinciden en una cosa: dejaron atrás el llanto y lo convirtieron en acción para conseguir justicia por la muerte o detención de sus hijos. También tienen en común que su rol de madre cambió para siempre. Desde un día, que prefieren no recordar, su labor ya no es cuidar de sus hijos, sino velar porque se haga justicia en cada uno de sus casos. Desde El Caracazo hasta las protestas de 2014, distintos sucesos de la historia de Venezuela, marcaron la vida de estas cuatro mujeres, que ya no celebran el  Día de las Madres como las demás.

Hilda

Hilda Páez, mamá de Richard (17)

 

“Si no pude resolver el asesinato de mi hijo, trabajo para que se haga justicia en otros casos”

El 3 de marzo del 89, Hilda Páez se enteró que habían matado a su hijo mayor, Richard Páez, de 17 años. Lo mataron en Maca, Petare, los días posteriores a El Caracazo.

Han pasado 26 años, y a Hilda todavía se le aguan los ojos cuando habla del tema. “Nosotros vivíamos una vida muy feliz con nuestros dos hijos. Y de la noche a la mañana crearle a uno esa cosa, la pérdida de un hijo. Es como que uno pierde algo de uno mismo. Yo en ese momento quería morirme”, dice, a la vez que reconoce que no encuentra las palabras para describir el dolor que siente.

“A él le gustaba el deporte. Lo metí en karate, en beisbol. Yo siempre buscándole cosas a mis hijos para tenerlos en cosas muy bonitas, para que venga una persona así a matarlo como un perro. Bueno nos desgració la vida”, resume.

Ese día comenzó una lucha por buscar a los responsables de la muerte de Richard, que apenas era un joven que estudiaba cuarto año de bachillerato en el Liceo Gustavo Herrera.

El caso de Richard nunca se resolvió, los culpables no pisaron la cárcel por ese crimen, nunca se determinó quiénes fueron. Aunque su madre asegura que fueron unos funcionarios de la Policía Metropolitana. “Ninguno de los responsables del asesinato de mi hijo ha estado preso. Llevaron a unos supuestos policías a declarar y más nunca nos dieron respuesta. No hemos recibido justicia. Lo único que recibimos fue una indemnización, y eso no repara el daño de nuestro hijo. Ya después que le quitan la vida, ¿qué? No me lo van a revivir”.

Hilda dice que desde que “les llegó esa tragedia”, no ha dejado de trabajar. Al principio empezó a caminar por el sector donde vivía y donde mataron a su hijo, para que la gente conociera el caso, supieran quién era Richard y pedir justicia.

Tuvo que ir cientos de veces a Fiscalía, a Tribunales. En esas diligencias se encontró a otras madres que también habían perdido a sus hijos en esos días. Entonces, se organizaron y conformaron el Comité de Familiares de las Víctimas del Caracazo (Cofavic), una organización no gubernamental dedicada a la protección y promoción de los derechos humanos.

“Mucha gente me dijo que no me pusiera a trabajar en esto, que lo iba a recordar mucho y que lo que iba a ser era llorar. Pero, ¿qué iba a hacer yo en mi casa? A veces me daba cosa con mi esposo, porque no importaba lo que yo estuviera haciendo y me llamaban que había que ir a la morgue o a tribunales, a donde fuera, a La Peste, yo iba”.

Todavía no se explica de dónde le sale tanta energía, pero luego se responde y sabe que lo hace por su hijo. El dolor se transformó en acción. “Estábamos echando para adelante, y después me vino esta cosa tan terrible, cómo quitarle la vida a un hijo de uno. Yo me imaginaba que mi hijo me iba a enterrar a mi, y no yo a él. Dije, no me puedo quedar encerrada en mi casa. Hay que hacer tal cosa, ir para tal parte, para allá voy yo”.

Recuerda con nostalgia que su hijo era quien los iba a sacar adelante. “Todo lo que hicimos para levantar a nuestros hijos y vengan a quitarle la vida así. Vivíamos en un ranchito. Su papá medio leía y escribía, y yo sólo llegué a sexto grado. Su papá trabajando en latonería y pintura. Yo, trabajando en una escuela, para sacarlos adelante. Y que venga alguien así a quitarle la vida. No saben con la lucha con que nosotros lo habíamos sacado adelante. Su papá nunca fue a un colegio, y echando pa’ lante para que su hijo pudiera estudiar. Los ayudamos para que en un mañana no fueran iguales que nosotros. ”.

Lleva 26 años trabajando en Cofavic, y aunque no ha podido ver justicia en el caso de Richard, tiene otras satisfacciones. Cuenta que esa organización no se limitó a buscar justicia por las víctimas de El Caracazo, también trabajaron con familiares de víctimas de la masacre del Retén de Catia o del deslave de Vargas. “Yo digo, bueno Dios mío, si yo no pude resolver el caso de mi hijo, me queda la satisfacción que he trabajado por otras personas”.

Recuerda que el trabajo empezó por darle talleres de Derechos Humanos a los funcionarios de las policías del Estado. “Dios mío, ¿tú sabes lo que es darle talleres de DD HH a los policías que habían matado a mi hijo. Pero dije, aquí estamos, hay que dar esa enseñanza”, asegura. Cuenta que han llegado muy lejos, y que hizo cosas que jamás se imaginó, como encadenarse a las rejas de Miraflores para implorar que buscaran a los responsables de los eventos de febrero y marzo del 89. Cuando agotaron las instancias nacionales, llevaron los casos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Hoy recibe a las personas que llegan a Cofavic para buscar apoyo y hacer su denuncia. Hilda, está en la entrada de la sede de la organización, en el departamento de documentación. Allí les toma los datos y recibe la denuncia. Dice que todas llegan desesperadas, y ella las calma, y sobre todo les dice que deben tener paciencia. “Les digo a las madres que tienen que calmarse. Yo las entiendo. Yo pasé por la misma desesperación con la que ellas llegan a Cofavic, pero han pasado 26 años y todavía el caso de mi hijo no se ha resuelto”.

Ella no pierde la esperanza, quiere que los responsables paguen. Para eso, cree que tiene que seguir trabajando.

En la organización, se encarga de acompañar a las madres a las diligencias que tienen que hacer y las enseñan cómo deben moverse frente al sistema de justicia para que las respeten. “Estoy muy triste porque hay muchas madres que estamos perdiendo a nuestros hijos. No quisiera que nuestra Venezuela siguiera en esta violencia. Yo trato de poner un granito de arena desde Cofavic”.

Además dice que en Cofavic ha encontrado una familia, se reúnen en Navidad y hacen actividades juntas.

“No tenemos esa alegría como antes. Aunque son muchos años. Uno tiene que visitar a su hijo al cementerio. No es igual. Cuando estoy con mi otro hijo y mis nietas es que nos alegramos un poco”, dice, y sólo entonces se le dibuja una sonrisa.

MElena

María Elena Delgado, mamá de Erasmo (15), Norkeliana (12) y Wilmer (40)

“Los delincuentes no matan al muerto nada más, matan a la familia completa”

María Elena Delgado ha vivido cada una de las muertes de sus hijos de forma distinta. Le han matado tres. Primero a Erasmo José, a los 15 años de edad, después Norkeliana del Milagro de 12 años, y luego el mayor, Wilmer, que tenía 40 años. Todos a tiros, en Petare, donde se criaron.

“Los delincuentes no matan al muerto nada más, matan a la familia completa”, asegurá María Elena Delgado.

Dice que siempre los recuerda, no hace falta que sea una fecha especial. “Es algo muy difícil, no es sólo el Día de la Madre o del Padre, sino en Navidad, y a cada momento uno los está recordando”.

María Elena es una mujer fuerte, no llora cuando habla de sus hijos muertos, pero tiene la mirada apagada, dice que no los olvida ni un instante. No sabe explicar el dolor.

Con cada uno, hizo la denuncia del asesinato, pero son sólo tres casos entre los miles y miles que la impunidad no permite cerrar.

“Cuando me mataron mi primer hijo, la cosa no fue tan complicada. Al principio el tipo se dio a la fuga. Aquello quedó muy dentro de mi. Supe sobrellevar la situación. Y cuando me dijeron que lo habían atrapado nunca lo vi”, dice y reconoce que no sabe si después lo soltaron.

Cuando asesinaron a Norkeliana, comenzó un verdadero Vía Crucis en el sistema judicial. “Fue un proceso horrible en los tribunales. Yo pasé maltratos, vejaciones y  humillaciones”. Pero Delgado asegura que no se dejó ofender por los funcionarios, y siguió su proceso judicial.

Después supo que atraparon a uno de los muchachos. “Montaron un parapeto tan grande con el caso. Se llevaron un tribunal a la calle donde le habían dado los tiros. Llevaron escribiente, personal de balística, todo”. Ella estuvo encima de las diligencias del caso pero no tuvo suerte. El fiscal que la estaba atendiendo le respondió que quizás la ley divina era la que iba a llegar. “Y así pasó. Después me enteré que mataron a los muchachos, se mataron entre ellos mismos”. Aunque, inmediatamente reconoce que no cree en la “justicia divina” porque “Dios no mata, Dios sólo da la vida”.

Cuando le mataron el tercer hijo, ya había perdido la fe en la justicia. Solamente puso la denuncia del asesinato. “Como me dijeron los mismos policías: ‘Si los agarramos, después los sueltan”.

Dice con resignación que en Venezuela no hay justicia. “No quise seguir con eso. Siento que eso lo desgasta más a uno”. Repite, que en las diligencia del sistema judicial, lo que reciben las víctimas son maltratos. “¿Con la niña por qué me tenían que decir que era un ajuste de cuentas? Una niña de 12 años”. Más que dolor, eso le producía rabia.

A María Elena también le mataron un nieto y un sobrino. Dice que la impunidad y la violencia -fomentada por los propios gobernantes- es lo que tiene a los venezolanos matándose unos a otros.

“El problema es que las leyes no se cumplen. Ni para los delitos más pequeños. Uno se consuela uno mismo. No hay otra forma”.

Ella, que ha enterrado tres hijos, cree que la mejor manera de “procesar” ese dolor es hablando del tema y compartiendo con otras madres que han pasado por lo mismo.

Por eso coordina la Red de Apoyo entre madres víctimas secundarias de la Violencia. Es una organización para reunir a mamás que han perdido a sus hijos por la violencia desatada en el país. Se reúnen en la Universidad Metropolitana y dan apoyo, compañía y aliento a las madres que están pasando por ese dolor.

María Elena lleva consigo un panfleto que reparte por el barrio Unión de Petare, donde vive. El papel, -una fotocopia- reza lo siguiente: “Madre: no tienes que vivir tu dolor sola”.

Cree que si una madre se guarda ese dolor, se vuelve loca. Vuelve al tema de sus hijos: “Yo soñaba que mis hijos llegaran a ser profesionales y me superaran a mi. Es algo muy frustrante, uno piensa que se le acaba la vida, pero tiene que pensar en los otros hijos”.

Piensa en el día de las madres y aunque no lo celebra de ninguna forma especial, está convencida del único regalo que quisiera. “Para mí, el mejor regalo sería volver a ver a mis hijos. Eso sería lo más grande. Porque un regalo así material, no me apetece”.

**Para entrar en contacto con la Red de apoyo para madres puede escribir a redeapoyoporelcambio@gmail.com o llamar al 0412-9565337**

 

Manuela

Manuela Pérez, mamá de Adriana (28)

“Tenemos que exigir para que paguen los culpables. No denunciar nos hace cómplices”

Ella es la mamá de Adriana Urquiola, la joven asesinada el 23 de marzo de 2014 y que era intérprete de lengua de señas del noticiero Venevisión. Estaba embarazada de 7 meses. La mataron cuando trataba de cruzar una guarimba en la carretera Panamericana. El asesino, Johnny Bolívar, se molestó por la protesta, sacó un arma y disparó. Le dio en la cabeza a Adriana.

“Vivo para denunciar”, dice Manuela Pérez. Cuenta que su vida se paralizó el día que asesinaron a Adriana. Recuerda que los últimos meses fueron de pura ilusión. Se hablaba de un sólo tema en la casa: el bebé que Adriana estaba esperando. “Iba a ser el primer nieto, toda la vida giraba en torno a ese momento. Me imagino que le pasa a todas las abuelas”.

Pero pasó esto, y todo cambió. Tiene otra hija pero vive fuera del país.

“Mi vida está basada en lo elemental del ser humano, y el resto del tiempo, lo dedico a la denuncia”.

Manuela trabajaba en una empresa de importaciones, pero después del asesinato de Adriana paró de trabajar en eso. “No tengo ánimo, no hay espíritu para concentrarse en otra cosa”, explica.

Su tiempo transcurre investigando en redes, datos sobre el asesino de su hija, yendo a tribunales, a los medios de comunicación. “También busco el por qué. Aún no consigo la respuesta para explicar que él está libre, aunque tiene 24 años de sentencia por secuestro y estafa. No hay funcionario que me de la razón”.

Manuela reconoce que más de un año después, se levanta todas las mañanas y llora. También dice que ha recibido apoyo y solidaridad de muchos entes del Estado. Pero exige mucho más que eso. “Con las lágrimas y la solidaridad de los funcionarios no me basta, yo lo que quiero es que se haga justicia, que él sea enjuiciado y pague, para yo poder tener paz”.

El caso de Adriana -recalca su mamá- es un caso de simple delincuencia.

“Tuve la suerte de que el asesino de mi hija fue identificado, muchas madres nunca saben quién mató a sus hijos. Eso me hace querer llegar al final de todo esto”.

Sabe que su vida nunca va a ser la que fue porque nadie le va a devolver a Adriana, pero está segura que cuando se haga justicia, tendrá un poco de paz y tranquilidad.

Desde que, siete días después del asesinato, se emitió la orden de captura de Johnny Bolívar, el juicio no ha avanzado más.

“No comprendo por qué no es posible determinar si está dentro o fuera del país”, declara.

La madre de Adriana todavía cree que esto es un mal sueño. “Hay veces que me levanto y pienso que estoy en una película. Todavía no puedo creer que hablo de mi hija como un muerto. Me cuesta mucho aceptarlo”, confiesa.

Se convence de que su hija cumplió con la misión que tenía en la vida. “Creo que ella tenía una misión, y a mi también me dejó una tarea, que es resolver este caso, y que esa persona pague”.

A las madres que están pasando por esto, les recomienda que sólo queda el consuelo de conformarse, y seguir. “Tenemos que exigir y que se haga lo que se tenga que hacer para que paguen los culpables. No denunciar nos hace cómplices”.

Este año no saben qué van a hacer el día de la madre. No hay planes. Siempre se reunían, toda la familia, pero la vida de Manuela cambió.

“Yo sigo viviendo hasta que Dios disponga. No sé si este caso me cambió la vida para que hiciera una fundación o algo parecido, para sacar algo positivo de esto”.

Ingrid

Ingrid Mantilla, mamá de Rosmit (26)

Como madres tenemos que seguir por ellos, por los ideales de los hijos muertos o presos”

Ingrid es la mamá de Rosmit Mantilla, preso desde el 2 de mayo de 2014. Mantilla es activista de Voluntad Popular y defensor de los derechos de la comunidad Lesbiana, Gay, Bisexual y Transexual (LGBT). Se lo llevó detenido una comisión del Sebin, que entró a su casa de Caricuao, en Caracas, por una supuesta denuncia que habían recibido de un patriota cooperante. Hoy está imputado por asociación para delinquir y obstrucción de las vías públicas.

La audiencia preliminar de su caso se suspendió once veces. Nueve meses después de su aprehensión, el juez anunció que sería juzgado en tribunales y que debía permanecer preso en el Helicoide. El juicio aún no comienza.Fue ocho días después de su detención, que la dejaron verlo.

“Lo primero que me dijo apenas fue: ‘No me reclames nada, todo esto lo aprendimos en la casa”.

Ingrid dice que todos sus hijos son unos luchadores, preocupados por el país y muy activos. “Nunca tuve miedo de que lo detuvieran porque esos valores se los inculcamos en la casa. Orgullo sí, mucho orgullo”, reconoce.

La mamá de Rosmit vive en San Cristóbal, estado Táchira y tuvo que dejarlo todo y mudarse a Caracas para ocuparse del caso de su hijo.

“Yo trabajaba y dejé mi trabajo para dedicarme solamente a esto. Tengo que estar visitando medios, estar detrás de los abogados, ir a tribunales, a la Fiscalía, ir a muchos sitios, no me doy a basto”.

Sólo puede verlo dos veces a la semana, los miércoles y los sábados. A veces no puede aprovechar el día de visita porque debe atender diligencias del caso de Rosmit, audiencias de otros estudiantes o reuniones con otros padres. “Uno tiene que aprender a ser madre, periodista, buscar todas las noticias de su hijo. Dejas de ser madre, para ser de todo: periodista, policía, abogado, de todo”.

Rosmit es el mayor de tres hijos. Tiene dos hermanas menores. Los tres son estudiantes universitarios. Él estudia comunicación social en la Universidad Santa María, pero tiene un año sin ir a clases, desde que está preso.

Su mamá recuerda que desde muy pequeño, Rosmit declaró su tendencia homosexual y todos en la casa se la respetaron. “Mi hijo es así y se lo respeto. El amor de madre no distingue si mi hijo es gay, perfecto, enfermo. El dolor que yo siento es el mismo que siente la mamá de Leopoldo López, y la mamá del señor Gilberto. Es igual para todos”, explica.

Ella dice que llora mucho en las noches, pero ese llanto lo convierte en lucha al día siguiente. Repite como un mantra que no puede echarse en una cama a llorar.

“Si nuestros hijos están allá adentro, porque quisieron hacer justicia por su país, nosotros tenemos el deber de que ese trabajo de ellos no se pierda. Como madres tenemos que seguir por ellos, por los ideales de los hijos muertos o presos. No podemos darnos el lujo de llorar”.

No quiere celebrar este año el día de la madre. “No podría. Él está preso y mi corazón no me da para celebraciones. Yo estoy guardando todas esas fechas, su cumpleaños, el nacimiento de mi nieto, para cuando salga mi hijo. Ese día va a haber una fiesta en los corazones de toda la familia”.

Como Hilda, María Elena, Manuela e Ingrid, miles de madres venezolanas no celebran este día. Esperan que se haga justicia en los casos de sus hijos que fueron asesinados o encarcelados injustamente.