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Cecodap y Redhnna: «Cada día al menos seis menores de edad sufren un acto violento en Venezuela»
En el  informe «Somos Noticias, capítulo Violencia», las ONG dedicadas a los derechos humanos en la infancia contabilizó 1541 hechos directamente relacionados con muertes, abusos sexuales o psicológicos, violaciones a la integridad y a los derechos de los niños, niñas y adolescentes en Venezuela entre diciembre del 2022 y julio del 2023
Al menos 326 muertes a menores de edad fueron catalogados como prevenibles. El desabastecimiento en los centros de salud fue una de las principales causas de muerte infantil 
Cecodap: «La consecuencia de la desatención pública puede ser el suicidio. El impacto que tiene la violencia afecta directamente a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes»

 

«Desde el año 2005 no hay datos oficiales sobre violencia en contra de los niños, niñas y adolescentes en este país. A través de los registros de la prensa pudimos ver 1.541 situaciones de violencia que afectan a los niños en 8 meses. Eso quiere decir que todos los días al menos 6 niños son víctimas de violencia en sus distintas expresiones», denunció Carlos Trapani, abogado y coordinador general de Cecodap, en la presentación del Informe Somos Noticias, Capítulo Violencia este 26 de septiembre. 

Las ONG Cecodap y la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna) analizaron 1995 notas de prensa en 22 medios de comunicación entre diciembre del 2022 y julio del 2023. Durante esos ocho meses, se registró un mínimo de 326 muertes prevenibles en niños, niñas y adolescentes y cerca de 1.215 hechos violentos donde un menor de edad fue vulnerado directa e indirectamente. 

«El derecho a la integridad está vulnerado en toda la familia. Existe un contexto de mucha adversidad. El eje temático y conductor de este informe es que la negligencia vulnera el derecho de la integridad de los niños. Eso se traduce desde la negligencia del Estado, de la familia y al de la sociedad», puntualizó Trapani. 

Del total de muertes, al menos 189 niños y niñas de 0 a 12 años fallecieron durante el periodo del monitoreo y 91 adolescentes —de 12 a 17 años— perdieron la vida. En 46 de los casos no se especificó la edad de las víctimas.

«El 91,6 % de las notas de prensa registran a los niños, niñas y adolescentes como víctimas, mientras que 8,4 % señala a adolescentes como victimarios», señala el informe. 

Informe Somos Noticia, capítulo Violencia. Venezuela 2023. Cecodap y Rdhnna.

Cortesía de Cecodap y Redhnna

Los estados con mayor cantidad de hechos violentos registrados fueron Anzoátegui (con 156 reportes), Zulia (con 155) y Carabobo (con 115). Mientras tanto, los estados con menor cobertura sobre hechos violentos a la niñez y adolescencia en Venezuela fueron Apure (con 13 casos), Amazonas (con 6) y Yaracuy (con 5). Del total, solo 7 hechos violentos no están identificados geográficamente.  

«Sabemos que esto es una fotografía del país, no son los datos completos. No todos los hechos terminan siendo noticias, o esas informaciones terminan siendo tapadas por otra ola de noticias. Quizás ese caso que salió a la prensa se olvide a las 48 horas. Por eso es tan importante la sistematización (de datos) para el ejercicio de la memoria. El Estado, hasta ahora, no ha ofrecido cifras sobre la violencia en varios años», explicó Carla Serrano, socióloga jurídica y secretaria adjunta de la Redhnna. 

Hospitales empobrecidos y la negligencia: las muertes más recurrentes

La crisis humanitaria compleja y la desatención estatal son los principales actores en los decesos. 116 menores de edad murieron por la falta de garantías sanitarias en los centros de salud y otros 116 fallecieron en contextos de accidentes de tránsito, accidentes domésticos y desastres socioambientales.

«Que un 35,6 % de los niños, niñas y adolescentes que han muerto haya sido por incumplimiento de la calidad de las condiciones hospitalarias es muy grave. Esto habla que no estamos haciendo la intención de prevención», asevera Serrano. «Además, cuando estos casos son reseñados en los medios, no se puede identificar si las autoridades está indagando el origen de estas muertes».

La socióloga del Redhnna destacó sobre la muerte de 60 bebés y recién nacidos en el hospital Luis Razzetti de Barcelona, debido a falta de insumos y la presencia de una supuesta «bacteria». Hasta los momentos las autoridades locales no han anunciado una investigación epidemiológica o forense.

Serrano informó que la tasa de muertes por accidentes —«que lo catalogamos como negligencia de los cuidadores y de otras instituciones, desde el Estado hacia abajo»— también cubre el 35,6 %. De ese grupo, 47 menores de edad murieron por ahogamiento o inmersión a cuerpos de agua, 22 por accidentes de tránsito y 6 por derrumbes o aludes torrenciales. 

Suicidio en la infancia 

«El caso de suicidios es alarmante: en tan solo 8 meses comprobamos 14 casos», denunció la secretaria adjunta de la Redhnna. «La víctima más joven tenía 8 años y vivía en Guárico. Se suicida, presionada, porque tenía una serie de abusos sexuales sostenidos por su abuelo durante varios meses y la familia no tenía recursos para atender el caso». 

Cecodap y Redhhna advierten que los casos de suicidios va en aumento, y el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) también lo afirma. De acuerdo con el último reporte de la OVV en mayo de este año, en 2020 se registraron 28 casos, en 2021 hubo 34 y para el 2022 la cifra se elevó a 49.

«Otra conclusión cualitativa que evidenciamos en todos los casos de violencia es que las personas no formalizan la denuncia, ya sea por miedo o desinformación. Lo que muestra un posible subregistro», advirtió el abogado de Cecodap. 

A diferencia del informe Somos Noticias, la OVV registra 17 menores de edad víctimas de suicidio entre enero y abril del 2023, «18 % del total de suicidios a nivel nacional». En todos los casos se evidencia a la emergencia humanitaria compleja como el principal motor de estos decesos.

«La consecuencia de la desatención puede ser el suicidio. El impacto que tiene la violencia afecta directamente a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes», afirmó Trapani.

Femicidios y abuso sexual infantil en aumento

Más de 439 casos de abuso sexual a menores de edad se vieron en los últimos 9 meses, según la sociedad civil. De ese grupo, en 320 casos (72,9 %) las niñas y adolescentes femeninas fueron víctimas y 119 (27,1 %) casos los niños y adolescentes masculinos fueron víctimas. 

«Si vemos las edades, casi la mitad —el 48,5 % — son adolescentes entre 12 y 17 años, pero también vemos casos de bebés menores de 2 años que son víctimas, con 22 % (97 casos del total)», puntualizó Serrano. 

La socióloga apuntó que no todas las notas de prensa ofrecen los datos completos de la víctima, como la edad. «En un panorama donde el Estado no da cifras, el registro es lo más importante». 

Con respecto a los victimarios, el informe marca como tendencia que los principales responsables del abuso sexual infantil son miembros del círculo familiar de la víctima, «pero en 30 % de los casos durante este periodo el victimario era un desconocido para el menor de edad». 

Unas de las hipótesis de Cecodap y Redhnna sobre el aumento de estos casos con victimarios desconocidos pueden relacionarse con el fenómeno de la niñez dejada atrás, ya que los menores de edad no acompañados por sus padres y representantes porque han migrado a otro país y el NNA queda vulnerable. 

Bajo este contexto, durante la rueda de prensa destacaron que hubo 10 femicidios en los 8 meses del informe. Esta cifra va por debajo de los 42 casos que registra la ONG Cepaz en lo que va de 2023.

Malos tratos y secuestros silenciosos

Al menos 15 de las 24 víctimas mortales por tratos crueles no superaban los 3 años de edad. «Acá se evidencia una vulnerabilidad en las familias que recae en la violencia al menor. Por eso es importante prevenir y apoyar a las familias en su tratamiento psicológico y apoyo humanitario», agregó Serrano. 

Los representantes de Cecodap y Redhnna advierte que la mayoría de los tratos crueles reportados provienen de la presión familiar en el contexto de la emergencia humanitaria compleja, donde la precariedad socioeconómica, la degradación del sistema educativo y de los sistemas de apoyo psicosocial y legal estatales inciden en la violencia intrafamiliar. «Pero este contexto no excluye a todos los casos». 

«Existen otros tipo de violencia que no se tiene registro, que es el maltrato psicológico. La violencia psicológica no está visibilizada», dijo Serrano. 

Mientras tanto, los secuestros también aumentaron con respecto al año pasado. Al menos 25 menores de edad —12 personas del género femeninos y 13 del masculino— fueron rescatados en los estados Nueva Esparta, Delta Amacuro, Zulia y Táchira.

«Varios de estos casos se conectan con la trata de personas. En algunos casos los entes públicos competentes informaban que los menores los trasladaban desde el centro del país hasta la frontera», enfatizó la representante de la Redhnna. 

La delincuencia atrapa a la juventud

Los expertos en derechos humanos infantiles advirtieron que la emergencia humanitaria compleja también ha empujado a los menores de edad a ser victimarios. Cerca de 145 casos se registraron en la prensa donde el responsable del presunto delito es un adolescente, en su mayoría del género masculino. 

36 adolescentes estuvieron involucrados en casos de homicidios y asesinatos, mientras que 23 están relacionados a delitos de origen sexual (como el abuso y la explotación). Los casos de robos, hurtos y vandalismo registran 14 casos cada uno. 

«La responsabilidad es compartida entre el Estado y los núcleos familiares en todos los casos mencionados. Identificamos que en el ámbito familiar y escolar hay altos niveles de frustración, de ansiedad, de rabia, que son los detonantes de la violencia», informó el abogado de Cecodap. «Y esto es prevenible. No estamos condenados a la violencia, se requiere un trabajo público».

Trapani dijo que, desde el año 2020, han aumentado los casos de denuncias. «Pero la recepción de un caso no significa la restitución».

Cecodap también ha registrado la normalización de la violencia en los entornos de los menores de edad por la violación al derecho humano del debido proceso. «El Ministerio Público no da respuestas o información pública sobre el seguimiento de las denuncias». 

Las ONG en derechos humanos en la infancia denunciaron que no existen suficientes instituciones públicas para la atención de los menores de edad, y, si las hay, se centran en las principales ciudades del país. «Mientras más alejados de la capital, más desprotegidos y vulnerables están», concluyó Trapani. 

“Invisibles para el Estado”: Venezuela sin datos oficiales de niños asesinados
El 21 de mayo de este año, Franyer Javier Rosa González, de siete años, fue asesinado por un vecino, en la población de El Dorado, al sur del estado Bolívar

Carlos Trapani, coordinador de Cecodap, advirtió que en Venezuela no existen datos oficiales de la cantidad de niños asesinados, lo que representa una deuda del Estado.

De acuerdo con un reportaje publicado por El Pitazo, Trapani señaló que la inexistencia de esos datos oficiales impide conocer el alcance de la violencia social, sexual, familiar y escolar.

«Sin esas cifras difícilmente se pueden planificar políticas públicas de prevención que eviten la violencia en contra de los niños», dijo Trapani.

Además, Trapani lamentó que la violencia en contra de los niños implica un quiebre en las normas básicas de la humanidad y denota el poco valor del niño frente a la sociedad.

Sin embargo, existen organizaciones sin fines de lucro que han realizado estudios y muestran datos parciales, en un intento por aproximarse a la realidad del país.

El Observatorio Venezolano de Violencia considera necesario el fortalecimiento de las instituciones y servicios de protección, además de una formación de la ciudadanía en el conocimiento y exigibilidad de los derechos humanos de la niñez para lograr reducir las cifras de violencia actual, invisibles para el Estado.

 

Ocho víctimas en 2023

En una documentación que realizó El Pitazo, encontraron que en lo que va del 2023 han sido asesinados ocho niños en el país.

El 21 de mayo de este año, Franyer Javier Rosa González, de siete años, fue asesinado por un vecino, en la población de El Dorado, al sur del estado Bolívar. 

También, el 29 de mayo, otro niño fue asesinado mientras su padrastro tenía una discusión con su madre. El hecho ocurrió en el sector Caja de Agua del Baratillo, estado Trujillo. 

A su vez, el 28 de abril un abuelo ahorcó a su nieto de cinco años en la parroquia Domitila Flores, estado Zulia. El hombre sufría de depresión y luego del asesinato se quitó la vida.

El 22 de abril, Douglas Rico, director del Cicpc, esclareció el infanticidio de Dilan de Jesús Morante Pérez, de 1 mes de nacido. En medio de una discusión, su padre, de 18 años, lanzó al bebé contra el copete de una cama.

 

Un hecho similar al anterior se reseñó por el Cicpc el 23 de abril. Se trata del infanticidio de Jesuanny Aular, en Cojedes.

El 3 de marzo las autoridades detuvieron a una mujer y su pareja por la muerte de una bebé de un año. Después de una golpiza, la menor presentó traumatismo craneoencefálico severo y hemorragia.

Durante el mes de enero, un niño de 11 años fue asesinado cuando un antisocial entró a robar en su vivienda en Acarigua, estado Portuguesa.

El 11 de enero de 2023, Anderson Daniel Milano Morales, de 12 años, desapareció al salir de clases en San Félix, estado Bolívar. El cuerpo del adolescente fue localizado la mañana siguiente con varias puñaladas.

Puede leer el reportaje completo aquí

Cecodap: los niños deben ser educados para detectar a posibles agresores sexuales

El 14 de septiembre de 2018 un hombre identificado como José Manuel Morgado Bello (48), a quien los vecinos de El Valle conocían como “El Zapatero, abusó y asesinó a cuatro niños en esa zona ubicada al sur de Caracas. El 24 de septiembre, fueron localizados los cadáveres de una niña de 8 años de edad y su madre en una vivienda en la parroquia caraqueña de San Agustín: ambas habían sido abusadas y apuñaladas hasta morir.

En solo 10 días, 5 niños murieron víctimas de depredadores sexuales en Caracas.

Los brutales asesinatos reavivaron la polémica sobre el maltrato y el abuso sexual infantil. Un debate que incluye a la confianza de la familia, la pobreza, así como la ausencia de políticas públicas para prevenir y enfrentar la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes.

Para Fernando Pereira, fundador y coordinador de Cecodap, las estadísticas no mienten. “Un porcentaje elevado de los abusadores sexuales está muy cerca de las familias y no tenemos planes educativos para enfrentar esa amenaza”.

Advirtió que Venezuela está en deuda con los niños en esa materia: “Es fundamental formarlos desde muy pequeños para que sepan protegerse de potenciales agresores”.

Considera que, además de la ausencia de programas formativos, hay fallas estructurales en la educación de los niños que los hacen vulnerables ante los abusadores.

Educados para facilitar agresiones

“Al enseñarle a los niños que siempre deben hacerle caso a los adultos y que deben hacer lo que los mayores les dicen, los propios padres hacen a los niños dóciles ante los agresores ”, indicó Pereira.

Los niños deben saber diferenciar entre los distintos tipos de contacto, deben aprender a denunciar a quienes traten de sobrepasarse con ellos, pero con la formación que tenemos actualmente “atrofiamos las cualidades de atención y de alerta que deben tener para enfrentarse a potenciales peligros”.

“La agresión se inicia con cosas aparentemente inofensivas y hasta inocentes como conversaciones, celebraciones y juegos. El abusador hará regalos injustificados, juguetes y dulces serán sus anzuelos; tendrá contactos sospechosos con el niño, intentará llevarlo a parques, a la playa o al cine para pasar a tiempo a solas con él o ella, se hará más osado hasta concretar su objetivo”.

Por eso, insiste Pereira, es tan importante que el niño esté entrenado y conozca los peligros que lo amenazan y los padres estén alerta, porque de esa manera podrán adelantarse  y prevenir posibles agresiones.

El psicólogo Santiago García, se suma a la opinión de Pereira sobre la prevención y la autoprotección por parte de los niños. “Con la adecuada educación, niños y adultos podrán mejorar su estado de alerta ante las señales de abusadores sexuales y así evitar posibles ataques”.

Asegura que, por lo general, las agresiones sexuales contra los niños no se dan en ataques repentinos. “Se producen tras períodos de adaptación del agresor, quien se va ganando la confianza de quienes lo rodean”.

El abuso se conocerá solo cuando es denunciado por la víctima o cuando son descubiertas las evidencias de que ocurrió. Señales que ni el mismo niño puede ocultar como insomnio, pesadillas, miedos injustificados, sangramientos, heridas, moretones o enfermedades venéreas.

“Si la familia está entrenada para la prevención, estará al tanto de los riesgos y trabajará para impedir que se concrete el abuso”, dijo el psicólogo.

Cualquiera puede serlo

Ambos especialistas coincidieron en señalar que cualquier persona puede ser un abusador. “Si una cosa tienen en común los casos de abuso, es que la mayoría de ellos el abusador era un conocido de la familia”, dijo Pereira.

En 90% de los casos los abusadores eran conocidos o familiares de las víctimas. 80% de los abusadores eran mayores de edad y casi 90% de ellos eran hombres, esto da una perspectiva general sobre los abusadores, se desprende de datos manejados por Cecodap y por organismos policiales.

Sin embargo, un alto porcentaje de las agresiones son cometidas por mujeres (20%), menores de edad (15%) y personas desconocidas (entre 10%y 15%) por lo que no hay que confiarse en ningún momento. “Cualquiera puede ser un abusador”, indicó el coordinador de Cecodap.

Estado irresponsable

Fernando Pereira criticó la forma como son manejados los casos de abuso infantil por las autoridades venezolanas. “Cuando existen las instancias, establecidas por las leyes para atender a las víctimas de este tipo de hechos desde diversas perspectivas, esas instancias hacen poco o nada”.

“Por lo general, el abordaje que se hace es policial y casi siempre termina culpando a la familia de lo ocurrido. El Estado no asume su responsabilidad”.

Ejemplo de esto fue el caso de El Valle, donde la madre de cuatro niños fue señalada por dejar a tres de sus hijos en su casa mientras ella le llevaba comida a su esposo preso.

“Trágicamente, los tres niños fueron asesinados y toda la culpa se achaca a la madre, pero vemos que el Estado no asumió la responsabilidad que tenía en ese hecho”.

@carlos_dhoy

#MonitordeVíctimas Padre ultrajó y asesinó a golpes a su hijo de tres años dentro de su vivienda en El Valle

ElTamarindo

Foto: @DarvinsonRojas

 

El homicida, identificado como Williams Gabriel López, de 23 años intentó suicidarse después de haber cometido el crimen. También hirió a su hijo menor, un bebé de un año de nacido.

 

Natalia Matamoros

@nmatamoros

Un niño de tres años fue ultrajado y asesinado a golpes por su padre en el interior de su residencia ubicada en la escalera 8 del sector El Tamarindo de El Valle. A la víctima la identificaron como William López.

Una vecina de la comunidad relató que a las 8:30 a.m escucharon gritos y llamaron a la sede de la Policía Nacional, destacada en la parroquia. Los funcionarios llegaron a las 10:00 a.m y encontraron el cadáver del pequeño a un lado de la cama. Tenía golpes en el tórax y en el rostro. En el piso su padre, William Gabriel López, autor del crimen estaba convulsionando porque intentó suicidarse ingiriendo veneno de ratas. Los funcionarios trasladaron al homicida al hospital Periférico de Coche. De allí lo refirieron al hospital Los Magallanes de Catia. En ese centro tampoco fue asistido por falta de reactivos en el servicio de toxicología hasta que finalmente fue recluido en el centro de salud Miguel Pérez Carreño. Se encuentra estable.

Esta no era la primera vez que William atentaba contra su hijo, según la habitante del sector El Tamarindo, quien prefirió mantener su nombre en reserva, cada vez que llegaba a la casa tomado o drogado golpeaba al pequeño y a su esposa. La mujer no lo acusó ante Fiscalía por miedo. Temía que tomaría represalias en su contra. “Los conflictos eran permanentes. Cuando ella le reclamaba porque no conseguía trabajo, el hombre la cacheteaba y le daba puñetazos en la cara. En varias oportunidades la vi demacrada, con los ojos morados y el rostro hinchado. Le aconsejábamos que lo denunciara antes de que ocurriera una tragedia, pero ella no se atrevió”, comenta la mujer.

Harta de los maltratos constantes la mujer se marchó de la casa hace dos meses y dejó a su hijo William y a su hermano de un año, a cargo del padre. El abandono llenó de ira a su esposo que se ensañó con el hijo mayor. Cuando lloraba porque tenía hambre, era un motivo suficiente para golpearlo. Los vecinos que fueron testigos de la violencia que se registraba en el inmueble no se atrevían a denunciarlo por miedo. Hasta la mañana del lunes, cuando la situación se escapó de control. El hombre en medio de una crisis de ira también había agredido al bebé de un año, pero lograron salvarlo. Fue sometido a unos exámenes forenses.

Él quedará bajo la custodia de su abuela materna, quien vive a pocas cuadras de la casa donde se cometió el asesinato.

La abuela de los pequeños tenía conocimiento del comportamiento violento de William Gabriel, pero se abstuvo a enfrentarlo por temor. “El hombre vivía amargado porque no conseguía trabajo y celaba a la mujer. Ella no quería inmiscuirse porque decía que eso eran conflictos de pareja. Pero las peleas continuas terminaron en tragedia”, dijo la vecina.