Solidaridad archivos - Página 2 de 6 - Runrun

Solidaridad

Solidaridad y articulación: nuestras fuerzas de cambio, por Roberto Patiño

EL RÉGIMEN ARRECIA la violación masiva de derechos humanos en medio de la situación de colapso y caos que ha generado.

En este espacio ya hemos denunciado la participación de cuerpos de seguridad y grupos paramilitares en la persecución y asesinato de líderes y residentes de las comunidades del Municipio Libertador.

Un terrorismo de Estado que se replica en diferentes puntos del país. En los estados fronterizos como Táchira y Bolívar, continúa la represión oficial y las acciones de grupos violentos sobre distintos objetivos civiles; incluso se ha denunciado la persecución a grupos étnicos específicos como la población pemón.

De igual forma, la persecución a periodistas y médicos ha escalado de manera aguda. Son de dominio público el hostigamiento a profesionales como el doctor Ronni Villasmil, la detención ilegal del doctor Keyner Celis, la desaparición forzada desde hace más de cinco días del periodista Rafael Gonzales y el asesinato del periodista Alí Domínguez.

Esta exacerbación de la violencia desde el Estado, secuestrado por el grupo alrededor de Nicolás Maduro, se da en respuesta a la inmensa exigencia de cambio de todo el país. Una exigencia que no solo se ha demostrado en masivas movilizaciones sino sobre todo en la gran articulación, cada día más inmediata y urgente, que viene dándose entre todos los niveles de la sociedad.

El agravamiento de los desmanes de un régimen acorralado se da en un contexto de proliferación de esfuerzos conjuntos. Por ejemplo, en la Red de Voluntarios de Venezuela, logramos articular a más de un millón de venezolanos en menos de dos semanas. Las redes de ayuda, información y apoyo se están reforzando y ampliando. Trabajan en un contexto adverso sumando a más personas.

No olvidemos la importancia que estas redes han tenido en casos como la liberación del activista digital Luis Carlos Diaz, o incluso a nivel local, durante el apagón nacional. Gracias a estas redes comedores de Alimenta la Solidaridad han recibido agua para continuar cocinado las comidas de más de 4000 niños pertenecientes al programa, quienes representan una fracción del total de niños afectados.

A la enorme energía de cambio que recorre al país, se suma otro imperativo vital: el de vincularnos entre nosotros para poder enfrentar efectivamente la emergencia y lograr condiciones de democracia y bienestar.

Un imperativo de ejercicio de la solidaridad y construcción de una nueva convivencia. Una fuerza definitoria en nuestra ruta hacia la transición.

Con su negativa a abandonar el poder y la intención de agudizar su modelo criminal y violatorio de los derechos humanos, Maduro arrastra al país a un contexto en el que agudizará la situación de emergencia humanitaria y estado fallido que él mismo ha producido.  

Contra la violencia desbocada del régimen, debemos continuar creciendo dirigidos a los objetivos comunes de enfrentar la crisis y lograr la transición. Seguir en la ruta señalada por el presidente Juan Guaidó y la Asamblea Nacional que permita la posibilidad de construcción de una nueva Venezuela.

Vivimos días de emergencia. Debemos reconocer la fuerza con la que los hemos enfrentado desde el encuentro real y la vinculación activa. Una fuerza que no para de crecer y con la que podemos lograr el cambio.

 

@RobertoPatino

Venezolanos indocumentados podrán trabajar legalmente en Colombia

LA MINISTRA DEL TRABAJO EN COLOMBIA, Alicia Arango, informó que los venezolanos indocumentados podrán trabajar en ese país de manera legal.

En este sentido, agregó que también podrán recibir prestaciones, por lo que pretenden ingresar a los venezolanos que quieran trabajar en el Registro Único de Trabajadores Extranjeros en Colombia (Rutec).

“Es un tema de solidaridad; cuando nosotros necesitamos de los venezolanos, ellos estuvieron allí”, dijo Arango en declaraciones a El Espectador.
La ministra colombiana explicó que a pesar de darle prioridad de empleo a los colombianos, la medida permitirá que los venezolanos puedan trabajar en áreas que se necesitan, como por ejemplo, la agricultura.
“Cada vez que la gente joven viene del campo hay menos recolectores de café y cosechas. Eso es un trabajo en el que ellos podrían ayudarnos”, dijo.
El presidente colombiano, Iván Duque, dijo recientemente que la política migratoria hacia los venezolanos es «de brazos abiertos» y que quiere hacer una «normalización migratoria seria» y «prestar asistencia humanitaria», apunta que la situación representa «una presión fiscal para Colombia».
Cardenal Urosa pide ayuda y solidaridad por la crisis en Venezuela

 

El cardenal venezolano Jorge Urosa Savino solicitó este jueves a la comunidad internacional “benevolencia” con sus compatriotas emigrados, difundir “la realidad” de su país y el envío de víveres ante “la situación de crisis integral” que atraviesa.

El también arzobispo de Caracas intervino telefónicamente en la presentación de una campaña solidaria en Roma y describió “la situación muy grave y de crisis integral, política, social y económica” que vive el país.

Urosa Savino criticó que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro “ha querido imponer un sistema totalitario y marxista que ha arruinado Venezuela” y que ha hecho que “la ruina política haya degradado todos los aspectos de la vida” del país.

Además, consideró que las elecciones del pasado 20 de mayo, en las que Maduro fue reelegido presidente y que han sido puestas en entredicho por parte importante de la comunidad internacional, “han sido totalmente inválidas”.

 

Superar el modelo destructivo del régimen tiránico de Nicolás Maduro será posible mediante una transformación social que provenga de la reflexión devenida acción. Puede ocurrir en tres niveles. El primero, mediante la organización de las propias comunidades. El segundo, por decisiones de representantes electos que lleven adelante políticas públicas para lograr cambios desde el Estado. Y el tercero, a través de organizaciones con fines de lucro.

Nosotros creemos que el cambio es posible a través del empoderamiento de las comunidades, para que luego estas sean capaces de actuar en su sector y elegir a representantes políticos comprometidos con la organización comunitaria y la resolución de los problemas más importantes (como la violencia) y urgentes (como la alimentación) de forma sostenible.

Por eso, desde Mi Convive y Alimenta la solidaridad, seguimos trabajando en el municipio Libertador, tejiendo redes de confianza, organizando a las comunidades y aplicando medidas de contención a los problemas de la violencia y el hambre. Seguimos comprometidos con los caraqueños para construir la Caracas en la que nos gustaría vivir.

El pasado 18 de abril, realizamos el Encuentro 2018, en la Quinta Anauco, para mostrar todo el trabajo que venimos haciendo y dar la oportunidad a seis de nuestros líderes comunitarios de que contaran sus historias y cómo estas se relacionan con los valores que promovemos.

Casi todos nuestros líderes han padecido la violencia y sus consecuencias en su más cruenta expresión. O han tenido contacto con tragedias cotidianas que ocurren en sectores populares: situaciones de dolor y desamparo. Es por eso que todos nuestros líderes cultivan la empatía junto a nosotros.

La empatía es la posibilidad de sentir con el otro, de ponernos en sus zapatos: de hacer un puente hacia sus vivencias. Un valor que se ve reflejado, por ejemplo, en la historia de Yasiri Paredes, quien tuvo el valor de compartirla con todos nosotros –y desde la tarima– en el Encuentro 2018. Ella, en la infancia, tuvo que abandonar la conflictiva casa de sus padres para mudarse a una casa hogar, en la que se formó: se alimentó en cuerpo y mente. Muchos años después, Yasiri es una de las madres colaboradoras que atiende el Comedor de Alimenta la Solidaridad en la parte alta de La Vega, un espacio en el que ha podido verse identificada en los ojos de cada uno de los 110 niños que esperan con ansias, tal como hiciera ella muchos años atrás, que una mano amiga le dé un plato de comida.

Ahí evidenciamos que la empatía es solo el primer paso, pues cuando te conectas con el sufrimiento del otro y decides intervenir llegas a la solidaridad, que no es otra cosa que la empatía llevada a la acción. Es esa mujer que ve el hambre de los niños, se conecta con ese dolor y se dispone a ayudarlos.

Todo eso es posible, incluso, en comunidades con altos índices de violencia. En las que algunos vecinos se agreden entre sí, siguiendo el modelo fomentado por el régimen. Comunidades en las que hace falta destacar el valor de la convivencia: el poder vivir cerca de otros que no necesariamente compartan nuestras ideas o nuestra forma de pensar. El aceptar las diferencias y la pluralidad, para encontrar puntos en común y poder construir una convivencia real que haga florecer lo mejor de nosotros.

Una convivencia que nos permita organizarnos, no de una forma vertical: con un líder mesiánico que ofrezca todas las respuesta y tome todas las decisiones; sino de forma horizontal, como lo hacemos en Mi Convive y Alimenta la Solidaridad, espacios en los que promovemos que cada líder tenga su criterio e impulse sus propias acciones.

Creemos en el empoderamiento social. Por ejemplo, estamos convencidos de que las madres pueden ser las responsables del día a día de los comedores. Sabemos y entendemos que nada debe suceder sin que la comunidad sea la protagonista. De esta forma, mediante la organización, logramos que el empoderamiento social dé paso también el empoderamiento económico y que lo complemente: no queremos que nuestros programas dependan solo de las donaciones de otros, queremos que se sustenten con sus propios pies y sean sostenibles en el tiempo.

Un ejemplo de esto es el que nos mostró Luisangela Rivas, otra de las líderes que contó su historia en el evento. Luisangela viene de un hogar cargado de violencia y padeció el asesinato de sus dos hermanos, para luego agravar su situación de vulnerabilidad al convertirse en madre soltera de forma prematura. Ella ahora forma parte de nuestro equipo y de un proyecto para que podamos pasar a vender almuerzos a los profesionales de Caracas que deseen comprarlos. Este trabajo, que realizarán madres de los comedores que están siendo formadas en el quehacer en las cocinas profesionales, va a generar los recursos para alimentar a los niños de los comedores. Así, con un plato de comida comerán tres personas: el profesional que la compra, la chef que recibe un salario por su trabajo y un niño de la comunidad.

No es suficiente con tener una visión y un proyecto. No basta solo con ideas. Si no nos movilizamos, los cambios que queremos nunca van a suceder. Es fundamental llevar a la acción todos los planes, hacer que las cosas sucedan y no esperar que otros las hagan por nosotros. Tanto en Mi Convive como en Alimenta la Solidaridad, estamos convencidos de que todos podemos organizarnos para movilizarnos en beneficio de los cambios que queremos.

El Encuentro 2018 lo celebramos un día antes del 19 de abril, fecha en la que, durante el año 1810, inició en Caracas la emancipación de Venezuela. Hoy, al igual que hace 208 años, los venezolanos buscamos la salida a un régimen popular y tiránico que ha fomentado una devastadora crisis, instalando una situación de caos, hambre e inseguridad que día tras día se cobra la vida de más venezolanos.

Pocas veces se alude a esto, pero la Guerra de la Independencia tuvo un altísimo costo entre la población. No solo por las vidas humanas que se perdieron, sino porque específicamente Caracas quedó absolutamente destruida.

Los estragos de la guerra generaron conflictos sociales de todo tipo, ante los cuales los ciudadanos tuvieron que organizarse para hacerles frente. La reconstrucción de Caracas fue posible gracias al tremendo esfuerzo que hicieron los propios caraqueños en beneficio de recuperar la ciudad.

Del mismo modo, ahora es urgente que nos unamos y organicemos. Para nosotros es fundamental que juntos podamos construir una Venezuela solidaria, productiva: que superemos los esquemas rentistas y dependientes, que podamos pararnos con nuestros propios pies. Y que también seamos capaces de movilizarnos en favor de lograr las metas que anhelamos, en favor de recuperar la democracia y superar la crisis.

 

@RobertoPatino

Desde la solidaridad, por Roberto Patiño

 

El modelo del régimen, más allá de lo ideológico, plantea que los intereses del grupo en el poder se sobreponen por encima de los del país y sus habitantes. Las privaciones y penurias que sufre la población están ligadas a esta visión de las cosas. Una visión de relaciones que se establecen desde lo clientelar, la imposición violenta, la dependencia y el sometimiento. Los padecimientos de la mayoría pueden incluso aprovecharse inescrupulosamente, a través de planes como los CLAP y el Carnet de la Patria.

Los derechos humanos y constitucionales son violentados y se supeditan a las necesidades y designios del régimen. El Estado no puede prestar servicios básicos, ni las instituciones públicas cumplir con sus funciones, coaptados por un régimen que prioriza su sostenimiento por encima de todo lo demás.  

Esto se expresa a todo nivel: en las emergencias alimentarias y de medicamentos, en el colapso de servicios básicos de agua, electricidad o gas, en la crisis de educación o de seguridad, en las condiciones fraudulentas en las que se encuentra el sistema electoral.

Se genera así un país fragmentado, de sectores enfrentados entre sí, violento, y hostil, en el que se imposibilita la coexistencia en un marco de equilibrio y bienestar. Por el contrario, se establece un régimen de opresión injusto, en el que el otro debe ser sometido o anulado desde el poder.

Un país de víctimas y victimarios.

Esto se ha vuelto evidente para Venezuela y el mundo. La VIII Cumbre de las Américas que acaba de realizarse, ha finalizado con un contundente pronunciamiento de los países convocados, que alerta acerca de las enormes dimensiones de nuestra crisis y hace un llamado al régimen de Nicolás Maduro a reconocer la emergencia humanitaria y atenderla.

Para liderazgo político y social venezolano romper con este modelo y contrarrestar el proceso de colapso y caos que produce, es nuestra tarea fundamental. Es también el reto más importante de nuestra sociedad, en orden de poder generar condiciones que permitan su desarrollo y bienestar.

La base para este cambio reside en las personas, en la gente. Las personas son el capital político y social más importante. Son, a la vez, la fuente y el destinatario de las energías del cambio.  

La articulación conjunta de los diferentes actores sociales y el encuentro de los diversos sectores del país alrededor de necesidades y aspiraciones comunes, son los primeros objetivos que deben alcanzarse para enfrentar, no solo al régimen y su modelo, sino para también acometer el proceso urgente de rescate del país.

Contraponerse al modelo de miseria, sometimiento y violencia del grupo en el poder, significa pensar y ejecutar lo político y social desde la solidaridad, el reconocimiento y la convivencia.

En Alimenta la Solidaridad, estos valores se materializan en un promedio mensual de 20.60 almuerzos que alimentan a 1.030 niños en 10 comedores distribuidos en el municipio Libertador y comunidades en Caracas.  Pero, tan importante como lograr un esfuerzo de alivio a la terrible emergencia del hambre, es también el producir el encuentro de comunidades, voluntarios, grupos particulares y benefactores.

Encontrarnos, reconocernos y superar las más grandes dificultades desde la solidaridad.

Avanzamos en un momento crucial de nuestra vida como país. Debemos enfrentar a un régimen antidemocrático y los embates de la mayor crisis de nuestra historia. Vivimos y viviremos, momentos dolorosos, complejos y difíciles.

Es nuestra creencia que la guía y el motor que deben impulsarnos en esos momentos está en la gente. No como objeto de caridad o de oportunismo egoísta, sino como apoyo, como vínculo, como fuente de fuerza y aliento.

No importarán la escala de los problemas que encontremos o los golpes que podamos sufrir en el camino, porque por sobre ellos podremos imponernos desde el encuentro y la solidaridad. Allí están las bases reales de nuestra esperanza de cambio.

 

@RobertoPatino

Alimenta La Solidaridad atiende a casi 800 niños a un año de su fundación

alimentasolidaridad

Cerca de 800 niños de varios sectores de Caracas reciben actualmente una comida diaria de lunes a viernes de la mano del programa Alimenta La Solidaridad. A un año de su creación, el proyecto ya cuenta con  9 comedores en la capital del país: uno en Antímano, Las Mayas, Los Mecedores y Cota 905; dos en Carapita, en los sectores El Cardón y Monserrat;  y tres más en La Vega, específicamente en las comunidades de La Isla, Las Casitas y San Miguel.

Alimenta La Solidaridad nació por la crisis alimentaria que ha venido afectando a los venezolanos desde hace unos años, situación en la que se ha visto más perjudicada la población infantil de bajos recursos del país. En julio del 2016 arrancó este proyecto impulsado por el activista social y dirigente político, Roberto Patiño, como una forma de ayudar a esos niños que salían de vacaciones escolares exponiéndose a tener una comida menos al día, justo esa que recibían en el colegio.

Esta iniciativa comenzó con un primer comedor en el sector Las Casitas, en La Vega, al oeste de Caracas. Este atendió por primera vez a aproximadamente 40 niños de la comunidad. Al ver el entusiasmo de los niños, el compromiso de la madres y la situación que cada día se agravaba más, la iniciativa se expandió para seguir llevando más almuerzos a más niños en las comunidades.

En los comedores de Alimenta La Solidaridad se ofrece un menú especializado elaborado con la ayuda de nutricionistas, que lo hicieron económico y balanceado. Para que los niños disfruten de él lo que se pide es un compromiso por parte de los padres de que los lleven a las escuelas, además de que se involucren con la iniciativa colaborando con su desarrollo, bien sea preparando los almuerzos o ayudando a mantener en buen estado el comedor. A su vez a los niños se les enseña a cuidar los espacios y a tener la responsabilidades dentro del comedor y velar por él.

“Cuando me enteré del programa me interesé mucho porque padezco la grave situación alimentaria. Soy madre de cuatro niños; mi hijo mayor tiene 10 años, tengo otra de ocho, una de seis y la menor que acaba de cumplir dos años. Me parece muy buena esta iniciativa. Ya tengo casi un año en el programa y la verdad no cambiaría nada. Mis hijos han mejorado mucho, no solo a nivel académico sino también nutricional, la menor estaba pesando 7 kilos y medio y ahora pesa 10”, relató Eglys Lemos, una de las madres beneficiarias del comedor de La Isla en La Vega.

Esta iniciativa también busca fomentar la solidaridad como un valor base para alcanzar el desarrollo de nuestra sociedad. Para este programa la solidaridad es sinónimo de apoyo, respaldo, ayuda y protección; es un sentimiento compartido que invita a unir fuerzas para resolver y superar problemas. Es por ello que se han implementado en algunos comedores actividades extra cátedra como talleres de pintura, canto y hasta teatro, para así continuar ayudando a estos niños no solo a nivel alimenticio sino también de forma social al incentivarlos a participar en diversas disciplinas.

“Estoy seguro que para lograr el cambio que queremos en el país es vital que se fortalezcan las comunidades y que exista una interrelación de sus habitantes con personas de otros sectores, para que con el trabajo en conjunto logremos las soluciones a los problemas de todos”, aseguró el fundador del proyecto, Roberto Patiño.

 

Mariano Rajoy defendió concesión de nacionalidad española a Lester Toledo

lestertoledo

 

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, defendió este sábado como una prueba de “solidaridad con nuestros hermanos venezolanos” la concesión de la nacionalidad al opositor Lester Toledo, jefe de campaña del encarcelado líder de Voluntad Popular, Leopoldo López.

En una tribuna publicada en el diario El País, bajo el título “España, amparo de libertad”, Rajoy defendió así la concesión de la nacionalidad española a Toledo, decidida el viernes en consejo de ministros.

El político opositor, diputado en el Consejo Legislativo del Estado de Zulia y cofundador de Voluntad Popular, fue acusado el año pasado de “financiación del terrorismo” y “asociación para delinquir”.

A fines de 2016 huyó de su país para evitar ser detenido, y esta semana se encontraba de gira por Europa para defender una salida electoral a la profunda crisis política que atraviesa su país.

En su tribuna, Rajoy argumentó la concesión de la nacionalidad al político venezolano, afirmando que ésta “es fruto de una política sistemática de protección de los derechos humanos y solidaridad con nuestros hermanos venezolanos”.

Según precisó el dirigente, el pasaporte venezolano de Toledo, quien fue abogado defensor y jefe de campaña de López en 2012, “caducó este mismo viernes sin posibilidad alguna de que se lo renueven”.

Rajoy recordó que ya a fines de diciembre se concedió la nacionalidad al empresario mediático venezolano Guillermo Zuloaga. Éste dirigió durante más de veinte años el canal Globovisión, y fue objeto de dos procesos penales abiertos en 2009 y 2010, en la época de Hugo Chávez.

Hasta que la familia Zuloaga la vendiera en 2013, la cadena privada Globovisión se había caracterizado por una línea muy crítica hacia el gobierno chavista. Requerido por la justicia venezolana por los delitos de usura y asociación delictuosa, Zuloaga obtuvo asilo político en 2011 en Estados Unidos.

Las relaciones entre España y Venezuela han sido complicadas desde el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013), una tendencia que se mantuvo con su sucesor Nicolás Maduro, quien llegó a acusar a Rajoy de formar parte de una “conjura internacional” para derrocarlo.

Los fantasmas del laberinto (rojo), por Antonio José Monagas

Laberinto

 

La proximidad de nuevos tiempos, no son garantía de buenos tiempos. Sobre todo, si tan cruda sentencia resulta del desnudo análisis que deriva del hecho de considerar el carácter sombrío que se ha plegado al devenir de los últimos tiempos. Tiempos estos cuya sombras apagaron la luz del día a muchos venezolanos que regaron de optimismo, esfuerzos y esperanzas sus campos de vida. En medio de dicho marasmo, recogieron cosechas amargas.  Otros, obtuvieron cosechas dañadas. O también, infectadas de insolencia, odio y de la represión que en tan corrompido ambiente se respira. Sin embargo, muchos ni se resignaron, ni tampoco se sorprendieron al advertir que los temporales de consternación que afectaban a tantos venezolanos, venían recrudeciéndose sin que pudiera contrarrestarse tal nivel de asedio y coacción.

Fue así como habría escrito el colombiano Porfirio Barba Jacob, en su Canción de la Canción Profunda, que sobre el país cundió una especie de flagelo “como la entraña oscura de oscuro pedernal” que terminó enfilando el país hacia sendas impregnadas de caos en todas sus manifestaciones. Rutas éstas por donde obligaron a Venezuela a transitar. Por ahí, el país volvió a sumirse en la crisis de la cual no pudo salir más desde el mismo momento en que el gobierno decidió arreciar sus controles con la espantosa excusa o pretexto de “radicalizar la revolución”.

Lejos de adoptar medidas conducentes a cerrar la brecha entre una relativa capacidad de gobernar sistemas sociales poco resueltos y las dificultades crecientes para conducirlos hacia objetivos suscritos democráticamente, el alto gobierno se empecinó en actuar con el mayor encono posible a fin de agobiar la resistencia que, fundamentada en numerosos preceptos constitucionales, es propia del Poder Legislativo. Además, cuya autonomía política es asistida por la legitimidad y legalidad de todas sus acciones y decisiones.

De esa manera fue como el Ejecutivo Nacional, valiéndose de un poder manipulado y ejercido con arbitrariedad, y al mismo tiempo apoyado por cúpulas militares y policiales doblegadas por la corrupción y el reparto de jugosas comisiones, se dio a la tarea de descalabrar la democracia y lesionar derechos humanos y libertades políticas, económicas y sociales.

En consecuencia, el país comenzó a anegarse de cuanta inmundicia salpicaba a su alrededor. Particularmente, así sucedió a lo largo de 2016. Por supuesto, esto se hizo bajo un desorden de toda índole. Desde lo administrativo-gubernamental, pasando por todo lo que comprometía la funcionalidad y concepción del Estado democrático y social de Derecho y de Justicia. Por tanto, fue provocada una ruptura histórica que desfiguró no sólo el tramado historiográfico sobre el cual se cimientan los procesos de socialización que hasta ayer apalancaron el desarrollo pretendido. Aunque reconociendo las debilidades y amenazas que minimizaron sus cometidos y proposiciones.

Esa misma ruptura histórica también provocó la desnaturalización de la idiosincrasia del venezolano. Esto llevó al venezolano a perderse en el plano de las características que, desde la segunda mitad del siglo XX, definieron su temperamento y desviaron su cultura ciudadana. En consecuencia, el venezolano asumió un comportamiento que lo hizo un individuo anormalmente “feliz”. Perdió la sensibilidad y la solidaridad virtudes éstas que, históricamente, caracterizaron su talante. Ni siquiera en época de las luchas independentistas, su conducta llegó  a rayar con actitudes retrecheras, indolentes e intolerantes. El populismo demagógico lo transformó en una persona a quien poco le importa los problemas que a su alrededor pueden darse. Hasta el efecto de encogerse de hombros ante algún evento que pusiera en riesgo su confundida “felicidad”, lo acercó a vivir la apatía lo que lo indujo a aceptar cualquier atropello o cometiéndolo con la nimia y ridícula justificación de “no amargarse la vida”.

En la mitad de tan desvergonzada situación, manejada al antojo de politiqueros disfrazados de revolucionarios sin uniforme unos, otros de socialistas trasnochados, el país se polarizó como nunca alguien lo había imaginado. El proyecto ideológico de los gobernantes que protagonizaron al canibalismo político-institucional  que se instaló en Venezuela luego de 1999, lo descuartizó tanto que las explosiones sociales activaron la agenda popular. Aunque ha habido resultados mucho peor.

El gobernante cayó atrapado por la maraña de problemas que su ineptitud provocó. La población de media y baja condición socioeconómica, se vio enredada en medio de un mundo colapsado por la tensa y creativa variedad que trajo la anulación de su práctica cotidiana. Mientras tanto, la política continua enmarañada por causa de vetustas doctrinas que al mejor estilo de fantasmas sin causa, rondan los embrollados espacios de gobierno sin que les resulte útil sus fortalezas espectrales para remediar el entuerto de país que, desde un principio, animó el mentado socialismo del siglo XV. O como alega el discurso revolucionario, del siglo XXI. O para referirlo con un término más exacto, el socialismo del laberinto que la misma indolencia o premeditación construyó. Aunque en el centro de todo ello quedaron desandando y asfixiando todo lo posible, los fantasmas del laberinto (rojo).

@ajmonagas