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Experto culinario asegura que con menos de $0 se puede hacer una buena cena navideña
Con ingenio y siguiendo consejos de un experto, una familia venezolana puede preparar su banquete para este #24Dic, sin necesidad de comprometer sus ingresos

Aunque parezca difícil de creer, es posible preparar una cena navideña para este #24Dic, por lo menos para seis personas, con menos de $10.

Es cuestión de apelar al ingenio, herramienta a la que más acuden los venezolanos en tiempo de crisis, sobre todo como la actual debido a la hiperinflación, problema que golpea al país desde hace años y más aún en la presente época decembrina.

En lo que respecta al tema culinario en tiempos difíciles, uno de los expertos más solicitados es el chef Gustavo Hernández, quien a través de su empresa Gustavo Delicias (@gustavodelicias en Instagram) se ha dedicado a enseñar como hacer una cocina de calidad a pesar de las limitaciones.

“Mi iniciativa surge para ayudar a quienes lamentan no poder cocinar bien con lo poco que tienen. Según con lo que cuenten en su despensa, diseño las recetas y las aplicamos. Los resultados son sorprendentes, tanto desde el punto de vista de la calidad como de la cantidad”, explica el cocinero caraqueño.

Hernández trabaja desde hace años asesorando a varias comunidades en su especialidad, y ha logrado crear una red de seguidores que alimentan las fórmulas prácticas que predica, con la finalidad de lograr platos económicos y sencillos de elaborar. “Fácil, divertido y resultón” es su lema.

Sigue leyendo este trabajo de Frank Hernández en El Pitazo

Crónica | Navidad en Venezuela: precios imposibles y consumidores resignados
Algunos de los que no recibirán los regalos que desean prefieren dar vuelta a la situación y ser ellos el «Niño Jesús» de sus seres queridos

Como todos los amantes de los videojuegos, la venezolana Génesis Rojas sueña con encontrar bajo su árbol de Navidad la Playstation 5, una consola que promete gráficos y velocidades nunca antes vistas en el universo «gaming». Pero en Venezuela, este aparato es más que un lujo: es un regalo imposible, cuyo precio supera en tres veces al de Estados Unidos o Europa.

Los 400 dólares que cuesta en el resto de países se convierten en las tiendas del país en unos 1.400, un lujo que muy pocos se pueden permitir. Es el mismo dinero que se paga por un vehículo usado, por una motocicleta nueva o por un electrodoméstico de última generación.

«Me parece una exageración ese precio», dice Rojas resignada. «Entiendo lo del traslado (envío) y todo eso, pero aún así me parece un precio súper exagerado. Al menos, aquí en Venezuela, sabiendo como está la situación (económica)», añade la joven.

Caracas, la burbuja

Venezuela, otrora parada obligatoria para las grandes marcas y productos, atraviesa hace más de un lustro por la peor crisis de su historia moderna, con caída del PIB y alta inflación.

Con ese panorama, no siempre es fácil encontrar las novedades que inundan el mercado mundial, aunque en Caracas, una burbuja en la que poco se sienten los problemas en comparación con el resto del país, donde la crisis se expresa con mayor crudeza, la ansiada Playstation 5 se vende en varias tiendas.

En el llamado «centro de la tecnología» de Caracas, un edificio de varias plantas con decenas de tiendas especializadas en dispositivos electrónicos, una vendedora que prefiere el anonimato explica a Efe que ha vendido varias consolas de videojuegos desde que comenzó el mes de diciembre.

Pocas de ellas son Playstation 5, aunque algunas con precios que superan los 400 dólares pese a ser «viejas». Este dato no deja de sorprender a la mujer, que reconoce que la crisis de Venezuela se entierra con los miles de dólares que se venden cada día en ese centro comercial.

«No lo sé», dice encogiendo los hombros cuando se le pregunta por qué la nueva consola de Sony cuesta el triple en la tienda en que trabaja. «Yo sólo la vendo», agrega con la sonrisa de quien aspira concretar una transacción.

«Poco dinero»

Días antes de la Navidad, una pareja busca en Caracas el «regalo ideal» para un pequeño sobrino, un niño al que le gustan las bicicletas y los autos eléctricos de juguete, que alguna vez fueron populares en el país.

«No tenemos hijos, buscamos para un sobrino», dice a Efe el hombre, que se identifica como Andrés luego de dudar algunos segundos si responder a las preguntas.

Las bicicletas por las que preguntó en un comercio del llamado Bulevar de Sabana Grande, una larga vía peatonal que une el considerado acomodado este de Caracas con el oeste, más popular y, a veces, deprimido, se escapan de su presupuesto.

«Tenemos poco dinero», comenta antes de cortar la conversación y proseguir su camino.

Efe constata después que las bicicletas para niños superan los 100 dólares, mientras que los carros eléctricos se venden por 250 unidades de la divisa norteamericana.

«Se han vendido pocos, cuestan 250 (dólares)», asegura un vendedor sobre los carros, que se exhiben fuera de la tienda simulando la disposición que hacen de vehículos reales los concesionarios de las grandes marcas.

Dos niñas con suerte

Pero otros tienen más suerte, como las hijas de 2 y 7 años de la venezolana Bethania Araque que podrían, si entendieran la situación que atraviesa su país, considerarse afortunadas.

Y es que las pequeñas no sólo recibirán regalos esta Navidad, sino que obtendrán los que pidieron al «Niño Jesús», como llaman en Venezuela al encargado de entregar los presentes cada Nochebuena o Navidad.

«La mayor tiene sus prioridades muy claras. Ella quiere un teléfono y un aro de luz, eso más o menos me lleva entre 200 y 300 dólares», dice Araque a Efe sobre su primogénita, fanática de la red social Tik Tok.

La mujer de 28 años apunta que trabaja «en la industria de la gasolina», un recurso que hace apenas meses era casi regalado en Venezuela y ahora se vende en un engorroso sistema de subsidios que mantiene a los consumidores en largas filas que pueden prolongarse un par de días.

Y quienes prefieren hacer colas de horas y no de días, pagan la gasolina a «precio internacional», es decir, 0,50 dólares por litro.

Sin importar su precio, muchos consumidores reportan el presunto bajo octanaje del combustible, por cuanto recurren a aumentadores que se venden en las mismas estaciones donde compran la gasolina.

Algunos compran los elevadores de octanaje que vende Araque en una gasolinera del este de Caracas.

En total, la mujer estima que gastará cerca de 600 dólares en los regalos de sus hijas, dos niñas que, reconoce, tienen suerte.

«Es por mi trabajo (que puedo gastar ese monto)», explica casi con vergüenza, como si fuera su responsabilidad la crisis que mantiene vacíos los bolsillos de los venezolanos.

«Hay otras personas que no llegan ni siquiera a 100 (dólares para regalos), tengo mucha gente cercana que no tiene para hacerle regalos a sus hijos», dice.

«Una crema, un splash»

Algunos de los que no recibirán los regalos que desean prefieren dar vuelta a la situación y ser ellos el «Niño Jesús» de sus seres queridos.

Como la joven Rojas, que sueña con una Playstation 5 que, al menos este año, no recibirá.

Así, será ella quien entregue regalos sencillos a sus familiares, pasando por el tamiz que impone la crisis a la mayoría de los venezolanos.

«Una crema (corporal), un splash», dice a Efe que regalará a su madre, una pensionista del oeste de Caracas. No es el que hubiera querido, explica, pero queda conforme, porque, en estos casos, la intención cuenta mucho más que el regalo.

Loison Panettone llega a endulzar la mesa navideña venezolana
Es un producto dirigido al consumidor conocedor y de paladar exigente que busca la excelencia para llevar a casa, para un regalo en una ocasión especial o para los regalos corporativos de lujo

El Panettone es uno de los productos que llegó a Venezuela de la mano de la inmigración italiana de los años 50 y se quedó como parte de la tradición para endulzar las mesas navideñas.

Para acompañar y vivir la experiencia “The taste of Italy” en las próximas fiestas decembrinas, Licoteca y Euroamericana de Vinos presentan Loison Panettone, marca ultra premium en Italia y líder en el segmento de panettone y pandoro artesanal, dirigido al consumidor conocedor y de paladar exigente que busca la excelencia para llevar a casa, para un regalo en una ocasión especial o para los regalos corporativos de lujo.

“Pongo a la par dos marcas en una frase para que el consumidor entienda con que se compara el Panettone Loison: Italia es la tierra de los carros rápidos como Ferrari y el slow food como el Panettone Loison“, expresa Salvador Perrat, director de importación de Euroamericana de Vinos.

La gama de productos disponibles en Venezuela se extiende desde el Panettone classico de 500 gr y 1000 gr, el Panettone cacao extra de 600 gr y 1000 gr, Pandoro classico de 1000 gr, Panettone en lata de lujo de 750 gr y Biscotti de distintos sabores naturales, disponibles en Licoteca y Megalicor de manera exclusiva para la Gran Caracas.

Todos los productos Loison son elaborados por Dolciaria A. Loison con materias primas provenientes de agricultura ecológica como la mantequilla, la leche, la harina, las frutas confitadas, así como especias e ingredientes de lugares exóticos como la vainilla natural, el cacao y el café.

Solo se usa levadura madre tal y como se elaboran históricamente los panettones artesanales, largos procesos de levitación y amasado, añadidura lenta y progresiva de ingredientes, cocción y enfriamiento lento y empacado elegante en diversos tipos de cajas, telas o latas.

El maridaje tradicional en Italia es con Moscato, Prosecco, vinos dulces, café o té. Puede consumirse como desayuno, merienda o postre y a la vez usar sus migas como ingrediente de recetas de alta cocina.

La otra gran diferencia es su frescura única, por ejemplo los productos que llegaron a Venezuela en septiembre 2019, fueron horneados el 20 de Julio del 2019, de esta manera todas las propiedades organolépticas sobre todo aroma, sabor, color y textura se mantienen como recién salido el producto del horno.

Dolciaria Loison elabora desde 1938 el Loison Panettone y Pandoro, manteniendo la tradición familiar que hoy dirige la tercera generación de la mano de Darío Loison, ubicada en la localidad de Costabissara Provincia de Vicenza, región del Veneto.

Rememorando el origen del Panettone, todo nace en la fiesta de víspera de noche buena que dio el Señor de Milano, Ludovico il Moro en 1494, cuando se quemó el postre del menú y el ayudante del pastelero de nombre Tony, tuvo que improvisar con algo de masa que había sobrado del postre, mantequilla y frutas confitadas, una vez servido resultó tan llamativo y delicioso para los comensales que Ludovico preguntó: quién hizo el postre y el jefe de pastelería pensando que sería regañado dijo: Tony y el Señor de Milano dijo: «ahh, é il pane di tony» y con el tiempo esta frase derivo en “Panettone”.

Para conocer más novedades y recetas relacionadas con Loison para complementar la experiencia “The taste of Italy” puede visitar la cuenta Instagram @loisonven

Los productos Loison pueden ser adquiridos en Caracas en la tienda Licoteca, ubicada en La Castellana en el horario de lunes a sábado de 9:00 a.m. a 7:00 p.m. y también en las tiendas Megalicor.

Más detalles en la página web y redes sociales
www.licoteca.com.ve
Instagram @Licoteca
Twitter @LicotecaVE
Facebook LicotecaVE

ElPais.ES Dic 24, 2018 | Actualizado hace 5 años
La Navidad más austera de Venezuela

EN VENEZUELA EL FESTEJO DE LA NAVIDAD no es lo mismo de antes. Raiza Escobar, profesora jubilada de 61 años, comenzó a comprar a cuentagotas especias y frutos desde noviembre. Solo de este modo ha podido preparar unas pocas hallacas, el plato típico de diciembre en el país con las mayores reservas de petróleo del planeta. “Los aliños pude obtenerlos con el dinero me pagaron los aguinaldos [la paga extraordinaria de diciembre]. Todo lo gasté en eso”. La hiperinflación y la escasez atentan contra las fiestas navideñas: el mes pasado los precios crecieron a un ritmo del 144%, según los cálculos de la opositora de la Asamblea Nacional ante la opacidad gubernamental. Y las familias venezolanas se las ven y se las desean para poder comprar lo necesario para celebrar estas fechas.

Las rebajas son extrañas en Venezuela: todo aumenta de precio a una velocidad incontrolable. “Compré las aceitunas en 1.990 bolívares soberanos a finales de octubre y ahora están a 14.000”, recuerda Raiza. Los alimentos son una apuesta inalcanzable en la, por mucho, economía con peor desempeño de América Latina.

Un pan de jamón, otra comida típica de las cenas del Nochebuena y fin de año supone un desembolso superior al salario mínimo. Una obrera como Coromoto Gómez, madre de tres niños, tendría que empeñar el trabajo de un mes y conseguir 1.000 bolívares adicionales para colocar uno en su mesa. Ella confiesa que tuvo que vender un viejo televisor para poder “comer algo diferente” a un plato de arroz y granos este lunes. “Antes no teníamos problemas, pero ahora somos esclavos de la inflación. Mis hijos se preocupan más por lo que comerán que por los juguetes”, asegura.

En estas circunstancias, muchas asociaciones se dirigen a atender la carestía de alimentos. EL pasado fin de semana, Alimenta la Solidaridad obsequió a varias familias de comunidades pobres con cientos de panes de jamón preparados voluntarios. Pero la ayuda no llega a todos: Gómez, que vive en el popular barrio de Petare, no goza de ningún tipo de asistencia. En su comunidad, los organizadores del programa gubernamental CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción) repartieron unos perniles a costos subvencionados que tuvieron que partir en dos ante el déficit. La misma denuncia se produjo en varias provincias venezolanas.

Más información en El País.

[Crónica] Venezolanos protestan por la escasez de todo en la peor Navidad

maracaiboprotesta

Venezuela vive una Navidad con focos de protestas pues en la última semana se han registrado, casi a diario, manifestaciones por falta de «todo» lo que incluye gas doméstico, alimentos y agua, algo que, sumado a la grave crisis económica, ha convertido estas fiestas en «las peores» de los últimos tiempos.

Con un país golpeado por una inflación de cuatro dígitos, los habitantes de las zonas populares del país no han dudado en salir a las calles de sus comunidades para protestar por el suministro de agua o para reclamar la tardanza en la llegada de las bolsas de alimentos distribuidas por el Gobierno de Nicolás Maduro.

Estas manifestaciones, que reúnen en su mayoría a grupos no mayores de 50 personas, se registran en barrios y poblados de Caracas así como en varios estados del interior del país, donde se hacen más palpables las dificultades para acceder a comida, medicinas, gas, gasolina y hasta el servicio eléctrico.

Este miércoles se registraron al menos tres protestas en el país en reclamo de alimentos, agua o gas, y una de ellas fue constatada por Efe.

En la favela más grande de Latinoamérica, Petare, ubicada en el este de Caracas, un grupo de unas 30 personas decidió parar el tránsito en una de las vías para acceder al barrio Bolívar, pues según una de las manifestantes, la ama de casa Andrea Pacheco, la comunidad tiene tres meses sin agua.

«Tenemos tiempo aquí sin agua, tres meses aquí sin agua y nadie hace nada, la misma gente competente que es el Consejo Comunal, que es el que debería de cubrir todas esas necesidades de nosotros no lo hacen», cuenta Pacheco a Efe que también le reclama al Gobierno por estar pendiente de lo que hacen los «gringos».

La joven de 24 años critica además que el presidente Maduro promueva un mensaje de «navidades felices» cuando en el país «no hay agua, no hay comida, no hay dinero, no hay nada».

«Esta es la peor Navidad que han podido pasar muchas personas, hasta los niños», dice la mujer, una afirmación que también es apoyada por otra ama de casa de 24 años, Alicia Palencia, que aseguró que las promesas que el Gobierno hizo para las navidades, antes de las elecciones municipales, no se cumplieron.

«Son 24 comunidades (de Petare) que están afectadas por el agua, por la comida, por la basura, por el alumbrado público porque no tenemos beneficios del gobierno (…) ¿Hasta cuándo tanta injusticia? (…) para ir a pedir votos sí, pero para resolver los problemas no», reclamó Palencia.

Como la protesta de Petare también se registran otras en el país; la noche de este martes, los habitantes de la zona popular de Catia, en el oeste de la capital venezolana, otro pequeño grupo de personas también salió a protestar y cerrar una de sus avenidas para reclamar que este mes el Gobierno no ha entregado bolsas de comida.

En esta misma zona también se han registrado en la última semana protestas por la acumulación de basura, según ha podido constatar Efe.

En el interior del país, en estados como Trujillo (oeste), Efe también fue testigo la semana pasada de una protesta por gas doméstico.

Las manifestaciones han sido también reportadas por varios medios locales, así como por distintos dirigentes opositores.

La dirigente María Corina Machado dijo este miércoles en Twitter que en el oriente del país, «pacientes y familiares del Hospital Antonio Patricio de Alcalá» protestaron y cerraron «la Calle Bolívar, ante el colapso de la salud» en esa región.

Por su parte, el diputado opositor Carlos Paparoni, ha informado en la misma red social y durante las últimas 24 horas de protestas en estados como Bolívar (sureste), Amazonas (sur), Nueva Esparta (noreste), Portuguesa (oeste) para exigir medicinas, alimentos y gas.

Venezuela vive desde hace más de tres años escasez de alimentos y medicinas, que el Gobierno achaca a una supuesta «guerra económica» de la que culpa a la oposición.

Además, en 2017 los venezolanos empezaron a padecer la escasez de dinero en efectivo que se inició luego de que Maduro ordenara el retiro del billete de 100 bolívares -el de mayor denominación en ese momento- y que fue revertido tres días después.

A este escenario se ha sumado, en las últimas semanas, la escasez de gasolina en varios estados del occidente del país, algo que el Gobierno ha atribuido a las sanciones de la Administración del presidente estadounidense Donald Trump.

Esta es La carta de la MUD para el Vaticano: “Hambre, tristeza y crimen es el signo de esta Navidad venezolana”

mudvamoscontodo

El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús «Chúo» Torrealba, envió una carta al secretario de Estado de la Santa Sede, monseñor Pietro Cardenal Parolin, en la que apoya las “demandas” del Vaticano al gobierno.

En ella pide que el próximo 13 de enero los facilitadores “activen mecanismos para verificar sobre el terreno el no cumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno”.

Esta es la carta íntegra:

Su Excelencia

Monseñor Pietro Cardenal Parolin

Secretario de Estado de Su Santidad

Ciudad del Vaticano

Su Despacho

Hemos esperado mucho para dar respuesta a su amable y al mismo tiempo contundente comunicación de fecha 1-12-2016, dirigida por triplicado al Secretario General de UNASUR Ernesto Samper, a Jorge Rodríguez como representante del Gobierno en la Mesa de Diálogo y a mi persona como representante de la Unidad Democrática, en la que expone importantes observaciones al llamado “Proceso de Diálogo Nacional”.

La prolongada espera obedeció a que quisimos que el mundo viera, sin interferencia de nuestra parte, como planteamientos tan claros, respetuosos y sobre todo tan solidarios con el pueblo venezolano como los que -a instancias del Papa Francisco- formula usted en la mencionada comunicación, eran respondidos desde la prepotente soberbia por el régimen que preside el señor Nicolás Maduro. En efecto, a pesar de que usted marcó su comunicación como “CONFIDENCIAL”, el país y la opinión pública internacional conocieron no sólo los términos de su carta sino también las expresiones poco respetuosas y ciertamente insolentes de la respuesta enviada a El Vaticano por el representante oficialista. Ante esta situación, nos permitimos emitir esta respuesta utilizando el formato de Carta Abierta, en virtud de que sus contenidos pudieran efectivamente revestir algún interés público. En ese sentido, nos dirigimos respetuosamente a usted, y por su intermedio al Santo Padre, para expresar lo siguiente:

1. Coincidimos plenamente con lo expresado por usted en el primer punto de su comunicación, cuando afirma que “los derechos se respetan, no se negocian”. Sabemos que ese ha sido siempre el ánimo que ha signado la participación del Vaticano en la búsqueda de resolución pacífica al conflicto venezolano: Procurar alcanzar el “bien común del pueblo” mediante un diálogo que no sea un “ejercicio estéril y frustrante”, sino que se caracterice por “la voluntad seria de respetar los eventuales acuerdos alcanzados y su puntual aplicación”. Si bien para la opinión pública internacional puede resultar insólito que razonamientos como estos, de corrección y buena fe, puedan ser considerados como “injerencismo” por el régimen de Nicolás Maduro, a los venezolanos no nos sorprende pues tenemos muchos años recibiendo respuestas como esas, agresivas y desconsideradas, a las justificadas exigencias de trabajo y respeto, de alimentos y medicinas, de democracia y libertad que nuestro pueblo le hace a un gobierno que ha manejado la más alta cantidad de dinero que ningún gobierno venezolano haya manejado jamás en toda la historia de la República.

2. Igualmente le manifestamos que la inmensa mayoría del pueblo venezolano se siente fielmente expresado en las cuatro “DEMANDAS” que “respetuosamente pero con firmeza” formula la Santa Sede en su comunicación, y que a continuación citamos:

2.1.: “Implementación urgente de las medidas destinadas a aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas que esta sufriendo la población”, medidas que la Unidad ha resumido como la necesidad urgente de abrir un CANAL HUMANITARIO para atender a las más urgidas víctimas de la crisis.

2.2.: Que “las partes CONCUERDEN el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir sin dilaciones su futuro”

2.3.: Que “se tomen las medidas necesarias para restituir cuanto antes a la Asamblea Nacional el rol previsto en la Constitución”

2.4.: Que “se apliquen los instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los detenidos”, es decir, de nuestros hermanos PRESOS POLÍTICOS, demanda a la que agregamos el regreso de todos los exiliados por motivos políticos y la anulación de todas las causas judiciales abiertas con propósito de persecución política.

Estas demandas que a través de su comunicación la Santa Sede planteó fueran satisfechas “antes del encuentro del 6 de diciembre”, aun hoy no lo están. Por el contrario, en materia electoral se han producido retrocesos (al ratificar el régimen a través de un ardid judicial la composición de un Consejo Electoral sesgado políticamente e ilegalmente constituido) e igualmente se han producido retrocesos en el respeto a la soberanía popular expresada en la Asamblea Nacional, cuya instalación el próximo 5 de Enero esta rodeada de amenazas de desconocimiento y agresión por parte de voceros oficialistas. En áreas igualmente importantes, como la libertad de los presos políticos y la atención a las víctimas de la crisis humanitaria, se han producido gestos tímidos, insuficientes, que no representan ni una real reparación a los daños inferidos ni un auxilio a las víctimas de las dimensiones y seriedad que la crisis reclama.

3. Igualmente queremos destacar ante su atención, Cardenal Parolin, que en los 24 días transcurridos desde el momento en que emitió usted su comunicación hasta el instante en que le escribo esta respuesta, la crisis económica y social sobre la cual cabalga el conflicto político venezolano se ha hecho aún más veloz e inflamable: Hambre, tristeza y crimen son las tres palabras que resumen el perfil de la Navidad venezolana 2016. Al adoptar medidas de carácter monetario en forma desordenada e improvisada el régimen provocó una serie de protestas populares espontáneas que degeneraron en masivas agresiones del hampa común contra la ciudadanía, las cuales fueron perpetradas sin que la fuerza pública defendiera la vida y los bienes de la población inerme. Varias personas fallecidas y cientos de comercios saqueados fueron el resultado de tan inexplicable proceder oficial. Es así como cierra este 2016 venezolano, y esa es la preocupante perspectiva de inicio del 2017.

4. Es evidente que al no estar satisfechas aun las demandas que la Santa Sede consideraba indispensables para antes del 6 de diciembre, no existen condiciones para restituir el próximo 13 de Enero un diálogo directo entre las partes. Pero si es muy importante que a través de los mecanismos que considere eficientes y oportunos la Santa Sede (y ojalá también los demás “facilitadores”) puedan verificar sobre el terreno el no cumplimiento de los acuerdos reuniéndose con los familiares de los presos políticos, con las víctimas de la crisis humanitaria, con los representantes de la Soberanía Popular expresada en la Asamblea Nacional, con los trabajadores que quedaron sin empleo tras los saqueos inducidos por la irresponsabilidad oficial, con los empresarios empujados a la quiebra por un gobierno que los obligó a vender por debajo de sus costos de producción, y con todos los demás actores de esta compleja hora venezolana, que no tienen posibilidad de interlocución alguna con un gobierno que no sabe dialogar respetuosamente ni siquiera con algunos de los facilitadores internacionales que él mismo invita.

5. Monseñor Pietro Cardenal Parolin: Esta noche es Noche Buena, y mañana es Navidad. La Humanidad celebra en estas horas como Jesús Niño, eludiendo a Herodes y sus asesinos, logra nacer y traer a los hombres su mensaje de justicia y redención. Por eso creemos oportuna precisamente esta fecha para enviarle esta misiva, porque deseamos también evadir y vencer a los Herodes de la violencia para que así Venezuela pueda renacer como el país de oportunidades, pesebre de perseguidos y auxilio de necesitados que durante décadas fue. Para ello los venezolanos seguimos necesitando la ayuda espiritual, política y diplomática de toda la Comunidad Internacional. Reciba usted, Cardenal, la certeza de nuestro agradecimiento, nuestra profunda estima y total consideración, y rogamos transmita al Santa Padre nuestros votos porque Dios lo siga bendiciendo con la salud y la lucidez necesaria para que continúe exitosamente su apostolado, siendo referente espiritual y moral para millones de hombres y mujeres de buena voluntad.

Atentamente, quedo de usted,

Jesús Torrealba

Secretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática