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Keith Rowley

Primer ministro de Trinidad y Tobago recomienda a venezolanos no arriesgar sus vidas
 Keith Rowley expresó sus condolencias por la «desafortunada pérdida de un niño durante un operativo de seguridad» y dijo que seguía instando a los venezolanos a «descartar arriesgar la vida de otros de los suyos en el contrabando de migrantes»
Rowley reveló que habló con la vicepresidenta del gobierno de Maduro, Delcy Rodríguez, ,y que esta prometió agilizar el proceso de visado para el embajador venezolano, Edmund Dillon, para reunirse temprano con oficiales de alto rango de la Guardia Costera trinitense

El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, expresó este lunes sus condolencias a Venezuela, después de que la Guardia Costera local matara el sábado a un niño venezolano de 4 años que intentaba migrar junto a su madre al país isleño.

«Quiero expresar mi condolencias en nombre de todos los ciudadanos de Trinidad y Tobago, referente a la desafortunada pérdida de un niño durante un operativo de seguridad«, sostuvo Rowley en un comunicado de prensa difundido en su página oficial de Facebook.

El activista y miembro de la ONG venezolana Foro Penal Orlando Moreno explicó que en la noche del sábado un grupo de 20 personas embarcó en el estado Delta Amacuro rumbo a Trinidad y Tobago y que la Guardia Costera los interceptó.

Y, según denunciaron los opositores del Gobierno venezolano Juan Guaidó y David Smolansky, la Guardia Costera trinitense disparó al motor de la embarcación en la que viajaban los migrantes, en un intento de detenerlos, y en «defensa propia», alegaron que estos habían intentado «embestirlos».

Los funcionarios argumentaron, de acuerdo con el comunicado difundido por Smolansky, que tras inspeccionar el bote «descubrieron» que había «migrantes ilegales» a bordo, que habían permanecido «escondidos» y no los vieron antes.

«La muerte de un niño venezolano, que junto a su madre huía de la dictadura, nos duele en el alma como país. Los disparos realizados por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago no tienen justificación, lo mataron (…) pedimos justicia», escribió Guaidó en su cuenta de Twitter.

Según dijo Rowley, luego de conversar con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, esta prometió agilizar el proceso de visado para el embajador venezolano, Edmund Dillon, para reunirse temprano este lunes con oficiales de alto rango de la Guardia Costera trinitense.

Ante ello, Rowley dijo que dicha reunión ayudará a tener una mejor comunicación y colaboración con el Gobierno venezolano relacionado a los viajes de contrabando de migrantes, narcotráfico y tráfico ilegal de armas.

«Continuaremos pidiéndole a nuestros vecinos venezolanos que descarten arriesgar las vidas de otros de los suyos en el contrabando de migrantes», puntualizó Rowley.

Smolansky, a su vez, exigió que se haga una investigación para que haya justicia: «Basta de disparos, náufragos y deportaciones», escribió.

Gobierno de Maduro en silencio

Hasta el mediodía del 07 de febrero, el Gobierno venezolano, que tiene buenas relaciones con el de Trinidad y Tobago, no se había pronunciado sobre el hecho. 

La ruta migratoria hacia las diferentes islas del Caribe, la menos utilizada por los 6 millones de venezolanos que han salido del país según la ONU como consecuencia de la crisis, saltó a la palestra tras el naufragio hace un año de una embarcación en la que viajaban 41 venezolanos hacia Trinidad y Tobago.

Desde entonces, se han producido varios naufragios y los vecinos de la zona han denunciado la desaparición de embarcaciones que se dirigían hacia esas islas.

Con información de EFE

Juez de Trinidad y Tobago ordenó liberación de los menores venezolanos
David Smolansky, comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, señaló: «El tribunal decidió que los 16 niños y sus padres deben permanecer en la isla y no serán devueltos a Venezuela»

Un juez del Tribunal Superior en Trinidad y Tobago ordenó la liberación inmediata del grupo de menores de un centro de detención de inmigrantes en el helipuerto de la Guardia Costera en Chaguaramas, en el norte de la isla de Trinidad.

La jueza Joan Charles ordenó la liberación del grupo tras alegar que las leyes y políticas de inmigración de Trinidad y Tobago no prevén la detención y deportación de niños.

Precisamente sobre este hecho, David Smolansky, comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, señaló: «Culminó la audiencia virtual en Trinidad y Tobago sobre el caso de los 16 niños venezolanos deportados. El tribunal decidió que los 16 niños y sus padres deben permanecer en la isla y no serán devueltos a Venezuela».

Agregó que los 16 menores serán trasladados al helipuerto de Chaguaramas, «donde harán su cuarentena y después se reunificarán con sus familiares».

Como los menores debían ser puestos en libertad bajo la custodia de familiares, la jueza Charles también tuvo que ordenar la puesta en libertad de sus madres, que también estaban detenidas en espera de la deportación, según detallan medios locales.

Los menores venezolanos fueron deportados durante el fin de semana pasado, aunque ayer regresaron a Trinidad y Tobago después de días en el mar en paradero desconocido.

Los menores, el más joven un bebé de 4 meses, llegaron a primera hora de la tarde del martes a la playa de Los Iros, cerca de la localidad de Erin.

Con información de EFE

Bienestar de los venezolanos: nuestro único interés, por Carlos Valero

 

 

EN EL ÚLTIMO AÑO HEMOS SEGUIDO DE CERCA la situación de cada venezolano en el exterior, que se vio obligado a huir de la crisis humanitaria propiciada por el régimen de Nicolás Maduro y que hoy en algunos de los países de la región vive una nueva pesadilla.

Los casos más dramáticos como el de Curazao, República Dominicana y Trinidad y Tobago los tenemos bajo lupa. Recientemente, pudimos constatar en persona el sufrimiento de cientos de hermanos venezolanos detenidos en las principales cárceles de Trinidad y Tobago.

Mi visita a Trinidad y Tobago tuvo como finalidad atender el problema de los venezolanos en la isla e interceder ante las autoridades para lograr la libertad de los encarcelados por problemas migratorios.

Dadas las condiciones del cautiverio he demandado que se les garanticen sus derechos humanos. Las reuniones con activistas de los derechos humanos y las comparecencias públicas tuvieron como norte exclusivo encontrar una solución a la situación de unos compatriotas de la diáspora que no tienen quien los defienda.

En nuestras reuniones observamos bastante preocupación por el acuerdo de gas firmado entre ambas naciones, el que no obtuvo la evaluación obligatoria de la Asamblea Nacional.

Hoy vemos con extrañeza como el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley se refiere a un supuesto intento por parte de la oposición en su país de acabar con este acuerdo de gas. Señala que ella es apoyada por “fuerzas opositoras” en Venezuela casualmente luego de nuestra visita a la isla.

Rowley no puede desviar el foco de atención sobre el maltrato que reciben nuestros hermanos defendiendo un acuerdo con serios cuestionamientos legales.

No hago conjeturas sobre hechos futuros que puedan incidir en las relaciones de nuestros dos países. Solo afirmo que la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela exige que los contratos de interés nacional sean aprobados por la Asamblea Nacional, poder legítimo del cual soy miembro.

Como integrante de la Comisión de Política Exterior del poder legislativo actúo como defensor de los emigrantes y contribuyo a organizar la solidaridad con la diáspora en todos los países receptores, igual que mis colegas de Comisión.

Al tomar nota de las declaraciones de Rowley, le hago nuevamente un llamado para en lugar de levantar acusaciones sin base, se encarga más bien de adoptar medidas para asegurar la atención médica que requieren algunos de los venezolanos detenidos y en especial compatriotas embarazadas, de las cuales una de ellas perdió a sus bebés días atrás por la falta de atención médica requerida.

Una vez más, aunque sea clamar en el desierto de su irresponsabilidad, le exijo a Nicolás Maduro y al canciller Jorge Arreaza que en cumplimiento de sus atribuciones gestione la libertad de los venezolanos presos en Trinidad y Tobago y que propicien la atención consular que merecen nuestros hermanos en todo el mundo.

 

@carlosvalero08

Los balseros de un país en fuga, por Carlos Valero

 

DURANTE LA COLONIA, AQUELLA ISLA FUE PUNTO DE APROVISIONAMIENTO para embarcaciones con destino a La Guaira. Ahora los viajeros han cambiado de dirección: Trinidad es lugar ansiado para los hijos de una tierra de gracia, que les ha tocado huir de un país devastado. Decenas de venezolanos zarpan diariamente hacia sus costas cercanas con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida.

Esta semana fuimos a Trinidad a ocuparnos de la situación de casi 200 venezolanos victimas de injustas políticas de represión a migrantes, buena parte de los cuales llegaron en balsas y peñeros.
En este viaje pudimos hablar y conocer directamente sus tragedias personales. Uno de esos casos es el de María, una joven que abandonó nuestro país junto con otros diez integrantes de su familia. Su pesadilla comenzó por todos los esfuerzos para reunir el costo del pasaje. Para iniciar su nueva vida llevaba apenas una bolsa con sus pocas pertenencias y la inminencia de enfeudarse para comenzar a luchar para estabilizarse. Otros, en situación de esclavitud  encubierta, deben trabajar para pagarle a quienes les financiaron su movilización. Esta deuda les exige hacer lo que sea, para no mencionar oficios detestarles y degradantes.
Salir de Venezuela es un peligro que se presenta desde el momento en el qué hay que elegir el punto de inicio del viaje: Güiria o Tucupita. El gran sobresalto insurge cuando deben desembarcar en alguna solitaria playa en la madrugada. Esta situación de alerta roja se mantiene mientras tienen que deambular de escondite en escondite, para burlar los operativos de las autoridades migratorias de una ciudad que no quiere recibirlos.
Muchos que corren con mala suerte pierden la partida y son atrapados. La expresión mala suerte puede resultar un eufemismo ante la situación que viven 135 hacinados en calabozos por incurrir en delitos migratorios. Su situación empeora por la indiferencia y el olvido con los que las autoridades venezolanas tratan un problema que oficialmente no existe.
La operación publicitaria Vuelta a la Patria no llega a Trinidad, donde hay venezolanos que necesitan ayuda y solidaridad.
De nuestro viaje resaltamos la grave situación de los más de 9 mil venezolanos que han solicitado protección ante Acnur, la tragedia de nuestros balseros que se arrojan al mar, en medio de grandes riesgos, huyendo de la crisis humanitaria que Maduro no quiere ver.
Logramos reunirnos con miembros del parlamento de la Isla, ONG’S, grupos de venezolanos, personal diplomático para coadyuvar a que el gobierno del Primer Ministro, Keith Rowley, asuma la dimensión del problema de la migración venezolana y se promueva una legislación que brinde un marco jurídico para los migrantes que arriban al país.
Hablamos de 9 mil solicitantes de asilo, aproximadamente 400 niños venezolanos sin educación formal y al menos 3 casos de niños separados de sus padres, porque están detenidos, mayormente por problemas migratorios, que no son atendidos por la negligencia de la Embajada venezolana.
Es realmente lamentable esta falencia en los servicios consulares y como muchos venezolanos se sienten perseguidos por el personal diplomático del régimen, debido a que solicitaron protección ante Acnur.
La defensa de los DDHH de todos los venezolanos no tiene fronteras. Nosotros estamos convocados a no dejar sin protección a ningún venezolano, independientemente de su preferencia política o ubicación.