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Improvisación en el regreso a clases genera inestabilidad en estudiantes, padres y docentes
La improvisación en el regreso a clases no sólo afecta el aprendizaje integral, la parte socio-afectiva también sufre las consecuencias de tres llamados a clases presenciales fallidos
La pobreza de aprendizaje es una de las consecuencias más nefastas de este periodo de no presencialidad porque es un daño que no va a ser fácil de ser subsanado

 

@yeannalyfermin 

 

Van tres llamados a clases presenciales en 19 meses de pandemia, que luego han sido suspendidos por el aumento en los casos positivos de COVID-19. Con cada anuncio fallido del gobierno, se ha generado en niños, adolescentes, padres y docentes, preocupación e incertidumbre, no solo por la improvisación y la falta de planificación, sino también por el riesgo al contagio con el virus.  

Mariela Rodríguez es madre de dos hijos que están por iniciar el tercer año de bachillerato. Afirma que el ir y venir del gobierno respecto al retorno o no a clases presenciales le ha generado en ella estrés y preocupación. 

“Cada vez que anuncian que van a comenzar las clases presenciales me estreso y me preocupo porque considero que hasta que los niños y todo el personal docente no estén vacunados, no deberían comenzar las actividades. Se corre un alto riesgo de contagio porque los estudiantes no van a estar pendiente de usar correctamente el tapabocas ni de mantener la distancia física”, dijo Rodríguez. 

A juicio de la psicóloga infantil, directora de asesores de desarrollo integral y profesora de la Ucab, Chilina León (@chilinamoidi), indudablemente, la improvisación en el regreso a clases genera ansiedad, incertidumbre y desmotivación en los estudiantes. 

Ansiedad e incertidumbre 

Ángel Alvarado está por comenzar el cuarto año de bachillerato en un liceo en Petare, municipio Sucre del estado Miranda. El joven estudiante afirma que quiere volver a sus clases presenciales y que cada vez que Maduro se retracta del anuncio se siente “desanimado”.

“Quiero volver a sentir la emoción y la alegría que a uno le daba cuando empezaba un nuevo año. Quiero reencontrarme con mis compañeros, las clases a distancia no son lo mismo, quiero estar en otro espacio que no sea la casa, me siento encerrado”, dijo el estudiante.

Chilina León afirmó que la improvisación en el regreso a clases no solo impacta el aprendizaje integral de niños y adolescentes, también afecta de manera negativa las áreas cognitivo-académico y socio-afectivo, pues la presencialidad es muy importante para el logro de las interacciones y para que se lleve la vida con total normalidad. 

Un sondeo realizado en marzo de 2021 por UNICEF demostró que la crisis que ha generado la pandemia por el COVID-19 ha tenido un importante impacto en la salud mental de niños y adolescentes de Latinoamérica y el Caribe.

Los resultados del sondeo arrojaron que 27% de los adolescentes encuestados reportaron sentir ansiedad, mientras que un 15% afirmó que tuvieron episodios de depresión. 

La percepción sobre el futuro también se ha visto afectada según el estudio sobre la salud mental, pues 43% de las niñas afirmó sentirse pesimista de cara al futuro, frente a 31% de los varones encuestados.

Padres afectados

En 19 meses de pandemia, los sentimientos negativos también han afectado a madres y padres, según León, tanto estudiantes, como padres y docentes han hecho un gran esfuerzo todo este tiempo para tratar de mantener el equilibrio con las clases a distancia. 

“Cuando se anuncia la presencialidad y luego se frena, llegan los cuestionamientos”, enfatizó la psicóloga. 

En Venezuela hay muchos hogares donde los padres no pudieron culminar sus estudios y esto les dificulta enormemente guiar y asesorar a sus hijos en ciertos temas. 

Es el caso de Roxana Pacheco, madre de un joven que está por comenzar el segundo año de bachillerato, quien afirma que las clases presenciales deben comenzar con todas las medidas de bioseguridad. “Yo lo puedo ayudar en las materias teóricas, a hacer exposiciones, dibujos; pero de matemática yo no sé nada. Cuando le mandan tareas donde yo no lo puedo ayudar me frustro porque yo quiero que él estudie y sea un profesional”, dijo. 

La psicóloga infantil Chilina León explicó que la situación con en el regreso a clases ha hecho que muchos padres pierdan el foco. “Ahorita el foco no es cómo vamos a enfrentar el rezago educativo que nos deja la pandemia y la condición de crisis que estamos viviendo, muchos están pendiente es de qué es lo que va a pasar, qué van a decir y quién lo va a decir, olvidando los factores cognitivo-académicos y socio-afectivos que son de suma importancia ”, afirmó.

Calidad académica resentida

Son muchos obstáculos los que deben superarse para que todos los estudiantes del país retornen a las aulas de clases de manera segura; mientras tanto, el tiempo también va dejando consecuencias en el aprendizaje.

Sobre esto, el doctor en educación y sociólogo, Tulio Ramírez, explicó que muchos estudiantes han sido promovidos de grado sin haber adquirido las competencias ni los conocimientos necesarios.  

“La pobreza de aprendizaje es una de las consecuencias más nefastas de este periodo de no presencialidad porque es un daño que no va a ser fácil de ser subsanado. Los alumnos van a tener que seguir avanzando de grado, inclusive si hay retorno a la presencialidad, pero con grandes déficit de conocimientos”, afirmó. 

Ramírez aseveró que va a llegar el momento en que los niveles de exigencia académica en el país, tanto a nivel de bachillerato como en las universidades, van a tener que bajar porque los estudiantes no vana tener las herramientas suficientes para afrontar las exigencias de currículos y contenidos mucho más complejos. 

“La consecuencia final es que la calidad académica se ha resentido en el país y se seguirá resintiendo hasta tanto no se tomen medidas al respecto”, señaló Ramírez.

El sociólogo explicó que con este rezago escolar los estudiantes de los colegios públicos son los más afectados, pues se sigue profundizando la brecha entre los que pueden volver a clases con todas las medidas de bioseguridad y los que pertenecen a una escuela que ni siquiera cuenta con el servicio de agua por tuberías.

La presencialidad es necesaria

Para la pediatra y miembro de la Red de Madres, Padres y Representantes, Lila Vega, el regreso a clases presenciales no se puede seguir postergando. Afirma que es esencial volver a las clases presenciales. 

Vega explicó que la educación a distancia no ha sido capaz de reemplazar, ni siquiera alcanzar parcialmente los objetivos que regularmente se plantean en las aulas de clases.

La pediatra asegura que no iniciar las clases de manera presencial sería un abuso del derecho fundamental de niños, niñas y adolescentes a la educación. “Es necesario, esencial, indispensable que las escuelas abran de manera segura, por supuesto, pero tienen que abrir”, aseveró. 

Recientemente, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) compartió un documento sobre las cuatro medidas que garantizarían un regreso a clases presenciales seguro y que ayudarían a «reducir el posible impacto de la COVID-19 en los docentes, estudiantes y familiares».

La Aficman aseguró que la vacunación completa del personal docente, administrativo, obrero y estudiantil es la primera recomendación para un regreso a clases presenciales. 

El uso obligatorio y apropiado del tapabocas en todos los ambientes escolares es la segunda recomendación de la Academia, porque puede reducir significativamente la probabilidad de contagio.

La tercera recomendación es realizar las actividades escolares en espacios abiertos, aireados, garantizando el distanciamiento social y alternando la asistencia de grupos pequeños en esquemas flexibles ajustados al centro educativo.

Como cuarta recomendación, la Aficman refiere que es necesaria la implementación de un sistema de monitoreo a través de encuestas, que permita detectar y aislar posibles casos positivos. Los planteles también pueden tomar las medidas necesarias a fin de detener un posible brote epidémico, suspendiendo las actividades en caso de que la situación lo amerite.

Según el presidente de la Academia Nacional de Medicina, Enrique López Loyo, Venezuela atraviesa por la  tercera ola de COVID-19, con picos de infección «no vistos en el Área Metropolitana de Caracas». 

 

“Venezuela está enfrentando la tercera ola de covid-19, estamos con unos picos de infección no vistos en el área metropolitana, se sobrepasaron los 600 casos en uno de los reportes, y toda el área centro costera nacional está comprometida con un aumento significativo de casos», comentó López Loyo en entrevista el pasado 11 de octubre. 

Sobre el regreso a clases, Tulio Ramírez afirma que la presencialidad es importante, sobre todo en los grados más bajos, pues es en esas primeras etapas donde el niño comienza a socializar y desarrolla su personalidad, cosa que no podrá hacer desde la casa; pero afirma que este no es el mejor momento debido a que los problemas estructurales persisten y la mayoría de las escuelas y liceos públicos no pueden brindar medidas de bioseguridad. 

Súbito pueblo súbdito, por Ramón Hernández

@ramonhernandezg

LA LOCUCIÓN ADVERBIAL CALAMO CURRENTE SE USA POCO EN AMÉRICA, quizás se puede decir que es desconocida. Se utiliza para indicar que se escribe sin reflexión, con presteza y de improviso, que es la manera rápida de cometer desaguisados y estropicios tanto con las ideas como con el idioma, también con amigos, personajes emblemáticos e instituciones insignias. A todos nos ocurre. Nos damos cuenta de que lo hicimos otra vez cuando hemos enviado la “respuesta” del correo electrónico o publicado nuestro “parecer” en las redes sociales.

Basta que pulsemos “enter” para que veamos clarito el error ortográfico o de sintaxis. Afortunadamente, la tecnología permite detener el correo segundos antes de que llegue a su destino y hasta editar o eliminar lo publicado, aunque pueden quedar algunos bites en el ciberespacio que reaparecen con el desaguisado en el momento más inoportuno.

En mi experiencia he constatado que casi todos escribimos primero y después pensamos, que esas dos o tres primera palabras productos del azar o de la inspiración romperán el hielo y nos permitirán avanzar con lo que se nos vaya ocurriendo. Y no solo eso. Después de escribir podemos corregir, tachar, reformular y hasta rehacer por completo, pero extrañamente sin tocar las primeras palabras.

Nunca reflexionamos sobre la improvisación, quizás por la regla de la comunicación que nos dice que lo obvio no se escribe –aunque insistamos en repetir el día lunes y no solo lunes, que tiene sus explicaciones y despistados–.

De un tiempo para acá vivo en zozobra, siento que mi capacidad de asombro, ampulosa de origen y hasta flexible por convicción, se ha ido reduciendo de manera superlativa. Como si el calamo currente fuese parte inseparable de la acción del gobierno, cada dos por tres nos sorprenden con una ley, un decreto, una resolución, una normativa, una declaración, un anuncio informal o un rumor y a los pocos segundos, en la misma secuencia y sin solución de continuidad, se suceden las aclaratorias o rectificaciones.

Ocurrió con algo muy importante como el anuncio del aumento del encaje legal a 100%, sin decir que era del excedente; ocurrió con la aplicación de la unidad tributaria, que con la aclaratoria del Seniat se sabe menos qué se paga y cuánto se debe; y ocurre, especialmente, con la declaración de la emergencia económica de la cual nos enteramos por mampuesto.

No siendo, por razones de salud pública, la información y la comunicación un asunto de psiquiatras, se puede entender que tan importante y crucial anuncio no se hiciera en cadena de radio y televisión, en horario estelar y con los ministros y expertos explicando los alcances de cada artículo y sus apartados, sus razones y consecuencias. Nos enteramos por azar como si alguien hubiese mandado el decreto a la Imprenta Nacional sin pensarlo y todavía no se ha percatado del error o, peor, fue ex profeso, para modificarlo, incumplirlo o aplicarlo “como vaya viniendo, vamos viendo”, ¿calamo currente?

Cumplidos 173 años de que España nos reconociera como nación y no como lo súbditos rebeldes que fuimos, insurge en este remanente republicano una modalidad de los antiguos bandos reales que, sin corneta ni redoblante, cambia las reglas de juego con un único firmante: Yo, el rey. Cerrado por pérdida del cono.

El Nacional

Artífices de la improvisación, por José Domingo Blanco

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Cuando dos llaneros se juntan y arrancan un contrapunteo, la improvisación es clave. Porque el contrapunteo es una especie de duelo musical en el que los copleros -al ritmo de arpa, cuatro y maracas- dirimen sus diferencias o ventilan su disputa. Hay que tener ingenio, creatividad y mucha chispa. De otra manera, los versos no riman y desencantan a la audiencia. Improvisar, definitivamente, es cosa de contrapunteos. Aunque también hay casos menos artísticos, esos en los que náufragos o excursionistas salvan sus vidas ideándose balsas o refugios. Como verán, la agudeza entra en juego si se trata de sobrevivir. No digo lo contrario. Pero, en política –cuando lo que está en discusión es el destino de un país- improvisar, puede traer serias consecuencias.

Si lo que se tiene claro es el objetivo y no así los pasos que debemos dar para llegar hasta él, se produce algo que es sumamente peligroso: comienza la improvisación. Una improvisación que, por supuesto, generará desencuentros, desencantos, hastío y fracturas. Incluso, provocará discusiones que consideraría sanas si por consenso, lo que resulta de ellas, son ideas aplicables y estrategias concretas. Y cuando al inicio de este párrafo me refería a tener claro e identificado el objetivo de nuestra lucha –aquello que nos aglutinó y movilizó- es suponiendo que, los líderes en quienes confiamos la conducción de la protesta, comparten nuestro objetivo común. Comulgan con el sentimiento colectivo y con la urgencia que tenemos los venezolanos de rescatar al país de las manos de quienes lo destruyen.

No quiero pensar que la lucha de los últimos meses, las manifestaciones, la represión brutal contra la sociedad civil, los heridos, los encarcelados y los muertos serán el tema de la campaña de quienes aspiran a cargos de elección popular el día que Tibisay –por imposición de Nicolás y la ANC- señale en el calendario. No quiero pensar que la autopista -donde tantas veces se escenificaron las más cruentas historias de agresiones contra ciudadanos que ejercían su derecho a protestar- va a amanecer dentro de poco tapizada de afiches con las caras de unos líderes que hasta hace nada nos pedían marchar hasta el TSJ o el CNE.

Es repugnante leer tweets como el que publicó el periodista-ministro-gobiernero quien, con toda la sorna que obviamente le provoca el hecho escribe: “Bienvenidos al juego democrático compatriotas candidat@s MUD a gobernadores. Lástima que causaron tantas muertes para terminar en esta orilla”. Habría que ponerse en el lugar de esos padres a quienes la GNB –o los colectivos del régimen- les asesinó a sus muchachos para entender por qué muchos de ellos han manifestado abiertamente “mi hijo no perdió la vida para hacerte gobernador”.

Quizá, algunos de ustedes refutarán mi postura diciéndome lo que no he parado de escuchar desde que la MUD anunció su participación en las elecciones regionales: “Todo suma, Mingo; esto, inscribir nuestros candidatos, también”. “No veas el tronco, ve el bosque”. “No podemos cederle nuestros espacios a la dictadura”. “Ya ganamos en las votaciones del 2015, ¿por qué no éstas?” “Nada perdemos con la inscripción de candidatos”. ¡Cítenme algún ejemplo de elecciones, en países con dictadura, en las que el tirano no salga favorecido! Llevamos 19 años en manos de unos ineptos que se legitiman con sufragios. Nunca, ni sumando los 40 años anteriores al chavismo/madurismo, habíamos tenido tantos comicios como en este período negro que ha vivido el país. ¿Quién nos garantiza en este momento que esta decisión del cogollo partidista de la MUD no es para demostrarnos que son ellos quienes deciden nuestro destino y no los propios ciudadanos que, por los titubeos de los líderes de las oposiciones, en algún momento se erigieron como los auténticos conductores de las protestas? “Pre inscribiremos candidatos y después veremos” a mí me suena al summum de la improvisación. Y, comienzan a engolosinarse con las gobernaciones los que hasta hace nada nos decían que estábamos en 350. Sin resolver aún que los nuevos magistrados del TSJ, los que fueron designados por la AN –legítimamente electa por nosotros en 2015-, están solicitando asilo en las embajadas porque el régimen los persigue. O haciendo caso omiso a que el CNE sigue en manos de Lucena, Oblitas, D′Amelio y Hernández; las tres primeras sancionadas por el gobierno de EEUU y la última, según Luisa Ortega, implicada en casos de corrupción.

Por eso, no me gusta leer que Enrique Márquez, de Un Nuevo Tiempo -partido que integra la Unidad, por cierto- lamenta las sanciones que impuso Estados Unidos a funcionarios venezolanos. Funcionarios que –permítanme recordarles- son todos afectos y estrechamente vinculados con el régimen de Maduro. No me gusta escuchar que el problema es, a partir de este momento, si se hacen o no primarias para saber quiénes serán los flamantes candidatos. Si no tenemos consistencia estratégica, y seguimos cometiendo los mismos errores, iremos a unas elecciones, ganaremos en los estados que el régimen decida y luego, su TSJ, el que preside Maikel Moreno con su camarilla de magistrados electos a dedo y sin calificaciones, se valdrá de cualquier excusa para inhabilitar, declarar en desacato, apartar o hasta encarcelar al deslumbrado candidato opositor que solo vio su parcelita de poder y no al país completo.

@mingo_1

Crónica del caos y la improvisación por Marcelino Bisbal

Panamericana

 

En astrofísica se ha desarrollado una teoría que se ha dado en llamar “teoría del caos”, la cual ha originado todo un estudio acerca de las irregularidades y el desorden en que se encuentra el universo como parte de la realidad. En la naturaleza, por supuesto que en la vida como un todo, existen irregularidades y fenómenos complejos que hacen que nuestra percepción de las cosas resulte inacabada, por decir lo menos. En tal sentido, se ha configurado una disciplina que propone estudiar la existencia desde un nuevo modo que consiste en aceptar al mundo tal cual es y tal cual se nos presenta.

Desde la Caología, así se le llama al estudio del caos, el mundo visto como sistema es caótico, flexible y no lineal y está impregnado de caos ordenado. Conceptos como la no linealidad, el efecto mariposa y la complejidad de la vida y su conocimiento constituyen categorías, mejor paradigmas, para entender y explicar el orden como un desorden armonioso. La película El efecto mariposa escrita y dirigida por Eric Bress es una buena muestra del intento de explicar, en imágenes, lo que nos plantea esta teoría: “El aleteo de una simple mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo”.

Carlos Monsiváis en un excelente libro de crónicas, Los rituales del caos, nos dice que en este se inicia el perfeccionamiento del orden. Si esto en algún momento, en relación directa con el universo-mundo, fue y pareciera ser cierto,  en la realidad venezolana ha dejado de serlo. ¿Se puede extrapolar la teoría del caos para explicar nuestro caos? ¿Podemos aceptar nuestro desorden, nuestro caos tal como se da, renunciando a la ilusión de un mejor país como realizable y previsible?

En estos diecisiete años del gobierno, primero con Chávez y ahora con Maduro, la vida del país se ha convertido en un “feroz desorden”. Desde el poder se ha venido imponiendo la raíz de ese desorden, de la improvisación y de la incapacidad llevada a extremos inimaginables: proyectos que han ido y venido; políticas públicas que se contradicen entre sí; planes que no atienden al mínimo sentido común; la improvisación como método para atender las urgencias; los operativos que confluyen en las llamadas misiones llenas de voluntarismo pero de mucha incapacidad para atender las realidades; la creación de nuevos poderes públicos como intento de refundar al país; la ideología como instrumento para explicarlo todo y polarizar, incluso para producir exclusiones y marcar diferencias… En fin, esos rituales marcados políticamente han servido para mostrarnos el fracaso rotundo del régimen. Otra vez el mexicano Monsiváis acude para que intentemos entender: “El desorden se aquieta, las multitudes admiten las disciplinas del pasmo, y tiene lugar la mezcla perfecta de imposición autocrática y nivelación democrática”.

La antropóloga Paola Vásquez nos ofrece una gran investigación para que podamos explicarnos la tragedia de 1999, en el momento mismo en que Hugo Chávez salía triunfante por la aprobación de la nueva Constitución, cuando se dio el llamado deslave por las copiosas lluvias que se precipitaron desde el 11 de diciembre. Aquello fue nombrado por los medios y el discurso presidencial como “La tragedia”. El estudio se tituló Poder y catástrofe. Venezuela bajo la tragedia de 1999 (Editorial Taurus, 1999). En la investigación la antropóloga demuestra, entre muchos aspectos, “la manera en que se atribuyen y distribuyen las responsabilidades en las instituciones del Estado” y “la justificación política de la militarización”.

Desde ese trabajo pudiéramos entender lo ocurrido la semana que ha transcurrido en la carretera Panamericana. Estas son las imágenes vistas:

–Jueves 23 de julio. A la altura del kilómetro 4. Un grupo de familias portaban una pancarta: “Presidente Nicolás Maduro, nosotros lo apoyamos con el voto. Están montados ahí gracias a nosotros. Pedimos su ayuda”.

–Viernes 24 de julio. Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, del Servicio Bolivariano de Inteligencia, de la Guardia Nacional Bolivariana y gran cantidad de maquinaria pesada se hacen presentes para proceder al desalojo. No hay paso hacia Caracas. Los vecinos del lugar, El Cují, manifiestan por la acción llevada a cabo y se niegan a ir a los refugios. Desde el poder se les llama “ocupantes ilegales”. El operativo responde a la Operación Liberación del Pueblo que adelanta el Ministerio de Interior y Justicia. Estábamos celebrando 448 años de la fundación de Caracas, además del natalicio de Simón Bolívar.

–Sábado 25 de julio. Sigue cerrada la carretera Panamericana. Despliegue del Ejército, Infantería de Marina, GNB, PNB, Sebin… Camiones militares, tanquetas antimotines… Habitantes del lugar y desalojados observan impasibles la escena. No pueden hacer nada, sino mirar cómo las paredes y techos de sus viviendas son destrozadas y ruedan por la montaña. La gente no renuncia a su espacio, no tienen otro sitio adonde ir, y en rigor, no quieren ir a otro sitio.

Aludamos ahora a un intento de comprender:

–Estos “ocupantes ilegales” están en el lugar desde hace seis años.  Se instalan allí con apoyo de las autoridades. Se les hizo vías de acceso, escalinatas, terrazas… Las autoridades estaban al tanto del surgimiento de ese barrio. Se les dejó construir viviendas bien edificadas. Hasta tenían legalizado su consejo comunal, Emmanuel.

–Algunos testimonios de los desalojados: “Esto nos agarró por sorpresa a todos los vecinos, pues somos una comunidad organizada como lo establece la Constitución. Nos parece muy extraño la medida, venga de donde venga, no sabemos quién la tomó”.  Otro habitante: “Nunca se sentaron a conversar con nosotros. Aquí hay muchos niños… A las mujeres nos han agredido y se las llevaron presas por defender lo que es nuestro”.  Uno más: “Se están llevando a las familias engañadas y luego la GNB dice que no les sale refugio porque nos califican de invasores”.

–La voz oficial. La del ministro del Interior, Justicia y Paz: “Estos despliegues, apegados a las leyes, son para la protección de los ciudadanos. Este es un trabajo pueblo-pueblo; pueblo-soldado, contra las bandas criminales que atentan contra la paz, el amor y la fe”. También se ha dicho que los terrenos serán utilizados para el proyecto de construcción del Parque Hugo Chávez Frías.

¿Por qué ese ensañamiento? ¿Por qué se les dejó invadir unos terrenos? ¿Por qué se les ayudó y aupó desde instancias gubernamentales? ¿Qué ocurrió ahora para llevar a cabo tal operativo militarizado? ¿Por qué se aludió a temas como la seguridad, la protección, la reubicación? ¿Por qué?

Cualquier explicación resulta incierta. Lo que sí está claro es que la teoría del caos no funciona para explicarnos y descifrarnos este des-orden militarizado que nos gobierna a los venezolanos. Estas escenas que se dieron en la carretera Panamericana y las que se darán en los meses y días siguientes, nos están hablando de aquello que nos dice la canción de Héctor Lavoe: “Todo tiene su final, nada dura para siempre, tenemos que recordar que no existe eternidad”.

 

El Nacional