Las cuatro recomendaciones de la Acfiman para un regreso seguro a clases presenciales - Runrun
Las cuatro recomendaciones de la Acfiman para un regreso seguro a clases presenciales
En un par de documentos, se detallan las condiciones de seguridad mínimas para que el retorno a las aulas no origine un crecimiento importante en el contagio de la COVID-19
Enfatizan, además, en la necesidad de que el Estado garantice la prestación de servicios básicos (agua, electricidad), en que se atiendan las deficiencias del transporte público y en el ajuste de salarios a maestros y profesores

@MrsYaky

 

La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) compartió una serie de evidencias científicas respecto a cuatro medidas que garantizarían un regreso a clases presenciales seguro.

Aseguran que implementar en simultáneo estas cuatro medidas podría «reducir el posible impacto de la COVID-19 sobre los docentes, estudiantes y familiares».

La Acfiman destaca, que en momentos en los que la transmisión de la COVID-19 en Venezuela es «alta», recibir a los estudiantes en los planteles acarrea un «gran riesgo epidemiológico», no solo para la comunidad estudiantil, sino para las familias. 

Pero, por otra parte, alertan sobre uno de los «efectos perversos» de la ausencia de clases presenciales: el abandono de los estudiantes y docentes. Se presume que en 2020, un 30 % de profesores y maestros dejaron de ejercer su profesión.

Por tal razón, científicos de la Acfiman y colaboradores expertos en educación elaboraron dos documentos en donde enlistan varias condiciones sanitarias para el regreso seguro a clases presenciales.

«La Academia exhorta así a las autoridades a establecer medidas sanitarias seguras -como las presentadas aquí- en los planteles educativos y recomienda a la comunidad a seguirlas responsablemente. De ello, depende fuertemente que el regreso a clases no origine un crecimiento importante en el contagio de la COVID-19″, se lee en el documento «Regreso a clases presenciales: año lectivo 2021-2022. I Aspectos Epidemiológicos». 

A continuación, se describen dichas condiciones sanitarias. 

La vacunación completa del personal docente, administrativo, obrero y estudiantes

Describen que simulaciones con modelos epidemiológicos demuestran que la inmunización de los maestros puede reducir el riesgo de contagio de los estudiantes, aunque esta reducción es más evidente cuando el porcentaje de vacunados en la población estudiantil es mayor.

«Algunas experiencias en otras regiones también demuestran el efecto de la vacunación de los docentes sobre los alumnos. Se ha comprobado que la ausencia de vacunación en personal docente puede conllevar a brotes entre los alumnos. La vacunación de los docentes no solo reduce el riesgo de contagio y hospitalización en la comunidad educativa, sino también disminuye las probabilidades de infecciones en los alumnos y su traslado hacia familiares cercanos», explican. 

 

El uso obligatorio y apropiado de la mascarilla en los salones y exteriores de los ambientes escolares

La Acfiman refiere que simulaciones con modelos de evaporación y sedimentación de gotitas emitidas durante liberaciones respiratorias en áreas cerradas semiventiladas demuestran que, en un aula donde habla una persona infectada, el riesgo a infección de los estudiantes aumenta a medida que transcurre el tiempo.

Sin embargo, el uso de mascarilla puede reducir significativamente la probabilidad de infección.

Al cabo de seis horas, el riesgo de infección es menos de la mitad en un estudiante con mascarilla quirúrgica que en un estudiante sin mascarilla. La mascarilla de tela también puede reducir el riesgo de infección, aunque en menor grado que la mascarilla quirúrgica.

«El riesgo de contagio también aumenta en la medida que los espacios son más reducidos y la distancia entre estudiantes es menor. Por ejemplo, en un salón de 25 metros cuadrados con 25 estudiantes, el riesgo es cerca de cuatro veces mayor que en un salón de 100 metros cuadrados con el mismo número de estudiantes. Por lo tanto, el uso de mascarillas en las aulas, preferiblemente quirúrgicas, el distanciamiento físico entre los alumnos mediante la reducción de aforos y la ventilación dentro de las aulas son medidas que pueden contribuir a reducir el número de partículas del virus en el aire y el riesgo de inhalarlas ante la presencia de una persona infectada. En este sentido, el uso apropiado de mascarillas puede contribuir tanto a disminuir la transmisión a partir de una persona infectada, como a prevenir la infección en una persona sana», describen.

Acfiman mascarillas

Asimismo, en el documento destacan que en varios países, la propagación del virus se produjo en salones de clases en donde no se usaba la mascarilla. 

«Por ejemplo, en un colegio en Estados Unidos se produjeron 26 casos de COVID-19 con la variante Delta entre alumnos sin mascarillas, después de que un maestro no vacunado y con infección asintomática se quitara la mascarilla para dar clases. Aun cuando el maestro solo dictó clases durante dos días, la transmisión continuó entre los
alumnos por 20 días de manera silente y la mitad del salón contrajo el virus».

Por esto mismo, consideran que el uso de mascarillas debe ser obligatorio en los espacios interiores y exteriores de los ambientes escolares (aula, gimnasio, transporte, cafetín, biblioteca, patio del recreo). 

 La celebración de actividades en espacios abiertos, aireados, garantizando el distanciamiento social y alternando la asistencia de grupos pequeños en esquemas flexibles ajustados al centro educativo

A partir de simulaciones, la Acfiman concluyó que la mayor reducción del impacto del regreso a clases presenciales se observó cuando se combinan estrategias de asistencia intermitente de estudiantes a clases con la reducción del aforo del plantel.

«Recomendamos el reinicio a clases en grupos desfasados como efectiva para reducir el impacto esperado del inicio de actividades escolares en la propagación de la COVID-19 en la población venezolana, pero requiere de la apertura continua de los planteles escolares para recibir todas las semanas a grupos de estudiantes y maximizar el tiempo de escolarización. La división de la población estudiantil deberá ser flexible para responder a las necesidades particulares de cada nivel educativo (preescolar, primaria y
bachillerato) y de cada plantel educativo», indican.

 La implementación de un sistema de monitoreo (ya que los menores presentan mayor incidencia de contagio asintomático), a través de encuestas, que permita detectar y aislar infecciones. Además, debe permitirse a los planteles tomar las medidas necesarias a fin de detener un posible brote epidémico, suspendiendo las actividades, en caso que lo amerite

Sobre este punto, amplían en el documento de aspectos epidemiológicos que la detección y aislamiento de casos sintomáticos no es suficiente para interrumpir totalmente las cadenas de transmisión. No obstante, puede evitar nuevas infecciones.

Opinan que cada plantel educativo debe tener la potestad de evaluar localmente el riesgo de que se desarrollen brotes epidémicos locales y actuar en proporción mediante la suspensión parcial o total de las actividades en el plantel.

Garantizar los servicios públicos

La Acfiman también insiste en la responsabilidad que tiene el Estado en garantizar la prestación de servicios públicos para lograr un retorno a clases seguro.

Al respecto, destacaron que es  imprescindible garantizar el suministro de agua y electricidad, así como «el mantenimiento de los sanitarios y dotar a todos de las mascarillas recomendadas (K-95), instalar dispositivos de desinfección, gel o alcohol en la entrada de las aulas, y asegurar el distanciamiento físico de los estudiantes».

A su vez, consideran necesario atender la deficiencia del transporte público e  incorporar un sistema de transporte escolar en las escuelas oficiales con ventanas abiertas y distanciamiento entre usuarios, manteniendo el uso de mascarillas y el empleo de desinfectantes.

Por otra parte, tildan de «imperiosa» la reactivación de los programas de alimentación en las escuelas, especialmente del Programa de Alimentación Escolar (PAE), garantizando la idoneidad de la calidad nutricional de los alimentos servidos.

En otro sentido, instan a ajustar los salarios de maestros y profesores a la realidad nacional.

«En Venezuela, según el Tabulador de Salario Básico Docente del Ministerio del Poder Popular para la Educación, los maestros viven con sueldos que oscilan entre USD$ 4 y USD$ 15 al mes», comentan con preocupación. 

Finalmente,  opinan que «es evidente» que existen otros factores limitantes que inducen el regreso a clases presenciales.

Entre ellos, citan la inestabilidad o inexistencia del servicio de internet, el difícil acceso a la tecnología por su alto costo y la «ausencia de competencias para impartir una enseñanza que requieren de plataformas digitales».


Puede consultar ambos documentos de la Acfiman acá:

Documento aspectos epidemiológicos

Documento aspectos educativos