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Hugo Chávez

La plata hace la diferencia, pero no para siempre

@ArmandoMartini

Lo primero que hizo Hugo Chávez después de fracasar como jefe golpista fue convocar a civiles que le hicieran el trabajo del cual él era incapaz. Urdió la estrategia de organizar un partido político mientras le decía al público solo lo que esa masa, burlada tantas veces y desilusionada, quería oír. Aprendió a dejarse querer por los poderosos de su tiempo, a hacerles sentir que los necesitaba, para después echarlos a un lado como bichos malolientes.

Lo segundo, convencer a la mayoría de que los castrenses eran los que mejor gobernarían por tener jardines limpios, ejecutar al detalle el orden cerrado y desfilar con caídas perfectas de los pies. Que él, como militar, daría más a cada cual. Pero lo que no aclaró que aquel “cada cual” eran sus compañeros de armas. Y los animó a enriquecerse y a que ejercieran el poder como si las calles y avenidas fueran patios de cuarteles.

En tercer lugar, entendió que éramos un pueblo de boleros, rancheras, vallenatos y joropos, así que solo tendría que tocar esos resortes para ganarse la emotividad, que rayó –y raya aún- en una devoción de feligrés.

Obsesión por el poder

Las cartas estaban echadas para centrarse en la consecución y mantenimiento del poder. Así, cuando fue preso tras su histórica renuncia y luego llevado de nuevo al poder, entendió que el mando se conserva ejerciéndolo y que este es un edificio que se construye dejando que los obreros se enriquezcan. Claro, echando a patadas a quien tuviera ideas propias.

Chávez era, en el fondo, peor que los que criticó y un autócrata de cuadrito. Y tuvo la sagacidad de escuchar los consejos de un puñado de canallas inteligentes y experimentados que se aprovecharon del poder. Plata en mano y miradas de reclamo hacia otra parte, construyó su estructura de cómplices. Tan embarrados en sus propias corrupciones, que ni queriendo iban a poder salirse del basurero que barrían con sus propias manos.

Con una egolatría superlativa, se sintió heredero del carisma de quien más le mintió, esa piltrafa humana que fue Fidel Castro. Soñando para él esa devoción que la izquierda del mundo le profesó a Fidel, le entregó el país a los cubanos, expertos en dictadura, control y propaganda. Curtidos en desgranar adecuadamente las mentiras necesarias para naricear a los estúpidos tontos, así como se domestica a los caballos, con un par de terrones de azúcar y palabras amorosas pero firmes.

De Guatemala a Guatepeor

En esa escuela florecieron ignorantes e imbéciles que obedecieron por intuición, ladrones sin miramiento deleitados por el robo impune y desmedido, bandidos engreídos abultando cuentas bancarias que crecían casi solas, solo porque los puso “en donde haiga”, esa frase tan latinoamericana.

Chávez murió porque creyó de nuevo en los embustes de Castro y en vez de tratarse el cáncer donde de verdad tienen ciencia y tecnología de punta, fue a agonizar en un jardín cubano con mucho sol y ningún escrúpulo. Lo sucedió no uno de sus compañeros de aventura, sino el abotagado apparátchik formado por cubanos, a quienes jamás sabría oponerse. Sentado hoy sobre bayonetas de los que aparecían como más fieles y comprometidos.

Para gobernar peor que Chávez solo faltaban dos cosas, y el aparato político las ha tenido: que al gran productor de dinero, el petróleo, se viniera abajo con dirigentes tan obedientes como incapaces; y que el fulano llegara a creerse, rodeado de serpientes, que estos obedecían a su flauta.

Ahora todo está acabando.

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3x3 | Un Estado bicéfalo se gesta en el proyecto de ley de ciudades comunales
Juan Manuel Raffalli, Delsa Solórzano y Ramón Guillermo Aveledo coinciden en que el instrumento que podría ser aprobado por la Asamblea Nacional madurista está al margen de la Constitución  

@franzambranor

La idea de convertir a Venezuela en un Estado Comunal no es nueva. En 2007, el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez intentó acelerar esta propuesta a través de una consulta popular, pero no tuvo éxito, perdió en un referendo. Pese a ello, Chávez por medio de una Ley Habilitante y con la Asamblea Nacional a su favor logró que se aprobara la Ley Orgánica de las Comunas.  

El objetivo de la ley era fortalecer el poder popular, estableciendo normas que regularan el funcionamiento de las comunas, entidades que tendrían una participación protagónica en la edificación de un Estado comunal mediante formas de autogobierno. 

Sin embargo, el objetivo del mandatario nunca se cristalizó y en octubre de 2012, a pocos meses de su muerte, y como si se tratase de una última voluntad, le pidió a su futuro sucesor Nicolás Maduro que se ocupara del tema. “Nicolás, te encomiendo esto como te encomendaría mi vida: las comunas”, dijo un Chávez televisado y rodeado de ministros.    

A pesar de contar con una asamblea nacional constituyente para reformar la Constitución, Maduro y sus acólitos no hicieron esfuerzo alguno por introducir el texto comunal en la carta magna.

Ahora con una Asamblea Nacional electa en unos cuestionados comicios el pasado 6 de diciembre de 2020, Maduro pretende darle rango constitucional a la propuesta de Ley Orgánica de las Ciudades Comunales, un instrumento que de acuerdo a su artículo 11 “establecerá un sistema de administración descentralizado y desconcentrado con la participación del resto de los gobiernos comunitarios y comunales instituidos en su jurisdicción”.

 

Para el abogado constitucionalista Juan Manuel Raffalli, la diputada de la Asamblea Nacional del gobierno interino de Juan Guaidó, Delsa Solórzano y el ex secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Ramón Guillermo Aveledo, este proyecto de ley es inconstitucional y promueve la creación de un Estado paralelo.  

¿Cómo renace esta propuesta luego que fuese rechazada en referendo en 2007, quienes la crean y cual es su objetivo?

Juan Manuel Raffalli: Esto es una reedición de lo acontecido en 2007 y posteriormente en 2010, cuando Chávez promulgó las leyes del Poder Popular después de haber intentado una reforma constitucional para darle piso legal. El asunto resultó ser una idea inconclusa aún cuando se adelantaron consejos comunales y comunas. El estado comunal que Chávez tenía en la cabeza nunca logró articularse porque depende de un clientelismo generado a través de muchos recursos. El proyecto ley de ciudades comunales tiene un doble propósito; establecer una especie de nueva organización político territorial y otorgar competencias a todos los órganos que van a funcionar dentro de esas ciudades comunales. Las leyes del Poder Popular de Chávez se quedaron ahí y nunca se ejecutaron plenamente, no hubo una articulación que le diera vigor a eso. La propuesta maneja una pésima técnica legislativa, tiene contradicciones y lagunas y en medio está un ciudadano confundido ante dos poderes públicos en paralelo, un Estado bicéfalo.

Delsa Solórzano:  El primer problema que tiene esta propuesta es el origen porque no es una ley, está siendo debatida por un ente que no tiene capacidad jurídica para ello. Luego viola el artículo 5 de la Constitución, el cual reza con claridad que la soberanía reside en el pueblo, quien la ejerce directamente a través del sufragio y otros mecanismos previstos en el texto y traslada soberanía a la comuna. Esto es una especie de ejercicio colectivo de la soberanía popular que no hace más que quitarle poder a la gente. También hay que aclarar que el poder comunal no existe por ninguna parte en la Constitución.

Ramón Guillermo Aveledo: El proyecto es un saco de lugares comunes del discurso político oficialista, pero no cumple con los requisitos del artículo 103 del Reglamento Interior y de Debates, por lo cual debió ser devuelto a sus presentantes por la Junta Directiva. En particular me refiero a la ausencia de una estimación de los recursos financieros exigidos para la implementación práctica de una ley como ésta.  Las disposiciones del proyecto adolece de fallas de técnica legislativa, pues frecuentemente pecan de claridad, precisión y concisión. La ley abre la exposición de motivos con loas a la ruta delineada por el “Comandante Eterno” y a la iniciativa de Nicolás Maduro. La cita de los artículos constitucionales 5 (soberanía reside en el pueblo) y 62 (derecho a la participación) es indebida e interesadamente incompleta, pues ignora los condicionamientos a una y otra en la propia Carta.

¿Es necesario reformar la Constitución para aprobar esta ley y si es así por qué no lo hicieron a través de la ANC?

Juan Manuel Raffalli: No se puede alterar la organización político-territorial de la República ni crear entidades populares con nuevos poderes con la excusa de la democracia participativa sin reformar la Constitución. Las ciudades comunales no están en la Constitución.  El estado comunal más allá de la participación social, la autogestión y la cogestión es inconstitucional, no se le pueden otorgar poderes públicos, es un vehículo de participación ciudadana y de ahí no debería pasar. Los chavistas tuvieron la Constituyente y no reformaron la Constitución, lo cual revela que la intención no era esa, si ellos hubiesen querido avanzar en la composición de un estado comunal, hubiesen redactado una reforma y presentado para votación popular. Para hacer una reestructuración de la Constitución tienen que preguntarle a los venezolanos a través de un referendo.

Delsa Solórzano:  Todo lo que aparece en ese propuesta de ciudades comunales ya fue rechazado en referéndum por el pueblo. Es casi idéntico a lo que establece la reforma constitucional a la que masivamente el país dijo no. Asimismo se pretende crear un parlamento comunal para que sea un órgano de supervisión de la Asamblea Nacional. El parlamento comunal podría ejecutar competencias de la Asamblea Nacional, creando un poder paralelo. 

Ramón Guillermo Aveledo: El proyecto de Ley Orgánica de las Ciudades Comunales presenta un problema de mayor gravedad, que es su incompatibilidad radical  con la Constitución, a la cual paradójicamente invoca con reiteración. La lista de contravenciones a la pauta constitucional es larga, pero puede resumirse en una sola y definitiva: una ley así equivale a reformar la Constitución, pues de modo mal disimulado, propone un modelo de Estado “Comunal” distinto al previsto e introduce expresamente una manera de modificar la división político-territorial de Venezuela  (arts. 16, 17 y 18 de la CRBV). En materia tan delicada, la consulta pública exigida por el artículo 206 de la CRBV no puede despacharse del modo acostumbrado de asambleas parciales, manipuladas para aclamar la iniciativa. La consulta debe ser  a los estados y a los municipios, a la sociedad civil y a las instituciones públicas y privadas. Una consulta verdadera, tan plural como la sociedad.

¿Es posible aplicar una ley que en sus artículos habla de administrar justicia, hacer contraloría, manejar la economía y hasta ser una especie de ente electoral alterno? 

Juan Manuel Raffalli: ¿Cómo se va a crear una economía comunal?, ¿Cómo vas a llamar a los inversionistas?. Eso va a generar una visión de inseguridad jurídica en los empresarios. Es un estado paralelo que se está creando, el cual va a manejar fondos y a hacer contraloría. No es que va a matar a las alcaldías y a las gobernaciones, es que van a crear estructuras paralelas. Eso les va a generar incluso inconvenientes a lo interno, porque habrá quien prefiera ser líder de una ciudad comunal que alcalde porque tiene más poder. Es algo que va a terminar menguando a los gobiernos regionales, dejándolos pintados en la pared. Este proyecto atenta contra el carácter federal y descentralizado de la República que está declarado en la Constitución, contra la distribución político-territorial y contra la distribución de los poderes públicos.

Delsa Solórzano: Crear el Estado Comunal no es algo que pareciera tener reglas, lo que se pretende justamente es darle poder absoluto a Nicolás Maduro y quitarle a los ciudadanos de manera definitiva el derecho al voto e incluso de cualquier ejercicio legal. Se busca instaurar la institucionalidad comunal lo que es absolutamente inconstitucional. Esta ley crea instancias legislativas en los diversos niveles comunales, entiéndase comunas y ciudades comunales. 

Ramón Guillermo Aveledo: En el proyecto abundan las disposiciones de muy dudosa aplicabilidad práctica en todos los órdenes: institucional, social, económico, fiscal, del régimen de propiedad. La ley en su conjunto es una especie de tisana tóxica. En lógica, de muy dudosa aplicabilidad cuando no franca imposibilidad, de cuyo eventual intento de implantación en serio, es predecible la  consecuencia de la generación de un caos de proporciones desconocidas aún en un país con tan precaria institucionalidad sobreviviente como el nuestro. 

Orlando Viera-Blanco Mar 16, 2021 | Actualizado hace 1 mes
El buen uso de la palabra

“El que posee la verdad en su corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión». John Ruskin.

@ovierablanco

Mucho se ha dicho y escrito sobre la manipulación del lenguaje (dixit César Vidal). Y, como lo diría Camilo José Cela, del envilecimiento de la palabra con lo que se abusa del verbo y se corre el riesgo de desviar el estricto sentido de lo que se quiere decir. La diferencia entre un dictador y un demócrata es que el primero manipula sin sentir mientras el segundo dice lo que siente, honestamente…

Si alguna herramienta ha utilizado el comunismo como maniobra es la propaganda. Manejo que borra todo vestigio del pasado para imponer una ilusión, una utopía, una alucinación llamada igualdad absoluta (dixit Popper]. Es la dialéctica que es populismo, que es miseria…

Una ficción hecha realidad: 1984

La corrupción de la política comienza con la corrupción del lenguaje. Ya lo sospechaba George Orwell en su obra 1984 y Rebelión en la granja, crítica del escritor inglés al Reino Unido de corte socialista (1940) en el que vivía. Es el hombre convertido en rebaño, en manada, en tropel. 

La caterva se construye desde el verbo encendido. “Desapareceré a los adecos de la faz de la Tierra y freiremos sus cabezas en aceite” (1998); “Ser rico es malo, es inhumano. Así lo digo y así condeno a los ricos (2005); “Váyanse al c.… yanquis de m… que aquí hay un pueblo digno, aquí estamos los hijos de Bolívar, de Guaicaipuro y de Túpac Amaru”; “Sra. canciller (Alemania Ángela Merkel), se puede ir al… Y no voy a decir más porque es una mujer. Ella es de la derecha alemana, la misma que apoyó a Hitler y la misma que apoyó al fascismo» (2008); “Si el clima fuera un banco, ya lo habrían salvado” (2009 en Copenhague); “Parto lleno de optimismo, lleno de luz, de fe en Cristo, para seguir batallando y venciendo” (2012). Todos conocemos al autor.

Las palabras, que son reflejos del alma, terminan atrapando más a su autor que a sus destinatarios.

“Mi lucha por Hitler terminó siendo crónica de una derrota anunciada… Las palabras son a menudo más fuertes que las cosas y los hechos”, advertía Heidegger.

La escritora Concepción Arenal dijo: “La fuerza ni hoy ni mañana ni nunca está en el músculo sino en la razón, la inteligencia y la moralidad”. Apelar a improperios o agravios suele impresionar a los menos educados. Odia quien no aprende a amar porque no aprende a ser feliz. 

Quien no busca la verdad en los argumentos, vocifera. Lo hace porque es corto de información y formación. Voceamos para atropellar al otro, para vencerle, no para convencerle. A partir de ahí largar es una práctica muscular donde no hay razón, inteligencia ni moralidad.

Orwell (en 1984), detallaba los ministerios del régimen: el Ministerio del Amor para asuntos de justicia, ley y orden; Ministerio de la Abundancia para lo económico; Ministerio de la Verdad para las noticias, educación y las bellas artes, y el Ministerio de la Paz para asuntos de Guerra. Así el amor terminó siendo violencia, la abundancia, escasez y confiscación; la verdad, propaganda y mentiras repetidas mil veces, y la paz se convirtió en tortura, tinieblas y muerte.

Lesa humanidad

Lesa humanidad

En Venezuela tenemos-por ejemplo-el Ministerio del Poder Popular de Agricultura Urbana; el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo o el Ministerio del Poder Popular para la Alimentación… Gallineros verticales, arco minero o cajas clap hablan de la gestión de cada despacho. Es la palabra al servicio del control insaciable y la intervención como un talismán «prestigioso» que se justifica un bien superior llamado “revolución”.

Del dicho al hecho…

Decía el poeta Antonio Machado: “Una cosa es tu verdad, otra es mi verdad. Mejor vamos juntos a buscar nuestra verdad”. En política es común decir: “marca la pauta”, “no te dejes engañar”, “para mí lo primero eres tú”. La propaganda invierte el orden anteponiendo lo sensacional sobre lo profundo, lo amarillo o rojo sobre lo azul. Quién marca la pauta en los modelos totalitarios es el estado inquisidor. Y quién termina siendo privilegiado es el dictador (ver Charles Chaplin: El gran dictador /1940).

El escritor inglés, artista y reformista John Ruskin sentenció: “El que posee la verdad en su corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión”. Y agregaba: «Es difícil encontrar en el mundo algo que el hombre no pueda hacer un poco peor y venderlo un poco más barato, y aquellos que solo consideren el precio se volverán presas legítimas de este hombre». En otras palabras, la verdad es más elocuente en quien la exhibe silenciosamente que quien la vocifera, trepidantemente.

Muchos queremos tener la verdad de nuestra parte, pero muy pocos queremos estar de parte de la verdad (Vitelli). Luchar al lado de quien desde el corazón también tiene la razón suele demandar muchos riesgos. El compromiso es asumir (los riesgos) y no dejarse manipular por los “hervidores de cabeza”. Sartori advertía que, en materia de política de masas y democracia, “decir la verdad es una necesidad, y cuando más se manipula el lenguaje en la democracia mayor es su deterioro y riesgo de desaparición”. Y desapareció la nuestra.

Libertad, verdad y responsabilidad son tres conceptos inseparables, clásicos. Lo nuevo, lo reciente, lo actual no puede convertirse en un valor de desplazamiento del pasado.

El concepto de futuro se ha convertido en un anatema de lo clásico que liquida la cultura, la tradición. “Un fardo pesado que no promociona la vida, sino que la bloquea”, muy propio de la manipulación del lenguaje. Refresquemos el buen uso de la palabra.

* Embajador de Venezuela en Canadá

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El castrismo y la alcahuetería latinoamericana

Fidel Castro y Hugo Chávez. Foto archivo Diario Las Américas (Interv. por N. Silva / Runrunes)

@BrianFincheltub

La relación de Latinoamérica con el régimen castrista ha sido históricamente una relación de contradicciones. El mejor ejemplo de ello es lo que sucede siempre que toca evaluar el estado de la democracia en la región. Para desdicha de los cubanos, Cuba pareciera constituir un caso especial; uno donde reina el doble rasero, la hipocresía y la complicidad. La posición de Latinoamérica respecto a Cuba pasó, con el transcurrir del tiempo, de la tímida condena a la admiración. Admiración no solo por el líder histórico que pudo confrontar a la principal potencia mundial a tan solo unas cuentas millas de distancia, sino por el sistema que este edificó en medio del muy cacareado “bloqueo económico”.

Detrás de la construcción épica y el relato propagandístico, queda relegada la realidad de un pueblo que ha vivido oprimido por más de sesenta años.

Poco o nada se habla de innumerables violaciones a los derechos humanos que han vivido y siguen viviendo diariamente los cubanos, un país cuya existencia parece condenada de manera indefinida al atraso y al olvido de un continente que, salvo honrosas excepciones, prefirió tenderle alfombra roja al dictador antes que condenar sus desmanes.

Para algunos presidentes latinoamericanos, la figura de Fidel Castro representaba la figura del hermano mayor rebelde con el que decidían juntarse cuando necesitaban llamar la atención de los Estados Unidos. Aunque estos presidentes creían que utilizaban a Castro en su juego de geopolítica infantil, la realidad es que eran ellos los utilizados.

El castrismo supo aprovechar cada una de las puertas que se le abrían en la región para expandir su proyecto ideológico y formar cuadros políticos capaces de responderle directamente.

Un replanteamiento de la estrategia intervencionista de la isla tras el fracaso de los movimientos insurrecciónales, financiados durante la década de los sesenta y los setenta por Fidel Castro.

De allí que el devenir de los venezolanos hoy dependa de lo que pase con Cuba. Aquí también se le recibió con honores, por cierto, mucho antes que lo hiciera Chávez. Las consecuencias las estamos viviendo. Nunca antes nuestra historia estuvo tan atada a la de otro país y aunque en esta última etapa hemos contado con la solidaridad de muchas naciones, falta más determinación de parte de algunos. Es complejo pero a la vez sencillo, la verdad es que nada cambiará sin que se decida antes desde Cuba.

No somos más que rehenes de un sistema que no dejará de expandirse; todo lo contrario, que aspira a recuperar, a través de las oportunidades que le permite la democracia, los espacios que ha ido perdiendo en la región.

Frente a esta avanzada no hay respuesta común, muchos siguen pensando que es posible convivir con dictaduras sin que eso amenace a sus democracias. Si alguien quiere confirmar lo contrario, solo tiene que mirar al norte del sur.

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¿Qué ha pasado en Venezuela ocho años después de la muerte de Chávez?

El 5 de marzo de 2013 falleció Hugo Chávez, luego de 14 años sentado en la silla del Palacio de Miraflores. Para ese momento no se hablaban de migraciones masivas, sanciones ni existían los niveles de crisis. 

Ocho años después, la historia es otra con Nicolás Maduro como heredero de la llamada revolución bolivariana. 

¿Qué ha cambiado en ocho años? Aquí los aspectos más destacables: 

Migración

Venezuela dejó de ser un país receptor de inmigrantes: casi 5,5 millones de venezolanos, lo que representa cerca del 20 % de la población del país, han emigrado principalmente a través de las fronteras terrestres, convertidas en el último quinquenio en lugares de abundante movimiento.

Inseguridad

En 2013, Venezuela registró casi 25.000 homicidios. Según las mismas estimaciones del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en 2020 las muertes violentas fueron 11.891, mientras que el Gobierno habla de un número menor a los 8.000 asesinatos. Aunque Chávez implementó una decena de planes para disminuir los homicidios, fue durante la Administración de Maduro cuando estos números cayeron.

Pobreza

En los primeros 13 años de la revolución, Venezuela pasó de tener a la mitad de su población en la pobreza a menos de un tercio, un indicador que fue reconocido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Hoy, según estimaciones no oficiales, el 96 % de los venezolanos es pobre y el 80 % vive en la miseria, sin capacidad de cubrir necesidades básicas como la alimentación.

Legitimidad

Aunque Chávez fue señalado de autoritario, la legitimidad incuestionable de su Ejecutivo le permitió hacer negocios con todo el mundo y liderar escenarios políticos y económicos. 

Maduro, en cambio, es señalado de “violador de derechos humanos” por la oposición y por diversas organizaciones nacionales e internacionales. Con un presidente reelegido en unas votaciones cuestionadas, la política exterior es defensiva y el margen de maniobra financiero del país se ha diezmado.

Control de cambio

El Estado fundado por Chávez controlaba cada dólar o moneda extranjera, pues así lo dispuso el presidente hasta su muerte.

Ahora, los venezolanos manejan más dólares que bolívares en medio de una dolarización de facto que se impuso a la fuerza debido a la escasez del papel moneda nacional y a la constante devaluación de estos billetes. En la Venezuela de Maduro, los dólares circulan rampantes por doquier.

Sanciones

La animadversión de Chávez con el “imperio” norteamericano lo llevó a calificar al presidente George W. Bush de “diablo” y expulsar al embajador estadounidense en 2010.

Esta enemistad no escaló más hasta que Maduro se hizo con el poder y, desde entonces, Estados Unidos ha emitido más de 400 sanciones económicas, una política a la que se han sumado otros países americanos y europeos, lo que se ha traducido en un bloqueo comercial.

Oposición

Las fuerzas políticas que se oponen a la revolución estaban, al menos en apariencia, más unidas que nunca cuando Chávez falleció. Ese hecho, en las primeras de cambio, las reanimó en sus propósitos de poner fin al poder chavista.

Luego de derrotas electorales, reveses políticos y apuestas fallidas, la oposición venezolana está desmembrada, sin fuerza y sin propuesta, justo cuando la popularidad del Gobierno está en el suelo.

Ayuda

La Venezuela de Chávez ayudó con millones de dólares en el desarrollo de países desfavorecidos gracias a la inagotable chequera de la industria petrolera.

La Venezuela de Maduro requiere ayuda humanitaria urgente pues millones de ciudadanos tienen necesidades básicas insatisfechas. El país pasó de hacer donaciones millonarias a recibir la asistencia de Naciones Unidas para intentar saciar el hambre de una sociedad que vive su más acuciante crisis.

¿Qué dice la gente? 

Usuarios de la red social Twitter expresaron su opinión sobre el aniversario del fallecimiento de Hugo Chávez. 

Mientras sus seguidores publicaron mensajes recordando el legado del expresidente, también se publicaron tuits recordando la noticia de su muerte y de los cambios que causó en Venezuela.

 

Con información de EFE

La iniquidad de Marjorie y otros jueces

Foto sup. La jueza Marjorie Calderón; imagen inf.: policías apuntando a pistoleros de Puente Llaguno, en abril de 2002. Comp. N. Silva / Runrunes.

Marjorie vuelve a ser mencionada en los medios a raíz de que el ciudadano Arube Pérez, exfuncionario de la Policía Metropolitana, saliera de “donde toda incomodidad tiene su asiento”, como decía el manco inmortal. Arube estuvo preso injustamente durante 17 años y 10 meses. Por la misma causa, siguen en la ergástula de Ramo Verde Luis Molina, Héctor Rovaín y Erasmo Bolívar, quienes fueron sentenciados a 30 años de presidio.

Esa misma pena fue aplicada a Julio Rodríguez y a los comisarios Lázaro Forero y Henry Vivas, quienes por razones de salud no están en la cárcel, pero sí sujetos a restricciones. Iván Simonovis tuvo igual sentencia, pero afortunadamente logró fugarse. Marco Hurtado salió recientemente en libertad, después de cumplir casi 17 años injustamente preso.

Simonovis, ocupaba el cargo de Secretario de Seguridad Ciudadana del Distrito Capital, los otros citados formaban parte del grupo de Policías Metropolitanos que intentaba impedir que los civiles armados en Puente Llaguno, convocados por el presidente Chávez, José Vicente Rangel y Freddy Bernal, agredieran a la marcha opositora.

Quien esto escribe no leyó sobre esos hechos, ni se los contaron. Los viví, junto con mi esposa, como participantes de la marcha pacífica en la que acudíamos a la sede del gobierno a solicitar la renuncia al presidente.

Al poco tiempo de subir por la avenida Baralt, escuchamos disparos procedentes de Puente Llaguno. Vimos caer, aparentemente muerto, a un participante de la marcha. Nos protegimos detrás de un quiosco de periódicos. No vimos disparar a la policía, pero posteriormente hubo fotos y quizá algún video, donde se aprecia al menos a uno de ellos con un arma de fuego en la mano. El libro Las balas de abril, de Francisco Olivares y el documental Radiografía de una mentira, de Thaelman Urgelles y Wolgang Shalk, recogen fidedignamente los sucesos de ese 11 de abril 2002.

También asistí a algunas de las audiencias del juicio. En el mismo, el comisario de la policía judicial, CICPC, Domingo Chávez, dio testimonio de que las pesquisas no habían podido determinar la responsabilidad de los imputados. Fue destituido por ser honesto al atenerse a los hechos. Anteriormente, el juez Doménico Di Gregorio había negado la solicitud de privación de la libertad de los mencionados porque no encontró  elementos de convicción. Por ello, el presidente Hugo Chávez ordenó públicamente su destitución. Ninguno de los testigos promovidos por la fiscalía atribuyó responsabilidad individual a los acusados. La experticia evidenció que ninguna de las armas de los policías había causado muertes, ni lesiones. La fiscalía ni siquiera pudo probar que esas armas habían sido disparadas.

Entre la jueza Marjorie Calderón y la fiscal Haifa El Aissami decidieron imputar y dictar sentencia por solo dos de los 19 asesinados y por varios heridos. Unos policías fueron sentenciados por homicidio calificado en complicidad correspectiva, otros por homicidio calificado frustrado y los tres comisarios por cómplices necesarios en la comisión de homicidio calificado. Por seguir instrucciones de Miraflores, Marjorie Calderón fue premiada con la designación de magistrada del Tribunal Supremos de Justicia y Haifa El Aissami como representante de Venezuela ante la Corte Penal Internacional con sede en La Haya.

Los miembros de la PM citados trabajaron y estudiaron en la cárcel; sin embargo, no fueron favorecidos con la disposición de reducir un día de la pena por cada dos trabajados o dedicados al estudio. Los jueces Rosa De Freites Vieira y Francisco Motta les negaron esa medida alternativa de cumplimiento de la pena. Los jueces Cintia Meza, Oswaldo Flores y Enrique Leal también negaron derechos a los procesados.

El magistrado del TSJ Eladio Aponte, después de asilarse, declaró que los jueces cumplían órdenes de Hugo Chávez. Los numerosos pistoleros captados en videos, disparando en contra de los manifestantes, no fueron apresados y Chávez les concedió amnistía. Tampoco fueron sentenciados los guardias nacionales que asesinaron a opositores en las cercanías del liceo Fermín Toro. El libro Las balas de abril, del periodista Francisco Olivares y el documental Radiografía de una mentira, de Thaelman Urgelles y Wolfang Schalk, recogen fidedignamente esos sucesos

Quienes participamos en esa marcha agradecemos la protección de los policías metropolitanos, quienes evitaron una masacre mayor. Los abogados José Luis Tamayo, Theresly Malavé e Igor Hernández han sido unos adalides en defensa de los policías. Yajaira de Forero, esposa de Lázaro, se graduó de abogada y ha sido una valiente defensora de los derechos humanos. Igualmente, la abogada Bony Pertinez de Simonovis. El Foro Penal Venezolano ha denunciado los numerosos casos de arbitrariedades de los jueces. Según esa organización, actualmente hay 329 presos políticos.

Jueces y militares son los responsables de que perdure la usurpación de los Poderes Públicos, con las consecuentes violaciones a la Constitución. La tendencia general es a culpar en mayor grado a los militares, porque al tener las armas pueden poner fin a la dictadura. Como no proceden, violan el artículo 333 de la Constitución que obliga a cualquier ciudadano a contribuir a restablecerla. Es decir, que los militares pecan por omisión.

Por el contrario, los jueces civiles y militares pecan por acción, tanto por avalar las violaciones a la Constitución, como por condenar a inocentes.

Al mencionar a Marjorie Calderón, estamos incluyendo a la mayoría de los jueces que han dictado sentencias contrarias al derecho.

Los policías metropolitanos: los presos políticos más antiguos del chavismo. Vídeo de NTN24

Como (había) en botica

El joven Josnars Adolfo Baduel, secuestrado en el Sebin del Helicoide desde hace nueve meses, fue asfixiado mecánicamente en cinco oportunidades, sufrió descargas eléctricas y lesiones por haber sido colgado. No le permiten las visitas de su abogado, ni de sus familiares, según denunciaron sus valientes hermanas Margareth y Andreína Baduel. También su padre, Raúl Isaías Baduel, preso político desde enero del 2017, ha sido sometido a malos tratos en el Sebin.

Lamentamos el fallecimiento de Neri Hernández Hernández, compañera de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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Feb 21, 2021 | Actualizado hace 3 años
ArmandoInfo: La fábrica de Haier quedó en blanco
Cuando está por cumplirse una década de aquel evento, en Yare quedó, más que una línea blanca, una promesa en blanco

 

Gracias a un acuerdo entre gobiernos, la empresa china Haier apoyaría la creación de una fábrica venezolana con insumos y transferencia de »know how». Si se hubiera hecho realidad, para este 2021 ya casi todos los hogares venezolanos tendrían una nevera, una lavadora y un aire acondicionado de esa marca hechos en Venezuela. Sin embargo, al tiempo que proyectaba la producción local de electrodomésticos baratos, el gobierno de Hugo Chávez, importó 750 millones de dólares de esos aparatos, y la fábrica nacional fue una decepción.

El 25 de noviembre de 2011, el presidente Hugo Chávez dirigía a distancia y de forma televisada el comienzo de la construcción del complejo industrial de electrodomésticos Haier.

Una comitiva de ejecutivos chinos, sentada en el estudio del presidencial Palacio de Miraflores, mirando en sus pantallas al presidente venezolano por un lado, y al inicio de la obra por el otro, estaba atenta a la traducción que les llegaba por los audífonos.

Fuera del estudio, en la transmisión remota desde San Francisco de Yare -población del estado Miranda, a 77 kilómetros al oeste de Caracas-, estaba Yuri Pimentel, entonces viceministro venezolano de Planificación, como maestro de ceremonias de un momento auspicioso. Cuatro palas enterradas en la arena le acompañaban, un lazo rojo de adorno en cada una de ellas y una piedra fundacional en el medio del terreno, junto a un representante de la empresa china de electrodomésticos.

El proyecto prometía -de corto a mediano plazo- la independencia tecnológica para que en Venezuela se llegaran a fabricar los artefactos domésticos de la llamada línea blanca (lavadoras, cocinas, neveras, aires acondicionados) a bajo costo para los hogares pobres de Venezuela. Nadie lavaría más nunca a mano, ni pasaría calor. Mucho menos perdería la comida por falta de refrigeración. Así lo ordenó en ese momento Chávez.

Cuando está por cumplirse una década de aquel evento, en Yare quedó, más que una línea blanca, una promesa en blanco. 

Como se dio el negocio en la práctica, China pagó y se dio el vuelto: los préstamos de Beijing para financiar el levantamiento de la fábrica de electrodomésticos en esa localidad de los Valles del Tuy finalmente se usaron para comprar productos terminados de ese mismo tipo al propio país asiático.

*Vea el reportaje completo AQUÍ 

Runrunes de Bocaranda: MEDIO – ¿Y EL ESEQUIBO SE PERDERÁ?

 ¿Y EL ESEQUIBO SE PERDERÁ?

El 26 de enero de 2021, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, advirtió sobre las «históricas ambiciones del imperialismo británico» de proyectar la usurpación de territorio venezolano hasta Punta Barima, localidad ubicada en las costas del estado Delta Amacuro. A través de su cuenta en Twitter, Padrino López escribió: «El imperialismo británico proyectó siempre su dominio a Punta Barima, ya que le era de gran valor militar y expedito acceso a las entrañas de la patria a través del Orinoco para apropiarse de nuestras riquezas. No perdamos la perspectiva geoestratégica y la amenaza que representa».

Padrino López advierte sobre históricas ambiciones británicas de proyectar su dominio hasta la venezolana Punta Barima
Padrino López advierte en Twitter sobre históricas ambiciones británicas de proyectar su dominio hasta la venezolana Punta Barima.

Algo similar expresó en las reuniones del Consejo de Defensa y Seguridad de la Nación, donde reiteró, precisamente, que la fuerza militar venezolana está desplegada hasta la mencionada Punta Barima. Aunque tarde, después de un aciago reposo de unos años, ese Consejo que según lo reseñado en el artículo 38 de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación “tiene la competencia para definir todo lo relativo a la seguridad integral, incluyendo la asesoría de los sistemas de inteligencia, protección civil y demás organismos de seguridad ciudadana del Estado venezolano”, comenzó a realizar reuniones con académicos y diplomáticos de carrera, venezolanos, con amplia experiencia en el tema.

Recordemos que el Consejo se instala para discutir “los temas de Defensa y Seguridad de Venezuela frente a amenazas internas o externas que atentan contra la estabilidad y paz del país…».

 ¿ELUCUBRACIONES ROJAS?

En medio del apresuramiento ante las perspectivas de perder el Esequibo (bien por abandono, errores diplomáticos o el acuerdo de Fidel Castro con Hugo Chávez), algunos dirigentes rojitos han tenido la osadía de plantear un enfrentamiento militar, invadiendo el territorio en reclamación.

Los improvisados estrategas se cayeron de la mata cuando se les explicó que el territorio en reclamación, nuestro Esequibo, está ocupado por Guyana y las empresas petroleras transnacionales, tras Hugo Chávez haberles dado permiso para explorar el terreno y buscar petróleo para así “ayudar al vecino pobre” como lo planteó Cuba en su momento.

Durante el gobierno de Hugo Chávez el diferendo se archivó, en parte debido a las buenas relaciones entre el fallecido presidente venezolano y Georgetown. Como una forma de aumentar su influencia entre los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), con los que firmó benevolentes tratados de intercambio comercial bajo la figura de Petrocaribe, Chávez cambió la política hacia Guyana.

Incluso, en una visita en 2004 a Georgetown, el mandatario dijo: «El Gobierno venezolano no va a oponerse a ningún proyecto en la región que vaya en beneficio de sus habitantes (…) proyectos de agua, vías de comunicación, energía, proyectos agrícolas».

Durante la última década Guyana ha podido explotar la zona en consorcios con trasnacionales no solo estadounidenses, francesas, holandesas y brasileras, sino también chinas. La lista: PetroChina Co, Sinochem International, China Offshore Oil, ExxonMobil Corp, BP Plc, Total SA, Royal Dutch Shell, Lukoil, Equinor, Petrobras; así como las firmas comerciales Mercuria Energy, Vitol, Glencore and Freepoint Commodities. Lo que bien Fidel le “sugirió” en La Habana. Hoy hasta Cuba y los No Alineados respaldan a Guyana en su reclamación.

Otro fruto de Hugo Chávez en sus sueños realizados a costa de todos los venezolanos para “pasar a la historia”. Lo logró, pero a costa de destruir el país y convertirlo en pobre y controlado por bandas criminales…