GNB archivos - Página 2 de 60 - Runrun

GNB

Combates en Apure ocasionan nuevo éxodo de venezolanos hacia Colombia
A pesar de la ayuda humanitaria, que cubre las necesidades básicas, estos espacios no son aptos para las multitudes que los habitan actualmente

 

Los enfrentamientos entre la Guardia Bolivariana de Venezuela y las disidencias de las Farc, que tienen presencia en Venezuela, siguen provocado el desplazamiento de miles de personas a Arauquita, Colombia, desde La Victoria, estado Apure.

Son miles de familias que han llegado hasta Arauquita, Colombia, a refugios como el de La Rivera, uno de los 20 ubicados en ese municipio. La situación en este lugar resulta compleja, con más de 500 venezolanos albergados desde hace más de un mes, desde que se iniciaron los enfrentamientos entre las fuerzas militares venezolanas con las disidencias de las Farc y el ELN que se disputan el control del contrabando en la zona.

Los pobladores que llegan a Arauquita, desplazados por la ola de enfrentamientos, aseguran que la confrontación armada se debe a una ofensiva del Gobierno de Nicolás Maduro, contra una facción de las disidencias de las Farc, enemiga de otro grupo disidente de esta guerrilla, que tiene presencia en ese país y que está liderado por alias Iván Márquez y alias Jesús Santrich.

Niños, ancianos, mujeres embarazadas y jóvenes duermen hacinados en carpas ubicadas en canchas de cemento, ya no a merced de los disparos sino a la exposición de la COVID-19, por estar abarrotados en espacios improvisados, y mortificados por la integridad de los familiares que no pudieron salir durante la ofensiva y de los que ahora desconocen su paradero.

A pesar de la ayuda humanitaria, que cubre las necesidades básicas, estos espacios no son aptos para las multitudes que los habitan actualmente.

Los migrantes venezolanos agradecen la acogida de los colombianos. Les han salvado de las balas y bombas de los combates. Pero las condiciones de los albergues no les ponen a salvo del coronavirus.

“Nos sentimos amenazados, obviamente salimos corriendo con mujeres, niños y lo que teníamos a la mano, nos tocó salir huyendo. Es algo nuevo para nosotros en la comunidad, porque nunca habíamos sentido tal amenaza”, relata José Sánchez, habitante del estado de Apure, que con tristeza cuenta que jamás había sufrido esta situación, que espera cese pronto para poder regresar a su casa.

*Vea la nota completa en la VOA

Violaciones al derecho a la vida continúan en Bolívar y el Estado no se hace responsable
Durante el primer trimestre de 2021 hubo 15 víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales

La Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu) contabilizó nuevas víctimas de muertes potencialmente ilícitas, o presuntas ejecuciones extrajudiciales, durante el primer trimestre de 2021. Jesús Rodríguez, Anuar Al Assad, Iván José Guzmán, Adrián Alexander Aponte y María Hernández fueron algunos de los ciudadanos ejecutados durante hechos de violencia armada en este período.

Durante el primer trimestre de 2021 hubo 15 víctimas contabilizadas en el estado Bolívar; además, al registro se suman dos víctimas por actuaciones de grupos irregulares en el sector bajo Caura del municipio Sucre.

Este hecho de violencia armada fue alertado por la organización de la sociedad civil Kapé-Kapé; esta narró que el 27 de marzo María Hernández, educadora de la comunidad, fue asesinada junto a su esposo en un asalto perpetrado por grupos irregulares durante una presunta discusión en la mina de “Puerto Cabello”.

La organización explicó en su portal web: “Se presume que el grupo armado ya los había mandado a desalojar la zona para tomar control del terreno que habitaban”.

Codehciu ha alertado sobre el aumento descontrolado de la violencia en el estado Bolívar derivado de la minería ilegal, el incremento de grupos irregulares armados al sur, y la ausencia de medidas gubernamentales para garantizar la vida de los bolivarenses. En marzo de 2020, la organización publicó sobre 18 masacres tras cuatro años de la creación del Arco Minero del Orinoco (AMO). Por otro lado, gracias a su investigación sobre los desaparecidos en contexto minero, hasta agosto del año pasado registró al menos 77 personas desaparecidas en las minas al sur de Venezuela en los últimos ocho años. 43% de estas son mineros o comerciantes.

Cabe destacar que una violación de derechos humanos puede ocurrir por acción u omisión del Estado. El Protocolo de Minnesota, documento internacional que es utilizado como herramienta ante la investigación de muertes potencialmente ilícitas, explica que para que estas sean consideradas una violación al derecho a la vida se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos:

En primer lugar: la muerte puede ser causada por actos u omisiones “del Estado, de sus órganos o agentes” o, incluso, puede ser atribuible a este. Se toma en cuenta la obligación que tiene para respetar la vida humana.

Este primer término incluye no solo las muertes causadas por las fuerzas de seguridad, sino que también entran aquellas que han sido perpetradas por paramilitares, milicias o “escuadrones de la muerte sospechosos de actuar bajo la dirección del Estado o con su consentimiento o aquiescencia”.

En segundo lugar: cuando la muerte sobrevino mientras la persona se encontraba detenida o bajo custodia del Estado, sus órganos o agentes, en lugares en los que este ejerce mayor control sobre la vida del individuo.

En tercera instancia, la muerte puede ser resultado “del incumplimiento por el Estado de su obligación de proteger la vida”, esto incluye cualquier situación en la que este no ejerza la diligencia debida para garantizar la protección de las personas ante amenazas externas “o actos de violencia por agentes no estatales”.

El protocolo resalta que los Estados deben proteger y hacer efectivo el derecho a la vida, mediante el ejercicio de la debida diligencia para impedir la privación arbitraria de la misma por agentes privados.

Esta es una obligación especialmente importante cuando los agentes del Estado tienen la información específica sobre amenazas contra una o más personas.

Víctimas y victimarios

Según los datos de presuntas ejecuciones extrajudiciales ocurridas en el último trimestre, el órgano de seguridad más involucrado en estas violaciones de derechos fue el Servicio de Investigación Penal del Estado Bolívar (Sipeb). Este contabilizó 5 casos y supera al Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), que en la mayoría de los reportes anteriores se ubicaba en primer lugar.

Otro órgano estadal también sumó al registro: la Policía del Estado Bolívar (PEB) que ejecutó a dos ciudadanos. Y una persona privada de libertad, en los calabozos del Centro de Coordinación Policial de Guaiparo, murió en el hospital Dr. Raúl Leoni de San Félix, municipio Caroní. Se trató de Iván Guzmán Olivos, de 46 años. La organización de la sociedad civil Una Ventana a la Libertad reportó que el hombre sufría de tuberculosis y falleció el 7 de febrero esperando medida humanitaria por parte de tribunales.

Codehciu registró que entre los órganos nacionales vinculados a presuntas ejecuciones extrajudiciales se encuentran la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Guardia Nacional (GNB), y las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), con 2 víctimas cada uno. Además, el Cicpc sumó 1 caso.  

El 26 de enero de este año la familia de Al Assad Nasser desmintió, en entrevista con el Diario Primicia, el presunto enfrentamiento en el que fue ejecutado su ser querido; estos aseguraron que el hombre no estaba armado durante su encuentro con funcionarios del Eje de Investigaciones de Homicidios del estado Bolívar. “A él lo ajusticiaron, ni siquiera nos dieron una explicación”, destaca una cita en la nota de prensa publicada.

El medio de comunicación también relata que el hecho ocurrió en el estacionamiento del Mercado Municipal de Chirica. Familiares narraron que la víctima presuntamente fue ejecutada por un funcionario vestido de civil.

Jesús Rodríguez Dique fue otra víctima registrada y sus familiares de igual forma desmintieron el presunto enfrentamiento en el que fue ejecutado por efectivos de la PNB a inicios de febrero en Caroní.

La madre, que además es víctima indirecta de la presunta ejecución, narró al Diario Primicia que el hombre de 28 años, quien era pescador, fue ejecutado por funcionarios que llegaron a su vivienda. Rodríguez recibió al menos cuatro impactos de bala en su patio.

El monitoreo registró que Caroní fue el municipio con más casos contabilizados, con un total de 9 durante este primer trimestre. Le siguen: Angostura del Orinoco con 3; El Callao con 2 y Roscio con 1 caso.

La organización enfatiza en que los Estados tienen la obligación internacional de garantizar la vida como derecho, que constituye un pilar para el desarrollo de la dignidad humana. Pero en Bolívar las arbitrariedades de las fuerzas de seguridad estatales continúan protagonizando titulares en medios de comunicación regionales.

Llamado al cese de la violencia

Codehciu inició su monitoreo de presuntas ejecuciones extrajudiciales en el estado Bolívar en 2018. Las recomendaciones que esta y numerosas organizaciones de la sociedad civil venezolana han hecho a los organismos del Estado ante la exigencia del derecho a la vida no han sido escuchadas, y esto lo demuestran las cifras que cada año acumulan nuevos casos.

En 2020 hubo un total de 208 víctimas en Bolívar según los registros de la organización, monitoreados en medios de comunicación regionales y redes sociales. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) alertó sobre 2 mil ejecuciones extrajudiciales entre enero y septiembre de 2020 en Venezuela. La misma instancia había alertado que las cifras del gobierno arrojaron 5.287 muertes a manos de las fuerzas de seguridad en 2018.

En el informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, publicado en julio de 2020, sobre la Independencia del sistema de justicia y la situación de los derechos humanos en la región del AMO, se recomendó al Estado venezolano: llevar a cabo investigaciones efectivas y transparentes con el fin de desmantelar a las bandas criminales y elementos armados “que controlan las actividades mineras” y que enjuicie y sancione “a los responsables de crímenes y violaciones de derechos humanos en el AMO y las zonas aledañas”.

Asimismo, el Informe sobre la situación de los derechos humanos de la República Bolivariana de Venezuela publicado por la misma oficina en julio de 2019, enfatiza en sus recomendaciones hacia el Estado la necesidad de que se disuelva las FAES y se establezca “un mecanismo nacional imparcial e independiente, con apoyo de la comunidad internacional, para investigar las ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo en el curso de operaciones de seguridad”, además de asegurar que los responsables de estas mismas rindan cuentas y que se repare a las víctimas.

Codehciu exhorta al Estado venezolano a implementar el desarrollo de una política de formación a los integrantes de los cuerpos de seguridad. Además, a garantizar la vida de las personas privadas de libertad, y a realizar las debidas investigaciones, imparciales y eficaces, que permitan ubicar y castigar a los responsables de estas muertes en el estado Bolívar.

Los familiares de las víctimas registradas durante el monitoreo de la organización merecen respuesta del Estado venezolano, mediante una investigación imparcial que les garantice justicia, la no repetición de estos hechos y una reparación. De esta forma no solo se exige que se tomen en cuenta los casos reportados durante el pasado trimestre, sino también todos los denunciados en años anteriores.

#MonitorDeVíctimas | Capitán de la GNB avisó del suicidio de su ex y quedó detenido por homicidio

Hinmarian Saraí Castillo Guzmán, de 25 años de edad, era madre de dos hijos. Se había separado del militar porque la celaba demasiado y al parecer la maltrataba

 

Esta es la novena mujer que ha sido asesinada en Caracas por razones de género en lo que va de año, según datos del Monitor de Víctimas. 

 

@carlosdhoy

 

Hinmarian Saraí Castillo Guzmán, de 25 años, murió tras recibir dos disparos la noche del pasado martes 20 de abril. El hecho ocurrió en el urbanismo Simón Bolívar de Fuerte Tiuna, en la parroquia El Valle, municipio Libertador.

“Esta loca se disparó” fue el mensaje que su ex esposo, el capitán de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) Darío Montaño, envió en varias oportunidades a los familiares de la víctima, informaron fuentes judiciales.

Los primeros en llegar al lugar fueron funcionarios militares, quienes aceptaron la versión del suicidio, como tal lo escribieron en el reporte del hecho.

En principio fue reseñado que la mujer se disparó con el arma de reglamento del oficial. Sin embargo, al llegar los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) detectaron una serie de inconsistencias entre lo declarado y las evidencias, lo que sumado al testimonio de uno de los hijos de la víctima, permitieron descartar la versión del suicidio y el oficial fue detenido por presunto femicidio.

Se supo que la mujer se había separado de Montaño supuestamente porque el hombre era muy celoso y debido a que le propinaba múltiples maltratos.

Según versiones policiales, la joven falleció de forma instantánea al recibir los disparos. De acuerdo con la hipótesis del homicidio, el habría intentado simular que la madre de dos niños se había suicidado, para lo cual llamó a sus familiares y les informó que ella habría disparado.

Continúa la ola femicida

Según datos recopilados por Monitor de Víctimas, en lo que va de año al menos nueve mujeres han sido asesinadas en el marco de hechos de violencia de género en Caracas.

Daviana Mayerlin Luna Carpio, Claritza María Espinoza Ibarra, Adayari Sinay Olivares Vegas, Stefhanie Betzabeth Esqueda Chusmita, Nahomys Evelyn Lara, Mariajosé López Montilla, son los nombres de seis de las mujeres asesinadas hasta marzo de este año.

A la lista se suman al menos otras tres que murieron en los primeros 20 días de abril en hechos vinculados con la violencia de género.

Por su parte la socióloga Aimee Zambrano, a través de Monitor de Femicidios, observatorio que lleva adelante en la plataforma Utopix, denunció que 58 femicidios se registraron durante el primer trimestre de 2021 en Venezuela.

Según Zambrano el promedio de femicidios en el país sería uno cada 37 horas.

DDHH olvidados | Una canción para recordar a Manuel Sosa
Un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana fue señalado como el culpable del fallecimiento de Manuel Sosa durante una protesta en el estado Lara en mayo de 2017
El Ministerio Público no ha dado explicaciones sobre las diligencias realizadas para la detención del efectivo 

@ValeriaPedicini

“Y decirte que te extraño, aun cuando pasen los años jamás te olvidaré y siempre te guardaré en mi corazón”. Así dice la canción que Arturo Bello le escribió a su primo Manuel Sosa. Su madre y sus hermanas la han escuchado cientos de veces para recordar al joven asesinado en las protestas del año 2017. 

Es una melodía triste, lenta. Una canción que resume cómo la muerte de Manuel Alejandro Sosa Aponte, de 34 años, le cambió la vida a todos en la familia. 

Manu, como le decían cariñosamente sus amigos y allegados, fue la sexta víctima en fallecer en las manifestaciones de hace tres años en el estado Lara. En un registro llevado a cabo por Runrun.es durante 2017 en todo el territorio nacional, la cifra de muertos fue de 157. 

Salió a las calles de Barquisimeto a mostrar su descontento en las protestas de 2014, con la convicción de aportar a la lucha por un cambio. Sus conocidos recuerdan que Manuel soñaba de forma desmedida, sobre todo, con la libertad de Venezuela.

Con esa misma convicción Manuel salió a las calles en 2017, después de que la oposición convocara a los venezolanos para rechazar las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia que usurpaba las competencias de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora. 

Aunque Manuel trabajaba en un puesto de comida rápida y los horarios le complicaban asistir todos los días a las marchas. Aprovechaba a hacerlo los días miércoles y jueves, cuando estaba libre. 

Era uno de los líderes de los jóvenes de la “Resistencia”. Así que el 24 de mayo se reunió con sus compañeros, antes de la marcha que tendría lugar al día siguiente. “Mañana será un día muy bonito, mañana será el día”, fueron algunas de sus palabras. Insistía en que los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) irían con todo. “Lo que no sabía era que ese era el día que le tocaba irse, se estaba despidiendo”, dijo uno de sus amigos.

El jueves 25 de mayo fue a protestar cerca de su residencia después de acompañar a su papá a llevar a su hermana al trabajo y de desayunar juntos con su mamá. Manuel estaba en el distribuidor del sector Valle Hondo de la ciudad de Cabudare en el estado Lara, donde había un pelotón de la GNB. Las horas pasaban y pasaban, nada que regresaba a almorzar. 

Su padre le mandó un mensaje y Manuel le contestó que pronto iría a casa. Salió a buscar a su hija al trabajo y se encontró a su hijo. “Cuídate”, fue lo último que le dijo a su padre. 

Los testigos que estaban en el lugar cuentan que alrededor de las 3:00 de la tarde, uno de los efectivos sacó un arma de fuego y comenzó a disparar a los manifestantes de la protesta. Manuel ya estaba en camino a su casa, pero cuando escuchó las detonaciones y vio que uno de los muchachos cayó herido, Manuel corrió al distribuidor a ayudarlo y alejarlo del peligro.

El funcionario volvió a disparar, ahora directamente a Manuel. La bala lo impactó por debajo de su clavícula derecha y le salió por la espalda. Lo hirieron gravemente, pero en un último esfuerzo se levantó, saltó el elevado y caminó hasta su urbanización. Los vecinos lo auxiliaron y él les pidió que no lo dejaran morir porque tenía un hijo de cinco años que cuidar. 

Fue trasladado a la Clínica Quirúrgico Los Leones y lo metieron a quirófano. Estuvo en terapia intensiva donde luchó por su vida hasta las 11:40 de la noche cuando murió luego de sufrir un paro respiratorio. 

“Solo así pudieron silenciar una voz valiente, que resistió con coraje y se propuso luchar por un mejor país”, expresó a la ONG Justicia, Encuentro y Perdón uno de los amigos de Manuel que no quiso dar su identidad por miedo a represalias. 

La Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos, además de múltiples países, condenaron la represión de los agentes de seguridad. 

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) señaló a las autoridades del Gobierno de Nicolás Maduro de haber cometido múltiples violaciones de los derechos humanos, además de constatar el uso excesivo de la fuerza de funcionarios durante las manifestaciones. Asimismo, según el Acnudh, los agentes de seguridad son responsables de al menos 46 de las muertes, de las 124 investigadas por el Ministerio Público.

En un reporte publicado por el Foro Penal Venezolano en mayo de 2017, registraron que durante ese mes muchas personas presentaron heridas causadas por perdigones, balas u otros objetos como metras, cristales, trozos de metales que fueron disparados por efectivos militares, policiales o grupos paramilitares.

Aunque su familia denunció la actuación de los efectivos de seguridad del Estado, pensaron que no sabrían quién había sido el culpable por la cantidad de funcionarios que había ese día en el sitio donde Manuel murió. 

Pero 22 días después de lo sucedido valiéndose de testimonios, evidencias físicas y demás pesquisas de la Unidad Criminalística Contra la Vulneración de Derechos del Ministerio Público, se logró determinar que el primer teniente de la GNB, Johnnuar José Pastor Arenas Castillo de 30 años, adscrito en el Destacamento 123 de Cabudare, fue el presunto responsable de disparar el arma que le quitó la vida a Manuel Sosa. 

La Fiscalía 23 con competencia en Derechos Fundamentales solicitaron una orden de captura, pero fue en vano porque más de tres años después de la muerte de Manuel, la justicia no ha llegado. 

 

La detención de Arenas Castillo no se ha llevado a cabo y hasta fue “premiado” en un acto público. En un documento del Ministerio de la Defensa, del 29 de junio del 2017, y según resolución 019647, se indica que el presidente de la República lo ascendió al grado de Capitán.

Familiares de Manuel han denunciado que el Ministerio Público no da respuesta, ni a ellos ni a sus abogados, sobre las diligencias realizadas para la aprehensión de Arenas Castillo, y mucho menos se evidencia en el expediente que la investigación haya sido dirigida hacia la cadena de mando.

“A más de tres años del asesinato de mi hijo, el caso está totalmente paralizado, ninguna institución se pronuncia mientras el funcionario señalado de matar a Manuel sigue libre, y hasta fue premiado por su actuación al ser ascendido al grado de Capitán”, contó su padre Alejandro Sosa.   

“Estoy seguro, espero que más temprano que tarde, que habrá un giro en la dirección del país y en ese momento todos aquellos que hayan cometido  desmanes, burlado la ley, violentado el estado de derecho, tendrán que pagar; inclusive esa persona que le arrebató la vida no solamente a Manuel, que le cambió la vida a mi tía Maritza, a mi prima Melissa, a su hijo Mauricio y a todos los que estábamos a su lado”, manifestó su primo Arturo Bello. 

“Y que el futuro ya sin miedo calme todos los desvelos del ayer”, dice también Arturo en la canción que le escribió a Manuel, con la esperanza de que los días ayuden a aliviar el dolor de la pérdida. 

20 claves del informe de Provea sobre letalidad policial en Venezuela

El Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), en un trabajo conjunto con el Centro de Investigación de los Padres Jesuitas (Centro Gumilla), publicó un un informe en el que alerta que durante los primeros seis meses de 2020 los cuerpos de seguridad del Estado asesinaron a 1.611 personas, con un promedio de 9 muertes diarias.

A continuación, presentamos 20 claves sobre el informe de Provea:

Las miles de víctimas que deja la violencia institucional en Venezuela son consecuencia de una política de Estado, que combina el aliento brindado por las altas autoridades para la comisión de los abusos, y la impunidad estructural dado el copamiento del sistema de administración de justicia.

Los funcionarios actúan con plena libertad dada la certeza de que su conducta no será investigada ni sancionada, y debido a que cuentan con el respaldo de gobernadores, ministros y otras altas figuras de la gestión pública.

Cuando las víctimas no tienen “padrino político”, se asume como cierta la versión policial de que se produjo un enfrentamiento y, en consecuencia, el Ministerio Público no actúa. Son miles las familias que desean contar con el derecho a una investigación para esclarecer los hechos y sancionar a los posibles responsables de ejecuciones extrajudiciales. 

En la mayoría de los asesinatos perpetrados por la fuerza pública se presume la realización de ejecuciones extrajudiciales. (Por ejecución se entiende todas aquellas actuaciones en donde el agente de seguridad en funciones o no, dispara con el objetivo de causar la muerte de la víctima).

Falsos enfrentamientos, lo que se viene conociendo en América Latina como falsos positivos, en los que las autoridades presentan los hechos como si efectivamente las victimas emplearon armas contra policías y militares. En la realidad, las personas son detenidas y posteriormente asesinadas.

La Policía Nacional Bolivariana (PNB), principalmente a través de su cuerpo élite las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), es el cuerpo policial más letal.

En los primeros seis meses del año, la PNB fue responsable de 417 asesinatos, lo cual representa el 25,8% del total.

Muy de cerca el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) con 400 casos, lo que equivale al 24,83% del total.

En los dos últimos años en el debate público se ha opacado la responsabilidad del Cicpc en las cientos de presuntas ejecuciones ocurridas en el país. El señalamiento se ha centrado en el FAES puesto que actuando en menos estados del país es el cuerpo de seguridad que más atenta contra el derecho a la vida.

Las policías estadales fueron responsables de 399 presuntas ejecuciones, equivalente a 24,77%. Llama la atención la letalidad de la policía del estado Zulia responsable de 122 asesinatos, Aragua 65 y la del estado Carabobo con 54.

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) es responsable de 222 casos en su gran mayoría responsabilidad de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Llama la atención el significativo incremento en el número de casos responsabilidad de la FANB. Provea pudo identificar en 2019 la participación de la FANB en 55 presuntas ejecuciones. Al primer semestre de 2020 el número se elevó en 403%. Este resultado corresponde al cada vez más creciente proceso de militarización de las labores de seguridad ciudadana.

Las policías municipales fueron responsables de 57 presuntas ejecuciones. Estas policías, que están definidas como policías principalmente de carácter preventivo, participan con mayor frecuencia en operativos donde el resultado es dar muerte a presuntos delincuentes.

Los estados en los que la población sufrió con mayor rigor la violencia institucional de policías y militares fueron por orden de letalidad Zulia, Bolívar, Aragua, Lara, Carabobo y Miranda.

Mayo fue el mes en que policías y militares actuaron con mayor letalidad: 379 personas fueron asesinadas en un contexto de cuarentena por coronavirus, en el que la circulación de personas en la vía pública ha sido mucho menor, pero los operativos violentos contra la población no se han detenido. Solo entre los meses de marzo a junio, en plena cuarentena, los policías y militares asesinaron a 1.091 personas.

En un estudio elaborado en el año 2006 por la Comisión Nacional para la Reforma Policial, se señaló que un indicador de la letalidad policial es la desproporción entre bajas policiales-militares y de civiles. Es decir, que se reporten fallecidos y lesionados del lado de los ciudadanos pero no se reporten muertes en las filas de los órganos de la fuerza pública durante los llamados “enfrentamientos”.

Fortalecer la visión militarista y las prácticas de “mano dura” debilitan el concepto de seguridad ciudadana y obstruyen los necesarios consensos democráticos para avanzar en la adopción de políticas públicas, que ayuden a superar los altos índices de violencia y criminalidad en el país. 

Según ha dicho la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “Los gobiernos autoritarios y las dictaduras militares que actuaron en el Hemisferio en las últimas décadas desconociendo las obligaciones internacionales de los Estados en materia de garantía de los derechos humanos, dejaron como legado una situación de permanente reproducción de la violencia”. 

Urge detener la masacre por goteo que se realiza a diario en Venezuela, e investigar y sancionar a todos los responsables meteriales e intelectuales de abusos contra los derechos humanos en el contexto de operativos policiales y/o militares

Al conformarse en el país una estructura institucional favorable a la impunidad, adquiere cada vez mayor importancia la activación de mecanismos de investigación independientes que contribuyan a que los responsables de las violaciones de derechos humanos rindan cuentas ante la justicia. 

Para leer el informe de Provea haz clic aquí

DDHH olvidados | Un corazón que volvió a latir
Cuando iniciaron las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro en abril de 2017, Óscar se unía a las manifestaciones para mostrar su descontento
La oficina de Acnudh señaló a las autoridades del Gobierno de Nicolás Maduro de haber cometido múltiples violaciones de los derechos humanos en dichas protestas

Carmen Ruiz estaba en su casa en Puerto La Cruz cuando un amigo le escribió por Facebook para preguntarle si conocía a un joven que tenía agregado entre sus contactos. “Él es mi hijo”, le contestó. El siguiente mensaje que recibió le heló la sangre: “Está herido”. 

La angustia la invadió. Quería salir corriendo, pero no encontró ningún transporte que la pudiera llevar a la capital. Estaba desesperada, pero no tenía otra opción. Tuvo que esperar al día siguiente mientras miles de preguntas revoloteaban en su mente porque nadie le explicaba la gravedad de lo sucedido ni el estado de su hijo.

En una calle de Altamira, en medio de una protesta antigubernamental en Caracas, el corazón de Óscar Navarrete había dejado de latir. Una bomba lacrimógena impactó en el lado izquierdo de su pecho y le provocó un paro cardiorrespiratorio. El 18 de mayo de 2017, el joven estuvo sin signos vitales por 40 minutos. 

La gente que tenía alrededor lo montó en una moto y fue trasladado a una clínica cercana en el este de la ciudad. Los médicos le practicaron reanimaciones pero no respondió ni al primero, ni al segundo, ni al tercer intento. “Ellos acostumbran a hacer tres reanimaciones, pero a él le practicaron cuatro”, cuenta su madre. Cuando ya no había muchas posibilidades de que reaccionara, Óscar lo hizo. 

El muchacho quedó en estado de coma. Pasó unos cuantos días en terapia intensiva y cuando lo movieron a una habitación tras mostrar una pequeña mejoría, un segundo paro cardíaco hizo que estuviera otros 25 minutos sin signos vitales. Hicieron las segundas maniobras de reanimaciones para regresarle el aliento.

Los doctores fueron directos con el diagnóstico: “Tu hijo va a quedar en estado vegetal”. Con todos los pronósticos en contra, Carmen se negaba a aceptar la idea de que ya no había más nada que hacer por él. Tampoco hizo caso de la sugerencia de desconectarlo de las máquinas. Ella pensaba que si Dios le había dado una segunda oportunidad a Óscar, más nadie le podía arrebatar la vida de esa manera.

En esas condiciones fueron trasladados a un centro de rehabilitación de un hospital público para iniciar con las terapias para recuperar la movilidad. Carmen cambió las paredes de su habitación por las del centro de salud. No se separaba de su hijo, a quien atendía y cuidaba a tiempo completo con paciencia y amor. 

Óscar fue reaccionando poco a poco al tratamiento fisiátrico. Al inicio estuvo con la mirada perdida, sin moverse, sin reaccionar a las terapias. Le pusieron un gastrostomo y un trasqueostomo porque no podía comer ni respirar por sí mismo. No caminaba y tampoco hablaba. 

La primera señal de su recuperación fue cuando su mirada tuvo intención. Empezó a buscar a la gente y a seguirles el paso con los ojos. Carmen vio la diferencia en su hijo y lo supo: Óscar estaba saliendo del estado vegetativo.

Volver a nacer

Óscar Navarrete se había mudado a Guarenas con sus abuelos en búsqueda de mejores oportunidades educativas y laborales. Tenía 18 años y estudiaba el último año de bachillerato. Cuando iniciaron las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro en abril de 2017, él se unía a las manifestaciones para mostrar su descontento. A veces iba con algunos miembros de su familia, a veces solo. 

El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) contabilizó 6.729 manifestaciones entre abril y julio de 2017 en todo el territorio nacional. Es decir, 56 protestas diarias. 

El 18 de mayo, en una actividad llamada “marcha contra la represión”, Óscar vio a la cara el uso excesivo de la fuerza de los cuerpos de seguridad del Estado cuando una bomba lacrimógena disparada a quemarropa, a menos de 10 metros de distancia, le golpeó el pecho. Manifestantes y paramédicos le contaron a Carmen que el responsable había sido un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). 

El joven es parte de los 4.000 heridos en las protestas de 2017, estimación realizada por la organización Foro Penal Venezolano. En un informe señalaron que el impactar con bombas lacrimógenas directamente hacia el cuerpo de la gente representa una “conducta de represión sistemática y agresiva” que poco tiene que ver con la intención de dispersar manifestantes, “sino más bien de causarles heridas y contusiones de gravedad”. 

Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) señaló a las autoridades del Gobierno de Nicolás Maduro de haber cometido múltiples violaciones de los derechos humanos en dichas protestas, además de constatar el uso excesivo de la fuerza de funcionarios que fue generalizado y siguiendo un patrón común. 

“Desde que comenzaron las protestas, las fuerzas de seguridad recurrieron al uso desproporcionado de bombas lacrimógenas contra los manifestantes, sin antes agotar el recurso a otros medios menos dañinos, tales como el diálogo o el uso de barreras para separar a las personas que participaban en las protestas”, reza el informe publicado en 2017. Señalaron que la GNB empleó el grado de violencia más alto contra manifestantes. 

Según cálculos de médicos registrados en el informe de Acnudh, entre 10.000 y 12.000 personas pudieron haber sido lesionadas en los primeros 100 días de protestas. 

Mientras estaban en la clínica, durante los primeros días después de lo ocurrido, una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) se acercó al sitio en busca de Óscar para llevárselo preso. “Ellos creían que mi hijo estaba mejor”. Lo querían imputar por agravio a la propiedad del Estado. Carmen hizo la denuncia en el Ministerio Público, pero hasta la fecha no han recibido respuestas ni han sido identificados los culpables.

Desde ese día de mayo de 2017, la vida de Óscar no volvió a hacer la misma. No pudo continuar con sus estudios, su sueño de estudiar criminología para parecerse a los personajes policiacas de sus series de televisión quedó suspendido.

Una vez superado el diagnóstico del estado vegetal, el joven tuvo que aprender todo otra vez desde cero: caminar, comer, hablar, escribir. Por culpa de un edema cerebral tras pasar tantos minutos sin signos vitales, tampoco recuerda lo que pasó hace tres años cuando salió a protestar y cayó herido. Ha recuperado algunos recuerdos, pero hay muchos momentos que siguen en blanco. Todavía se le complica registrar nuevas memorias a corto plazo: si hace algo, es probable que se le olvide al poco tiempo. 

El camino de la recuperación no ha sido fácil. Los pasos que ha dado han sido poco a poco, pero no han sido suficientes. La lucha ha sido a largo plazo.

Al año de estar en el centro de rehabilitación, fueron desalojados. El director del hospital se había enterado que un joven de las protestas estaba en el sitio. La orden fue recoger sus pertenencias y salir de ahí, sin haber recibido el alta médica y sin haber completado sus terapias. “Nos corrieron como unos perros”. Pasaron un tiempo en Guarenas, hasta que regresaron a su hogar en el estado Anzoátegui.

A partir de ahí, el proceso de mejoría se hizo más cuesta arriba. Carmen no cuenta con los recursos económicos para costear tratamientos, pastillas, inyecciones, exámenes, consultas, rehabilitaciones. Incluso para trasladarse hasta Caracas para sus terapias. Muchas veces, pide donaciones o colaboraciones para cubrir los gastos de Óscar, aunque en ocasiones puede pasar tiempo sin tomar un medicamento o hacer un ejercicio.

Y aunque ha avanzado, tres años después su recuperación no ha terminado. Hacen lo que pueden con lo poco que tienen. Carmen no deja de luchar ni un minuto por el bienestar de su hijo y no pierde la esperanza de que se haga justicia.

72 personas fueron asesinadas por torturas entre 2013 y 2019
La cifra representa un aumento de 176,92% en comparación con 2018

72 personas fueron asesinadas bajo torturas entre enero de 2013 y diciembre de 2019 de acuerdo a un informe de la ONG Provea.

La informacion se desprende en el marco del día internacional de apoyo a las víctimas de tortura, este 26 de junio.

La cifra representa un aumento de 176,92% en comparación con 2018, lo que representa el registro más alto de los últimos 30 años.

2019 fue el peor año con 23 personas asesinadas.

Faes a la cabeza

1.747 víctimas fueron responsabilidad de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) cuando actuaron en operaciones individuales, mientras que 1.910 murieron en acciones conjuntas con otros organismos de seguridad.

Por su parte, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) fue señalado en la comisión de 31 casos que involucraron a 943 afectados, cuando actuó de manera individual, mientras que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuando actuó en operativos sin ninguna otra corporación acumuló 53 denuncias que incluyeron a 381 muertes.

Igualmente se encuentran entre los cuerpos que cometen abusos a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Policia Nacional Bolivariana, Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y grupos de colectivos.

Un patrón generalizado y sistemático por parte de la gestión de Nicolas Maduro para aplastar a la disidencia fue el que evidenció la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas presidida por la chilena Michelle Bachelet.

 

 

 
GNB detiene en Falcón a supuesto implicado en la Operación Gedeón
Al sujeto lo detuvieron en Mene Mauroa en el estado Falcón y lo identificaron como Juan Fredd Jesús Acosta Ysea

Efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) detuvieron este lunes 18 de mayo a un hombre presuntamente vinculado con la llamada Operación Gedeón en Falcón.

De acuerdo con la cuenta de Twitter de la GNB, se detuvo al supuesto implicado en la Operación Gedeón en Mene Mauroa en el estado Falcón, y lo identificaron como Juan Fredd Jesús Acosta Ysea.

Por su parte, el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional (Ceofanb) felicitó la incorporación de la Guardia Nacional a estas labores de búsqueda.

Vale recordar que la búsqueda corresponde al operativo desplegado desde inicios de mes para atrapar a aquellos que presuntamente participaron en la Operación Gedeón.

Según reseña de Tal Cual, hasta la fecha se emitió privativa de libertad contra más de 30 personas por estar supuestamente involucrados en la Operación Gedeón

Entre aquellos contra quienes va la medida, está el segundo de la GNB Leonardo Chirinos Parra, funcionario adscrito a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) en el estado Zulia.

Al respecto, hasta ahora suman más de 70 personas encarceladas por su supuesta vinculación con el plan develado el 3 de mayo cuyo objetivo final era la captura del gobernante Nicolás Maduro.

De acuerdo con el reporte de funcionarios del chavismo, hasta el 13 de mayo, poco más de 50 personas fueron detenidas presuntamente por participar en el plan.