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Asamblea exhorta al Papa Francisco por la crisis humanitaria en Venezuela

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La Asamblea Nacional exhortó al Papa Francisco para que realice un llamado que permita abrir un canal humanitario en el país, además del cese a la persecución política y el respeto a los derechos humanos en el país.

«Cada día que pasa es una vida menos, no podemos esperar», dice parte de la misiva que envió el presidente de la AN, Julio Borges, a nombre de la junta directiva del Parlamento venezolano.

En el comunicado remitido al Vaticano, Borges reitera que el país vive una crisis humanitaria sin precedentes, situación que han registrados diversas organizaciones no gubernamentales, «cada semana cuatro niños mueren por desnutrición, el índice de escasez de medicinas supera el 90% y millones de venezolanos cruzan nuestras fronteras huyendo de la tragedia».

En la carta, la junta directiva resalta que esta situación es producto de «un sistema que concibe el poder como fuerza para la dominación de la persona humana y se muestra indolente frente a los efectos de la crisis humanitaria».

Además, se destaca que al hambre y la enfermedad se suma la persecución política, pues quienes generaron las condiciones de hambre y cierran el paso a la ayuda humanitaria, «se empeñan en permanecer en el poder a toda costa».

https://twitter.com/JulioBorges/status/903269664821833728

Médicos del Hospital Pérez de León cierran vía como protesta por escasez de medicinas

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Por la falta de insumos en el Hospital Ana Francia Pérez de León, los médicos y demás personal cerraron el acceso hacia Petare en forma de protesta la mañana de este viernes 11.

Asimismo, pacientes y familiares se unieron a la protesta por la misma exigencia de que el centro de salud sea abastecido con medicamentos.

El acceso de la vía hacia Petare a la altura de Palo Verde permanece cerrada por conos y obstáculos que colocaron los médicos para impedir el tránsito vehicular.

 

Papa Francisco expresó su preocupación por situación en Venezuela a obispos de la CEV

CEV Papa Francisco

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se reunió con el Papa Francisco en Roma el pasado jueves 8 de junio para exponer la crisis y los conflictos que atraviesa Venezuela, ante la que el Papa expresó su preocupación y dolor, y aseguró que comparte la misma percepción que tienen los obispos venezolanos sobre la situación.

El Papa Francisco ratificó su apoyo a los obispos venezolanos y les invitó a seguir del lado de la gente, a no abandonarlos en su empeño por alcanzar un país más justo, a seguir trabajando por la paz y a hacer todo lo que puedan por los más vulnerables, «cuenten con mi ayuda en favor de la gente que hoy pasa hambre y necesita medicamentos».

 

Al Papa le fue entregado una recopilación de las Exhortaciones Pastorales y Comunicados de la Presidencia a los largo de los dos últimos años. También se hizo entrega de un dossier, preparado por el departamento de medios de comunicación social de la CEV, sobre las víctimas de la violencia durante las protestas, además de un informe preparado por Cáritas de Venezuela sobre la grave situación en materia de salud, alimentación, inseguridad, desnutrición infantil y otros indicadores sociales que hablan de la gravedad de la crisis en la que hoy se ha sumido la población.

 

Lea el comunicado a continuación: 

A las 9:40 de la mañana, del jueves 08 de junio de 2017, hora local de Roma, fueron recibidos en audiencia por el Papa Francisco, los miembros de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana: Mons. Diego Padrón, Arzobispo de Cumaná, Presidente de la CEV; Mons. José Luis Azuaje, Obispo de Barinas, Primer Vicepresidente; Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal, Segundo Vicepresidente; Mons. Víctor Hugo Basabe, Obispo de San Felipe, Secretario General, S. E. Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas y S. E. Cardenal Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida, ambos presidentes honorarios de la CEV.

El Papa Francisco recibe a la directiva de la CEV en una de las aulas del Palacio Apostólico, en una reunión de 50 minutos, más de lo habitual, iniciando esta con una lectura por parte de Mons. Diego Padrón en su condición de Presidente de la CEV, ratificando su profunda comunión con el Sucesor de Pedro y agradecerle su manifiesta preocupación por Venezuela. Las palabras leídas por Mons. Padrón expresaban, entre otras cosas, de forma muy clara, la situación actual de aumento de conflictividad como consecuencia del profundo sufrimiento al que se viene sometiendo al pueblo de Venezuela y al que ahora se suma el empeño del Gobierno nacional en un proceso constituyente peligroso e innecesario y que no es la solución para los graves males que aquejan a los venezolanos.

Terminada la lectura del discurso, por parte del presidente de la CEV, el Papa Francisco toma la palabra para expresar de forma inmediata su preocupación y dolor por lo que está pasando Venezuela. «Estoy al tanto de todo los eventos que se están produciendo en el país». Expresó además que comparte completamente la percepción que tienen los obispos sobre la situación venezolana y aseguró al Episcopado Venezolano que contaban con todo el apoyo y la simpatía de todos los órganos de la Santa Sede. De esta manera el Papa Francisco reafirmó que en la voz de los obispos venezolanos también resonaba la suya.

Francisco ratificó su apoyo a los obispos venezolanos y les invitó a seguir del lado de la gente, a no abandonarlos en su empeño por alcanzar un país más justo, a seguir trabajando por la paz y a hacer todo lo que puedan por los más vulnerables, «cuenten con mi ayuda en favor de la gente que hoy pasa hambre y necesita medicamentos».

El Papa Francisco hizo saber a los 6 miembros de la presidencia de la CEV que algunos de los que sirvieron como facilitadores en el fallido intento de diálogo del último trimestre del año 2016, han insistido en Solicitar a la Santa Sede su participación en un nuevo proceso, sin embargo, la respuesta ha sido contundente: La Santa Sede, sólo tomará parte en una nueva iniciativa de diálogo, siempre y cuando el gobierno cumpla con las cuatro condiciones ya expresadas en la Carta del Cardenal Parolín a inicios de diciembre de 2016, es decir: la apertura de un canal humanitario que permita hacer ingresar al país alimentos y medicamentos, la presentación de un cronograma general de elecciones, el respeto a la autonomía de la Asamblea Nacional y, la liberación de los detenidos por causas políticas.

En el contexto de la reunión, los obispos venezolanos hicieron entrega al Papa Francisco de una recopilación de las Exhortaciones Pastorales y Comunicados de la Presidencia a los largo de los dos últimos años. También se hizo entrega de un dossier, preparado por el departamento de medios de comunicación social de la CEV, sobre las víctimas de la violencia durante las protestas. Explicaron al Santo Padre la saña con la que están actuando los órganos de seguridad del Estado contra los jóvenes que exigen un cambio de rumbo en el país. Al entregar este informe, los obispos, hicieron la salvedad que, desde que están en Roma, el número de víctimas por la represión aumentó, atreviéndose a mostrarle al Papa Francisco la fotografía del joven Neomar Alejandro Lander Armas de 17 años, muerto por el impacto de una bomba lacrimógena. La inmediata conmoción que se dibujó en el rostro del Papa Francisco fue evidente al ver la imagen y pidió a los obispos hacer llegar sus palabras de consuelo a los familiares de todas las víctimas.

También se le entregó un informe preparado por Cáritas de Venezuela sobre la grave situación en materia de salud, alimentación, inseguridad, desnutrición infantil y otros indicadores sociales que hablan de la gravedad de la crisis en la que hoy se ha sumido la población.

La audiencia terminó con la bendición del Papa Francisco, quien pidió hicieran extensiva esta bendición a todo el pueblo venezolano, ratificando su preocupación y apoyo a Venezuela y que en la voz de los obispos venezolanos también resonaba la suya.

 

Red Venezolana de Gente Positiva: No hay medicinas para las 75.000 personas con VIH en el país

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La vida de 75.000 venezolanos peligra por la falta de antirretrovirales así como la escasez de reactivos para las pruebas de carga viral, linfocitos T4 y ELISA, ni leche maternizada para los niños de madres seropositivas, lo cual es responsabilidad del Ministerio de Salud, denunció la Red Venezolana de Gente Positiva (RVG+).

Los depósitos del Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar) y el Suministro de Medicamentos (Sumed) no cuentan con medicamentos antirretrovirales para las personas con VIH/SIDA en al menos 20 de los 23 estados del país, informaron integrantes de RGV+, quienes realizan monitores en puntos focales de todo el territorio nacional.

Además, reportan que están agotados los inventarios de fármacos indicados para las enfermedades oportunistas de las personas inmunosuprimidas, tales como toxoplasmosis, citomegalovirus, tuberculosis, criptococosis, sarcoma de caposi y neumonía por neumocitis carine. Los medicamentos en presentaciones pediátricas, para niños con VIH, están totalmente agotados. Con esto inicia nuevamente la crisis de desabastecimiento de los fármacos, afirma el secretario de la Red, Estevan Colina.

Los fármacos Complera, Viraday, Ritonavir, Atazanavir no están disponibles en ninguna de las farmacias de antirretrovirales del Ministerio del Poder Popular para la Salud, afirma el secretario.

Además, no hay reactivos para los exámenes de Carga Viral y de Subpoblación de Linfocitos T4, que son los exámenes de control que deben realizarse las personas con VIH dos veces al año; ni reactivos para la prueba ELISA de 4ta generación para realizar el despistaje de VIH a las embarazadas y así activar los protocolos para evitar que los niños de madres seropositivas se infecten. A esto se suma el hecho de que el Ministerio de Salud no garantiza las fórmulas sucedáneas de la leche maternizada a los niños que no pueden ser amamantados, ni tampoco los complementos nutricionales que requieren las personas en etapa SIDA, con síndrome de desgaste físico, informa la RGV+.

Todos estos medicamentos tienen que ser adquiridos en divisas a través del Fondo Estratégico de la OPS/OMS, pero según información fidedigna que ha llegado a la RVG+, en el Gobierno nacional hay un retraso de 6 meses en la transferencia de los recursos para la compra del año 2017, lo cual compromete los tiempos de entrega de estos medicamentos. A esto se suman los los controles aduanales que obstaculizan aún más el proceso de despacho.

Por tal motivo, las personas con VIH y las ONG integrantes de la RVG+ le hacen un llamado al nuevo ministro de Salud, Luis López, para que realice las gestiones pertinentes que garanticen los medicamentos antirretrovirales, medicamentos para enfermedades oportunistas, reactivos para los exámenes de control, sucedáneos de leche maternizada y complementos nutricionales, pues todos son necesarios para garantizar los derechos humanos a la vida y a la salud de los 75.000 venezolanos que dependen de la gestión de este despacho.

*Con información de nota de prensa

Por falta de medicamentos, pacientes renales “están condenados a morir” dice Acecanh

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El presidente de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Nefrología (Acecanh), Guillermo Álvarez Estévez, afirmó hoy que en Venezuela los pacientes crónicos renales “están condenados a morir” por la falta de medicamentos y el cierre de los programas de Diálisis Peritoneal y Trasplante Renal.

A través de un comunicado emitido en Santo Domingo, el especialista dominicano se hizo eco de una denuncia de la Sociedad Venezolana de Nefrología sobre el deterioro progresivo de la salud de los pacientes renales crónicos en la nación suramericana.

Álvarez Estévez, también vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión, consideró “inhumana y desastrosa la situación que padecen los pacientes renales en Venezuela al carecer del acceso a los programas de Diálisis y Trasplante Renal en ese país”.

El presidente de Acecanh afirmó que el Gobierno de Nicolás Maduro “atenta contra la vida de los pacientes en falla renal al cerrar la entrada de nuevos ingresos a los programas de diálisis peritoneal por la falta de materiales”.

Venezuela vive una crisis debido a una ola de protestas que inició el 1 de abril pasado y que ha dejado al menos 65 muertos, según cifras oficiales.

Médicos aseguran que una nueva Constitución no resolverá la crisis de salud

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Un grupo de médicos venezolanos reiteró hoy su denuncia sobre la escasez de medicamentos en el país y rechazó la iniciativa del presidente Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, pues consideró que esto no resolverá la crisis que hay en el área de la salud.

“Señores, la salud de los venezolanos no va a mejorar ni va a cambiar con una nueva Constitución. La salud de los venezolanos va a mejorar con un Gobierno que tenga eficacia y que tenga la capacidad de garantizar los insumos (materiales médicos)”, dijo el coordinador de la organización Médicos por la Salud, Danny Golindano.

En una rueda de prensa, Golindano, que se encontraba en compañía de la presidenta de la Sociedad de Medicina Interna, Maritza Durán; el presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatria, Huniades Urbina, y de unos 20 representantes del gremio de la salud, reiteró la petición de que se permita una “ayuda humanitaria”.

El pasado 24 de marzo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, informó que pidió ayuda a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para “regularizar” el suministro de medicamentos en el país. Sin embargo, Golindano negó que se hayan recibido medicamentos.

Por su parte, la presidenta de la Sociedad de Medicina Interna expresó que el país caribeño “está viviendo en este momento la peor crisis de salud de toda su historia republicana” y sostuvo que cuando se evalúa la escasez de medicamentos se observa que en vez “de mejorar lo que hace es acentuarse”.

Además, el pediatra Huniades Urbina pidió al Ministerio de Salud y a la Defensoría del Pueblo velar porque los materiales médicos, los medicamentos y “los equipos estén al día y lleguen en cantidad oportuna y suficiente” para los pacientes internados en los hospitales.

Este grupo de médicos, además de mostrar su rechazo a la Constituyente convocada por Maduro hace una semana, anunció que en los próximos días el gremio de la salud realizará una manifestación, de la cual ofrecerán detalles luego.

Venezuela atraviesa una crisis de escasez y desabastecimiento de medicinas desde hace dos años por lo que el Parlamento, de mayoría opositora, declaró la emergencia humanitaria y pidió al Ejecutivo permitir ayuda internacional para resolver el tema.

Laboratorios farmacéuticos no reciben divisas desde octubre y desconocen si recibirán pronto

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A inicios del 2016 la Asamblea Nacional (AN) decretó una crisis humanitaria por la falta de medicamentos, insumos médicos y precariedades que sufren las clínicas y hospitales del país, situación que ha aumentado los índices de mortalidad por no cumplir los tratamientos recetados por los médicos correspondientes.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son más de 150 medicinas las que conforman la lista de remedios esenciales, sin embargo en Venezuela se vive actualmente el mayor déficit de insumos médicos en la historia del país, siendo una de las pocas naciones que no aportan cifras oficiales a la OMS que permitan dar evidencia de los constantes declives en la salud.

Según información suministrada por el presidente de la Federación de Farmaceutas Venezolanos (Fefarven), Freddy Ceballos, en los laboratorios no se está produciendo el 85% de las medicinas básicas que atienden a pacientes crónicos que utilizan hipertensivos, antiepilépticos, insulina, quimioterapias, e incluso tratamientos continuos como los anticonceptivos.

“Tenemos productos que tienen un índice mayor a ese porcentaje, pero ese es el promedio generalizado” explicó Ceballos, agregando que la causa principal del déficit se debe a la no liquidación de divisas por parte del Estado, lo que significa una traba para los laboratorios y farmacias, pues el 95% de los insumos de la producción de medicamentos o materia prima es importada.

En octubre del 2016 se liquidó por última vez las divisas para estos insumos, detalló Ceballos, resaltando que en cualquier país del mundo las industrias estarían alarmadas, porque no se tiene una respuesta concreta de cuándo volverán a tener los recursos necesarios para que la salud en Venezuela deje de estar en crisis.

“Esto está acabando con la producción” alertó Ceballos, pues las empresas que producen los fármacos se encuentran trabajando a un 50% de sus capacidades óptimas, generando desempleo pues necesitan recortar personal para mantenerse en funcionamiento.

Asimismo se ha acrecentado la lucha de los ciudadanos en búsqueda de los fármacos y la decepción al encontrarlos a precios exorbitantes pues “el Gobierno ha permitido la dolarización de algunos productos en unos laboratorios”. Esto, aunado a los niveles inflacionarios que alcanzan un 800% aproximadamente, no permite que se puedan comprar las medicinas.

Ceballos plantea como solución crear un convenio realista, “el Estado venezolano debe tener la suficiente capacidad para decirle a las empresas cuáles son los recursos que tienen para trabajar, pero que se sinceren”, dijo.

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Mar 20, 2017 | Actualizado hace 5 años
Relatos del Absurdo | Con la medicina pero sin la cura
Para tratar la hepatitis C el gobierno entregó a 15 pacientes un medicamento de 135.000 dólares que caducó, pues para su efectividad se requería combinarlo con una medicina de menor valor que nunca llegó.

 

Erick Lezama para Relatos del Absurdo*

HAY UNA CARTA QUE COMIENZA ASÍ: “Somos la Asociación Civil Hepatitis C Venezuela, y nos dirigimos a usted con la finalidad de plantear la problemática de los portadores de hepatitis C. Si esta enfermedad no se trata a tiempo, lleva a cirrosis hepática y puede causar cáncer de hígado”. El texto dice que, para curarse, los pacientes necesitan tomar un tratamiento compuesto por un medicamento que puede costar 135 mil dólares, y por otro más económico. Al final del escrito, aparece la siguiente frase: “Nos encontramos desesperados, ya que la enfermedad no espera y está progresando (…) es curable, pero estamos completamente desasistidos”.

La comunicación está fechada el 9 de mayo de 2016 y va dirigida al Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, pero hay, entre 2015 y 2016, más de 70 versiones de esa misiva, con pocas modificaciones, y con diversos destinatarios: la Asamblea Nacional, el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, el Instituto Nacional de Higiene, la Vicepresidencia de la República, el Ministerio de Industrias y Comercio, el Ministerio de Salud, y sus Viceministerios de Recursos e Insumos Médicos y de Salud Colectiva.

María Goncalves –41 años, orfebre, paciente con hepatitis C– es quien ha redactado esas cartas. Las tiene archivadas en una carpeta y las muestra como prueba fehaciente de su esfuerzo.

–Mira que no nos hemos quedado con los brazos cruzados. Mira todo lo que hemos recorrido.  Mira…

En ese recorrido ella y otros 14 pacientes lograron que el Ministerio de Salud les donara el 22 de diciembre de 2015 dosis suficientes de un medicamento de 135 mil dólares que puede erradicar una enfermedad que hasta hace poco era de difícil curación. La entrega se realizó en una ceremonia pública en la que los beneficiarios sintieron que los hicieron parte de un show. Las cámaras no hicieron que la donación tuviera utilidad: el producto venció sin que pudieran usarlo.

Debían ingerirlo en combinación con otra medicina, cientos de veces más barata, que antes abundaba en el país pero que en los últimos dos años no ha estado disponible. La buscaron por todas partes sin éxito y no pudieron evitar perder lo que habían recibido de manos de las autoridades.  Ahora están en un nuevo peregrinaje por otra oportunidad. Esperan que una puerta se abra, porque algo les ha quedado muy claro: tocar no es entrar.

Ya tengo fibrosis…

Una persona contagiada con hepatitis C puede pasar hasta dos décadas sin síntomas mientras, de a poco, el hígado se va erosionando. Cuando los malestares aparecen –dolor abdominal, hinchazón, fatiga, fiebre, picazón, inapetencia, ictericia, náuseas y vómitos– suele ser porque el daño es avanzado.

María no tiene signos que hagan evidente su enfermedad. Pero al decir que ya tiene fibrosis hepática –etapa previa a cirrosis– su voz resuena temblorosa. Después de un silencio, termina la frase:

–Sé que por dentro me voy deteriorando.

Hace seis años, cuando la diagnosticaron, su médico le indicó un coctel compuesto por Ribavirina e Interferón, la única opción que entonces la ciencia manejaba, y que apenas ofrecía 50 por ciento de posibilidades de erradicar el virus que produce la hepatitis. Como en el país no se producen, esos medicamentos son importados por el gobierno y eran distribuidos gratuitamente en dispensarios denominados Farmacias de Alto Costo. María los retiró allí sin inconvenientes.

–Los tomé durante un año. Los efectos secundarios eran severos como los de una quimioterapia: se me caía el cabello, me sentía decaída. Al terminar, pensé que había funcionado. Pero a los meses una prueba volvió a dar positivo.

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El antiviral Sofosbuvir tiene 90 por ciento de efectividad pero cuando se le combina en coctel con otros fármacos.

(Foto: Cortesía del Diario La Región/ Adaptación: Sandra Barrón)

Continuó en control médico. En 2014 vio luz cuando supo de un gigantesco adelanto: la aparición en el mercado internacional de un antiviral de última generación llamado Sofosbuvir. Su efectividad, según estudios científicos, es mayor a 90 por ciento pero para lograrla debe ser complementado con otra medicina. Dependiendo del perfil clínico del paciente, puede ser una de estas: Ombistavir, Ritonavir, Paritaprevir, Davlastavir, Ledipasvir, Interferón Pegilado o Ribavirina. El médico de María le recetó una píldora diaria de Sofosbuvir y dos de Ribavirina por doce semanas.

Sofosbuvir –comercializado por la biofarmacéutica estadounidense Gilead bajo la marca Sovaldi– tiene, sin embargo, una gran desventaja: el precio. El monto de 135 mil dólares para alcanzar todas las dosis requeridas ha desatado protestas de diversas naciones y organizaciones, a partir de lo cual Gilead permitió que 11 empresas de la India produjeran una versión genérica y la distribuyeran a menor costo en 101 países, entre los que no está Venezuela, mientras que sí figuran, por ejemplo, otras naciones latinoamericanas como Cuba, Bolivia, Haití, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Aun así, la organización Médicos del Mundo insistió en que seguía siendo “inasumible por los sistemas de salud”.

A María nada de eso la intimidó. A través de las redes sociales contactó a otras 14 personas que estaban en su misma situación. Fundaron la Asociación Civil Hepatitis C Venezuela, para sumar fuerzas y solicitar al gobierno la importación del fármaco.

Después de insistir e insistir lograron la donación del Ministerio de Salud en diciembre de 2015. Fue una parte del primer y último lote del medicamento que hasta ahora ha llegado a Venezuela. El resto se vendió en Badan, la única droguería privada que expende fármacos de alto costo. Fueron 105 envases que se ofrecieron al público en un precio más que razonable: 26 mil bolívares (unos 2.600 dólares, al cambio regulado de 10 bolívares por dólar que aplica para el sector de la salud). El 1 de febrero de 2016 se agotó el inventario.

Quienes recibieron la donación o compraron el medicamento empezaron entonces una carrera contra el tiempo. Los frascos de Sofosbuvir se vencían en octubre de 2016 y los complementos no estaban disponibles. No se les encontraba en las Farmacias de Alto Costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, donde antes se podían retirar gratuitamente, ni en Badan, donde no lo han ofertado desde 2015. Así fue como caducaron cuando la mayoría ni siquiera tuvo tiempo de emplearlos.

Una paradoja salta a la vista en esta historia: tanto Sofosbuvir como Ribavirina son “de obligatorio cumplimiento por el Sistema Público de Salud”, pues figuran en la  Lista de Medicamentos Esenciales para el país. Aunque el gobierno informó en marzo de 2016 que se invertirían 50 millones de dólares en la importación de medicamentos de alto costo, como parte de un plan que garantizaría el inmediato abastecimiento, la Federación Farmacéutica Venezolana calcula que la escasez de ese tipo de medicinas en más de 75 por ciento.

Los pacientes recibieron los frascos de Sofosbuvir rodeados de cámaras de televisión, flashes y reporteros.

–Eso fue un show…

El Ministerio de Salud convocó a los medios de comunicación para que quedara constancia de la entrega. La noticia apareció con títulos pomposos en portales y diarios venezolanos: “Pacientes con hepatitis C reciben gratis medicamento que cuesta 135 mil dólares”. Algunas de las notas publicadas recogen una elocuente declaración de Henry Hernández, entonces Viceministro de Recursos, Tecnología y Regulación: “Esto se logró con una inversión de más de dos millones de bolívares por parte del Ministerio de Salud. Este medicamento es uno de los más caros en la historia de la industria farmacéutica y era impensable para los pacientes tenerlo. El día de hoy lo estamos entregando y haciendo justicia”.

“No dijeron que estaban entregando el coctel incompleto. Todo fue muy improvisado: había una pila de cajas e iban repartiendo los potes sin chequear los informes médicos para verificar las dosis de cada quien. Todos recibimos la cantidad que necesitábamos porque estuvimos pendientes de que así fuera. Después redacté un informe dejando constancia de lo que nos entregaron y lo envié al Ministerio”, recuerda María.

Ese día les prometieron que pronto los complementos llegarían a las Farmacias de Alto Costo o que el Ministerio de Salud los traería; y además les aseguraron que comenzarían a importar Sofosbuvir con frecuencia. Nada de eso ocurrió.

Solo uno de los 15 pacientes que recibió el fármaco donado pudo tomarlo, porque unos familiares le enviaron desde el exterior la otra parte del tratamiento. No está claro cuántas personas compraron Sofosbuvir en Badan, pero fuentes de la droguería advierten que la situación de quienes lo adquirieron allí debe ser la misma: “Como no tuvieron la otra parte del coctel, seguro también se les venció en las manos”.

Uno de los miembros de Hepatitis C Venezuela, cuando recibió Sofosbuvir, ya tenía cirrosis hepática. Como no llegaba al país el otro componente del tratamiento, intentó comprarlo en el exterior, pero no pudo. En Venezuela, dado el control de cambio que rige desde 2003, eso es cuesta arriba. Si alguien necesita hacerse con moneda extranjera, debe introducir una solitud ante Cencoex, organismo gubernamental que puede o no aprobarla. “Se metieron los papeles para que nos asignaran las divisas y siempre los devolvían”, dice uno de sus familiares que prefiere el anonimato. El paciente falleció esperando.

Un frasco de 30 pastillas de Ribavirina cuesta 167 dólares en la farmacia Locatel en Miami. La cantidad de píldoras requeridas varía según las particularidades de cada diagnóstico. Pueden ser, como en el caso de María, dos diarias por doce semanas. Es decir, seis envases a razón de 1.002 dólares.

María no sacó esas cuentas. Sabía que cualquiera que fuera el monto no lo podría pagar. Como las solicitudes ante Cencoex no prosperan, la opción que le quedaba para comprar los seis frascos de Ribavirina en Miami era recurrir al mercado negro de divisas. Al cierre de octubre de 2016, mes en que se vencieron los envases de Sofosbuvir, se cotizaba en 1.501 bolívares. Habría tenido que pagar 1,5 millones de bolívares. Una suma inaccesible para los menguados bolsillos de cualquier ciudadano en un país en recesión: se hubiesen requerido 67 salarios mínimos de entonces para lograr la compra.

–Es imposible que compremos Ribavirina en el exterior. Somos personas de bajos recursos.

Así lo explicaba María en septiembre de 2016, un mes antes de que caducara el fármaco.

–Tratamos de hacerle ver al Ministerio que se va a perder el gasto que hicieron. ¿Es posible que teniendo un medicamento costosísimo corramos el riesgo de que se caduque porque no tenemos uno más barato, que antes jamás faltaba?

La Asociación Hepatitis C Venezuela ha crecido. Ahora son más de 65 los pacientes que integran esta iniciativa. A través de las redes sociales, hicieron una campaña para captar la atención de Dani Alves, estrella de la selección brasilera de fútbol y jugador de la Juventus de Italia, quien, como parte de un programa de responsabilidad social, había firmado un convenio con una de las farmacéuticas que produce la versión genérica de Sofosbuvir, para otorgar mil tratamientos a personas de Bolivia, Brasil y España.

Alves aceptó ayudar también a 50 pacientes venezolanos. Al conocer la crítica situación del país, accedió a ampliar el donativo a 300 tratamientos, que incluyen Sofosbuvir y algunos de los complementos. Una donación que es una victoria: la esperanza de curarse.

La única condición que Alves puso fue que la entrega se realizara mediante el Ministerio de Salud. En mensajes privados, Hepatitis C Venezuela le explicó al deportista que el gobierno no se ha mostrado interesado en recibir este tipo de ayudas humanitarias. La respuesta de Alves fue: “¿Pero cómo haré para ayudar? (…) Las ayudas no pueden ser de cualquier manera”. Más tarde escribió: “Estamos buscando la mejor manera, pues necesitamos que el gobierno libere el envío, no se puede, infelizmente, hacer de cualquier manera”.

Las conversaciones han continuado vía correo electrónico. La organización ha insistido en que el despacho sanitario dé a conocer los trámites necesarios, pero no ha obtenido respuestas claras. En una reunión a finales de octubre de 2016, les prometieron celeridad. De acuerdo con Rosalía Perazzo, médico hepatólogo, como se trata de un donativo, se debe esperar la autorización del Instituto Nacional de Higiene y el Ministerio de Salud. Pero nada concreto ha ocurrido. El donativo se ha quedado atascado en trámites burocráticos.

–Lo que pido es que acepten la ayuda que está ofreciendo el señor Alves. Lo que estamos viviendo nos llena de impotencia. Mi salud va empeorando. Me han aparecido nuevas patologías. Es desesperante – ha enfatizado Raquel Dugarte, otra de las pacientes.

El hígado –ubicado en el cuadrante superior derecho del abdomen tiene funciones claves dentro del cuerpo. “Filtra muchas sustancias, desintoxica el organismo, sintetiza las proteínas. Cuando alguien tiene hepatitis C, este órgano se comienza a deteriorar y no puede hacer su trabajo”, explica Perazzo.

La Organización Mundial de la Salud calcula que en el mundo hay 150 millones de personas con hepatitis C. No hay forma precisa de saber cuántos son venezolanos, porque en la nación no existe un registro fidedigno. Las estimaciones de hospitales como el Clínico Universitario de la Universidad Central de Venezuela señalan que serían unos 300 mil. Pero los especialistas creen que pueden ser muchos más. Porque, sostiene la doctora Perazzo, no fue sino hasta la década de los 90 cuando se comenzaron a aplicar pesquisas para descartar la sangre que contuviera el virus, apenas descubierto en los años 80. Haber recibido una transfusión antes de esa época es un factor de riesgo, pues la vía más frecuente de contagio es el contacto directo con sangre contaminada; y en menor medida, las relaciones sexuales.

Los afectados insisten en que el Estado cree un programa especial que garantice el tratamiento a cualquier venezolano contagiado. Por eso han protestado muchas veces:

–Una vez lo hicimos a las puertas de la Vicepresidencia de la República –recuerda María–. Como no querían escándalo, nos recibieron: nos dijeron que se comunicarían con nosotros, pero no sucedió. Lo único que nos falta es encadenarnos en las puertas para que nos den una respuesta.

En busca de respuestas, hace meses también lograron reunirse con Luisana Melo, quien entonces era ministra de Salud y afirmaba públicamente que las  fallas de fármacos de alto costo en el país han sido puntuales, y que la escasez no es de medicamentos sino de marcas comerciales. En aquel encuentro breve, los pacientes le explicaron lo que estaban viviendo. María recuerda que ella les respondió con los argumentos que usan los dirigentes políticos oficialistas: les dijo que hay una guerra económica que busca derrocar al presidente Nicolás Maduro, y que el país bebe el trago amargo de la caída de los precios del petróleo. Los puso en contacto con su asistente. Les indicó que enviaran por correo electrónico los informes médicos de los afectados. Les pidió paciencia.

Los pacientes salieron y cerraron la puerta.

* Relatos del Absurdo es una iniciativa periodística liderada por IPYS Venezuela y CONNECTAS, que busca ofrecer insumos informativos para entender las dificultades que vive la sociedad venezolana hoy. Vea todo el especial acá http://connectas.org/relatos-del-absurdo/

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