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Vargas Llosa pide a comunidad internacional presionar a Maduro a llamar a elecciones

MARIO VARGAS LLOSA, premio Nobel de Literatura, advirtió este lunes que la democracia corrupta permite golpes de Estado y confusiones como la del chavismo, al referirse al caso de Venezuela durante una rueda de prensa en la ciudad de Guayaquil (Ecuador).

Vargas Llosa se refirió a la importancia de la democracia para sancionar a políticos corruptos desde una justicia independiente.

«Venezuela podría ser el país más alto en niveles de vida del continente y tal vez del mundo, se ha destruido sistemáticamente y ahora es prácticamente miserable por los errores cometidos, uno de ellos, darle cinco veces consecutivas el triunfo electoral al gobierno de Hugo Chávez», aseveró el escritor peruano.

«Esto debería llevarnos a reflexionar que ningún régimen autoritario creado alrededor de un caudillo es capaz de resolver problemas sociales, económicos y traer justicia; no hay un solo caso en el mundo que contradiga esta realidad», reflexionó.

Vargas Llosa apuntó que «la comunidad internacional debe presionar para obligar al gobierno de Nicolás Maduro a llamar a elecciones, porque es el único sistema que puede pacíficamente producir la transformación de Venezuela».

Consideró que el hecho que un país rico esté muriéndose de hambre, debería «agitar las conciencias de toda Latinoamérica, un continente que se ha visto afectado por dictaduras que crean perjuicios y una falta de libertad que destruye a los países».

El escritor aseguró que la región está mejor de lo que estaba cuando él era joven porque los latinoamericanos han entendido el significado de la democracia.

El ganador del Premio Nobel en 2018 consideró que la división entre izquierda y derecha en temas políticos no tiene tanto significado: «Tenemos que enfrentarnos al populismo desde el punto de vista democrático por las tendencias contradictorias; los populismos son un tóxico para la democracia; tenemos que combatir el populismo».

Autor este año de La llamada de la tribu, un libro de ensayos donde explica su transición del socialismo y el comunismo hacia el liberalismo, puso como contrapeso a Venezuela el caso de Chile, que considera interesante y positivo.

«En Chile hubo una política económica sensata, fue buena y los gobiernos la respetaron y perseveraron, ahora Chile es un país que prospera», aseguró.

Silencio pensado e impúdico, por Ramón Hernández

A los “pensadores”, sean poetas, letrados o intelectuales de postín, les fascina la buena vida y el poder, sentirse dueños de la voluntad y el destino de los otros, aunque no lo admiten. Si se les pregunta o se les increpa eluden dar una respuesta sincera o medianamente cierta. Acudirán a la cita de algún personaje o a la praxis de un amigo, nunca lo admitirán y siempre marcarán un distanciamiento teórico con los ejecutantes de hambrunas, limpiezas étnicas y demás iniquidades. Su éxtasis es secreto, como si se tratara de una vergüenza, lo es.

Quizás el caso más emblemático y cercano en cuanto a esa enfermiza simpatía por los tiranos sea la “amistad” entre Gabriel García Márquez y Fidel Castro, algo que ni el propio Gabo supo explicar. Decía que Fidel era un buen contertulio sobre temas literarios y un lector enfebrecido con quien era placentero conversar; claro, y pescar aguja, tomar whisky, comprar arte del siglo XVIII cubano y conocer de los acontecimientos mundiales con fuentes ahítas de información privilegiada. Quizás fuese verdad, pero ese tipo de lector es frecuente en los alrededores de los vendedores de libros en el pasillo de Ingeniería de la UCV y ahí nunca lo vimos participando en las discusiones sobre el realismo mágico o el nuevo periodismo. Su identificación era con el poder, estar al lado del hombre que decidía sobre vidas y haciendas, libertades o servidumbres.

El enamoramiento de García Márquez con el totalitarismo siempre fue perdonado, invisibilizado. Sea por haber escrito Cien años de soledad, por montar una academia de “nuevo” periodismo en Cartagena o por ser tan simpático como era le dispensaron su papel como agente de la felonía cubana. Si alguien señalaba la obvia contradicción entre lo que escribía y lo que hacía, le recomendaban no mezclar el arte con la realidad, dos naturalezas “distintas”.

Rotos los vínculos vivientes, el poder de sus muchos amigos y protectores, aparecen cuestionamientos y preguntas sobre su papel como promotor del modelo cubano, no en balde fue uno de los primeros agente de Prensa Latina, la agencia cubana de noticias que requería un ejercicio militante de la noticia. Por mampuesto y obvia consecuencia, son señalados también los catedráticos e intelectuales que han ensalzado el régimen que, modelado en Cuba, mira tú, ha traído hambre, destrucción y muerte al pueblo venezolano. Y no solo nos referimos al poeta Edmundo Aray o al buceador Luis Britto García, que ahora anda de embajada en embajada de Venezuela en el mundo dictando cursillos elementales, obvio, de marxismo, sino a todos los que guardan silencio ante asesinatos, torturas, desapariciones, detenciones arbitrarias y demás crímenes.

En democracia, el poeta Víctor Valera Mora, igual que Pablo Neruda, por ingenuo, ignorante o pendejo, estaba en su derecho de cantarle a Stalin, era un cadáver y no podía seguir asesinando inocentes. Sin embargo, el público municipal y espeso también tiene todo el derecho de cuestionar el proceder de sus “intelectuales”, en especial cuando lo abandonan en los momentos de mayor peligro.

El silencio de los intelectuales nacionales es escandaloso e impúdico. El país no les exige que se inmolen, sino un elemental acto de entereza moral y cívica: alzar la voz ante lo que cada día ven sus ojos y querella su espíritu: militarismo de sobra, ausencia de libertad y falta de insumos para vivir: comida, medicinas y seguridad. ¿Acaso necesitan que le escriban el texto en Cuba, como ocurrió en 1988 cuando 911 firmas mediáticas le dieron la bienvenida a Fidel Castro?

En otros momentos históricos algunos admitieron su equivocación, como haber apoyado el plan guerrillero cubano para destruir el proyecto democrático venezolano, pero fueron muchos los que prefirieron mantenerse solapados a la espera de mejores tiempos y resurgieron avispados con el proyecto militarista de Chávez y de destrucción de la economía de Jorge Giordani. Vistos los estropicios perpetrados resulta imposible perdonarlos. Serán enjuiciados y condenados. Los espera el basurero de la historia. Vendo mapa de tesoro perdido y despalillado.

Luis Ugalde: Todas las dictaduras del mundo siempre han acusado a la Iglesia de meterse en política

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En entrevista con César Miguel Rondón a través del Circuito Éxitos, el padre Luis Ugalde, exrector de la UCAB, expresó que la iglesia no puede cerrar los ojos ante la crisis del país, porque eso sería negar su razón de ser.

«A algunos en el poder les irrita que la iglesia no se calle ante las situaciones dramáticas que vive el país. Todas las dictaduras que han pasado por el mundo siempre han acusado a la iglesia de meterse en política. Eso no asusta ni engaña a nadie», manifestó.

Además, sé pregunto «¿por qué desde el poder le piden a la iglesia que se calle ante la mentira, si el país le exige todo lo contrario?».

Sobre la mesa de diálogo dijo que “se ha logrado hacer de esto una mala palabra. La primera instancia de diálogo es la Constitución y la segunda, el Parlamento”.

“El Gobierno desde el comienzo a jugado a poner una contradicción entre el Papa y la Conferencia Episcopal Venezolana, diciendo que ellos están con el Papa porque desean el diálogo y los obispos son politiqueros opositores y están en contra de esta decisión”, agregó.

Escuche la entrevista a Luis Ugalde en Circuito Éxitos

Sociedad cómplice, crisis de principios por Armando Martini Pietri

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Si no recuerdo mal fue César Zumeta quien señaló a la venezolana como una «sociedad de cómplices» en tiempos de la tiranía de Juan Vicente Gómez. Zumeta, escritor yaracuyano nacido en 1860, fue de los que sufrieron persecución y exilios de sucesivos opresores criollos como Guzmán Blanco, Joaquín Crespo y Cipriano Castro, aunque respaldó al dictador tachirense cuando se produjo el asalto europeo a Venezuela. Pero criticarlo le costó su tercer exilio. Regresó y fue colaborador de Gómez. Tras la muerte del dictador, Zumeta se exilió voluntariamente en París, donde murió ya casi centenario. Curiosamente los restos mortales de este brillante escritor, fueron repatriados por el dictador, Marcos Pérez Jiménez. 

La dura descripción no fue propiamente contra Gómez sino crítica de aquella sociedad que bajó la cabeza y soportó, con la mayoría de los ojos y oídos cerrados ante barbaridades de nuestros regímenes militarizados. Se refería a la mansa y a veces entusiasta aceptación de las sociedades a decisiones de los gobernantes, las cuales llegaban al punto de complicidad. Por miedo, quizás, pero complicidad al fin; y quien es cómplice se convierte en parte del delito y asume responsabilidades. No hay tiranos ni gobiernos malos sojuzgando a poblaciones débiles e inocentes, hay colectividades que se pliegan al poder por cobardía o conveniencia. Sociedades civiles, empresariales, religiosas, políticas y militares. Lamentablemente, Zumeta, amigo y colaborador de próceres como José Martí y crítico de agresivos generales, pero finalmente entró a formar parte del club de intelectuales –Laureano Vallenilla Lanz, José Gil Fortoul, Pedro Emilio Coll y Pedro Manuel Arcaya- que respaldaron al más feroz y duradero de todos, el Benemérito.

La más perversa de las complicidades es la moral, la que renuncia a sus principios y valores, la que se resigna a la corrupción, a los desmanes, abusos y a las faltas de ética, aún más las aprovecha; la complicidad de individuos y grupos sociales que se hacen la vista gorda y ven hacia otro lado ante las faltas de los integrantes y los favorecidos de los poderes obedeciendo sin chistar, pero en beneficio propio –sean favores políticos, sociales y más frecuentemente económicos. 

Los venezolanos descuidamos el significado de los principios, valores morales y éticos, además de olvidar las buenas costumbres ciudadanas, porque sometidos a sistemas educativos mediocres -normalmente espejos de actitudes e intereses de los Gobiernos de turno- conocemos nuestro pasado por una simple sucesión de fechas, batallas y algunos nombres, pero no en alguna profundidad y sin el menor análisis. Historia de Venezuela es una materia para ejercer la memoria «caletre» en los exámenes estudiantiles, no para generar conciencia de nuestro origen y de nuestro proceso a lo largo del tiempo. Nuestros mandatarios hablan, pero no escriben. Especulan con fraseología política, pero no planifican. Los funcionarios y amigos de cada régimen se escogen por afinidades, lealtad en forma de obediencia absoluta, y complicidades de negociados al voleo; las estrategias personales han llegado a ser una: enriquecerse.

En esta Venezuela adicta al petróleo, con una mayoría de mujeres y hombres que trabajan duro, se produce al mismo tiempo esa tranquilidad de la complicidad. Es una temática conflictiva, compleja y áspera que al comentarla puede herir a muchos inclusive conocidos y hasta amigos, algunos de los cuales he perdido por no silenciar esta angustia, muchos muy queridos y apreciados pero que se sienten indirectamente perjudicados. Lo lamento, pero no puedo evadir lo que considero el deber de continuar escribiendo las verdades que algunos -muy pocos-, nos atrevemos a expresar con espíritu de cruzada permanente.

 

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Algunos “dirigentes” políticos con su proceder y traicionando sus ideologías han permitido –por no decir incentivado- la pérdida de nuestros valores y principios, una perversión que no ha sido exclusiva de ellos, también en los mandos militares, directivas, gerencias empresariales y, en general, en el conglomerado socioeconómico venezolano, se presenta este cáncer que ha venido creciendo y nos está poniendo contra la pared. Iniciativa y labor de minorías desfachatadas y poderosas. Una iniciativa, dicho sea de paso, cuya erradicación puede que esté o no en las atribuladas cúpulas de poder, pero que sin duda alguna debe comenzar y desarrollarse con solidez en las familias, de donde han salido siempre las conductas morales e inmorales de los ciudadanos.

Basta estudiar sin necesidad de profundidades el comportamiento general de los grupos masivos de menores recursos en nuestros centros urbanos, parroquias, barrios, ranchos y apartamentos, sectores de donde sale la mayoría de los delincuentes, ciertamente, pero afortunadamente también muchísimos más obreros, técnicos, deportistas, policías, profesionales y, en general, la base real de la población. Es lo que llamamos «clase media» y «clase baja» que suelen clasificar los especialistas, aunque es de señalar que la voluntad de esforzarse con honradez, decencia y empeño, no es ventaja ni característica de clases sociales, sino valores inculcados en el ambiente familiar y desarrollados en la convicción de cada individuo. 

La otra verdad es que hace ya mucho tiempo los sucesivos gobiernos, partidos políticos y agrupaciones civiles venezolanas han descuidado estas cuestiones –recordemos décadas atrás desde que materias fundamentales como Moral y Cívica y también religión, fueron eliminadas de los programas educativos-, y por si fuera poco han amparado amigos, militantes y funcionarios que están duramente cuestionados, procesados en tribunales, que han violado derechos humanos, quebrantado leyes, traicionado valores éticos y buenas costumbres ciudadanas.

En algo tranquiliza que todavía contamos con un pueblo mayoritariamente íntegro y trabajador, el desmoronamiento moral aun es minoría -aunque se perciba como mayoría por su poder- y hace pensar que sería relativamente fácil de cauterizar si se toman los correctivos necesarios con una permanente y bien diseñada campaña educativa donde el amparo de alto nivel no sea el premio a la corrupción, la viveza y el delito, que lleve a los ciudadanos de todos los sectores socioeconómicos a no ejercer ni aceptar la complicidad y rechazar, al menos socialmente, en nuestros círculos familiares y de amigos a estos sinvergüenzas que pululan sin recato y contaminan día a día; más que por su comportamiento, por su impunidad. 

Las promesas y compromisos se deben cumplir, son parte esencial, del diario ejercicio, de los principios, valores éticos, el  comportamiento y la actitud de cada ciudadano. Aún más los políticos, dirigentes gubernamentales, civiles y militares, porque son –o deben ser- los guías de la población, responsabilidad que atañe a los miembros de los gobiernos y de los partidos, como también a líderes empresariales, religiosos, sociales, deportivos y de cualquier campo de desempeño público o privado. Violar esos principios es una falta grave a los ciudadanos que votaron por sus postulados, a los millones de hombres y mujeres que trabajan en los organismos gubernamentales y en las empresas que compran sus productos y servicios, los que conforman la vida diaria del país.

Algunas organizaciones actúan habitualmente como mafias que protegen a sus integrantes y especialmente a los que llevan vidas amorales no tan ocultas, y hacen pactos entre ellos que benefician a las organizaciones pero no necesariamente a la ciudadanía en general.

Pero esos desempeños y de esa manera, no es algo nuevo, ni es desconocido por los ciudadanos. Todos sabemos que hemos empeorado esa riesgosa y vergonzosa realidad de sociedad de cómplices que no sólo rinden pleitesía a dirigentes políticos, militares y otros referentes que practican a sus anchas la corrupción, el negociado, la maniobra, abusando del poder que detentan y que, con excepciones, no ganaron por sus cualidades sino por los votos atraídos y engañados por despliegues de propaganda y el uso de los medios en base a conveniencias de individuos y grupos que, con una manipulación grosera y descarada, nos los expusieron como buenos sin revelar negociaciones turbias entre gallos y medianoche. De otra manera no es posible explicar la presencia de algunos en el ámbito nacional y nefastos funcionarios en las burocracias tanto del Gobierno en particular, como incluso de algunas empresas, otras asociaciones y hasta en la Asamblea Nacional. 

Es un clamor público la urgencia de averiguar quiénes se han robado los dineros públicos, con cuáles métodos, complicidades y testaferros, para ser investigados, enjuiciados y llevados a la cárcel y, obviamente, poder desarrollar la estrategia para recuperar los dineros mal habidos que, si se hace, ayudarán a mitigar –sin duda- esta crisis que hoy padecemos.

Venezuela requiere sacudirse, limpiarse de toda esta inmundicia impuesta por  bolichicos, boliburgueses y banqueros corrompidos, pranes, políticos corruptos, militares sin escrúpulos y por supuesto, narcotraficantes que son causantes esenciales de delincuencia y bandidaje juveniles. Y todo ello con una certeza fundamental: algo peor que un político corrupto es el ciudadano que lo defiende y lo tolera.

 

@ArmandoMartini

Sep 07, 2015 | Actualizado hace 9 años
Cuando las dictaduras caen por Sergio Dahbar

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Las efemérides también enseñan. Dentro de 22 días, se cumplirán 40 años del 27 de septiembre de 1975, fecha infausta en la historia de España, cuando la dictadura de Franco se empeñó, contra la protesta internacional más enconada, en fusilar a cinco ciudadanos españoles, acusados de terroristas.

Tres pertenecían al Frente Revolucionario Antifascista Patriótico (FRAP): José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz. Y dos a ETA, Ángel Otaegui y Juan Paredes Manot, ‘Txiki’. Fueron condenados a muerte por el último consejo de guerra del franquismo, por el supuesto asesinato de un guardia civil.

Recuerdo haber seguido el caso a través de las revistas Cambio 16 y Triunfo, donde escribía un magnífico e inolvidable periodista, Eduardo Haro Tecglen. Las compraba en el quiosco de Benito, en el cruce de las avenidas Solano López y Los Jabillos, en una Sabana Grande cosmopolita y bohemia. El mundo estero, junto a los familiares de los acusados, esperaba un indulto de última hora.

El clima de aquel momento se respira en estas líneas de la revista Cambio 16: “La Embajada española en Lisboa fue destruida y millones de manifestantes en casi todas las capitales europeas y en otras del planeta causaron destrozos en las propiedades españolas; los embajadores de los países de la CEE fueron llamados a consulta por sus respectivos Gobiernos e incluso se solicitó la reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para votar la expulsión de España de los organismos internacionales…’’. Pero el indulto no llegó y los cinco detenidos fueron ajusticiados.

Dos meses después de los fusilamientos, falleció el dictador Francisco Franco. Ahí comenzó el martirio de familiares de las víctimas: se pasaron una vida tras la anulación de los consejos de guerra.

Se trata de otro capítulo infame, el de la llegada de la transición y la democracia, con las manos atadas. Doris Benegas, abogada de la familia Baena, sufrió miles de trabas para recuperar la copia del consejo de guerra. Recorrió tribunales una y otra vez, hasta que venció a la conspiración de silencio que se alzaba para proteger al franquismo.

Cuando pasaron 30 años de los hechos ocurridos, uno de los familiares de las víctimas se preguntó si realmente ese tiempo había transcurrido. En el año 2008 el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas recomendó derogar la Ley de Amnistía de 1977; reconocer la no prescripción de los crímenes de lesa humanidad; investigar los crímenes de la dictadura, reparar los daños causados y exhumar e identificar los restos de las personas desparecidas.

Los gobiernos españoles se han negado a seguir recomendaciones de Naciones Unidas porque “la anulación de los procesos permite, a quien lo considere oportuno, exigir reparaciones por errores flagrantes de la justicia, cometidos por tribunales ilegales en aplicación de leyes manifiestamente injustas’’.

Silvia Carretero tenía 21 años en 1975 y era la esposa embarazada de Luis Sánchez Bravo. Fue torturada por Billy, el niño y otros guardias civiles. Ante la posibilidad de que abortara, quedó en libertad y huyó a Francia, donde vivió hasta finales de 1976.

Esta efemérides, casi paradójica, me ha recordado dos cosas recurrentes en la historia. La primera: cuando los regímenes van a caer cometen atrocidades, o bien porque no entienden que van a caer y quieren mostrar su fuerza, o bien porque sabiendo que caen, quieren hacer mucho daño.

La segunda: las democracias que suceden a esos regímenes no siempre pueden hacer justicia. Aún así, Silvia Carretero no ceja en su empeño. Cada vez que se ve las marcas en su manos y muñecas, recuerda a su marido.

@sdahbar

Luis De Lión Ago 30, 2015 | Actualizado hace 9 años
Las crisis migratorias por @LDeLION

A boy pushes his bicycle loaded with a bucket across a dirt track next to people carrying their belongings, across to Colombia through the Tachira river at San Antonio in Tachira state, Venezuela

Históricamente las dos principales razones de la migración colombiana en dirección de Venezuela, es que fuimos refugio para los que huían de la guerra y de la pobreza.

Con el tiempo, ambas naciones descuidaron sus fronteras respectivas. Hoy, para nadie es un secreto que la frontera colombo-venezolana, lleva décadas siendo un teatro de todo tipo de tráficos ilegales. Pero Maduro, lejos de mirar las cosas de frente y actuar en consecuencia, ha preferido tergiversar.

Poco o nada, hizo la Venezuela chavista por la paz en Colombia. La prioridad ha sido darles refugio, atención y comodidad a los cabecillas de las FARC.

Así pasó Venezuela, de ser una orgullosa tierra receptora de inmigrantes desde los años 50, al presente en que Maduro, los expulsa manu militari.

Son las dictaduras, las que usan la fuerza armada contra los inmigrantes. Los regímenes comunistas son expertos en fronteras interiores.

Las democracias canalizan los flujos migratorios. Sabiendo que son corrientes casi que naturales e indetenibles. Obama con un injustificable retraso se ha propuesto reformar las leyes migratorias de su país. Europa creó en 1995 el primer espacio sin fronteras (Schengen) toda una aberración para un comunista, para un yihadista, para un castrista.

Europa, en el presente, es escenario de un importante flujo de inmigrantes, el cual está siendo gestionado por cada país a su propia manera. No hay política común. Los refugiados que llegan masivamente a Europa, huyen de la guerra en Siria y del terror del Estado Islámico. Muy distinto, a los inmigrantes que Maduro, expulsa.

Dentro de ese flujo masivo de inmigrantes en éste 2015 de los 300.000 refugiados que han llegado a Europa, 160.000 lo han hecho a través de Grecia. En su mayoría son ciudadanos sirios y afagnos, los que llegan a las costas griegas. Rumbo a los prósperos países del norte de Europa, los inmigrantes salen de Grecia y utilizan a Macedonia y a Hungría como una suerte de corredor.

Hungría en éste 2015 ha recibido unos 100.000 refugiados. Vale la pena detenerse en el caso húngaro por cuanto tiene algunas similitudes con el caso de la Venezuela de Maduro.

Hungría en 1989 fue el primer país en abrirles una puerta de salida a los inmigrantes que padecían la dominación soviética. La Hungría del 2015, quiere cerrarles el paso a los inmigrantes que vienen del sur y en ese sentido el régimen conservador húngaro acordó cerrar su frontera a partir del lunes 31 de agosto, a tales fines ha erigido un muro, que servirá de nada.

El asunto de los emigrados, nos va a tener que ocupar, más que el asunto griego y el del euro. Dijo Merkel recientemente.

Europa y Venezuela. Dos casos y dos tratamientos. Las proporciones no son las mismas, las razones tampoco lo son.

En 15 años de castrochavismo, Venezuela, pasó a ser una nación de emigrantes y se dispone a ser un espacio cerrado para los refugiados.

No esclavos sino hermanos por Luis Ugalde

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Nuestra tragedia es para el cierre del año 2014: 25.000 asesinatos, 64% de inflación (casi 100% en alimentos), alto desabastecimiento con colas humillantes para adquirir lo más básico, recesión (la peor de América Latina) con tres trimestres seguidos de descenso en el PIB, y el petróleo, casi a mitad de precio. Esta grave situación no se puede tapar con insultos, ni ilusas “revoluciones” verbales; sino que reclama un gobierno responsable que asuma la emergencia nacional con decisión de corregir el rumbo, convocando de verdad a todos los venezolanos para producir las soluciones, que son imposibles para una sola mitad del país.

Lamentablemente, el gobierno dio señales opuestas a la sensatez y –con hechos dictatoriales– se apropió descaradamente de los poderes públicos (Legislativo, Judicial, Electoral, Moral…) haciendo ostentación de que el Estado venezolano no es de todos, sino exclusividad de ellos, porque circunstancialmente tienen el presupuesto nacional y la fuerza armada. Por ahora, tienen todo el poder para imponerse y toda la impotencia para hacer un gobierno medianamente presentable, pues están comidos por dentro por su incapacidad, corrupción y modelo fracasado. De nada sirven cuentos de guerras infantiles donde los malos quieren derrotar a los buenos “revolucionarios”.

No esclavos sino hermanos

Este es el título del mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz que se celebra el primer día de cada año. Nos recuerda Francisco que “la esclavitud, crimen de lesa humanidad, está oficialmente abolida en el mundo”. Sin embargo, agrega, “todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud”. En condiciones de esclavos hay millones de trabajadores, emigrantes, mujeres obligadas a casarse o vendidas sin derecho al consentimiento, víctimas del tráfico y comercialización de órganos, secuestrados y encerrados en cautividad por grupos terroristas y otros obligados como combatientes y esclavas sexuales. ¿Por qué en el siglo XXI en sociedades poderosas hay tanta incapacidad para hacer un mundo más humano? ¿Por qué la fraternidad, tan cantada y añorada en los días navideños y en los abrazos de año nuevo, no prevalece y erradica la esclavitud del mundo? El papa responde: “En la raíz de la esclavitud se encuentra una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto. La persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, queda privada de la libertad, mercantilizada, reducida a ser propiedad de otro, con la fuerza, el engaño o la constricción física o psicológica; es tratada como un medio y no como un fin. Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana”.

Se necesitan políticas concretas para eliminar las esclavitudes mencionadas, pero se requiere una voluntad decidida, que no se dará sin una “conversión que lleve a cambiar el modo de ver al prójimo, a reconocer en el otro, sea quien sea, a un hermano y a una hermana en la humanidad”. Sin esta conversión interna, continuarán las esclavitudes que aportan beneficios a los esclavistas.

De la misma manera es imposible enderezar nuestro país poniendo el poder por encima de la persona, repitiendo irresponsablemente insultos y descalificaciones, recalcando que no le importan ni los desacuerdos ni los sufrimientos de la mayoría, pues le basta la fuerza que siente tener en sus manos armadas. Esta manera de hablar y de actuar degrada al presidente. Las dictaduras suelen empezar con algún grado de justificación como salvadores de un mal mayor. Con el tiempo van perdiendo apoyos, se van corrompiendo, se endurecen y ciegan, aspirando al poder perpetuo, enfrentados a la mayoría del país. El ciclo se cierra con su caída. Es el camino que está recorriendo el grupo que se apropió del poder en Venezuela. Es suicida no reconocer la alarmante situación y negarse a abrir el camino para las soluciones.

Solo en espíritu de apertura y de reconocimiento mutuo entre los venezolanos  produciremos soluciones. Imposible lograr una Venezuela digna y libre sin fraternidad, ni solidaridad, ni reconocimiento de los otros. Hacia allá y de modo acelerado deben avanzar las fuerzas decisivas en el gobierno y en la oposición.

 

Luis Ugalde 

El Nacional 

Corea del Norte vive sin celebraciones el cumpleaños de Kim Jong-un

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Corea del Norte ha vivido hoy una jornada de aparente tranquilidad pese a ser el cumpleaños del líder norcoreano, Kim Jong-un, efeméride que no ha sido reseñada por los medios de comunicación estatales

Según expertos citados por la agencia surcoreana Yonhap, no se ha declarado hoy como día festivo -como si se hace con los cumpleaños del padre y el abuelo de Kim- y no se ha detectado ningún “ambiente de celebración” en las informaciones remitidas hoy por medios norcoreanos.

El 15 de abril, fecha de nacimiento de Kim Il-sung, fundador de Corea del Norte y abuelo del actual líder, y el 16 de febrero, el cumpleaños del también fallecido Kim Jong-il, padre de Kim Jong-un, son los principales festivos del año en Corea del Norte, donde el régimen impone un culto exacerbado hacia sus líderes.

Los analistas consideran que Pyongyang podría comenzar a celebrar de manera pública la fecha dentro de cuatro o cinco años, dada la aparente juventud de Kim Jong-un, que se cree que hoy cumple 32 años.

Sin embargo, el año pasado el exjugador de baloncesto estadounidense Dennis Rodman viajó hasta Pyongyang para celebrar el cumpleaños de Kim, conocido seguidor de la NBA, y organizó un partido de exhibición en la capital norcoreana que captó la atención de los medios de comunicación en todo el mundo.

Durante el evento, Rodman cantó además el “Cumpleaños feliz” al dictador norcoreano frente al público y las autoridades congregadas en el recinto deportivo.

Este año, el Gobierno chino, cercano a Pyongyang, ha felicitado a Kim por su cumpleaños y destacó la “larga tradición de intercambios amistosos” entre los dos países.