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Destrucción

Conindustria: Empresa tomada por el Gobierno, empresa que no produce

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El control de cambio, el acceso limitado a las divisas que otorga el Gobierno Nacional y el alto nivel de inflación en Venezuela forma parte del día a día de los empresarios en el país, que ha traído como consecuencia el cierre de gran cantidad de empresas industriales en el país. La mala premonición del presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, se ha ido cumpliendo.

“Dije que todas las empresas del país iban a cerrar, lamentablemente eso se ha ido cumpliendo, cada vez tenemos más empresas cerradas y seguirá sucediendo mientras en el país no se genere un cambio”, recordó Olalquiaga este miércoles en el programa de Cesar Miguel Rondón, por Circuito Éxitos.

Una de las razones por lo que estos cierres se han generado son, según el presidente del Conindustria, “el desconocimiento del Estado en el manejo de la economía del país, la total improvisación, además de utilizar el poder como una saña sobre los empresarios venezolanos”.

«Planta cerrada, planta tomada, esa es otra irresponsabilidad por parte del Gobierno Nacional (…) Cuando las empresas son tomadas por el Gobierno y pasan al sector público eso significa que dejará de producir (…) Lo que estamos viviendo no responde a una casualidad, no responde a una mala suerte, ni a la baja de los precios del petróleo. Responde a que se fue destruyendo la industria a lo largo de estos años”, recalcó.

Informó que Venezuela anteriormente producía el 70% de lo que consumía y que para el 2012, antes del mandato del presidente de la República, Nicolás Maduro, el país producía el 40% de lo que consumía. De igual forma, indicó que en 1999 existían 12.700 empresas, pero que para este año deben quedar alrededor de 4.000 empresas para 30 millones de habitantes.

“Colombia tienen una densidad industrial de una empresa por cada 30 mil habitantes y Brasil tiene dos empresas por cada mil habitantes. Con 30 millones de habitantes tendríamos que tener 30 mil empresas”, explicó Olalquiaga. “Eso generaría cerca de dos millones de puestos de trabajo con valor agregado, directos e indirectos, en un país donde el 65% de la población gana sueldo mínimo, un sueldo muy difícil para vivir”.

Indicó que Venezuela esta muy lejos de poder operar con normalidad. “Así tuviésemos un cambio de políticas económicas significativo, el Gobierno madurista no sería capaz de recuperar la confianza para que las empresas inviertan en el país”.

Activemos nuestra fuerza constitucional por Henrique Capriles Radonski

Bandera-Venezuela

 

“El poder más peligroso es el del que manda pero no gobierna”, así lo afirmaba un reconocido escritor español y cuánta razón tenía. Nuestra Venezuela hoy padece las consecuencias de ese peligro.

Después de anunciar y suspender varias veces el anuncio de las “medidas económicas”, Nicolás Maduro lo que hizo con su cadena del día miércoles fue acostar a los venezolanos más devaluados de lo que ya estábamos. En esa cadena no se anunció ni una sola medida para sacar a nuestra Venezuela de la crisis que estamos viviendo, la peor que hemos atravesado en toda nuestra historia.

Casualmente, esta semana se cumplieron 33 años del famoso viernes negro. Aquel viernes se estableció el dólar preferencial a 4,30 bolívares -de los de antes- solo para importación de productos básicos y el pago de deudas públicas y privadas; el resto de los venezolanos tenían acceso libre al dólar, que no llegó a duplicar la tasa preferencial. En ese momento los venezolanos sentían una enorme preocupación por la economía de nuestro país.

Hasta el miércoles, esa tasa preferencial estaba ubicada en 6,30 bolívares -de los actuales, después de la reconversión- y el dólar que fluctúa en mercados paralelos está por encima de los 1000 bolívares. Eso significa un valor 159 veces por encima del dólar preferencial, al que solo tiene acceso el gobierno y sus “amigos”.

Y es que, nuestra moneda, el bolívar, ha perdido 140.000 veces su valor desde aquel famoso viernes negro de 1983. Con el agravante de que hoy a esto se suman los altos niveles de escasez e inflación, los más elevados del planeta, nunca antes vistos en nuestro país, y que hoy nos ponen como la economía más gris de toda América Latina.

Frente a este escenario, lo más sensato sería que el gobierno cambiara su manera de hacer las cosas, porque no están funcionando, pero contrario a ello, las señales que da el gobierno con sus acciones, y cada vez que abren la boca, es que no va a cambiar.

Al gobierno lo único que le interesa es tiempo, más del que ya se le ha dado, tienen 17 años mandando en el país mas no gobernando en beneficio de los venezolanos. De los 17 años que llevan en el poder, 15 años han sido con habilitantes. Han tenido todo el poder y sin embargo hoy nuestra Venezuela está destruida.

¿Qué más tiempo quieren? Si cada día que pasa con Nicolás Maduro en el poder, en nuestro país la inflación crece casi 2%, pues se estima que en 2016 la inflación cierre en 700%.

En estos días César Miguel Rondón me preguntaba en su programa de radio que quién creía yo que gobernada el país. Sin duda alguna es Nicolás Maduro quien está al mando, dictando órdenes, mas no gobernando. Lo que nos ha demostrado, en estos larguísimos tres años, es su incapacidad y su poco interés en hacer frente a los problemas. Maduro no ha resuelto ni un solo problema de los venezolanos durante su cuestionado mandato.

No es el Bicentenario el que está podrido como quieren hacer ver, aquí el que se pudrió es el gobierno, es una cúpula corrupta a la que solo le interesa mantenerse en el poder. ¡Pero su tiempo se agotó!

Muchos me preguntan por qué digo esto ahora, y les aclaro, porque es ahora que se cumplió el tiempo constitucional para activar los caminos constitucionales, porque solo por medio de ellos podremos tener un cambio estable. No he cambiado de opinión ni me he desviado del camino. Nosotros hemos dicho desde el principio que esto es un maratón y, al igual que cuando corres en uno, debes saber administrarte y mantener tus pasos firmes para llegar a la meta.

Siempre dijimos lo importante que era ganar una elección con un amplio margen de votos, como lo hicimos el 6D, en la elección de la nueva Asamblea Nacional. Esa victoria no solo nos dio 112 diputados en el parlamento para legislar a favor de los venezolanos, sino que además nos permitió consolidar la fuerza que hemos estado construyendo todos estos años, con paciencia, porque a veces el orden de los factores si afecta el resultado.

Y esperar no es un acto de cobardía, todo lo contrario, al país hay que saberlo conducir. Hoy estamos en un escenario distinto al que estuvimos hace unos años, no solo porque tenemos una fuerza mayor, sino porque, finalmente, queridos venezolanos, ha llegado el tiempo constitucional para revocar el mandato de Nicolás Maduro.

Esta semana presentamos al país una ruta para el cambio. Es una propuesta que le hacemos a la Unidad para que la evalúen y pueda tomarse una decisión junto a las otras propuestas que están en la mesa. Estamos seguros que de las discusiones que se generen en la Unidad saldrá la mejor vía para lograr el cambio de nuestra Venezuela.

Nuestra propuesta tiene dos vertientes que pueden desarrollarse en paralelo, cada una se activa en forma distinta, pero ambas pueden consultarse en la misma elección.

La Enmienda es una iniciativa que pueden empezar a discutir los diputados de la Unidad en la Asamblea Nacional. Con la Enmienda podemos lograr cambios en la Constitución que garanticen estabilidad política en el país, como lo es el recorte del período presidencial, para que no sea de 6 años, o la doble vuelta, para que los mismos venezolanos elijan entre opciones distintas, para fortalecer la participación, y que haya más democracia.

Pero la Enmienda puede no cambiar al gobierno. Ya el TSJ y voceros del gobierno, “es lo mismo”, se han pronunciado y han dejado ver que dirán que el recorte del período presidencial no podrá hacerse a través de la misma. En fin, que la Enmienda será aplicable para el próximo período y no para este en curso.

Por eso, además de la Enmienda, debemos activar el Revocatorio, para con esta figura cambiar de gobierno. El Revocatorio está en la Constitución, es una iniciativa que activan los venezolanos, y no hay que interpretarlo. Con ese Referendo se decide si los venezolanos quieren o no revocar el mandato de Nicolás Maduro, y esa decisión no hay manera de no acatarla, tendrán que contarse.

¿Cuáles son las dudas que tienen muchos sobre el Revocatorio? Primero el reglamento actual fue establecido por el CNE. Bueno, necesitamos una Ley de Referendo y allí están los diputados de la nueva Asamblea Nacional para aprobar una que sea transparente para todos los venezolanos. Segundo, las firmas que debemos recoger, ya que se activa con el 20% de los electores. Yo estoy seguro que hay más de cuatro millones de venezolanos (se necesitan 3.899.273 firmas) que están dispuestos a poner su firma y su foto, si fuera necesario; para cambiar a Nicolás Maduro, la gente pondría hasta el dedo gordo del pie. Tercero, los votos que deben obtenerse, ya que debe votar a favor del revocatorio un número igual o mayor de los electores que eligieron al mandatario, es decir 7,5 millones de votos. Bueno, en las elecciones del 6D para la Asamblea Nacional, la Unidad logró más de 200.000 votos por encima de lo que el CNE le dijo a Maduro que obtuvo el 14 de abril de 2013.

La fuerza para poner en marcha el Revocatorio y para cambiar de gobierno está en nosotros los venezolanos, que hemos demostrado que si nos unimos y nos organizamos somos capaces de vencer cualquier obstáculo.

Los venezolanos están que explotan ante tanta desidia del gobierno, no es justo que los venezolanos tengamos que vivir haciendo cola para comprar los alimentos y productos básicos, no es justo que se muera la gente por falta de medicina e insumos en los hospitales. Pero nadie quiere que haya una explosión social, eso no beneficiaría a nadie. Tampoco queremos un golpe de Estado, los civiles no damos golpes de Estado. Nosotros lo que tenemos es Constitución, voluntad y votos.

Tracemos entonces la ruta constitucional para que el pueblo se exprese. Vamos a demostrar quién puede más, si puede más Nicolás Maduro que ha llevado a Venezuela por el camino de la destrucción, o puede más el valiente pueblo de Venezuela que quiere paz y progreso. Cuando un gobernante no funciona el pueblo puede revocarlo, y Nicolás Maduro será el primer revocado en la historia de Venezuela.

Con la Constitución en la mano salimos a recorrer el país, la gente en la calle clama cambio. El tiempo constitucional llegó. Juntos podemos lograrlo. ¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

 

Blog de Henrique Capriles Radonski

La destrucción de Venezuela por Felipe González

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El Gobierno de Maduro ha llevado a Venezuela a una situación insoportable, tanto desde el punto de vista social y económico, como en materia de seguridad ciudadana, de libertades democráticas o de corrupción generalizada.

Esto explica el hartazgo de los ciudadanos que votaron el 6 de diciembre dándole a la oposición dos tercios de la Asamblea. Pero Maduro mantiene el poder ejecutivo y maniobra toscamente para impedir que haya un poder legislativo que represente la voluntad soberana de los venezolanos.

Nada parece frenar el afán destructivo de la pareja Maduro-Cabello. En lugar de reconocer la voluntad soberana del pueblo, ponen por delante del bien común sus oscuros intereses. En vez de iniciar un diálogo con la mayoría indiscutible de la Asamblea, amenazan con profundizar en la vía de su fracasada revolución, manipula el nombramiento de jueces de la Corte Suprema, recurre los resultados para impedir esa mayoría, amenaza con vetar la amnistía para presos políticos y exiliados, o pone en marcha Asambleas comunales.

Las cifras de la economía son muy graves. A pesar de que el Gobierno, o el Banco Central, niegan a los ciudadanos esas cifras, a lo que están obligados por sus propias leyes, las tienen que dar a la SEC [Comisión de Valores] de EE UU, porque Venezuela tiene bonos cotizados en Wall Street.

El PIB caerá en 2015 un 10% y la inflación en los últimos seis meses indica un ritmo anual superior al 250%. Cuando esto ha ocurrido históricamente en otros países de la región —Bolivia, Argentina o Brasil—, se precipitaron rápidamente hacia inflaciones de entre el 1.000% y el 10.000%. En los casos de hiperinflación el producto bruto cayó en torno a un 20%.

El déficit público ronda el 20% del PIB. Pero incluso cuando el petróleo estaba a 100 dólares por barril, el déficit superaba los dos dígitos. Con los precios actuales en torno a 30 dólares, este déficit seguirá creciendo de manera exponencial y lo están financiando dándole a la maquinita de hacer bolívares (monetizándolo). Es un acelerador imparable de la inflación.

Las expectativas de inflación alimentan un tipo de cambio paralelo que ya supera los 900 bolívares por dólar. Más de 120 veces el cambio oficial de 6,30 bolívares por dólar. Maduro ha devaluado tanto la moneda como la figura del Libertador que le da su nombre.

A pesar de que las importaciones se han desplomado en torno a un 30% sobre lo habitual, el colapso de las exportaciones lleva a un déficit por cuenta corriente que supera los 2.000 millones de dólares. A esto hay que añadir el servicio de la deuda pública y privada —de unos 22.000 millones de dólares—, el saldo de los servicios y la salida de capitales que sortean el control de cambios. Esto supone un agujero externo superior a 25.000 millones de dólares.

Para evitar el default —o la reestructuración de la deuda de PDVSA [Petróleos de Venezuela,SA]— Venezuela tendría que reproducir en 2016 las fuentes de financiación que ha utilizado en 2015. Pero la operación se presenta cada vez más difícil:

—Tendrían que tirar de reservas, que han pasado de 14.000 a 7.000 millones de dólares. Pero estas son muy poco líquidas, porque ya Chávez las colocó en oro, justo en el momento en que este metal empezó a caer.

—Tendrían que hacer uso de los activos externos, que son otros 7.000 millones de dólares de Citgo [comercializadora de combustibles en EE UU y filial de PDVSA] y vender activos líquidos, que en el mejor de los casos ya no deben ser superiores a esos 7.000 millones.

—Tendrían que seguir vendiendo Petrocaribe, aunque el margen de maniobra es casi cero, porque ya han vendido la deuda que tenía mercado (Jamaica y República Dominicana) y solo les queda Nicaragua, Surinam y Haití.

—También pueden intentar que los préstamos de China les sigan dando oxígeno. Este año han conseguido 4.000 millones netos de financiación. ¿Estarán dispuestos los chinos a reducir las compras de petróleo ligadas a los créditos para que Venezuela pueda vender más petróleo a EE UU?

Así que con las reservas por los suelos y el tipo de cambio disparado, más el actual precio del petróleo, parece inevitable el default o la reestructuración voluntaria de la deuda en 2016. Dicho en otros términos, o default o rescate chino.

El drama social es lo más visible, lo que no pueden ocultar después de 15 años de experimento revolucionario: Se han perdido todos los avances del chavismo en términos de niveles de pobreza y, de paso, se han esfumado más de 800.000 millones de dólares de ingresos petroleros, en buena parte por la corrupción rampante del régimen.

—El indicador de pobreza supera el 70% de la población y la pobreza extrema alcanza al 50% de los venezolanos. O sea 25 millones de pobres, un 150% más que en 2013 cuando asumió Maduro.

—La cesta básica para una familia de cinco miembros está por encima de los 80.000 bolívares al mes y el salario mínimo, si trabajan dos de estos cinco miembros, no da para más que una semana al mes de esta canasta básica.

—La escasez de alimentos o de medicamentos y la ineficiencia llena de corruptelas en la distribución sitúan al pueblo de Venezuela ante un escenario bastante peor que el que vivió Cuba en aquel periodo especial de 1992 a 1995.

La oposición, que ha ganado ampliamente las elecciones legislativas, sabe que el Ejecutivo es el que tiene que hacer el ajuste y propone diálogo para enfrentar los desafíos. El Gobierno cree que la victoria de la oposición es un error de los votantes y trata de responder radicalizando la ya fallida revolución.

Venezuela está ante una crisis humanitaria grave, que exigirá ayuda internacional rápida. Se han vivido momentos dramáticos como este durante el caracazo, pero el país producía más. Ahora el aparato productivo es tierra quemada y hay que reconstruirlo. No queda tiempo para enfrentar esta emergencia.

Señor Maduro ¡Ya basta de la destrucción que ustedes han causado en las industrias de Guayana! por Damian Prat

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Los trabajadores de Guayana y el pueblo de Guayana fueron categóricos en votar por el cambio, con la expectativa en un futuro mejor de progreso social y también castigando sin atenuantes a los destructores de la industria de Guayana, es decir, al gobierno. No hay la menor duda. Fueron 390 mil votos en total por la Unidad Democrática en el estado Bolívar. ¡390 mil!. Contundente porque fueron 148 mil votos mas de ventaja sobre el continuismo oficialista. 60% contra apenas 37%, es decir, un voluminoso 23% de diferencia.   Ya ustedes, señor Maduro y señores oficialistas, no pueden seguir hablando en nombre “del pueblo”. Ni mucho menos en nombre de “los trabajadores”.

 

En favor del cambio, por la Unidad y contra la falsa revolución, arruinadora y corrupta votó la abrumadora mayoría de trabajadores de Sidor, Ferrominera, Venalum, Bauxilum, Alcasa, Carbonorca, Sidetur, las briqueteras, las metalmecánicas. También los maestros y profesores, los trabajadores de la salud, de la administración pública, los jubilados y pensionados.   Los trabajadores castigaron con fuerza al gobierno mas antiobrero que hemos  tenido en Guayana. El que niega el derecho a los contratos colectivos justos para el progreso social de la familia; el que menos viviendas ha construido en los últimos 60 años.  El que ha destruido el valor de los salarios con la mas alta inflación del planeta.  El que con la destrucción sistemática de la producción nacional y los sospechosos contratos con transnacionales de China, ha entregado la soberanía nacional.

 

La Unidad Democrática duplicó (y con “ñapa”) al continuismo oficialista en Unare, la parroquia donde vive la mayor cantidad de trabajadores de nuestras empresas básicas.  Fue 65% contra 31%.  Sin excusas.  Pero también fue abrumador el 63%  contra 34% en la parroquia Simón Bolívar de San Félix así como en las muy populares Dalla Costa y Chirica.  Ni hablar de parroquias como Cachamay (desde Castillito hasta los campos de Ferrominera), y en Universidad. La Unidad ganó en las tierras mineras y del oro como El Callao con una paliza de 70%  contra 27%. También en Guasipati, Tumeremo, Upata, Gran Sabana.  Y en Ciudad Piar, la tierra minera del hierro, al pié del Cerro Bolívar, 62%  contra 36%. Ni se diga Ciudad Bolívar 64% contra 33%.  La Guayana trabajadora no dejó la mas mínima duda.

 

Hay mil razones para que el pueblo trabajador y sus familias castigaran de forma tan clara a la robo-lución.  Toda la producción industrial está destrozada.  Sidor cierra 2015 con apenas 23% del acero que solía darle a Venezuela. ¿Se llegará siquiera al millón de toneladas de acero cuando en tiempos normales eran 4 millones 300 mil?.  La robo-lución destrozó ¡casi el 80%! de la producción y por culpa del gobierno andamos en la vergüenza de importar acero.  Ahora dependemos del extranjero para comprar cabillas, hojalata, tubos petroleros, laminados.  ¡Que bochorno!. En Bauxita apenas se llegó al millón de toneladas cuando lo normal eran 6 millones.  En alúmina se cierra 2015 en la vergüenza de 450 mil toneladas cuando lo normal eran 2 millones.

 

La robo-lución será recordada en Guayana (y en toda Venezuela) porque nos hicieron retroceder muy feo, de país exportador de aluminio con 630 mil tons/año de producción a menos de 100 mil y por tanto a andar importando algo de aluminio para medio atender  las necesidades nacionales.  Nunca tuvimos menos patria que hoy. La antigua Sidetur y las briqueteras apenas sobreviven, igual que Carbonorca y las plantas de Refractarios.   ¡En 17 años no se ha levantado NI UN SOLO proyecto industrial nuevo!.  ¡Nada!. Tantos miles de millones de dólares malbaratados.  Ni la nueva fábrica de tubos, ni la V Línea de Alcasa. Ni la Planta de Pulpa y Papel. Ni la nueva siderúrgica.  Aquello de la Ciudad del Acero y la Ciudad del aluminio ya ni las mencionan en la publicidad engañosa del canal 8. Tocoma ya lleva 5 años de atraso.

 

El retroceso social es igual o peor. De aquella pujante “clase-media-obrera” que progresaba y ascendía socialmente, generando a su vez una cadena de actividad económica de miles y miles de otros empleos buenos, gracias a una economía productiva y a las luchas sociales y sindicales sanas, solo queda un doloroso empobrecimiento colectivo. El gobierno liquidó o congeló los contratos colectivos, los beneficios sociales en salud, vivienda, recreación, educación.

 

Por todo eso y mas, Guayana votó por el cambio y castigó al gobierno culpable de todo ese desastre. Ya lo venía haciendo electoralmente en los últimos años y ahora se profundizó.  En el colmo del descaro, el madurismo convoca a “defender los logros”.  ¿”Logros” chimbos y “al revés” como destrozar las industrias, los servicios públicos y el retroceso social?.  ¡Es una falta de respeto!.  La Guayana que trabaja y lucha ve con alegría esa ventana de cambio que se abre con la nueva Asamblea Nacional. ¡No mas esconder y taparear las vagabunderías, el derroche y la corrupción!.  Que muestren los contratos y los ministros tengan que responder.  Ahora si, a buscar inversiones para recuperar las industrias.  Con gente que conozca la industria. No mas paracaidistas improvisados. Con nuestro trabajadores y técnicos a quienes si duelen sus empresas. No mas chantaje y atropellos a los derechos laborales. No mas amenazas, despidos y retaliaciones.

 

¡Respeto a lo que decidió el pueblo con los votos!  Ese es el verdadero “poder popular”. No sigan, señor Maduro y señores de la camarilla gobernante, haciendo maniobras y pretendiendo desconocer al pueblo y sus votos.   Los casi 8 millones de venezolanos que votaron por el cambio lo hicieron, a pesar de tantas presiones, amenazas, ventajismo. A pesar del cerco de censura sobre los medios.  A pesar de tanto tratar de meter miedo.  ¡Fueron mas de 2 millones de votos de diferencia!  Mucha dignidad popular. Señores jerarcas rojos:  no mas arrogancia.

 

Respeten a Venezuela y a sus trabajadores.  Respeten al chavismo rebelde que castigó a los inconsecuentes y corruptos.  Basta de retaliaciones. No mas insultos, desprecio ni agresiones.  No sigan con cuentos chimbos sobre falsos planes de la mayoritaria bancada de 112 diputados de la Unidad. Es una falta de respeto pretender que somos bobos y  tratar de engañarnos a los venezolanos con engaños ni declaraciones fabricadas en los laboratorios del gobierno, haciendo creer que la nueva AN se propone eliminar las Misiones o la Ley del Trabajo. Dejen esa ridiculez que no tiene sustento.

 

Damián Prat C.

depece54@gmail.com

@damianprat

www.publicoyconfidencial.com

Sismo de 5,9 deja un muerto en Argentina

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BUENOS AIRES (AP) — Un sismo de magnitud 5,9 sacudió el sábado el norte de Argentina, provocando la muerte de al menos una persona y varios heridos, informaron fuentes oficiales. El movimiento tuvo su epicentro en la región de Salta y ocurrió a las 8:33 locales (1133 GMT), según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) argentino.

«Hasta el momento hay una mujer fallecida y personas heridas asistidas en el hospital local», Informó el subsecretario de Defensa Civil de Salta, citado por la agencia oficial argentina Télam.

Una mujer de entre 80 y 90 años de El Galpón falleció como consecuencia del sismo, al derrumbarse el lugar en el que vivía. En esa localidad también se derrumbaron varios edificios, según imágenes difundidas por decenas de usuarios en la red social Twitter.

«Es un caos total. Tenemos derrumbe de viviendas y vecinos afectados por la caída de mampostería. En el hospital tenemos muchos lesionados, no tenemos luz ni agua», declaró a medios locales el intendente local, Héctor Romero.

El temblor se sintió también fuertemente en Salta, San Miguel de Tucumán, San Salvador de Jujuy y Santiago del Estero, agregó el comunicado del INPRES.

El sismo tuvo su epicentro a 21 kilómetros al este de la localidad de El Galpón y 120 km de la ciudad de Salta, en la región norteña argentina del mismo nombre, a una profundidad de 8,2 kilómetros según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

 

Ene 05, 2015 | Actualizado hace 9 años
Venezuela: una nación destruida por Luis Carlos Vélez
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Los regímenes totalitarios, como el de Nicolás Maduro, viven en un mundo imaginario donde la verdad es sólo aquella que les conviene.

Esa realidad paralela, donde abundan los borregos y los áulicos, está construida bajo la premisa de que el único bueno es el líder y lo demás, que pueda hacer pensar de una manera diferente, es la encarnación de lo prohibido, lo enemigo y lo detestable.

Venezuela sólo da pasos hacia atrás desde que Hugo Chávez entró al poder. Sin embargo, ese ritmo de destrucción se ha acelerado desde que su sucesor, Nicolás Maduro, es presidente. Desde entonces, la nación ha puesto el pie en el acelerador en el camino hacia el despeñadero económico, llegando formalmente la semana pasada a la recesión.

Nunca antes ese país, otrora envidia de millones en América Latina, había estado en peores condiciones económicas. Sólo en 2014 su inflación fue superior al 60%, una de las peores en el planeta, y su crecimiento por dos períodos consecutivos, negativo.

Esta situación se ejemplariza con tan sólo recorrer las calles de Caracas. Hacerlo es una invitación a la muerte y la melancolía. Tan sólo el camino del aeropuerto de Maiquetía al centro de la ciudad es una lotería. La vía es una de las más accidentadas y violentas del continente. El viaje, de una hora de duración, es una verdadera carrera de obstáculos. El recorrido se hace a gran velocidad, evitando cruzarse con camionetas de vidrios negros que cierran a los otros autos y que ante la más mínima provocación dejan ver a sus pasajeros armados y dispuestos a disparar. Tampoco se puede confiar en la fuerza pública, ya que si identifican que la tripulación es extranjera, harán todo lo posible para amedrentarla y, en el mejor de los escenarios, buscar un soborno. Y ni hablar de las pandillas armadas de motociclistas vestidos de rojo revolución, que a altas velocidades, y usando sus bocinas para ensordecer a los demás, arrinconan los autos golpeando sus espejos laterales y puertas con el único objetivo de mostrar fuerza, al mejor estilo de Mad Max. De los años de opulencia anteriores a Chávez y Maduro sólo quedan unas autopistas viejas que, como en La Habana, hacen entender que alguna vez en el lugar reinó la prosperidad.

El socialismo del siglo XXI destruyó Venezuela y los valores de la mayoría de sus habitantes. Ese modelo económico romántico y adusto no sólo acabó con la industria del país, sino que también creó un modelo económico alterno de sobornos y aprovechamiento de la ley que únicamente le generó beneficio a quien, dentro del Gobierno, tenía las armas y la fuerza para someter a los demás.

La tasa de cambio siempre fue testigo de los abusos. Y aunque desde el palacio de Miraflores hicieron todo lo posible para decir que las devaluaciones de la moneda eran producto de una guerra económica y se crearon tasas de cambio alternas para esconder el problema de fondo, siempre mostró que los desbalances económicos eran reales e insostenibles.

Ahora ya no hay petróleo caro para financiar la rampante corrupción ni la ineficiencia de los agentes gubernamentales.

Tampoco hay un líder fuerte para que a punta de rifle, insultos, y miedo mantenga la sumisión y el orden ficticio que ese tipo de regímenes crea. Y para cerrar el cuadro, cada vez es menor el respaldo internacional. Sin plata no hay cómo comprar conciencias en el continente, ni mucho menos para financiar el Alba o canales de TV para distribuir el lavado de cerebro. Ahora, con los acercamientos entre EE.UU. y Cuba, Maduro se quedó sin el demonio al que echarle la culpa. Una que sólo le pertenece a él y su imposibilidad de gobernar.

En plena campaña política para las más recientes elecciones presidenciales en Venezuela, le pregunté a Henrique Capriles para qué quería ser presidente de un país que en el corto plazo se iba a reventar económicamente. Me respondió que era su deber y que el país no aguantaba más. Efectivamente, el país no aguantó más. Ahora que está reventado, la verdadera revolución para acabar con este período de espejismos cubanos revolucionarios, debe comenzar.

 

El Espectador 

El IVIC desconoce proyecto de ley que propone su eliminación

IVIC

 

El patrimonio científico del país está en riesgo. Un proyecto de ley con 40 artículos, 2 disposiciones transitorias, una derogatoria y otra final; además de cambiar el nombre al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, modifica su estructura académica y elimina beneficios socioeconómicos como la jubilación de sus trabajadores.

El proyecto fue desarrollado por la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Asamblea Nacional y aprobado en primera discusión por el Legislativo. De aprobarse, Flor Pujol, presidente de la Asociación de Investigadores del IVIC, considera que ocurriría un cambio dramático en la institución al ser sustituida por un nuevo organismo llamado Instituto Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación —Ivecit­— que asumiría como sede el domicilio del IVIC en Los Altos de Pipe. La nueva ley también derogaría la Ley del IVIC, publicada en el año 2000, y su Reglamento aprobado en 2004.

Pujol afirma que el proyecto pone en riesgo la estabilidad laboral de los empleados, pues agrega motivos adicionales a las causales para que un investigador pueda ser removido de su cargo. La ley vigente tiene un capítulo dedicado a los miembros honorarios y eméritos del instituto, así como a las jubilaciones, que fue eliminado del proyecto.

Destruir lo que funciona. Benjamín Scharifker, rector de la Universidad Metropolitana, opinó que “eliminar el IVIC lanza por la borda medio siglo de esfuerzo”. El IVIC se creó el 9 de febrero de 1959 por decreto de la Junta de Gobierno. Allí hubo un reactor nuclear, que era novedad para la época, y de su seno surgieron otras instituciones como la Fundación Instituto de Ingeniería, Intevep e IDEA. “De allí han surgido investigaciones del más alto nivel, degradarlo es un despropósito. Es una institución esencial para el desarrollo del país”, agregó Scharifker.

Claudio Bifano, presidente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, aseveró: “El proyecto es una gran barbaridad. No deben destruir lo que funciona, al contrario, es deber del Estado garantizar que la institución logre sus objetivos”. Bifano teme que la eliminación del IVIC contribuya al éxodo de profesionales. “Sería un golpe mortal para lo poco que queda de la comunidad científica venezolana”, dijo.

Mario Gabaldón, presidente de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, subrayó que si el interés es crear una nueva institución puede hacerse sin que eso signifique la desaparición del IVIC.

Los cambios
*Aparece el Instituto Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación.
*El objeto del IVIC es la investigación fundamental y aplicada en las diversas ramas de las ciencias biológicas, médicas, físicas, matemáticas y químicas. El Ivecit no especifica áreas de conocimiento.
*El proyecto agrega un artículo sobre las relaciones con la comunidad, que obliga al instituto a salvaguardar el hábitat, la salud integral, la cultura, usos y costumbres.
*El patrimonio del Ivecit añade un numeral que fija entre sus bienes los beneficios que se generen de los descubrimientos de los trabajos científicos, desarrollos tecnológicos e innovaciones realizados en el  instituto.
*La Ley del IVIC vigente establece que el director del instituto será de libre nombramiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología, oída previamente la opinión de la Asamblea de Investigadores. La nueva ley quita esta potestad a la Asamblea General.
*El proyecto demanda que se cree un Plan Institucional Trianual de Investigación e Innovación.