Proponen "parque de paz" en el Esequibo como opción para zanjar el conflicto - Runrun
Proponen «parque de paz» en el Esequibo como opción para zanjar el conflicto
En el marco de la segunda conversación sobre Biodiversidad y Conservación en la Guayana Oriental Venezolana se trató la importancia de la Guyana Venezolana y una posible solución para el litigio por el Esequibo

Foto: Freepik

La ONG SOS Orinoco organizó, el pasado miércoles 29 de noviembre, el segundo conversatorio de su serie Biodiversidad y Conservación en la Guayana Oriental Venezolana. En esta oportunidad, el profesor Lionel Hernández y el embajador Oscar Hernández fueron los ponentes para hablar sobre el Esequibo.

En horas de la tarde, vía zoom, se llevó a cabo el encuentro de libre acceso. La directora de SOS Orinoco, Cristina Burelli, presentó a los dos ponentes de la sesión. El profesor Lionel Hernández dio inicio a su ponencia presentando un material digital en  co-autoría: Los Bosques de la Guayana Oriental Venezolana, frontera forestal bajo amenaza.

Última frontera forestal de Venezuela

«La última frontera forestal de Venezuela», así comenzó el profesor al describir la Guayana venezolana. Aclaró que la mayor riqueza de especies forestales se encuentra en esta zona del país. Asimismo, comentó la relevancia de los bosques como los más ricos y productivos en carbono para Venezuela.

La Amazonía, comenta el experto, es el bosque tropical más extenso y con mayor diversidad del planeta. Cerca de 7,4 millones de km2, distribuidos entre Venezuela, Brasil, Colombia, Guyana, Surinam, entre otros. En este espacio habitan «más de 10.000 especies arbóreas distintas», afirmó.

«Entre el 36 y 57% de todas las especies arbóreas amazónicas probablemente califiquen como globalmente amenazadas, según criterios de la Lista Roja de la UICN», advirtió Hernández.

Destacó la necesidad de resguardar la Reserva Forestal de Imataca, ya que representa un corredor ecológico de bosques que conecta la parte oriental con la parte de la provincia de Guayana. «Al proteger los corredores se conectarían las zonas de protección, minimizando la fragmentación del hábitat y se podría mantener el rango completo de biodiversidad a diferentes escalas».

El profesor concluyó señalando la reducción de la comunidad científica que estudia la Guayana venezolana, lo que deja aún más expuesta a la región ante la poca propuesta de soluciones.  «Está desapareciendo y quedando sin generación de relevo», lamentó. 

Litigio por el Esequibo

Seguidamente, el embajador Hernández tomó la palabra. Aseguró que, actualmente, «El Esequibo es el centro de nuestras angustias».

Aunque el litigio sobre el Esequibo data del siglo XIX, hoy en día sigue en pleno apogeo por haber llegado a manos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en 2018, cuando Guyana presentó una demanda contra Venezuela solicitando que se confirmara la validez del laudo arbitral de 1899 que fijó la frontera entre los dos países.

En este sentido, el experto comentó: «Guyana logró lo que quería, llegar a la CIJ». Explicó que, bajo este escenario, lo mejor que puede hacer el Estado venezolano es presentar muy bien sus argumentos y esperar un fallo a favor por el Esequibo.

Asimismo, el embajador habló sobre la «preocupante» situación respecto a la minería ilegal en la zona. «La minería ilegal amenaza la biodiversidad del Esequibo pues ha arrasado con 31.000 hectáreas del bosque entre el 2000 y junio de 2022», comentó.

El Esequibo no solo es uno de las mayores reservas de flora diversa para Venezuela. También habitan 300 y 900 especies de peces y aves, respectivamente. Muchas de ellas endémicas.

Los expertos señalaron que en la disputa por el territorio han quedado en medio más de nueve pueblos indígenas.

«La producción de oro anual de Guyana es de 19 toneladas, incluido el Esequibo, para lo cual se usan 29 toneladas de mercurio cada año según SOS Orinoco», compartió Hernández. El mercurio es un elemento conocido por sus altos niveles de toxicidad y riesgo al entrar en contacto con el medio ambiente.

Parque de Paz, alternativa para preservar el medio ambiente

Tras presentar datos un poco desalentadores, según los comentarios de los participantes conectados a Zoom, el embajador dilucidó una posible solución para poner fin al conflicto que por años ha contrariado al Estado venezolano.

«El embajador Francisco Kerdel Vegas propone construir un parque de paz entre Venezuela y Guyana en esa zona fronteriza. Este parque estaría en manos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y aumentaría pulmones vegetales para la humanidad», dijo Hernández.

En pocas palabras, el experto definió a los parques de paz como áreas protegidas donde existe un pasado notoriamente conflictivo. Al dejar la administración en manos de la ONU, tanto Venezuela como Guyana trabajarían en conjunto para preservar y velar por espacios como la Reserva Forestal de Imataca, Sierra de Lema y la Gran Sabana.

El embajador apuntó que traería beneficios como un potencial de ingresos y la conservación biológica. «Tal vez esta sea la oportunidad de convertir un litigio en una esperanza para un parque de paz», añadió el profesor. 

Los grandes olvidados: los indígenas en Guayana

Olnar Ortiz, abogado y defensor de DDHH de los pueblos indígenas de Venezuela, aprovechó la oportunidad para hacer un intervención que los ponentes no habían expuesto con detalle: el impacto de esta disputa sobre los residentes originarios de esta zona, los pueblos indígenas.

«Los waraos y pemon Taurepan tienen familia allí, (…) y nunca han dejado de coexistir y vivir ahí. Incluso, hoy día muchos de los indígenas de ambos lados están en desacuerdo con una posible situación de guerra», compartió enfáticamente el abogado.

 «Tengo conocimiento (…) que algunas comunidades están ya desplazándose por temor a la situación que se pueda presentar», dijo con preocupación Ortiz.

Asimismo, compartió que ambas naciones no han respetado los derechos fundamentales de los pueblos originarios en estos territorios. Corroboró que la minería ilegal afecta duramente a esta minoría, que muchas veces está controlada por grupos armados irregulares.

Recordó que, en la Constitución venezolana, capítulo VIII del título III, se reconocen y protegen la existencia, la identidad, la cultura, el hábitat, la organización, la participación, la educación, la salud, la jurisdicción y el desarrollo de comunidades indígenas.

Además, la Constitución establece que el Estado garantizará a los pueblos indígenas el respeto a sus derechos humanos y a los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República.

Finalmente, Burelli despidió el foro e invitó a «seguir regando esa semillita» de la esperanza e interés por nuestro territorio Esequibo. Así como también compartió el último informe de SOS Orinoco respecto a la valoración de la biodiversidad del este del Estado Bolívar.