I. Mi amigo Manuel Lora
Hace ya unos cuantos años atrás tuve el placer de conocer a Manuel Lora, vice-almirante retirado de la armada peruana, quien se desempeña como profesor de asuntos de seguridad en el Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa en Washington. En una conversación sobre la “revolución bolivariana”, este amigo me señalaba -palabras más, palabras menos- “caramba Leopoldo, lo que pasa es que siempre habrá politólogos dispuestos a justificar cualquier clase de regímenes de izquierda independientemente de sus actos y consecuencias”.
Desde ese momento, cada vez que leo o escucho a algún politólogo, sociólogo, etc. y sobre todos a los extranjeros, refiriéndose a las bondades del proyecto chavista, vienen a mi mente las palabras que en esa oportunidad me señalara el vice-almirante Lora.
Durante los últimos años los venezolanos, opositores al gobierno “bolivariano”, hemos padecido, pues, a causa de los fanáticos extranjeros defensores del desastroso proyecto chavista, quienes convencidos de sus bondades, en buena parte por la tremenda propaganda gubernamental internacional, nos increpan desde la comodidad de sus computadoras, catalogándonos de derechistas, fascistas o cualquier otro epíteto que nos hace ver como unos monstruos sin ningún tipo de sensibilidad social.
Así pues, para una parte de la comunidad internacional, quienes denunciamos las atrocidades del gobierno de Chávez Frías, sólo somos unos desalmados golpistas, que queremos sacar del poder por cualquier medio a un buen hombre, con un delicioso proyecto político que ha traído múltiples beneficios para Venezuela y en especial para su población más desasistida o necesitada.
II. El Dr. Manuel Castells
Manuel Castells es un sociólogo español que puede catalogarse como una autoridad mundial en al campo de las ciencias sociales y las tecnologías de información. Cuando uno lee su “hoja de vida”, no puede menos que asombrarse al observar la cantidad de libros y artículos que ha escrito, la infinidad de conferencias que ha dictado y la categoría de las Universidades en donde ha dictado cátedra. Castells se encuentra entre los cinco intelectuales más citados del mundo y es el más referenciado dentro del campo de las tecnologías de información.
Don Manuel ha prestado alguna atención al proyecto chavista, escribiendo fundamentalmente artículos de prensa sobre el mismo, y, siempre, con el perdón del lenguaje coloquial, ha sido un maestro para guabinosamente arrimar las brasas hacia las sardinas del teniente-coronel venezolano. El espacio no nos permite realizar un análisis completo de los escritos de Castells sobre el gobierno de Chávez, sólo nos limitaremos a suministrar un ejemplo.
Por el año de 2007, Don Manuel Castells señalaba: “La reciente propuesta de reforma constitucional de Hugo Chávez para aumentar el tiempo del mandato presidencial y hacer posible la reelección de forma indefinida no supone, en sí misma, un acto antidemocrático”. Además agregaba “Mientras la decisión corresponda a los electores y la elección sea libre y limpia, no hay razón para que la temporalidad del ejercicio del poder no pueda variar según las necesidades de cada país”.
Con escritos de ese mismo tenor, Don Manuel Castells ha de alguna manera siempre emitido opinión favorable del proyecto chavista, haciéndome siempre recordar a mi amigo Manuel Lora.
III. No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan.
No es que quiera entrar en al campo religioso, pero pareciera que en los últimos meses Dios se ha apiadado de los venezolanos, permitiéndonos a través de múltiples eventos hacernos pasar por algunos momentos de felicidad. Debo confesar que a principios de este mes tuve la oportunidad de sentirme muy contento al leer un artículo en prensa del tanta veces citado Don Manuel Castells.
El escrito, titulado “El Estado de Malestar”, criticaba duramente las medidas económicas aplicadas en Europa y el plan de gobierno del candidato republicano Mitt Romney. Castells argumentaba sobre lo errado de estas políticas y daba consejos sobre lo que debía hacerse para mantener el llamado “Estado de Bienestar” en Europa. No obstante, con bastante pesimismo y amargura, nuestro personaje escribía: “Pero, ¿que más da? Ya se encuentran siempre economistas a sueldo para hacer una gráfica que justifique cualquier cosa”. ¿Verdad que molesta mucho, Don Manuel, que siempre haya personas dispuestas a escribir barbaridades para justificar cualquier cosa?