Imagen: @_Calavera_ / Cortesía La Patilla
En las dos entrevistas otorgadas por Rafael Ramírez los días que siguieron a su renuncia, el ex zar del petróleo venezolano hizo referencia en siete oportunidades a sus opiniones adversas a medidas tomadas por el gobierno actual
A continuación hemos desglosado los temas que tocó históricamente Ramírez en los 30 artículos con los que colaboró en Aporrea, el portal web algunas veces cercano al gobierno, hoy nido de disidentes y opiniones adversas
@mpaolams
LAS PALABRAS DE RAFAEL RAMÍREZ en sus artículos de opinión semanales develan el quiebre en su relación con Nicolás Maduro y algunos funcionarios de su gobierno por no seguir el legado que planteó el fallecido presidente Hugo Chávez.
Dentro de esas líneas llenas de adulaciones al Comandante, argumentos en contra de la oposición, la IV República y el capitalismo, se esconden las opiniones de un desplazado del chavismo en sus intentos por redireccionar el camino político por el cual Nicolás Maduro conduce al país, que en más de una ocasión advirtió “no se pueden cometer errores”.
Desde el primero de sus artículos, publicados en la página Aporrea, hasta su carta de renuncia como embajador, el ex presidente de Venezuela no dejó de advertir a Maduro y su entorno sobre la desviación de la senda chavista y la necesidad de tomar políticas económicas correctas para resolver la crisis.
“Se convoca a un proceso Constituyente para resolver una situación política que no tiene su origen en la Constitución (…) Se debe establecer una línea roja, la línea de Chávez, para proteger los fundamentos de nuestra Carta Magna”, dijo Ramírez en el primer escrito que tiene registrado el portal de izquierda, con fecha del 8 de mayo de 2017.
Ramírez fue uno de los funcionarios más cercanos a Chávez, habiendo ocupado la presidencia de Pdvsa por 12 años. Fue también padre de varias de las misiones socialistas, y encargado de expandir las actividades de la estatal petrolera a demás ámbitos.
En 2013, luego de la muerte de Chávez, fungió como vicepresidente económico para Maduro y realizó un plan para enfrentar los problemas financieros que ya se avecinaban.
En uno de sus más recientes artículos, exactamente el 19 de noviembre, titulado La Tormenta, afirma que estando en ese puesto “tenía una idea clara de los problemas y de lo que había que hacer”, pues supuestamente ya lo había discutido con Chávez en 2012, durante su enfermedad. Sin embargo “algunos compañeros me advertían que no tendría el apoyo necesario para hacerlo”. Ramírez confirma que así fue, y poco tiempo después fue enviado a Estados Unidos para representar a Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Después de semanas de comentarios negativos y presiones por parte de diversos oficialistas hacia Ramírez, y de una serie de detenciones por delitos de corrupción en Pdvsa por parte de empresarios supuestamente cercanos a su círculo, el embajador aceptó la solicitud de renuncia que envió Maduro, argumentando que era una consecuencia de sus opiniones.
“Comencé a escribir y cada artículo mío es muy centrado en el tema económico, la gestión del gobierno, el manejo del petróleo de Venezuela. Eso por supuesto fue molestando a alguna gente, lamentablemente entre ellos al presidente (…) Pero no puedo callar y si esos artículos produjeron esa molestia, el presidente dijo que no se sentía cómodo con que yo siguiera en las Naciones Unidas”, confiesa Ramírez en una entrevista de la BBC.
En sus 30 artículos de opinión, Ramírez trata el tema económico y petrolero en cada una de sus publicaciones. Explica los planes que aplicó durante su tiempo al mando de Pdvsa y cómo aumentó la producción petrolera a millones de barriles diarios, que a tres años de haber sido removido, se encuentra por debajo del millón.
“Lo que ha pasado en PDVSA debe llamarnos a una profunda discusión… Ahora resulta que la producción ha caído casi un millón de barriles desde el año 2014. ¿Cómo puede suceder eso?”, escribió el 18 de septiembre.
Los intereses de Ramírez en la petrolera nunca disminuyeron, y continuó preocupándose no solo por el por los trabajadores que dejó allá, “líderes naturales” que fueron despedidos tras su salida, como denunció en uno de sus textos. “Nunca me paso por la mente que, tras mi salida, se iniciaría el desmantelamiento de los equipos de trabajo de tanta calidad revolucionaria, acrisolados durante doce largos años y que fueron tan exitosos durante nuestra gestión”. (12/11/2017).
Igualmente en la mayoría de las publicaciones es palpable su preocupación por la economía venezolana. “Todos los factores hay que revisarlos, pero el tipo de cambio, la falta de producción u oferta y la cantidad de dinero circulante tienen la mayor incidencia en este fenómeno, que debe medirse y controlarse”, opinó el 13 de agosto.
Consideró que “convertir el dólar en una mercancía tan barata por el tipo de cambio, permite que los agentes económicos se dediquen al fraude y a la manipulación cambiaria que deterioran y atentan contra la economía y estabilidad de la Patria” (25/06/2017), y poco después reconoció que “siempre se ha temido, y con razón, a las consecuencias políticas y sociales de las decisiones económicas, pero lamentablemente ya se ha causado un daño a la población, porque son los especuladores los que han mantenido la ofensiva en estos últimos años” (02/07/2017).
“Tal vez es el momento de reconocer que también se subestimó el tema económico, que se cometieron errores, que algunas de las cosas que dijimos en su momento que había que hacer, eran las adecuadas y necesarias para enfrentar la situación. Ahora serán de otro tipo, tal vez más dramáticas, con menos holgura, menos recursos y más daño acumulado”, escribió el 07 de agosto.
La fricción con el oficialismo de Maduro no es nueva, según indicó el mismo Ramírez en varias ocasiones en que se refirió a descalificaciones recibidas por sus opiniones, hasta llegar a recalcar que lo suyo eran “críticas constructivas” y no un “salto de talanquera”.
“Llevo tiempo expresando mi preocupación al ver como se ha desarrollado una creciente intolerancia a la crítica o el debate de ideas en el campo de la Revolución. Se ha recurrido a la descalificación, cerco mediático y exclusión política (…) Lo que diferencia una crítica constructiva de un ‘salto de talanquera’ es el ‘¿Qué hacer?’ (…) Una crítica constructiva, responsable, oportuna viene acompañada de soluciones dentro del campo de la Revolución, dentro del Socialismo, dentro del Chavismo, sin descalificar, ni fracturar la unidad del Pueblo, ni de la Revolución” (29/10/2017).
En otra ocasión escribió: “Sí, debo confesar que he tenido que ver con tristeza y molestia como se ha pretendido horadar mi nombre y borrar mis aportes a la construcción de nuestra Revolución. Ahora, de la nada, abundan los críticos y cobardes que nos atacan, la extrema derecha que nos insultó como quiso, los del odio y el fascismo, todo con un silencio incomprensible de los que compartieron conmigo años al lado del Comandante Chávez. A veces, más que los principios, se impone el cálculo político” (09/07/2017).
La inseguridad y la fuga de cerebros venezolanos al exterior no pasaban desapercibidas por un Ramírez que decía estar al tanto de las causas principales de estos problemas. “El que crea que el tema de la inseguridad no es una de las principales angustias en cualquier zona de las grandes ciudades, barrios o urbanizaciones, de los padres, de los jóvenes, el que no lo reconozca esta desconectado de la realidad”, dijo en octubre.
Dedicó todo un espacio semanal al éxodo de jóvenes, donde argumenta que la falta de oportunidades económicas les ha forzado a migrar. “Si ellos están saliendo del país, es porque no estamos satisfaciendo sus expectativas de futuro, y eso es lo que nos debe preocupar”.
Las primeras recomendaciones escondidas entre líneas que Ramírez escribió para los dirigentes del país apuntaban a que aún había tiempo para correcciones, para dialogar entre ellos mismos y proveer soluciones a los problemas inevitables con rapidez para evitar las peores consecuencias.
“Sin embargo no es suficiente, hay temas que no se han asumido, se deben tomar decisiones impostergables. Ahora tenemos menos holgura, molestia en el pueblo, daño acumulado en algunos sectores productivos y se ha cerrado aun mas la agresión y el hostigamiento externo. Pero podemos hacerlo, sabemos como, que hacer para defender nuestra Patria” (13/08/2017).
El tono de Ramírez va cambiando hacia el climax de su confrontación, con críticas más evidentes, reproches por no haber sido escuchado y por haberse perdido las ideas de Chávez.
“Ahora hay una tendencia que insiste en quitar méritos al esfuerzo y la épica revolucionaria de Chávez. No solo es injusto y desleal. Es falso. (…) Lo vuelvo a decir, aunque después se me responda utilizando palangristas, hay que revisar lo que está pasando en PDVSA, en sus empresas mixtas, no sólo se trata de la producción, que como he dicho ha caído un millón de barriles desde el 2014 hasta ahora, sino del profundo proceso de desmovilización y despolitización en su seno” (22/10/2017).
En su carta de renuncia del 4 de diciembre, Ramírez alega que todas sus observaciones fueron hechas honestamente desde el punto de vista que adquirió por las posiciones que ha ocupado. “Esperaba fuesen bien recibidas, más aún cuando están planteadas de manera constructiva, con la sola intención de generar una discusión creadora, revolucionaria, con el único objetivo de superar juntos esta situación”.
Pero admite saber que el ataque a sus aportes a la revolución “es solo producto de un cálculo político, egoísta y mezquino”.
Actualmente Ramírez salió de Estados Unidos sin rumbo a Venezuela. Permanece en una locación desconocida, desde donde dice que esperara para volver a su país. No se sabe si las autoridades venezolanas esperan para juzgarlo –como a su primo Diego Salazar–, si se encuentra colaborando con las autoridades de los Estados Unidos o si volverá a escribir críticas constructivas desde su trinchera en Aporrea.
