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Ago 24, 2015 | Actualizado hace 9 años
Así funciona el gen de la obesidad

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No hay duda. La genética es importante en la obesidad. Un equipo de científicos dirigidos por investigadores del MIT y de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EE.UU.) ha identificado un nuevo mecanismo responsable del control del metabolismo humano. Este descubrimiento podría ayudar con la prevención y tratamiento de una enfermedad que ya afecta a más de 500 millones de personas en todo el mundo. El estudio ha sido publicado en la revista The New England Journal of Medicine.

 

Los investigadores han analizado los circuitos celulares implicados en la asociación entre la obesidad y la genética, hallando el punto clave en el que los adipocitos o células grasas deciden quemar o almacenar la grasa. Este interruptor del metabolismo explica que el gen FTO actúa principalmente en las células progenitoras de adipocitos de una manera independiente del cerebro, lo que delimita las diferencias -genéticas- que afectan al funcionamiento de las reservas de grasas en nuestro organismo. Según trabaje esta “sala de control” estaremos en mayor o menor riesgo de sufrir obesidad.

 

Para llegar a esta conclusión, los científicos estudiaron muestras de tejido adiposo de un grupo de voluntarios sanos europeos portadores de la versión genética relacionada con riesgo de obesidad y otro grupo de control sin vinculación a este riesgo. Así, descubrieron como en el primer grupo se activaba una región muy concreta, localizada en dos genes, Irx3 e Irx5 que actuaban como maestros de ceremonias de la energía en un proceso conocido como termogénesis.

 

“Esta nueva ruta controla la termogénesis en las más abundantes reservas de grasa blanca y su asociación genética con la obesidad indica que afecta al balance global de energía en humanos”, explica Manolis Kellis, líder del estudio.

 

Cambiando una única letra en una secuencia de ADN, los científicos desactivaron los genes Irx3 e Irx5, logrando la restauración del proceso de termogénesis y desconectando los genes que almacenan los lípidos o grasas. Estos resultados “pueden permitir la edición del genoma como una vía terapéutica para los individuos portadores del alelo de riesgo y los circuitos celulares descubiertos podrían permitir controlar el ‘interruptor maestro metabólico’ tanto en los individuos de riesgo como en los que no lo son y así contrarrestar el entorno o el estilo de vida, factores que contribuyen a la obesidad”, aclara Kellis.

 

Investigadores descubren por qué la obesidad desencadena diabetes tipo 2

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La obesidad es uno de los factores más importantes en el desarrollo de la diabetes; sin embargo, hasta ahora no se habían identificado los mecanismos por los que la inflamación relacionada con la obesidad puede conducir a la diabetes tipo 2. Ahora, una investigación de la Universidad de Harvard (EE.UU.) describe el mecanismo molecular que ayuda a explicar este proceso. Los hallazgos describen una sorprendente conexión entre dos procesos moleculares que se sabe que están implicados en el desarrollo de la enfermedad metabólica -la inflamación y la disfunción del retículo endoplásmico (ER)-. La información podría ayudar en el desarrollo de nuevas terapias, tanto para la diabetes como para la obesidad. El estudio se publica en la revista «Science».

En concreto, los investigadores estudiaron las células del hígado para mostrar que la inflamación asociada a la obesidad puede conducir a un aumento de la producción de óxido nítrico (NO), un gas de gran que puede paralizar la función del ER – un orgánulo, o ‘mini-órgano’, dentro de las células que juega un papel clave en la síntesis de muchas proteínas y lípidos-. Se sabe que función apropiada del ER es crítica para que el hígado y otros órganos mantengan los niveles de glucosa adecuados en el organismo.

Según Gökhan S. Hotamisligil, parece que en «un entorno de inflamación crónica, estos orgánulos celulares pierden su vitalidad». De esta forma, añade, es posible que las terapias que se dirigen a las vías inflamatorias, incluyendo la producción de óxido nítrico, pueden ser «estrategias eficaces en el tratamiento de la enfermedad metabólica».

Justo al revés

Se sabe que la obesidad impedía que el ER realizara una de sus funciones fundamentales: iniciar una cascada de eventos intracelulares denominada respuesta de la proteína desplegada (UPR), que alivia el estrés y restaura la función del ER. Hasta ahora se pensaba que la disfunción del ER causaba la inflamación, pero parece ser justo lo contrario: es la inflamación relacionada con la obesidad la que afecta la respuesta de esta proteína y, por lo tanto, a la función del ER. De esta forma se produce una resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.

En un enfoque innovador, los investigadores diseñaron una forma de la proteína que no podía ser modificado por NO, y vieron que protegía contra las consecuencias perjudiciales de la inflamación, además de mejorar el control metabólico en ratones obesos, lo que podría ser una nueva para el tratamiento de la diabetes.

Científicos proponen nuevo tipo de cirugía para combatir la obesidad

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Un grupo de científicos probó con éxito en ratones una nueva técnica quirúrgica que podría llegar a sustituir a las «complicadas» e «invasivas» operaciones de reducción de estómago en humanos, publica la revista británica «Nature» y reproduce Efe.

Este nuevo procedimiento, desarrollado por expertos del Vanderbilt University Medical Center de Nashville, Estados Unidos, consiste en desviar flujo de bilis hacia la parte final del intestino delgado -el íleon-. El resultado sobre la pérdida de peso en roedores obesos es comparable al que ofrecen métodos más tradicionales, como la gastrectomía vertical o la cirugía bariátrica.

En esta última, que requiere una mínima incisión al ser por vía laparoscópica, se usan corchetes quirúrgicos para reducir el estómago del paciente, que se une a un asa de intestino delgado mediante el denominado by-pass gástrico.

Por contra, la gastrectomía vertical extirpa hasta el 90 por ciento del estómago del paciente y el órgano queda reducido a una especie de conducto con una capacidad de absorción aproximada de 50 a 60 gramos.

En ambos casos, el resultado es que el paciente come menos y, al mismo tiempo, absorbe menos del alimento que ha ingerido, por lo que figuran entre los métodos quirúrgicos «más efectivos» para lograr «una pérdida de peso duradera» y «revertir los síntomas de la diabetes en humanos», apuntaron los autores de la citada investigación, con el experto Naji Abumrad a la cabeza.

Estudios anteriores, recuerdan, también han demostrado que los ácidos biliares potencian los «efectos metabólicos positivos» que generan los by-pass gástricos.

Teniendo en cuenta este conocimiento, Abumrad y sus colegas conectaron la vesícula biliar de ratones obesos a diferentes partes del intestino delgado y compararon después los «beneficios metabólicos» que tuvo esta intervención con los de un by-pass durante un periodo de hasta ocho semanas.

Los expertos descubrieron que la simple inyección de flujo de ácido biliar en el íleo es suficiente para obtener efectos similares a los que generan «procedimientos quirúrgicos tradicionales más complicados».

Al parecer, esos efectos son consecuencia de una reducción en la absorción de grasa en el intestino delgado y a cambios en la microbiota o flora intestinal, según el estudio.

Aunque este nuevo procedimiento es «menos invasivo» y más sencillo desde el punto de vista técnico, los autores advierten de que su seguridad y eficacia a largo plazo no han sido aún determinados.

Además, sostienen, esta técnica podría ser inviable para pacientes obesos o diabéticos cuyas vesículas biliares han sido extirpadas para combatir los cálculos biliares.

También es aún pronto para conocer con exactitud hasta qué punto esta nueva intervención quirúrgica es reversible.

Fármaco para diabetes ayuda en lucha contra obesidad
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Un medicamento autorizado para tratar la diabetes tipo 2 ha demostrado tener «un potencial beneficioso» para reducir el apetito y favorecer la pérdida de peso, según un estudio publicado por The New England Journal of Medicine.

Se trata de la liraglutida, un fármaco inyectable que cuenta con autorización en Europa y Estados Unidos para tratar la diabetes tipo 2 y con el que trabajó un grupo de la Universidad de Columbia.

Los expertos realizaron un ensayo para probar los resultados de la liraglutida (un péptido 1 similar al glucagón) en la pérdida de peso en adultos con sobrepeso u obesidad los cuales no sufrían de diabetes al inicio del estudio.

Las pruebas se realizaron hace dos años en 27 países de los cinco continentes con 3 mil 731 personas cuyo peso medio eran unos 106 kilos divididas en dos grupos, uno de los cuales (2 mil 487 personas) recibieron una inyección diaria del medicamento y el resto un placebo.

Durante las pruebas, que duraron 56 semanas, los participantes mantuvieron un régimen de vida saludable.

Los resultados mostraron que las personas que recibieron el medicamento perdieron una media de 8,4 kilos de peso, frente a los 2,8 kilos de media que adelgazaron los que tomaban el placebo.

Además, el 33% de los pacientes tratados con el fármaco perdieron más de un 10% de sus peso corporal inicial, frente al 11% del grupo del placebo que lograron alcanzar ese mismo nivel, señala el estudio.

Entre los efectos secundarios adversos, la mayor parte estuvieron relacionados con el sistema gastrointestinal y fueron de intensidad moderada, entre ellos diarrea, náuseas, vómitos o dolor abdominal, mientras de manera más aislada se produjeron casos de coleocistitis y colelitiasis.

El sobrepeso aumenta el riesgo de cáncer de mama

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Las mujeres post menopáusicas con sobrepeso y obesas tienen mayor riesgo de cáncer de mama invasivo en comparación con las de peso normal, según un artículo publicado en «JAMA Oncology».

La obesidad es un importante problema de salud pública en muchos países y se ha asociado con riesgo de cáncer de mama en estudios observacionales, revisiones sistemáticas y los meta-análisis. Sin embargo, sigue habiendo dudas. Ahora el equipo de Marian Neuhouser, del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle (EE.UU.), ha examinado la asociación entre el sobrepeso y la obesidad con el riesgo de cáncer de mama invasivo después de la menopausia.

Altero y peso

A partir de los datos del estudios Women’s Health Initiativ, los expertos avularon prámeros como la altura y el peso, y las mamografías anuales o bienales, y el cáncer de mama en 67.142 mujeres post menopáusicas inscritas en 1993-1998 con una mediana de 13 años de seguimiento. En total se detectaron 3.388 cánceres de mama invasivos y los datos mostraron que aquellas con sobrepeso (índice de masa corporal [IMC] 25 a <30), obesas en grado 1 (IMC 30 a <35), y de grado 2 más 3 (IMC de más de 35) presentaban un mayor riesgo de cáncer de mama invasivo en comparación con las mujeres de peso normal (IMC <25).

«Estos hallazgos clínicamente significativos avalan la necesidad de ensayos clínicos que evalúen el papel de la prevención y el tratamiento de la obesidad en el riesgo de cáncer de mama», concluye el artículo.

Tres de cada cuatro latinos tienen problemas de sobrepeso
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El 75 % de los latinoamericanos de entre 19 y 59 años padece sobrepeso u obesidad, afirmó hoy el Frente Parlamentario contra el Hambre (FPH), al alertar de que se trata de un problema de «salud pública», no de «estética».

María Calle, presidenta del FPH, que cuenta con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), indicó en una rueda de prensa que esos problemas son un tipo de malnutrición y se dan en países como México, Chile, Guatemala y Ecuador, principalmente.

Según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cerca de cuatro millones de niños latinoamericanos menores de cinco años padecen sobrepeso y en 2030 se estima que más del 50 % de los adultos en la región serán obesos.

Calle apuntó que una de las maneras de combatir condiciones y enfermedades relacionadas con alimentación es garantizar a la población el derecho de acceder de forma libre a alimentos saludables, buenos y de calidad.

Por ello, desde el FPH están recogiendo experiencias «exitosas» en diferentes países para aplicarlos en otros Estados, como el etiquetado de productos utilizando el «semáforo nutricional», donde con colores se dan indicadores sobre el azúcar, la sal y las grasas.

Esta medida, que ya ha sido implementada en Ecuador ha dado unos resultados «que no se esperaban» y, según los primeros datos, se redujo un 31 % por ciento el consumo de bebidas gaseosas y de yogur azucarado con frutas y aumentó la demanda de productos más saludables.

Añadió que ese tipo de medida será propuesta a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), porque «el derecho de alimentación es saber qué comer» y elegir de manera «informada y fácil» los alimentos.

La misma fuente asegura que 14 países latinoamericanos han alcanzado el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) al reducir en 50 % la cifra de personas que padecen hambre.

Mayoría de venezolanos podría sufrir diabetes a mediano plazo

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La mayoría de los venezolanos mantiene estilos de vida no saludables, relacionados con mala nutrición e inactividad física, que podrían generar un acelerado aumento de diabetes a mediano plazo. Y es que en el país 67% de la población tiene sobrepeso y 30% es obesa, según datos obtenidos en la primera encuesta sobre “Conocimiento de la Diabetes en Venezuela”, que realizó un equipo de investigadores del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), en conjunto con la farmacéutica Novo Nordisk.

El estudio tuvo una muestra de 520 personas, mayores de 18 años de edad, con igual porcentaje de mujeres y hombres pertenecientes a los niveles socioeconómicos C, D y E. Los pacientes fueron seleccionados en Caracas y Maracaibo, ciudades que concentran 20% de la población del país.

 

Obesidad y diabetes

Otro dato preocupante de acuerdo a lo informado por la endocrinóloga Liliana Yung, es que de esta muestra 36% de las personas tenía niveles altos de glucosa en sangre (hiperglucemia), pero solo 20% estaba consciente de los riesgos de presentar este valor. “Fue increíble detectar también que solo 44% relacionó obesidad y sobrepeso con diabetes”.

También llamó la atención de que solo 41% de las personas con un alto riesgo de desarrollar diabetes se ejercita por lo menos 30 minutos al día. Y 69% no considera que el acondicionamiento físico pueda ayudar a prevenirla. Apenas 13% de los participantes con alto riesgo para desarrollar diabetes fueron estimulados por sus médicos para incluir en su estilo de vida una dieta sana y hacer ejercicios.

Otro hallazgo importante se relaciona con los mitos, como que 31% de la muestra cree erróneamente que la insulina causa ceguera; “cuando su uso oportuno previene la discapacidad visual”, aclaró la especialista.

La investigación reveló que los niveles socioeconómicos donde existe mayor número de personas diabéticas, son el D y E, en los que se concentra el mayor riesgo. Y aunque hay una creencia generalizada de que el consumo de frutas y vegetales disminuye los riesgos de diabetes o mejora la calidad de vida de quienes han sido diagnosticados, sin embargo, su ingesta es menor en estos sectores sociales.

 

Campañas de prevención

Ante estas evidencias, la doctora Yung sugiere la intensificación de estrategias comunicacionales que exhorten a la ciudadanía en tres ámbitos: prevención, detección temprana y concientización, para lograr cambios en el estilo de vida, a través de una alimentación más sana, hacer ejercicios por lo menos 45 minutos todos los días.

“Lo importante es comer sano, evitar las frituras, ingerir más vegetales, no mezclar en el almuerzo tanto carbohidrato, por ejemplo es típico del venezolano pasta y tajadas, o arroz y puré de papas; debe existir mayor conciencia de la distribución adecuada de los alimentos”.

El Nacional Ene 22, 2015 | Actualizado hace 9 años
Consejos para reducir el consumo de azúcar

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Definitivamente el consumo en exceso de todos los alimentos llega a ser dañino para nuestro cuerpo. Así como debemos controlar el colesterol, el consumo de azúcar también debe ser regulado constantemente para evitar daños.

El azúcar es vinculada constantemente con diferentes problemas de salud como la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y hasta ciertos tipos de cáncer. Hay formas de poder controlarlo.

Dejar las refrescos: Las bebidas gaseosas contienen normalmente una gran cantidad de azúcar. Ni las gaseosas dietéticas se salvan de esa categoría, por lo que lo ideal es dejarlas y empezar a beber agua.

Comer alimentos proteicos con grasas buenas: Hay ciertos alimentos proteicos como la palta, el huevo, el pollo de granja, el aceite de oliva o el salmón, que incluyen grasas saludables como el Omega 3. Trata de incluirlos constantemente en tu dieta.

Consume chocolate amargo: Es conocido que un chocolate común contiene una gran cantidad de azúcar, por lo que es mejor consumir chocolate amargo negro, que contiene más porcentaje de cacao en lugar de azúcar.

Incluye vegetales: Los vegetales no contienen azúcar y ayudan a regular el porcentaje en nuestra sangre. El pan o las pastas se convierten rápidamente en glucosa en nuestro organismo, por lo que debemos tratar de no consumirlos en gran cantidad.

– Regula tu cantidad: Es ideal también comprar los productos en estado “natural” y que cada uno le pueda añadir la cantidad de azúcar que desee. Puedes comprar un yogurt griego y añadirle tú una cantidad mínima de azúcar. Así, cada un controla lo que consume.