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Lima

Detienen a 18 venezolanos indocumentados en Perú

 

La policía detuvo en Lima a 18 ciudadanos venezolanos que carecían de documentos y tenían exceso de permanencia en Perú, informó el domingo la Superintendencia Nacional de Migraciones de Perú.

En el operativo policial realizado la madrugada del sábado en el distrito Independencia, al norte de Lima, se intervino a 11 hombres y siete mujeres que trabajaban en comercio informal y restaurantes.

«Durante la acción, se verificó la situación migratoria de extranjeros que ejercían el comercio ambulatorio y laboraban en discotecas y restaurantes», indicó la Superintendencia Nacional de Migraciones de Perú en su cuenta de Twitter.

«Migraciones y Extranjería de la policía exhortaron a foráneos a regularizar su situación migratoria; mientras que indocumentados fueron trasladados a sede policial», agrega el organismo.

El viernes, el gobierno peruano anunció que desde el 25 de agosto, exigirá pasaporte a los ciudadanos venezolanos por la creciente migración.

«Estamos con la puertas abiertas, desde el punto de vista humanitario dándoles la acogida de nuestros hermanos venezolanos. Pero por otro lado, tenemos que tomar medidas para que todos estén debidamente registrados», dijo a la prensa el ministro del Interior, Mauro Medina.

La Superintendencia Nacional de Migraciones de Perú estimó que unos 385.000 venezolanos se han establecido en el país desde hace al menos un año.

En 2016, en Perú residían 6.615 venezolanos, según cifras oficiales.

 

La Superintendencia Nacional de Migraciones de Perú comenzará a atender las veinticuatro horas del día en su sede central ante la alta demanda de trámites por parte de extranjeros, en su mayoría de venezolanos llegados masivamente al país en los últimos meses, informó hoy este organismo.

La atención ininterrumpida día y noche será desde lunes a sábado en la oficina central de Migraciones, situada en el distrito limeño de Breña.

Los trámites que se realizarán en ese horario ampliado son el cambio de calidad migratoria para obtener la residencia, prórroga de residencia, solicitud de visas y el permiso temporal de permanencia (PTP), mecanismo dirigido únicamente a los venezolanos que ingresaron al país de manera regular.

Los ciudadanos extranjeros que ya contaban con citas reservadas para realizar alguno de estos cuatro trámites tendrán la opción de reprogramarlas para una fecha más cercana mediante el sitio web de Migraciones.

La ampliación del horario de atención de Migraciones llega pocos días después de que el Grupo de Lima, compuesto por 14 países de América, publicara las cifras de la migración venezolana a los países de la región, donde Perú aparece como el segundo país con más inmigrantes venezolanos (298.000), después de Colombia (800.000).

Según las informaciones oficiales, la gran mayoría de venezolanos llegados a Perú permanece en el país con la calidad migratoria de turista, que permite como máximo una estancia de seis meses.

Aproximadamente una cuarta parte de ellos ha tramitado el PTP, que les otorga la residencia y les permite realizar legalmente actividades como trabajar y estudiar.

Cumbre de las Américas | Piden elecciones libres, apoyan a la AN y exigen atención a la emergencia humanitaria en Venezuela

Un total de 16 países que participaron en la Cumbre de las Américas acordaron este sábado, 14 de abril, una declaración en la que piden al gobierno de Nicolás Maduro la realización de elecciones presidenciales libres, transparentes y democráticas, respaldan las decisiones de la Asamblea Nacional venezolana y abogan por su reconocimiento, y exhortan a los organismos internacionales a atender la grave emergencia humanitaria que atraviesa el país.

El documento también expresa la preocupación de las naciones por la diáspora venezolana que se desplaza por el continente para huir del hambre en Venezuela.

A continuación, el texto íntegro:

DECLARACION SOBRE VENEZUELA

Los Jefes de Estado y de Gobierno de Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, y el Vicepresidente de los Estados Unidos, reunidos con ocasión de la VIII Cumbre de las Américas; ante la persistente situación de quiebre del orden constitucional en Venezuela y preocupados por el agravamiento de la crisis política, económica, social y humanitaria en ese país:

1.Hacen un urgente llamado al gobierno venezolano para que lleve a cabo elecciones presidenciales con las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente y democrático, sin presos políticos, que incluya la participación de todos los actores políticos venezolanos, y ratifican que unas elecciones que no cumplan con esas condiciones carecerán de legitimidad y credibilidad.

2. Expresan su determinación de seguir impulsando, especialmente en el ámbito de la OEA, acciones e iniciativas que contribuyan a la restauración de la institucionalidad democrática, el respeto de los derechos humanos, y la plena vigencia del estado de derecho.

3.Refrendan su apoyo a la Asamblea Nacional de Venezuela y reiteran que los actos jurídicos que conforme a su Constitución requieran de autorización de dicha asamblea solo serán reconocidos cuando esta los haya aprobado y en ese contexto, considerarán nuevas medidas que contribuyan al pleno respeto de sus facultades constitucionales en materia económica y financiera.

4.Exhortan a los organismos especializados, agencias, fondos y programas del Sistema de las Naciones Unidas y de la OEA a implementar de manera inmediata un programa de asistencia humanitaria para aliviar la situación de sufrimiento y escasez que padece el pueblo de Venezuela. En tal sentido, reiteran su llamado al gobierno venezolano para que permita el ingreso y distribución de la ayuda humanitaria que mitigue los graves efectos del desabastecimiento, especialmente de alimentos y medicinas.

5.Expresan su profunda preocupación por el creciente éxodo de ciudadanos venezolanos que se han visto obligados a abandonar su país como producto de la crisis y exhortan a los organismos internacionales pertinentes a elaborar de manera inmediata, un programa de apoyo y fortalecimiento de capacidades de los países de la región para atender las distintas necesidades, incluidas las de seguridad, derivadas de este éxodo.
6.Exhortan a los miembros de la comunidad internacional para que apoyen los esfuerzos y decisiones de los países de la región a fin de contribuir al restablecimiento de la democracia en Venezuela. Hacen en este sentido un llamado a los países que han adoptado medidas a ampliarlas y fortalecerlas.

7.Subrayan la importancia de que la comunidad internacional apoye la recuperación económica de Venezuela, una vez restaurado el orden democrático y constitucional.

Lima, 14 de abril de 2018

Alejandro Armas Abr 13, 2018 | Actualizado hace 3 semanas

 

La costa peruana, donde está Lima, es una extensión estrecha de tierra llana, entre el Océano Pacífico y la sierra andina, célebre, entre otras cosas, por su aridez. En aquella soberbia ciudad fundada por Pizarro hace casi medio milenio un diluvio de proporciones bíblicas dista de ser lo normal. Sin embargo, no hizo falta que lloviera, tronara o relampagueara de forma irregular para que Nicolás Maduro reculara en su intención de desplazarse hasta allá para tomar parte en la VIII Cumbre de las Américas, a pesar de su advertencia de que así lo haría sin importar cualquier adversidad atmosférica. De todas formas, mucho más sorprendente que la ausencia de un mandatario cuya invitación fue retirada resultó la de otro que sí cuenta con su boleto de admisión: ni más ni menos que el peculiar morador de la Casa Blanca, Donald Trump.

Las reacciones a esta decisión de última hora no se hicieron esperar. El tema fue de gran interés entre los venezolanos que aún pueden darse el lujo de estar informados de lo que ocurre más allá de su cotidianidad. ¿Y cómo no? Es harto sabido que, en público o a puerta cerrada, la crisis política, económica y social que atraviesa el país será un tema principal en las interacciones de los gobernantes americanos. En tal sentido, que el Presidente de la máxima potencia hemisférica de pronto cancele su participación es una noticia que merece examen más allá del titular.

Muchos de los comentarios a propósito de los cambios en la agenda de Trump fueron de inquietud y hasta de molestia. Para algunos, se trató de una muestra de indiferencia o hasta desprecio hacia la región. Quienes han leído esta columna con regularidad sabrán que su autor no es de ninguna manera admirador de Trump. Estas líneas no buscan defenderlo, sino evaluar la situación de manera sosegada. Hecha esta aclaratoria, procedo a recordar que desde la Oficina Ovalada se optó por la inasistencia a la cumbre en medio de un grave aumento de la tensión entre Estados Unidos y Rusia en torno a la guerra civil siria, situación que no puede tomarse a la ligera. Al tratarse de una cuestión bélica en la que otra gran potencia tiene sus manos metidas, es razonable que Trump no quiera distracciones adicionales al menos por estos días. Es obvio que para este, además, el Medio Oriente es prioridad por encima de América Latina, lo cual no tiene por qué implicar desinterés por lo que ocurra en los vecinos del sur, sobre todo considerando que la migración y el comercio continental han sido asuntos álgidos desde su campaña electoral.

Varios especialistas han señalado que otra razón para que Trump no viaje a Lima sea un intento por no aumentar las tensiones existentes con países como México por alguna torpeza perfectamente evitable. Y pudieran tener razón. En honor a la verdad, el mandatario estadounidense ha demostrado tener, por decir lo menos, falta de tacto en su trato con sus homólogos. Basta recordar aquella ocasión en la que empujó al primer ministro de Montenegro.

En cambio, varios gobernantes latinoamericanos están familiarizados con la forma de dialogar del vicepresidente Mike Pence, a quien Trump envió en su lugar. Cabe recordar que el segundo al mando hizo en agosto del año pasado una gira por la región en la que uno de los temas de peso que discutió con los gobiernos de las naciones por las que pasó fue la situación venezolana.

Para algunos comentaristas, que la representación de EE.UU. recaiga en Pence y no en Trump es prueba fehaciente de que al actual Ejecutivo norteamericano le interesa poco o nada Latinoamérica. Sin embargo, la Vicepresidencia puede tomarse pocas libertades cuando desde arriba se le delega la conducción de la política internacional. Ciertamente, que no esté Trump resta carga simbólica a la cumbre, dado que él es el rostro del Gobierno. Pero en verdad veo poco probable que la participación de Pence produzca diferencias importantes en cualquier acuerdo al que se pueda llegar.

También es desacertado asumir que necesariamente el cambio de autoridades expresa indiferencia. Justamente este año se cumplen seis décadas de uno de los viajes más recordados de un político estadounidense por Latinoamérica. Me refiero a la gira del entonces joven vicepresidente Richard Nixon. Eisenhower le había permitido tener un papel protagónico en la diplomacia de Washington, el cual Nixon demostró poder desempeñar con mucha audacia. Solo por poner un ejemplo, impresionó al mundo entero por su firmeza durante un debate informal con el líder de la potencia rival, Nikita Krushchov, en Moscú, sobre los méritos del comunismo y el capitalismo.

Un año antes, en 1958, Nixon fue enviado a América Latina con la misión de estrechar vínculos. La situación era compleja. Varias naciones como Argentina, Colombia y la propia Venezuela estaban transitando sobre la cuerda floja hacia la democratización. Durante toda esa década, EE.UU. había apoyado decididamente dictaduras militares conservadoras en aras de mantener el socialismo a raya. Alejar la influencia roja lo más posible de suelo norteamericano, defender los intereses estadounidenses en el territorio de los vecinos y al mismo tiempo tender la mano a los nuevos gobiernos obviamente no era una responsabilidad menor.

La mayoría de las paradas en la gira transcurrió sin incidentes importantes. Sin embargo, sectores de las sociedades visitadas, sobre todo estudiantes que militaban en la extrema izquierda, bullían de sentimiento antiestadounidense, en parte por el recuerdo del respaldo de Washington a los regímenes castrenses brutales. Nixon se había ganado una reputación de decidido anticomunista desde sus días en el Congreso que era como gasolina a la candela. Hubo instantes tensos en Perú y Uruguay. Pero el momento de mayor gravedad sin duda fue la llegada del vicepresidente y su esposa a una Caracas cuyos cielos habían sido surcados por el Vaca sagrada, con Pérez Jiménez a bordo, solo unos meses antes. Luego de entrar a la capital desde La Guaira, la caravana que transportaba a Nixon y su esposa fue agredida por una turba. Piedras, golpes, insultos y se dice que hasta orines. Hubo temor por la integridad física de la pareja vicepresidencial, pero esta al final salió ilesa y pudo mantener su agenda.

A manera anecdótica me permito agregar que, de vuelta a su tierra, un Nixon conmocionado por el rechazo que encontró en varias urbes latinas lo llevó a proponer que EE.UU. reformara su política hacia el resto del continente para hacerla más respetuosa. Se topó con la resistencia de los hermanos Dulles en el Departamento de Estado y la CIA, más afines a mantener la línea dura consistente en preservar, por diplomacia o coacción, la estricta alineación con Washington y contra Moscú. Además, era muy tarde. Meses después Fidel Castro y compañía entraron triunfantes a La Habana. La aparición de un satélite soviético a poca distancia de Florida, decidido de paso a replicar su experiencia propia en toda la región, contribuyó enormemente al desarrollo de la política intervencionista norteamericana durante el resto de la Guerra Fría.

En fin, toda esta narrativa se propone ser el vehículo argumental para la premisa de que la ida de Mr. Pence a Lima debe ser interpretada con cautela y no con simplismos sobre desprecio e indiferencia. Todavía está por verse qué saldrá de las interacciones del vicepresidente estadounidense con dirigentes de la oposición venezolana y jefes de Estado latinos. Acaso nada nuevo, pero por los momentos tal desenlace luce improbable.

 

@AAAD25

Cumbre de las Américas será escenario del nuevo mapa político continental tras elecciones y crisis

 

La XVIII Cumbre de las Américas será escenario del nuevo mapa político continental generado por los numerosos procesos electorales y diversas crisis surgidos desde la última cita de este foro presidencial, al que acuden varios gobernantes por primera vez, el próximo 13 y 14 de abril.

De los 34 jefes de Estado invitados a participar del encuentro, trece tienen la oportunidad de estrenarse en la mayor reunión de alto nivel político del hemisferio y doce acudirían por segunda vez.

El más experimentado es el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, participante desde la tercera cumbre (Québec, 2001), mientras que para el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, ésta puede ser su quinta cumbre continental.

En tanto, sería la cuarta participación para el primer ministro de Belice, Dean Barrow, y para los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Uruguay, Tabaré Vázquez, un importante caudal de experiencia nada despreciable para un foro de diálogo multilateral que, en ocasiones, se ha vuelto tenso.

La cita de Lima encuentra a América con un escenario político muy diferente al de hace tres años.

Desde la última Cumbre de las Américas, realizada en Panamá en abril de 2015, se han celebrado en el continente una veintena de elecciones de jefe de Estado.

En once de esos comicios se produjeron cambios de signo político, con casos destacados, como la victoria del conservador Mauricio Macri en Argentina en 2015, tras doce años de kirchnerismo en el poder, o la del liberal Justin Trudeau que también ese año puso fin a una década conservadora en Canadá.

Pero quizás el más significativo de los comicios, por el impacto a nivel global que ha producido, sean los celebrados en Estados Unidos en 2016 y que habilitaron la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca, en enero de 2017.

En Lima, Trump no solo se estrenará en una Cumbre de las Américas, sino que Perú será el inicio de su primera visita oficial a Latinoamérica, una gira que también incluye a Colombia.

Su intervención en la cita hemisférica suscita gran interés en la región, que en líneas generales rechaza el duro discurso de Trump respecto a la inmigración y mira con incertidumbre los alcances de las políticas proteccionistas impulsadas por Washington.

En la capital peruana, Trump probablemente se verá las caras con Trudeau y con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, con quienes tiene entre manos la compleja renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y con el presidente de Cuba, Raúl Castro, que por segunda vez participaría en una Cumbre de las Américas.

Con o sin chispazos en la “Ciudad de los Reyes”, a Trump le espera un escenario político menos adverso que el que hubiera encontrado en Panamá, con la ausencia ahora de líderes de centroizquierda que le hubieran hecho de fuerte contrapeso, como Dilma Rousseff, Cristina Fernández o Rafael Correa.

Con el eje bolivariano debilitado -al presidente Nicolás Maduro, sólo le quedan como aliados incondicionales Cuba, Bolivia y Nicaragua-, Trump podría encontrar en Lima una mejor predisposición para discutir sanciones a Caracas y ser secundado por los presidentes de Argentina, de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Chile, Sebastián Piñera -quien regresó al Ejecutivo este año-, y por el resto de los países miembros del “Grupo de Lima”.

La crisis en Venezuela, cuyo presidente ha sido excluido de la lista de invitados a la cumbre, no es la única turbulencia que ha sacudido a la región desde la cita en Panamá de 2015.

Ese mismo año, estallaba en Guatemala un escándalo por corrupción que terminó con la renuncia del presidente Otto Pérez Molina; el mandato lo terminó el vicepresidente Alejandro Maldonado Aguirre y en 2016, tras elecciones, asumió Jimmy Morales.

Honduras, otro país centroamericano, está sumido en una crisis política derivada por un presunto fraude en las elecciones de noviembre de 2017, en las que el presidente Juan Orlando Hernández fue reelegido.

De mayor impacto ha sido la crisis política desatada en Brasil, primero con los escándalos de la operación Lava Jato y del caso Odebrecht y luego, en agosto de 2016, con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, cuyo mandato ha de completar quien fuera su vicepresidente, Michel Temer, ahora enfrentado a su antecesora y que también afronta investigaciones judiciales.

Mientras, no para de crecer la espiral de tensión política que rodea al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado por corrupción y candidato para las próximas elecciones de Brasil, uno de los comicios más importantes que se celebrarán este año en América, junto con los de Colombia, Venezuela, México y Paraguay.

Los escándalos de corrupción, que han salpicado a muchos países de la región en los últimos años, también desataron una crisis política en Perú, anfitrión de la cumbre, que desembocó el mes pasado en la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien no llegó a cumplir dos años de mandato y cuyo gobierno, curiosamente, eligió que la corrupción y sus efectos sean el tema principal de la cita de Lima.

 

Los venezolanos en Lima, reunidos en la organización Unión Venezolana, convocaron una marcha para  el próximo jueves en Lima, para pedirle a los mandatarios que acudirán a la VIII Cumbre de las Américas un canal humanitario que permita el envío de alimentos y medicinas a Venezuela.

El exdiputado venezolano Oscar Pérez explicó este domingo en rueda de prensa que el día 12 se concentrarán en el Palacio de Justicia para dirigirse a la plaza San Martín, en el centro histórico de Lima.

Informó que allí solicitarán «que se impulse el canal humanitario que permita el pronto envío de medicinas y alimentos para evitar que se muera de hambre la gente en Venezuela».

La movilización, que también expresará su rechazo al presidente de la República, Nicolás Maduro, se realizará un día antes del inicio de la octava Cumbre de las Américas en Lima, a la cual acudirán 31 delegaciones de la región encabezadas por 21 jefes de Gobierno y otras autoridades.

«Vamos a alzar nuestra voz para que se den pasos agigantados que permitan allanar el camino a la democracia en Venezuela», dijo Pérez al Canal N sobre la marcha convocada.

El canciller peruano, Néstor Popolizio, informó que los mandatarios pueden abordar la crisis política y humanitaria en Venezuela en los encuentros privados que sostendrán durante la cumbre y definir algunos acuerdos al respecto.

Popolizio recordó que Lima le retiró la invitación a la cumbre a Maduro después de suspender los diálogos con la oposición y adelantar las elecciones en el país petrolero.

Los venezolanos en Perú han convocado igualmente a una asamblea, el próximo miércoles, en la que participarán el exalcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, y los exmandatarios Andrés Pastrana de Colombia y Jorge Quiroga de Bolivia, entre otros invitados extranjeros.

Pérez aseguró que durante sus encuentros y movilizaciones contra Maduro no van a generar «situaciones que vayan a enturbiar» la cumbre en Lima.

Mauricio Macri llevará a la cumbre de Lima el caso Venezuela

 

La crisis institucional de Venezuela volverá a ser protagonista de un foro internacional que buscará, una vez más, habilitar una vía para que haya elecciones libres y la situación humanitaria deje de ser tan delicada. El presidente Mauricio Macri volverá a priorizar el tema en su agenda durante la Cumbre de las Américas, que tendrá lugar entre el 13 y el 14 de este mes en Lima, un encuentro en el que se mantendrá una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publica La Nación de Argentina.

Aunque todavía no está definida la agenda, en el Gobierno descartan que en la reunión de mandatarios se generen las condiciones para “evaluar con el resto de la región mecanismos que puedan hacer que Venezuela vuelva al sendero de la democracia y al respeto por los derechos humanos”, según indicaron en la Cancillería.

El régimen de Nicolás Maduro es blanco de reclamos, desde hace meses, por parte de numerosos países de la región para que se garantice la institucionalidad y se permita el ingreso de ayuda humanitaria. Desde el Grupo de Lima (integrado por Brasil, Canadá, Chile, Colombia, México, Panamá, Paraguay y Perú, entre otras naciones) hasta la Organización de Estados Americanos (OEA) se adoptaron posiciones fuertes y se emitieron declaraciones que no lograron forzar al gobierno chavista a aceptar los cambios, en parte porque todavía Maduro cuenta con el respaldo de algunos Estados caribeños que reciben petróleo subvencionado.

 

 Ante este panorama, en la Cumbre de las Américas se abordarán nuevas maneras de encorsetar al régimen chavista, esta vez con la presencia de Trump, quien ya dispuso sanciones contra funcionarios del gobierno, en lo que será su primera visita a América Latina.

 

El recientemente confirmado encuentro a solas entre Macri y Trump era de esperar, luego de que el Departamento de Estado norteamericano anunciara el miércoles que el republicano iba a tener “reuniones bilaterales con líderes regionales más allá de las discusiones multilaterales de la cumbre”.

Trump también tendrá la crisis en Venezuela como prioridad en su agenda. Según señaló el Departamento de Estado, la situación en ese país ya se convirtió en una “crisis regional” a partir de la fuga de venezolanos a otras naciones porque ya no toleran la caída en el nivel de vida. Colombia y Brasil son los principales receptores de migrantes venezolanos. La Argentina también integra el grupo, aunque en menor medida por la distancia geográfica. Entre 2016 y 2017, la llegada de venezolanos creció casi un 200%.

 

“Es una oportunidad para abordar la crisis humanitaria, quizás a través de más respuestas regionales, y para concentrar apoyos para que pueda actuar la OEA”, señaló el representante del gobierno norteamericano, quien aseguró que hasta los países del Caribe -que votaron en la OEA en contra de la expulsión de Venezuela- están comenzando a sentir la gravedad de la crisis.

 

La participación de Macri estuvo en duda hasta la semana pasada, cuando se terminó por confirmar el viaje tras el sacudón institucional que vive Perú, cuyo expresidente Pedro Pablo Kuczynski renunció envuelto en denuncias de corrupción. Tanto el mandatario argentino como su par colombiano, Juan Manuel Santos, habían amenazado con bajarse de la cumbre.

Aunque se espera que sea predominante por tener impacto regional, la situación en Venezuela -país al que se le retiró la invitación a la cumbre, pero igual asistirá- no será la única cuestión por tratarse. El encuentro también será espacio para poner sobre la mesa el combate contra la corrupción, que se garantice la transparencia o para discutir cuestiones bilaterales que el país tiene pendientes, como la negociación por el futuro de los aranceles de acero que impuso EE.UU. sin afectar, por ahora, a la Argentina.

 

 

Por: Alan Soria Guadalupe

Informe Otálvora: OEA retomaría el caso de la crisis venezolana

Grupodelima

Representantes de los gobiernos miembros del Grupo de Lima reunidos el 13FEB18 en el Palacio de Torre Tagle. Foto: Cancillería de Perú.

Diario Las Américas

El retiro de la invitación a Nicolás Maduro y su gobierno para la VIII Cumbre de las Américas convocada para el mes de abril en Lima, depende únicamente del gobierno de Perú en su condición de Estado anfitrión.

El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski suscribió el 11NOV17 las misivas que formalizaban la invitación a los gobiernos miembros de la OEA más Cuba para participar en la Cumbre de las Américas del 13 y 14ABR18. El fin de las negociaciones Maduro-MUD y, la convocatoria por el régimen chavista a elecciones presidenciales a destiempo y sin garantías pusieron sobre el tapete el tema de la presencia de Maduro en Lima el próximo abril. El respaldo de los países que forman el Grupo de Lima y de EEUU sirvió de sustento político para que el 13FEB18 la cancillería peruana anunciara la decisión de Kuczynski de dejar sin efecto la invitación a Maduro y su gobierno.

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El retiro de la invitación fue formalizado mediante nota dirigida el 13FEB18 por la canciller peruana Cayetana Aljovin a su homólogo Jorge Arreaza. Perú alega que   en la III Cumbre celebrada en Canadá en 2001 y a la cual, por cierto, asistió Hugo Chávez, los gobiernos participantes decidieron que “cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático en un Estado del Hemisferio constituye un obstáculo insuperable para la participación del Gobierno de dicho Estado en el proceso de Cumbres de las Américas”. Ya el 04ABR17, el Consejo Permanente de la OEA aprobó una resolución según la cual en Venezuela se produjo una “alteración inconstitucional del orden democrático” y el 21JUL17 la Cumbre de Jefes de Estado de Mercosur declaró que en Venezuela tiene lugar “una ruptura del orden democrático”. Las declaraciones de la OEA y de Mercosur dieron piso jurídico a la decisión de Perú de excluir al gobierno Maduro de la Cumbre de las Américas.

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Durante la VI Cumbre realizada en 2012 en Cartagena, Colombia, y a la cual  Hugo Chávez, Rafael Correa y Daniel Ortega se negaron a asistir personalmente, los voceros del otrora influyente eje castrochavista amenazaron con boicotear la siguiente Cumbre en caso de que el gobierno cubano no participara. La VII Cumbre, celebrada en abril de 2015 en Panamá, contó con la presencia de Raúl Castro quien fue invitado por el panameño Juan Carlos Varela en su condición de presidente anfitrión.

El gobierno cubano recibió su carta de invitación para participar en la organización y asistir a la cumbre panameña de 2015, pese a las públicas objeciones de los gobiernos de EEUU y Canadá que rechazaban la presencia de un Estado no democrático que, además, se niega a reintegrarse a la OEA. La decisión del presidente de Panamá de convocar a Raúl Castro sentó la norma según la cual el anfitrión determina el listado de invitados, regla que ahora sirve de precedente para que ahora Perú excluya a Maduro.

Por cierto, a finales de 2014, cuando la invitación a Cuba era objeto de debate político continental, Luis Almagro en su condición de canciller de Uruguay y candidato a la Secretaría General de la OEA, se mostraba partidario de la asistencia de Cuba a la Cumbre de Panamá. El 10ABR15, desde Ciudad de Panamá, Almagro anunció que propondría a Cuba una “agenda bilateral” para “resolver algunas de las heridas que la organización infringió a ese país”. Los aires políticos en el continente han cambiado de curso y ahora Almagro se opone a la presencia de las “dictaduras” de Cuba y Venezuela en eventos como la Cumbre de las Américas.

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El “tema Venezuela” podría regresar a consideración de la OEA, como parte de un esquema de reacción continental para coordinar acciones ante la crisis venezolana.

Lo que genéricamente se denomina como la “aplicación de la carta democrática” a Venezuela, fue objeto de análisis en las conversaciones sostenidas entre el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, y los mandatarios de Argentina, Perú, Colombia y Jamaica durante la gira que el estadounidense realizó por Latinoamérica entre el 02 y el 07FEB18 que incluyó, además, una reunión especial con sus colegas de Canadá y México.

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El 14FEB18, durante la sesión ordinaria del Consejo Permanente de la OEA, la representante permanente de Perú, embajadora Ana Valdivieso, solicitó la palabra en la sección “Otros asuntos” para dar lectura al comunicado que el día anterior emitiera el Grupo de Lima sobre la situación en Venezuela. El documento que entre otros aspectos califica como carentes de “legitimidad y credibilidad” las elecciones convocadas por Maduro, había sido aprobado el día antes en Lima por los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guyana, Honduras, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucia.

La presentación del documento en la sesión de la OEA fue seguida de una virulenta intervención de la representante del gobierno Maduro, embajadora Carmen Velásquez, quien calificó como “grupo minoritario” y “Cartel de Lima” a los quince gobiernos que conforman el grupo de seguimiento a la crisis venezolana. Las palabras de Velásquez ameritaron un llamado de atención por parte del chileno Juan Anibal Barría quien presidía la sesión. El representante de Brasil, José Machado e Costa, propuso que la OEA retome el tema de la “crisis política, económica, social y humanitaria de Venezuela”. La sugerencia del embajador brasileño fue secundada por el representante mexicano Jorge Lomonaco. La sesión no tenía por objeto decidir sobre el “tema Venezuela” pero las intervenciones dejan ver que se estaría conformando un consenso para que la OEA reasuma el tratamiento de la crisis venezolana la cual comienza a percibirse como un riesgo a la seguridad regional.

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El Grupo de Lima surgió a mediados del año 2017 apadrinado por el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, como una inusual iniciativa de un grupo de gobiernos que ya venían trabajando informalmente en el seno de la OEA y que se conformaron en ente visible de análisis y presión sobre el gobierno de Maduro. Su primera reunión, celebrada el 08AGO17, marcó el inicio de una nueva etapa en el tratamiento regional hacia Venezuela. El Grupo de Lima trataba de compensar la imposibilidad de avanzar en la “aplicación de la Carta Democrática al régimen chavista, lo que frenaba a la OEA en el debate y toma de medidas colectivas sobre Venezuela. Las iniciativas sobre Venezuela en la OEA, durante los últimos años, terminaban en infructuosos y agotadores pugilatos por votos para aprobar resoluciones retóricas. A juicio de varios gobiernos de la región, el Grupo de Lima ha cumplido un importante papel como cohesionador de posiciones, pero la aplicación de medidas ante la crisis venezolana requiere de una institucionalidad y legitimidad que sólo la OEA puede  conceder. Ayuda humanitaria y sanciones al gobierno Maduro forman parte del listado de acciones que la OEA podría arropar, según algunas cancillerías de la región.

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Si bien la “Carta Democrática Interamericana” establece como única medida punitiva real la suspensión del Estado donde se produzca una ruptura del orden democrático, se estaría planeando invocarla para utilizar la OEA como ente coordinador de acciones específicas. La declaración del Grupo de Lima del 13FEB18 contempla “coordinar  esfuerzos para afrontar de una manera ordenada, solidaria y segura” el “éxodo de miles de venezolanos que huyen de la grave crisis que se vive en ese país”. Esta sería una actividad que podría realizarse bajo las siglas de la OEA. De hecho, ya Canadá está financiado apoyo a migrantes venezolanos en Brasil y el gobierno de EEUU prometió redireccionar fondos previstos para ayuda humanitaria “en Venezuela” que ahora se destinarían a apoyo humanitario a venezolanos llegados a la franja fronteriza colombiana. El 15FEB18, Michel Temer emitió una medida provisoria (decreto-ley) y dos decretos ordenando la atención al “flujo migratorio en el estado [amazónico] de Roraima provocado por la crisis humanitaria en Venezuela”. Entre las medidas anunciadas está la instalación de un hospital de campaña en la población fronteriza brasileña de Pacaraima.

Además, temas como la aplicación de sanciones ya comenzó a ser tratado multilateralmente según reveló Tillerson, quien el 08FEB18 anunció la constitución de un grupo de trabajo, junto a Canadá y México, para evaluar sanciones petroleras contra el gobierno Maduro. Un eventual boicot energético no sólo podría implicar un embargo a la compra de crudo venezolano por EEUU y otros países, sino también la suspensión de ventas de crudo y productos refinados a Venezuela. El grave deterioro del aparato petrolero venezolano hace que el país ahora dependa de importaciones de crudo para hacer exportable su producción, así como de derivados de petróleo para la producción de gasolina.

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Durante la sesión del Consejo Permanente de la OEA del 14FEB18, luego que el representante de Brasil mencionara la creciente presencia de migrantes venezolanos en territorio de su país, la representante chavista tomó la palabra para afirmar que su gobierno está listo para debatir el trato a los migrantes en EEUU, las ofensas de Donald Trump a Haití y la falta de electricidad en Puerto Rico. Las excitadas palabras de la emisaria chavista demostraban la postura oficial de negar el flujo de venezolanos que migran en condición de mendicantes. En tanto, altos emisarios del régimen chavista difunden la tesis según la cual el tema de los migrantes es una excusa para una inminente acción militar contra territorio venezolano desde Colombia y Brasil patrocinado por EEUU. El 09FEB18, el vocero oficial chavista Roy Chaderton declaró a Colombia como país enemigo y aseguró que en caso de enfrentamiento armado los militares venezolanos alcanzarían las costas del Pacifico colombiano.  En contraste al discurso oficial chavista, los gobiernos de Argentina, Perú, Chile, Colombia, México y Brasil han expresado abiertamente su oposición a una acción militar sobre Venezuela.

@ecotalvora