cola archivos - Página 2 de 3 - Runrun

cola

¡Si no hacen cola, no comen! por Francisco J. Quevedo

ColaVenezuela2016

 

«La gente hace cola porque tiene dinero para comprar…» nos han dicho. ¿Y se acuerdan que nos decían que la escasez era producto del exceso de demanda, que la gente hacía cola porque tenían real para comprar? Estas temerarias aseveraciones son groserías que presumen la ignorancia del pueblo. Pero este pueblo es zamarro y no se come el cuento de «la cola sabrosa». Por algo quiere, abrumadoramente, que los causantes de esta crisis salgan del gobierno lo más pronto posible.La verdad es que el pueblo, si no hace cola, no come. A los precios que se paga a buhoneros y bachaqueros, y con lo que ganan las mayorías en Venezuela, muchos, quizás hasta más del 80% de la población, el Venezolano de a pie no tiene con qué pagar la comida. Y si bien esas largas filas son una mezcla de hambre y sinvergüenzura, donde se conjugan la necesidad y el rebusque, hacer cola es, en revolución, un modo de vida y de sobrevivencia.

¿Cuánto gana el pueblo venezolano? Tres de cada cuatro venezolanos son pobres, arroja la Encuesta de Condiciones de Vida 2015 (Encovi) que realizan de manera conjunta la Universidad Católica Andrés Bello, Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar, Esto empeora mes a mes. Hoy, 56% de la población tiene ingresos mensuales (¡Por hogar!) por debajo del salario mínimo, y 85% ganaría menos de Bs. 50.000 al mes, aún tras el reciente ajuste del salario mínimo, destacan otros estudios. Y si pensamos en dólares, lloramos.

¿Y cuánto cuesta comer? Según el Cendas de la Federación Venezolana de Maestros, durante el mes de Marzo de 2016, la canasta alimentaria se elevó a Bs.142.853, este aumento fue de 17,1% que apunta sobre el 665% anual compuesto, es decir, cuando se eleva a la doceava potencia, inflación sobre inflación sobre inflación. ¿Entonces, cómo llama usted a ese 85% de los hogares que ganan si acaso un 40% del costo de los alimentos que requieren, si no es «revolucionariamente pobre»? Y es precisamente esa la mayoría que una vez respaldó este error histórico que llaman «Socialismo Bolivariano».

Todo es a propósito. Para los regímenes dictatoriales de la izquierda como éste, como Cuba o la extinta URRS, crear dependencia es fundamental a su sobrevivencia, y esto se logra tanto en el empleo y la salud que tratan de monopolizar, como en la vivienda que si no es provista por el Estado es inalcanzable para la mayoría, así como con las ayudas sociales y la comida: Es irremediable, «ex-profeso», el pueblo tendrá que «ser feliz», nos dicen, haciendo su «cola sabrosa» para subordinar su voluntad y su espíritu, a fuerza de hambre y miedo, a la de la revolución.

 


@qppasociados

 

PNB restringió accesos a la urbanización Terrazas del Ávila por caos en gigantesca cola

terrazas

 

Vecinos de la urbanización denuncian que desde las doce de la noche comenzaron a llegar las personas a las puertas del Bicentenario y de Farmatodo lo que ha generado un fuerte retraso para entrar y salir porque de los dos accesos principales solo está funcionando uno.

Además indicaron que efectivos de la Policía Nacional Bolivariana tienen tomado parte de la entrada controlando el acceso de las personas del abasto Bicentenario.

Destacan que a pesar de que no se ha presentado alteraciones de orden temen que pueda ocurrir una tragedia, porque es la primera vez que la cola de personas llegan hasta la salida de la Universidad Metropolitana.

 

Aquí hasta los bebés deben hacer cola para comprar

colasensupermercados

A la sede de Farmatodo que sirve a la zona cercana del barrio Santa Cruz, en Caracas, llegó la mañana del lunes un contingente de la Guardia y la Policía Nacional Bolivariana.

No fueron para un operativo antidrogas o a frustrar un robo, sino a poner orden en la inmensa fila de mujeres que se generó en cuestión de minutos cuando llegó la leche para bebés.

Desde hacía al menos tres meses que el producto no se veía por allí. El nerviosismo fue tal que el local cerró sus puertas y solo permitía la entrada con cuentagotas. En unas pocas horas, se vendió el cargamento.

La escasez de productos básicos en Venezuela hace tiempo que no es problema que afecta solo la alimentación, la salud o la higiene de los adultos. Desde hace por lo menos un año –pero con agudeza desde hace seis meses–, cosas esenciales para la crianza de bebés y los niños pequeños, como pañales, cremas contra pañalitis, fórmulas lácteas, champús, vitaminas y medicinas sencillas, se consiguen esporádicamente en los anaqueles.

Casi todos son productos importados –o que necesitan la importación de materia prima para su fabricación– afectados por el drástico recorte en la asignación de divisas por parte del Gobierno Nacional, que además regula sus precios muy por debajo del mercado internacional o la inflación, lo que los hace más atractivos aún para su compra y reventa.

Algunos no tienen más remedio que pagarles a los revendedores, pero otros simplemente no pueden, pues el sobreprecio es muy alto.

Eso le pasa a Jorge Rodríguez, el papá de un bebé de casi dos años en la ciudad de Maracaibo que pidió ayuda a través de las redes sociales para conseguir leche y pañales talla XXG. “Yo no puedo hacer la cola por horas para comprar y los revendedores abusan, no tengo suficiente para pagarles lo que piden. Por un paquete de pañales grande piden hasta 3.000 bolívares (15 dólares a la máxima tasa oficial) cuando el precio regulado es de 200 bolívares (1 dólar)”, le explica a El Tiempo.

“Los miércoles, que es mi terminal de cédula, trato de conseguir algo, pero la fórmula hace meses no la veo. Traté de darle leche en polvo normal –que tampoco se consigue fácil–, pero no le cayó bien. Como es un bebé grande, le doy un pedacito de plátano hervido o arepa, pero a él le gusta dormir con su tetero. Hemos pasado días sin leche y el sufrimiento es horrible”, dice el padre de familia.

Su anuncio a través de Twitter le ayudó a capear el momento. Cientos de padres acuden a esa vía o a Facebook para anunciar lo que necesitan, ofrecer lo que les sobra o proponer trueques.

Así, por ejemplo, se han creado cuentas como @yo_conseguí, en la que se leen anuncios como: “Cambio S-26 Gold de 0-6 meses por leche Enfagrow o Prebio 1 o NAN pro crecimiento. En Caracas”.

Pero no siempre internet es la vía, y lo que queda es el dinero contante y sonante. En las barriadas populares, llegan a venderse los pañales al detal hasta por 40 bolívares y las latas de leche para bebés hasta en 600 bolívares (cuestan entre 200 y 270 en los mercados).

En general, mucha gente ya opta por usar pañales de tela, pero estos también son caros; seis gasas largas llegan a venderse hasta por 4.000 bolívares, o 20 dólares. Y en el caso de las fórmulas, las familias con bebés con requerimientos especiales –prematuros, intolerantes a la lactosa, con necesidad de más hierro– o mellizos pasan verdaderos vía crucis para conseguir suficiente producto.

Valga la referencia de que el sueldo mínimo en el país apenas supera los 7.000 bolívares, unos 36 dólares al tipo de cambio oficial más alto.

Para seguir leyendo visite El Tiempo (Colombia).

VIDEO Prepararse un café con leche en Venezuela, una odisea que implica hacer fila cuatro horas

Para muchos venezolanos, hacer fila para adquirir productos básicos se ha convertido desde hace meses en una escena común pero no por ello molesta.

Bajo el rayo del sol o la lluvia, muchos deben de pasar varias horas del día esperando, con la esperanza de adquirir alimentos que escasean, como el café, la leche y el azúcar.

«Es bastante frustrante cuando te quieres parar y desayunar, un desayuno normal de un venezolano, una arepa con café con leche y no tienes ni leche ni azúcar ni café», dice Minerva Hernández, una profesora de inglés que compra por kilo para que le dure todo el mes y para ahorrar.

Mientras que en cualquier otro país en todas las tiendas hay productos tan básicos como café, leche y azúcar, en Venezuela la situación es distinta.

En el caso del café, el kilo cuesta 189 bolívares (unos 29 dólares), el de azúcar 46 bolívares (unos 7 dólares) y el litro de leche de larga duración 64 bolívares (unos 10 dólares).

A las 8 de la mañana es cuando comienza la búsqueda, pero aunque un venezolano encuentre lo que desea, las ventas son controladas.

Las personas pueden comprar sólo el día que le corresponde a la semana dependiendo del último número de su cédula. Además, a todos los compradores se les toma su huella digital para evitar que compren en exceso. Por ejemplo, sólo está permitido comprar cuatro litros de leche.

Tras recorrer cuatro locales en cuatro horas, Minerva tuvo algo de suerte. Consiguió leche pero no pudo conseguir café. «Ya tengo que irme a seguir trabajando y los demás productos no los pude conseguir».

 

Tampoco encontró Arepa, el pan de los venezolanos hecho de harina de maíz. Ahora, a Minerva sólo le queda recurrir al mercado negro.

El peregrinar de la maestra no es un caso aislado. Según la encuestadora privada Datanálisis, en promedio un venezolano debe de visitar cuatro tiendas para conseguir lo más básico.

Según dicha firma, el 65 % de las personas que se suman a la cola para comprar productos, luego los revenden hasta en 10 veces más caro.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro asegura que los controles sirven para evitar el contrabando y ha denunciado que empresarios y opositores son los autores de una “guerra económica” en su contra, con una alta inflación y una escasez inducida.

Pero los críticos de Maduro dicen que todo se trata de malas políticas económicas y falta de incentivos a la producción nacional.

 

Con mi huella no te metas por José Domingo Blanco

 Captahuella

 

La aspiración de todo ser humano es dejar una huella –preferiblemente, una buena impronta- en los hijos, en la familia, en los más allegados y, por qué no, hasta en la sociedad. Esa era la definición idílica y altruista de la palabra. Porque la acepción que le da el régimen, y que pronto pretenden imponernos cuando vayamos a hacer nuestras compras de alimentos, es sinónimo de tarjeta de racionamiento. La huella, en nuestro país, servirá para que en las farmacias, redes de distribución del Estado y en las cadenas de supermercados privadas que acepten poner las máquinas, los venezolanos tengamos acceso a un máximo de 23 productos de la cesta básica; por supuesto, de esos a los que el desgobierno les mantiene el precio regulado, y con los que los revendedores y buhoneros están haciendo su agosto.

¿Son o no las captahuellas una tarjeta de racionamiento pero de última generación? Estamos en la era de las tabletas y los dispositivos electrónicos: un cartoncito como los que había en Cuba- de esos que mancillan la dignidad y son testimonio palpable de la humillación a la que un régimen somete a un pueblo- no habrían dejado las jugosas ganancias y comisiones que, sin temor a equivocarme, significa la negociación, adquisición e instalación de este adminículo con el que pretenden restringir nuestro libre derecho a comprar lo que nos plazca. Aunque la escasez ha modificado nuestros hábitos y “lo que nos plazca”, cambió “a lo que consigamos”… ¡Completamente deprimente!

Supongo, también que, si algunos automercados privados consintieron instalar las máquinas de racionamiento –porque eso es lo que son: “libretas de racionamiento tecnológicas y biométricas”- tiene que haber sido porque las autoridades responsables de esta descabellada idea, utilizaron sus “tácticas” de “persuasión”: “tú pones las captahuellas, yo no te cierro o expropio el negocio”. ¿Les suena familiar la frase? Nadie, ningún dueño de negocio, en su sano juicio, quisiera poner en riesgo el patrimonio que, por años, les ha tomado levantar; a pesar de que la amenaza a perderlo todo, con este régimen, siempre está allí: latente.

Estamos, una vez más, perdiendo nuestras libertades. Están violando, una vez más, nuestros derechos. Muchos de ellos contemplados en la Constitución. Esta es una abierta violación al artículo 305 de la Carta Magna. El Estado no está resolviendo el problema de la escasez. Está actuando como el marido que encuentra a la esposa siéndole infiel en el sofá y, para resolver el problema, bota el sofá. La libreta de racionamiento biométrica y tecnológica con la que amenazan coartar nuestro derecho a ser libres al momento de comprar, es el sofá del marido infiel. La escasez, la cola, el desabastecimiento no se resolverán con las captahuellas, ni haciendo que los venezolanos compremos según el último número de nuestras cédulas de identidad. Es ridículo y propio de los regímenes totalitarios imponer medidas estúpidas como esta; pero, que a alguien le dejará cuantiosas ganancias.

El lunes intenté comprar algunas cosas en el automercado a donde voy siempre. Cuando llegué, para mi sorpresa, no había mucha gente. Por supuesto, tampoco muchos productos; pero, no quise angustiarme por eso ese día en particular –algo que, ahora, me preocupa a cada instante- porque en la lista solo tenía frutas y verduras. Y en eso estaba, escogiendo las frutas, cuando de la nada, como atraídos por algo que yo en ningún momento percibí, el mercado se vio invadido por una oleada de gente: motorizados con los cascos puestos, con sus mujeres-parrilleras a cuesta que, a su vez, traían a sus niñitos arrastrados por la prisa, corriendo hacia la carnicería, que ya no tiene carne sino que se ha transformado en el  lugar de despacho –con algo de control y previa cola- de algunos productos regulados.

Le pregunté a uno de los empleados qué iban a repartir. Me dijo que azúcar y harina de maíz: seis kilos de la primera y cuatro de la segunda, por persona. El bululú se armó en fracciones de segundos. La gente se amuñuñaba los productos en los brazos, haciendo malabarismos para que no se les cayeran. Las familias completas, que habían llegado en moto- porque la moto ha pasado a ser el vehículo familiar-, se aferraban a los productos, con la misma avidez de quien se aferra a un premio ambicionado por muchos. ¡Qué buena red de comunicación ha generado la gente para darse el pitazo de lo que “sacarán” en los automercados! Fue lo primero que pensé. Pero, luego, mientras hacía la cola para pagar, multipliqué la cantidad de azúcar y harina de maíz que esa familia –conformada por el motorizado, su parrillera y los dos muchachitos- se estaban llevando: ¡24 kilos de azúcar y 16 de harina precocida! Por más que no quise pensar mal, fue obvio que esa cantidad que estaban comprando no era para el consumo familiar. La reventa del producto en el mercado informal, deja una ganancia suficiente como para hacer de esto, una fuente alterna de ingresos. Y esa es otra arista del problema de la escasez que no se resolverá con la instalación de las máquinas de racionamiento.

Con la tristeza que me produjo el bochornoso espectáculo en el mercado, asqueado por el poco comportamiento cívico de los voraces compradores, llegué a una convicción: ¡yo no pondré mi huella para comprar ningún producto! Conmigo no cuenten. Esos aparatos no serán la solución del terrible problema de desabastecimiento que estamos viviendo. Iré al mercado con mi Constitución en la mano para hacer valer mi derecho a comprar con libertad ¡cuando me plazca, lo que me plazca y en el lugar que a mí me dé la gana! Ok… ¿Y tú?

@mingo_1

mingo.blanco@gmail.com

 

Nelson Bocaranda Sardi Mar 11, 2015 | Actualizado hace 5 años
Runrunes El Universal 12.03.2015
ALTO
SORPRESA VERDE:

La búsqueda de leche líquida descremada me llevó a un automercado de Los Chaguaramos en el que un “bachaquero” de Baruta me había soplado que en otra cola había abundante oferta. Esperando con paciencia me topé en la misma fila con dos militares uniformados, uno con una estrella y otro con dos, con los que minutos después comencé a intercambiar palabras. Las colas, humillantes por decir solo una cosa, hacen que todos seamos iguales y compartamos la misma vicisitud. Pregunté cómo era que hacían mercado con uniforme y si el público no los molestaba por su condición expuesta de ser militares en un gobierno que más que civil es de las Fuerzas Armadas. Casi hora y media de aguante nos hizo amigos instantáneos. Tanto que al tener cada uno su caja con 12 litros nos tomamos un café en el mismo mercado. Sus respuestas y  preguntas las coloco a continuación:

En el este de Caracas no podemos ir uniformados pues la mayoría de la gente nos ve mal, nos increpa y nos señala como miembros de un gobierno militar corruptísimo. Esta zona, cercana a Fuerte Tiuna, está acostumbrada a ver militares en todas partes. Cuando podemos hablar con alguien que nos reclama por lo que antes dije tenemos ya unas respuestas acostumbradas: No todos los militares somos partícipes de esta piñata de corrupción. Los generales de más alto rango, especialmente los Mayores Generales sí son chavistas o al menos así nos lo demuestran. El resto pasamos el mismo trabajo que la mayoría de los ciudadanos de a pie. ¿Usted mismo no se sorprendió de vernos aquí? Entienda que nuestras familias nos reclaman a diario y pasan muchas vergüenzas cuando nos tildan de chavistas, corruptos, abusadores, nuevos ricos y otros epítetos más duros. Nuestras esposas hacen mercado también como todo el mundo y sienten los precios altos.

Déjenos contarles que nos sentimos muy mal cuando apenas Maduro –nuestro comandante en jefe- ordenó el aumento de 45% para los militares, todos los hacedores de opinión nos cayeron encima y nos sometieron al escarnio público. Nadie explicó que nuestros salarios estaban rezagados desde hacía casi dos años y que además la llamada seguridad social de la FANB está por el suelo. Me cuentan el deterioro del IPSFA y de los Seguros Horizonte cuyas pólizas de salud y de vehículos ya no son aceptadas en muchas clínicas privadas y talleres. Narran el drama del Hospital Militar de Caracas y los similares en el interior del país donde la falta de insumos, equipos deteriorados, abandono de instalaciones y escasez de medicamentos por no decir de placas de rayos X, catéteres, sueros y otros dispositivos brillan por su ausencia.

Indago sobre si el estar armados y en uniforme es una garantía para ellos ante el auge de la criminalidad y la indefensión del ciudadano común, y rápido contestan que ellos también son víctimas pues al verlos uniformados los delincuentes piensan que están armados y son el blanco perfecto para asesinarlos y robarles su pistola de reglamento. Los dos venían de calarse una transmisión de FANB-TV por más de cuatro horas donde el ministro de la defensa, Padrino López, disertó sobre “la invasión gringa y la necesidad de estar listos para defender la patria”. Con más humor que seriedad se refieren a esa perorata donde entregaron  un libro de discursos de Chávez mientras los minutos pasaban atacando al presidente Obama y el Imperio. Con ironía refieren que los jefes rojos critican al presidente negro por unos 7 asesinatos de afroamericanos pero nunca han hablado de los 180 mil asesinados por la delincuencia venezolana. Cuentan que el ministro reiteró algo con lo que la mayoría de sus compañeros no estaba de acuerdo: “todo oficial debe ser pensador y operador político”.  Ya despidiéndonos llegaron otros de sus colegas al automercado y pensé que no querían que los vieran conmigo. Por el contrario, me los presentaron sin darme sus nombres y más bien en tono chistoso me dijeron: “ninguno de los 4 tenemos el portanombre en sitios como este no vaya a ser que nos mienten la madre con nombre y apellido”.

Me asombro al saber que hay 4.981 militares en la administración pública y que en el último desfile tuvieron que vestir a los cadetes de la academia de soldados debido a la escasez de tropa. Igualmente que cada día 4 militares piden la baja y entregan su pistola de reglamento provenientes de lo que llamaron Comando, Técnico, Asimilados y Tropa. Otro detalle es que una gran parte de los militares que envían a cursos en el exterior (¿China, Rusia, Bielorrusia, Argentina, Nicaragua o Cuba?) piden la baja desde donde estén para quedarse fuera. Dos vieron el programa dominical de José Vicente Rangel donde éste colocó segmentos de sus entrevistas con Chávez y su observación fue “con pinzas escogió las intervenciones del barinés, las que golpean muy duro a Maduro y su gobierno por tantas metidas de pata alejadas de lo que en ellas señalaba el caudillo. Sienten que hay parálisis de accionar. Días antes yo me había enterado de un informe entregado al ministro Padrino en el que detallan, al pelo, la capacidad de fuego que tiene hoy la FANB: solo una hora de municiones. Lo comparto con los cuatro y ninguno me responde. Uno me apunta: “averigüe cuantos agregados militares venezolanos hay en Estados Unidos, en Washington, la OEA y la ONU y cuantos familiares y amigos de los jefes que están en ese país con pasaporte diplomático u oficial. Será noticia le aseguro”.  Salgo de primero con mi caja de leche larense y ya en el carro me doy cuenta que -sin esperarlo, por  cosas del destino- logré una radiografía hacia lo más adentro de un sector del país, del poder, inexpugnable la más de las veces. Sentí que lo que tanto repiten los jefes rojos, lo de la FANB revolucionaria, chavista y anti-imperialista, es más buchipluma que realidad. Uniformados y civiles sufrimos igual los problemas que aumentaron al 1000% en estos 16 años…

BAJO
ROJOPINTAS:

Maximilien Sánchez Arveláiz, encargado de negocios venezolano en Washington no fue informado de la falsa cifra que inventó la canciller Delcy Eloina que en EE.UU. solo había 17 funcionarios como repitió Maduro varias veces. La realidad es que con los agregados militares, gente en servicio, enfermos y otros caracteres que tienen pasaporte diplomático casi se llega a los 200. Ella pretendió dejar por fuera al consulado en Puerto Rico como “estado independiente”. Si nos igualamos todo quedaría como está …

Como Chacumbele: Rodolfo Marco Torres tiene expediente contra Merentes y su hijo. Jorge Arreaza tiene expediente contra Torres por su cercanía al presidente de la Asociación de Casas de Bolsa, Ricardo Montilla IV, a quien habría beneficiado otorgándole más dólares que a todos los demás …

Los programas a salir en PDVSA TV deben ser autorizados por Mario Silva. Por cierto que fue Maduro quien dejó a Rafael Ramírez en la directiva del PSUV.

 

Las 10 noticias económicas más importantes de hoy #27F

colasenvzla

 

Atención por número de cédula no garantiza adquisición de alimentos

Luego de la implementación de la atención de usuarios según su terminal de número de cédula en la red de supermercados del Estado y algunas cadenas privadas, opiniones encontradas se recoge entre los consumidores respecto a si la medida ha logrado uno de sus principales objetivos, garantizar la distribución de los alimentos y productos de primera necesidad a la mayor cantidad de personas.

«Esta forma de atender resulta buena, lo malo es que no se consigue todo lo que uno busca. Me dan un solo día para comprar y hoy no había café, en la semana seguro llega y lo aprovecharán quienes les toca comprar, así que no resulta nada equitativa la medida», dijo Pedro Clementes desde el Bicentenario de Plaza Venezuela.

Por su parte, Carmen González, señaló que tiene «tres semanas acudiendo a supermercados los jueves (día en que le correspode comprar) sin conseguir por lo menos tres o cuatro productos. El café y el azúcar siempre son los grandes ausentes».

Al recorrer varios automercados de Caracas se constata la reducción de colas de compradores a las puertas de esos establecimientos, que fue también, una de las razones primordiales de la puesta en marcha del mecanismos.

Sin embargo, adentro de los comercios, pese a estar operativa el cien por ciento de las cajas de pago, las largas filas ocupan los pasillos de las tiendas; asimismo, los estacionamientos y sitios cerrados en donde se ubican los supermercados.

El Gran Abasto Bicentenario de Plaza Venezuela, por ejemplo, las largas colas ya no se observan a las afueras del automercado ni en el estacionamiento, pero sí adentro en donde se ubican varios locales comerciales.

La situación es similar en el Bicentenario de Macaracuay y Terrazas del Ávila, en donde las colas persisten a las puertas de esos dos puntos.

«Los únicos momentos que no hay cola, es cuando se acaban los productos regulados», comentó un empleado Día Día.

Control. El chequeo para adquirir productos es la misma en la mayor parte de supermercados. En el Unicasa ubicado en San Martín, al igual que en el resto de tiendas de esa cadena, los despachadores que llegan en los camiones cargados de alimentos y productos exigen a los consumidores la cédula de identidad laminada, de manera de verificar que su último número de la cédula coincida con el terminal correspondiente para la atención de ese día.

El ingreso a los automercados del Estado (Bicentenario, Pdval, Mercal) se hace imposible si ese día la terminación de la cédula no corresponde. En cambio, en los supermercados privados que se han sumado al mecanismo (Unicasa, Día Día, Plansuárez), si permiten el acceso de compradores con la aclaratoria que los productos regulados no serán vendidos si su último número de cédula no le toca ese día.

La atención de usuarios los lunes es para quienes su número de cédula termine en 0-1; martes 2-3; miércoles 4-5; jueves 6-7; viernes 8-9; sábados 0-4; domingos 5-9. (El Mundo)

 

 

Analistas prevén mayores niveles de escasez e inflación

En un escenario de bajos precios del petróleo y consecuente reducción de ingresos en divisas, varios economistas participantes del foro Perspectivas 2015 del IESA, prevén que en la economía local persistirán altos niveles de escasez e inflación, incluso de tres dígitos.

José Manuel Puentes señaló que la caída en los precios del crudo «incide» en la «profunda crisis económica actual, de mayor pobreza y menor capacidad de compra» de la población, pero no es la causa de sustento puesto que en 2104 se produjo una contracción con altos precios del petróleo. Agregó que el control cambiario y la falta de divisas acentuarán las distorsiones de la economía.

Por su parte, Ricardo Villasmil indicó que en 2014, con un precio promedio del crudo en 88 dólares se registró un déficit de divisas por 19.000 millones de dólares; en 2015, con un precio estimado del crudo entre 54 y 55 dólares, el déficit sería de 46 mil millones de dólares «si no se toman medidas».

Refirió que ante el escaso margen de maniobra (pocos activos externos líquidos y altos compromisos de deuda externa), aplica la reducción de la importación de bienes que, unido al mantenimiento de un dólar a 6,30, acentuará la escasez de productos básicos, la corrupción y la inflación.

Risa Grais -Targow, de Eurasia Group dijo que Venezuela está en una situación complicada, y que los inversionistas perciben alto riesgo en el país. Mientras tanto Pedro Palma consideró necesario realizar un ajuste o cambio de rumbo.

Los analistas coincidieron en que el Simadi está actuando como un sistema de asignación de divisas y no como un mercado de oferta y demanda. (El Universal)

 

 

Roig: Abastecimiento dependerá de asignaciones de divisas

El presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, señaló este jueves que el Gobierno debe tener una menor intervención en cuanto a la fijación del precio en el Sistema Marginal de Divisas (Simadi).

Sin embargo, acotó durante su participación en el foro Perspectivas 2015 organizado por el IESA que el Estado debe tener una mayor intervención para que haya más ofertas de dólares en el tercer mercado.

“Ningún sistema puede funcionar si no hay suficiente asignación de divisas. Es muy importante para este sistema como para cualquier otro, que en una primera instancia, cuando se está instalando el sistema, haya la suficiente asignación de divisas para que la gente no sienta el nerviosismo de que el dólar está escaseando”, aseguró.

Dijo que ven como “buen aspecto el que se haya liberalizado y por lo menos legalizado una parte importante de la asignación de divisas en estos momentos. Aquí tiene que haber la menor intervención posible por parte del Estado para la fijación del precio, pero la mayor intervención posible por parte de la asignación de divisas de parte del Estado”.

“El Gobierno venezolano tiene que jugar con su doble papel. Primero ser un garante de que el sistema funcione asignando las divisas, pero al mismo tiempo cuidarse mucho que sean las fuerzas del mercado quienes están asignando el precio para que sea lo más libre posible. Lo ideal de un sistema es que tendamos a un cambio libre único y competitivo“, apuntó.

Roig sostuvo que el abastecimiento de productos en el país dependerá de las asignaciones de divisas que den para la importación. (El Mundo)

 

 

Sistema Biométrico se instalará en la red pública de alimentos en el Zulia

En los próximos días serán instalados sistemas de captahuellas en la red pública de abastecimiento del estado Zulia, para cruzar líneas con las colocadas en las cadenas privadas de venta de alimento, informó este jueves el secretario de Gobierno de la entidad, Billy Casca.

Indicó que la red pública integrada por Mercal, Pdval y Bicentenario, en el estado fronterizo con Colombia, contará con el sistema biométrico, una de las estrategias que lleva adelante el Gobierno nacional y regional para la lucha en contra del contrabando de extracción.

Gasca explicó que este encuentro, en el que participaron representantes de organismos nacionales, regionales y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), es con la finalidad de reimpulsar en todos los espacios geográficos de Zulia, la lucha contra el contrabando y acaparamiento, delitos «que han disminuido considerablemente con respecto al 2015».

Manifestó el funcionario que en el estado se han tomado medidas para acabar con las colas en los centros de abastecimiento privados y públicos, a las cuales les harán modificaciones y correcciones, que van a permitir que el producto llegue a las manos del consumidor.

Aseguró que la cifra de abastecimiento en la red privada ha superado el 70% y que los productos han durado más en los anaqueles.

Por su parte el almirante, Ángel Belisario, coordinador de la Comisión nacional de la lucha contra el contrabando, sostuvo que el Ejecutivo nacional está enfocado en las soluciones estructurales a los efectos de atacar el problema del contrabando de alimentos en el país, neutralizando las cadenas de desviación de productos.

Instó a las autoridades a mantener informados a los ciudadanos, «la ciudadanía debe estar al tanto de las estrategias que el gobierno despliega en todo el territorio». (El Mundo)

 

 

Más de 1.300 contenedores de alimentos arribaron al Puerto de La Guaira

Más de 1.300 contenedores de alimentos han arribado en los meses de enero y febrero al Puerto de la Guaira, estado Vargas, informó el despacho de Transporte Acuático y Aéreo.

En los contenedores ingresaron alimentos de primera necesidad como:aceite de maíz, harina de trigo y de maíz, margarina, leche líquida y en polvo, pollo , pernil, carne, azúcar, pasta, arroz y mantequilla. Todos estos fueron despachados de inmediato por Bolipuertos, reseñó nota de prensa de la cartera de Transporte Acuático.

Durante este periodo se han despachado un total de 5.448 actas de recepción y salida de carga pesada, esto para cumplir con el dispositivo de seguridad y control del resguardo interno.

Además, se efectuaron más de 66.000 movimientos de la mercancía contenerizada en importación, exportación y trasbordo durante los meses de enero y febrero. (El Mundo)

 

 

Simadi no registra variación y se mantiene en Bs. 172,89

El Banco Central de Venezuela (BCV), no registró variación en el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), al cerrar este jueves en Bs. 172,89 por divisa estadounidense.

El ente emisor reportó también que el mecanismo cambiario atendió el 1,63% de la demanda del mercado. (El Mundo)

 

 

Dólar en el mercado paralelo sigue subiendo y se cotiza en 214 bolívares

El precio del dólar en el mercado paralelo de Venezuela siguió el jueves su tendencia alcista y cotizaba en 214,18 bolívares tras cruzar, un día antes, la barrera psicológica de los 200 bolívares, a pesar de los esfuerzos del gobierno socialista de Nicolás Maduro por frenar el repunte en ese mercado, reseña Reuters.

A principios de febrero, el Gobierno lanzó una nueva plataforma cambiaria con tres precios para el dólar: de 6,3 y 12 bolívares para la importación de bienes prioritarios, y de unos 172 bolívares para los dólares transados en un nuevo mecanismo conocido como Simadi, que busca competir con el paralelo.

El nuevo sistema permitió, por primera vez en más de una década de férreo control cambiario, un mercado libre en el que la oferta y la demanda fijen el precio y en el que los venezolanos puedan adquirir dólares en efectivo.

Sin embargo, operadores bancarios y personas que han buscado divisas en el Simadi han dicho que no hay suficientes dólares disponibles y los mecanismos para comprar son engorrosos.

Según www.dolartoday.com, el principal portal de referencia para el mercado no regulado, el dólar se transaba en 214,18 bolívares al mediodía del jueves.

Otros portales menos consultados colocaban el precio del dólar unos 10 bolívares por debajo.

La cotización en el mercado informal superó la barrera de los 100 bolívares en septiembre del año pasado.

El Gobierno ha intentado por años frenar el avance del dólar no oficial a través de diversos mecanismos de venta controlada de divisas. También, sin éxito, se ha esforzado por prohibir la divulgación del precio del dólar paralelo en redes sociales y páginas web.

La caída en la oferta de divisas en el país petrolero, que en parte se produjo por las distorsiones del control de cambio, han generado una acuciante escasez de bienes de primera necesidad, que van desde detergente hasta leche.

Aunque el Gobierno insiste en que los tipos preferenciales más baratos sirven para importar el grueso de los bienes que consume el país, economistas advierten que el precio del dólar “paralelo” se usa cada vez más como referencial de la economía. (La Patilla)

 

 

Ganaderos rechazan nuevo precio de la carne

Carlos Albornoz, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), aseguró que el nuevo precio de la carne en canal, que la Sundde fijó recientemente en Bs. 65 el kilo a nivel de productor (y Bs. 220 al consumidor), está por debajo de los costos de producción.

“Es necesario que la Sundde trabaje en función de estructuras de costos basadas en la realidad, no solo respecto al campo sino en toda la cadena”, expresó en rueda de prensa.

Albornoz informó que en noviembre pasado el gremio presentó ante el organismo la estructura de costos del sector, según la cual el precio de la carne debería fijarse en Bs. 105 el kilo y en Bs. 49,20 el litro de leche a puerta de corral, tomando en cuenta el aumento de costos que ha significado el alza de insumos como agroquímicos y alimentos concentrados para animales, del salario mínimo y de la unidad tributaria. (El Mundo)

 

 

Plataforma de empresas estatizadas comenzará a operar en marzo

El sistema de información, control y seguimiento de empresas nacionalizadas, creado por los trabajadores de estas factorías y que en estos momentos está en fase de prueba, comenzará a funcionar a finales de marzo, informó el comisionado presidencial para el Sistema de Empresas Ocupadas, Recuperadas y Nacionalizadas, Juan Arias.

A través de este sistema los trabajadores de estas empresas “velarán porque se produzca y distribuya en mayor cantidad por lo que tendrán un papel más decisivo”, explicó Arias.

La idea fue de los trabajadores y para los trabajadores, ya que ellos mismo manejarán y agregarán la información de las industrias, “algo inédito porque los trabajadores, generalmente, están luchando por sus reivindicaciones y hoy entienden que su papel más importante es producir bienes y servicios para la sociedad”, aseveró. (El Mundo)

 

 

Solicitan aclaratoria sobre la tasa de cambio para aranceles aduaneros

La presidenta de Asuntos Aduanales de Consecomercio, Cipriana Ramos, pidió aclarar los métodos para calcular aranceles aduaneros. “La puesta en marcha de la Ley Orgánica de Aduanas y ahora este convenio cambiario 33 que nos lleva al Simadi está paralizando la nacionalización en las aduanas. Está dejando las mercancías en el exterior”

“El Seniat no está preparado para esto, para la aplicación de la ley y para el convenio cambiario porque se desconocen, porque no hay una conexión entre el BCV y el Seniat, donde podamos decir que el Bs. 6,30 es para tales códigos arancelarios y el Sicad para esto”, dijo Ramos a Unión Radio.

De acuerdo con Ramos, el cálculo por tasa Simadi incrementará significativamente los precios de los productos importados. “El par de zapatos que tu ibas a pagar impuestos a 52 bolívares, ahora lo pagarás a 170 bolívares”.

La también presidenta de Fedecamaras Vargas propuso la implementación de una tasa aduanera. “Establezcan una ponderación y creen un recambio aduanero. Yo recuerdo cuando Recadi había un dólar a 6,30 y otro a 7,50. El dólar a 7,50 era el ponderado (…) Yo estimo que debe estar como en 90 bolívares”.

Insistió que si estos asuntos no se atienden a tiempo, “la mitad de las mercancías las van a devolver, esto va incidir en los anaqueles, lo precios se verán incrementados”. (El Mundo)

 

 

Aumento de la gasolina planteado por Gobierno no incidirá en el flete

El aumento de 35 veces el valor actual del precio de la gasolina no tendrá incidencia en el costo del flete, de acuerdo a las declaraciones de Arsenio Manzanero, presidente de la Cámara Nacional de Transporte y director del Consejo Nacional de Transporte en el foro de Últimas Noticias.

«El consumidor final no sufrirá el efecto del ajuste en el producto que compre; no por la gasolina», afirmó.

Añadió que el aumento debe ser escalonado, para que no genere más debate.

«Con estas medidas se debe mejorar el servicio para los consumidores y los recursos deben ser destinados a optimizar las estaciones de servicios», señaló.

Otra sugerencia para la distribución de las ganancias del aumento, es que debe ser aplicado a un sistema de distribución efectiva para equiparar los costos de los repuestos de los camiones. (El Mundo)

 

 

Paravisini: El precio de la gasolina en la frontera debe ser el internacional

El experto petrolero David Paravisini propone que para cortar el financiamiento a la guerra económica hay que equiparar el precio de la gasolina de la frontera con el internacional.

Paravisini, negó que se esté regalando la gasolina, pues destaca que el problema en el país es que el producto se va en contrabando hacia Colombia y en ese mercado fronterizo cada bolívar venezolano se convierte con la venta de gasolina en 2.474 bolívares.

Al respecto indicó que en el país vecino en el mercado negro se pagan 13 pesos por bolívar con lo que se devalúa 31 veces más nuestra divisa, en total cada bolívar venezolano en gasolina se convierte en 2.474.

“Una economía de guerra ante la guerra económica es maximizar el precio” indicó Paravisini.

El expositor denunció que en Colombia se hizo una legislación para proteger el contrabando ” pues se exoneran de impuesto en la frontera el combustible y aceite para motor”, además indicó que hay una ley que  establece que las estaciones de la frontera puede vender gasolina no producida en el país, e indicó que Ecopetrol producen 900 mil barriles diarios y exporta 800 mil. Pues la ley le permite adquirir productos exentos para exportarlos.

Al respecto sugirió también que se pague un bono de gasolina a los venezolanos mientras se soluciona el ajuste del precio. (El Mundo)

 

 

El Troudi: ajuste de precio de la gasolina no afectará

De producirse un ajuste en el precio de la gasolina no tendrá un impacto en la población. «Se hace énfasis en la protección de los sectores populares», destacó el ministro para Transporte Terrestre, Haiman El Troudi.

Agregó que el Ejecutivo Nacional se ha comprometido con los representantes del transporte público a entregarles un subsidio, si demuestran que el aumento les afecta.

Dijo que con esta medida complementaria se evitaría un aumento en el pasaje o en el flete del transporte de carga.

Aunque, luego de reuniones sostenidas con los transportistas se han comprometido a que no realizarán e incremento del pasaje, «no es necesario» han dicho, señaló El Troudi.

El titular del despacho de Transporte Terrestre, mencionó que el subsidio promedio del costo de producción de la gasolina es de 97%, lo que significa que el tesoro nacional ha dejado de percibir 12.600 millones de dólares al año por este concepto y se está beneficiando mayormente al transporte particular.

Por ello, el venezolano debe hacer un cambio en el patrón de consumo energético. Citó como ejemplo que «76% del parque automotriz está conformado por vehículos particulares; mientras que el transporte público representa 2% del parque automotor en Venezuela.

Añadió que «43% es la cuota de gasolina para los vehículos particulares, mientras el transporte público sólo consume 5%.

Aseguró que los recursos excedentarios que se obtengan por este ajuste se dirigirán hacia la maximización de los beneficios sociales.

 

Medidas complementarias

 

Anunció el ministro que 20 mil transportistas serán incorporados al Seguro Social.

Informó que en el país se instalará una planta para la fabricación de unidades por la empresa Yutong.

De acuerdo con el ajuste

José Luis Betancourt, presidente de la Federación Unitaria de Transporte, negó que su sector se oponga al aumento de la gasolina.

«Nosotros no tenemos ningún inconveniente en el ajuste»

Arsenio Manzanero, presidente de la Cámara Nacional de Transporte, aseguró que el referido incremento no incidirá en el costo del flete y considera que la medida debe implementarse de forma progresiva.

Señaló que «con esta medida se debe mejorar el servicio para los consumidores y los recursos deben ser destinados a optimizar las estaciones de servicio en el país».

David Parivisini, experto petrolero, negó que se esté regalando la gasolina. El problema es que éste se va de contrabando hacia Colombia y en ese mercado fronterizo cada bolívar se convierte con la venta de gasolina en 2.474 bolívares. (El Universal)

 

 

José Villalba nombrado superintendente antimonopolio

El presidente Nicolás Maduro nombró a José Villalba como superintendente nacional antimonopolio, según decreto publicado en la Gaceta Oficial N° 40.609 que circula este viernes.

La designación se produce tres meses después de promulgada la Ley Antimonopolio, como parte de la Ley Habilitante

Villalba viene desempeñando diversos cargos en la administración pública desde 2006 cuando ejerció como presidente de la Corporación Venezolana Agraria.

En 2007 presidió el  Fondo Intergubernamental para la Descentralización (Fides). En 2009 fue presidente del Incret y al año siguiente fue designado director del Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (Sapi). (El Mundo)