barbarie archivos - Runrun

barbarie

La idea de Venezuela, por Laureano Márquez

Venezuela_4

 

La política es tan antigua como el hombre, tan esencial a su constitución, que nada menos que Aristóteles consideró que la mejor definición de hombre era la de “zoon politkon”, es decir, animal que vive en comunidad con otros animales. Comunidad viene del latín “communitas” y es mucho más que un grupo de personas viviendo juntas o en cercanía, se trata de un grupo de seres humanos unidos por valores, por reglas y principios, por ideas sobre el bueno, lo justo, en definitiva, orientada a la búsqueda de eso que suele denominarse el bien común. El bien común logra tener tanta fuerza en el seno de una verdadera comunidad, que a veces los ciudadanos perjudican su propio interés individual, en aras de  este bien superior. De allí las personas que llegan incluso hasta perder la vida por su comunidad o por salvar a otros y a las que consideramos héroes. De esto último tenemos noticias recientes los venezolanos en  el doloroso sacrificio de tantos jóvenes.

En su celebrado libro “De animales a dioses: breve historia de la humanidad”, el historiador israelí Yuval Noah Harari, señala que el ser humano logró constituirse en manadas mucho mas numerosas que la de otros animales. Manadas complejas que  fueron esenciales para la supervivencia de la especie y que se pudieron consolidar gracias a la existencia, dentro de la manada, de una narrativa compartida capaz de aglutinar a sus miembros de una forma en la que otras especies no pudieron.

Venezuela realmente no existe independientemente de nosotros. Es un concepto, un conjunto de ideas que une a una manada de seres humanos que poblamos cierto espacio territorial. Sin humanos no hay Venezuela. Las cosas existen porque las pensamos, el entendimiento constituye su objeto, que diría Kant (mal explicado, pero no importa: Kant nunca será bien explicado).

Lo mas grave del tiempo que vivimos es la destrucción de la idea. De esa idea de Venezuela de la que tenemos el peor concepto sus pobladores; de la idea de bien común, que consideramos inexistente en este estado de sospecha colectiva en el que vivimos todos y en el que la palabra “traidor” tiene altísima cotización; de la idea de libertad y democracia, pervertidas hasta el punto de que en ellas se fundamenta -en un alarde de cinismo pocas veces visto en la historia universal- su propia aniquilación. La manada está en estampida, huye de la muerte. El primitivismo se instaló en nuestro destino.

Desde el régimen chavista se  ha intentado destruir física, moral y espiritualmente a esa idea que solemos llamar Venezuela. Sus líderes envilecieron la vida colectiva, la colmaron  de ruindad, delito, perversión, asesinato, tortura, robo, en definitiva de todo aquello que atenta en contra de la idea de comunidad. Convirtieron la política en un atraco al país entero, al atraco del antecesor se suma el linchamiento actual de los rehenes, que somos la sociedad toda, linchamiento que asume diversas modalidades. En esta lotería de desolación y muerte en que nos hemos convertido, algunos solo toman consciencia cuando la maldad toca directamente a su puerta o cuando pasan a ser de cómplices de la perversión, a víctimas del mismo monstruo que contribuyeron a crear.

Urgente es reconstruir, reelaborar, esbozar una idea de Venezuela como comunidad espiritual. Debatir los valores que la sustentan. Fundamentar esa idea del bien común que -en honor a la verdad- tenemos tan  poco asumida. La idea de Venezuela debe ser creada en la cabeza de la gente, para que se concrete en el mundo real, para que se constituya como objeto de nuestra vida común. Los dos procesos son simultáneos, pero hay una precedencia lógica de la idea. Para esto es indispensable detener la destrucción. Menester es reconocer, con dolor y humildad que en este punto no hemos podido por ninguna de las vías intentadas. Sin desmerecer los logros de las luchas opositoras, menester es afinar la estrategia, comunicarla bien, diseñarla con el conocimiento documentado de que no hay freno ni ético, ni político, ni jurídico, ni moral para el poder que nos oprime.

Una nueva idea de Venezuela en su diversa complejidad es indispensable, es la única forma de vencer a la ancestral barbarie que nos rige.

 

@laureanomar 

Días de barbarie, por Carlos Nieto Palma

VENEZUELA-CRISIS POLITICA

 

Venezuela vive una barbarie; ya no se trata de una simple lucha de poderes. Las actuaciones que estamos viviendo, sobre todo en los últimos días, por grupos de desadaptados afectos al régimen, no podemos calificarlas de otra forma que como un acto de salvajismo propio de mentes perversas y primitivas.

Me tocó el horror de vivir la barbarie de cerca, el pasado martes 4 de julio. Mis vecinos estaban en la calle realizando el trancazo, apenas eran como las 3:00 de la tarde, yo me arreglaba para bajar a acompañarlos. Debo decir que era un trancazo bien light, cerraban la calle cuando el semáforo de la avenida O’Higgins en El Paraíso estaba rojo y se quitaban cuando estaba en verde, todo muy pacífico y normal. De repente comencé a escuchar una gritería y sonaban disparos, cuando me asomo al balcón veo un grupo grande de motorizados vestidos de negro, con pasamontañas que supongo eran colectivos o policías encubiertos, no tenían identificación de un cuerpo policial, le estaban cayendo a golpes a la gente y la robaban; cuando uno se asomaba al balcón lo apuntaban con un arma así que por precaución uno se asomaba con cautela. En todo ese trajín tocan la puerta de mi casa y traen a un tío mío, que vive en mi casa, de 82 años y sordomudo, herido y en medio de una profunda crisis nerviosa, los colectivos lo agarraron y lo golpearon, gracias a Dios fueron solo golpes y heridas leves, los vecinos lo trajeron a la casa, un gran susto en verdad.

Situaciones como esta se han venido repitiendo de la misma manera en todo el país, un grupo de delincuentes que bajo absoluta impunidad y amparados por la dictadura mantiene azotada a la población, infundiéndoles temor y que de esta manera no ejerzan su derecho constitucional de protestar, simple terrorismo de Estado.

Estamos ante una situación nunca vista en Venezuela, un régimen forajido que se cree dueño absoluto del país, y de la manera que sea luchan por mantenerse en el poder, independientemente de lo que la inmensa mayoría de los ciudadanos piense; su único objetivo es gobernar así sea a costa de la vida de muchos venezolanos, a poco de cumplir 100 días del inicio de las protestas, la dictadura ya lleva más de 100 personas muertas a su haber.

Venezuela está viviendo uno de los episodios más graves de su historia, las generaciones que nacimos después de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez jamás habíamos visto una situación similar y me atrevo a decir que las anteriores tampoco.

La dictadura cada vez aumenta la represión, las instituciones encargadas de garantizar que en Venezuela exista un Estado de Derecho han sido secuestradas por ellos mismos, y quien se atreva a ir contra sus mandatos es perseguido, atacado, vilipendiado, un claro ejemplo lo tenemos con todo lo que está sucediendo con la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz.

La hasta hace poco llamada “la mejor Constitución del mundo” ya está derogada de facto y el régimen pretende de manera írrita e ilegal realizar una asamblea nacional constituyente para hacer una nueva Constitución que se ajuste a los requerimientos de la dictadura.

Las violaciones de los derechos humanos se han vuelto parte de la cotidianidad de los venezolanos ante un defensor del pueblo que se ha convertido, ya sin ningún tipo de caretas ni disfraces, en el defensor de la dictadura, en su celestino. Cuando estos días oscuros que vivimos los venezolanos pasen, que va a pasar, Tarek William Saab tendrá mucho que responder a la justicia por su negligencia ante las constantes violaciones de los derechos humanos que se han cometido; que no se le olvide que las violaciones de los derechos humanos no prescriben.

La gran demostración de la barbarie que vivimos en Venezuela fue el asalto a la Asamblea Nacional mientras se conmemoraba el 206 aniversario de la firma del Acta de la Independencia, cuando adeptos a la dictadura tomaron el Palacio Legislativo de forma violenta. Una descripción muy clara de lo ocurrido la hace la periodista Luz Mely Reyes en el portal web Efecto Cocuyo donde narra: “Una piñata sangrienta. En medio de una furia llena de tubos, piedras, botellas, golpes, explosivos e insultos que dejó como saldo de heridos a los diputados de la MUD Armando Armas, José Leonardo Regnault y Américo De Grazia, así como a los trabajadores Franklin Babó y Luis Herreira, quedó una profunda sensación de desamparo en algunas de las 400 personas que fueron mantenidas contra su voluntad en el Palacio Legislativo”.

La comunidad internacional ha deplorado la actuación de este grupo de adeptos a la dictadura, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha sido claro en afirmar: «Cuando la voz del pueblo es acallada con armas y violencia es porque ya no queda nada de la democracia. La utilización del terror sobre los ciudadanos y la institucionalidad revela que la represión constituye una acción sistémica con que el gobierno pretende asegurar su permanencia en el poder (…) El régimen pretende instaurar la violencia institucional del Estado, en una guerra sucia contra el pueblo incluyendo uno o varios muertos por día, como si se tratase de una nueva normalidad».

La dictadura arrecia y con ella la barbarie, seguimos resistiendo y luchando por el retorno de la democracia.

 

@cnietopalma

Nov 30, 2015 | Actualizado hace 8 años
Democracia o barbarie por Ricardo Rios

Parlamentarias20155

 

Maduro promueve la barbarie, por eso el país votará masivamente este 6D, porque es la confrontación entre un modelo que fracasó y otro que puja por crear una democracia vigorosa que haga de Venezuela un país de prosperidad y de paz.

El PSUV ofende a sus ciudadanos al ponerlos como mendigos que cambian el futuro de sus hijos por “una ventana y una mano de pintura”. Son un gobierno de bárbaros porque no saben hablar el lenguaje de los nuestros. Los ciudadanos lo somos en tanto que seres libre y dignos, democráticos pues.

Los depredadores del presupuesto usaron la AN para esconder tras unos mendrugos, entregados con chantajes, la más atroz corrupción de nuestra historia republicana. Rechazan el control democráticos del gasto corriente, por eso amenazan con barrer las instituciones con bárbaras afirmaciones: “como sea” parece que grito de guerra de un vándalo. Su peor pesadilla es que el dinero público se tenga que gastar según lo presupuestado, sin que haya ninguna “desviación suiza”. La democracia no impide que lo intenten, pero tiene los mecanismos para controlarlo y sancionarlo.

Apelan al esoterismo centrando su campaña en la palabra de una persona que no podrá cumplirla porque está muerta. La democracia quiere ser evaluada por los ciudadanos en función del cumplimiento de sus ofertas políticas en tiempo presente, presagiando futuro promisorio.  Contra ese empeño de hacer resucitar el pasado, se propone un país con instituciones que practiquen el equilibrio de los poderes.

Su oferta para la juventud es la sumisión y el control en milicias anticonstitucionales que evocan montoneras del siglo XIX, reivindicando casi el grito de “muerte a los que saben leer y escribir”. Por eso odian a las universidades.  La democracia quiere una juventud crítica y bien preparada que sepa hablarle a cualquiera mirándolo a los  ojos porque está tan bien o mejor formada que su interlocutor. Una juventud que aporte saber, amor, alegría y cambio a una patria que merece lo mejor.

La barbarie siente que la soga de la historia le aprieta el cuello. Nuestros habitantes votarán por la pluralidad, la multiplicidad de organizaciones sociales, el emprendimiento y la productividad que es consustancial al sistema democrático.

La barbarie levantó un muro de atropellos e ilegalidades para cercar al país, conviviendo con el crimen en clara conchupancia con la delincuencia.  La democracia es el fortalecimiento del poder judicial para acabar con la impunidad reinante. Las cárceles han de ser para reivindicar al reo y no para que desde ella gobiernen los pranes.  Los jueces recuperarán su dignidad, su capacidad de decidir según las leyes.  Un sistema judicial domeñando por el ejecutivo es un acto de barbarie.

No somos una sociedad polarizada, sino asediada por los bárbaros. La democracia como programa de vida es un anhelo trascendente de los venezolanos. Los bárbaros son pocos, usurparon los sueños y las esperanzas de quienes dicen representar. La democracia es amplia y plural.  Vamos con todo, todos unidos a votar este 6D.

 

 

@rricardorios1

La gestión de la barbarie por Luis DE LION

AtaqueenTunez

 

 

Este viernes 26 de junio fue un día terror a través del planeta. Los yihadistas que actúan en nombre del Estado Islámico, dejaron su sangrienta impronta en Francia, Túnez y Kuwait.

A la opinión internacional ya no le quedaba duda alguna que el yihadismo es violencia, crueldad, terrorismo, terror y masacres. Es la gestión de la barbarie. A decir de los manuales que sirven de guía a estos mercenarios, regar la sangre de los “cruzados” y sus apóstoles es una obligación.

Una exaltación asesina que busca su justificación en la interpretación del Islam más antiguo.

Difundir el miedo, como principal objetivo y para ello los soldados del terror cuentan con manuales de horror detallado. Algunos expertos prefieren hablar de salvajismo, antes que de barbarie. Violencia y caos absolutos. Siria e Irak, son en el presente dos ejemplos muy emblemáticos de Estados derrumbados y de recule de la comunidad internacional, ante el avance del salvajismo. Crueldad absoluta, la administración de un salvajismo que no es más que la transición hacia el califato.

Ahora que se cumple el primer año de la declaración del califato del Estado Islámico, hemos visto como los yihadistas ejercen el poder del terror, mezclando religión con petróleo. Una praxis que ha atraído a una franja conformada por jóvenes occidentales que le buscan un sentido a sus vidas. Potenciales yihadistas sin ideales, sin grandes causas, en su mayoría provenientes de la clase media y sin pasado judicial. Todo un viaje iniciático del terror.

Ni choque de civilizaciones ni guerra contra el terrorismo. En ambos casos, es una suerte de reconocimiento implícito, para unos bárbaros, que jamás serán una civilización y unos salvajes a los que no se les puede hacer la guerra clásica con nuestros ejércitos y toda la capacidad de destrucción de que disponen.

@ldelion

luisdelion@gmail.com