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Currículum de bachillerato llegará con más de 30 años de retraso
A juicio de Luisa Pernalete un currículum escolar no se puede improvisar, debe ser trabajado por expertos y ensayado con algunos colegios pilotos
Para Carlos Calatrava el nuevo currículo para la educación media debe ser cambiado de manera “urgente” y debe estar enfocado en la ciencia y la tecnología 
Herrera, Pernalete y Calatrava coinciden en que la escuela debe parecerse a la sociedad que todos los venezolanos quieren

 

@yeannalyfermin

La educación cambió en todo el mundo y no por la pandemia del COVID-19, aunque eso influyó. Mientras el sistema educativo en otros países avanza y se transforma con la llegada de nuevas tecnologías, en Venezuela la oferta para el bachillerato es la misma de hace más de tres décadas.

Actualmente no se le ofrece al estudiante la posibilidad de aprender un oficio que le permita desarrollarse en el campo laboral, en caso de que no pueda o no desee continuar sus estudios en la universidad. 

Desde hace un par de años el Ministerio de Educación está discutiendo un nuevo proyecto educativo para los estudiantes de educación media, aunque hasta ahora poco se sabe de los nuevos cambios que traerá el pensum.

El sistema educativo venezolano consta de tres etapas: inicial, básica y media. En las dos primeras se han hecho cambios. Sin embargo, en la última, no se han realizado mayores modificaciones, aunque se sabe por voceros del área que el Ministerio de Educación está preparando una actualización del currículo.  

La Encuesta de Condiciones de Vida 2022 (Encovi), identificó  que la razón principal que lleva a los niños y adolescentes a dejar los estudios no es el factor económico, sino más bien “la poca pertinencia de la oferta educativa”. 

Oferta rezagada 

A juicio de Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la oferta educativa para el bachillerato se ha quedado rezagada y es considerada como “deficiente”. 

Calatrava explicó en entrevista para Runrun.es que la propuesta de educación media del año 2016, que se conoció con el nombre de “transformación curricular de educación media”, no cumple con elementos culturales establecidos, no tiene finalidades, no informa sobre las actividades extra curriculares, no presenta un perfil del egresado y no hace recomendaciones ni da parámetros a los profesores. “Es un curriculum arbitral”, consideró. 

“El diseño curricular que acompaña a los estudiantes de entre 12 y 18 años, que es la etapa de la adolescencia es el que peor está en términos técnicos, lo que termina convirtiéndolo en un curriculum arbitral, porque se está ejecutando como lo está interpretando cada profesor en toda Venezuela”, explicó Calatrava.  

Por su parte, el integrante del Centro de Investigaciones Culturales y Educativas (CICE), Mariano Herrera, aseveró que lo que está sucediendo con el currículum de bachillerato “es muy grave”, debido a que tiene entre 30 y 40 años y las materias son prácticamente las mismas, al igual que los programas. 

De cara al país 

Al ser consultada sobre lo que debe contener la oferta académica para la tercera etapa o el bachillerato la educadora y miembro del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría, Luisa Pernalete, enfatizó que el currículum tiene que estar acorde con las necesidades del país, no se puede improvisar, debe ser trabajado por expertos y ensayado con algunos colegios pilotos. 

La profesora recalcó que un currículum escolar no consiste solamente en lo que trata, sino también en cómo se trata. Destacó que la educación no puede seguir siendo el discurso del maestro, “lo que se llamaba educación bancaria, el maestro hablando y el muchacho repitiendo”.

Para  Calatrava, el nuevo currículo para la educación media debe ser cambiado de manera “urgente” y debe estar enfocado en la ciencia y la tecnología, con competencias genéricas en todos los niveles.

A su juicio, lo primero que  debe tener claro es el perfil del egresado. Agregó que en Venezuela se debe enseñar desde los primeros espacios nuestra lengua, pero también una lengua extranjera en un nivel profundo, así como también se debe impartir conocimientos en pensamiento lógico-matemático, historia de Venezuela, de América, espacio geográfico, además de las ciencias exactas como Biología, Física y Química. 

“Hay que formar personas que tengan mucha cultura, pero que también cuando salgan del bachillerato sepan hacer algo o trabajar en un oficio aprendido en la escuela”, recomendó Calatrava. 

En Venezuela, la educación tradicional que se ha impartido desde siempre y se ha enfocado más hacia la parte cognitiva y menos hacia la parte socioemocional, un elemento que ha tomado gran importancia desde que declararon la llegada de la pandemia al país. 

Para Luisa Pernalete la educación socioemocional hay que trabajarla e incluirla en el nuevo proyecto educativo que adelanta el gobierno y no solo en el del bachillerato, también desde básica.  

Otra sugerencia de Luisa Pernalete es que se debe trabajar por competencias y no por objetivos, como se hace actualmente. “Cuando en la lectura se trabaja por objetivos se aprende a leer y a escribir, pero cuando se hace por competencias, no solo se aprende eso, sino también la comprensión lectora que es de vital importancia, porque con comprensión lectora se puede aprender de todo”, explicó. 

Capacitación para el trabajo 

El profesor Mariano Herrera explicó que un nuevo proyecto educativo para el bachillerato debe empezar a introducir la mayor cantidad de materias relacionadas con la educación para el trabajo.

“Desde el primer o segundo año se deben ofrecer más materias relacionadas con empresas, manejo de maquinarias, cosas tecnológicas, de oficinas, sistemas, pensamiento crítico, entre otras”, dijo.

En entrevista para Unión Radio, el vicepresidente de la Asociación de Institutos Educativos Privados (Andiep), Fausto Romeo, enfatizó que la nueva adecuación curricular es una deuda que se mantiene con la sociedad estudiantil. 

Romeo señaló que la Andiep le propuso al Ministerio de Educación la implementación de especializaciones en bachillerato, pues a su juicio, Venezuela necesita mano de obra técnica antes de ingresar a la educación superior. 

El nuevo proyecto educativo

Sobre este nuevo proyecto educativo el profesor Mariano Herrera señaló que lo poco que ha visto le ha parecido que está bien, porque habla de la educación técnica desde el primer año de bachillerato y, sobre todo, porque hay inclusión de materias científicas desde el inicio de la tercera etapa.  

El vicepresidente de la Andiep aclaró que el bachillerato clásico se va a mantener. Sin embargo, el nuevo currículum escolar de bachillerato prevé 9 especialidades con 41 menciones, y podrían sumarse más en las próximas discusiones entre el sector educativo y las autoridades. 

Fausto Romero indicó que la Andiep le propuso al gobierno que en la reforma curricular se establezcan  cinco años de estudio de primaria, tres de bachillerato y tres de diversificado. También, sugieren que el último año incluya menciones como salud, petróleo y economía productiva, áreas que le permitirán al estudiante capacitarse y formarse para el campo profesional. 

Un currículum sin consenso 

A juicio de la profesora experta en pedagogía general y enseñanzas de las ciencias naturales, Aurora Lacueva, la reforma curricular que adelanta el gobierno y que muy probablemente se vaya a implementar para el próximo mes de octubre es un proyecto que no se conoce ni se ha discutido abiertamente, por lo que considera que es “prematuro” tratar de implementarlo para el nuevo año escolar. 

“Es precipitado tratar de implementar eso para octubre, principalmente por los problemas de infraestructura y dotación de los colegios y liceos públicos, además de los precarios salarios que actualmente devengan los maestros y docentes”, dijo.

Lacueva afirmó que si bien es necesario una reforma curricular al pensum educativo, no debe hacerse en este momento, pues la prioridad debería ser canalizar esfuerzos y recursos para los docentes y escuelas y, luego de eso, se puede avanzar en mejorar el pensum. 

Sin embargo, la profesora afirmó que la nueva reforma que adelanta el Ministerio de Educación tiene aspectos positivos destacables como la formación de los estudiantes hacia la economía productiva y la formación técnica. 

Aseveró que la reforma curricular debe ser muy buena y debe estar muy bien hecha. “Si se están preocupando mucho por la ciencia y la tecnología, pues tiene que haber laboratorios, profesores bien preparados y espacios adecuados para dicha formación”. 

Rechazó que se reste importancia a las materias que contribuyen a la formación integral de los estudiantes como lo son el arte, la filosofía, geografía de América, historia contemporánea y universal. 

Un aspecto importante en el que coincidieron los profesores Herrera, Pernalete y Lacueva es que la escuela debe parecerse a la sociedad que todos los venezolanos quieren. 

Apuntaron a que fomentar el respeto, la normas, la convivencia, la tolerancia, los buenos principios y modales, son aspectos que deben tener un espacio importante dentro del nuevo proyecto educativo.

La pandemia truncó la preparación de los nuevos universitarios
“Están egresando bachilleres con grandes dificultades en el dominio de operaciones matemáticas básicas y en el lenguaje”, afirmó el decano de la Unimet
El asesor educativo Carlos Cedeño resaltó que aunque los colegios y docentes hicieron todo lo que estuvo a su alcance para llegarle a los estudiantes, “el déficit en competencias es evidente”

 

@yeannalyfermin

 

Gabriela Figueira no tuvo la fiesta de graduación que siempre soñó. No pudo lucir la toga y el birrete azul rey, ni mucho menos celebrar junto con sus compañeros el logro de haber obtenido el título de bachiller en ciencias. Tampoco supo lo que es cerrar el ciclo del bachillerato para darle paso al nuevo reto que supone una carrera universitaria, y aunque lamenta que uno de los momentos más esperados por ella y su familia no fue como lo planearon, deplora aún más la pérdida de conocimientos y herramientas que, por la suspensión de clases producto de la pandemia por el COVID-19, ahora le generan consecuencias en sus estudios superiores. 

“Cuando suspendieron las clases por la pandemia, todos en mi salón nos alegramos, sentimos que eran como unas vacaciones, pero con el pasar de los meses y la llegada de las clases online ,todo se fue complicando. Sentí que estaba perdiendo mucho contenido valioso e importante, sobre todo de química, porque yo quería estudiar farmacia y esa materia es fundamental en la carrera”, dijo la estudiante. 

Gabriela señaló que ahora que está en la universidad algo le sucede con frecuencia: los profesores, cuando están explicando las clases, le dicen que ese contenido ya debería saberlo porque lo debió haber visto en el bachillerato, situación que le causa estrés y la obliga a buscar ayuda para poder entender la materia. 

Para los bachilleres que egresaron en 2020-2021 y que comenzaron sus clases universitarias bajo la modalidad online, llegó el momento de comenzar la vida universitaria con el regreso de las actividades presenciales. Estos estudiantes ahora no solo deben enfrentarse con las típicas dificultades de adaptación a un nuevo ambiente social con reglas y condiciones distintas a las del colegio; también tendrán que lidiar con las carencias formativas. 

*Puede leer también: #VenezuelaPoscovid l La educación no logró aprobar el examen

Organizaciones como la Red de Observadores Escolares y EducaMiranda en reiteradas ocasiones denunciaron que el sistema de educación estaba debilitado producto de la crisis económica y la emergencia humanitaria compleja; situación que, con la llegada de la pandemia se agravó, y fue el catalizador determinante para que se acentuara la pérdida de aprendizaje.

A juicio de Carlos Cedeño, asesor educativo y miembro de la Red de Madres, Padres y Representantes, la pandemia tuvo un impacto importante en el desarrollo cognitivo, psicológico, afectivo, emocional y social de buena parte de los estudiantes.

“Los muchachos que cursaron el cuarto y quinto año en pandemia y que luego entraron a la universidad no manejan los contenidos ni competencias que se esperan que tenga un adolescente a la hora de egresar del sistema educativo escolar o del bachillerato”, dijo Cedeño. 

El asesor educativo resaltó que aunque los colegios y docentes hicieron todo lo que estuvo a su alcance para llegarle a los estudiantes, “el déficit en competencias es evidente”. 

“Me contaba un profesor de la universidad que los muchachos que están recibiendo son muchachos de tercer año que, aunque tuvieron su prosecución de cuarto y quinto año durante la pandemia, llegaron con desaprendizaje, es decir, con cosas que han debido saber, como sacar porcentaje, divisiones, sumas de fracciones que han olvidado por falta de práctica y de rutina”, comentó Carlos Cedeño.

Deficiencias en la formación

Anthony Prado estaba finalizando el segundo lapso de quinto año cuando suspendieron las clases por la pandemia. Detalló que ver clases de matemáticas a distancia fue muy complicado porque no estaba aprendiendo lo que debería en el grado que estaba cursando.

“No sentí que ese lapso me preparó para la universidad porque no pude avanzar en materias como matemáticas, y ahora que estoy estudiando economía, los profesores tratan los temas como si ya los hubiese visto en el liceo y eso me genera atrasos”, dijo Prado.

El joven universitario comentó que no se sentía preparado para estudiar en la universidad. “Todavía hay muchos temas que no manejo, pero estoy tratando de reforzarlos y aprenderlos por mi parte para desempeñarme en la universidad lo mejor posible”.

Para el decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Metropolitana, Pedro Certad, actualmente están egresando bachilleres con grandes dificultades en el dominio de operaciones matemáticas básicas. En cuanto al lenguaje, Certad explicó que los estudiantes leen, pero se les dificulta enormemente comprender y recontextualizar lo leído. 

“El origen de esta situación no es puro, es multivariable, y es el resultado de más de 19 meses sin acudir a las aulas, cuando lo primero que debieron abrir fueron los colegios, pero se prefirió mantener el bachillerato con educación a distancia y virtual con unas conocidas dificultades en la continuidad de servicios públicos e infraestructura tecnológica para la comunicación con internet”, enfatizó Certad. 

El vicerrector administrativo de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Gustavo García, coincide con Certad y asegura que esto no es un fenómeno nuevo. “Tenemos años experimentando un descenso en la calidad de los procesos formativos previos al universitario”. 

Lento proceso de adaptación 

Todos los cambios a nivel educativo generan en los estudiantes diversas emociones. La diferencia de pasar de un proceso pedagógico con carencias a uno totalmente académico es una de las cosas más difíciles de asimilar para cualquier estudiante.

El asesor educativo Carlos Cedeño explicó que a los muchachos que estudiaron el cuarto y quinto año en pandemia les va a costar adaptarse a la universidad porque estuvieron dos años sin la rutina de las clases presenciales. 

 

Por su parte, la psicóloga clínico, Vanessa Nunes aseguró que cada etapa escolar requiere de madurez emocional, social e intelectual y que los jóvenes que cursaron los dos últimos años del liceo en modalidad online, no vivieron ese proceso.

Este cambio puede traer como consecuencia que el proceso de adaptación sea más prolongado y complejo de lo esperado, que se sientan inseguros, que les cueste establecer relaciones interpersonales porque estuvieron aislados casi dos años del ambiente educativo”, dijo Nunes. 

La psicóloga explicó que en los últimos años del liceo, los jóvenes viven experiencias como la labor social, la realización de la tesis y otras actividades típicas del cierre de bachillerato, pero que estas actividades no se experimentaron igual a distancia, o no pasaron. 

Nunes señaló que este cúmulo de experiencias incumplidas y de cierre de ciclos no concluidos podría generar frustración y tristezas en la universidad. 

“Los estudiantes, al frustrarse, pueden perder la motivación y abandonar los estudios al sentir que no pueden gestionar todo lo que amerita la vida universitaria”, afirmó.

Un esfuerzo mayor 

Para las universidades también es un reto recibir no solo a los «nuevo ingreso», los cuales representan prácticamente un 40% de la población estudiantil. Los estudiantes de segundo, tercer y cuarto semestre también lo son, porque no han tenido actividades presenciales.

Es por eso que las casas de estudios deben prepararse para brindar mecanismos que le permitan a los bachilleres continuar con sus estudios superiores y no fracasar en el intento. 

Sobre este punto, el vicerrector administrativo de la Ucab manifestó que en conversaciones que han sostenido con los directivos de varios colegios del Área Metropolitana de Caracas han coincidido en la necesidad de plantearse de forma explícita, procesos de reinserción o de recibimiento de los estudiantes. 

García explicó que en la Ucab se les brinda a los nuevos estudiantes herramientas para nivelarlos y mejorar sus expectativas de éxito en la prosecución de sus estudios.

“En la universidad hay dos grupos, no solamente los nuevos o los que egresaron recientemente de bachillerato; están también los no tan nuevos, pero que tenían dos años alejados del campus. Para el primer grupo, los propios directores de cada escuela se involucran y estructuran charlas a los estudiantes. Para el segundo grupo, preparamos una campaña de recibimiento y la realización de actividades extraacadémicas”, explicó Gustavo García.

Por su parte, el decano de la Unimet señaló que la casa de estudios cuenta con un sistema de ingreso que dispone de tres vías: la prueba de ubicación, el curso de preparación para los estudios superiores y la evaluación integral. 

“Los dos primeros, que son los por los que acceden los bachilleres, ubican al estudiante en una lista junto con otros estudiantes que tienen fortalezas y debilidades similares. En este sentido, hay estudiantes que están preparados para iniciar su carrera directamente y otros estudiantes que requieren un refuerzo adicional bien sea en matemática, lenguaje o ambas y, adicionalmente, en técnicas instrumentales que le ayuden a identificar su mejor forma de aprender”, detalló.

Al ser consultado sobre qué está haciendo la Universidad Central de Venezuela (UCV) para acompañar a los estudiantes que cursaron el cuarto y quinto año de bachillerato en pandemia, el presidente de la Asociación de Profesores, Víctor Márquez Corao, indicó que no conoce la existencia de ningún proyecto. 

El asesor educativo Carlos Cedeño aseveró que, con esta situación, la brecha entre la educación pública y privada se sigue profundizando. Insistió en que debe haber mejoras en las condiciones salariales de los maestros y profesores, en la infraestructura y servicios públicos; pues la escuelas, ni los estudiantes son responsables de la situación actual del sistema educativo. 

Privadas de libertad dos adolescentes por muerte de compañera de clases en Caricuao

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El Ministerio Público logró privativa de libertad para dos adolescentes de 16 y 17 años de edad, por su presunta responsabilidad en el asesinato de su compañera de clases Michell Longa González (18), quien tenía cuatro meses de gestación.

Longa González falleció el 20 de febrero a causa de golpes que le habrían propinado las jóvenes el pasado 14 de febrero, en compañía de Maiber Aldana García (18). El hecho ocurrió en la entrada del edificio donde residía la víctima, en la UD 5 de Caricuao (Caracas), sitio en el que las tres jóvenes presuntamente la esperaron y agredieron hasta que perdió el conocimiento.

Según reseña una nota de prensa, en la audiencia de presentación, las fiscales 113ª del Área Metropolitana de Caracas (AMC) y auxiliar, Francis Rivas y Daniela Lugo, respectivamente, imputaron a las adolescentes por la presunta comisión de los delitos de homicidio intencional con alevosía y por motivos fútiles, así como agavillamiento.

 

 

El Tribunal 1º de Control en materia de Responsabilidad Penal del Adolescente acordó para las estudiantes la medida privativa de libertad solicitada por las representantes del Ministerio Público y les fijó como sitio de reclusión el Internado para Adolescentes José Gregorio Hernández, en El Cementerio.

Por este hecho también se encuentra privada de libertad Aldana García, quien fue otra de las estudiantes que habría agredido a Longa González.

Cabe destacar que las dos adolescentes se presentaron de manera voluntaria ante la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas la tarde de este martes 21 de febrero.

 

*Con información del Ministerio Público

Denuncian apartheid universitario en nuevo sistema de ingreso
Jóvenes reclaman que se quedaron sin cupo en la universidad a pesar de que sus promedios son mayores a los de estudiantes que sí salieron en las listas de la OPSU. Han calificado al nuevo sistema como “Dakazo” universitario

 

@MariaAlesiaSosa

ALIZ HAMID CHÁVEZ TIENE 17 AÑOS y desde los 8 sabía que quería ser médico, como su mamá. Sus planes se vieron truncados el 15 de mayo de 2015, cuando recibió los resultados de las admisiones de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu): “Usted no fue asignado (a) en ninguna de sus opciones de carrera. Si desea verificar la posición que ocupó, consulte la Lista de Cola de las carreras”.

Los 20 puntos de promedio que mantuvo durante todos los años de bachillerato, no fueron suficiente para cumplir su sueño de estudiar medicina en la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA), en Barquisimeto.

puroveinte

 

La UCLA era su primera opción, pero también se apuntó en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y en la Universidad de Los Andes (ULA). En las tres quedó en lo que la OPSU llama “Lista de Cola”, pero muy atrás como para tener alguna esperanza: en la Lisandro Alvarado su puesto en la lista de espera es el 764. Mientras, en la UCV, Hamid le asignaron el número 3.778, y si quisiera inscribirse en la ULA de Mérida, 3.627 bachilleres están en la cola antes que ella.

En mayo de 2015 se concretó la decisión que había sido tomada el 16 de diciembre de 2014, por el ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Manuel Fernández: La OPSU se atribuyó la asignación de al menos 70% de los cupos en las universidades autónomas del país.

Hasta este año, las universidades concedían 30% de sus cupos a los que ingresaban por esa vía. Ese porcentaje —conforme a lo que dice la Ley de Universidades—, lo decide el Consejo Universitario de cada casa de estudios.

La publicación de los nombres seleccionados por la OPSU se hizo en una acto público en el que participó el ministro Fernández, así como el Presidente de la República. “Primera vez que esto se hace en la historia de Venezuela y tenía que hacerlo la revolución bolivariana. Queremos democratizar constitucionalmente el acceso a las universidades”, dijo Nicolás Maduro en el evento. Agregó que si “alguna universidad se opone a la Constitución, allí están las instancias judiciales para que diriman cualquier intento de desconocer este sistema de democratización”.

El ministro Fernández también defendió el nuevo sistema de ingreso, con el argumento de que era parte de una estrategia para “democratizar” la educación superior. El diputado del Psuv por el estado Trujillo, Manuel Briceño, declaró que la asignación de cupos universitarios por la OPSU “no es un asunto de Gobierno, sino políticas del Estado venezolano en esa materia”. 

La Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (Averu) pidió, el 9 de junio, la anulación del nuevo sistema de asignación de cupos. La rectora de la UCV, Cecilia García Arocha afirmó que la propuesta de la OPSU viola la Carta Magna y la Ley de Universidades.

El vicerrector académico de la UCV, Nicolás Bianco, declaró que la intención del Estado no es democratizar. “Lo que quieren es masificar la educación, y hacerlo fraudulentamente”.

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 ¿Cuánto valen las notas?

En los últimos 40 años, las notas del alumno representaban 97% del índice para entrar a las universidades. Ahora, con el nuevo sistema nacional de ingreso, el peso de los criterios que conforman el índice se distribuyen de la siguiente forma: 50% las notas de bachillerato, 30% las condiciones socioeconómicas, 15% la territorialidad y 5%, la participación en procesos anteriores y en actividades sociales. 

El rector de la ULA , Mario Bonucci, alertó que no hay estudios que respalden las recientes decisiones, y catalogó los nuevos criterios como subjetivos. “Hace seis meses le pedimos al ministro que nos mostrara el estudio para cambiar el criterio, y no nos ha mostrado nada”, señaló.

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Enrique Planchart, rector de la Universidad Simón Bolívar (USB), coincide. “Quitando la nota de bachillerato, todos los criterios son subjetivos ¿Cómo se miden esas cosas?”, se preguntó. 

Bonucci considera que el cálculo de la condición socioeconómica a través de una encuesta en Internet brinda una variable ilustrativa que no puede ser validada. Destacó además, que el nuevo criterio produce un sesgo “en el cual el buen estudiante de liceo público o privado va a ver obstaculizado , o incluso imposibilitado su ingreso a la universidad”.

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Representante de Asociación Venezolana de Rectores Universitarios

Es el caso de Aliz Hamid. El nuevo sistema de admisión le negó un cupo en las tres universidades a las que aspiró ingresar, a pesar de que 100% de los estudiantes que fueron admitidos, tienen un promedio menor que el de ella. Ninguno tiene 20.

Hamid estudió en Las Colinas, uno de los colegios privados más exigentes de Barquisimeto, estado Lara. “Mi familia hizo un esfuerzo muy grande para que saliera bien preparada. Que yo venga de un colegio privado no significa que tenga mucho dinero, de hecho no lo tengo. No tomaron en cuenta para nada mi empeño”, explicó la alumna de quinto año.

Dice que, aunque no le guste al ministerio, la actitud y el esfuerzo se manifiestan en las notas, y no en el tipo de vivienda del alumno. 

“Tienen que empezar por mejorar la educación de bachillerato, no tengo problemas en que entren personas de colegios públicos, pero no nos pueden rechazar a nosotros con ese criterio”, reclamó. 

Aliz confiesa que ya pasó por una etapa de llanto, molestia y ahora lo que siente es frustración. Además ya es muy tarde, todas las pruebas de admisión cerraron. Ahora tendrá que esperar, al menos un año, para poder presentar una prueba interna en otra universidad. “Yo jamás me imaginé que después de fajarme cinco años para mantener mi promedio de 20 puntos, iba a ser población flotante al salir de bachillerato”, repite incrédula. 

Alfonzo Chávez, tío de Aliz, trabaja en la UCLA, y confiesa que lo que más molestia le causa es que en su  casa, siempre le inculcaron la superación a través de los méritos. “Hace algunos años cuando ella me comentó que quería estudiar Medicina, le dije que, ni porque yo trabajara aquí, ni porque su mamá fuera médico egresada de la UCLA iba a entrar a la universidad. Insistí: ‘Sólo lo harás si te esfuerzas y estudias”. Pero ni siquiera con la máxima nota, fue premiada con el cupo. 

Hay mucha indignación en la familia Hamid-Chávez . La madre de Aliz, Liz Chávez, fue a la OPSU a reclamar por el caso de su hija y lo que consiguió fue una cola de personas afectadas por lo mismo, pero ninguna solución. Sólo en la promoción de Aliz, hay cuatro alumnos con promedios de más de 18 puntos que querían estudiar medicina y no tienen cupo en la universidad.

Aliz nunca había pensado irse del país, pero reconoce que las circunstancias la obligan a contemplar posibilidades con becas en el exterior. “Preferiría quedarme aquí, yo quiero ser médico para ayudar a mi país, aquí veo la necesidad, pero esta situación lo obliga a uno a pensar otras cosas”.

 

ENTREVISTA

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LUIS FUENMAYOR TORO: «Se está premiando la pobreza»

Por: Víctor Amaya

«Como no hay electrodomésticos, repartieron cupos». Luis Fuenmayor Toro cree que el nuevo método del Sistema Nacional de Ingreso Universitario tiene trasfondo político, y electoral. El exrector de la Universidad Central de Venezuela (1988-1992) recuerda que el debate por la equidad en los nuevos ingresos es de vieja data, pero ya se había comenzado a corregir hace más de una década.

Fuenmayor rescata la expresión «aptitud académica», porque ella determina las potencialidades de formación de cualquier persona y está «poco influenciada por condicion social, género, etc».

Citando un estudio que realizó y publicó en 1999 para comprar el ingreso universitario entre 1984 y 1998, sostiene que en aquél primer año «no había discriminación». «El 75% de quienes entraban lo hacían por la Prueba de Aptitud Académica (PAA), que era un examen nacional, en todos los colegios y liceos del país». El asunto cambió -dice- a finales de la década siguiente cuando «solo el 19% de quienes entraban a las universidades lo hacían por la PAA».

Es la consecuencia, asegura Fuenmayor, de que las propias instituciones académicas asumieran en control del ingreso, mediante pruebas internas. «Ya en 1995 se notaban cambios en las tendencias (que favorecían a los estudiantes de las ciudades, de mayor poder adquisitivo y provenientes de planteles privados). Fue la consecuencia de esas pruebas internas que se hacen las sedes de cada universidad. Imagínate que un estudiante de Apure quiera entrar en la UCV: Tendría que viajar, pagar estadía, traslados. No es justo», sostiene el exrector.

«Controlar el ingreso da poder», asegura el profesor, quien puntualiza en la Universidad Simón Bolívar, por ejemplo, define quién estudia en su campus sin participación de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU). Aclara, no obstante, que no se trata de «unos profesores perversos» que quieren exluir a la gente, como muchas veces se ha señalado. Apunta además que la calidad de los estudiantes hará que se aprovechen mejor los recursos y hasta que la universidad resulte mejor evaluada cuando se distingan sus promedios académicos, de permanencia y de graduaciones.

En 1999, Luis Fuenmayor asumió la presidencia de la OPSU, mientras Hugo Chávez se instalaba en Miraflores. Desde allí, dice ahora, intentó corregir las iniquidades de ingresos fortaleciendo la PAA. «Pudimos hacer cosas porque Chávez no se metía en eso, básicamente». Confiesa que con el mandatario solo pudo reunirse una vez.

La nueva PAA se dividía en dos partes: habilidad numérica y habilidad verbal, «que pasó a ser comprensión lectora y se le comparaba era con su propia cohorte y no en promedio nacional», apunta quien estuvo en la OPSU hasta 2004. Tres años después, la PAA fue «ilegalmente eliminada» y se pasó a un sistema multivariable «donde el 97,5% del peso lo tenía el promedio de notas», priorizando el rendimiento académico. Ello significó que «no se siguió avanzando en el plan que habíamos formulado, cuyo objetivo era eliminar las pruebas internas».

Ahora, con el nuevo sistema de ingreso «dejaron por fuera a la gente de estrato D, los menos pobres, y a todo el que no sea considerado excluido. Los ricos tienen tanto derecho a ingresar como los demás. Se está premiando la pobreza».

El exrector cree que lo peor de la película está por verse, en septiembre, cuando toque iniciar el año académico y pudieran verse algún tipo de enfrentamiento entre quienes ingresaron y los nuevos excluidos.

 

 

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