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Alejandro Grisanti

¿El aumento del precio del petróleo oxigenará a Maduro?
Este año el gobierno dejará de recibir 3.500 millones de dólares por el descuento al que vende el petróleo. La transición energética pone en duda el reinado del barril en el largo plazo y el país está en desventaja en la competencia por atraer inversiones y evitar que la mayoría de sus reservas queden bajo tierra

@vsalmeron

Las principales economías del planeta comienzan a superar la pandemia y crecen las perspectivas de recuperación para la demanda de petróleo. El crudo Brent ya aumentó hasta los 75 dólares el barril, el nivel más alto en dos años, pero el alza, al menos en el corto y mediano plazo, no tendrá mayor impacto en la caja que maneja Nicolás Maduro.

Al contrario de lo que esperaba el gobierno, la administración de Joe Biden no ha flexibilizado las sanciones de Estados Unidos que obligan a vender el poco petróleo que produce Venezuela a través de intermediarios y grandes descuentos.

Washington ofrece evaluarlas, pero como parte de una negociación política. El pasado 25 de junio Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea emitieron un comunicado afirmando que “estamos dispuestos a revisar el régimen de sanciones sobre la base de un progreso significativo en una negociación global”.

Entre otras cosas, esta negociación debería restaurar las instituciones del país y “permitir que todos los venezolanos se expresen políticamente a través de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes”.

Estados Unidos, al igual que una larga lista de países, considera ilegítimas las elecciones de 2018 en las que Nicolás Maduro se reeligió como presidente. En 2019 Donald Trump bloqueó el comercio de petróleo entre Venezuela y Estados Unidos. Además, sancionó a compañías extranjeras que transportan petróleo desde Venezuela a otros mercados.

La sequía

Tras años de mínima inversión, fallas de gerencia y corrupción rampante, la producción de petróleo comenzó a caer velozmente en 2017 y en 2019 las sanciones de Estados Unidos aceleraron la debacle.

La consecuencia es que al cierre de mayo el país produce, de acuerdo con las cifras entregadas por el gobierno a la OPEP, 582 mil barriles diarios, 82% menos que los 3,2 millones de barriles diarios que producía en 1999, el año en que Hugo Chávez tomó el poder e inició la Revolución Bolivariana.

Para exportar lo poco que puede la administración de Nicolás Maduro recurre a pequeños intermediarios que adquieren el petróleo con un descuento en torno a 40% y lo revenden en países asiáticos como Singapur, Malasia y China, el principal comprador.

Un detalle relevante es que 95% de las exportaciones son petróleo de baja calidad y poco valor en el mercado como el Merey16, una mezcla de crudo extrapesados, livianos y naftas. Permanece una exigua producción de crudos medianos y ligeros, pero mayoritariamente se destina al mercado interno de combustibles.

Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, explica que “prácticamente se remata el crudo que se exporta. Estimamos que en los primeros cuatro meses de este año al gobierno le ingresaron por ventas de petróleo 1.670 millones de dólares que representan un descenso de 20% respecto al mismo lapso de 2020”.

“Este año el gobierno dejará de recibir 3.500 millones de dólares por el descuento al que vende el petróleo. Esta cifra equivale a 47% del ingreso total, por petróleo y otras áreas, en todo 2021 que lo estimamos en 7.400 millones de dólares”, dice Asdrúbal Oliveros.

 

Añade que “Nicolás Maduro necesita mejorar el flujo de caja, eliminar ese descuento, volver a vender el crudo de una forma más institucionalizada”.

Entre pequeños

Las multinacionales europeas y estadounidenses han reducido al mínimo su presencia en el negocio petrolero venezolano en medio de las sanciones, pero el gobierno intenta poner en marcha un plan para recuperar la producción.

Básicamente se les ofrece a pequeñas empresas locales, sin mayor músculo financiero y tecnología, la posibilidad de invertir en proyectos y cobrarse con una porción del petróleo que produzcan.

En una entrevista concedida a Bloomberg el ministro de petróleo, Tareck El Aissami, aseguró que la producción se cuatriplicará durante los próximos meses y a finales de año se ubicará en 1,5 millones de barriles diarios.

La meta luce ambiciosa. El informe de coyuntura del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) afirma que no se puede esperar un incremento importante de las exportaciones petroleras aun en un escenario en que “se levantaran las sanciones y se recuperara la demanda internacional”.

El informe señala que la industria petrolera venezolana tiene restricciones para operar con eficiencia como “infraestructura obsoleta, reducción del capital humano, incapacidad gerencial, régimen fiscal e institucional muy deficiente, falta de inversión y mantenimiento”.

“Recuperar la producción en un millón de barriles diarios requeriría entre 25.000 a 30.000 millones de dólares en inversiones. Bajo ningún escenario, estos recursos podrían ser aportados por el sector público venezolano y tampoco, en el corto y mediano plazo, por el sector privado nacional e internacional”, dice el informe.

Mejoría en cámara lenta

La debacle de la producción petrolera en Venezuela señala el fin de una era. Atrás queda el tiempo en que el barril aportaba 95% de las divisas que ingresaban al país y el petroestado repartía dólares baratos, impulsaba al sector privado con sus compras, mantenía una enorme nómina de trabajadores públicos e invertía sumas aceptables en servicios de educación, salud y vialidad.

El Estado se empobreció y financia la mitad del gasto público creando dinero, el suministro de energía eléctrica es precario, no hay divisas para estabilizar el mercado cambiario y la economía perdió su base de sustentación: las importaciones han caído a mínimos históricos y entre 2014-2020 el PIB se redujo 76%.

En este entorno Nicolás Maduro permitió una apertura parcial de la economía, si bien las leyes para maniatar al mercado siguen vigentes, en la práctica no hay control de cambio, el dólar circula libremente, el control de precios es mínimo y se abren espacios para la inversión privada.

El giro resucitó una lista reducida de actividades. El informe de la Universidad Católica Andrés Bello indica que “hay signos de recuperación de la actividad económica en los sectores de minería, agrícola, agroindustria, salud y comercio especialmente en las zonas más relacionadas con los mayores núcleos urbanos del país”.

 

Pero el impacto de estos brotes verdes será limitado. “Se espera que el nivel de actividad económica en 2021 pudiera mostrar una tasa de crecimiento cercana al 2% y en 2022 al 5%, sobre todo si se logra recuperar, al menos parcialmente, la producción interna de hidrocarburos” dice el informe.

Estas proyecciones estiman que en el segundo semestre de este año la producción petrolera podría aumentar en 60.000 barriles diarios y en 2022 alcanzaría un volumen promedio de 700.000 barriles diarios. Además, habría un aumento en las remesas y continuaría el crecimiento focalizado en áreas del sector privado.

Si en definitiva la economía crece lo que estima el Instituto de Investigaciones Económicas de la UCAB, al cierre de 2022 el PIB apenas sería 26% de lo que fue en 2013.

El tiempo pasa

Si bien en lo inmediato las perspectivas para el precio del petróleo lucen alentadoras, en el largo plazo reina la incertidumbre. Las principales economías del planeta marchan a una sustitución progresiva de los combustibles fósiles por energías más limpias y el reinado del barril comienza a tambalearse.

Para Venezuela esto podría traducirse en que la mayoría de sus reservas de petróleo quedarían bajo tierra. Analistas estiman que la principal ventana de oportunidad para atraer inversiones e iniciar una reestructuración del negocio duraría treinta años porque después de 2050 la demanda de petróleo en la economía global caería de manera relevante.

Como una muestra de los nuevos tiempos el 28 de mayo los accionistas de la petrolera francesa Total aprobaron un plan para reducir gradualmente sus emisiones de carbono. Además, la compañía cambió de nombre a fin de mostrar su apoyo al desarrollo de las energías renovables y se llamará TotalEnergies.

Alejandro Grisanti, economista y quien formó parte del grupo de técnicos que diseñó el Plan País, explica que “hay diferentes visiones de cuánto más va a durar el petróleo como fuente principal de energía. Mi estimado es que eso puede durar treinta años y en el 2050 será cuando veamos un declive muy fuerte de los no renovables hacia energía verde”.

“Esto abre una ventana de oportunidad de treinta años, pero esa ventana será mayor para los países que tengan costos operativos muy bajos que es el caso venezolano, quizás podríamos estar produciendo petróleo por otros cincuenta años”, dice Alejandro Grisanti.

 

El Instituto de Investigaciones Económicas de la UCAB afirma que recuperar la producción petrolera en Venezuela requiere reformas estructurales que liberen la participación del sector privado en la exploración, producción, refinación y distribución de hidrocarburos.

Además, considera vital reformar el marco institucional, modificar el régimen fiscal, redefinir el rol de Pdvsa y reformular la agenda externa del gobierno en materia petrolera.

Ante la transición energética los países petroleros intentarán quedarse con la menor cantidad de reservas bajo tierra y es previsible una dura competencia por atraer inversionistas.

Venezuela, sumergida en la inestabilidad política, sin acceso al mercado financiero internacional y con una economía en ruinas está en desventaja.

Alejandro Grisanti renuncia a la junta Ad Hoc de PDVSA
Motivos económicos, derivados del abandono de sus actividades profesionales para dedicarse fungir un cargo Ad-Honorem, impulsaron la salida de Grisanti

El economista Alejandro Grisanti, quien funge como miembro de la junta administradora ad hoc de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) desde abril de 2019, puso su cargo a disposición del presidente de la Asamblea Nacional (AN) y mandatario interino, Juan Guaidó, quien aceptó su renuncia.

En una publicación de su cuenta de Twitter, Grisanti indicó que el 15 de mayo de 2020, culminó su compromiso como miembro de la junta y de la Comisión Presidencial Consultiva para la renegociación de la deuda pública, junto con una carta adjunta en la que expone sus motivos, en la cual asevera que colocaría su cargo a disposición de Guaidó.

Alejandro Grisanti

Alejandro Grisanti

De acuerdo con la misiva publicada por el también director de Ecoanalítica, el motivo de su renuncia guarda relación con problemas económicos derivados de dedicarle tiempo y esfuerzos a sus tareas dentro de la junta administradora ad hoc de Pdvsa y descuidar durante los últimos 15 meses actividades que le generan ingresos para sustentar a su familia.

«Son muchas las obligaciones y proyectos que he postergado para asumir las responsabilidades que usted ha tenido a bien encomendarme. El haber pasado los últimos 15 meses con ingresos muy disminuidos, y a pesar de respaldar la naturaleza Ad-Honorem de la junta administradora de Pdvsa, me veo en la necesidad de regresar a mis actividades de ejercicio profesional para poder generar los ingresos necesarios para mantener a mi familia», destacó.

 

 

Pidió a Guaidó en el texto una respuesta en la brevedad posible y se ofreció a ayudar en la búsqueda de su reemplazo, sin atreverse a recomendar un nombre concreto para asumir esa responsabilidad.

En la misma publicación, Grisanti colocó la respuesta que recibió por parte de Guaidó, quien hizo efectiva su renuncia y le agradeció por los servicios prestados en los últimos 15 meses.

Alejandro Grisanti

Grisanti era parte de un equipo compuesto además por Luis Pacheco, Claudio Martínez, León Miura, María Lizardo y Julián Cárdenas, que tiene la capacidad legal, amparada por la Asamblea Nacional, de honrar deudas contraídas por la estatal petrolera y proteger los bienes de la empresa que se encuentran en el exterior.

El economista celebró en su misiva que gracias al trabajo de la junta se concretó la recuperación de la filial Citgo, y se construyeron los pilares para la reestructuración de la deuda heredada de la gestión chavista de la empresa. «Son muchos los retos que todavía quedan, pero al dar una mirada atrás, no son pocos los resultados que la junta ha logrado», sostuvo.

AN revisará pago de bonos Pdvsa 2020 la próxima semana
Con la cancelación de los intereses de estos bonos se busca proteger a Citgo, filial de la petrolera en Estados Unidos y uno de los principales activos externos de Venezuela, de posibles embargos de los acreedores

 

LA ASAMBLEA NACIONAL, CONTROLADA POR LA OPOSICIÓN, espera revisar la próxima semana el pago de los intereses de los bonos de la estatal Pdvsa por unos 71 millones de dólares, dijeron legisladores y un miembro de la junta administradora transitoria de la petrolera.

Con la cancelación de los intereses del bono Pdvsa 2020, se busca proteger a Citgo, la filial de la petrolera en Estados Unidos y uno de los principales activos externos de Venezuela, de posibles embargos de los acreedores.

Alejandro Grisanti, un economista nombrado la semana pasada en la junta de la estatal Pdvsa por la Asamblea Nacional, dijo que estaban «haciendo todos los esfuerzos» para efectuar el pago de los bonos, respaldados por la mitad de las acciones de Citgo.

Más información en El Pitazo.

Las 5 noticias más importantes a esta hora

Diputados denunciaron situación de Venezuela en el Congreso de Colombia

Los diputados Tomás Guanipa, Julio Borges y Gaby Arellano hicieron un llamado este jueves desde el Congreso de Colombia para que los países del mundo se mantengan solidarios con el pueblo venezolano. Guanipa aclaró que el tema de la migración venezolana es un tema regional y que ningún país puede estar tranquilo con la crisis que existe en el país. Por su parte, Arellanos instó a la comunidad internacional para que centre su atención en la situación que atraviesa en estos momentos Venezuela. El Nacional

Grisanti: un 30% de la población vive de las remesas en el país

Para el director de Ecoanalítica, economista Alejandro Grisanti, en el país viven de las remesas el 30% de la población. A través de su cuenta en Twitter señaló “VENEZUELA se está convirtiendo en un país de mantenidos. Un 30% de la población vive de las remesas. El otro 50%-60% vive de los CLAP y transferencias del gobierno. Solo el 10%-20% vive de su trabajo en el sector privado. En 2019, pasarán mucho trabajo los que viven del gobierno”. Destacó el economista que en este escenario hiperinflacionario entre el 50% y 60% de la población son los más desprotegidos. Descifrado

Déficit del mercado interno de gasolina alcanza 85.000 barriles diarios

El suministro suficiente de gasolina al mercado interno de derivados de hidrocarburos está lejos de lograrse, debido al déficit existente de 85.000 barriles diarios, aseguró Iván Freites, directivo de la Federación Única Nacional de Trabajadores Petroleros de Venezuela. Refirió que según las últimas cifras extraoficiales se requieren para el consumo interno de gasolina 190.000 barriles al día, de los cuales 60.000 son de origen importado y 45.000 procesados en el complejo refinador Amuay-Cardón, estado Falcón, lo que dejó un faltante de 85.000 barriles/día en septiembre. El nacional

Al menos 6 heridos por aterrizaje de emergencia en Guyana

Al menos seis personas resultaron heridas después de que un avión de Fly Jamaica en vuelo hacia Toronto se viera obligado hoy a regresar y aterrizar de emergencia en el aeropuerto internacional Cheddi Jagan de Guyana, proceso en el que se salió de la pista y sufrió daños severos en el ala y motor derecho. Los heridos son leves, indicaron las autoridades de emergencia locales. En un comunicado, el presidente de la aerolínea Fly Jamaica, Ronald Reece, agregó que el vuelo aterrizó en Georgetown por “problemas en su sistema hidráulico” y “sufrió un accidente” en el proceso. A bordo viajaban 118 pasajeros y ocho miembros de la tripulación. Unión Radio

Trump firma decreto sobre asilo a inmigrantes

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el viernes que firmó una proclamación sobre inmigración, un decreto que ayudaría de manera efectiva a prohibir que los inmigrantes que crucen la frontera con México ilegalmente califiquen para obtener asilo. El gobierno de Trump reveló el jueves nuevas normas que limitan fuertemente los pedidos de asilo de inmigrantes al prohibirlos para quienes entren por la frontera sur de forma ilegal. Reuters

Plan Maduro o Viernes Rojo, por Alejandro Grisanti Capriles

Alejandro Grisanti Capriles

Director de Ecoanalítica

El viernes 17 de agosto, los venezolanos quedamos sorprendidos por un conjunto de medidas anunciadas de manera autoritaria por Nicolás Maduro. Resalto el tema autoritario y de confrontación en el anuncio de las medidas, puesto que un aspecto fundamental para que las mismas lleguen a buen término es que se tiene que generar credibilidad y confianza, y la manera como las expuso Maduro, ciertamente no generó ninguna de las dos. Es difícil generar credibilidad si lo que se termina haciendo son anuncios de que vienen anuncios o anuncios incompletos. Si bien nos quedaron más preguntas que respuestas, me gustaría dar mis primeras impresiones al “Plan Maduro”.

Luego de los muchos excesos cometidos durante el período de los altos precios petroleros, donde el gobierno se gastó toda la bonanza y además se endeudó, Nicolás Maduro quiso mantener el exorbitante gasto fiscal a través de la impresión de dinero. Es claro que los gobiernos se vuelven adictos a esta estrategia y Maduro no fue la excepción. Por cada mes que ha pasado Maduro en el poder, se han incrementado los montos de impresión de dinero, lo que se ha traducido en más bolívares detrás del mismo número de bienes y en un alza en precios hasta llegar a una hiperinflación. En palabras del propio Maduro:

“Tuvimos que ir a la emisión de dinero para respaldar las misiones socialistas, la construcción de viviendas, el sistema de bonos, los aumentos bimensuales de salarios.”

El “Plan Maduro” o la propuesta del gobierno para dejar de emitir dinero es un fuerte incremento de los impuestos, sin reducir el gasto y en un ambiente de restricción al financiamiento y de caída de los ingresos petroleros. Es decir, los venezolanos vamos a pagar la gasolina a precios internacionales, vamos a pagar 4 puntos adicionales en IVA, vamos a pagar 1% de las ventas como adelanto del Impuesto Sobre la Renta sin saber si las empresas han producido rentabilidad, vamos a pagar hasta 2% en las transacciones financieras y, por último, vamos a soportar la imposición de una muy fuerte devaluación que lleva la divisa americana a 6 millones de bolívares fuertes[1]. Pero del lado del gobierno, nada. Nicolás Maduro no anuncia una reestructuración del Estado para disminuir el número de ministerios, tampoco dice nada de las 70 empresas del Estado que están en rojo, de los subsidios que solo reciben los que tienen el carnet de la patria[2]Muchos venezolanos no estamos dispuestos a sacarnos el carnet de la Patria, ya que el mismo ha sido utilizado como un mecanismo de movilización electoral para beneficio del partido gobernante.

Nuestros primeros cálculos indican que no se detendrá la Híper-inflación

El primer efecto de los fuertes ajustes propuestos por Maduro es una aceleración de la inflación en las próximas semanas a niveles nunca antes alcanzados, para comenzar a ceder si el Gobierno cumple con lo anunciado y es mucho mas austero en su gasto, cosa que luce muy poco probable. Es decir, el escenario que por ahora luce mas probable, es que los Venezolanos vamos a sufrir de un fuerte incremento de la inflación en las próximas semanas sin los beneficios de la estabilización, ya que no vemos al gobierno manteniendo la disciplina en el gasto de manera de evitar el financiamiento con el Banco Central de Venezuela. Veamos los números.

Como dijimos anteriormente, para detener la inflación es necesario llevar el financiamiento monetario a cero. Es decir que los ingresos mas un sano financiamiento cubran el 100% de los gastos. Los cálculos que hemos hecho en Ecoanalítica es que el déficit fiscal está en el orden de 18.8 puntos del PIB. Es decir, un plan de ajuste que detenga el financiamiento monetario tiene que cerrar la brecha entre ingresos y gastos en alrededor de USD 16 mil millones.

Las medidas propuestas, de llevarse a cabo generarían incremento en los ingresos por 1) USD 6.400 millones si incrementan el precio de la gasolina a precios internacionales y reparten el 25% de esos ingresos en subsidio a la población, 2) USD 2.000 millones por el incremento del Impuesto al Valor Agregado 3) USD 1.000 millones por el Impuesto a las transacciones financieras y 4) USD 800 millones por el adelanto del Impuesto Sobre la Renta. Es decir todas las medidas anunciadas por el lado del ingreso generarían en el mejor de los casos USD 10.200 millones[3]. Pero al mismo tiempo los anuncios generan incremento del gasto en 1) USD 2.000 millones por el incremento del salario Mínimo y la readecuación de todo el sistema salarial del sector público y 2) USD 120 millones por el anuncio del bono solidario. Es decir el incremento neto de ingresos del “plan Maduro” es de USD 8.000 millones o de tan solo la mitad del monto necesario para cerrar la brecha fiscal. Por ende, Maduro volverá a caer en el financiamiento monetario y la Híper-Inflación continuará afectando a los venezolanos.

El “Plan Maduro” es un duro golpe al sector privado.

Como se pueden imaginar, el incremento de los ingresos del gobierno al final se traducen en un incremento en el gasto de las empresas por el pago de Impuestos. Sin embargo, es difícil calcular que proporción del incremento de la gasolina lo van a terminar pagando las empresas y cual el ciudadano común. Si suponemos que un tercio del consumo energético proviene en el transporte de mercancías tenemos que para las empresas el incremento en los gastos sería de 1) USD 3.800 millones por el pago de todos los impuestos (IVA, ISLR, ITF) 2) USD 2.200 millones por el incremento en el precio de la gasolina y 3) USD 4.000 millones por el incremento del salario mínimo, tan solo considerando el sector formal de la economía. Luego de casi 5 años de recesión económica donde se ha perdido casi el 60% de la producción, pedirle un sacrificio al sector privado de USD 10.000 millones, en un ambiente hostil y de alta regulación, luce fuertemente cuestionable, por decir lo menos.

Menos dólares entrarán en la economía.

El fuerte ajuste que impone el “plan Maduro” se podría transformar en expansión, si el gobierno hubiese dejado a un lado el dogmatismo y levantara financiamiento internacional con los multilaterales. Si Venezuela llegase a un plan de estabilización con el Fondo Monetario Internacional, los multilaterales podrían llegar a financiar hasta USD 50.000 millones, con lo que se podría llevar a cabo una expansión del gasto fiscal, que produzca crecimiento y recuperación del poder de compra de los venezolanos.

Si a la falta del financiamiento multilateral le sumamos un colapso en el sector petrolero, con una caída en la producción de mas de 1.600.000 b/d. que hasta ahora no da señal de detenerse, y el incremento de las probabilidades de embargo de muchos de los activos de la nación por causa de la cesación de pagos de la deuda externa, la caída en la oferta de dólares difícilmente podrá estabilizar la moneda, y los venezolanos seguiremos padeciendo de la devaluación de la moneda.

En conclusión, el “plan Maduro” llega tarde, buscando traspasar todo el ajuste en el sector privado, sin capacidad de generar divisas, y sin poder cerrar la brecha fiscal. Expuesto de esta manera, lo que nos viene en Venezuela es un incremento aún mayor en el ritmo de crecimiento en los precios, cierre de empresas y mayor contracción del producto y por ende caída en el poder de compra de todos los venezolanos.

 

@agrisanti

Director de Ecoanalítica

 

 

[1] Para que la devaluación pueda beneficiar al fisco, es necesario que el gobierno venda parte de las divisas que produce el sector petrolero al sector privado. En esto el gobierno esta muy dividido.

[2] Muchos venezolanos no estamos dispuestos a sacarnos el carnet de la Patria, ya que el mismo ha sido utilizado como un mecanismo de movilización electoral para beneficio del partido gobernante.

[3] Diferentes voceros del gobierno han manifestado su reticencia a que el Estado venda parte de sus divisas al sector privado. Si asumimos que el Estado no vende dichas divisas, el incremento de ingresos por devaluación sería cero.

Encuestadores y economistas coinciden: sin cambio no hay salida del foso
Según Delphos, si las elecciones presidenciales se hicieran hoy, Henri Falcón obtendría 25% y Nicolas Maduro 22% de los votos
Datanalisis maneja popularidad de entre 15% y 20% para el presidente en marzo de este año. La Iglesia es la institución que aglutina mayor aprobación en la sociedad con 62%, seguida de la empresa privada con 55%
Consultores 21 considera que 7 de cada 10 venezolanos evalúa negativamente al gobierno y a la par tiene Carnet de la Patria
Ecoanalítica teme la posibilidad de un embargo petrolero, cree que portales de referencia sobre precio del paralelo seguirán proliferando y estima que un millón de venezolanos están enviando remesas al país desde el extranjero

 

@franzambranor

CADA UNA DE LAS PALABRAS QUE SALÍAN de la boca de los ponentes hacía que los asistentes arrugaran la cara. Cifras, estadísticas y proyecciones negativas iban y venían. No había manera de percibir con optimismo las conclusiones de encuestas y análisis en el foro “El embargo viene ¿Cómo sobrevivir?”, organizado por Ecoanalítica y realizado este jueves en Caracas.

Durante casi 5 horas y en un salón repleto, una audiencia ávida de descifrar la manera de salir ilesa de la crisis económica, política y social de Venezuela escuchó con atención a encuestadores y a expertos financieros. Los ponentes no descubrieron el “agua tibia”, pero desempañaron un poco el vidrio de la realidad y ofrecieron tips para levantar el espíritu y tolerar los embates de una galopante e inclemente inflación.

Para abrir el evento, Saúl Cabrera de Consultores 21, estuvo a cargo de la ponencia “El valor del voto en una democracia”, una exposición que perfectamente pudo llamarse “7 de cada 10”.

Según las encuestas de Cabrera, esta es la proporción de los que evalúan negativamente al gobierno, los mismos que tienen Carnet de la Patria, los que piensan que es mejor votar que abstenerse y los que consideran que la situación económica no va a mejorar.

“80% considera que el principal problema es económico, mientras que 83% piensa que el país no está progresando”, dijo para romper el “7 de cada 10”.

A juicio de Cabrera,  4 de cada 10 venezolanos afirma que no come tres veces al día, misma proporción que recibe algún tipo de ayuda económica del gobierno y está seguro que las pasadas elecciones regionales se perdieron por la parcialidad del Consejo Nacional Electoral. “Es importante también decir que 8 de cada 10 encuestados cree que se debe pedir ayuda humanitaria”.

Pasando a materia electoral, Cabrera alertó que 82% votaría si hay condiciones confiables, de ese universo, 55% lo haría por el candidato de la oposición.

Pero los dígitos varían entre los que están seguros de ir a votar el 20 de mayo: 36% afirmaron que irán a sufragar; de ellos, 56% lo haría por Maduro y 40% por Henri Falcón.

Tanto Maduro como el CNE continúan teniendo un rechazo notable. “64% cree que el presidente debería irse, 66% expresa desconfianza en su gestión y 60% no se fía del órgano electoral”, indicó Cabrera.

¿Chávez vive?

Buena parte del auditorio suspiró, exhaló, silbó, abucheó o hizo cualquier tipo de sonido cuando Félix Seijas de la encuestadora Delphos dijo que más de la mitad del país quisiera que el presidente Hugo Chávez estuviese vivo.

“Y aquí obviamente hay una buena cantidad de opositores que creen que el fallecido presidente no hubiese dejado que sucediera esta calamidad por la que estamos atravesando”,   afirmó.

El estadístico mostró un cuadro donde se apreciaba que 43% creía que la situación del país estaba mejor antes que Chávez, 42% durante el mandato del llamado “padre de la revolución” y apenas 5% en el gobierno de Maduro.

Con respecto a los comicios presidenciales dijo que si las elecciones se hicieran hoy Henri Falcón obtendría un 25% de respaldo, Maduro un 22%, Javier Bertucci un 8%, 22% no votaría y 23% no sabe.

Ante la pregunta de si vale la pena votar, 45% dijo que sí, 38% que no y 17% no tiene idea. “Ahora, ¿qué sucede si votamos sin barreras, con condiciones en teoría favorables para todos? 53% lo haría por la oposición, 27% por el Psuv, 11% no sabe y 9% no votaría”, expuso Seijas.

Sentenció que la desactivación del voto contra Maduro radica en la desconfianza en el árbitro electoral y en el liderazgo político opositor. “La verdadera batalla no será tanto en los comicios, a mi juicio está en torno a la legitimación o deslegitimación del bloque de poder”.

Advirtió que el chavismo pasó de ser un régimen autoritario competitivo a un totalitarismo explícito.

También señaló que las consultas revelan un deseo predominante en la gente de recuperar la normalidad.

Estallido social puertas adentro

Cerró el foro de encuestadores Luis Vicente León. Con su frontal y entusiasta manera de dirigirse al público, el presidente de Datanalisis dijo que las sanciones a Maduro y sus funcionarios podrían causar una implosión dentro del chavismo.

“Las sanciones son la única amenaza creíble que tiene hoy en día la oposición contra Maduro”, dijo.

Consideró que independientemente del resultado de la votación del venidero 20 de mayo, es poco probable que Maduro se relegitime en el poder.

“Maduro se dio cuenta de que Chávez ya no es un portaaviones y por ello el intentó ‘madurizar’ a la revolución. Aquí el dilema no es votar o dejar de hacerlo, el dilema es si acudir unido con una estrategia”. León informó que 75% del país quiere cambio, pero no está convencido de votar.

Enfatizó que para marzo de este año, fecha del más reciente estudio de Datanalisis, Maduro tenía una popularidad entre el 15% y el 20%.

“Maduro sigue teniendo algo de popularidad en la región, por debajo en aceptación están los gobiernos de Michel Temer (Brasil), Juan Manuel Santos (Colombia) y Enrique Peña Nieto (México)”, indicó Leon.

“Tenemos un 98,1% de la población que siente que el país está mal o muy mal, eso por supuesto afecta las inversiones y el consumo”.

Para el analista, la primera ola de emigración que se produjo en Venezuela fue de empresarios, luego vinieron los profesionales y ahora la base de la pirámide social.

“Un 34,7% de la gente expresa deseo de emigrar, 42,8% posee sentimientos de tristeza y más de 30% de frustración”.

A León le pareció curioso que en una nación donde el Estado promueve el socialismo y las doctrinas de izquierda, los sectores con más aprobación sean la iglesia con 62% y el empresarial privado con 55%.

Luego de los lapidarios escenarios que plasmó el analista, los asistentes fueron por cafe. En la cola por el guayoyo, marrón o con leche se escuchaban comentarios de resignación de cara a la venidera jornada electoral. “Eso está cantado, el asunto es que vamos a hacer, no podemos quedarnos paralizados”, reflexiono un estudiante de economía mientras engullía una de las empanaditas que se esfumaron de las bandejas en cuestión de minutos. “Solo nos queda lo que se pueda hacer desde afuera como dijo Luis Vicente, porque de acá ya lo hemos intentado todo”, salió al paso otro.

Solidaridad para mitigar crisis

Entre encuestadores y los economistas, Roberto Patiño de Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive fue un oasis, un descanso ante la retahíla de cifras y análisis negativos de un país con una economía de guerra.

Patiño señaló que Alimenta la Solidaridad surgió de una iniciativa para dar de comer a niños en la zona alta de La Vega, al Oeste de Caracas, durante el periodo de vacaciones escolares de 2016. “Y afortunadamente continúa. Un niño que no come es alguien que no va a poder ser una persona de provecho en el futuro. Tenemos que actuar. Ser indiferente ante la crisis solo la agudiza”, dijo.

El promotor social indicó que desde el inicio del programa se han repartido alrededor de 250 mil platos de comida. “Hemos tenido la colaboración de las embajadas de Alemania y Francia, hay mucha sensibilidad en el mundo con el hambre que se está pasando en Venezuela”.

Peligro de embargo

A Alejandro Grisanti, director de Ecoanalítica y principal anfitrión del evento le tocó hablar de uno de los escenarios más espeluznantes. En su alocución asomó la posibilidad de que Venezuela sea blanco de un embargo petrolero.

“El problema con el gobierno es que no paga sus deudas desde noviembre del año pasado”, alertó.

Según Ecoanalítica la deuda externa se ubica en 160 mil millones de dólares, cantidad que será difícil de pagar especialmente con una caída en la producción de crudo y sin la posibilidad de poder reestructurarla. “Es imposible modificarla en medio de un escenario de sanciones”.

“De 2014 a 2018 hemos perdido 600 mil barriles de petróleo en capacidad productiva. Hoy estamos produciendo lo mismo que en 1950, cuando había 7 millones de personas en el país. Esa producción que perdimos nos va a llevar cinco años recuperarla”.

Grisanti señaló que en 1998 Pdvsa producía cerca de 3 millones de barriles de crudo diarios, hoy en día esa cantidad bajó a un millón, lo que coloca a Venezuela a la par de países sin tradición petrolera como Colombia.

Lejos del discurso antiimperialista de Maduro y el desmarcaje con la administración de Donald Trump, Grisanti afirmó que Venezuela hoy más que nunca depende del gobierno estadounidense en materia petrolera.

A la hiperinflación no la combate nadie

El socio de Grisanti en la firma Ecoanalítica, el veterano economista Pedro Palma, dijo que nadie entiende por qué el gobierno no adopta política alguna para combatir la hiperinflación.

“Una de las peores consecuencias de la hiperinflación es la caída de los salarios reales y el incremento de la pobreza. Este fenómeno es una reacción a varios aspectos, entre ellos el financiamiento del Banco Central de Venezuela a Pdvsa, la creación masiva de dinero inorgánico y la escasa oferta de bienes y servicios”.

Palma enfatizó que ningún país ha tenido una hiperinflación permanente. “Han cambiado los gobiernos o estos modificado su política económica porque es insostenible”.

Agregó que para combatir el proceso hiperinflacionario hace falta sincerar el precio de los servicios públicos, privatizar empresas a nombre del Estado, eliminar el sistema cambiario y devolver la autonomía al BCV.

Para Palma, de no tomarse alguno de estos correctivos la nueva reconversión monetaria será un mero efecto cosmético.

Tasa paralela en distintas presentaciones

Al más joven de los ponentes, el economista Asdrúbal Oliveros, le correspondió analizar el tema más atractivo de la jornada y el que mueve la fibra del ciudadano común: el mercado cambiario y sus repercusiones en las finanzas.

Oliveros comenzó diciendo que la proliferación de páginas web que ofrecen un precio del dólar paralelo va a continuar. “Eso no es algo nuevo, antes tambien existian esos portales, el asunto es que ya uno dejó de ser la referencia exclusiva. No hay manera que la moneda estadounidense baje su cotización en esta coyuntura”.

Sentenció que las personas con acceso a divisas extranjeras serán la únicas con resistencia en esta crisis de largo aliento. “En Venezuela, un dólar rinde casi tres veces más que en el exterior”.

Olivares sentenció que hay una especie de dolarización informal porque se perdió la referencia en bolívares. “La escasa importación del sector privado se hace a tasa paralela. De hecho, 97% de los productos traídos del extranjero este año se regirán por el precio de esa divisa fluctuante”.

El economista manifestó que el menudeo ha venido escalando. “83% de las adquisiciones de dólares en 2010 provenían de empresas privadas, hoy en día la compra de divisas por parte de individuales ascendió a 50%”.

“1.138 millones de dólares que se movieron en el mercado cambiario en 2017 (42,9% de las transacciones) fueron por concepto de envío de remesas y menudeo. Puede que un millón de venezolanos que viven en el exterior estén mandando divisas al país”.

Alertó que en este 2018, el sector privado está operando por debajo de 30%. “Me impresiona el hecho de que los privados se encuentren rezagados en materia cambiaria y de inflación, parece que no han entendido la dimensión de lo que está sucediendo”.

Cree que después de mayo pueda agudizarse una seguidilla de malas noticias: importaciones privadas ligadas al paralelo, crisis en los servicios públicos y de combustible, aunado al incremento de la escasez de bienes.

Oliveros cerró la maratonica sesion respondiendo a la pregunta de un asistente (por supuesto anónimo) que quería saber si debía invertir 100 mil dólares que posee en Venezuela.

“Si es el único dinero que tienes disponible, no lo creo conveniente. De lo contrario, es buen momento de comprar inmuebles por ejemplo o trazarse una estrategia a largo plazo en función de una posible recuperación económica en Venezuela”.

Posterior a responder preguntas del público presente, algunas persiguiendo una especie de esperanza, los economistas estrecharon manos, dieron palmadas en el hombro a espontáneos y sonrieron, como aquel que se aferra al refrán de “al mal tiempo, buena cara”. El salón se vació y las luces se apagaron, pero el espíritu combativo de los venezolanos se encendió pese a unas estadísticas que con un mínimo de voluntad pueden revertirse.

Sin cambios, el default y la agudización de la crisis son inminentes
“No veo a los venezolanos entendiendo la gravedad de la crisis económica que se avecina”, considera Alejandro Grisanti
La única solución es un cambio en el modelo económico del país junto a una reestructuración de la deuda, pero expertos consideran improbable que el Gobierno tome dichas medidas

 

@mpaolams

VENEZUELA DEBE APROXIMADAMANTE 150 MIL millones de dólares correspondientes a la deuda externa y con cada mes que transcurre, y cada pago que el país hace, la posibilidad de caer en default se ve más cercana.

Pagar la deuda externa o no pagarla nunca ha sido un dilema para el Gobierno de Maduro, que ha cuidado su reputación financiera en los mercados internacionales, a los cuales no duda en acudir cuando necesita préstamos.

Sin embargo, la acumulación de deudas se convirtió en un grave problema para la nación petrolera cuando en 2014 el precio del crudo, que se encontraba en $100 por barril, registró una caída histórica que desde entonces mantiene los precios cerca de los $40. La crisis del petróleo redujo los miles de millones de dólares que recibía Venezuela por exportaciones de crudo, que conforman el 95% de los ingresos totales.

La administración de Maduro ha venido malabareando la economía venezolana con el dinero dedicado a importaciones y el dinero dedicado a cancelar la deuda externa. Para poder desembolsar en abril la cifra de $2.466 millones por la deuda, el mayor monto a pagar en 2017, el Estado debió recortar las importaciones y negociar nuevos préstamos con la petrolera rusa Rosneft.

Los pagos de deuda que ahora se avecinan para octubre y noviembre serían los más difíciles para el Gobierno. Ambos meses suman cerca de cuatro mil millones de dólares, a los que el director de Ecoanalítica, Alejandro Grisanti, añade dos mil millones adicionales en notas provisorias y préstamos con China.

El especialista, que ejerció como jefe de Investigación para América Latina de Barclays, resaltó que Venezuela debe pagar en los próximos seis meses cerca de 10 mil millones de dólares, cifra que puede ser difícil de alcanzar para el Gobierno.

INFOGRAFIA - Deuda Externa

Asimismo, el economista Asdrúbal Oliveros explicó que la dificultad que puede experimentar Venezuela para cumplir con sus compromisos de deuda se puede deducir de su flujo de caja. Actualmente los gastos del Gobierno son mayores que sus ingresos en dólares, por lo que los analistas dudan sobre el pago de deuda.

Los cuatro meses de protestas, marcados por violaciones a derechos humanos, y la reciente implantación de una asamblea constituyente rechazada por la comunidad internacional, son factores que igualmente causan poca confianza en los mercados internacionales para renovar o financiar la deuda venezolana.

Grisanti incluye en la mezcla las sanciones que ha aplicado el Departamento de Estados de Estados Unidos a funcionarios venezolanos, especialmente al vicepresidente de finanzas de PDVSA, Simón Zerpa Delgado. La sanción que pesa sobre él le impide participar en nuevas negociaciones y por ende, se le dificulta al gobierno buscar nuevo financiamiento por la deuda de PDVSA.

Incluso bancos han tomado la iniciativa de prohibir cualquier transacción con títulos venezolanos, como el Credit Suisse hizo el pasado 10 de agosto para no involucrarse con un gobierno que viola derechos humanos.

Por otra parte, la deuda externa venezolana se puede considerar “la más costosa del mundo”, declara Oliveros. En el índice de riesgo país, que calcula cuáles son los bonos de deuda más seguros, pone los venezolanos como los de mayor riesgo del mundo, y a medida del riesgo que se posea, más se paga, explica el experto.

Hasta ahora, el Gobierno de Maduro ha tenido una voluntad de pago bastante clara, a pesar de verse en la necesidad de reducir las importaciones y producir mayor escasez de alimentos, medicinas y materias primas a la población, asegura el economista Henkel García. “Hay un incentivo claro por parte del Gobierno para cumplir”.

Continuar pagando la deuda de la forma en que está reestructurada acarrea efectos colaterales como la disminución de importaciones y la creciente dificultad de producción para las empresas venezolanas, que empeorarán la grave crisis humanitaria, advierte García. “Estos sacrificios no los hace el Gobierno, lo terminamos haciendo los venezolanos”.

Pero de Venezuela no poder pagar la deuda caería en default, lo que conlleva otras consecuencias graves para el Estado y la población venezolana, como el empeoramiento de la ya golpeada economía venezolana.

La preocupación principal de Venezuela ante el default, por el lado internacional, es la posibilidad de embargo de activos de PDVSA por parte de los tenedores de bonos, explican los economistas. A esto se añade la posibilidad de que Citgo, la empresa refinadora de PDVSA en Estados Unidos, pase a formar parte de la petrolera estatal rusa Rosneft, ya que en diciembre del 2016 fue hipotecado el 49,9% por un préstamo de 1,500 millones de dólares.

Del lado nacional, el incumplimiento condicionaría la economía del país pues las relaciones comerciales se paralizarían y se interrumpirían las exportaciones, lo que dejaría al país más aislado del resto del mundo y los anaqueles de los supermercados y las farmacias, más vacíos que nunca. Los pocos bienes que puedan conseguirse podrían ser impagables por los ciudadanos, pues se preve una caída del poder adquisitivo y un aumento del precio del dólar paralelo. Todo esto conllevaría a que el bolívar finalmente rompa el techo de la hiperinflación. 

¿Será posible evitar el default en 2017?

Entre los entendidos en el tema hay una certeza que todos comparten: el default es inevitable. Tras la implantación de un modelo económico errado, la cesación de pagos es el único resultado posible. La cuestión gira alrededor del cuándo caerá. Si bien algunos economistas consideran que el país no podrá cumplir el alto pago de octubre y noviembre, otros creen que sí podría sortear los obstáculos, pero la deuda de 2018 quedará fuera de la capacidad del Gobierno.

Oliveros es uno de los que considera está posibilidad. Para el economista, el Gobierno podría pagar en detrimento de las importaciones, escenario al que le da una posibilidad de 60%, pero resalta que el gran pago de deuda de 2018 que supera los 12 mil millones de dólares es el verdadero problema, a menos de que suban nuevamente los precios del petróleo. “El gobierno va a pagar a un costo muy alto, pero el problema queda para el próximo año. Es una bomba de tiempo”, señaló.

Por su lado, Henkel García calcula que “haciendo los movimientos y un gran sacrificio el gobierno podría pagar, pero sería a un costo muy alto”. Asoma la posibilidad de que alguna empresa rusa o china haga otro préstamo para completar el pago. A pesar de ello, cree que las probabilidades de no pagar la deuda del 2017 son mayores y la del 2018, inevitable.

Grisanti tampoco cree que la administración de Maduro pueda cancelar la deuda pendiente de los próximos meses. Y desde su perspectiva, la posibilidad de poder pagar en octubre y noviembre se reduce aún más con la posibilidad de sanciones financieras o petroleras.

La única salvación es corregir la economía

Comenzar a tomar las medidas correctas para sanear la economía, reformar las políticas económicas del Estado y reestructurar la deuda son parte de las soluciones que los especialistas consideran necesarios para rescatar a Venezuela de la deuda externa y evitar un incumplimiento de pago.

Para Grisanti hay dos cosas necesarias para lograrlo: en primer lugar cambiar la política económica mediante una unificación de los tipos de cambio y la apertura del mercado de divisas al país, entre otras medidas. El segundo lugar consiste en que el Gobierno evite las sanciones del Departamento de Estado americano a toda costa, pues sus consecuencias serían devastadoras.

Quitar los controles de divisas, considerar los subsidios a bienes y servicios, motivar la producción nacional, sanear la economía y las cuentas del Gobierno son las recomendaciones que hace Oliveros para resolver el problema económico.

A esto, Henkel García añade una reestructuración de la deuda con los tenedores de bonos que permita el pago de manera ordenada. Igualmente considera importante arreglar los problemas internos políticos y sociales que atraviesa el país. “Si no, esta historia se va a repetir una y otra vez”.

 

*Henkel García es analista e instructor en Finanzas. Actualmente es el director de Econométrica.

*Alejandro Grisanti es economista e Ingeniero en Computación, con PhD en Economía, y se desempeña como director de Ecoanalítica. Dirigió el Departamento de Investigación para América Latina como Economista Jefe para la región del banco de inversión, Barclays Capital. Actualmente es Jefe de Estrategias en la firma de manejo de Inversiones Knossos Assets Management.

*Asdrúbal Oliveros es economista y socio-director de Ecoanalítica. Por cinco años fue Economista Senior de Santander Investment en Caracas. En la actualidad es columnista de la revista DINERO y en INFOLATAM, además de colaborador de ProDaVinci.

 

Economistas dudan que los nuevos billetes se distribuyan este 2016

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A pesar de que el vicepresidente del Banco Central de Venezuela, José Khan, aseguró ayer que 60 millones de billetes del nuevo cono monetario llegarán al país este año, economistas descartan que puedan ser distribuidos en taquillas y cajeros automáticos de todo el país antes de que suenen las 12 campanadas de fin de año.
“Posiblemente esta semana algunos venezolanos vean los billetes de 500 bolívares, pero aún no se soluciona el problema. Se necesita por lo menos un mes para que estas nuevas piezas entren totalmente a la economía venezolana. Será en 2017 cuando circulen en todo el territorio y logren tapar los huecos que dejaron los billetes anteriores”, afirmó el economista Alejandro Grisanti, director de Ecoanalítica.
José Guerra, economista y diputado a la Asamblea Nacional, añadió: “A los cajeros automáticos hay que calibrarlos, eso lleva tiempo. Yo no creo que este año se puedan distribuir en todo el país en la magnitud que se necesitan”.
Los especialistas rechazaron la tesis del gobierno, que aseguraba que los billetes no habían llegado porque había un sabotaje internacional que prohibía el acceso al país. “No es la primera vez que las ineficiencias del gobierno se excusan, lo han hecho con la guerra económica y alegando un bloqueo internacional. Pero en este caso hay pistas de que las autoridades han actuado de manera desordenada y por eso el retraso”, expreso Grisanti.
Aseguró que una muestra del desorden que ha habido se observa en el diseño de los nuevos billetes. “Cuando se hace un cambio en el papel moneda, se elaboran nuevos diseños para que personas mayores y con dificultad visual puedan diferenciarlas, establecer los mismos diseños es una señal clara de la improvisación”.

Prórroga. Guerra aseguró que la improvisación del Ejecutivo también se vio cuando el domingo 11 de diciembre decidieron sacar de circulación los billetes de 100 bolívares en apenas 3 días. “Hubo improvisación e ineptitud. Desde un principio dijimos que era necesaria una prórroga, yo se los sugerí. Pasé toda la semana alertando las cosas que podían pasar y pidiendo más tiempo, pero tuvo que haber muertos, heridos y saqueos, para que cambiaran de idea”.
Recordó que otra de las peticiones que le hizo al gobierno es que se incluyera a la banca privada en todo el proceso de canje, y no que se les permitiera recibir billetes de 100 bolívares solo entre el lunes y el jueves.