Ay, al sonar los tambores, estos tipos se amañan. Al sonar de la caña, van brindando sus horrores… Ya no hay negra Soledad pa´que goce mi cumbia. Ya no hay negra salamuña, que caramba, por la escopeta colorá. De aquí, pa´llá, de allá, pa´cá y oye caramba, con su escopeta colorá…
Vergonzoso el bailecito de Maduro con su mujer el día de la obligada marcha “contra el paramilitarismo” mientras colombianos sufren del lado venezolano y los venezolanos, del lado colombiano. Un gasto innecesario en momentos cuando los enfermos crónicos no consiguen medicinas y los supermercados se quedan sin comida. Gastos en pancartas, autobuses, refrigerios y conjuntos musicales para demostrarle al mundo que mientras todo se derrumba a su alrededor, Maduro no tiene empacho en ponerse a bailar cumbia. Que por cierto, la baila muy mal.
Pero ya no hay cumbia en la frontera. A los colombianos que les dieron cédulas para que votaran por Chávez, hoy los amenazan con escopetas colorás. Los sacan de sus viviendas, se las marcan al peor estilo nazi, les revientan los pocos enseres que tienen…
De aquí, pa´llá, de allá, pa´cá y oye caramba, con su escopeta colorá…
¿Qué pretende el gobierno venezolano con estas acciones?… Primero, muestra un gran desconocimiento de lo que sucede dentro de ese territorio. Porque las líneas divisorias están solo en los mapas. En la vida real lo que hay en una frontera es una simbiosis de sus habitantes, aún en las fronteras más conflictivas. Quienes viven en ellas, ni son de aquí, ni son de allá. Son de la frontera y pertenecen a ambos lados. Hace unos años, Marisol Chumaceiro de Schloeter escribió un bellísimo cuento en el que un niño venezolano y una niña colombiana se hacía amigos en Castillete. Jugaban en Venezuela, jugaban en Colombia… no sabían que había una línea que dividía los dos países. La línea aparecía solo cuando aparecían los militares.
De aquí, pa´llá, de allá, pa´cá y oye caramba, con su escopeta colorá…
Segundo, hay quienes creen que es una maniobra parecida a aquélla que se aventuraron los argentinos con la Guerra de las Malvinas y les salió el tiro por la culata. Ya a nuestro gobierno también le había salido con el asunto de Guyana, donde se nos voltearon hasta quienes creíamos que nos debían lealtad porque recibían nuestro petróleo de regalo. Y meternos militarmente en contra de Colombia, aparte de ser una locura, nos dejaría diezmados en menos de una semana.
De aquí, pa´llá, de allá, pa´cá y oye caramba, con su escopeta colorá…
Tercero, el cuento de que se eliminará el dólar paralelo cerrando la frontera no se lo cree ni un niño de primaria. Ese dólar dejará de existir cuando se desmonte el control de cambio, se ponga coto a la corrupción y se tomen las medidas económicas necesarias para afrontar la crisis.
De aquí, pa´llá, de allá, pa´cá y oye caramba, con su escopeta colorá…
Cuarto, hablan de “derrotar el paramilitarismo”. A los paramilitares colombianos –que estaban en territorio colombiano enfrentando a las FARC, al ELN y al narcotráfico de manera ilegal- los acabó el Presidente Uribe, quien extraditó sus cabecillas a los Estados Unidos.
De aquí, pa´llá, de allá, pa´cá y oye caramba, con su escopeta colorá…
Quinto, aseguran que con esto acabarán con el contrabando de gasolina y otros bienes… averigüen quiénes son los contrabandistas, quiénes tienen el poder y quiénes controlan los negocios. No son precisamente los colombianos… se visten de verdeoliva y están de este lado. Y es que esos subsidios de la gasolina crean una distorsión económica tan grande que su comercio es atractivo para todos.
De aquí, pa´llá, de allá, pa´cá y oye caramba, con su escopeta colorá…
¿Qué queda entonces?… Quedan sistemáticas violaciones a los derechos humanos. Quedan humillaciones, atropellos, abusos. Queda la rabia de que la OEA, la Unasur y Mercosur callen. Pero queda también la vergüenza que sentimos los ciudadanos venezolanos por las acciones de quienes empuñan sus armas en contra de un pueblo hermano. La manifestaremos el 6D.
@cjaimesb