Humberto Rojas ha escudriñado los átomos de la UCV para recuperarla - Runrun
Humberto Rojas ha escudriñado los átomos de la UCV para recuperarla
El candidato a rector de la UCV más votado en la primera vuelta considera que en la máxima institución de educación superior del país «queda mucho por hacer». Está dispuesto a exigir ante los entes del Estado lo que legalmente corresponde sin renunciar a ningún principio autonómico
Rojas rechazó que se use su participación en el Comité de Postulaciones que conformó el nuevo CNE del 2021 para vincularlo con el chavismo. Aseguró que se opuso al proyecto político de Hugo Chávez desde sus inicios.
 Humberto Rojas quiere insertar la universidad a las dinámicas del siglo XXI. Cree que la UCV necesita generar recursos propios, asumir su responsabilidad social y vincularse con el sector productivo
El doctor en Física Atómica y Molecular aspira a que la UCV  forme a ciudadanos preparados para las nuevas dinámicas del país y del mundo. Una de sus metas es recuperar el sentido de pertenencia y reconstruir el tejido social de la universidad

 

@MrsYaky

 

Como buen doctor en Física Humberto Rojas (Caracas, 1996)  sabe que conocer la estructura de los átomos permite inferir comportamientos macroscópicos y entender la esencia del comportamiento de una materia.

«Toda mi vida ha girado alrededor de la UCV», afirma el candidato a rector de la Universidad Central de Venezuela más votado en la primera vuelta de los comicios universitarios cuando se le pregunta si ha escudriñado lo suficiente los átomos de la máxima casa de estudios del país como para comprender lo que necesita y aspirar a dirigirla, en medio de una crisis multifactorial que la relegó de su espacio como referencia académica en Latinoamérica y el mundo.

El profesor titular e investigador a dedicación exclusiva de la Facultad de Ciencias con más de 32 años de servicio enfatiza que no solo conoce los átomos universitarios, sino que su ADN es «enteramente ucevista». Para ejemplificarlo, recuerda que su padre fue trabajador universitario y estudió en la Escuela de Comunicación Social. Su madre egresó como ingeniera. Se graduó en un liceo del sistema educativo de los empleados universitarios y sus hijos también se titularon tras sus pasos por la Facultad de Ingeniería y de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, respectivamente. Juega baloncesto en el equipo de los profesores ucevistas y es músico fundador de la  Parranda de Ciencias.

 

«Durante mi juventud estos eran mis espacios: comía, corría, hacía deportes, tumbábamos mango, comíamos ciruela de huesito, jugaba fútbol, tenis de mesa, baloncesto, practicaba natación», narra Rojas sentado en una escalinata de la denominada Tierra de Nadie, punto que escogió para conceder esta entrevista el pasado martes 13 de junio de 2023. 

Este aficionado del Manchester United también se ha dedicado a la actividad gremial y ha promovido la defensa de los derechos laborales y de los valores democráticos no solo dentro de la Universidad Central de Venezuela, sino también en el país.  Su participación en el Comité de Postulaciones que constituyó un nuevo Consejo Nacional Electoral para las elecciones regionales de 2021 ha reflotado recientemente en redes, en lo que califica como una campaña para «satanizar» su apuesta por la vía comicial en Venezuela. 

Para evitar una «fisión nuclear» de los átomos de la polarización que perjudique sus aspiraciones aclaró enfáticamente en esta conversación que nunca fue chavista y que adversó el proyecto político de Hugo Chávez desde el primer momento por su «militarización del país». Insistió también en que aunque buscará retomar los espacios estatales en los que la universidad debe exigir lo que por ley le corresponde preservará la autonomía académica «a toda costa».

Humberto Rojas plantea varias opciones para que la casa que vence la sombra genere sus propios recursos y se inserte en las dinámicas y en los grandes temas del siglo XXI:  big data, inteligencia artificial, nuevas formas de generación de energía, preservación del ambiente, respeto al género y a los derechos humanos, con la intención de formar a ciudadanos y ciudadanos útiles para el país y el mundo.

Entre sus metas está convertir la UCV en una universidad del siglo XXI, recuperar la identidad y la marca «U-U-UCV» y reconstruir el tejido social interno.

«En la UCV queda mucho por hacer» 

Marie Curie, la primera mujer en ganar un Premio Nobel y también la primera persona en hacerlo en dos categorías distintas (Física y Química), afirmaba que respecto a la ciencia, nunca veía lo que ya se había hecho, sino lo que quedaba por hacer. ¿Qué queda por hacer en la UCV para recuperarla?

-En la UCV queda mucho por hacer. Hemos vivido un período de estancamiento por muchos factores, entre ellos el presupuestario, que ha afectado enormemente. Pero nos toca tener una visión de universidad moderna, una universidad del siglo XXI que incorpore elementos tecnológicos que permitan también retomar el lado humanístico de la universidad. Necesitamos crear ciudadanía, necesitamos formar profesionales con responsabilidad, con principios, con respeto a los derechos humanos y valoración de la democracia como sistema político.

En la UCV tenemos mucho por hacer para poder equipararnos a las dinámicas que se están dando en otras partes del mundo. Para no ir muy lejos de nuestra frontera, hay otras universidades que nos han desplazado en ese liderazgo que alguna vez tuvimos desde el punto de vista de la generación de conocimiento, de planteamientos hacia los grandes problemas que aborda la sociedad venezolana, latinoamericana y mundial. Debemos retomar esos espacios y eso implica resolver una gran cantidad de problemas prácticos, como la remuneración de nuestros docentes y de todo nuestro personal, las becas de nuestros estudiantes, una mayor capacitación de todo el personal y el rescate de la carrera académica de nuestros profesores, en el sentido de que vivan de ello. Actualmente, y debido a las condiciones socioeconómicas en general de la población pero en particular del sector universitario, eso es verdaderamente difícil. 

¿Qué elementos o variables conforman su fórmula para rescatar una universidad que está impactada por una crisis multifactorial? Si pudiera resumir su propuesta en palabras claves, o en una especie de ecuación

-Lo primero es restituir el tejido social interno. Necesitamos retomar esa marca U-U-UCV. Hemos perdido debido a la crisis ese sentido de pertenencia, eso que nos lleva a sentirnos orgullosos de pararnos bajo las nubes de Calder y sentir que somos una universidad y una comunidad que nos debemos al país. Necesitamos rescatar ese espíritu ucevista que, lamentablemente con el tiempo, se ha ido diluyendo. 

Necesitamos también hacer sinergia entre las distintas áreas del conocimiento. Las facultades y escuelas están de alguna manera atomizadas, está cada quien en un sector atendiendo sus propios problemas y desde su propia visión. Y los problemas de mayor envergadura, los problemas que tienen impacto, tienen que ser vistos de manera multifactorial, desde lo científico, lo humanístico, lo social, lo ecológico. Son las cosas que están marcando las tendencias mundiales y tenemos también que adaptarnos a eso. Hay que romper esas barreras, esos muros, que más que físicos, son mentales. Tenemos que acercarnos y abordar de manera conjunta los problemas de mayor envergadura.

¿Qué adecuaciones se deben hacer en la UCV para formar profesionales competitivos y con conocimientos adaptados a los nuevos tiempos?

-En ese sentido, corresponde revisar y actualizar nuestros programas, hacerlos más flexibles y más adaptados a las realidades actuales. Estamos en la época del big data, de la inteligencia artificial, de nuevas formas de generación de energía, de una conciencia sobre la preservación del ambiente. Son los elementos esenciales que determinan el quehacer cotidiano mundial y que debemos incorporar. El respeto al género, la condición humana, los derechos humanos son todos elementos que debemos integrar para formar un profesional que no solamente sea competente en sus áreas de estudios, sino que también tenga un carácter de ciudadana y ciudadano para el país y el mundo.

Para poder concretar todo eso, debemos incorporar la cultura y el deporte, como puntos de enlace entre las distintas disciplinas y entre los distintos componentes de la comunidad universitaria. Y, por supuesto, necesitamos generar recursos. No podemos depender exclusivamente de un presupuesto que en este momento es prácticamente inexistente, que cubre unos salarios de miseria. Sino que tenemos que buscar generar recursos a través de nuestras zonas rentales, de la prestación de asesorías, acudir a los llamados de proyectos internacionales para atender problemas desde distintos puntos de vista. Y necesitamos proyectar la universidad hacia el exterior, que se internacionalice, que tenga vínculos y asuma su responsabilidad social universitaria con el entorno, que se vincule con el sector productivo nacional; una universidad abierta y proyectada que permita establecer alianzas necesarias para poder avanzar.

Esos serían los elementos que tienen que ver con reconstruir el tejido, el cómo aumentar nuestras capacidades y las características del servicio educativo que ofrecemos. 

Usted ha sostenido muchos encuentros con la comunidad universitaria tal y como estamos en esta entrevista, en unas escalinatas, también en aulas, en pasillos, sentados en los alrededores del Aula Magna. ¿Cuáles son las principales preocupaciones que afloran en esas conversaciones con los estudiantes, profesores, empleados y obreros y cómo usted los resolvería?

-Las necesidades son múltiples. Está en primer lugar el tema presupuestario, pero también el tema de los servicios médicos para todos los sectores. En OBE (Organización de Bienestar Estudiantil) no hay becas, ni pasantías, los servicios que se prestan allí son esenciales para que el estudiantado pueda satisfacer algunas necesidades básicas y poder seguir estudiando.

Manejamos unas cifras de que 80% de los estudiantes tiene que trabajar para poder estudiar. Eso es una realidad que hay que abordar. Para eso, nuestra propuesta es como mencioné antes generar recursos que permitan financiar las labores universitarias y eso incluye la posibilidad de que profesores, estudiantes, empleados y obreros generen recursos con los proyectos que surjan, que parte de la estructura de esos proyectos incluya una compensación económica que les permita mitigar los efectos de los bajos salarios.

Pero, para eso, tenemos que acudir a todos los espacios. Lamentablemente, se han abandonado todos los espacios de discusión, la polarización política nos alejó de instancias donde esto se discute, como son las Asamblea Nacional, el CNU, los ministerios que atienden las diversas áreas que competen al quehacer universitario. Necesitamos discutir la convención colectiva de nuestros empleados para que se haga sentir la necesidad que hay de unos salarios dignos para poder cumplir la labor universitaria. Eso es un elemento esencial, porque sin mantener el recurso humano, es inviable cualquier proyecto. Necesitamos potenciar nuestras capacidades.

 

Otro elemento esencial dentro de las necesidades de la comunidad es el tema de la seguridad. Hay mucha preocupación por la seguridad en el campus, no solamente en las instalaciones de Caracas, sino en el resto del país. Tenemos prácticamente desatendidas el resto de nuestras sedes, y eso es un trabajo que hay que retomarlo, hay que tener presencia en todas las sedes de la universidad para atender los problemas que se presentan. En la universidad hay un problema serio de división interna en el cuerpo de seguridad. Hemos hablado con distintos sectores para buscar puntos de encuentro y construir un proyecto común. Ellos solicitan asistencia, pero también tienen que ser formados en derechos humanos y en la preservación de nuestro patrimonio. Necesitamos formar un vigilante universitario que se vincule con la universidad, muchos de ellos son estudiantes o egresados de nuestra universidad. Hay que trabajar en fortalecer y restituir ese arraigo para que haya armonía y podamos crear un buen proyecto de seguridad. Pero también la comunidad debe aprender de seguridad, tomar medidas, no podemos estar a altas horas de la noche en una ciudad universitaria que está en el centro de una ciudad tan peligrosa.

Hay solicitudes también para establecer protocolos en lo que tiene que ver con el respeto y la visión de género debido a los incidentes que se han presentado recientemente. Es importante hacerlo para manejar esa convivencia y los respetos mutuos que debe haber entre todos los miembros de la comunidad, y de esa forma, evitar que sean afectados los sectores más vulnerables, es otro de los aspectos que debe ser atendido con urgencia.

La necesidad de reactivar la investigación es otro punto que sale a flote, incorporarnos de nuevo al concurso de países, de universidades del país y de Latinoamérica o del resto del mundo para elaborar proyectos conjuntos. Y otra situación esencial es incorporar a la diáspora venezolana, tenemos más de 7.200.000 de venezolanos fuera del país, muchos de ellos egresados, profesores y estudiantes de esta universidad que están dispuestos a formar parte de un gran equipo que lleve a la universidad adelante.

«Ningún principio autonómico estará en discusión»

El tema de la seguridad, que es una de las grandes preocupaciones de la comunidad ucevista como indicó, se relaciona en algún punto con el sensible y crucial tema de la autonomía ¿En qué basaría su propuesta para defender la autonomía universitaria?

-La autonomía universitaria tiene múltiples elementos, uno de ellos es la preservación del espacio. Debe haber una articulación entre nuestros cuerpos de seguridad y los del Estado para atender aquellos casos que ameriten esa intervención. Lo que sí no puede ser es que haya presencia policial dentro del campus universitario en las mismas condiciones que en el resto de la ciudad o en los entornos de nuestra sede. Es un riesgo, el estudiante universitario está en una etapa de transición desde la adolescencia hacia la juventud y adultez, es un estudiante que debe ser rebelde, contestatario, crítico, esa parte de esa etapa que todos vivimos. Tiene que ser crítico con cualquier propuesta,  incluso con la nuestra, que está abierta para ser escudriñada, analizada y criticada. 

En ese sentido, tener un personal armado dentro de la universidad puede ser un factor de riesgo. No necesariamente quienes portan las armas tienen una formación adecuada para atender situaciones que puedan involucrar la seguridad de ellos y de aquellos que los rodean. Es importante evitar disminuir en lo posible la presencia de personal armado, bien sea dentro de la universidad o fuera, en sus entornos. Hay que articular otro tipo de cosas, hay que hacer inteligencia.

Eso sería respecto a la preservación de nuestros espacios universitarios, pero hay otros elementos que también debemos preservar: nuestra autonomía administrativa, nuestra autonomía electoral, nuestra autonomía académica, que debe ser nuestro centro, la principal. Que no se influya de ninguna manera en el quehacer universitario, esto es un espacio donde conviven distintas corrientes de pensamiento, donde tienen que tener cabida distintas visiones de país. Tratar de imponer desde afuera una visión única de país es algo que nosotros debemos rechazar y combatir a toda costa. En nuestras aulas y en nuestros laboratorios se genera conocimiento, se discuten posiciones siempre desde el respeto y la pluralidad, que es lo que hace a la universidad lo que es: un espacio de discusión, de análisis, de generación de soluciones para nuestro entorno, país y mundo.

Esa autonomía académica la debemos preservar a toda costa y ha sido vulnerada durante mucho tiempo no solamente por la pretensión de imponer un pensamiento único, sino también a través de sentencias de un Tribunal Supremo de Justicia que viola el papel autonómico de la universidad. Es una autonomía que parte del texto constitucional y para la que necesitamos construir un cuerpo de leyes y reglamentos que haga efectivos todos sus aspectos propios y  que preserve esa esencia propia de la universidad de ser un espacio donde todas las corrientes deben convivir y de la que deben surgir tanto los consensos como los disensos. 

¿La universidad debe ser el espacio para el debate o se debe incorporar a la diatriba política? Tomando en consideración que en un país polarizado quien se atreva a dar un paso en pro de la negociación o de buscar acuerdos o propuestas cívicas para trascender la crisis termina siendo señalado…

-La universidad tiene ambos papeles. Debe ser un espacio donde se generen las ideas y se contrasten. En donde el ambiente de convivencia y respeto permita discutir posiciones sin llegar a los extremos de la polarización y violencia, que tenemos que combatir tanto dentro de la universidad como en el país. En la universidad se deben generar críticas y somos un ente del Estado. Nosotros somos parte de él, tenemos una función de servir de faro y orientación para los grandes problemas nacionales, tenemos que participar y aportar pero no en la diatriba política partidista. No podemos hacer política con p minúscula, tenemos que hacer política con P mayúscula, es decir hacer aportes, propiciar espacios para que se dé el diálogo, buscar mecanismos.

Yo he sido satanizado en los últimos días por haber formado parte del Comité de Postulaciones electorales de la AN que logró, de alguna forma, reinstitucionalizar el CNE y tener un ente electoral más equilibrado que nos permitió acudir a las elecciones del 21 de noviembre de 2021 y las de enero de 2022. La manera de ganar espacios es a través de procesos electorales. Venimos de una etapa de alta polarización donde la bandera no fue lo electoral. Yo soy un promotor de la vía electoral y se han logrado triunfos electorales importantes, está el de 2015 como elemento evidente y las elecciones recientes, en las que se ganó dos veces Barinas.

La universidad debe contribuir con esas iniciativas electorales. En este momento nos preocupa que hemos cruzado nuestro patrón estudiantil con el registro electoral nacional y 36% de nuestro estudiantado no está inscrito en el CNE. Parte de nuestro estudiantado no ve las elecciones como una posibilidad de salir de las crisis, o no se ha podido inscribir, y también haremos esos exhortos al CNE para que facilite la inscripción y actualización del registro.

Aspiramos a que este ejercicio democrático que se ha hecho en la universidad sirva de calistenia, que nos cree un músculo democrático que le enseñe a nuestros estudiantes que estas son las vías a través de las cuales se deben dirimir las diferencias. Resalto de nuevo que es sorprendente que luego de una primera vuelta donde hubo  respeto y consideración pasemos a una segunda en donde en los primeros días está reinando la descalificación y satanización, en mi caso particular, por participar del comité de postulaciones a la que fui propuesto por una ONG, la Asamblea de Educación, que por cierto preside el profesor Tulio Ramírez, electo recientemente al Consejo Universitario y que apoya al profesor Rago.

No se entiende cómo se usa eso como mecanismo para descalificarme. Lo de clasificarme como “chavista” porque participé ahí, cosa que nunca he sido. Nunca he apoyado este proyecto político y he sido crítico desde el principio, esencialmente por su ejecución y por la militarización del país, cosa que nunca compartí del proyecto inicial de Hugo Chávez. Y también, de la misma manera, puede que aparezca por ahí vinculado a grupos radicales de oposición. Es parte de la polarización, pero eso no es lo que está en juego acá, lo que está en juego es la universidad.

Mi hoja de vida está abierta a quien la quiera ver, no solo como académico, sino como defensor de los derechos civiles y democráticos de la población venezolana por mucho tiempo y que me ha llevado a consignar, como parte del examen periódico de la ONU, un escrito sobre la actuación electoral en el país y la violación a los derechos civiles y políticos que se ejecutaron durante las gestiones del CNE.

Usted ha dicho que hay que retomar los espacios ante el CNU y ministerios y entes del Estado para plantear las exigencias que corresponden a la universidad. ¿Cuáles serían esos puntos en los que se enfocaría cualquier conversación con el gobierno y cuáles esos aspectos irrenunciables?

-Primero, hay que aclarar que hablar con el gobierno no implica una negociación en términos transaccionales. No es que estaremos ofreciendo algo, aunque la universidad tiene mucho que ofrecer para el desarrollo del país. La educación tiene que ser una política de Estado, no solo la universitaria, sino desde preescolar, básica, primaria, secundaria. No es posible el grado de deterioro de la educación venezolana en todos sus aspectos, tales como contenido, infraestructura y condiciones socioeconómicas del educador. Eso es un punto no negociable, tenemos que hacer un esfuerzo por mejorar todas las condiciones que permitan que la educación en Venezuela tenga los niveles necesarios para contribuir con el progreso del país.

Tenemos que sentarnos a discutir los elementos salariales, socioeconómicos, un proyecto país que debe ser parte de una iniciativa concertada. No podemos renunciar por supuesto a la autonomía académica de la universidad, a la preservación de nuestros espacios y recursos. Ningún elemento autonómico estará en discusión.

También, buscaremos crear los vínculos necesarios con el cuerpo diplomático, partidos, sector empresarial, sociedad civil y ONG para que se cree un proyecto país de una Venezuela que se inserte en el siglo XXI, que incluya  condiciones para que la población tenga salud, educación y  servicios públicos mejorados.

Átomos y ADN ucevista

¿Cómo se ha fusionado un equipo tan diverso como el suyo, que incluye un físico, una doctora en Lengua, un abogado y una odontólogo?

-Hay mucha coincidencia, sentido de equipo, ha sido formidable. Este es un equipo que no solo se limita a la cuarteta, es un equipo que también tiene asociado decanos, miembros del Consejo Universitario, de los distintos consejos de facultad y de escuelas, profesores, obreros, empleados, estudiantes. Estamos ganados todo a un proyecto colectivo que requiere de la participación incluso de aquellos que no nos apoyan, porque la universidad tiene grandes valores y hay grandes personas que pueden sumar propuestas necesarias y útiles para su desarrollo. 

Y hacemos esa invitación a que una vez que culmine el proceso electoral, en el que estamos seguro que podemos triunfar,  dejemos de lado lo que se genera durante la competencia y la elección, esas diferencias, y sumemos los elementos comunes para articularnos y reconstruirnos como comunidad.

La elección se redujo ahora a dos candidatos a rector. Usted es doctor en física atómica y molecular, fue bombero universitario, es músico y también juega baloncesto. ¿Cuál ha sido el aprendizaje principal en cada una de estas áreas de su interés que usted piensa, podrían proyectarle como una buena opción para ser rector de la UCV?

-Cada una de ellas tiene aprendizajes importantes. La música te da disciplina, constancia, armonía y paz. La experiencia de los bomberos universitarios fue formidable, te marca la vida, el lema es “disciplina, estudio y abnegación” y esos elementos forman parte de mi vida. El haber sido un servidor público y poder contribuir con mi entorno y las personas es importante. Al igual que el deporte, ambos aportan disciplina, constancia y trabajo en equipo. El hecho de ver, sentir y compartir con el otro es un elemento que contribuye de manera positiva para cualquier gesta, tal como asumir la rectoría de una universidad.

Por su parte, la Física tiene cosas importantes, la formación académica es esencial, así como la visión que da. Yo trabajo en física atómica y molecular, en microscopia electrónica, en microscopía de fuerza atómica. Veo lo pequeño, el detalle, veo la estructura interna de átomos y moléculas. Cuando digo veo es en el sentido figurado, mejor dicho, escudriño esa estructura interna y a partir de ahí se pueden inferir comportamientos macroscópicos. La Física te da la teoría para no solamente predecir posibles fenómenos, sino para explicar aquello que ya existe, lo que te permite tener una visión dual para abordar problemas que todavía a lo mejor no se presentan y que necesitan ser pensados con anterioridad. Pero también necesitas la teoría para atender aquellos que ya están planteados.

Soy físico experimental, aunque normalmente dicto  física cuántica, también debo explorar la materia para tener información, para modificarla, adaptarla; trabajo nanotecnología, que es un área que tiene que ver con esas pequeñas dimensiones y con manipular átomos, moléculas y pequeñas partículas para estudiar comportamientos, productos y desarrollos modernos. Todo eso son partes de lo que una universidad requiere, sin olvidar por supuesto que la Física proviene esencialmente de la Filosofía, por lo que no estamos ajenos de esa visión de lo humano.

¿Y considera que ha escudriñado lo suficiente los átomos de la UCV para saber cómo dirigirla?

Tengo conocimiento suficiente de distintos aspectos universitarios y de la academia, desde lo gremial, lo deportivo, cultural, mi experiencia en los bomberos, mi experiencia universitaria. Toda mi vida ha girado alrededor de la UCV. Mi papá fue empleado universitario, me gradué en el liceo Pedro Bautista Toro que pertenece al sistema educativo de los empleados universitarios. Me gradué primero como bombero universitario, luego como físico, luego fui bombero y propuesto por esta universidad para estudiar doctorado en Inglaterra con el compromiso de volver y acá estoy.

Después de este doctorado tengo 26 años en esta universidad, mis hijos se graduaron en ella, mi mamá también es egresada de acá, ella estudió ingeniería civil; mi papá, comunicación social. Mi ADN es enteramente ucevista.

Humberto Rojas

¿Ha habido acercamiento con otros candidatos que no pasaron a la segunda vuelta? ¿Ha conversado con el profesor Víctor Rago, quien se mantiene en carrera?

-Eso forma parte de la contienda de la segunda vuelta, hablar con los candidatos que no resultaron favorecidos no solo a nivel de autoridades centrales, sino de los distintos decanatos. Por supuesto, hay que hablar también con las bases, no solo con los que lideran. Estamos con ese proceso. Sí ha habido acercamientos, creemos que podemos sumar voluntades alrededor de un proyecto común y confiamos en que esta tarea será exitosa y esperamos que se mantenga el mismo espíritu que prevaleció en primera vuelta, de convivencia y respeto. Que estos pequeños nubarrones de los últimos días se dispersen y que tengamos una segunda vuelta con altura, respeto y consideración hacia nuestros contrincantes.

Con el profesor Rago no he hablado  tras esta primera etapa que ha sido un poco tormentosa por falta de resultados formales, eso nos ha consumido mucho tiempo, el hacer nuestros propios cálculos para tener certeza del escenario. Seguramente hablaremos, es una persona cercana, amiga y podemos sentarnos fácilmente a hablar sobre los temas universitarios (La entrevista se realizó el 13 de junio, hasta ese momento, no habían conversado)

 

Antes dijo que invitaría a las personas que adversaron su propuesta a participar en su gestión si resulta ganador en la segunda vuelta ¿También estaría dispuesto a colaborar con el profesor Rago, en caso de que él sea quien triunfe el 30 de junio?

Si sale favorecido él y cree que mis aportes pueden ser importantes para la universidad, no tendría ningún problema en participar en aquello que él considere y concertemos que pueda contribuir a lograr una mejor universidad, una universidad del siglo XXI.