La inflación pincha la burbuja del optimismo en Venezuela - Runrun
La inflación pincha la burbuja del optimismo en Venezuela
La disparada de los precios y el colapso de la moneda instalan un clima negativo. El estudio de opinión pública de Consultores 21 indica que las emociones más recurrentes en la población son angustia, desilusión y enojo

Por: Víctor Salmerón/ @vsalmeron

 

Al aflojar el control de la economía Nicolás Maduro dio alas a la idea de que era posible una Venezuela más normal, menos asfixiante, sin escasez ni mercados negros, con algo de estabilidad, donde mejorar ya no era inconcebible. Pero se disipa la burbuja.

El último estudio de opinión pública de Consultores 21, soportado por entrevistas realizadas entre el 22 de noviembre y el 11 de diciembre de 2022, refleja el clima negativo. Ante la pregunta: ¿la economía venezolana se está recuperando?, el 75% de los venezolanos se muestra en desacuerdo.

El ánimo ya no es el de un país que respira. El estudio determina que las emociones más recurrentes en la población son angustia, desilusión y enojo. La visión de un futuro más amable se difumina tras la vuelta al vértigo de precios que escalan velozmente, el colapso de la moneda e ingresos precarios.

Durante el primer semestre del año pasado, quienes se sumaban a la idea de la normalización tenían a mano que la inflación se había desacelerado notablemente, que la cotización del dólar se movía lentamente y que el consumo renacía desde el foso; pero hay un giro relevante.

En el tercer trimestre de 2022 el bolívar comenzó a hundirse frente al dólar y la inflación dejó atrás el tiempo de la desaceleración. El impacto se sintió con fuerza en los últimos meses del año y el consumo pisó el freno.

La consultora Dinámica analiza la medición que hace la firma Atenas y explica que “al acumular la variación de consumo semanal y descontarle los ajustes de precios registrados en el mismo período, observamos una disminución del número de unidades promedio adquiridas por los hogares durante los últimos tres meses del año”.

Ingresos y aspiraciones

Teresa Vargas trabaja como manicurista en una peluquería y dice que su ingreso está alrededor de 180 dólares al mes: «A veces es menos porque cobro un porcentaje por los clientes que atiendo. A duras penas cubro lo básico y cada vez con más dificultad”.

De acuerdo con Consultores 21, en promedio, el ingreso total de los hogares en Venezuela, que incluye salarios, bonos que reparte el gobierno y cualquier otro tipo de remuneración, es de 213 dólares al mes al cierre del cuarto trimestre de 2022.

Visto por estratos el ingreso promedio de los hogares de la clase popular, que incluye grupos muy heterogéneos, es de 193 dólares al mes y en la clase media, empobrecida de manera brutal en los últimos años, es de 266 dólares al mes.

El ingreso varía notablemente de acuerdo a la zona del país. Mientras que en la capital, en promedio, los hogares cuentan con 252 dólares al mes, en Guayana, donde el declive de las industrias básicas es catastrófico, el promedio es de 95 dólares.

El estudio revela lo poco que ganan los venezolanos respecto a sus aspiraciones. Ante la pregunta: ¿cuántos dólares cree usted que le hacen falta para cubrir los gastos mensuales mínimos de su familia?, los hogares de clase baja, en promedio, afirman que necesitan un ingreso de 519 dólares al mes y los de clase media aspiran a 614 dólares.

Miguel Gutiérrez trabaja en el departamento de marketing de una compañía que fabrica envases y explica: «Digo que soy de clase media pero mi ingreso y el de mi esposa no nos permite cambiar el automóvil que tenemos desde 2008 o irnos de vacaciones.  Nos alcanza para los gastos de alimentación y servicios, debemos tres meses de condominio”.

El temblor

Al apartarse de los postulados del Socialismo del Siglo XXI y dar espacio a la iniciativa privada, el gobierno logró que reaparecieran los productos en los mercados, mientras que las empresas comenzaron a pagar bonos en dólares a los trabajadores. La producción de petróleo dejó de caer y la economía, que se redujo durante todo el período 2014-2021, tocó piso y comenzó un incipiente crecimiento.

El comercio y los servicios para la pequeña capa de alta renta, con ahorros en dólares y los mayores ingresos, se nutrió de nuevos restaurantes de lujo, bodegones repletos de productos importados y tiendas con ropa de marcas reconocidas. A la par, el gobierno cantó victoria y comenzó a hablar de una nueva era signada por la recuperación.

Pero tras los efectos rápidos y positivos de la eliminación de los controles afloró la inestabilidad de un gobierno que cubre buena parte del gasto con la emisión de dinero; de la desconfianza en la moneda y la constante compra de dólares, de la falta de reservas para estabilizar el tipo de cambio y de empresas poco productivas que pagan bajos salarios.

En junio de 2022 los venezolanos compraban un dólar con 5,5 bolívares y hoy necesitan 24 bolívares. La inflación, que se desaceleró hasta un dígito bajo al mes, hizo erupción por la depreciación de la moneda y en los últimos cuatro meses acumula un salto de 166% según el Observatorio Venezolano de Finanzas

La narrativa

En medio de la creciente inestabilidad el gobierno mantiene el discurso victorioso. El 10 de febrero Nicolás Maduro afirmó que el crecimiento de la economía venezolana «perfila proyecciones positivas, con un modelo postpetrolero que comienza a surgir”.

En la Serie del Caribe, recién finalizada, la administración de Nicolás Maduro inauguró un moderno estadio de beisbol que se asemeja a los de equipos de Grandes Ligas y la narrativa se centra en destacar el crecimiento de la economía, dejando a un lado que lo hace desde una base muy precaria.

El crecimiento de la economía en 2022 aún no tiene cifras precisas pero los gráficos del gobierno afirman que “será de aproximadamente 15%”, sin duda una buena noticia pero que por sus características está muy lejos de ser el umbral de una era de prosperidad.

El Banco Central oculta los datos, pero consultoras consideran que durante la gran recesión de 2014-2021 la economía venezolana se redujo en torno a 70%, como si un hombre de cien kilos comenzara a pesar treinta kilos. El crecimiento de 15% significa que este hombre enflaquecido aumentó su peso hasta 34,5 kilos: sigue muy lejos de parecerse a lo que fue.

El ilusionista

La precariedad del ingreso se siente con más intensidad en la administración pública. El gobierno no ajusta los salarios desde marzo de 2022 y en el caso de los maestros, un gremio que comenzó el año protestando en las calles, el salario base equivale a 15 dólares.

Economistas coinciden en que solo con una mayor disponibilidad de dólares el gobierno logrará revitalizar el optimismo y alejar la percepción de crisis, pero el margen de maniobra es limitado: la producción de petróleo es la cuarta parte de lo que era antes de la llegada del chavismo al poder y las sanciones limitan el uso de algunos activos.

Organismos internacionales y una larga lista de países considera ilegítimas las elecciones con las que Nicolás Maduro se reeligió en 2018 y mantienen sanciones que, por ejemplo, impiden que el gobierno haga uso de los Derechos Especiales de Giro que el Fondo Monetario Internacional repartió a sus miembros.

No obstante, en el segundo semestre del año, podría haber una mejora en la caja. La licencia otorgada a Chevron por Estados Unidos le permite aumentar sus operaciones en Venezuela y se espera un alza en la producción petrolera.

Además, en las negociaciones con la oposición, se acordó el uso de activos que permanecen congelados a fin de crear un fondo que inyecte recursos para atender a la población en pobreza crítica.

Para Nicolás Maduro es prioritario revivir la percepción de mejoría en el año previo a las elecciones presidenciales previstas para 2024. La incesante propaganda que el gobierno difunde a través de su hegemonía en los medios de comunicación ha tenido efecto, pero aún la mayoría de los venezolanos culpa al gobierno de la crisis.

Consultores 21 indica que ante la pregunta ¿cuál considera usted que es la principal causa de la crisis económica que está atravesando Venezuela?, el 55% señala la mala gestión del gobierno, 15% a las sanciones, 16% a la “guerra económica” y 11% al “sabotaje de la oposición”.