Venezuela y el petróleo (V) por Leopoldo López
El fin último de cualquier política petrolera es generar paz, bienestar y progreso. Por esta razón proponemos aumentar la producción petrolera hasta convertirnos en el principal productor y exportador del planeta. No por una razón nacionalista o económica; por una razón social. Por eso decimos que el petróleo es una bendición para nuestro país. Porque tenemos la oportunidad de apalancar el bienestar de millones de venezolanos, brindándoles oportunidades reales de superar la pobreza.
En el mundo existen muchos modelos exitosos como el noruego, con el que han logrado capturar ingresos excedentes para el bienestar de generaciones futuras a través del fondo de pensiones. Nuestro país tiene realidades muy distintas y debemos establecer los mecanismos que den prioridad a la lucha contra la pobreza, y mejoras de la salud y la educación de los más necesitados. Adicionalmente, debemos establecer mecanismos de ahorro que garanticen el bienestar de generaciones futuras. Por eso planteamos la creación del Fondo Solidario.
Nunca faltan las críticas, algunas constructivas y otras no tanto, de que se trata de seguir estrategias populistas que han sido negativas para el país, y que utilizando honesta y eficientemente los ingresos nacionales tales fondos no serían realmente necesarios.
No es verdad que una buena política económica es, directamente, una buena política social. Por ejemplo, nuestro PIB puede crecer 10% cada año pero dejando atrás a millones de personas que sin asistencia directa no podrán aprovechar el crecimiento para superar la pobreza.
El Fondo Solidario será creado con recursos de la renta petrolera y tiene como objetivos la superación de la pobreza extrema y la capitalización de un sistema eficiente de seguridad social. Ayudar a millones de venezolanos que se encuentran en una situación de pobreza extrema significa darles oportunidad de mejorar las capacidades básicas para su desarrollo social y económico, en particular, salud y educación.
En materia educativa debemos ayudar a las familias más necesitadas para que sus niños puedan acceder a la educación y mantenerse en el sistema, evitando así el abandono escolar, causa principal de que el niño pierda oportunidades de superación e incluso caiga en la delincuencia. Esto es posible mediante un subsidio y aporte directo a las familias con la condición de que el niño permanezca en el sistema escolar y asista a controles preventivos de salud.
¿En qué se diferencia este fondo de los del pasado y del presente? ¿No es populista la entrega directa de recursos a familias?
Se diferencia en mucho: en reducir la discrecionalidad fijando dos únicos objetivos para este fondo; la ejecución de los programas se realizarían en coordinación con los gobernadores y alcaldes, de manera descentralizada y a través del Consejo Federal de Gobierno, con eficiencia, gerencia y sin partidización; planteamos el apoyo del sector privado, a través de una coordinación con sus programas de responsabilidad social.
Otro punto diferenciador es la aplicación de un riguroso sistema de identificación de beneficiarios, mediante un estudio socioeconómico completo, a los fines de reducir la discrecionalidad en la definición de los beneficiarios. Incluso los criterios de prioridad pueden ser definidos por una ley promulgada por la AN, privilegiando a hogares en condición de pobreza alimentaria, hogares con integrantes de hasta 18 años de edad y hogares con mujeres en edad reproductiva. Su permanencia en los programas la determina el cumplimiento de sus corresponsabilidades: asistencia regular a los servicios de salud y a la escuela.
La superación de la pobreza debe ser una política de Estado, no de gobierno, y para ello debemos aprovechar nuestra riqueza petrolera. Fuerza y fe Venezuela.