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Dgcim detuvo a militar de CAVIM con arsenal de guerra

EN HORAS DE LA NOCHE DE ESTE SÁBADO, 24 de noviembre, la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), delegación Aragua, detuvo al coronel José Luis Ortiz, integrante de la Gerencia General de Metal Mecánica de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM), que funciona en Maracay.

Después de varios allanamientos, el cuerpo de seguridad incautó material militar, como fusiles, detonadores, explosivos y granadas de mortero.

El arsenal de guerra decomisado por la DGCIM es el siguiente:
3 Fusiles Automáticos Livianos (FAL) modelo M74.
04 Cargadores para FAL con capacidad para 20 cartuchos.
03 Porciones de explosivo plástico (C4).
02 Cordones detonantes con cuatro 04 detonadores.
05 Cintas eslabonadas con un total de 505 cartuchos calibre 7,62 x 51 mm.
05 Fusiles Automáticos Livianos con afectaciones M61T1.
03 Cajas verdes contentivas de 720 cartuchos calibre 7,62 x 39 c/u.
05 Granadas de Mortero calibre 60 mm. Modelo M49A4.
01 Mortero calibre 60 mm. 3/3

Más información en El Pitazo.

Foro Penal condena actuación del Estado y de los funcionarios en el caso de Óscar Pérez

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La ONG Foro Penal rechazó este miércoles, 17 de enero, los hechos ocurridos en El Junquito donde murieron nueve personas – incluyendo dos funcionarios de las FAES y Óscar Pérez, el piloto que robó un helicóptero policial en junio pasado y atacó con granadas sonoras las sedes de dos instituciones gubernamentales – por considerar que el Estado y sus funcionarios pasaron por encima de leyes y tratados, suscritos por Venezuela, en una situación que podría calificarse como «ajusticiamiento o ejecuciones informal».

«Aún en el supuesto de que, en los hechos acaecidos en fecha 15 de enero de 2018, se hubiese tratado de algún operativo legítimo que autorizara, de acuerdo a las normas vigentes, el uso diferenciado y progresivo de la fuerza pública y de las armas, en el contexto de una investigación penal legítima adelantada conforme a la normas respectivas, no se justifica en ningún caso, y es un craso contrasentido, que en un acto de pretendida ‘lucha contra la delincuencia’ el Estado mismo y sus funcionarios violen las reglas nacionales e internacionales que están obligados a cumplir en estas situaciones y se coloque, también, al margen de la ley», dice el documento.

La ONG indicó que resultaba «inaceptable» y violatorio de los derechos humanos que se permita, promueva o avale la participación de miembros de colectivos, o grupos paramilitares, que no tienen competencia legal ni entrenamiento en funciones de seguridad o de control del orden público.

Fustigó, además, la utilización de armas de guerra, como un lanzacohetes (RPG-7),  «contra ciudadanos que públicamente habían manifestado su intención de deponer las armas y de entregarse a las autoridades».

Lea el comunicado completo:

El Foro Penal, ante los sucesos ocurridos el día 15 de enero de 2018 en El Junquito, en los que de manera violenta perdieron la vida Oscar Pérez y al menos ocho personas más, expresa a los venezolanos y a la comunidad internacional cuanto sigue:

PRIMERO: Repudiamos cualquier acto de violencia o cualquier atentado contra la vida, sin distinciones. El derecho a la vida es inviolable, así lo establecen de manera clara el artículo 43 de la Constitución y múltiples Tratados Internacionales vigentes en Venezuela. Además, de acuerdo a los PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE EL EMPLEO DE LA FUERZA Y DE ARMAS DE FUEGO POR LOS FUNCIONARIOS ENCARGADOS DE HACER CUMPLIR LA LEY, adoptados en el Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, en La Habana, Cuba, el 07 de septiembre de 1990, es deber del Estado, incluso cuando cumple funciones policiales o de control del orden público, garantizar la vida y la integridad física de todos los ciudadanos, incluso la de aquellos que hayan sido señalados como autores o partícipes en hechos punibles, procurando en los operativos policiales y de seguridad, siempre que sea posible, el uso de armas no letales o incapacitantes con el fin de causar el menor daño posible a quienes se desea neutralizar o incluso a terceros inocentes, ajenos a los hechos; respetando el derecho de las personas a ser tenidas y tratadas como inocentes hasta que una sentencia definitiva y firme no disponga lo contrario y a ser sometidas, si corresponde, a la justicia formal, sin incurrir en prácticas que puedan ser consideradas como ajusticiamientos o ejecuciones informales o como la aplicación informal de la pena de muerte, expresamente prohibida en Venezuela por la Constitución.

SEGUNDO: Incluso en situaciones extremas es obligación del Estado, representado en los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, utilizar y agotar en la medida de lo posible medios no violentos antes de recurrir al empleo de la fuerza y de las armas de fuego. Solo se pueden utilizar la fuerza y armas de fuego cuando otros medios resulten ineficaces o no garanticen de ninguna manera el logro del resultado previsto, e incluso en estos casos los funcionarios actuantes deben actuar con moderación, tomando en cuenta objetivamente la gravedad de la situación de acuerdo al fin que se persiga, y reduciendo al mínimo posible los riesgos de daños a la vida e integridad física de las personas involucradas.

En consecuencia, aún en el supuesto de que, en los hechos acaecidos en fecha 15 de enero de 2018, se hubiese tratado de algún operativo legítimo que autorizara, de acuerdo a las normas vigentes, el uso diferenciado y progresivo de la fuerza pública y de las armas, en el contexto de una investigación penal legítima adelantada conforme a la normas respectivas, no se justifica en ningún caso, y es un craso contrasentido, que en un acto de pretendida “lucha contra la delincuencia” el Estado mismo y sus funcionarios violen las reglas nacionales e internacionales que están obligados a cumplir en estas situaciones y se coloque, también, al margen de la ley.

TERCERO: De acuerdo al principio 8 del antes mencionado conjunto de PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE EL EMPLEO DE LA FUERZA Y DE ARMAS DE FUEGO POR LOS FUNCIONARIOS ENCARGADOS DE HACER CUMPLIR LA LEY, no se podrán invocar circunstancias excepcionales tales como la inestabilidad política interna o cualquier otra situación pública de emergencia para justificar el quebrantamiento de los principios básicos que rigen el uso de la fuerza por parte de los funcionarios de seguridad del Estado.

CUARTO: Según al artículo 324 de la Constitución vigente en Venezuela, el monopolio en el uso de las armas lo tiene el Estado, representado en estos casos por los componentes regulares de las Fuerzas Armadas Nacionales y los cuerpos de policía, su uso está limitado por normas dirigidas a la protección los Derechos Humanos (Art. 332, segundo párrafo, de la CRBV) y especialmente de la vida e integridad física de las personas. Es absolutamente inaceptable, y constituye incluso una gravísima violación a los DDHH, que se permita, promueva o avale la participación de individuos o grupos civiles irregulares o paramilitares, sin competencia legal ni entrenamiento, en operaciones policiales o militares o, en general, en funciones de seguridad o de control del orden público.

QUINTO: El uso de armas de guerra, como lanzacohetes (RPG-7) y otras de altísimo potencial letal, contra ciudadanos que públicamente habían manifestado su intención de deponer las armas y de entregarse a las autoridades, constituye un grave delito y una flagrante violación a los Derechos Humanos.

SEXTO: En virtud de todo lo antes expresado exigimos, del Ministerio Público y de la Defensoría del Pueblo, una investigación independiente, exhaustiva, objetiva e imparcial sobre los hechos, no solo con el objeto de determinar la verdad de los hechos en cuanto a quienes han sido estigmatizados por el gobierno, sin haber sido jamás sometidos a la justicia formal, como “terroristas” o “criminales”, sino también dirigida a establecer, en los funcionarios policiales y militares actuantes, así como en los civiles involucrados, sus eventuales responsabilidades legales por el eventual uso ilegal, indebido y desproporcionado de la fuerza letal.

China desplazó a Rusia como principal proveedor de armas de Venezuela

 

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El informe “Venezuela: adquisiciones de sistema de armas y material militar 2013-2016”, elaborado por la asociación civil Control Ciudadano, estableció que China había desplazado a Rusia en los últimos años como principal proveedor de Venezuela en esta área.

El documento, publicado este miércoles 4 de enero, señala que el gobierno de Moscú, luego de ser el principal aliado en el proceso de reequipamiento militar iniciado en Venezuela en 2005 por el entonces presidente Hugo Chávez, fue relegado a un segundo plano por Pekín, que ha demostrado puntualidad en los plazos de instalación y ofrece mejores facilidades de crédito que los rusos.

El estudio también critica que Rusia, para el primer trimestre de 2016, no había terminado aún con las entregas del armamento comprado por Venezuela en 2009. Esto de acuerdo con una revelación que un alto funcionario estatal de la industria militar rusa hizo a la organización.

Subraya el informe que los rusos han incumplido “con los plazos para la instalación en el país de plantas para la producción de fusiles y municiones y de centros de entrenamiento y mantenimiento aeronáutico, que le fueron contratados en 2006”. En los casos de las fábricas de fusiles Kalashnikov y municiones, “las causas de la excesiva demora en su culminación son atribuibles a la corrupción en las altas esferas rusas”, detalla Control Ciudadano.

Maduro y las armas

A pesar del retraso, el suministro de material militar ruso continuará en 2017, según lo anunció recientemente el presidente Nicolás Maduro, quien ha continuado con la compra de armas que empezó Chávez, aunque no con la misma intensidad, comportamiento que pudiera explicarse por la crisis que vive la nación.

En el resumen del informe se destaca que la actual situación económica ha hecho que Venezuela reduzca sus adquisiciones militares en 90 % durante 2015-2016. Entre 2014 y 2015, justo en el período anterior, se registró la mayor adquisición de equipos y sistemas antimotín destinado a la Guardia Nacional Bolivariana. La época coincide con las protestas antigobierno que se registraron después del 12 de febrero de 2014.

Además, se resalta que “el hermetismo en torno al cumplimiento de contratos militares en Venezuela se ha acrecentado”.

“La falta de transparencia en las negociaciones del sector Defensa ha imposibilitado precisar la cantidad, modelo y costo de los sistemas de armas y equipos militares adquiridos por Venezuela entre los años 2013-2016. Se suma a esto, la existencia de acuerdos militares secretos suscritos con varios países, en particular con Rusia y Bielorrusia que la Asamblea Nacional en su momento (periodo 2011-2015) autorizó realizar”, dice el escrito.

La asociación civil criticó “la opacidad y la ausencia de control parlamentario en las adquisiciones de sistemas de armas en Venezuela”, un comportamiento que ya se ha apreciado de parte de Contraloría General de la República y de la Contraloría General de la Fuerza Armada Nacional, que no verifican los procesos, ni reclaman la ausencia de licitaciones para la escogencia o selección de los sistemas más idóneos para el país.

Estados Unidos, Países Bajos, Austria y Alemania también han proveído de armas a Caracas en los últimos tres años, reza el documento.

Un caso curioso es el del constructor naval holandés Damen, a quien se han encargado decenas de embarcaciones guardacostas y de apoyo logístico. En esas negociaciones, revela el informe, Cuba ha sido incluida como intermediaria de forma inexplicable.

“La aspiración para Venezuela de establecer una industria bélica local en el contexto del Fortalecimiento del Poder Militar, conceptualizada en 2004 por Hugo Chávez en una de sus tres líneas estratégicas relativas a la defensa nacional, ha fracasado. Además en la actualidad, la Fuerza Armada Nacional, está abocada a participar en áreas económicas que, en su mayoría, no están relacionadas directamente con la industria militar”, apunta el informe.

 

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González López: Estadounidense está relacionado con muerte del dirigente del Psuv Omar Molina

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CARACAS, Venezuela (AP) — Las autoridades venezolanas acusaron al joven mormón estadounidense Joshua Holt, quien fue detenido a finales del mes pasado, de almacenar armas de guerra y explosivos en la vivienda donde fue arrestado.

El ministro de Relaciones Interiores, mayor general Gustavo González López, dijo que Holt mantenía en su vivienda un «centro de almacenamiento de armas de guerra y explosivos» desde donde se habrían planificado y ejecutado atentados contra figuras del oficialismo.

En declaraciones difundidas por la televisora estatal, González López dijo que se encontró en la residencia del joven estadounidense en el complejo estatal Ciudad Caribia un «fusil de asalto AK 47, un facsímil de fusil M4, varias municiones, una granada, mapas y equipos informáticos».

El ministro afirmó que Holt, a quien identificó con el alias de Gringo, era un «pistolero entrenado» con un certificado de piloto de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos y una persona especializada en el uso de tecnologías, según investigaciones que realizaron en internet las autoridades locales.

Informó que la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) llevada a cabo en Ciudad Caribia formaba parte de una investigación para dar con los responsables del asesinato del dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Omar Molina.

“Esta pareja de delincuentes tiene claras vinculaciones con autoridades del municipio Sucre, estado Miranda, y la oposición venezolana está auspiciando a estos criminales”, afirmó.

El ministro igualmente explicó que “durante el enfrentamiento resultaron abatidas seis personas de la banda paramilitar, mientras que otras siete fueron aprehendidos tras incautársele armas de fuego (…) en la que cayeron la pareja de extranjeros”

Holt, de 24 años, llegó el mes pasado a Venezuela para casarse con Thamara Belén Caleño, una ecuatoriana que obtuvo la nacionalidad venezolana, quien también fue detenida por el mismo caso.

González López sostuvo que Holt y Caleño, de 25 años, se casaron sin cumplir con las leyes venezolanas.

Sin ofrecer mayores detalles, el ministro afirmó que los servicios secretos de Estados Unidos utilizan «distintas fachadas» que buscan concretar «objetivos de la guerra no convencional a través de acciones injerencias, (y) estimulan la confirmación de bandas criminales paramilitarizadas» en urbanismos estatales para desplazar a grupos oficialistas y ejecutar «actividades terroristas».

Las declaraciones del ministro coinciden con las informaciones que difundió del caso la Fiscalía General.

Un tribunal local ratificó a inicios de mes la detención de Holt y Caleño quienes fueron imputados de los delitos de «porte ilícito de arma de guerra» y «uso de facsímil de arma de fuego» luego que las autoridades policiales aseguran que encontraron en su vivienda un arma de guerra y una presunta granada.

La detención de Holt se ha convertido en el más reciente incidente en medio de las tirantes relaciones entre Caracas y Washington, que se mantienen sin embajador desde el 2010.