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Claves | 8 de cada 10 venezolanos está expuesto a un agua no apta para el consumo humano
La falta de suministro de agua ha ocasionado que más personas recurran a  fuentes alternativas
de abastecimiento según el informe.

La crisis por agua en Venezuela se ha agudizado en los últimos años y para la fecha ya no es sólo un asunto que afecta al interior del país, pues en la Gran Caracas también ha crecido, y para 2023 se reportaron más restricciones de acceso al agua y los niveles más altos de contaminación reportada por los hogares.

De acuerdo al más reciente Informe de Seguimiento de la Crisis Humanitaria en Venezuela de la organización HumanVenezuela, el año pasado hubo «una caída mayor a 60% de la cantidad de agua distribuida y de 90% en el funcionamiento de la infraestructura, equipamiento y sistemas de gestión y calidad del agua».

Las restricciones en este servicio aumentaron debido a que creció la duración de los racionamientos que afectaron al 69,1% de la población. A esto se sumó que 86% de la población estuvo expuesta a fuentes de agua contaminada, observándose altas señales de contaminación por el color y del agua que los hogares usan.

A falta de saneamiento, subió «el porcentaje de personas en hogares sin acceso a servicios de cloacas y aseo urbano en la comunidad».

Mayores restricciones y más hogares sin agua

Para 2022 y 2023 se incrementó el personaje de venezolanos afectados por restricciones constantes de agua pasando de 66,8% a 69,1%. Dentro de este personajes 43,5% a 45,5% elevó el porcentaje de quienes sufrieron interrupciones o racionamientos de agua que llega a las viviendas a través de la red de acueductos.

«Un 16,9% no recibió agua durante dos o más meses o nunca la recibió, 9,9% la
recibió una vez al mes, 8,7% cada dos semanas y 12,4% una vez a la semana 49,1% de las personas utilizaron la poca agua recibida para distintas actividades de higiene del hogar e incluso para la higiene personal y la relacionada con la higiene de los alimentos o de los utensilios para cocinar».

A su vez 33,4% redujo las cantidades de ingesta de líquidos diarios. Mientras 86% de la población utilizó fuentes de agua alternativas, teniendo que almacenar en botellones, bidones, además de la contratación de cisternas de agua.

Un 53,7% transportó el agua a pie, gran parte caminando largas distancias, y 60,2% la almacenaba en bidones o envases de pequeño tamaño. De 10,7% a 18,2%, creció el número de personas que utilizan pozos subterráneos para abastecerse de agua. Gran parte de estos pozos creados inadecuadamente.

«Subió, de 15,9% a 16,9%, el uso de las pilas o tomas públicas; de 9,3% a 12,1%, el agua recogida en manantiales, ríos o caños; y, de forma muy significativa, la práctica de buscar ayuda en casa de vecinos o familiares, que pasó de 1,9% a 37,9%. Con el incremento extraordinario de la frecuencia de lluvias en el país durante casi todo el año, creció además, de 0,9% a 20,9%, el uso de la captación de aguas pluviales» , expresa el informe.

Además, 55,6% reportó riesgos de contaminación cerca de donde se abastecen de agua, un 27,7% por estar al aire libre, 35,8% por estar presentes residuos sólidos y 9,2% por estar cerca de sustancias químicas.

Venezolanos se abastecen con agua no apta para el consumo humano

Según el informe de HumanVenezuela 86% de la población está expuesta a un agua no apta para consumo humano. «Los problemas de contaminación del agua causan enfermedades como las diarreas, que aumentaron de 6,9% a 9,3% entre 2022 y 2023» , precisaron. 

En tanto, en 74,6% se estimó la cifra de quienes tienen servicios deficientes de recolección de aguas servidas por la red de cloacas y de servicios domésticos o residenciales de aseo urbano en su comunidad.

Crisis hospitalaria: el agua es un recurso inexistente
70,9% de los centros de salud del país se ven afectados por la crisis del servicio 

Universalmente se le reconoce al agua la cualidad de derecho humano, por lo que su acceso debe ser común para todas las personas con independencia de su género, clase social o preferencia política. Este derecho no se limita a únicamente a contar con agua, sino que se trata de un derecho multifactorial que incluye, entre otros elementos, el derecho de las personas a este recurso; la responsabilidad de los poderes públicos de garantizarlo; el servicio de acceso a todas las personas; y el ámbito de aplicación de los Estados.

En Venezuela, tal como ocurre con otros servicios públicos, el agua presenta diversas fallas en todo el país. El Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), en un monitoreo reciente a 12 urbes del país, registró un descontento generalizado del 61% de los encuestados que calificaron negativamente la calidad del servicio de agua potable que reciben en sus hogares; de estos, un 71,9% lo hizo debido a la inconstancia en la recepción del recurso.

Asimismo, la muestra de 12 ciudades respecto a la frecuencia con la que se percibe el agua potable en nuestro país arrojó que 9,4% recibe el agua tan sólo una vez a la semana y 8,4% no recibe agua de ninguna forma. Ante esta perspectiva tan difícil de afrontar en los hogares del país resultaría importante conocer cómo afectan estas fallas a los centros de salud venezolanos, que ya enfrentan otras vulnerabilidades propias de una crisis hospitalaria como la falta de insumos, equipos inoperantes, bajos salarios y déficit de especialistas.

¿Qué pasa en los hospitales y centros de salud pública?

Según datos de Monitor Salud, 70,9% de los centros de salud del país se ven afectados por la crisis de servicio de agua potable. La situación se agudiza en el interior del país: en 12 de 16 hospitales del oriente no llega el recurso a la totalidad de las áreas, mientras que en occidente solo en 7 de 20 centros de salud el servicio de agua potable cubre todas las áreas del centro. 

Esta situación ha llevado a quienes laboran en estos hospitales a buscar alternativas tanto para ellos como para las personas que acuden buscando asistencia médica. En 13 de 20 centros de salud del occidente cuando no se obtiene agua a través de las tuberías el servicio es suministrado a través camiones cisternas. En el resto, el servicio llega a través de pozos.

Sin embargo, no es una opción para todos los hospitales que constantemente reportan fallas o racionamiento de este servicio. En uno de los principales centros de salud de la capital, el Hospital Vargas, almacenan agua en envases (algunos de una capacidad menor a 2 litros) para mantener en funcionamiento sus baños cuando no llega el agua a través de las tuberías.

En Zulia, uno de los estados más afectados por las fallas en los servicios públicos, la crisis hospitalaria ha alcanzado niveles particularmente preocupantes. En los principales centros de Maracaibo, el Hospital de Chiquinquirá y el Hospital Universitario de Maracaibo, la falta de agua y las fallas eléctricas afectan en gran medida su funcionamiento.

El tener que enfrentar la pandemia por el virus del SARS-CoV-2 sin contar con agua ha llevado al primer centro centinela del Zulia, el Hospital Universitario de Maracaibo, a solicitar para la atención de personas con la infección por SARS-CoV-2, el agua, tan necesaria para que el personal de salud pueda cumplir con las medidas mínimas para evitar el contagio.

El médico infectólogo Julio Castro, que coordina la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) desde el año 2015, se ha referido a cómo esta ausencia de agua en los centros de salud es un indicador inequívoco de la persistencia de la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC)que atraviesa Venezuela: “60% (de los centros de salud) todavía hoy, después de cinco años, tiene agua intermitente dos veces a la semana o no tiene agua”.

Las personas con condiciones renales son las más afectadas

Las fallas en el servicio de agua en los centros de diálisis del país solo suponen una cosa: la paralización de las jornadas de diálisis; ya sea por la reducción de horas y turnos para distribuir el agua disponible o por la suspensión definitiva de los tratamientos hasta que sea reintegrado el servicio. 

Algunos de estos centros han optado por buscar alternativas para aminorar los efectos que producen las fallas del servicio y contratan camiones cisternas, ello tampoco garantiza el acceso al tratamiento. Muchas veces, son los mismos usuarios quienes buscan reunir el dinero necesario para la contratación de cisternas; como sucedió en Centro Nefrológico del Zulia (Nefrozulia) donde quienes no pudieron dializarse (segundo y tercer turno) reunieron 40 dólares por 10.000 litros de agua teniendo que elegir entre adquirir alimentos o pagar el agua para sus tratamientos.

Esta incertidumbre sobre cuándo podrán dializarse las personas con condiciones renales, ha generado protestas exigiendo el cumplimiento de sus derechos humanos. Quienes requieren diálisis no tienen más opción que esperar el envío de camiones cisterna o que se restablezca el servicio: “Aquí todo depende del agua. Si hay, nos dan tres horas de tratamiento; si no, solo dos, para que rinda para todos”. 

La situación de las personas con condiciones nefrológicas es tan delicada que en una oportunidad un grupo de afectados de la unidad de diálisis ubicada en el Centro Comercial El Sol (Maracaibo) cerró la avenida Sabaneta, Allí, los funcionarios de la Guardia Nacional pararon a camiones cisternas para quitarles el agua y surtir al centro de salud. “Primero agarraron un camión, pero el agua era salada y no servía; después, agarraron otro y esa sí sirvió. El punto es que esto no debe de pasar (…)”, sentenció el familiar de una mujer que requería dializarse.

Lamentablemente, esta inconstancia en el acceso al tratamiento por las fallas en el servicio de agua potable ha causado complicaciones en las personas con condiciones renales e inclusive el fallecimiento de algunos ante la paralización por más de 24 horas de las unidades de diálisis. 

Baños de hospitales: focos de infecciones y bacterias

Según el informe Global progress report on WASH in health care facilities: fundamentals first de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, en los centros de atención de salud resulta esencial el cumplimiento de los requisitos mínimos en materia de agua, saneamiento e higiene. Los servicios de saneamiento básicos envuelven el acceso a baños o letrinas que garanticen la higiene del espacio sin que implique un riesgo para la salud de quienes los utilizan. 

Usuarios del Centro Cardiológico de Maracay denunciaron en el mes de marzo el colapso del sistema de aguas servidas, vale indicar que esta situación aumenta los riesgos a la salud no solo de quienes asisten en el centro sino también de todo su personal. Mientras que, debido a las aguas negras desbordadas y baños inservibles, quienes se encuentran hospitalizados el Hospital Central de Maturín “se ven obligados a hacer sus necesidades en bolsas”.

Un servicio que debe ser garantizado 

Finalmente, tal como lo indicó el Secretario General de la ONU, António Guterres, el acceso a los servicios de agua, saneamiento e higiene resultan “los requisitos más básicos para prevenir y controlar infecciones y garantizar la calidad de la atención. Son fundamentales para respetar la dignidad y los derechos humanos de cualquier persona que necesite atención médica, y también de los propios trabajadores de la salud”. De allí la importancia de su cumplimiento a todos los venezolanos, teniendo especial énfasis en aquellas poblaciones más vulnerables ante su ausencia, como aquellos que presentan diversas condiciones de salud y personal médico. 

El Estado debe garantizar a sus ciudadanos la disponibilidad y accesibilidad física a estos servicios que constituyen factores determinantes básicos de la salud, como agua limpia potable y condiciones sanitarias adecuadas, desarrollando políticas de salud que aseguren el cumplimiento, distribución y administración de este recurso vital para todos los seres vivos sin distinción.

OVSP: 25% de los venezolanos recibe agua potable de forma continua
Al comparar los recientes resultados con los del estudio de noviembre de 2020, se evidenció un incremento del total de usuarios que reciben el agua de manera continua, pasando este grupo de 18,6% a un 25,0

Un estudio del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) llevado a cabo en enero de 2021 en 12 ciudades del país detalló que apenas 25% de los ciudadanos recibe el servicio de agua potable de forma continua, a pesar de que 89,7% de ellos está conectado al sistema de tuberías en su hogar.

Precisaron que 10,1% de los consultados recibe el servicio dos veces a la semana,  9,4% por igual para las frecuencias de tres y una vez por semana, seguido de un 8,4% de los ciudadanos que señalaron no recibir ni una gota de agua en sus hogares. 

San Cristóbal es la ciudad que obtuvo la mayor proporción de recepción de agua manera continua con 64,8%, seguido por Mérida con 63,1% y Barinas con 34,5%.

Punto Fijo, Maracaibo y Porlamar son las ciudades con las menores proporciones al alcanzar apenas 1,9%, 2,5% y 5,9%, respectivamente.

Y Ciudad Bolívar es la localidad que tiene la peor situación: 27,5% de los usuarios no recibe agua. Punto Fijo y Maracaibo le siguen, con 22,6% y 14%.

Hubo un incremento del total de usuarios que reciben agua potable de manera continua en comparación con los datos obtenidos por el OVSP en noviembre de 2020: pasó de 18,6% a 25%.

A pesar de este aumento, la valoración de las personas sobre la calidad del servicio sigue correspondiendo a opiniones negativas al arrojar 61% con Punto Fijo (83,6%), Porlamar (82,6%) y Maracaibo (82,4%) a la cabeza.

Los usuarios indicaron que dichas calificaciones negativas se fundamentan en la inconstancia del servicio (49,6%), la ausencia total (22,3%) y a las características del recurso que reciben (color, olor, sabor: 13,9%).

Con información de El Nacional

Sitios con escasez de agua podrían propagar más el virus
Según el grupo de beneficencia WaterAid, unos 3.000 millones de personas —desde comunidades indígenas en Brasil hasta aldeas devastadas por la guerra en el norte de Yemen— no tienen dónde lavarse las manos con jabón y agua limpia en sus hogares

 

Para muchas personas en todo el mundo afectadas por la pobreza o la guerra, el simple acto de lavarse las manos es un lujo. Varias organizaciones de ayuda humanitaria dicen que, tal como le sucede a los venezolanos, alrededor de 3.000 millones de personas no pueden lavarse las manos en casa y que los puntos de reunión comunales para la distribución de agua son lugares donde se puede propagar el coronavirus.

A un grupo le preocupa que los fondos globales se enfoquen en posibles vacunas y tratamientos y que descuiden la prevención.

En Venezuela, el servicio de agua corriente es un bien escaso. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, para diciembre de 2019, 93,8% de los hogares en las 10 de las principales ciudades del país almacenaba agua potable. De ese grupo, 38,6% señaló que mantenía reservas para más de cinco días ante la deficiencia del servicio, mientras que casi 20% debía desplazarse a diversos lugares para obtener el recurso.

«Las dificultades relacionadas a la recepción oportuna del agua en las residencias, lleva a los venezolanos a realizar ciertas prácticas para tener reservas, las cuales incluyen el pago de cisternas, el acarreo de recipientes desde lugares públicos, la compra de agua embotellada y la recolección del agua de lluvia, realizada con menor frecuencia durante la época de sequía», indica el informe del Observatorio.

En Zimbabue, el agua limpia a menudo se guarda más para tareas diarias como lavar los platos y descargar los inodoros que para lavarse las manos.

Naciones Unidas dice que sólo en la región árabe, alrededor de 74 millones de personas no tienen acceso a una instalación básica de lavado de manos.

Violet Manuel, de 72 años, se sumó a decenas de personas que hacían fila para obtener su ración diaria en la ciudad densamente poblada de Chitungwiza, en Zimbabue. ”¿Distancia social aquí?”, preguntó Manuel con amargura. Suspiró aliviada una vez que recibió sus 40 litros asignados (10,5 galones) pero le preocupa el riesgo de contraer el coronavirus que provoca el COVID-19.

“Obtuve el agua, pero es probable que yo también tenga la enfermedad”, dijo a The Associated Press. Y, sin embargo, sus planes para el agua no incluían lavarse las manos, sino tareas “más importantes”, como lavar los platos y descargar el inodoro.

Dichas opciones ponen de manifiesto las dificultades para prevenir la propagación del coronavirus en barrios marginales, campamentos y otros asentamientos abarrotados en todo el mundo donde el agua limpia es escasa y la supervivencia es una lucha diaria.

Según el grupo de beneficencia WaterAid, unos 3.000 millones de personas —desde comunidades indígenas en Brasil hasta aldeas devastadas por la guerra en el norte de Yemen— no tienen dónde lavarse las manos con jabón y agua limpia en sus hogares. WaterAid teme que los fondos globales se enfoquen hacia la creación de vacunas y tratamientos sin “ningún compromiso real con la prevención”.

La vinculación definitiva entre la tasa de contagio del COVID-19 y el acceso al agua no es fácil sin una investigación más profunda, comentó Gregory Bulit , quien trabaja con el equipo de agua y saneamiento de UNICEF, “pero lo que sabemos es que, sin agua, el riesgo aumenta”.

Casi una década de guerra civil ha dañado gran parte de la infraestructura hídrica de Siria, y millones deben recurrir a medidas alternativas. En el último territorio controlado por los rebeldes, Idlib, donde las operaciones militares más recientes desplazaron a casi 1 millón de personas, los recursos están muy agotados.

El residente en Idlib Yasser Aboud, padre de tres hijos, dijo que ha duplicado la cantidad de agua que compra para mantener a su familia limpia en medio del temor de contagiarse del virus. Él y su esposa perdieron sus trabajos y deben reducir el gasto en ropa y comida para pagarla.

En Manaus, Brasil, 300 familias en una comunidad indígena pobre tienen agua apenas tres días a la semana, de un pozo sucio.

“El agua es como el oro por aquí”, dijo Neinha Reis, de 27 años y madre de dos hijos. Para lavarse las manos, dependen de donaciones de desinfectante. Reis y la mayoría de los otros residentes se han enfermado con síntomas similares a los de COVID-19 en el último mes.

CLAVES 6 medidas preventivas para potabilizar el agua

LA INTERRUPCIÓN DEL SERVICIO ELÉCTRICO que afecta desde el jueves 7 de marzo a gran parte del país, comprometió el suministro de agua potable en las comunidades.

La opción que han tenido los residentes, especialmente aquellos quienes viven en zonas de mayor vulnerabilidad para calmar la sed y asearse, por ejemplo, es acudir a las tomas de agua, ubicadas en pozos y desembocaduras y orillas de ríos.

Sin embargo, el líquido que proviene de esas fuentes no es apto para el consumo humano y, por consiguiente, aumenta el riesgo de contraer enfermedades gastrointestinales.

Infectólogas como Ana Carvajal, del Hospital Universitario de Caracas, y María Graciela López, presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, recomiendan, como alternativa segura para frenar la incidencia de diarreas y otras enfermedades, hervir el agua antes de ser consumida.

Incluso, cuando no hay la posibilidad de calentarla, tratar de clorarla. Aquí seis claves para tratar el agua:

 

HERVIR EL AGUA

Coloca a calentar el agua y espera a que llegue a llegue a su punto de ebullición o hierva, que es cuando el líquido se agita tras la fogosidad.

Cuando percibas este movimiento en el agua, no apagues de inmediato; dejar que el líquido se caliente por un intervalo de tres minutos durante el hervor, incluso por diez minutos. Eso garantizara la eliminación correcta de bacterias, parásitos y virus que contenga el agua.

Ana Carvajal recomienda incluso que el agua de botellón debe ser hervida, pues asegura que hay estudios científicos que han demostrado la presencia de agentes patógenos en estas aguas.

María Graciela López sugiere que luego de hervir, debe dejar reposar el agua por una hora para que las partículas se sedimenten en el fondo. Luego, vaciar en otro recipiente con sumo cuidado y desechar el resto donde queda el material acumulado.

Carvajal sostiene que el agua de hielo también se puede consumir, solo si es potable. Alerta que la congelación del agua no elimina algunos agentes infecciosos, como la bacteria que produce cólera.

Esta agua también debe hervirse. Ahora, no todos les gusta el sabor del agua hervida. López recomienda que, una vez hervida, debe batir un poco para que el líquido entre en contacto con el oxígeno y resulte más agradable al gusto.

 

CLORAR EL AGUA

Otra opción es aplicar cloro al agua.

Es importante seguir al pie de la letra estas recomendaciones, pues el uso de cloro también produce daños en el organismo. María Graciela López, incluso, agrega que sí se puede clorar y, luego, hervir, mejor.

 

LOS NIÑOS DEBEN BAÑARSE CON AGUA PREVIAMENTE HERVIDA

Carvajal y López coinciden en que un agua de dudosa procedencia es ingerida por los niños durante el baño, incluso el agua está en contacto con sus mucosas, por lo que corren el riesgo de contraer infecciones.

 

NO TOMAR AGUA NI JUGOS EN LA CALLE

Para minimizar los riesgos, Carvajal recomienda que las personas eviten tomar agua en la calle, si sospecha o percibe que no es apta para el consumo humano o no cumple con las características propias del agua (limpia, inodora, incolora, transparente).

No se sugiere comprar jugos u otras bebidas en la calle, debido a que pudieron ser preparadas con agua no potable.

EVITE TOMAR AGUA DE RÍOS, RIACHUELOS, POZOS Y EMBALSES

López señala que el agua de ríos o pozos no deben consumirse.

Señala que esas aguas se contaminan mientras siguen su cauce. Por ejemplo, resalta, tienen excrementos de animales u otros desperdicios perjudiciales para el organismo.

López indica recomienda que las aguas que desembocan cerca de ríos, como El Guaire, no sean consumidas por la alta concentración de contaminantes cercana a la cuenca.
TAPAR EL AGUA ADECUADAMENTE

Carvajal agrega que las aguas recogidas y hervidas, que sean depositadas en envases, deben taparse y protegerse bien.

Señaló que, al estar expuesta, los mosquitos causantes de enfermedades como dengue pueden poner sus huevos, incluso pueden estar en contacto con roedores que defecan u orinan el agua.

Smolansky: Más de 30% del agua que llega a El Hatillo se desperdicia por negligencia de Hidrocapital

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El alcalde del municipio El Hatillo David Smolansky explicó que es responsabilidad de Hidrocapital que actualmente el 30% del agua potable que circula en el municipio se está perdiendo por botes causados debido a la falta de mantenimiento de la red de acueductos.

Esto lo informó desde la Avenida Intercomunal de La Boyera a la altura de la curva de Los Manantiales, donde el día martes una tubería de 16 pulgadas de diámetro que surte de agua parte del municipio se fracturó. Esto inundó estacionamientos de edificios aledaños y dos apartamentos, ante lo cual se desplegó Protección Civil El Hatillo, Polihatillo y la Dirección de Obras y Servicios Públicos de la Alcaldía de El Hatillo para tomar medidas preventivas en el lugar.

“Yo responsabilizo de lo que está ocurriendo en el municipio a Hidrocapital. Su negligencia, incapacidad, indiferencia y la poca voluntad que tiene para articular políticas públicas tienen a nuestro municipio completamente colapsado, afectando la movilidad, la calidad de vida y la seguridad, porque tenemos a Polihatillo y a Protección Civil El Hatillo atendiendo esta contingencia”, expresó el alcalde.

“En estos momentos tenemos en el municipio 34 botes, de los cuales 26 son de aguas blancas y 8 de aguas servidas. Hay 27 hundimientos o reparaciones pendientes y dos tapas de boca de visita desaparecidas. Más del 30% del agua que llega al municipio El Hatillo hoy se está desperdiciando”, agregó Smolansky.

El día miércoles Hidrocapital reemplazó la tubería rota y el jueves comenzaron los trabajos de relleno del hundimiento. Sin embargo, el alcalde anunció que la semana que viene acudirá junto con vecinos a la sede de la empresa estatal de aguas para exigir mantenimiento de la red de acueductos de El Hatillo y para hacerle saber cuánto ha invertido la Alcaldía por restitución de vialidad que era competencia de Hidrocapital.

 

*con información de nota de prensa

Decretan estado de emergencia en Falcón por falta de agua potable

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Según la Gaceta Oficial Nº 40.696 que circula este martes 7 de julio, se decreta emergencia en el estado Falcón por falta de agua potable en el estado.

A través del Decreto Presidencial Nº 1.861 «se declara el estado de emergencia en todo el territorio del estado  sobre la prestación del servicio público de agua potable y sus instalaciones y bienes asociados, por un lapso de sesenta (60 días), prorrogable», cita texto.

En el documento, se autoriza al Ministerio de para Ecosocialismo y Aguas a dictar por vía de excepción las «medidas especialísimas» que estime pertinentes con el  fin suministrar agua potable a los habitantes de la entidad.

También instruye a la Hidrológica de los Médanos Falconianos, CA (Hidrofalcón CA) a acelerar cronogramas de ejecución de las obras atinentes e inversiones en la infraestructura para la prestación del servicio público de agua potable, así como adoptar todas las medidas técnicas y económicas necesarias para conservar la continuidad del servicio, entre ellas podrán acordar, previo acto motivado, contrataciones o adjudicación directa.

Con información de El Nacional

Ene 07, 2015 | Actualizado hace 9 años
La máquina que convierte heces en agua potable

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La Gates Foundation promueve la máquina Janicki Omniprocessor, que seca los desechos orgánicos y limpia el agua resultante para que pueda ser consumida

El fundador de Microsoft y filántropo Bill Gates promueve una máquina que convierte los desperdicios orgánicos en agua potable, electricidad y ceniza. Se llama Janicki Omniprocessor y actualmente está en proceso de prueba en Senegal.

La máquina forma parte del esfuerzo de la Gates Foundation por mejorar las condiciones sanitarias en países en desarrollo y de manejar los desechos de manera más inteligente y ecológica.

El procesador lleva su nombre por Peter Janicki, el CEO de Janicki Bioenergy, que desarrolló el mecanismo que seca los desperdicios, los quema y con el vapor resultante produce energía eléctrica. El agua removida durante el proceso de secado se filtra y se limpia lo suficiente para ser segura para beber.

De acuerdo a Gates, los desperdicios orgánicos son sumamente contaminantes para el agua en países pobres que usan letrinas, lo que ocasiona la muerte de más de 700 mil niños cada año. Por eso, desde 2011, el empresario impulsa esfuerzos para contrarrestarlo, como el concurso por rediseñar el escusado y convertir los desechos en combustible o en fertilizante.

Para ver el Janicki Omniprocessor en acción, vea el video: