Venezolanos en Chile viven en refugios esperando un vuelo humanitario - Runrun
Venezolanos en Chile viven en refugios esperando un vuelo humanitario
Mientras están a la expectativa muchos se han contagiado de COVID-19

@gchenriquez1 // Imagen: Abrahan Moncada. 

Junior Rojas, un padre de familia de 41 años, emigró de Venezuela hacia Chile en diciembre de 2019. Su objetivo era llevar a su esposa e hija de 13 años al país sudamericano, luego de conseguir trabajo. Pero con las protestas iniciadas a mediados de octubre de 2019, que se extendieron hasta febrero de 2020, y la posterior llegada de la pandemia del coronavirus al continente en marzo, sus planes se cayeron. 

No pudo tramitarle la visa a sus familiares y tampoco conseguir trabajo en medio de la golpeada economía mundial. “Decidí venirme para buscarle un mejor futuro a mi hija, una niña de 13 años. Quería darle mejor calidad de vida, mostrarle cosas diferentes ya que con la situación de Venezuela no se podían hacer muchas cosas y decidí venirme pero bueno, tuve mala suerte”, dijo Rojas en una entrevista a RunRun.es. 

Desde el 16 de mayo vivió junto a otros  600 venezolanos a las afueras de la embajada del país en Santiago, Chile. La solicitud que todos hacían al gobierno de Nicolás Maduro era la habilitación de vuelos humanitarios o del Plan Vuelta a la Patria, para así retornar a Venezuela. 

El venezolano durmió en carpas y recibió donaciones -como todos- de comida, agua, productos de higiene, ropa y abrigo. Al llegar el invierno al país y aumentar el riesgo de contraer coronavirus, fueron trasladados a refugios. 

Rojas, junto a 59 personas más, fue ubicado en el Colegio Arturo Alessandri, una instalación que sirve como albergue. A los dos días de haber llegado, las autoridades sanitarias realizaron pruebas de detección de coronavirus y 53 de 60 personas -Rojas incluido- resultaron positivos. 

Esto hizo que el venezolano de 41 años fuera desplazado, otra vez, a un hotel llamado Residencias Sanitarias para ser atendido durante una semana y cumplir la cuarentena en aislamiento. “Ahí tuvimos las tres comidas igual, una habitación y baño para cada uno y médicos que nos revisaban dos veces al día. Lo único incómodo fue el encierro, pero de resto, todo bien”, dijo. 

De vuelta en el colegio, cuenta a RunRun.es que la atención en el refugio también es muy buena. Duerme en un salón de clases con al menos dos personas más y recibe comidas a partir de donaciones que personas hacen en un centro de acopio. Sin embargo, a pesar de que ahora se encuentra más cómodo y seguro que cuando se vio obligado a vivir a la intemperie, asegura que solo quiere volver a Venezuela. 

Explica que cuando vivía en su país natal tenía un puesto de ventas de periódicos en la estación de metro Propatria. Al regresar, planea buscar algún empleo u oficio que le permita capitalizar dinero para emigrar a otro país con su familia; algo que se ha visto obligado a hacer incluso antes de haberse mudado a Chile. 

Rojas había emigrado antes a Barranquilla, Colombia, pero luego de un mes decidió devolverse a Venezuela para armar un nuevo plan de emigrar hacia Chile, un país que prometía mucho. 

Ahora, luego de ocho meses en el extranjero y en medio de un invierno con temperaturas de entre 0 y 9 grados para el que no se había preparado, Rojas explica que la Municipalidad de Providencia está tratando de coordinar un autobús que lleve a los 30 venezolanos que aún quedan en el refugio hasta Cúcuta, Colombia. 

“Unos se han ido a casa de familiares, otros se han ido a las fronteras a riesgo propio, pidiendo colas, pagando pasajes o haciendo lo que pueden. Ya algunos llegaron a la frontera y supuestamente los han devuelto porque todas las fronteras están cerradas”, dijo. 

Además de tratar de coordinar una salida por vía terrestre, los venezolanos varados han tratado de contactar a las autoridades por medio de la municipalidad para coordinar un vuelo que los traiga a casa, pero el gobierno de Venezuela no responde. A la fecha, aún quedan más de 540 venezolanos en Chile esperando regresar al país.