Socialismo: el camino más largo al capitalismo
La necesidad de sobrevivir a las sanciones económicas obliga al gobierno a ser pragmático y olvidarse del socialismo estatista que no dio resultados. El Estado ya no puede sostener empresas públicas en bancarrota que no facturan ni siquiera para pagar la nómina y solo pueden sostenerse gracias a las transferencias que reciben del BCV.
Estas son emisiones de dinero sin respaldo que exacerban una voraz hiperinflación; destruyen los presupuestos de hogares, empresas e instituciones; aumentan el malestar social y generan un costo político-electoral que el gobierno no quiere pagar en las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes.
Para mantenerse en el poder, el oficialismo está repensando el modelo económico basado en el control del Estado sobre la industria petrolera y otros sectores de la economía.
Según el contenido de la Ley Antibloqueo y del mensaje presidencial a la Asamblea Nacional, el gobierno está dispuesto a dar un viraje a la política nacionalista y estatista, cediendo la operación de las empresas mixtas a sus socios privados y privatizando buena parte de las empresas públicas que terminaron quebradas por el burocratismo y la corrupción.
Ley Antibloqueo y el fantasma de la privatización rusa
@victoralvarezr La necesidad de sobrevivir a las sanciones económicas obliga al gobierno a ser pragmático…
Al referirse al proceso de privatización en Rusia, el premio nobel de Economía Joseph Stiglitz escribió: “El resultado (…) fue que un puñado de amigos y socios de Yeltsin se convirtieron en multimillonarios, pero el país fue incapaz de pagar a los jubilados su pensión de 15 dólares mensuales”.
A diferencia de un modelo económico que crea capacidades productivas y tecnológicas, el capitalismo de clientes no busca estimular las fuerzas productivas, sino el saqueo de los recursos públicos y el despojo de la empresa privada. No destina recursos a construir grandes emporios económicos, no invierte en capital humano ni en el fortalecimiento de capacidades tecnológicas e innovativas. Su interés no es generar prosperidad sino acumular jugosas ganancias en negocios de alto riesgo.
El capitalismo de clientes surge en un contexto de restricciones presupuestarias y su modalidad es prestar auxilios financieros de alto costo para oxigenar a un gobierno asfixiado por el bloqueo y aprovechar así el remate de activos públicos subvaluados por los estragos de la crisis.
Runrunes de Bocaranda: ALTO – ¿YA NO HAY QUÉ ROBAR?
@victoralvarezr La necesidad de sobrevivir a las sanciones económicas obliga al gobierno a ser pragmático…
La apertura del mercado interno, el levantamiento de los controles de cambio y de precios, la desregulación y liberalización de la economía, la privatización de empresas públicas y la creciente dolarización transaccional y financiera significan que las sanciones están generando unos efectos que los sancionadores no buscaron ni calcularon: un cambio económico sin cambio político está en marcha en Venezuela.
Ver video YouTube “El capitalismo de clientes” https://youtu.be/k3ReLIRB_mo
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