ALTO

OSLO 1: 

Conversaciones, negociaciones o diálogos como los dos celebrados en la capital noruega entre representantes de la democracia política y el régimen dictatorial venezolanos no son para esperar en apenas horas soluciones a los problemas acumulados en veinte años de un bien planificado plan destructor de las libertades nacionales. Los ejemplos de muchos países donde se han llegado a acuerdos entre partes enemigas son válidos para pensarlos en este momento donde el cansancio, el hastío, la incredulidad, el desasosiego y el pesimismo, inspirados e inoculados desde las esferas del rojo y criminal poder han rendido sus frutos. Por eso la pérdida de confianza de muchos en los diálogos que como el mas reciente en Dominicana frustraron a la vasta mayoría que se opone a continuar inmersa en un país cada vez mas difícil para sobrevivir. Sin embargo, debo decir que aunque no se llegó a un acuerdo en esta primera vez en que se veían las caras las dos partes convocadas por los expertos noruegos en resolución de conflictos, viene una tercera reunión en los días próximos. Se esta yendo en el camino correcto. Los demócratas insisten en la ruta establecida. No puede estar Nicolás Maduro al frente de la presidencia ilegítima de Venezuela mientras se prepara el camino para una elecciones libres y justas. No es un capricho de Juan Guaidó y los partidos democráticos. Sepamos que para que haya elecciones justas y libres se requiere tiempo. Hay que actualizar el registro electoral, nombrar nuevos rectores, asegurarnos que voten los venezolanos en el exterior, requerimos auditoría tecnológica y censo del personal. Para cumplir estos requisitos, para tener elecciones justas y libres, se requiere de unos 10 a 12 meses. Por ello se habla de gobierno de transición. A su vez para eso se requiere definir el esquema de gobierno que regirá durante ese tiempo. Este ha sido el planteamiento de la oposición desde el día uno y se mantiene. Así lo supe y por eso lo comparto. También que los delegados de Maduro Moros insistieron, como rojo punto de honor, que éste se quedara en la presidencia durante ese período. Algo inaceptable no solo para los delegados o los demócratas. Inaceptable para todo un país que en su mayoría, 85%, quiere que Maduro deje la presidencia pues ya no confía en él. Es natural que en ese primer encuentro esa haya sido la respuesta oficial. Vendrá luego definir con la parte roja cómo sería ese esquema de gobierno de transición como lo han sugerido y reforzado todos los entes que han tratado de aportar soluciones y buscar una salida pacífica a la debacle de Venezuela.  El otrora país próspero y con una mejor calidad de vida que muchos de los ciudadanos de los países de la región pudieron disfrutar cuando la situación era a la inversa de hoy y los venezolanos los acogimos sin diferencias algunas.

OSLO 2: 

El comunicado del presidente (e) Guaidó, después del encuentro en Noruega, ha sido muy prudente. No ha habido acuerdo, pero reconoce el valor de la iniciativa de los noruegos. No afirma pero tampoco rechaza seguirla acompañando. Menciona que el proceso no detiene los esfuerzos que en todos los ámbitos continúan. Indica que insistirán en los esfuerzos de mediación en la medida que existan elementos para que haya una salida acordada. La ambigüedad del documento no parece una simple candidez, puede entenderse como una alternativa inteligente frente algunos elementos inciertos. ¿De qué depende?  La discreción de los negociadores ha sido una característica muy relevante que proporciona viabilidad del proceso. Todo podría ser indicativo de que hay puntos donde pudiera haber encuentros y otros de fuertes desencuentros. Ha entendido el régimen que tiene que estar dispuesto a salir por la vía de elecciones, aunque mantenga sus derechos civiles y políticos. Pero lo más difícil es que prevalece la desconfianza en un régimen que se ha burlado de los acuerdos durante años. ¿Cómo se construyen las garantías para ambas partes? Antes, durante y después de las elecciones que son la piedra angular de las conversas en Noruega.