BCV empeña el oro de las reservas para pagar importaciones
BLANCA VERA AZAF BVERA@EL-NACIONAL.COM
El Banco Central de Venezuela tiene casi dos meses negociando con seis bancos extranjeras la emisión de un swap. El respaldo serían las reservas internacionales en oro que aún se encuentran depositadas en el Banco de Inglaterra. No es la primera vez que el instituto emisor intenta llevar a cabo este tipo de operación en el último año. La diferencia es que esta vez sí existe un interés apremiante por firmarlo, según fuentes extraoficiales.
El apuro –destaca la fuente– tiene que ver con la urgencia por conseguir fondos frescos para pagar las importaciones de alimentos y medicinas que se hacen por el Centro de Comercio Exterior y a través de las importaciones públicas.
La caída en las compras externas tiene su origen en el descenso de las reservas internacionales como consecuencia del descenso de los precios petroleros. Datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística indican que hasta octubre de 2014 (las últimas disponibles) las importaciones privadas llegaron a 19,7 millardos de dólares. La cifra muestra una caída de 23,4% en las compras externas. En contraste, las importaciones públicas no solo se mantuvieron, sino que también experimentaron un leve aumento de 0,12% al sumar 12,08 millardos de dólares.
La decisión del BCV de empeñar la porción de oro preocupa a los expertos. Aseguran que la falta de transparencia en el uso de los recursos y la precaria situación de los ingresos y ahorros de la nación los lleva a concluir que no contribuirá a resolver la crisis.
El swap o empeño es una operación financiera bastante común que se realiza con un activo de respaldo. En este caso se trata de las 1,4 millones de onzas troy en lingotes de oro que se quedaron en el exterior cuando se decidió traer las reservas internacionales a Venezuela. En este momento, por lo menos seis bancos internacionales están detrás para conseguir los beneficios de estructurar esta operación que dejaría importantes dividendos, según fuentes extraoficiales.
La economista Thamara Herrera explica que la elaboración del swap suele verse normalmente en los mercados internacionales. “Como operación financiera no tiene nada de extraño ni de malo. Esto es un empeño porque es una operación que contempla que el oro vuelva a las arcas nuevamente o a la contabilidad”. Aclara que el gobierno no está vendiendo oro, lo está utilizando como garantía. “Pignorar, empeñar o colateralizar es un proceso legal y permitido”, asegura.
Su colega José Guerra añade que la razón por la cual el BCV se ve en la necesidad de acudir a esta nueva opción, es porque la otra alternativa de financiamiento que reporte dinero líquido es la emisión de bonos, pero el riesgo país es muy elevado. “Como el mercado le tiene miedo a la deuda venezolana, el mínimo que pedirían como prima de riesgo es 18%, y esa cantidad es sumamente costosa para la nación o para Pdvsa. Por eso deciden empeñar oro”.
Herrera sostiene que las reservas se están utilizando porque ya el flujo de ingresos es insuficiente. “De haber tenido una administración más clara y transparente no tendríamos este shock tan intenso”.
Indica que el gobierno “está raspando la olla para cubrir una brecha entre ingresos y egresos que está en 30 millardos de dólares”. Agrega que el Ejecutivo ha estado recomprando deuda del país y de Pdvsa para que el esfuerzo de pago sea menor en los vencimientos y servir la deuda con la emisión de otro bono.
Sobre este punto, Guerra recuerda que en lo que va de año se incorporaron 2,5 millardos de dólares de la deuda emitida a Citgo a las reservas internacionales. Asimismo, se sumaron 2 millardos de dólares del Fondo Chino y otros 1,9 millardos por la reestructuración de la deuda con República Dominicana. “Esto totaliza 6,4 millardos de dólares que no hemos visto ni sabemos dónde están”.
¿Para qué?
La pregunta que Guerra se hace es: ¿Qué va a hacer el gobierno con esa cantidad de recursos? “Yo creo que dólar que se ponga en el torrente del control de cambio es un dólar que no se va a ver. Lo utilizarán para financiar las sobrefacturaciones e importaciones ficticias”.
Herrera indica que le interesaría saber –una vez que se realice ese swap con oro– cómo lo va a contabilizar el BCV. “Venezuela va a recibir dólares líquidos que va a usar para pagar las importaciones y las obligaciones que no puede pagar. Esto lo hace porque tiene sus fondos de ahorro exhaustos. En ese momento hay una recomposición de las reservas internaciones. Pero no sé cómo se contabiliza el hecho de que el oro lo estás entregando en garantía”.
En opinión de Guerra, en cuatro o cinco meses el gobierno habrá gastado esas reservas, contraerá nueva deuda y la gente común y corriente la estará pagando con la pérdida de su poder de compra. “Mientras no haya una política cambiaria que utilice los dólares eficientemente y no los regale, no lograrán bajar la inflación ni que la economía crezca”.
El operativo “Oro patrio”
El 25 de noviembre de 2011 llegó a Caracas el primer cargamento de oro monetario de las reservas internacionales procedente de Francia. El traslado de los lingotes fue toda una celebración organizada por el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez.
Con un despliegue de más de 500 funcionarios destinados al operativo denominado “Oro patrio”, los camiones de valores fueron escoltados por la autopista Caracas-La Guaira hasta las bóvedas del Banco Central de Venezuela, esquina de Carmelitas en el centro de Caracas.
En aquel entonces, el presidente del BCV, Nelson Merentes, dijo que este primer cargamento formaba parte de las 160 toneladas de oro monetario que serían traídos al país en varios envíos y que representaban 85% de las reservas internacionales en lingotes de la nación.
El traslado del oro fue decidido con el argumento de resguardar los ahorros del país de la crisis que comenzó en Estados Unidos y que afectó la zona euro.
El oro estaba depositado en JP Morgan (Estados Unidos), Banco de Inglaterra, Standard Chartered (Inglaterra), Barclays (Inglaterra), BNP Paribas (Francia) y Banco Internacional de Pagos (Suiza).
Las 11,76 millones de onzas de oro en lingotes que posee Venezuela fueron adquiridas después de la Segunda Guerra Mundial. En el punto de cuenta que entregaron al entonces presidente de la República, el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, y Merentes, para solicitar la repatriación del oro, se informaba que las reservas en oro ascendían a 365 toneladas, y agregaba que en el exterior estaban 211,35 toneladas (que representaba 11 millardos de dólares) y en las bóvedas del BCV 154,47 toneladas (7,2 millardos de dólares).